1. Deja el portátil en casa y opta por boli y papel
Los científicos pudieron comprobar que se aprende más cuando se toman notas con bolígrafo (o lápiz) y papel que cuando se hace con el portátil.
Un grupo de investigadores enviaron a los voluntarios de su
estudio a tomar notas de una charla de Ted Talks, primero utilizando un portátil y luego empleando lápiz y papel.
Descubrieron que cuando los voluntarios cogían apuntes
usando boli y papel no solo mostraban mayor retención de la información, sino también una comprensión más profunda del tema.
Esto se da por el hecho de que, cuando se escribe a mano, no se
puede tomar nota de toda una clase o de todo lo que se enseña en ella. Se debe ser más selectivo con la información a escribir. Así lo explica Pam Mueller de Princeton, un co-autor del estudio:
“Los estudiantes que tomaron notas de larga duración
en nuestros estudios se vieron obligados a ser más selectivos, porque no se puede escribir tan rápido como se puede teclear en un ordenador. Y el procesamiento adicional del material que estaban haciendo les benefició.” 2. Sé selectivo con lo que escribes Lo anterior nos lleva a la segunda técnica: ser selectivo con la información que se escribe.
Transcribir el material tal como se escucha en estilo dictado a
menudo puede llevar a vacíos de la información y a una escasa comprensión del material realmente importante que se impartió en una clase.
Organizar las notas permite tener mayor claridad del tema en
cuestión. Una revisión de la investigación expuesta en el mismo artículo de la BPS indica:
“Es mejor usar sus notas para organizar la información
sobre la que está aprendiendo en lugar de simplemente registrar lo que escucha textualmente.”
3. Pon a prueba lo aprendido al escribir
La tercera técnica puede ser la más difícil de implementar, pues quebranta por completo lo que siempre nos han enseñado desde pequeños, tanto nuestros padres como nuestros profesores: “relee y subraya tus apuntes en el momento de estudiar.”
La ciencia es muy tajante en este aspecto y sugiere olvidarse
de técnicas de estudio ya obsoletas como la re-lectura sin ningún propósito.
A cambio recomiendan usar el método de recuperación
retrasada, que consiste en poner a prueba lo que se aprendió desde un primer momento, cuando se tomaron las notas. Para que esta técnica tenga un resultado positivo, las pruebas sobre las anotaciones deben realizarse periódicamente, cada cierto tiempo, contrastando luego con las anotaciones de la clase.
Una buena manera de aplicar la técnica de recuperación atrasada
puede ser escribiendo ensayos de prueba cada vez que se va a estudiar el tema, por ejemplo.
Sobre esta última técnica, John Dunlosky, quien dirigió una
revisión sobre diversas estrategias de aprendizaje, publicada en la revista de la Association for Psychological Science, concluye:
“Me sorprendió que algunas estrategias que los
estudiantes usan mucho, como releer y resaltar, parezcan proporcionar beneficios mínimos para su aprendizaje y rendimiento. Reemplazando simplemente releer con la práctica de recuperación retrasada (también conocida como la prueba de su memoria para el material después de un tiempo aprobado), los estudiantes se beneficiarían.”