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Arturo Ruiz

20 de julio de 2016 · Lima ·


Estimados amigos
Quiero agradecer todo el apoyo y solidaridad que manifestaron en el
transcurso de la vida de Gilda y el acompañamiento continuo durante su
deceso. Estuvieron cuando más se les necesitaba atenuando el dolor con su
presencia.
Gracias por ese gran soporte que es la amistad y el cariño. Gilda siempre fue
una mujer muy positiva, inteligente, carismática y resiliente. Realmente mi
esposa fue una gran mujer a la que amé (amo). Pero ahora sólo me queda
seguir ...
Ella fue una gran maestra, era su estilo de vida, se emocionaba con lo que
enseñaba, transmitía ese amor a la literatura, por eso, en su honor, me permito
dedicarle y dedicarles el poema de Cesar Vallejo "MASA"
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
«¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando «¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...
A esto solamente quiero agregar que ella está andando en el corazón de cada
uno de ustedes. Pero sobre todo, en el mío...
Nuevamente gracias
Arturo

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