Artículos Técnicos
Asoci aci ón Cubana de P roducci ón Animal (ACPA)
HUMEDALES: desarrollo sostenible y conservación
Teresita Zambrana, Miembro de Honor de la ACPA
E
l término humedales se refiere a una amplia gama
de habitats interiores, costeros y marinos; de los
que existen más de 50 definiciones. Entre las
más aceptadas está la Convención de Ramsar, que es
relativa a los humedales de importancia internacional,
en todos los aspectos referidos al uso racional y conser-
vación de estos, que los define como “extensiones de
marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas
de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, per-
manentes o temporales, estancadas o corrientes, dul-
ces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua
marina cuya profundidad en marea baja no exceda de
seis metros.” Aquí también se incluyen los humedales
artificiales, estanques de acuicultura, arroceras, sali-
nas, embalses y las lagunas de oxidación para tratamiento
de aguas residuales.
Los humedales están presentes en casi todas las re-
giones y se ubican en posiciones geográficas bajo condi-
ciones climáticas y de altitud diversas, desde las latitudes
frías hasta la zona ecuatorial y desde los altos sistemas
orográficos hasta el nivel del mar. Se estima que los
humedales naturales ocupan aproximadamente 5,7 millo-
nes de km² de la superficie del territorio emergido del pla-
neta, de los cuales el 2% son lagos, el 30% turberas, el
26% marjales (terrenos bajos y pantanosos), el 20% pan-
tanos y el 15% llanuras de inundación.
Su importancia
Los humedales están entre los ambientes más pro-
ductivos del mundo. Mantienen grandes poblaciones, es-
pecialmente de aves acuáticas, mamíferos, reptiles, anfi-
bios, peces, invertebrados y numerosas especies de plantas,
incluyendo el arroz, dieta principal de más de la mitad de
la población mundial, por lo que la diversidad biológica
que albergan es uno de sus atributos especiales. Las
interacciones que se dan entre el suelo, agua, plantas y
animales de un humedal permiten el almacenamiento y
purificación del agua, la protección contra tormentas e inun-
daciones, la estabilización de las condiciones climáticas
locales, como lluvia y temperatura, el mantenimiento del
manto freático y la retención de nutrientes y sedimentos,
entre otros. Estas funciones proporcionan grandes benefi-
cios económicos como el suministro de agua, pesquerías,
Rvta. ACPA 4/2005
A las aves alas; a los peces aletas; a los hombres que viven en la
naturaleza, el conocimiento de la naturaleza: esas son sus alas.
JOSÉ MARTÍ
agricultura, pastoreo, producción de recursos energéticos
(leña y turba), la facilitación del transporte fluvial y alter-
nativas para la investigación, recreación y el turismo.
Los humedales fueron considerados lugares inmun-
dos durante largo tiempo, insalubres, donde la abundan-
cia de plagas y las condiciones de inaccesibilidad consti-
tuían un freno al conocimiento de estos ecosistemas, sus
funciones y beneficios. Esta visión del problema sirvió de
argumento para que muchos humedales del planeta fue-
ran desecados o fuertemente transformados para ser utili-
zados en la agricultura, la ganadería y otras actividades
económicas.
En 1971 en Ramsar, Irán, se firmó la Convención
sobre Humedales, en el marco de una conferencia
intergubernamental con representantes de 18 países. En
más de tres décadas de existencia, esta Convención,
con el apoyo de otras convenciones internacionales, lo-
gró cambiar la antigua percepción sobre los humedales
y propició el desarrollo de una conciencia mundial de la
imperiosa necesidad de preservar estas zonas del plane-
ta. Hoy se conocen los beneficios que reportan, sin em-
bargo, la valoración económica de estas funciones es un
tema extremadamente complejo y siempre relativo. Se-
gún estimaciones recientes, el valor aproximado de los
ecosistemas de humedales asciende a unos 14.9 billones
de dólares.
Las extensas zonas de humedales son portadoras de
un enorme potencial natural y un acervo histórico cultural
de gran r elevancia. La diversidad biológica de los
ecosistemas, los atractivos naturales de altos valores
escénicos, el patrimonio histórico cultural y la existencia
de extensas zonas de playas de gran calidad, confieren a
estas regiones condiciones excepcionales para el desarrollo
del turismo y otras actividades económicas. Sin embargo,
dada la relativa fragilidad de los ecosistemas de humedales,
es indispensable lograr una correcta aplicación de esque-
mas de manejo sostenible que garanticen el desarrollo eco-
nómico sin afectar los recursos del ambiente natural y el
patrimonio socio cultural de la región.
El desarrollo sostenible en estas zonas sólo es posi-
ble mediante el establecimiento de un sistema integrado
de gest ión , q ue revalorice en ju sta medid a est os
ecosistemas, q u e sea ec on ómic ament e viab le,
ecológicamente sostenible y socialmente apropiado para el
territorio. Para ello se requiere un conocimiento adecuado
sobre la existencia, estado y ubicación de los recursos,
condiciones naturales, capacidad de carga para distintas
actividades humanas, y sus interrelaciones funcionales, ya
que la sobreexplotación de cualquiera de estos recursos
determina la ruptura de la estabilidad con trastornos irre-
versibles que, finalmente serán recibidos por la sociedad.
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 Artículos Técnicos
Sitios Ramsar en Cuba: 1 188 411 há
• LA CIENAGA DE ZAPATA. Constituye el humedal más gran-
de y mejor conservado del Caribe insular, con la mayor área de pan-
tanos y marismas de Cuba y considerables extensiones de bosques.
Sus recursos son importantes para el sustento de las poblaciones
locales. Las personas que allí habitan están estrechamente vinculadas
a las actividades económicas fundamentales, como la apicultura, la
extracción de madera para diversos usos, el turismo y la pesca. La
complejidad paisajística y geológica de la Ciénaga de Zapata, hume-
dal desarrollado sobre carso, la presencia de endemismos locales de
alta significación para la conservación del acervo genético de la biota
cubana y caribeña en general, así como sus dimensiones, grado de
naturalidad y sus funciones ecológicas y socioeconómicas, la
individualizan como el humedal insignia del país.
• BUENAVISTA, SITUADO EN LA REGIÓN CENTRAL
DE CUBA, ENTRE LAS PROVINCIAS DE VILLA CLARA Y
SANCTI SPIRITUS. Las formaciones de montículos cársicos, ca-
yos de piedra, de la bahía de Buenavista, son únicos en el archipié-
lago cubano. Actualmente, no hay asentamientos humanos en el
humedal, que goza de protección en el marco de diversos planes
de conservación, a la vez que se realizan distintas actividades
económicas en la zona, entre ellas la pesca comercial y deportiva,
silvicultura, cría de ganado y turismo. Este sitio Ramsar abarca
315 000 há, se reconoce como zona de reserva de la Biosfera de la
UNESCO y contiene el área protegida Parque Nacional Caguanes.
• LA CIÉNAGA DE LANIER Y EL SUR DE LA ISLA DE LA
JUVENTUD. El sitio, ubicado en la segunda Isla mayor del archipié-
lago cubano, posee diversos biotopos, entre ellos bosques
semicaducifolios, lagunas con arrecifes, pastizales marinos, mangla-
res y turberas. Constituye un mosaico único de ecosistemas, entre los
que hay un llano cársico conectado a la costa meridional de la Isla.
En el sitio habitan tres especies amenazadas: la tortuga ver-
de, la caguama y el cocodrilo americano. La región posee gran
número de especies vegetales endémicas y constituye un impor-
tante lugar de anidación de las distintas especies de los quelonios
mencionados, crustáceos y peces. La zona es además un área pro-
tegida de recursos manejados.
• GRAN HUMEDAL DEL NORTE DE
CIEGO DE ÁVILA. Abarca casi toda la
costa de esta provincia, su zona
marítima inmediata y los
islotes adya-
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centes. Este humedal comprende dos represas costeras únicas, las
lagunas de la Leche y la Redonda, que aumentan las cuencas sub-
terráneas de la zona, y en torno a las cuales los principales tipos de
vegetación son bosques pantanosos, pastizales pantanosos y man-
glares.
En el sitio habitan grandes poblaciones de aves acuáticas de
flamencos, cormoranes y otras especies menos comunes, como la
marbella y la yaguasa de pico negro. La rica plataforma marina del
sitio proporciona abundantes recursos a los pescadores y su es-
pectacular belleza hace que sea el tercer lugar de destino de los
turistas del país. Dentro de este sitio hay seis áreas protegidas.
• HUMEDAL DELTA DEL CAUTO, es el mayor delta de
Cuba y uno de los más importantes del Caribe. Es una intrincada
red de estuarios, lagunas, ciénagas y pantanos de extraordinaria
hermosura. Su inaccesibilidad y lo difícil que es de transitar por él
han mantenido en niveles mínimos los efectos antrópicos. Su flora
comprende algunas de las poblaciones de manglares mejor preser-
vadas de Cuba. Habitan en el sitio varias especies animales vulne-
rables y amenazadas, entre ellas el Catey, especie endémica, la
yaguasa de pico negro y una lagartija endémica de Birama. Son
especialmente abundantes las poblaciones de cocodrilo americano
y de iguanas. También se considera que este humedal es un factor
primordial de la productividad (pesca) del Golfo de Guacanayabo,
donde desemboca el río Cauto en el mar.
• HUMEDAL RÍO MÁXIMO – CAGÜEY. Es un ecosistema
marino-costero y está situado entre la desembocadura del los ríos
Máximo y Cagüey, al norte de la provincia de Camagüey y com-
prende varios cayos de las aguas profundas de los alrededores. Es
el mayor sitio de anidación de flamencos de todo el Caribe y las
Antillas y refugio de otras aves migratorias de América del Norte,
Central y del Sur. Habitan aquí el cocodrilo americano y el manatí,
ambas especies vulnerables. Los tipos de vegetación que predomi-
nan en la zona son los bosques de manglares, los bosques peren-
nes microfílicos y pantanosos y los bosques perennes de yana y el
almácigo. Es un área protegida con categoría de refugio de fauna.
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Humedales artificiales
El país dispone de una capacidad de embalse de
9312 hm 3 de agua. Las obras existentes alcanzan las ci-
fras siguientes: 241 presas; 971 embalses de menos de 3
hm 3; 61 derivadoras; 760 km de canales magistrales y
1300 km de diques.
Además de la infraestructura que mantiene y ad-
ministra el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos
(INRH), otros organismos como el Ministerio de la Agri-
cultura (MINAG), el Ministerio del Azúcar (MINAZ) y el
Ministerio de la Industria Pesquera (MIP) son responsa-
bles de áreas de humedales artificiales que explotan y
debe mantener y administrar. Por sólo citar un ejemplo,
en 1995 el MIP disponía de 115 000 há de espejo de agua
para sus producciones.
La conservación de humedales
Al considerar lo expresado en la importancia de
los humedales, mundialmente se promueve el estudio
de estos como parte del ecosistema. Se desarrollan pro-
gramas relacionados con los humedales y las culturas
nativas, los humedales en los planes de ordenamiento
t er r it or ial; d iag n óst ic o amb ien t al y man ejo d e
ecosistemas acuáticos; estado actual y efectividad de
las medidas para su conservación; evaluación de ries-
gos y diagnóstico de los que están en peligro; evalua-
ción de impactos y auditorías ambientales; valoración
socio- económica; desarrollo sostenible en humedales;
indicadores de sostenibilidad; uso de humedales para
tratamiento y reutilización de aguas residuales. Se de-
sarrollan además, estudios interdisciplinarios sobre pro-
cesos estuarinos.
Otros ejes temáticos debatidos entre los expertos
se han dirigido al contexto geológico en el cual se gene-
ran los humedales; biogeoquímica de los humedales;
vegetación y fauna característica; el uso de los humedales
para actividades humanas; sus alteraciones por las acti-
vidades humanas; metodologías de estudio; legislación
y ordenamiento; diagnóstico ambiental y manejo de
ecosistemas acuáticos; estado actual y efectividad de
las medidas de conservación de los humedales; evalua-
ción de riesgos y diagnóstico de humedales en peligro;
valoración socio - económica de los humedales; uso de
humedales (naturales y construidos) para tratamiento y
reutilización de aguas residuales.
Para la agricultura cubana, en su acepción más
amplia, y la acuicultura, resulta de interés la conser-
vación del agua embalsada de forma artificial pues
garantiza el suministro para sus producciones. Es ne-
cesario garantizar la explotación económica de estos
sitios en armonía con el entorno como se fomenta en
Rvta. ACPA 4/2005
los humedales naturales, o sea, realizar actividades
en esas áreas sin alterar los valores naturales y cultu-
rales. Se deben elaborar planes de manejo de aquellas
áreas que aún no disponen de los mismos y en fun-
ción de ellos determinar la capacidad de carga en la
explotación animal; trabajar en la formación y capaci-
tación de los pobladores y trabajadores del lugar así
como establecer las necesidades de alguna infraes-
tructura o facilidades que coadyuven a propiciar la
conservación del lugar.
Es conveniente continuar el fortalecimiento o esta-
blecer un espacio de debate, intercambio e integración
para propiciar la cooperación entre los centros de inves-
tigación y desarrollo, los organismos de planificación y
gestión y las empresas. También analizar y discutir ex-
periencias del agua, que contribuyan a su gestión inte-
grada y sustentable.
Una acción que requiere un impulso inmediato en
estos humedales artificiales es la siembra de árboles,
cuya presencia en estos sitios es insuficiente. El árbol es
la herramienta más dotada de potencial para alimentar
al hombre y los animales, para regenerar la tierra, res-
taurar los sistemas fluviales, controlar las inundaciones
y las sequías, crear microclimas más benévolos y esti-
mulantes para la humanidad. Ellos son sostén de la agri-
c ult ur a, se u tilizan c omo sombr a, c er c as vivas,
rompevientos, forraje, reciclan nutrientes y conservan el
suelo y el agua. También contribuyen al bienestar de las
poblaciones locales pues su conservación es rentable.
Ellos influyen sobre el clima mundial pues aunque los
bosques se encuentran físicamente delimitados, su efecto
ambiental trasciende las fronteras al ayudar a mantener
el equilibrio térmico del planeta.
Teresita Zambrana
MI EMBRO DE HONOR DE LA ACPA
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