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El ensayo que presento trata de explicar, valorar la función y rol del docente dentro de un
sistema educativo que contribuye a la construcción de una sociedad, no es una actividad
sencilla. Para empezar, porque es difícil erradicar un concepto cargado de estereotipos y
adjetivos comunes negativos que la mayoría de las personas tienen acerca de los docentes ya
que se habla mucho de nuestra labor, y si un docente actúa mal perjudica la imagen de todos.
Considero que debemos concebir al docente como un ser individual con carencias y
necesidades, que posee actitudes y habilidades como cualquier otro ser humano, las cuales lo
distinguen y hacen diferente de otros docentes. Si bien es cierto que el maestro es un sujeto
de suma importancia en el proceso educativo, también es cierto que no es el único ni, por
asomo siquiera, el más importante. En consecuencia, no es el principal culpable de nuestra
mala educación.
La crisis educativa no sólo se ha vivido ni se vive en nuestro país: grandes naciones han
enfrentado y sobrevivido a un viejo sistema educativo. Pero en nuestro país, la disposición
de todos los componentes de la educación, la hace proclive al fracaso o, simplemente, a no
obtener los resultados deseados.
Agregando a esto tenemos la rutina, las bajas condiciones de los centro de trabajo, el bajo
salario, los salarios desiguales que hay en el mismo sector, el escaso material didáctico, el
poco apoyo por parte de las autoridades gubernamentales, la insuficiente preparación que se
recibe de los mandos educativos, los interminables trámites burocráticos que parecen ser más
importantes que la educación misma, las organizaciones sindicales que se convirtieron en
cotos de poder que benefician sólo a unos cuantos, alumnos desinteresados en su educación,
padres solapadores y más desinteresados aún, y por último y no menos importante, la poca
disposición de algunos compañeros docentes para renovarse día a día.
DESARROLLO
En nuestro país, por cada diez alumnos de primaria, sólo tres son apoyados en casa cuando
las tareas se les dificultan y solo pocos alumnos tienen padres comprometidos con su
desempeño académico. Uno de cada cuatro padres de familia considera que ocho es una
buena calificación. Por lo anterior, los padres de familia deben reconocerse como parte del
Sistema Educativo, dar un acompañamiento cercano al proceso educativo de su hijo y
mantener una comunicación directa con las autoridades educativas.
Preocupado por esta situación nuestro gobierno echo andar la reforma educativa y así realizar
los cambios necesarios para elevar la calidad educativa en nuestro país. Sin embargo, el
siguiente paso, y el más complicado para hacer realidad dicha reforma, es lograr la
participación comprometida de los agentes principales de la educación: padres de familia,
alumnos y docentes.
Otro dato relevante es el que señala que en México, menos del 10% de los alumnos en el
último año de bachillerato, dedica más de cuatro horas diarias al estudio. Por eso, es necesario
que los alumnos en México busquen su mejora continua, sean agentes activos de su propio
proceso educativo, y estén en constante comunicación con sus padres y maestros.
Los docentes, sin duda, son actores clave para la calidad educativa. Ellos deben, ante todo,
procurar el aprendizaje y bienestar personal de los alumnos, estar en constante comunicación
con los padres de familia, y buscar su capacitación y evaluación constante. Hoy en día, 68%
de los docentes mexicanos en secundaria, afirman que la mayoría de sus clases, ellos dictan
y los alumnos toman nota. Además de estos tres actores clave en la educación (alumno,
maestro y padre de familia) es necesario que la sociedad civil tome un papel de seguimiento,
vigilancia y corresponsabilidad con la educación.
El profesional de la educación enfrenta retos, los cuales sugieren terminar con la rutina, crear
nuevas formas para mantener la disciplina en el salón de clases y buscar soluciones ante la
falta de materiales para el desarrollo de sus clases.
En algunos casos nos encontramos con profesores de la educación que se han convertido en
administradores de sus clases ya que observamos que en sus aulas de clase prevalece el
principio en el cual ellos son los que hablan, supervisan y organizan las actividades sin que
en muchos casos se permita la interacción del estudiante.
Aun cuando consideramos que les exigimos a los estudiantes altos niveles de ejercicio
intelectual, realmente lo que obtenemos son respuestas memorizadas de textos escolares en
donde no vemos la opinión del estudiante frente a lo que leen. Cuando el rol del maestro o
profesor es sólo autoritario impide el intercambio de pensamiento entre sus alumnos y ellos.
Nos olvidemos que el salón de clases toma vida y forma con los alumnos que piensan, hablan
y actúan. No quiero decir con esto que el profesor no ponga sus límites y reglas dentro del
aula de clases para que sus alumnos tengan claro lo que pueden o no hacer.
En este momento, la educación nos presenta todo un reto en donde habrá que dejar
estereotipos y cambiar los esquemas existentes. Cuando se fracasa a un alumno, realmente,
¿quién fracasa? ¿El alumno o el profesor que no pudo llegarle a ese alumno?, ¿los padres?,
¿la escuela?
Por ello, hoy en día el papel de los formadores no es tanto enseñar unos conocimientos que
tendrán una vigencia limitada y estarán siempre accesibles, como ayudar a los estudiantes a
aprender a aprender de manera autónoma en esta cultura del cambio y promover su desarrollo
cognitivo y personal mediante actividades críticas y aplicativas que, aprovechando la
inmensa información disponible y las potentes herramientas, tengan en cuenta sus
características y les exijan un procesamiento activo e interdisciplinario de la información
para que construyan su propio conocimiento y no se limiten a realizar una simple recepción
de memorización de la información.
Un verdadero proceso de construcción exige que los docentes como profesionales de la
educación asimilen una nueva cultura académica donde se promueva esta nueva sociedad
global que ha sido provocada por el crecimiento democrático y el avance de la ciencia y la
tecnología.
En muchos hogares en el contexto que laboro hay padres de familia que se ven en la necesidad
de dejar a sus hijos solos porque hay que trabajar para traer el sustento diario, eso provoca
dejar a los niños solos y en ocasiones no se dan cuenta si hacen la tarea, si necesitan algo, si
comieron después de clase pero lo más importante con quien se juntan.
En contraste hay alumnos muy bien cuidados por su mamás, que se preocupan por las
actividades académicas de sus hijos y están al pendiente de lo que ellos necesitan, que ayudan
en las actividades de la escuela.
En México se han hecho esfuerzos para consolidar un Sistema Educativo, que sea capaz de
responder a los cambios socioeconómicos que con el paso del tiempo la sociedad exige. Sin
embargo, históricamente se ha dado una lucha de clases entre liberales y conservadores, lucha
que ha obstaculizado el avance, sobre todo en lo que se refiere a un marco normativo, que
permita dar sustento legal a las acciones de quienes participan y hacen posible que la
educación en nuestro país opere de manera eficiente.
CONCLUSIÓN
En la escuela existen ciertos indicadores que forman parte del aprendizaje de un joven, todos
los actores que están en la escuela son responsables de la educación del mismo, y hay que
establecer bien sus roles, aunque sea muy mínima la aportación, forman parte de una imagen
que lo orienta, desde la organización de la escuela hasta sus directivos.
También el trabajo del maestro no es solamente brindarles aprendizajes a los algunos, sino
crear un ambiente sano para ellos, tienen que pasar por situaciones de las cuales no fueron
notificados ni preparados para hacer pero forman parte de la labor del maestro y también
tratar de adaptarse al medio donde se desenvuelve la comunidad de la escuela.
El reto en México está en crear oportunidades para el desarrollo de los jóvenes con escasos
recursos que son el principal foco de atención, provocando así la motivación a la preparación
y al estudio siendo estos mismos el futuro del país.