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Ingeniería Civil
INTRODUCCIÓN A LA
MECÁNICA DE LOS SUELOS
MECÁNICA DE SUELOS:
Es la rama de la ingeniería que estudia las propiedades físicas de los suelos y su comportamiento
bajo esfuerzos y deformaciones unitarias en condiciones ideales.
Casteletti (1996), la define como: la rama de la ingeniería que estudia el comportamiento físico de
los suelos por medio de sus características índice y de sus propiedades mecánicas e hidráulicas.
Características índice tales como: contenido de humedad, relación de vacíos, porosidad, grado de
saturación, pesos volumétricos, límites de consistencia, tamaño y forma de las partículas entre
otras. Propiedades mecánicas como la compresibilidad, deformabilidad, resistencia al esfuerzo
cortante y propiedades hidráulicas como la permeabilidad. El Doctor Celso Iglesias ubica esta
disciplina, como una rama de la geología aplicada (ver Figura I-1).
El conocimiento de las características índice y de las propiedades mecánicas e hidráulicas de los
suelos, permite estudiar los problemas de estabilidad de las excavaciones, túneles y terraplenes,
empujes de tierra, capacidad de carga, asentamientos y desplazamientos, filtraciones, presiones
hidrodinámicas, estabilidad de taludes, consolidación, relaciones esfuerzo-deformación, etc.
Las partículas discretas que constituyen un suelo, no están unidas tan fuertemente como los
cristales de un metal y por tanto pueden moverse con relativa libertad, unas respecto a otras.
Asimismo, dichas partículas no pueden moverse con la misma facilidad que los elementos de un
fluido. Así pues, el suelo es intrínsecamente un sistema de partículas; siendo ésta propiedad la
que distingue la mecánica de suelos de la mecánica de sólidos y de la mecánica de fluidos.
(Lambe-Withman. 2008).
GEOLOGÍA APLICADA
Mecánica Mecánica
Geofísica Geología de Rocas
General de Suelos
Figura I-1: Ramas de la Geología Aplicada (según Dr. Celso Iglesias, 1997)
Suelos Residuales
Según su Origen
Suelos Transportados
Tipos de Suelo
Suelos Gruesos (tamaño entre 0,075 a 76 mm)
Según su Tamaño
Suelos Finos (tamaño menor o igual a 0,075 mm)
SEGÚN SU ORIGEN:
SUELOS RESIDUALES: son los que permanecen en el mismo sitio en que se formaron yaciendo
sobre las rocas intemperizadas, por lo que no contienen materiales extraños a la localidad de
origen. Entre los factores que influyen en la velocidad de meteorización tenemos: El clima, la
naturaleza de la roca original, la vegetación, el drenaje y la actividad bacteriana. Los suelos
residuales, suelen ser más abundantes en zonas húmedas y templadas, favorables al ataque
químico de las rocas y con suficiente vegetación para evitar que los productos de la meteorización
sean fácilmente arrastrados.
SUELOS TRANSPORTADOS: son aquellos que han sido trasladados de su lugar de origen,
redepositados en otras zonas y que sobreyacen a otros estratos sin relación directa con ellos,
conformando los denominados depósitos naturales.
Entre los agentes que sirven de transporte a estos suelos tenemos: el agua, el viento, el hielo, las
explosiones volcánicas y la fuerza de la gravedad. De acuerdo al agente de transporte, se deno-
minan como: aluviales, eólicos, lacustres, marinos y piedemonte o coluviales, entre otros.
Depósitos Aluviales: son aquellos que son arrastrados y depositados por el agua en
movimiento. El tamaño de sus granos varía desde grandes fragmentos de roca, a grava, arena,
limo y algo de arcilla. Son por lo general bien gradados y pueden encontrarse de estado medio
a muy compacto. El agua mezcla los suelos de diferentes orígenes, luego los selecciona y
deposita de acuerdo al tamaño de los granos. Los sedimentos finos son de mediana
compresibilidad, mientras que los sedimentos más gruesos, son de baja a muy baja
compresibilidad.
Depósitos Eólicos: son aquellos formados mediante el arrastre del viento, conformados por
partículas finas de tamaño variable, desde limos hasta arenas. Comprenden dos tipos
principales: 1) Los Loess que son depósitos constituidos por una mezcla uniforme de arenas
finas cuarzosas con cierto contenido de feldespatos y limos, y 2) Los Médanos que son
aglomeraciones de arena suelta que ha sido arrastrada por el viento a poca altura y que se
acumula al chocar con algún obstáculo natural en la superficie del terreno. Están formados por
arenas cuarzosas uniformes con algo de mica.
Los depósitos eólicos son característicos de regiones áridas, con compresibilidad de media a
alta y tienen la peculiaridad de cambiar sus propiedades mecánicas bajo saturación, debido a
los cambios del nivel de agua libre o en condiciones de flujo de agua.
Depósitos Lacustres: los lagos actúan como depósitos de sedimentación, en los que se
deposita la mayor parte de los materiales que llevan en suspensión las corrientes que los
alimentan. En la zona en que la corriente entra al lago, se depositan las partículas de mayor
tamaño en suspensión como las arenas, conformando los deltas, caracterizados por ser de
granos uniformes dispuestos en capas con cierta inclinación respecto a la horizontal. Las
partículas en suspensión más finas pasan a las aguas más profundas, depositándose en
estratos horizontales de poco espesor alternándose con partículas más gruesas que puedan
ser llevadas más allá del delta en períodos de gran arrastre. Estos depósitos, pueden
presentar alta a muy alta compresibilidad, debido a su alto contenido de materia orgánica
coloidal, pudiendo estar compuestos totalmente por material orgánico.
Depósitos Marinos: tienen su origen en la acción erosiva del mar sobre el terreno. Los
depósitos a poca distancia de la costa, tienen condiciones semejantes a los lacustres, la
deposición ocurre en aguas tranquilas y consiste en estratos horizontales de materiales finos
(limos y arcillas) pudiéndose presentar acumulaciones de arena calcárea.
Depósitos Piedemonte o Coluviales: se acumulan al pie de los taludes de las montañas debido
a avalanchas, deslizamientos o inestabilidad de los materiales superficiales de los taludes.
Contienen materiales de toda clase y tamaños de grano que van desde grandes fragmentos
hasta fina materia orgánica. Dada la característica heterogénea de éstos depósitos, la
compresibilidad y la resistencia al esfuerzo cortante son muy variables.
En términos generales podemos decir, que un suelo transportado queda descrito por su perfil
estratigráfico, que indica la secuencia de colocación y el espesor de sus estratos, por otra parte, el
transporte afecta los sedimentos de dos formas principales: a) modifica la forma, el tamaño y la
textura de las partículas por abrasión, desgaste, impacto y disolución y b) produce gradación de
las partículas, es decir, la distribución en diferentes tamaños.
SEGÚN EL TAMAÑO: Los suelos según su tamaño se agrupan en suelos gruesos (gravas y
arenas) y suelos finos [limos y arcillas (1)].
Oxigeno.
Silicio.
Aluminio.
Nota (1): en ocasiones, se designan los materiales con tamaño menor o igual a 2 como arcillas, pese a que su
composición mineralógica no sea la de éste grupo, no obstante, y para efectos del presente curso, se designan como
arcillas, los agregados que presenten ese tamaño.
MONTMORILONITAS: están formadas por una lámina alumínica entre dos silícicas, superpo-
niéndose indefinidamente. La unión entre retículas del mineral es débil, por lo que las moléculas
del agua pueden introducirse en la estructura con relativa facilidad.
Esto, produce un incremento en el volumen de los cristales, lo que se traduce macrofísicamente,
en una expansión. Las arcillas montmoriloníticas, especialmente en presencia de agua, presenta-
rán fuerte tendencia a la inestabilidad (ver Figura I-4).
ILITAS: están estructuradas análogamente que las montmorilonitas, pero su constitución interna
manifiesta tendencia a formar grumos de materia, que reducen el área expuesta al agua, siendo
su expansividad menor que aquéllas, lo que hace que se comporten más favorablemente desde el
punto de vista mecánico (ver Figura I-4).
CAOLINITAS: están formadas por una lámina silícica y otra alumínica, que se superponen
indefinidamente. En este caso, la unión entre todas las retículas es lo suficientemente firme para
no permitir la penetración de moléculas de agua entre ellas, lo que las hace relativamente estables
en presencia del agua (ver Figura I-4).
Figura I -4:
BIBLIOGRAFÍA:
1. Mecánica de Suelos. Tomo I. Juárez Badillo y Rico Rodríguez. Tercera Edición. 1984. Editorial
Limusa.
2. Nociones de Mecánica de Suelos. Prof. José Isidro Casteletti L. 1996. Universidad de los
Andes.
6. Mecánica del Suelo. Celso Iglesias Pérez. 1997. Editorial Síntesis, S.A.