"... con motivo de las próximas fiestas navideñas y para expresar nuestros
férvidos y cordiales votos de una felicísima Navidad... unidos pues a Su
Excelencia y a quienes le acompañan en la dura y riesgosa tarea de servir a la
patria aun a costa de la propia vida, esta Comisión Permanente saluda a Su
Excelencia con la más distinguida consideración y la promesa de humildes y
diarias oraciones al Señor..."
Es conocida la mentira --mil veces repetida-- de los jerarcas eclesiásticos de “no meterse
en política”, y que es parte de la puesta en escena del esquema ideológico mediante el
cual se presentan como seres pertenecientes a un limbo de contornos celestiales,
ubicado más allá del bien y del mal.
La terquedad de la vida, sin embargo, nos muestra que una de las prácticas más
insidiosas de la política es la ejercida por la ensotanada jerarquía, cultora de los más
radicales extremismos cuando de la defensa de privilegios clasistas se trata.
Y dado que no puede sobrevivir un dominio, sea éste personal, grupal o social sin ejercer
la fuerza sobre los dominados, ese ejercicio requiere a su vez de aparatos especializados
en la búsqueda de información para reprimir a quienes con su actividad pongan en
peligro al dominio.
“La Entidad” ha tenido como jefes a Ludovico LUDOVISI, Lorenzo MAGALOTI, Paluzzo
PALUZZI, Bartolomeo PACCA, Annibale ALBANI y Luigi POGGI, entre otros, bajo cuyas
órdenes han sido ejecutadas operaciones encubiertas, se han cometido asesinatos, se ha
financiado a grupos terroristas y se ha lavado dinero, tareas encargadas a sus diferentes
unidades de operaciones, incluyendo las de ejecución como el “Círculo Octogonus” o el
de los “Hábitos Negros”.
Desde 1903 el trono papal es ocupado por Giuseppe Melchiorre SARTO, quien escoge el
alias de Pio X y en las postrimerías de su mandato constituye el “Sodalitium Pianum”
(Liga de San Pío V), tarea encomendada al Monseñor Umberto BENIGNI. El Programa de
la organización es un canto al sectarismo católico y entre sus misiones está la de
perseguir a cualquier sacerdote que cuestione al poder papal.
Y:
El Papa muere en junio de 1963 “de un cáncer que progresó rápidamente" [¡milagro
en el Estado de por sí milagroso!] y en la sucesión corresponde el trono al cardenal
MONTINI [dos “milagrosas casualidades” a la medida de las necesidades de la CIA],
quien adopta el apodo de Paulo VI y apenas dos días después de su nombramiento se
reúne con John KENNEDY, quien visitó Roma acompañado del Director de la CIA, John
MCCONE, y desde entonces las relaciones del Vaticano con el Departamento de Estado de
los Estados Unidos mejoraron sensiblemente y la CIA recuperó el terreno que había
perdido en el corto reinado de Juan XXIII; tanto, que para la jerarquía vaticana era más
importante el Jefe de Estación en Roma que el mismo Embajador.
Uno de los más activos agentes del espionaje y operador político del vaticano es Luigi
POGGI, entonces Encargado de la misión que en Túnez negociaba el modus vivendi con
Roma, quien jugará papel importante en la situación latinoamericana en los años
ochentas.
Por los años sesentas el Continente latinoamericano está cundido de gobiernos militares
y civiles monitoreados desde el Departamento de Estado, y uno de sus gobiernos más
cercanos en la región es el de Venezuela, donde hay miles de presos políticos y los
cuerpos represivos --amparados en una permanente suspensión de garantías
constitucionales-- no cesan en su tarea de secuestrar, allanar universidades, cerrar
medios de comunicación y asesinar a desempleados, obreros, campesinos y estudiantes,.
“Nos trasladaron al local vecino. Al frente vimos una bodega, completamente desmantelada,
como si estuviera abandonada. Tropezamos a nuestro paso con un cura regordete, de aspecto
saludable, de vientre redondeado, tez blanca y de baja estatura. Se había situado junto a una
mesita, sobre la cual estaba colocada una maleta de cuero abierta, de fondo rojo y en su
interior se divisaba un crucifijo. Delante de nosotros teníamos al Padre Petit muy afanado en
acelerar los preparativos para oficiar una misa. A su lado un «Cazador», bastante joven y de tez
blanca como el cura, pero delgado y de baja estatura, fungía muy serio el oficio de sacristán.
Muy próximos al sacerdote se situaron los tenientes Zavarce y García Gimón y el Comandante
«Tony». Muy cerca de los oficiales se encontraba un digepol que habíamos oído mentar por el
apelativo de «El Bachaco». A nuestro alrededor había un círculo de fuego. Pude contar a veinte
«Cazadores» armados de fals que se mantenían en actitud de alerta. Nos hicieron formar cuatro
filas de diez personas cada una. En ellas predominaban los campesinos, vestidos con sus telitas
ordinarias, casi descalzos y con sus mansas miradas. El cura dio comienzo a su acto litúrgico…
(…) Al fin dio comienzo a su sermón. Poca atención pusimos al contenido de su perorata.
Aquella salmodia no nos inspiraba interés. Más bien nos provocaba repulsa y animadversión. Sin
duda, se trataba de un sermón soporífero que actuaba en nosotros como una anestesia. El cura
nos atiborró de imprecaciones.
— «Hijos míos, aún todavía tenéis tiempo de reflexionar y arrepentiros de vuestros pecados.
Tenéis todavía tiempo de enmendar vuestras vidas y rectificar vuestro camino equivocado. Dios,
Nuestro Señor, es infinitamente bueno, infinitamente generoso, y él os perdonará vuestros
pecados. Y, las autoridades aquí presentes, por medio del trato, se encargarán de demostraros
la falsedad de la causa por la cual lucháis vosotros inútilmente»”. Páginas 65-66.
Fue conocido en esos años que la iglesia de Pueblo Nuevo de la Sierra era utilizada como
sitio de reclusión y torturas por el Ejército y la DIGEPOL, con la anuencia y el silencio
cómplice de la jerarquía eclesiástica.
Y también fue público que la única visita hecha a los Teatros de Operaciones en Lara por
el Obispo de esa entidad, Críspulo BENÍTEZ FONTÚRVEL, fue para abrazar a Rómulo
BETANCOURT y bendecir a los militares y civiles que mantenían a decenas de
venezolanos bajo secuestro y sometidos a torturas.
Durante más de una década el país se vio sacudido por una represión que desconoció las
normas elementales de los tan nombrados “derechos humanos”, con policías que
secuestraban no solo a militantes políticos, sindicales, estudiantiles y sociales sino
también a los familiares de ellos para chantajearlos y obligarlos a entregarse.
Y esa situación se profundiza a partir de 1978 con la llegada al trono papal del Cardenal
Karol Józef WOJTYLA, quien escoge el alias de Juan Pablo II.
“Le imputa el Señor Fiscal Crous a Cristian Federico Von Wernich la complicidad primaria en la
privación ilegal de la libertad agravada y tortura de Elena de la Cuadra y Héctor Baratti; la
sustracción, retención y ocultamiento, supresión de estado civil y falsedad ideológica de los
documentos públicos destinados a acreditar la identidad de la hija de éstos nacida en cautiverio
que recibió de sus padres el nombre de Ana Libertad; también la
complicidad primaria en la privación ilegal de la libertad agravada y
tortura de Luis Velasco, Néstor Bozzi, Ricardo San Martín, Jorge
Andreani, Analía Maffeo. Liliana Galarza y su hija María Mercedes,
Osvaldo Lovazzano, Alberto Canciani, un Comisario de la policía de
la provincia de Buenos Aires que había sido trasladado desde
Tandil, una joven que estaba en la Brigada de Investigaciones de La
Plata del cual se desconoce su identidad, Jorge Fernando Fanjul
Mahia, Cristina Bustamante, Cecilia Luján Idiart, Domingo Héctor
Moncalvillo, María del Carmen Morettini, María Magdalena Mainer,
Pablo Joaquín Mainer, Nilda Susana Salomone, Carlos Alberto
Zaidman, José María Llantada, Eduardo Kirilovsky, Jorge Gilbert,
Héctor Mariano Ballent, Ramón Miralles, Juan Ramón Nazar, Alberto
Liberman y Luis Larralde; de igual modo -al menos como cómplice
secundario por promesa anterior- en la privación ilegal de la libertad de Ricardo Antonio Sanglá,
Rodolfo Emilio Pettiná y Héctor Oscar Manazi, según lo denota la actividad que desplegara en su
visita a la casa de Trenque Lauquen en La Plata, lugar en el cual coaccionó a la señora Elena
Taybo de Petinná para que deje de buscar a su hijo y desista de realizar denuncias ante la
CIDDHH de la OEA, bajo riesgo de que sus demás hijos, o ella misma corriera la misma suerte
que el joven desaparecido.- también le imputa el Señor Fiscal la condición de partícipe primario
o secundario según la discriminación efectuada anteriormente, en el homicidio calificado de
aquellos que no han reaparecido en especial los de María del Carmen Morettini, Cecilia Luján
Idiart y Domingo Héctor Moncalvillo.”
En cuanto al Nuncio Papal, el cardenal Pío LAGHI, transcribimos dos de sus opiniones y el
testimonio de víctimas del terrorismo de Estado practicado por los gobiernos militares en
el sur del Continente, bajo la tutela del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
"... Hay una coincidencia muy singular y alentadora entre lo que dice el Gral. Videla de ganar
la paz y el deseo del Santo Padre para que la Argentina viva y gane la paz..."
Mons. Pío Laghi (Nuncio Papal)
17-06-1976
"... el país tiene una ideología tradicional y cuando alguien pretende imponer otro ideario
diferente y extraño, la nación reacciona como un organismo con anticuerpos frente a los
gérmenes, generándose así la violencia... en este caso habrá de respetarse el derecho hasta
donde se pueda..."
"... los valores cristianos están amenazados por la agresión de una ideología que es rechazada
por el pueblo. Por eso cada uno tiene su cuota de responsabilidad, la Iglesia y las FF.AA.; la
primera está insertada en el Proceso y acompaña a la segunda, no solamente con sus
oraciones, sino con acciones en defensa y promoción de los derechos humanos y la patria..."
Mons. Pío Laghi (Nuncio Papal)
Declaraciones en Tucumán.
27-06-1976
Apenas iniciado el Operativo, Vilas se reunió con las dos máximas jerarquías católicas: Blas
Victorio Conrero, arzobispo de Tucumán y Juan Carlos Ferro, obispo de Concepción, a quienes
les pidió «su colaboración en la lucha». La respuesta fue inmediata: «los altos prelados
eclesiásticos -reveló Vilas- accedieron a mi petición y algunos sacerdotes modernistas fueron
retirados de la zona».
A partir de esa reunión y de las decisiones adoptadas por la jerarquía católica, los represores y
los sacerdotes iniciaron una tarea conjunta que no conoció límites.”
Tomado de http://desaparecidos.org/notas/2007/10/arg-la-iglesia-tambien-complic.html
Otra operación política importante de “La Entidad” en el sur del Continente fue la
desarrollada en Chile para garantizar impunidad a su protegido, PINOCHET, en la que
tuvo destacada actuación el Nuncio Papal, Ángelo SODANO, a
cuyo fin fue sustituido el Arzobispo de Santiago, Raúl SILVA
HENRÍQUEZ, por Juan Francisco FRESNO LARRAIN, mucho más
“amistoso” con los militares.
“Al inicio de los ochenta, me encontraba estudiando filosofía en un recinto tridentino, dirigido
por el celoso arzobispo de Valencia (Venezuela) Mons. Luis Eduardo Henríquez Jiménez, Padre
Conciliar de Vaticano II; él vigilaba personalmente la ortodoxia de la formación sacerdotal, y
además, enseñaba la asignatura Ministerio Sacerdotal. El
desempeño de su curia arquidiocesana, su liturgia, su
seminario, su clero y su quehacer pastoral reflejaban un
paisaje tan solemne como Anselmiano...
Todavía están frescos en la memoria de los venezolanos los rostros sonrientes y felices
de los jerarcas eclesiásticos que el 11 de abril de 2002 apoyaron el desconocimiento de
todas las instituciones políticas, jurídicas y morales del país.
Y por allí andan, como si nada hubieran hecho, emitiendo opiniones acerca de lo humano
y lo divino y posando de lo que nunca han sido.
Este discurso del militante político debe ser desmontado, pues debería explicar primero a
quiénes ha hecho el petróleo “la vida fácil”.
• ¿Es un ataque por mampuesto a la Misión “Barrio Adentro”, que a pesar del sabotaje y la
descomposición interna ha demostrado que es posible garantizar la salud a quienes
tradicionalmente no tuvieron derecho a ella, aun cuando los ingresos petroleros nunca han
dejado de fluir en Venezuela desde 1920?
Creemos que es todo eso y algo más, pues el militante político que pronuncia el discurso
es, socialmente hablando, hijo de la burguesía valenciana, que por muchos años ha
venido entrecruzando apellidos y prejuicios sociales, razones por las cuales Valencia ha
sido históricamente señalada como cuna de una godarria excluyente, soberbia y
oportunista, teatro de la batalla decisiva para la victoria militar contra la corona española
pero también antro de la conspiración contra la política integracionista que BOLÍVAR
intentaba aplicar para enfrentar el apetito hegemónico estadounidense.
Porque para la burguesía toda inversión social es “un derroche” del dinero que
consideran suyo ya que según ellos sólo su clase tiene la sabiduría para invertir y el
gusto exquisito para disfrutar.
De allí la torcida versión que este militante, continuando a sus reaccionarios antecesores,
da del socialismo, pues como dice Leonardo BOFF de la iglesia católica actual: “Siento
que predominan hoy burócratas de lo sagrado que repiten las viejas fórmulas que nadie
adopta porque poco tienen que ver con la vida y no generan esperanza”.
Y es que la jerarquía eclesiástica, como parte de los Aparatos Ideológicos del Estado,
intenta mantener la idea de que la sociedad, tal como es ahora, no debe cambiar porque
así es el designio divino, como resumía Giuseppe Melchiorre SARTO (Pío X) en 1903 (Fin
dalla prima), citando a Gioacchino PECCI, cuyo seudónimo era León XIII, en su Encíclica
Quod Apostolici muneris:
"I. La sociedad humana, tal como Dios la ha establecido, está compuesta por elementos
desiguales, como desiguales son los miembros del cuerpo humano; hacerlos todos iguales es
imposible, pues supondría destruir la propia sociedad.
II. La igualdad entre los diversos miembros de la sociedad consiste únicamente en que todos los
hombres tienen su origen en Dios Creador, han sido redimidos por Jesucristo y deben ser
juzgados y premiados o castigados por Dios según la medida exacta de sus méritos o
deméritos.
III. De aquí viene que esté de acuerdo con el orden establecido por Dios que haya en la
sociedad humana reyes y súbditos, patronos y obreros, ricos y pobres, sabios e ignorantes,
nobles y plebeyos, los cuales, unidos todos por un vínculo de amor, se ayuden mutuamente a
conseguir su último fin en el Cielo y, sobre la tierra, su bienestar material y moral."
Por eso detestan al análisis que el marxismo hace de la sociedad capitalista; por eso
temen al socialismo revolucionario, lo falsifican y rodean de hedores satánicos, de terror
infernal.
Porque las herramientas del materialismo histórico vuelven patas arriba a las
imposiciones políticas y económicas disfrazadas de mensajes divinos.
Porque una fuerza política clasista, que haga un diagnóstico propio de la sociedad y con
base en él presente un plan alternativo de producir y distribuir los bienes, también tendrá
la capacidad de responder a las patrañas politiqueras, aunque éstas se vistan de
“filosofía” y se oculten tras humaredas místicas.
Porque cuando los trabajadores, y en primera línea los obreros, se reconozcan como
clase y asuman su rol político, hasta ese día tendrán ocasión de engañar y manipular los
servidores del capital como el ensotanado militante copeyano de extrema derecha
Reinaldo DEL PRETTE.
Adjuntamos una caricatura del “sentido social”, tal como lo entienden algunos curas, y que hemos tomado de
la revista estadounidense “MAD”, ejemplar 143 de junio de 1971, páginas 29-30. El tiempo ha transcurrido,
pero la situación planteada es idéntica.