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El corral de la infancia Graciela Montes me 4 pn ee A 09 Sas natant aman ‘eee scl teas Foxbo pe Currura EcoNOMICA ProLoco, “quienes descen aventurarse en los mares desconocdos de la Tieratura infantil les doy un consejo: leven a Graciela Mon- tesco guia. lla conocetodostos rumbos ycaminos de esos fcfanos estar atenta a cualquier tempestad que se formara Chel horizonte oa culguir corrente traicionera que apae- rade improviso.O silo preferen,contritenl como timo~ fel y tendrin In ceridumbre de Negara puerto seguro: ella ip esquiar los abstculos con mantobrasrpidasycerteras. Dejen por su cuenta la tates de excurifar el horizon desde Joalto del mistil dela gavia;sucatalejo esl mis poderoso que ey ay a divisar primero ls nuevas tirras adonde nos aproximamos Sin embargo, seri en esas nuevas tiertas donde lapresen~ cia de Gracila Montes se hace indispensable para cualquier txpeicon. No silo es capaz de explrar nuevos hoizontes Yambientes hosts y entrar antes que cualquiera en tere hos inexplorados y potencishment peligrosos, sno que de ‘inmediato ella revela su verdadera vocacién, la cual todos le Teconocemos: In de examinar esos nuevos territorios con fgudea, delineando mapas exactosy minuciosos. Tene un Talento especial para es dfclmente se deja engatar.Se s- Pevilizaen analiza fronteras, en establecer resp fes para areas especifies, en definir de manera muy clara Aine se sitian las cosas. En trminos ilos6ficos, podriamos dcr que aprenid bien ls lecciones de Aristotle y rata de tzaminar en cada campo aquello que lees propo. En tri Com fuente primaria de informacin, instrament Bisco de com niacin y herramienta indispensable para participarsocialmente 0 constairsubjeividades la palabra escritaocupa wn pape central en tl mundo contempordnco, Sin embargo, la reflex sobre fa lectura y tscritura generalmente esti reseevada al dmbito de la dition 0 de a investigacion universitaria La coleccdn Espacios para la lectura quiere tender un puente centre el campo pedagégico y la investgacin midieiplinaia actual fn materia de cultura exrita, para que maestros y otros profsionales dedicados ate formacisn de lectoresperiban las imbricacones de su area en el eid socal, saldnoamente, para que les investiga res se acerquen a camps relacionados con el suo desde ora perspec Pero en congruencia come plantcamiento de la centalidad que cocupe la palabra ecrita en nuestra cultura también pretend abrir tum espacio en donde el pico en general pueda acerearse a as cues tones relacionadas con la letra, la escrtura y la formacién de usua ris activos de fa Iengun escrta. -Espacos para la lectura es pus ts lugar de canfluencia edi tints ineresesy perspestvas-y wn espacio para hacer publics real aaes que no deben permarece sila en elimterds de unos cuantes. Es tarmbié, ana apuestaabierta en vor dela pala 7 os sciolgicon caper de compar» Burden y die I pares co ms carmpo crests Por eset libro cr vali. En aster argentina Be ere dio peneniata crtorio donde ecu BI cc nennocsos ce, tm porodn de de Dario ypebica ol ratnn eager tl como case Beason tncruce roredr-Algn qoetonde ar dling fade ports que serene poder ya autoidd, La agen Paseo ro w podem al preesvar's lof ome encerada nin otal can l peter deer prteida pero al mismo emp privada de era, strapada on one a Tarai bet, Grate Monies recur leon Pasi tr Sohn ecu atetourns add ye Sujo)ycon lec eniquse a abordardemanere uy abet Inscvetonet no pte un punto devs nico Sno que ineorpora una acttud muldscplinra maida de enous varindos. Tine opiniones frmes hs dene con wher ‘meni sures ets en un inmens bgae de eonoc Imeno informacion moy iterate. Por Semple ble Usted ue Lewis Cartel nance desu propio bolo as pe mera ediones de Alt Sublend ees mas center der por qué asta post en oto ensye que a comic Sie es eel paracrine Como entrees pe. bontara un end faandan Sus firme opiniones no prten de un pedagoismo almi- barado i de un puado de bucasintenciones pedagog antes sino de mucha lsturay de una formidable Vin Catia dela sociedad como un odo compact sin dr caida 2 fisuras nia dudes Po eo logr ict To nant sin act tn el infneismo,y omental ieratra sin haces dst Gionesdecalded entre nares gue eciben para pequenes toa autor: es usted capaz de apostarle 6 > debe funcionar como un dique de contencién a los intereses ‘comerciales. Pero sefala que, en el caso de la cultura para la fnfancia, eso no ocurre, a no ser marginalmente, y la ausen~ cia de critica en el medio es significativa. El anilisis que hace de ese tipo de libro demagégico y comercial es devastador © irefutable. Me complaceria que mucha mis gente leyera a Graciela Montes -aun en mi pais, Brasil, en donde hay una laureada escritora que ha insistido en dar un estatuto de alta cultura a ese tipo de eseritura,afirmando que forma lectores (no dice lectores de qué) y les da més libertad de creacién aque la literatura-, No estd de mas mencionar que Graciela Tess ta tanietue dies sansa lines ea a ‘militancia y pasion. : ‘me resta recurrir @ sus propias palabras cuando hal a le Mare Srna y amar en lief ana pla hrace resistencia de la conciencia, el insobornable com con Ia historia sobornable compromiso ‘ANA Maia Macapo (Pranvecion oF L Eats ANOAEU) NOTA DE AUTOR primera edicidn de este libro aparecié hace diez aos, en +1990, y en el sello Libros del Quirquincho. Formaba parte de acoleccidn Apuntes, que dirigia Maria Adelia Diaz Ronner, 'yreunia algunos textos pergeiados alo largo de una década, Tague iba de 1978 a 1988. Varios habian sido leidos en char~ Jas y mesas redondas: “Elige tu propia aventura’ nacié en las Jornadas sobre Literatura y Teatro para Ninos que organiz6 Ruth Mehl en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires en 1986; "Lenguaje silvestre y lenguaje oficial”, en un encuentro el Instituto de Cultura Hispanica de la Universidad del Li- toral (donde compartia la mesa con Laura Devetach); “Qué ‘quiso decir con este cuento’, en las Jornadas de Literatura In- anti y Juvenil que organiz6 la entonces incipiente Asoci én de Literatura Infantil y Juvenil dela Argentina (aLi4) en 1988, durante la presidencia de Susana Itzcovich. Sélo dos de los articulos tenjan origen en publicaciones: una primera version de “Realidad y fantasia” habfa sido publicada tem la revista Nudos et la Cultura Argentina en 1984, a pedido de Julio Schwartzman, y reelaborada en ocasion del I! Festival latinoamericano de Arte y Cultura de la Universidad de Bras lia en 1989, y*Carroll el corral de la locura” habia partido del estudio preliminar para el libro de Carroll, Alicia en el Pais de las Maravillas, de la coleccién Literatura Bisica Universal del Centro Editor de América Latina que diriga Jorge Lafforgue, Con todo eso quedé armado un pequen librito de 72 pé ginas que, tal vez debido alo escaso de labibliografia, results " ‘muy apreciado. Fue reimpreso varias veces, aunque sélo shora reeditado, He querido hacerlo en esta coleccién, Espacios, y bajo el amparo de un excelente editor: Daniel Goldin, Como es natural, he debido releerme. No ha sido fic Diez atos corridos bajo el puente son muchos: hoy usaria tal ‘vezotras palabras, otros énfasis al menos. Sin embargo, senti ‘que seguia haciéndome cargo de las ideas fundamentales. De ‘modo que resolvi conserva todo lo dicho entonces. Corregi, si, algunos pasajes, aclaré algiin concepto que me parecié confuso y en general actué en favor de la sintesisy en contra de la profusién. En un caso, el del articulo que se llama “Rea lidad y fantasfa’, agregué una somera referencia ala fortisima incidencia de los medios de comunicacién masiva en esta construccién-deconstruccién de corrales. Ojalé actte a ma: nera de estimulo. Agregué ademés algunos articulos que me parecieron aft- nes: “No hay como un buen ogro para comprender Ia infan- cia’, surgido dela presentaci6n que hizo la editorial Colihue en 1995 del libro de Mare Soriano Literatura para nifos y jé= venes. Guta de exploracion de sus grandes temas; “Nifios escr tores, resultado de mi participacién en un encuentro con ddocentes de nivel iniial convocado por la Municipalidad de la Giudad de Buenos Aires en 1997; “La infancia y los res- ponsables’ intervencién en una mesa redonda en la Feria del Libro de Montreuil de 1998, donde el tema general era la si- tuacién actual de la infancia; “De viejos tabies y corrales nuevos’, escrito para las Jornadas Docentes de la editorial Colihue en la Fria del Libro de Buenos Aires de ese mismo ano, ylosestudios preliminares a otros dos clisicos -Perrault y Andersen— que, al igual que el de Carroll habian aparecido ‘nla Biblioteca'a Bésica Universal del Centro Editor de Amé- rica Latina 2 Como pode verse son énbitossurtidos: la reflex en tormo de fa iteratura para nis a ido buscando su espacio i yuan nanos eros hs ar ingiacones unas pocas efor Gue apstaron For ell Hoy la incorporacon de este campo ala reflexion Giverstara oa horizonte deans del periodismo cu tural sigue sido una dewda pendent, De modo que me pari so dela te pene prilp 2 mena Es personas ens instacianque 4 me sbrieron cuando tran muy porss as qu se arian Buenos Ames, 2000 Realidad y fantasia o cémo se construye el corral de la infancia aquerella entre los defensores dela “realidad” y los defenso- de “fantasia” es una vieja presencia en las reflexiones de pedagogos acerca del nino y de lo que le conviene a ni. Segin el parecer de muchos, una de las cosas que menos conviene alos ios es precsamente la fantasia. Ogros,hadas, jas, vaitas magica, seres poderosos, amuletos milagro- animales objetos que hablan ~argumentan~ deberian terrarse sn contemplaciones de los cuentos. El ataque se ce en nombre de la verdad, de la fidelida ao eal, de lo sensato y razonable. Ya Rousseau habia determsinado que co y nada habria de intervenir la literatura en la esmeradi ima educacin de su Emily mucho menos los cuentos de das, isa y anamente mentirosos. Y después de él innu: jetables voces se levantaron contra la fantasia! "Aestacondena tradicional se agregaré luego ora formulada allaluz de a psicologia positivist: la fantasia no s6lo es insen- ‘ata, tambien puede resutar nocva. "Con los cuentos trucu- Tenios, snguinarios y eroces que Teyeron los ninos hasta ayer J6qico que aumentara la criminalidad en tiempos ce guera ‘Yen tiempos de paz’ deca el Mensaje del Comité Caltral Ar- Deepa eso. como aon Mae de Cel cy Maa Le I er shntc pager owes ania enon semicon “Sota y bacon eq com Wen com mero eentin Feri ripen anor essen aso sea 1s tino que rio como prlogo al Horo de Dario Guevara Prope del curt fart un elsin de los as i centaur no quedarnos cr los cincuent gamer qu en 1978 durante tara mar argentina, un deere Que prohibi la ciclacion de La tore de cubs de Laura Deel hablabo en sus consierandos de ees. de imapnacién mada ants dice ee exces mination on a exestonumient soc se proponian com causa prin dela censura.? i hei a fantasia es peligro, la fantasia est bajo sompecha. Y Porameos agra a fanaa spligrosaporgue ert aca AC contol, mines se sabe bien donde Tees, on fnae ah aan ned eta ii i euando se lacus de fata por qué tanta pin ea In conden en nombre de qu valores ana stag! ‘qué eslo qu se quite proteger cones gett Tengo ai, bresién de que, en ext aparente opoiionente Tealdad ¥ fantasia, 5 escondenccfos mecanimosiealgico dere Yelcin/ocalaminto que lt sven alos adultes para do. Ista ysometer (par cooniza) alos nines. Mecariamoa chalet ch ela nea Dec do {icles ane ane ke el ‘ue no croton does ute eee ann eco i ke deinen een, (eae nat sca ‘esi enlace el mene qa ss co mand ‘ed an dra La tae dat denn pestiensesrcas {iss on cont Helos er eo a 16 el todo claros ~hasta un poco secretos-, que parecen srestrechamente vinculados con esa especie de bicho raro cs a literatura infantil, un campo aparentemente ino- inte y marginal donde, sin embargo, se libran algunos de los sbates mas duros y mis reveladores de la cultura ‘De modo que hacer pie en la literatura infantil puede ser buen modo de ingresar a es0s mecanismos secretos. ‘Primero, habré que despejar el terreno. Quées"literaturain- til Para empezar, sla literatura infantil merece el nombre tiene, ss literatura, entonces es un universo de palabras certs reglas de juego propias; un universo de palabras que rnombra al universe de los referentes del mismo modo smo cada una de las palabras que lo forman lo nombraria ‘otro tipo de discurso; un universo de palabras que, sobre todo, se nombra asi mismo y alude, simbélicamente, a todo demas. Por dar un ejemplo burdo: nadie corre a buscar un balde ide agua cuando lee el relato de un incendio. Sabe que el 0 est al servicio del cuento. Sin embargo, y aunque mu: puedan pensar que esto es evidente, el Mensaje de los ef rin non mens i en erin ean Cr mt ay deo cto ea reve ane ma mc, cuba Thre laabLa tet Lara Detach ented ot pedagogos que cité antes, por ejemplo, o el decreto de 1978, imaginan una relacion tan directa y tan ingemua entre las pa- labras y las cosas que recuerdan al que busca el balde para apagar el incendio del cuento. Esta bien, se defenderian los que corrieron a buscar agua, sera literatura, pero es literatura infantil, y esa palabrita basta ppara que todo se trastome, para que entren a terciar otras fucrzas, para que cambien las reglas del juego. Porque loin fantil pesa pesa mucho y, para algunos, mucho ms qu la teratura.’ Es natural, no puede dejar de pesar: una literatura fundada en una situacién comunicativa tan despareja discurso que un adulto le dirigea un nino, lo que alguien que “ya creci6"y "sabe mis" le dice a alguien que “esté creciendo” “sabe menos’ no puede dejar de ser sensible a este desni- vel. Fs una disparidad que tiene que dejar huelas. Pero jews les son las huellas que deja? ;Y quién es el que deja marcas: l nino al que el texto busca como lector, o més bien el adulto en el que se originé el mensajez En realidad, es facil darse cuenta de que todo lo que los grandes hacemos en torno de la literatura infantil (no solo ‘cuando la escribimos, también cuando Ia editamos, la reco- ‘mendamos, la compramos... ola soslayamos) tiene que ver no tanto con los chicos como con la idea que nosotros -los {grandes tenemos de los chicos, con nuestra imagen ideal de I infancia Y abi llegamos al ojo de la torment, La relacin entre los grandes y los chicos no es una cam- pia serena sino més bien una regin dificil y esearpada, de 4 ratos oscura, donde soplan vientos y tensiones; un nudo ‘et ovc ce Sous yea nae) "os Cu pc ender Sea aro en asCal 99), 18 3s. Sélo cuando frangueemos nuestra relacion on ellos podremos franquearnos con su literatura. Hoy ape- estamos aprendiendo a cuestionar algunas de las muchas pocresias con que ocultamos nuestra relacién con la infan- cia, Al menos hoy lo infantil es problemitico. ero, que es lo infantil? “Hoy todo el mundo habla de infancia. Sabemos, sin em- “bargo, que durante muchisimos afos la cultura occidental se sentendié de los niios (tal ver, sugieren los demégrafos, porque los ninos moran como moseas y no valia la pena el jerz0 de detener la mirada en ellos), y que fue tardia- pente, partir del siglo xvit, cuando se empez6 a hablar de infancia, Hasta entonces habria sido ins6lito que a un escri Jor se le hubiese ocurride escribir para los nibs. Los ninos sanguina- “Figs, truculentos y feroces” de los que hablaba nuestra cita, "Posiblemente mucho mis sanguinarios, truculentos y feroces delo que legarian a ser luego, cuando se convirtieran en tra- dicionalmente infantis). Fs de imaginar que esos mensajes que se cruzaban entre adultos resultaban en parte incom- prensibles y en parte apasionantes, como siempre es para los hicas todo lo que pertenece al mundo de los grandes. " Hay que admitir que, si bien los adultos tardaron en “des- “eubrir”a los nifos,en cuanto lo hicieron no cesaron de inte~ sarse en ellos, de la indiscriminacién se pas6 a una espe- ializacién cada vez mayor: una habitacién especial para » ellos (a nursery), la industria del juguete, el jardin de infan tes, muebles diminutos, ropa apropiada, la literatura delibe zada, en fin, “lo infantil” Con el tiempo se fue sabiendlo més y mis acerca de los nifios, su evolucién, sus etapas, sus necesidades, su psicolo- Bia. Fue la época de oro de los pedagogos. Casi todos ellos compartian la opinién de que, si la literatura era infantil tenia que adaptarse -como la ropa, como los juguetes, como el mobiliario~ a los parimetros ya establecidos. A esa época ppertenecié Ia condena, primero por mentitosos y por st ppetsticiosos, después por crueles y por inmorales, de los ‘cuentos tradicionales, cuentos de hadas, ogros y brujas. La fantasia de esos cuentos no era controlable y debia ser deste- rrada del mundo infantil Los ogros, las brujas y las hadas europeos pasaron a la landestinidad, pero sobrevivieron a pesar de todo: se refu- giaron en las clases populares, dle donde habian saido, y en las ediciones de mala calidad y sin pie de imprenta que se vendian por pocos centavos en los mercados.4 En América, otro coto de colonizacién tan interesante como la infancia, simultineamente, la vigorosa imagineria indgena ~en la que no habia el menor asomo de especializa cién infantil~ era arrinconada doblemente, por insensata por desatada~y por americana, y s6lo sobrevivia en algunos bbolsones, muchas veces mezclada con la imagineria popular ‘europea que train los conquistadores. Entre tanto, la sensatez y el control avanzaban, Era la época de los juguetes didacticos y también de una literatura que a mi me gusta llamar “de corral’: dentro de la infancia (la “dorada infancia”solfa Hamarse al corral), todo; fuera de 2» fancia, nada. Al no, sometido y protegido ala vez, se lo maba “cristal puro” y "rosa inmaculaa’,y se consideraba el eber del adulto era ala vez protegrlo para que no se pebrase, regarlo para que lreciese on el tiempo se elaboraron reglas muy claras acerca de Smo tenia que ser un cuento para nines. En pocas palabras, pia que ser sencilloyabsolutamente comprensible (habla juso una pata que fjaba ol porcentaje de vocabulario des- pnocido que se podia tolra), tenia que estar diigo clara tea cierta edad y responder als interesesrigurosamente @ablecidos para ell No podia inclu la crueldad ni la muerte n la sensualidad ni a historia, porque pertenecian al undo de los adultos y no al “mundo infant’ ala “dorada fancia; eran bestias del otro lado del coral y habia que te- meas raya. Era comin que es literatura lamaraa su pre- ido interlocutor, el nino ideal"amiguito”: una manera de arses confines yal vez, mantenerlo en su ugar. Fue en esa época de creciente contol sobre la infancia mando empezd a cobrar fuera la idea de que a fantasia ia er peligrosa. Se proponia, como altenativa, una espe- sd “realism” muy particular, que ech6 races y que, con jos, sobrevive hasta nuestros dias, Brotaron como hon- centor de" ninos como ti, colocados en situaciones co- danas, semejantes en todo lo visible alas del lector ~cuen- 0s distrazados por lo tanto de ealistas- en los que, sin em- go, por arte de birlibrloque, la realidad era despojada de n plumazo de todo lo denso, matizado, tenso, dramtico, Dnradictori, absurdo, doloroso: de todo lo que podia hacer brotar dudas y cuestionamientos. Asi, despojeda i a, recortada y cubierta con una mano de pinturabrillante ‘oftecida como la realidad, y el cuento, como el cuento Rasta. Los pedagogos, contentos, porque el cuento infor maba acerca del entorno,“educaba” (fin ultimo de todo lo «que rodeaba a lo infantil) y no se desmedraba por esos oscu- ros ¢ imprevisiblescorredores de la fantasia, Los discursos que tienen como tema la“informacién sexual” son particularmente reveladores de ese mecanismo de infor- ‘maci6njescamoteo de informacion y de mostracién/oculta- ‘miento que subyace en el ealismo para consumo infantil, Lle- zgando a los afios sesenta los pedagogos mis progresistas con: ‘deraban necesario y recomendable que los relatos para nifos dieran cuenta de la actividad sexual de la naturaleza, Para eso, se sugeria hablar de la flores primero, de los pollitos después Yy por tltimo de los terneros. Mas alls no legaban ni siquiera los mas audaces. Pero lo interesante es que ruucho més enfiti ‘eas que las recomendaciones para que se abriese I informacién eran las infaltables recomendaciones para que no se fuesen «a escapar las “aberraciones’, para que no se soltasen las bestias ‘Sexo si, pero un sexo razonabl, sin emociones, sin sexalidad, sin fantasia Resulta curioso, pero los mismos que proponian wna lte- ratura realistasolian suponer que los ninos vivian en un ‘mundo de ensofaciones, de poco contacto con el mundo real. Parecian pensar que al pobre sofiador habia que fabri- carle una realidad ad hoc; una especie de escenografia, un ‘mulacro para que jugase a la realidad sin asustarse dems siado. En ocasiones, como concesién a esta supuesta ensona- cién perpetua en la que vivian los nifios, aparecian en los, ‘cucntos“suetios’ viajes imaginarios cuidadosamente enmai cados dentro de la realidad, por lo general descriptivos de 2-1} dar er gh ue 2 yllas més bien inofensivas, que siempre terminaban do el nifio se despertaba y la tranquilizadora realidad givin a ampararlo’ fBsa fantasia hueca del suenismo divagante estaba muy jos de la solida y vigorosa fantasia de los cuentos tradicio- 3s, que no divagaba sino que estaba perfectamente enrai fen las ansiedades, los deseos y los miedos muy reales tundentes de Tos nifios. Bl realismo mentiroso y el sueiismo eran dos actitudes fectamente complementarias:alternativamente se “prot "al nfo de las fantasias, cercendndole una de las dimen- ‘més creativas que poseia, y se lo exiliaba dentro de yralejndolo del mundo de los adultos. La prueba de la de~ da ambigliedad con que los adultos pretenden dosificar idad y fantasia en el brebaje que les preparan alos ninos fea en el hecho de que tan “peligrosa” resulta a fantasia ada como la realidad sin recortes ni maquilaje jgresa de la realidad historica al mundo infantil resulta spre escandalosa.? Para hacerse potable, la realidad de- desrealizarse cuidadosamente, despojindola de todo lito, Los libros escolares han sido un modelo de ese me- tan Corned engage mabe Mapes eed icc ened in? ore and, SP ep le har cas comt slosh pede snd cr ana nn on ode cape rent oi vlan ie prs synch sr ei occ Dir eos he cei mi na ren canismo: héroes, villanos,relaciones sociales emblemticas y fiestas patria, la historia deshistorizada. En sintesis, el manejo dela pareja realidad/fantasta le per- mite al adulto ejercer un tranquilo y seguro poder sobre los nits. Con esas dos riendas, los adultos no porque si sino seguramente por motives muy profundos, por Viejas triste- 2as y vieja frustraciones, tal vez tratando de proteger la pro- pia infancia de toda mirada indiscreta~ podemos mantener alos chicos en el corral dorado dela infancia, Elcorral protege del lobo, ya se sabe; pero también encierra, Sin embargo, pesar de todos los esfuerzos controladores, tanto la fantasia desatada (la que se atreve a todo, y con faci lidad se vuelve sensual osangrientay cruel) como la realidad densa se cuelan dentro del corral. Aparecen en los jucgos in- fantiles -donde uno vive, muere o se salva fantésticamente pero con intensidad muy real-, en los disparates, en las reta hilas (siempre me acuerdo de la que jugsbamos cuando era chica para elegir quign era mancha: “Bichito colorado maté a su mujer/ con un cuchilito de puntacalflerd Le sac las tripas, las puso a vender iA veinte, a veinte las tripas de mi mu jer!) en los viejos cuentos (en los que creo que se refugia- ron los chicos por falta de fantasia nuevas) y también en al- sgunos libros que burlaron la vigilancia de los pedagogos y circularon con sus locas fantasias y sus intensas realidades ppor todas partes. ‘Tal ver el ejemplo mis interesante de cémo la literatura puede a veces burlar la vigilancia sea, en Europa, el de Lewis Carroll, que era un pérroco inglés tan serio, tan culto, tan ppuntilloso y respetable que nadie pudo reprocharle esos cuentos absolutamente inclasifcables que escribié, entron- cados con el mejor disparate infantil, con el sin sentido més cruel y despiadado, y que arrastran con ellos una fantasia tan vigorosa que no podian sino hacer que las convenciones vic- Py nas se tambalearan como un castillo de naipes. Lo de oll era literatura mucho més que infantil, por eso butl6 El siglo xx, freudiano y piagetiano, parecié dispuesto a dar dla al prolijo tablero de los pedagogos del siglo x1x. Por lo {entre el suefo la vigilia, Fantasia y realidad estaban de nto més cerca que nunca, Hizo falta también que los edu: ores rescataran el juego como constructor de lo real, y Piaget centrara el desarrollo dela inteligencia en esa ac iad que, en una de sus formas més conspicuas, giraba jsamente en torno de la fantasia: el juego simbélico, en ‘el nino “jugaba a ser” y “jugaba a hacer” evocando au: » real como parecia. Es més, se nutria de lo real y revertia sbre lo real. Era a dimensién libee y poderosa de larelacién el hombre y su entorno, En el juego el nino compen- ba carencias liquidaba conflictos, anticipaba situaciones y general, purgaba temores. Y hasta hubo un libro, el de 10 Bettelheim, un psiquiatra infantil, que se ocupé espe- amente de reivindicar por terapéuticos esos “sanguina- 5 truculentos y feroces” cuentos de hadas que treinta aos tris se desaconsejaban.S En fin, podria decirse que las reglas que gobernaban la do- iacién de realidad y fantasia han cambiado mucho en estos iltimos atos. Es evidente que el viejo “mundo infantil” lost spel ane Psd ccs dee aren Gib, 197 hha entrado en crisis. Y aun cuando sigue habiendo muchos aque se resisten a abandonar el método del corral y siguen sosteniendo que la fantasia es peligeosa, la realidad es peli _grosa y no hay como un buen suenismo divagante para con servar la tutela sobre la infancia, lo cierto es que las Viejas empieza aver abora con mayor claridad cémo Andersen maura la dimensidn ética en el cuento de hadas. Crece la wiciacon el cuento tradicional, con su lucha simboica ele~ fal entre el bien y el mal, la inocencia y el engaiio, los fos las brujas, los débiles y los poderosos, que funciona mpre a manera de prueba de gran inicaciOn sempre ex Min el menor atisbo de conciencia, opcién, culpa, are jento, penitencia 0 perdén. En Andersen, el sufrimiento, el amor, las buenas obras son smanes para alcanzar lo que se desea y ese deseo rara vez, pigo concrcto sino la inmortalidad (La sirenita) ta eterni- {a Reina de las Nieves) la paz. La felicidad se hace ris fracta y mis abarcadora, y a medida que crece el afin de Mortalidad, se hace necesario el desprendimiento del mpo. Asi, sufriendo, se convierte la Sirenita en “espiritu ate” y "2 fucrza de buenas obras" va a conseguirse un ima inmortal, Que lejos estamos de la gallina de los hue ide oo, os coes de piedras preciosas ys reinos muy de a ticrra que heredan los héroes de los cuentos tradicions- Hasta las hadas reciben nuevos nombres significativos: te, Preocupacién, Poesia, Recuerdo, Muerte. En los cuentos de Andersen caben dos impensables del nto infantil: el sacrificio personal por otro (que ¢5 muy. into dela ayuda pagana, que casi siempre puede resumirse Ja economia final como un intercambio) y el sucidio, que 7 sii et ny mean rer opens vr poenee sa pec be os ¥ 13 os Ia negacin de la conducta caracterstica del héroe a, ccuento infantil, cuyo mayor afin es pasar la prueba y sobre vir, y medrar, Las conductas de la Siren, dela balaring El soldadito de plomo, de Gerda en La Reina de las Nieves, la heroina de Los cies salvajes y de la generosa flor en ‘margarita son totalmente novedosas en ese sentido. Los castigos y las venganzas, tan concretos en el cuenty tradicional, estin en Andersen cargados de contenido tig tun hermanito muerto para el nino burlén en Las cigs, invalidez para la vanidosa de Las 2apatillas rojas 0 senci ‘mente el infierno, como para La niia que pisoteé el pan Este movimiento general de crstianizacién del cuento im. plica la transformacién del malo en pecador y, por Io tanto, “malo histrieo’ que pecé en un momento determinado(y pad no haber pecado} y es capaz de arrepentimiento y redencidn, No es tipicamente malo sino histéricamente malo. De modo ‘que cristianizaciénehistorizacién en Andersen van dela many implican que a situacion que se describe en el relato"hallegada) a ser"y es por lo tanto pasible de redenci6n en otra instancia “Solo rara vez acontece que ls nifioslloren al eer los cuem tosde los Grimm, ni squiera cuando en ellos sucede algo crud y digno de compasién -comenta Bettina Hurlimann— |. ‘Geurra fo que ocusra a ellos no puede pasarles nada’, Eso & caracterstico del cuento infantil tradicional. Cuando leen Lt sirenitao El soldadico de plomo los nifoslloransla realidad em Puja hasta romper la tela del relato y queda tan directament representada en toda su dramaticidad historica que es impo~ sible no sentir la amenaza. Los tranquilizadores mitosviejos estin quebrados, ha nacido un cuento nuevo. i) Carroll o el corral de la locura refiero al muy peculiar Charles Lutwidge Dodgson (alias, Carroll) © Lewis Carroll (alias Charles Lutwidge jodgson) apenas didcono, matemitico regular, fot6grafo tuitivo, autor del mas famoso cuento para ninos de Ingla- |, untilloso y excéntrico, reverente e irrespetuoso, con- gncional y critico~ y a sus palabras. INaci6 cl 27 de enero de 1832 en la rectoria del pueblito de aesbury, en el condado de Cheshire. Era por ese entonces ares, el hijo primogénito de un prroco. Murié el 14 de de 1898 en The Chesnuts, condado de Guildford, do ya era ademas Lewis Carroll, el autor de Alicia en el de as Maravillas y de A través dl expe y lo que Alicia en- ntné alli, dos de los libros mis populares entre los ingleses, dor del “Jabberwocky” y del "Snark’, alguien por quien, lin quiere una tradicion seguramente ap6erifa pero no por 9 menos reveladora, habria demostrado gran interés la mis ima reina Victoria Fl pseudénimo no es superfluo. Esta prenado de sentido, que la tension Dodgson-Carroll, Caroll-Dodgson es la ‘subraya la vida, da vigor a la obra y explica tal vez si cendencia, | La historia de la gestacion y el parto de lo que fuera luego Alicia en el Pais de las Maravilas es bien conocida: el propio lor y la protagonista se refireron en detalle alas ciecuns- mcias: una excursidn ~el 4 de julio de 1862 durante la cual teyerendo Dodgson inventa, en benefico exclusive de las us. tres hermanas Liddell y Hevado, sein se complace en sea larunay otra vez el autor, porainspiracién del momentong historia de Alicia en el Murdo Subterraneo na primera sién, no iasrads, que pudo consular en casa de los Liddy cl novelsta Henry Kingley y cuya publicacion recomendg fervorosamente; una copia que lleg6 a manos de Ge McDonald ciyo hijo, desputs de ecuchar la historia, ee pres d deen de que teprdajen en no'menoe del Senta mil ejemplares a eicin de 2000 ejemplares ce 185 iustrada por Tenniel yeditads por Macmillan (que fuera costeada integramente pore ator yretirada por él de cit Calin por no estar conforme com la calidad dels impre Sin) algunas ediciones piratas y finalmente una segunda edicion de 2000 cjeplares de 1866 con I eal, seen ls Cileulos mas optimists del ator, apenas si 38 cubrivin Ios gastos Ta eitica salud el nacimiento de Alicia sin mucho entae El aehor Carzll-s ee en una ree de 1865 de Chile Hooks-se ta exforzade por anontonar las ventas rns xa yl coil raciones mis abiarrads y debemosresonocer lo advo de bot EH seor Tene, por su parte, els eg, formal y asta desea Ido en sus stracones au eusndo dts sean ngenioss,y hast Tboren la esl ano etre ei etna Spon «que cualquier ni conereto ha de quedar mis intrigado que ena tad poeta historia afectada yrbuscoda, Pero los nifios victorianos no opinaron igual ytreinta aos después habia 180 000 ejemplares circulando por Inglatert™ y la istoria habfa sido Mevada al teatro en dos oportunidades- Luego ya se sabe: Alicia en el Pts de las Maravilla ha sid traducida a cerca de cincuenta idiomas, ha sido dramatizad 6 calizada,filmada y televisada en innumerables oporta- dads. Existe una publicacién periddica, Jabberwocky, edi- por la Lewis Carrol Society, eintegramente dedicada a autor, y han surgido dos Snark Clubs, uno en Oxford y ‘en Cambridge. Los textos de Carroll han sido reivindi- es por surrealistas, por filésofos, por logicos, por hippies por ajedrecistas; han sido citados y vueltos a citar; han que- do envueltos en un bosque de bibliografia y han sido ase- fiados por las interprétaciones mis dispates, desde las que scubren agresién oral y conflictos anales, Edipos no te- tos y sexualidad indecisa, hasta los que rastreancripticas siones alos conflicts religiosos dela Inglaterra victoriana, irevelan en la onirica Alicia a una psicodélica pionera del gio lisérgico. Yes quella obra de Carroll, que es, no cabe duda, una obra ada, rica en tensiones, esti escrita ademés en clave de onsense, de sin sentido, de disparate, y eso faciita los ata- ues interpretativos parciales y obstaculiza los asedios globa- Frente al hecho manifiesto de que la disparatada Alicia y ‘ontradictorio Carroll son objetos algo huidizos e inasi- 5, resulta imprescindible plantar cercos sucesivos para traparlos: ubicarlos primero dentra de su mundo cultural, itirlos a la Inglaterra vietoriana, para s6lo después achi ‘el cerco y confrontar al autor con la obra, a Carroll con jodgson, a Dodgson con Carroll, tratando de no seleccionar jalidades ni escamotear las contradicciones, empresa en igor imposible. La sociedad victoriana sndo Victoria legs al trono de Inglaterra en 1837 comen- aban a ponerse en evidencia las ventajas econémicas de la jci6n industrial. “Es como si todo el mundo hubiera, confiado a nuestras manos’, decia orgulloso wn burgués foriano. Y hacia mediados de siglo, en los ahs en que Ca-~ ll daa luz sus Alicias el capitalismo inglés pasaba por sus mas felices, lamaba al terrtorio “taller del mundo” y mia sus conquistas en el titénico Crystal Place. Elproceso de urbanizacion se habia consumado a una velo- vertiginosa: en 1801 cuatro quintos de la poblacién era y para 1851 la mitad vivia en ciudades. La produecién bia crecido inconcebiblemente. Tambien la explotacién y el jamiento.¥ el desarrollo imperial: Hong-Kong,cl Punjab, tralia, Transvaal, Chipre, los territories afticanos. Resultaba urgente recomponer la ideologia. Los progresos Jas ciencias naturales y de las teorias sociales, que el smo desarrollo material estimulaba, ponfan necesaria- nte en jaque valores religiosos hasta entonces incuestio- jos. La publicacin de ET origen de las especies por seleccién tural de Charles Darwin en 1859 fue una estocada a fondo alos evangelistas, que aceptaban literalmente el texto de Biblia. La mujer, incorporada al sistema productivo -y so- 1,como el nifo, ala explotacién més despiadada-, co- yaba a afiemarse en sus derechos civiles Pero esa clase media victoriana, triunfante y prospera, so- 'y segura de si, que desarrolla formas cotidianas de vida, 19 ‘muy personales, no arriesga sin embargo una subversidn of, cial y descarada de los valores imperantes hasta entonces, Se ve confrontada con realidades nuevas: el dinero, as coloniag, el positivismo, la explotacién social y para sortear los com. flicos lige la ambigiedad, el ocultamiento, el disfaz, lah. pocresia. Ocultamiento de la actividad material detris de preceptos espirtualisas, de los conflictos detrés de las nor, ‘mas rigidas, de los cuestionamientos detris de los anatemas, de la explotacion detrés de lacaridad. Es sumamente revels. dor el texto de un discurso del primer ministro Gladstone en. 1 que el arrollador imperialismo econémico inglés queda, transformado en obra dictada por la Divina Providencia: "La, ‘isin de fundar estas colonias y de vigilar sobre las mismas. asegura Gladstone— ha sido tan inequivocamente contfiada por la Providencia al cuidado del pueblo de este pals que de beriamos renunciar al mismo nombre de ingleses si legira ‘mos a falta a este deber", ‘Una serie de normas, de reglas severas, marcan cotos in- violables. Los limites deben respetarse a toda costa porque, si ‘no, se corre el riesgo de incurrie en subversién. Dentro de los recintos asi dibujados puede ejercerse con prudencia la liber~ tad: el dinero es omnipresente, pero de él no hablan los caba~ eros; el positivismo es itil en la ciencia pero tabi en la Igle~ sia; cualquier cuestionamiento politico es posible siempre y ‘euando se haga en el predio de Trafalgar Square y parado en tun banquito; una buena prostitucién controlada es la mejor garantia formal para la presunta virginidad victoriana, Pero hay en especial una duplicidad de época en la que de- hemos necesariamente detenermos porque resulta funda ‘mental para comprender la actitud de Carroll hacia los nitios| tal vez seria mejor especificar “hacia ls ninas”- dentro Y fuera de su obra: la ambigua mirada victoriana sobre la in fancia,esa peculiarisima mezcla de culto y opresién. 10 Por un lado el nino era el Inocente. Primitivo, “natural’, pitante de una especie de limbo moral, asexuado, virgen todo conocimiento acerca del bien y del mal. Words- rth, Coleridge, los roménticos en general desarrollaron, smo tema esa primitiva, no contaminada comunién entre nifo y la naturaleza, Fl adulto se siente obligado a “proteger” esa inocencia y tonces isla al nino, yal aslarlo lo obliga a permanecer en limbo y lo fuerza mediante la represion y el castigo a no sviarse de la imagen artificial que para él ha elaborado. Di a para ello dos cotos cerrados: la nursery y el colegio, que en la doble funcién de salvaguardar al Inocente de la sntaminaci6n con el mundo adulto y de permitrle el ejer- cio de cierta libertad, el presunto goce en un mundo mara- joso, paradisiaco y dorado, Al mismo tiempo, el mito del Inocente en su pequeito no les servia a los vietorianos para expurgar, simbélica- ente, su culpa social, la de los nis hacinados en las ciu- des, ninos que trabajan en las minas 0 en las fabricastex- sen condiciones oprobiosas, desnutridos, sin ninguna le- cid que los proteja.¥ este telon de fondo no es obvia ‘Sélo ast, ala luz de a realidad social victoriana, se recorta {verdadero sentido de la ideologia en torno al nio, ni mis ‘menos que como el doctor Jeckyll se completa con la pre cia de mister Hyde, Esta ambigiedad de una infanciaa la vez adorada y repri a, aslada del adulto en lo ideol6gico pero incorporada y lotada en la producci6n, es sustancial para comprender el bien ambiguo sentimiento de Carroll hacia ls ntfios y los ivenes de Alicia por el pais de las matavilla y el oto lado del Peo. El reverendo Dodgson ares Lutwidge Dodgson no es de ninguna manera extrano Nese mundo victoriano y en cierto modo no puede decirse geno haya respondido a las expectativas que la sociedad vic~ Fiana depositaba naturalmente en él. Hijo de un clérigo, fmogénito de una familia numerosa de clase media, sobria ugar a dudas y hasta posiblemente severa, Charles no re 5 6 abiertamente de su condicién ni por un instante y, muy foriano, supo, como veremos mis adelante, acotar prolija, sforzadamente su locura, ejercer su atipicidad dentro de Timites de la convencién. Formalmente no se desvia en lo nfs minimo dela regla: aventajado alumno de la escuclita de fchmond, estudiante con inclinaciones intelectuales y escasa sbilidad deportiva en rugby, becario de Christ Church en. Dxford, catedritico de matematicas,docente y didcono. Vivi6 ‘ltimos cuarenta y siete afios de su vidaen el mismo lugar, a vida social normal para un hombre de su clase, apunta- da por costumbres algo rigidas y hobbies tal vez, peculiares 0 perfectamente admisibles. Nadie pudo dudar jams de fu condicién de matemstico aunque, como matemiitico, tu- especial interés por las paradojas y los callejones sin sa- da, por tantear y tentar con pasion lidica los limites de su sca, Nadie pudo dudar de su fervor religioso, de su exage= da reverencia, aunque no dejase de sorprender el hecho de gue no consumase jams el camino al sacerdocio. Nadie pudo ludar de la sobriedad y la honorabilidad de las costumbres de ‘puntilloso burgués, y sin embargo hubo mas de una 13 madre que Ie negé la frecuentacién de sus hijas. Viva, c dijo Chesterton, una vida en la que habria tronado conta q aque se atreviese a pisar el césped y otta en la que podia af ‘mar con todo desenfado que el soles verde y la luna, al Basta con tomar al azar tes pasajes de su nutridisima rrespondencia Despus de cambiar de opinin varias verse eeribe aun aig con clue habia enado la noche anterioc-me dec por fin y me anim pale un fiver con esperanza de gue no maisterprets mis nen ones. El avor que wy apeite esque no wl contr isi camo a que me conte d viernes pasado, efridaa aolacones heh segin se die por un nino acerca de temas ageads. acotacones cue ‘mayor parted a gente consierariaireverentesen boca de datos era «ques considera inocentes cuando ein ea boc de lot is ue | tienen ninguna concienca dea ireverencia Se extrac entonce sine lita eoncusin de que sguen sind inacentes cuando is spite on Adulto] De modo que te raego este for sencilamente como alg peso Ls naracin de a anécdot me prod un sumint tly | asta tl punto me ech perder place de es cena intima qu seguro de que quetisaorrarme el disgunto en lft Ya su amiguita Gaynor le eseribe en 1875: Con sespecto al bal, i querida, yo jams alo salvo que se me pe rita hacer emi propio moda No ene sentido intent descr hay que ved para ereelo, Ena hima eas en la que lo pe en ps tices huni el psa. Claro que se rata de un psito miserable. vigas desis pulgadas apenas, que casi ni siuiera merecan lsmane ‘vigas Las areas de pzdsa son mucho mis aconejbles cuando s€ testa de bila a mi manera, Vise alguna vex al Rincerone y l popstamo bailando juntos el minuet en el jndinzoodgico? Result sonmovedor m ¥en tono muy distinto le escribe a otra Estwviste tan amable lotro da que ya casi te he perdido el miedo. EI tigeroemblor que por peribien mis tno debe a concen ca de que es ata quien le estoy escribindo.ydesaparecers pronto aproxima vezque tetome prestada me gustaria tnertea sol pe ero reibic a mis amiguitas de a una. ¥ oto dla reciré 3 Maggie sol, sila acepta (sls cues!) Per primero quiero pedir prestada (opens i me atrevo a decitlo) a ta hermna mayor Oh, temo me asusta el blo pensar! {Cres que ends? No quiero decir {que venga sols supongo que tambin podria venir Maggie para que todo rst correcta, 1No deja de llamar la atencién el hecho de que las tres car- hayan sido escritas por una misma persona -el reverendo arles Lutwidge Dodgson, alias Lewis Carroll-, en un smo lugar ~su prolijo escritorio de Christ Church-, posi- Jemente con la misma tintaroja que insisti6 en utilizar du- inte veinte afi, Los contemporineos coinciden en describirlo como a un tern remilgado y quisquilloso; esnob en las relaciones so- ales, tory en politica y perfectamente ortodoxo en materia ligiosa; extremadamente timido y mas bien formal y pro- colar con los adultos; amable, chistoso y servicial con las has; de rostro ligeramente asimétrico; tartamudo, algo yrdo y de aspecto tan atildado y ferinoide que los alumnos Christ Church firmaron una parodia sus parodias con el jombre de “Louisa Caroline”, Se cuenta ademés que comia y bebia muy frugalmente inque manifestaba a la ver gran interés por las comidas, ‘que tenia tal aprehensién por las infecciones y el aire con- nado que en ocasiones tapaba todas las rendijas de puer- y ventanas y habia inventado un sistema para mantener bs tuna temperatura constanteen sus habitaciones ara og Akh eorrer vais veces l dns yond de termometog “eninna ran babildad analy de chicos habia ong teuidoun teatro de teres y habia fabricado para una de ep Hermanas un equipo completo de heramientas que cabia en tn eaja de una pulgada Invent un nictgrao para esr Tat dens que see ocursian en ls noches de insomni,vtiog métodos mneménicos,advinanz yuegos. CColecionaba cajs de misc ylapiceras, archivabay ae sifcabaeuidadosamente todas ls carat que exrblao teh Bay llevaba un reisto de todas ls eens las que habia sido inluids el mend la dstribucion de los comens les alrededor dela mes; ce ocupaba peronalmente dela ed Gién de ous libros abromaba con insrucciones y ques 3 Jos lustradores Le envio a Macmillan un diagrara preciso de cdmo deblanempaguctase los envios ques le hiisen, por dénde debian past los pioines y dinde exactamente cian starve los nudon:Y par estar seguro de queel cont mid de Siva y Bruno nose conociese antes dea eicion Inbra emié cl manuscrit por correo a Faris, su dust dor cortado en pequeta ins nurerada en sre Sep rao, una gia paras reconstracion Te intereaba los juegos yas reels de los juegos y en a= ‘casionespropas ques intedujeraninnovacones et Ion reglamentosTambin fe interesaba el tempo los reo- jesy posla la habildad de escribir enespejo. "Tents ademas una marcada incliacin hacia las nis Pe aquetas_-y coincident aversion por ls varones- y gusta de foograiaras con distaces prediectos dela epoca, en si tuaciones “naturales bien, cuando Te fe pose, esn= ass ra inflexible en materia eligios,y no adi jase tear en diseusion sobre el tema Tambien era inflexible sto de su seudénimo y no aceptaba que se confundiese (Carroll con Dodgson. Convencional, obsesivo hasta la mania, excéntrico hasta 1 bordes de la locura, sensual y asexuado, fatalmente ambi- 1, Charles Dodgson/Lewis Carrol es sin duda tan inasible smo el propio Snark. Volvamonos hacia la obra, El juego (inecluido el matems- fico) y la literatura (una literatura muy ligada al juego, a los ralabarismos de lenguae, la paradoja ya la logica) son dos tuces tempranos della expresién carrolliana, dos campos fa- tos para domesticar la focura. El primer canal de expresin fue posiblemente el juego con hermanos (los titers, los disfraces, las maquetas); el se- do, las revistas familiares -Poesia Util e nstructiva, La Re- ta de la Recoria y El Paraguas de a Rectora- funcladas, di- fdas, alimentadas y manuscitas por Charles en beneficio de hermanos entre 1845 y 1855 y Misch-Masch (Cajon de Sas- 5), de caricter menos doméstico que apareci6 entre 1855 y 1862, con articulos y poemas que ya habian aparecido en The strated Times yen la Whitby Gazette | Estas publicaciones, plagadas de parodias y disparates fnonsense), de paradoja lgicas, de humor a veces cio, tj s sobre la urdimbre de los juegos de palabras, donde apare- ‘ya temas tipicamente carrollianos como el tiempo, la resién oral y el extraiamiento del cuerpo, son tn auténtico tecedente de las dos Alicias. En elas aparece por primera ‘Jabberwocky’ la famosisima jtanjafora de A través del spejo yl primera versién del ciptico poema pronominal del ‘eapitulo del uicio de Alicia en el Pats de las Maravlls. | Dentro de esa linea y encuadrados en esa creacion litera~ in de los ingleses que se conoce como nonsense (absurdo, disparate, sin sentido), nacen Alicia en el Pais de las Maravi- 35, primero, y luego A través del espejo y lo que Alicia encon- a trai Seqin los testimonios reterades del narradory de wy audiencia a primera versién -oral- de Alicia en el Pais de ng Maravlastuvo lugar en el Times cierto dia de verano nt ticamente soleado, a bordo de un bote en el que, ademés del joven didcono, viajaban el reverendo Duckworth y las tees hijas del dean de Christ Church, Lorina, Alice y Edith Lids dell. En 1864 Alicia, la favorita y protagonista del cueno, rex cibe un manuseritoilustrado por el autor que se llama “Lag aventuras de Alicia en el Mundo Subterrineo”. Al ao sic guiente aparece la versin impresa, con agregados, modifica. ciones y su titulo definitive. En 1872, ciando ya el primer cuento goza de gran éxito, aparece A travis del ie. En ambos casos la protagonist, Alii, la nia victorian crzaun limite (desciende por la madciguera dl conejo, tra” vies el espejo)y se encuentra con un mundo “disparatado” pero righ, con un juego de replas distntas pero incuestiona- bles hasta crueles, que a pesar de su dsfazonticoreeueran incesantemente ala cultura del lado de acl de la vistante Pero ambas Alicas tascienden el juego del nonsense yale

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