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CURSO BÁSICO DE GRAMÁTICA TEÓRICA

1. Los objetivos de la descripción lingüística. Niveles de análisis. Noción


de gramática y tipos de gramáticas. Unidades de descripción
sintáctica.

2. Estructura de los constituyentes de la oración. Los sintagmas:

a. Sintagma nominal (SN)


b. Sintagma adjetival (SAdj)
c. Sintagma verbal (SV)
d. Sintagma adverbial (SAdv)
e. Elementos de relación: preposiciones (grupo preposicional) y
conjunciones.

3. La sintaxis de la oración básica. Los constituyentes de la oración.


Funciones sintácticas y funciones semánticas. Núcleo y términos
adyacentes:
a. El núcleo verbal
b. Sujeto
c. Objeto directo
d. Objeto preposicional
e. Objeto indirecto
f. Adyacentes circunstanciales
g. Atributos
TEMA 1

1. Los objetivos de la descripción lingüística.


La lingüística es el estudio científico tanto de la estructura de las lenguas
naturales como del conocimiento que los hablantes poseen de ellas.

El campo de la lingüística puede dividirse, en la práctica, en términos de tres


dicotomías:

 Lingüística sincrónica versus lingüística diacrónica

 Lingüística teórica versus lingüística aplicada

 Microlingüística versus macrolingüística.

Una descripción sincrónica de una lengua describe la lengua tal y como es


en un momento dado; una descripción diacrónica se ocupa del desarrollo
histórico de esa lengua y de los cambios estructurales que han tenido lugar
en ella. Aunque en sus inicios científicos la lingüística del siglo XIX se
interesó ante todo del cambio lingüístico y la evolución de las lenguas a
través del tiempo, el enfoque moderno se centra en explicar cómo funcionan
las lenguas en un punto dado en el tiempo y como los hablantes son capaces
de entenderlas y procesarlas mentalmente.

El objetivo de la lingüística teórica es la construcción de una teoría general


de la estructura de la lengua o de un sistema teórico general para la
descripción de las lenguas; el objetivo de la lingüística aplicada es la
aplicación de los descubrimientos y técnicas del estudio científico de la
lengua a una variedad de tareas básicas como la elaboración de métodos
mejorados de enseñanza de idiomas.

Los términos microlingüística y macrolingüística aún no están bien


establecidos. El primero se refiere a un más estrecho y el segundo a un más
amplio punto de vista en el ámbito de la lingüística. Desde el punto de vista
microlingüístico, las lenguas deben analizarse en provecho propio y sin
referencia a su función social, ni a la manera en que son adquiridas por los
niños, ni a los mecanismos psicológicos que subyacen en la producción y en
la recepción del habla, ni en la función estética o comunicativa del lenguaje,
etc. En contraste, la macrolinguística abarca todos estos aspectos de la
lengua. Varias áreas de la macrolingüística han tenido un reconocimiento
terminológico como, por ejemplo, la psicolingüística, la sociolingüística, la
lingüística antropológica, la dialectología, la lingüística matemática, la
lingüística computacional y la estilística.

2. Niveles de análisis.

En el análisis de la lengua podemos distinguir cinco niveles, con sus


respectivas unidades de estudio y las disciplinas lingüísticas que se encargan
del mismo. Los tenemos reflejados en la siguiente tabla:

NIVEL UNIDADES DISCIPLINAS


Fónico Fono/ fonema/acento/ Fonética / fonología
entonación
Morfológico Monemas / palabras Morfología
Sintáctico Sintagma / oración / texto Sintaxis (gramática)
Semántico Sema Semántica / lexicología
Pragmático Sentido pragmático Pragmática

3. Noción de gramática y tipos de gramáticas.

La Gramática es el estudio de las reglas y principios que regulan el uso de


las lenguas y la organización de las palabras dentro de una oración. También
se denomina así al conjunto de reglas y principios que gobiernan el uso de
un lenguaje muy determinado; así, cada lenguaje tiene su propia gramática.

Tipos de gramática

Entre los principales tipos de gramática se encuentran:


 La GRAMÁTICA PRESCRIPTIVA O GRAMÁTICA
NORMATIVA es la que presenta normas de uso para un lenguaje
específico, tendiendo a desaconsejar las construcciones no
estandarizadas. La gramática tradicional es típicamente prescriptiva.
Este tipo de gramática está basada usualmente en el dialecto de
prestigio de una comunidad hablante, y desaconseja a menudo ciertas
construcciones que son comunes entre los grupos socioeconómicos
bajos y que comienzan a usarse en grupos sociales más altos en
función de emular el comportamiento de aquellos. Aunque la
gramática prescriptiva aún suele utilizarse en pedagogía y en la
enseñanza de lenguas extranjeras, ha perdido peso en la lingüística
académica moderna, y actualmente describe solamente un
subconjunto del uso de la lengua.
 La GRAMÁTICA DESCRIPTIVA intenta describir el uso actual de
una lengua, evitando juzgar en forma prescriptiva. Se vincula a una
determinada comunidad hablante y pretende proveer reglas de uso
para cualquier palabra considerada gramáticamente correcta en esa
comunidad.
 La GRAMÁTICA TEÓRICA estudia los mecanismos de formación
de las oraciones buenas. Los principios de la gramática teórica son
sencillos y comunes a todas las lenguas, pero luego existen parámetros
que se aplican a cada una de ellas (relación sujeto-predicado;
construcción de sintagmas; movilidad de los elementos…)

Podemos encontrar además distintos enfoques en el estudio de la


gramática:

 La gramática tradicional es la colección de ideas acerca de la


gramática que las sociedades occidentales han heredado de Grecia y
Roma. La gramática prescriptiva es formulada usualmente en términos
de los conceptos descriptivos heredados de la gramática tradicional.
La gramática descriptiva moderna apunta a corregir los errores de la
gramática tradicional, y generaliza su normativa restrictiva para evitar
circunscribir los lenguajes al modelo del latín.
 La gramática funcional, es una visión general sobre la organización
del lenguaje natural, formulada por Simon Dik, que contempla tres
normas básicas de adecuación: la tipológica, que implica la aplicación
de reglas a cualquier lengua, la pragmática, que promueve la
aplicación de los enunciados a la interacción en la comunicación, y la
psicológica, por la que trata de ser compatible con los mecanismos
psicológicos involucrados en el procesamiento de un lenguaje natural.
 La gramática generativa es un enfoque formal para el estudio
sintáctico de las lenguas que puede en algunos sentidos generar las
expresiones bien construidas de una lengua natural. Una rama de la
teoría lingüística (psicolingüística) se basa en la gramática generativa,
promovida por Noam Chomsky.
 Las gramáticas formales aparecen en lingüística computacional. La
sintaxis de cada lenguaje de programación se define de hecho por una
gramática formal. En teoría de la informática y en matemática, la
gramática formal define lenguajes formales. La Jerarquía de Chomsky
describe varias clases importantes de gramática formal.

4. Unidades de descripción sintáctica.

En el estudio gramatical se distingue como unidad primordial la oración,


formada por constituyentes estructurales denominados sintagmas y
destinada, a su vez, a crear una unidad superior, el texto.

La oración gramatical es una unidad estructural, semántica y de entonación.


 Toda oración gramatical debe ser portadora de un significado
elocutivo.

 El orden de las palabras afecta al significado y la estructura


oracional y está sujeto a reglas.

 El significado léxico actúa también sobre la estructura


oracional.

 Existe la posibilidad de una ambigüedad en el significado léxico


oracional.

Distinguimos tres modalidades oracionales dependientes del grado de


conocimiento o desconocimiento del hablante y su actitud en la
comunicación.

I. Las oraciones enunciativas aseguran algo, afirmando (afirmativas)


o negando (negativas).
a. En la enunciación lógica la actitud tensa o relajada del emisor
y su grado de conocimiento del tema de la comunicación nos
ofrece variantes:
i. La enunciación categórica que muestra un grado de
intensidad superior al ordinario, con el que el hablante
asegura, confirma o subraya lo que dice: Tú puedes
hacerlo / Tú no puedes hacerlo.
ii. La interrogación retórica es un recurso intensificador,
que presenta un grado muy alto de participación del
sujeto: ¿Y qué puedo hacer yo?= Yo no puedo hacer
nada.
iii. La enunciación ordinaria comunica un hecho
cualquiera: Tu hermano ha venido hoy.
iv. La enunciación dubitativa manifiesta la inseguridad del
hablante frente a la realización del enunciado: Quizás
venga / No sé si vendrá.
b. En la enunciación volitiva el hablante se mueve en la esfera de
lo intencional (apelación):
i. Enunciación exhortativa con sus distintos grados:
Come / Cállate / Sigue, sigue / Que comas / Ya te puedes
fijar / A callar / No matarás / Podrías callarte…
ii. Enunciación desiderativa en la que el hablante expresa
un deseo: Me gustaría ir a América / Ojalá llegue a
tiempo / Que te vaya bien.
iii. Ruego y súplica en las que se superponen las funciones
expresiva y apelativa: Escúchame / No me dejes /
¿Podrías ayudarme?

II. El desconocimiento del mensaje provoca la modalidad


interrogativa que puede manifestarse en forma total (de respuesta
cerrada: ¿Estás solo?, ¿cuántos años tienes?) o en forma parcial
(de respuesta abierta: ¿Qué ha pasado?, ¿qué te ha contado
Fernando?, ¿qué te parece el nuevo alumno?)
III. La modalidad exclamativa expresa una emoción que hace levantar
la voz sobre los tonos de la enunciativa y se corresponde con
sentimientos muy variados: ¡Bienvenidos! / ¡Pero mujer…! /
¡Portarse así conmigo! / ¡Menudo frío!
TEMA 2
Los sintagmas son las unidades mínimas (o constituyentes) de la
oración. Se trata de entidades formadas por grupos de palabras capaces de
desempeñar una función gramatical determinada en la oración. El núcleo del
sintagma puede ser cualquier categoría léxica capaz de expandirse (de tener
especificador y argumentos).

SX

esp x’

x comp

Entre el núcleo y los complementos hay una relación de “hermandad”


estructural. Los complementos son una subespecificación del núcleo
seleccionados gramaticalmente. Casi siempre desarrollan una propiedad
contenida en el núcleo y la precisan.
El especificador está seleccionado por el núcleo y el complemento.

1. El sintagma nominal
Se trata del sintagma que tiene como núcleo un nombre (sustantivo) o
pronombre. En la oración gramatical el SN puede funcionar como sujeto,
complemento directo, complemento indirecto, predicativo, aposición,
vocativo y circunstancial.

a) El núcleo del SN
Sustantivo: el sustantivo es toda palabra capaz de cumplir en las
oraciones la función de sujeto explícito o la de objeto directo sin
necesidad de ningún otro elemento. La estructura interna del sustantivo
consiste, en general, en la combinación de un lexema y los morfemas
que caracterizan sus propiedades de género y número. Existen diversas
clasificaciones de los sustantivos, la más conocida es la que recoge las
oposiciones entre:
comunes/ propios
individuales/ colectivos
concretos/ abstractos
contables/ incontables
Los nombres propios designan objetos únicos: únicos en absoluto (el
Sol, la Luna) o únicos en la situación de habla (Juan, Fernández…).
Los nombres propios tienen un comportamiento particular respecto del
artículo. Unos lo llevan siempre, otros lo rechazan y algunos alternan
su presencia y su ausencia. El sustantivo común con artículo se
convierte en identificador como lo es el nombre propio, como ocurre
en la secuencia:
Juguetes de niña / juguetes de la niña / juguetes de Irina

Pronombre: es un elemento deíctico o referencial que sustituye y


representa al nombre en la oración, desempeñando su misma función.
Se trata de un elemento deíctico porque su referente pertenece a la
situación extralingüística. Cuando el referente del pronombre
pertenece al contexto, hablamos de anáfora (si el pronombre lo repite:
A caballo regalado, no le mires el diente) o de catáfora (si lo anticipa:
Los amores tienen eso, que sorben el seso).
Los pronombres se clasifican en personales, posesivos,
demostrativos, numerales, indefinidos, relativos, interrogativos y
exclamativos.
Entre los pronombres personales, los puramente sustitutivos son los de
tercera persona. Los pronombres de primera y segunda persona son
pronombres de la enunciación, sirven para atar el discurso, son
pronombres personales de la lengua, deícticos. Los de tercera persona
son pronombres del enunciado, pudiendo ser anafóricos y catafóricos.
En caso de sustitución, el pronombre no evita la repetición de un
nombre, sino de todo el sintagma nominal. Dentro de los pronombres
personales de tercera persona, hay en español un caso particular, el
pronombre se, que puede tener muchas funciones diferentes:
 Se en uso flexivo:
o Reflexivo (se lava)
o Recíproco (se pegan)
o Pronominal (se queja)
 Se en uso no reflexivo:
o Reflejo dependiente (se corta el pelo en la peluquería)
o Adventicio personal (se cayó del tejado)
o Adventicio de cosa (la puerta se abrió)
o Pasivo (se venden coches)
o Impersonal (se aplaudió al actor)

Otros núcleos del SN: además del sustantivo y el pronombre, pueden


actuar como núcleos del SN los infinitivos (¿Quieres escuchar?), un
adjetivo sustantivado (Lo útil y lo bello no siempre coinciden;
prefiero aquel amarillo), cualquier palabra que, contextualmente,
ocupe el lugar del sustantivo (Nunca es un adverbio de tiempo; hay
que luchar por el sí; el único pero que tiene ese coche…; siempre me
dices luego)

b) El especificador del SN
La presencia de especificador no es siempre necesaria en un SN dado
que, como hemos visto, el nombre tiene la capacidad de realizar por sí
mismo funciones sintácticas.
Los especificadores del nombre son los determinantes, que se
clasifican en artículos, posesivos, demostrativos, numerales,
indefinidos, relativos, interrogativos y exclamativos.
El más importante de los especificadores es el artículo. El papel del
artículo es análogo a la determinación que desempeñan los morfemas
del nombre, siendo, por tanto, un accidente del sustantivo.
El significante del artículo varía en conexión con el género y el número
del sustantivo, en ocasiones permite discernir el género cuando el
significante no varía.
Dos sustantivos que se consideran en relación íntima pueden agruparse
con un solo artículo común (la envidia y mentira). Si los dos
sustantivos pertenecen a géneros distintos, el artículo adopta la forma
del masculino (el tino y memoria perdida) aunque en ocasiones,
predomina el género del primer sustantivo (experimentaron las
molestias y abusos del gobierno).
El artículo puede afectar también a otras palabras que no son
sustantivos e incluso a grupos de ellas unificadas funcionalmente.
Cuando el artículo actúa en esa función sustantivadora, puede adoptar
la forma neutra lo.
El gramático español Lázaro Carreter habla de dos tipos de artículos,
según sean primeros presentadores (indeterminados) o
presentadores ulteriores o segundos (determinados). Podemos
hablar, además, de un artículo cero.

La relación entre el especificador y el núcleo depende de distintos


factores. Con el nombre propio no aparecen determinantes (a menos
que sean los requeridos por ciertos nombres como El Escorial). En el
caso de los nombres comunes encontramos diferentes manifestaciones:
 Si el SN realiza la función de sujeto es obligatorio el
determinante
 A veces existen problemas de naturaleza semántica según el
tipo de nombres y de determinantes seleccionados (observar los
casos con nombres abstractos, de masa y genéricos).

c) Los complementos del núcleo.


En un sintagma nominal pueden aparecer, como modificadores del
nombre, distintos elementos:
 Adjetivo: es el complemento más importante del sustantivo y lo
acompaña concordando con él en género y número (de la
naturaleza del adjetivo se hablará en el apartado referente al
SAdj). A veces, un sustantivo puede realizar la función del
adjetivo como complemento del nombre (azul pastel, palabra
clave…). Por lo general, el adjetivo se coloca en posición
postnuclear, mientras que cuando lo encontramos delante del
núcleo adquiere un carácter más literario. En ocasiones, la
alternancia de posición tiene consecuencias semánticas (un gran
hombre-un hombre grande/ hay informativos especiales-hay
especiales informativos).
 Aposición: es un SN usado como complemento del núcleo de
otro SN. Como el resto de los modificadores, puede ser
explicativa (el autor de Crimen y Castigo, F. Dostoievski) o
especificativa (hay una conferencia en el Instituto Cervantes).
La aposición explicativa puede ir precedida de “como” (Tania,
como delegada, nos representará).
 Complemento prepositivo: es un sintagma nominal precedido
de una preposición o locución prepositiva. Pueden ser
complementos circunstanciales (el edificio de la esquina), de
clase (la bata de cola), partitivos (dos metros de tela), relaciones
atributivas (el tonto de Pedro), aposiciones con “de” (la ciudad
de Moscú), relaciones posesivas (la casa del director) y
predicaciones (la llegada del cantante).
 Oración subordinada de relativo (el tren que parte de Moscú
llegará a su destino según lo previsto-el tren, que parte de
Moscú, llegará a su destino según lo previsto).

EJERCICIOS PRÁCTICOS:

1. Lee el siguiente poema de Antonio Machado y responde a las


preguntas:

Es mediodía. Un parque.
Invierno. Blancas sendas;
simétricos montículos
y ramas esqueléticas.
Un viejecillo dice,
para su capa vieja:
“¡El sol, esta hermosura
de sol”…los niños juegan.
a. Señala los nombres del texto e indica su clase, su género y su
número.
b. Analiza la composición de los sintagmas nominales: simétricos
montículos / su capa vieja / esta hermosura de sol.

2. Analiza la palabra “la” en estas oraciones:


a. No la he visto.
b. La lluvia ha llenado el embalse.

3. Señala los pronombres de las siguientes oraciones e indica de qué


clase son:
Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta darte.
Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve.
Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma,
yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te
hiriese.
(José Hierro)

4. Explica las diferencias de significado y sus causas en los siguientes


sintagmas:
a. La cara de niño de Pablo. / La cara del niño de Pablo.
b. La manía de hablar de tu hermano. / La manía de tu hermano de
hablar.

5. Según la gramática teórica, existen unos principios sencillos y


comunes a todas las lenguas, pero después, estos principios se actúan
según los diferentes parámetros que impone cada lengua propia.
Teniendo en cuenta esto, realiza una comparación entre el principio
de la existencia del SN y sus parámetros en las lenguas española y
rusa.

2. El sintagma adjetival.

Es el sintagma que tiene como núcleo un adjetivo calificativo. Dentro de la


oración puede realizar las funciones de atributo, complemento
predicativo, complemento circunstancial y vocativo.

a) El núcleo del SAdj.


Adjetivo calificativo: se trata de una categoría gramatical que puede
acompañar al sustantivo, calificándolo, es decir, atribuyéndole alguna
cualidad característica. Al igual que en el sustantivo, en el adjetivo se
combina un signo de referencia léxica (lexema) con los morfemas
gramaticales de género y número, pero, al contrario de lo que sucede
en los nombres, dichos morfemas no modifican el valor referencial del
adjetivo, sino que, simplemente, son repercusiones (debido a la
concordancia) de los morfemas que afectan al sustantivo. Si bien es
cierto que, en algunas ocasiones en las que el sustantivo es indiferente
a alguno de estos morfemas, son los morfemas del adjetivo los que
disciernen aquellos del nombre (aguda crisis; paréntesis
cuadrados…).
Los adjetivos calificativos son susceptibles de incrementarse con
unidades de sentido cuantitativo, es la llamada cualidad del grado del
adjetivo (positivo, comparativo, superlativo).

Participio verbal: debido a sus características gramaticales, el


participio verbal puede realizar las funciones del adjetivo, por lo que
puede aparecer también como núcleo del SAdj.
b) El especificador del SAdj.
En la posición de especificador puede aparecer un adverbio de
cantidad modificando el grado del adjetivo.

c) Los complementos del núcleo.


 Adjetivo: un adjetivo puede tener como complemento a otro
adjetivo (azul claro; verde pálido…)
 Complemento preposicional: la construcción preposicional
puede también complementar al adjetivo (verde de envidia;
difícil para él…).
 Oración subordinada comparativa: (Es aburrido, como lo
era su padre; Está tan gordo como [si fuera]una ballena…).

3. El sintagma verbal.
Es el predicado de la oración y el que tiene como núcleo un verbo.

a) El núcleo del SV.


Verbo: El verbo es una clase de palabra que funciona como núcleo de
la oración y, en consecuencia, puede aparecer representándola sin
necesidad de otras unidades. Esto es posible porque el verbo combina
un signo de referencia léxica (que sería el predicado) y un signo
complejo de referencia gramatical (con significado, entre otros, de
persona, que sería el sujeto gramatical). Ambos signos se presuponen
mutuamente y son imprescindibles para que haya verbo.
El verbo, en sus componentes gramaticales (accidentes) presenta las
características de conjugación, persona, número, tiempo, modo,
voz y aspecto.
Puede conjugarse en forma personal o mostrarse en las formas
llamadas no personales (infinitivo, participio, gerundio). Dichas
formas, aunque poseen cualidades diversas, siendo capaces de actuar
como nombres, adjetivos y adverbios, respectivamente, pueden
también realizar la función de núcleo en el sintagma verbal (por tanto,
en la oración).
Cuando el verbo aparece en una perífrasis verbal, toda ella funciona
como núcleo.

b) Los complementos del núcleo.


Los argumentos internos del verbo dependen de su propia naturaleza
gramatical, pues son directamente seleccionados por él.
 Así, si el verbo es transitivo tendremos un SN, una CP, o una
oración subordinada que realizará la función de complemento
directo.
 Si se trata de un verbo de transitividad doble, tendremos,
además, un SN en función de complemento indirecto.
 Si se trata de un verbo copulativo podremos encontrar
cualquier sintagma (excepto SV) o una oración subordinada
que realice la función de atributo.
 Si se trata de un verbo de régimen encontraremos siempre una
construcción preposicional o una oración subordinada
introducida por preposición que realizará la función de
suplemento.
 En cualquier caso, podemos además encontrar cualquier
sintagma realizando funciones de complemento circunstancial.
EJERCICIOS PRÁCTOCOS

1. Analiza la estructura de los siguientes SAdj.


a. Demasiado difícil para mí.
b. Verde de envidia.
c. Extraño como un pato en el Manzanares.
d. Amarillo claro; amarillo muy claro.

2. Señala los accidentes verbales de las siguientes formas:


a. Habré cantado.
b. Corría.
c. Hubiéramos preferido.
d. Venís.

3. Señala la naturaleza gramatical de los siguientes verbos y di qué tipo


de complementos pueden tener:
Levantar, estar, presumir, confiar, regalar, regañar.

4. El sintagma adverbial
Tiene como núcleo un adverbio. En la oración realiza funciones de
complemento circunstancial.

a) El núcleo del SAdv.


Adverbio designa una clase de palabra invariables en su significante
y, a menudo, indescomponibles en signos menores (salvo aquellos que
provienen de adjetivos), destinadas, en principio, a cumplir por sí solas
el papel de adyacente circunstancial del verbo. Aunque esto no impide
que puedan funcionar también como adyacentes de un adjetivo o de
otro adverbio. Las locuciones adverbiales son unidades que
funcionan igual que los adverbios. Pueden estar compuestas por una
preposición unida a sustantivos, adjetivos o adverbios (apenas,
enfrente, encima, deprisa…) que son, en realidad, consideradas
prácticamente como adverbios plenos; o pueden ser grupos más
complejos (a veces, a golpes, a oscuras, de pronto, a duras penas, sin
ton ni son, a pies juntillas…) que funcionan también como adyacentes
circunstanciales. El gerundio puede realizar también la función de
adverbio en algún caso.

Los adverbios suelen clasificarse en varios grupos teniendo en cuenta


sus valores léxicos y, por tanto, las referencias que hacen a la realidad.
Hablamos pues de adverbios de tiempo (ahora, antes, después, tarde,
luego, ayer, mañana, etc…), adverbios de lugar (aquí, allí, cerca,
lejos, fuera…), adverbios de modo (así, bien, mal, lentamente…),
adverbios de cantidad (tanto, mucho, demasiado, casi…), adverbios
de afirmación (sí, también, asimismo, efectivamente…), de negación
(no, tampoco, jamás…), o adverbios de duda (acaso, quizá…). Pero se
puede hablar también de una clasificación que obedece también,
además de a criterios léxicos, a criterios funcionales: se mencionan
entonces adverbios demostrativos (aquí, entonces, ahora, así, tal,
tanto…), relativos (donde, como, cuanto…) e interrogativos (dónde,
cómo, cuánto…).
Teniendo en cuenta su alcance funcional en la oración, podemos
hablar de tres tipos de adverbios:
1. Adverbios modificadores del adjetivo (dentro de un SAdj).
2. Adverbios internos al SV:
a. Seleccionados por el verbo, como serían los locativos,
de manera, de cantidad.
b. No seleccionados por el verbo.
3. Adverbios externos al SV:
a. Orientados al sujeto
b. Adverbios oracionales orientados al hablante
i. Del enunciado (modifican lo dicho). Estos
pueden ser adverbios modales, que hacen dudar
de la verdad de la oración (probablemente,
posiblemente) o factivos, donde se da por hecho
la verdad de la oración (afortunadamente…).
ii. De la enunciación (no modifican lo dicho, sino
el modo de decirlo). Se llaman también
adverbios de acto de habla (francamente,
sinceramente…).

Movilidad del adverbio:


A pesar de que el adverbio es, dentro de la oración y por su función de
complemento circunstancial, el componente que más movilidad admite, ésta
puede verse limitada por algunos factores. Los adverbios orientados al sujeto
y los adverbios oracionales admiten cualquier posición dentro de la oración:

Prudentemente, Pedro contó lo sucedido; Afortunadamente, Mª toca el


piano;
Pedro, prudentemente, contó lo sucedido; Mª, afortunadamente, toca el
piano;
Pedro contó, prudentemente, lo sucedido; Mª toca, afortunadamente, el
piano;
Pedro contó lo sucedido, prudentemente. Mª toca el piano,
afortunadamente.
Pero dentro de los adverbios seleccionados por el verbo, algunos, como los
de manera (que modifican la manera verbal) tienen una movilidad más
limitada:
María toca el piano maravillosamente;
María toca maravillosamente el piano.
*María maravillosamente toca el piano
*Maravillosamente María toca el piano.

Clase de acción verbal


Otro factor a tener en cuenta para analizar la función del adverbio es la clase
de acción verbal con la que se combina. Hay verbos que denotan actividades
(correr, saltar, comer…); verbos que denotan realizaciones (verbos de acción
con un final que se realiza en el objeto directo (construir, fabricar, hacer…);
existen los verbos de logos, que se concentran en el final mismo de la acción
(morir, nacer, crecer…); y verbos de estado que no implican una acción ni
un final (pesar, saber…).
Los adverbios de manera son incompatibles con los verbos de estado. En los
siguientes ejemplos la posibilidad de que aparezca el adverbio depende de la
clase de acción verbal:
*Juan pesa (estado) cincuenta kilos cuidadosamente
Juan pesa (realización) cuidadosamente las manzanas
*Pedro sabe (estado) ruso con entusiasmo
Pedro aprende (realización) ruso con entusiasmo
Por su parte, los adverbios orientados al sujeto no se ven afectados por
la clase de acción verbal, sino por el tipo de sujeto al que se dirigen
(sujeto agente):
Intencionadamente, el niño gritó (actividad)
*Intencionadamente, el niño nació (logro) Esta expresión es
agramatical porque los verbos de logro seleccionan sujetos pacientes.

Alcance de la negación
En presencia de un adverbio de manera, la negación oracional afecta
a dicho adverbio: La operación no ha terminado lamentablemente
(sino felizmente); María no respondió prudentemente a las preguntas
(sino con imprudencia). Sin embargo, con adverbios oracionales y con
adverbios orientados al sujeto, la negación no afecta al adverbio, sino
a la acción verbal: La operación, lamentablemente, no ha terminado
(sino que continúa); María, prudentemente, no respondió a las
preguntas (sino que prefirió callar).

b) El especificador del SAdv.


Al igual que en el SAdj. el especificador del adverbio puede ser solo
otro adverbio de cantidad (demasiado lejos)

c) Los complementos del SAdv.


 Complemento preposicional: la construcción preposicional
puede también complementar al adverbio (lejos de tu casa;
encima de la mesa…).
 Oración subordinada comparativa: (Enrique viene más
temprano que de costumbre…)

EJERCICIOS PRÁCTICOS

1. Utiliza las siguientes palabras para formar adverbios o locuciones


adverbiales:
a. Sincero; efusivo; correr; callar; frente; cima; clara.

2. Explica detalladamente la gramaticalidad o agramaticalidad de las


siguientes oraciones:
a. El niño nació tranquilamente
b. *El niño nació deliberadamente
c. *Fácilmente Juan construye la casa
d. Juan construye la casa fácilmente
e. Afortunadamente, Juan construye la casa

3. Explica el alcance de la negación en las siguientes oraciones:


a. Katia no vino casualmente a tu casa
b. Casualmente, Katia no vino a tu casa

TEMA 3

1. La oración. Los constituyentes de la oración.

La oración es un tipo especial de enunciado en el que uno de sus


componentes (el verbo) contiene dos unidades significativas entre las cuales
se establece la relación predicativa: el sujeto y el predicado, que se entienden
tradicionalmente como «aquello de lo que se dice algo» (sujeto) y «lo que se
dice del sujeto» (predicado).
En la gramática española siempre están presentes, de alguna manera,
el SN y el SV, constituyentes principales de la oración, entre los que se
establece una relación de concordancia. En primera y segunda persona, el
SN tiende a suprimirse, no así en tercera persona. Sin embargo, el SV solo
puede suprimirse en algunos casos:
 En la coordinación, cuando los verbos son iguales
 En la yuxtaposición, en el mismo caso
 Cuando usamos elementos pro-oracionales (reproducen
oraciones)

2. Funciones sintácticas y funciones semánticas

El concepto de función es relacional. Las funciones sintácticas tienen


una importancia fundamental para el significado, pero no deben confundirse
con las funciones semánticas. Si cambian las funciones cambia el significado
de la oración:

El actor aplaude al público / El público aplaude al actor

Las funciones sintácticas son aquellas que establecen una relación


gramatical entre los constituyentes oracionales (Sujeto, Predicado, CD, CI,
CR, CC, Atr, CPvo).
Las funciones semánticas responden a la red temática que pone en
relación la estructura oracional con su significado real. Las más conocidas
son:

 Experimentador: es el elemento que designa a un participante de la


predicación verbal que no es un partícipe consciente o voluntario del
estado o proceso predicado por el verbo. Normalmente los sujetos de
las oraciones intransitivas que designan estado o actividad mental son
experimentadores.
 Agente: es un participante activo, consciente y voluntario de una
predicación verbal que designe una acción o proceso. Normalmente el
sujeto de una oración con verbo en voz activa que lleva a cabo una
acción o un proceso es un agente.
 Paciente: es un participante de una predicación verbal de tipo proceso,
que sufre cambios a medida que se desarrolla la predicación descrita
por el verbo.
 Tema: es un participante en una predicación verbal de tipo acción o
proceso que no sufre cambios físicos a lo largo de la acción.
 Meta: es un participante de una predicación verbal. Normalmente es
el receptor de un objeto o persona que tiene el papel de tema.
 Beneficiario: es un participante no necesario (a diferencia de la meta)
que recibe consecuencias positivas o negativas de la acción verbal.

Tanto las funciones sintácticas como las funciones semánticas son


consideradas como argumentos del verbo y, como tales, deben ser
seleccionados por él. Como hemos visto en la estructura del SV existen
argumentos internos (seleccionados directamente por el verbo) y argumentos
externos (no seleccionados directamente por el verbo).
Algunos verbos pueden seleccionar dos argumentos internos:

 Verbos de transferencia (dar, comprar, regalar…): tema y meta


 Verbos de comunicación (decir, comunicar, prometer…):
tema (prop) y meta
 Verbos de influencia (ordenar, aconsejar, pedir…): tema
(prop) y meta
 Verbos de posesión (quitar, sacar, extirpar, robar…): tema y
poseedor.

3. Teoría del caso


Se aplica a las relaciones de los elementos en los sintagmas. Esta teoría
parte de la afirmación de que toda expresión nominal que sea argumento
tiene que tener una marca de función. En las lenguas flexivas la marca
morfológica es el caso. El español ha perdido estas marcas flexivas (salvo en
el pronombre, que es el único resto que presenta la marca de caso). A pesar
de ello, se sigue hablando de marca de caso, puesto que es necesaria una
marca de función gramatical para toda expresión que sea argumento.
En los siguientes ejemplos se manifiesta el problema de comprensión
cuando no aparece la marca de caso:
*María besar los niños: la ausencia de la marca de caso hace
imposible reconocer los argumentos
*a María besar los niños: se pueden deducir el CD y el Suj, pero a
este le falta la marca de función (en este caso la concordancia).
Los argumentos son seleccionados por el predicado y son los que
tienen la marca de función.
Existen elementos asignadores de caso, que sustituyen a las marcas
morfológicas de las lenguas flexivas. Son el Vb, Nb, Prep y Adj. Algunos
asignan caso directamente (Vb y prep) y otros indirectamente (a través del a
intervención de una preposición) (Nb y Adj).
Solo son asignadores de caso los núcleos, no las proyecciones
máximas (sintagmas). Para que un elemento asigne caso, debe haber una
relación estructural determinada que es llamada rección. Un elemento rige a
otro cuando es un núcleo y cuando el primer nudo ramificado que lo domina,
domina también a otro elemento.

EJERCICIOS PRÁCTICOS
1. Identifica justificadamente cuáles de los siguientes enunciados son
oraciones y cuáles no lo son:
a) ¡Qué fastidio!
b) María
c) El niño escribe una carta
d) Escribe
2. Identifica los papeles semánticos de las siguientes oraciones:
a) Mi hermano ha comprado un libro
b) Mi hermano ha comprado un libro a María / para María
c) El niño se ha comido todo el pastel
d) El niño se ha comido toda la tarta y ha enfermado
e) Hoy he visto al profesor de física
f) Hoy he visto al profesor de física y me ha prometido que
revisará mi examen
3. Señala cuáles son los asignadores de caso en las siguientes
oraciones y cómo lo asignan:
a) Como el pan
b) Voy al cine con Pedro
c) Espero la llegada de Fernando
d) El juez criticó la actuación del reo
e) Escuchamos la crítica de la actuación

4. Núcleo y términos adyacentes

a) El núcleo
El núcleo de la oración es un verbo en forma personal. El elemento de
referencia léxica expresado por la raíz del verbo es el verdadero predicado
de la oración, y el signo gramatical o morfológico funciona como el auténtico
sujeto (es decir, la persona designada por la terminación verbal) y se llama
sujeto gramatical.
El verbo puede aparecer en sus formas simples (come, canté,
pasaría…) o en formas compuestas (he jugado, habíamos dormido…) en las
que el sujeto viene marcado por el verbo auxiliar y el predicado por el
participio del verbo. Pero además, el núcleo verbal puede mostrase en la
forma compleja de las perífrasis.
Las perífrasis verbales constan de un primer componente, una forma
verbal con morfema de persona, y un segundo componente que ha de ser una
de las formas impersonales del verbo: infinitivo, gerundio o participio. La
función del núcleo oracional que desempeña la perífrasis deriva de la
presencia de morfemas verbales en su primer componente, en cambio, la
selección de los términos adyacentes que se agreguen a la perífrasis
dependerán de las exigencias léxicas de cada componente. En la oración
María puede estar enferma, el auxiliar puede introduce su significado en el
de estar, pero es este infinitivo el que requiere en el adyacente la función de
atributo (enferma).
Pero existen combinaciones de una forma verbal y una no verbal que no
deben interpretarse como perífrasis pues no actúan como segmentos
unitarios nucleares, sino como reunión de núcleo y adyacente. La distinción
se sitúa en las particularidades semánticas y sintácticas.

PERÍFRASIS MODALES.- Informan sobre la actitud del hablante ante


la acción verbal
DE OBLIGACIÓN Tener que/ Deber/ + INFINITIVO
Haber de / Haber que
Tienes que
concentrarte en tu
trabajo.
DE PROBABILIDAD Venir a / Deber de + INFINITIVO
O SUPOSICIÓN
Ese reloj debe de
costar un riñón
POSIBILIDAD Poder + INFINITIVO

Seguro que puedes


alcanzar tu sueño.
PERÍFRASIS ASPECTUALES.- Informan sobre el desarrollo de la
acción verbal
INGRESIVAS.- Ir a / Estar por / Estar + INFINITIVO
Indican acción a punto de
inminente. Iba a llamarte cuando
has llegado.

INCOATIVAS.- Ponerse a / Romper a


Indican acción en el
Rompió a llorar
momento de comenzar.
inconsolable.
+ INFINITIVO
Comenzar a / Echarse
a / Empezar a

Me eché a correr en
cuanto empezó a
llover.
FRECUENTATIVAS.- Soler + INFINITIVO
Indican acción
Suelo llegar al
habitual.
trabajo antes de las
ocho.
REITERATIVAS.- Volver a + INFINITIVO
Indican acción
No volveré a llamarte
repetida.
nunca.
DURATIVAS.- Estar / Andar / Venir / + GERUNDIO
Indican acción en Ir/ Seguir
desarrollo.
Lleva quejándose
desde que empezó el
curso.
TERMINATIVAS.- Dejar de, acabar de,
Indican acción terminar de/ llegar a/
+ INFINITIVO
acabada. cesar de

Ya hemos acabado de
comer el primer
plato; trae el
segundo.
PERFECTIVAS O Traer / Dejar / Quedar + PARTICIPIO
RESULTATIVAS.- / Tener / Llevar /
Indican el resultado Verse / Sentirse
final que se deriva de la
Ha dejado dicho que
acción.
le pases a recoger a
las cinco.
b) Términos adyacentes

Los términos adyacentes sirven para especificar con más precisión y


en detalle la referencia a la realidad que efectúa el verbo o núcleo de la
oración. Según la función que desempeñan en la oración existen varias clases
de términos adyacentes:

Sujeto explícito: cuando el sujeto gramatical expresado por el


morfema personal del verbo no hace una referencia inequívoca en la
situación de habla, se agrega un adyacente que especifica la designación de
esa persona y que denominamos sujeto explícito o léxico. Tradicionalmente
se afirma que el sujeto explícito es el elemento nominal que concuerda con
el verbo (la concordancia otorgaría el caso nominativo). Aún siendo válida,
esta afirmación excluye algunos casos en los que, sin embargo, el adyacente
es también sujeto, por ejemplo, las oraciones de infinitivo (Al hablar María
todos se callaron) o los casos de discordancia (Los alumnos no hemos
pasado de todo; Los españoles os resistís a la idea del asesinato). Hay, por
tanto, otros dos criterios para localizar el sujeto:

a) Criterio semántico: el sujeto es la expresión nominal de la


que se predica algo.
b) Criterio configuracional: el sujeto es la expresión nominal
(caso nominativo, marca de función por defecto) que ocupa
la posición más alta de la oración, es decir, la de
especificador de la oración.

El sujeto puede colocarse en posición pre-verbal, actuando entonces


como especificador de la oración, o en posición post-verbal. Para ocupar la
posición de especificador de la oración es necesario que el sujeto aparezca
con determinante. La posición post-verbal solo es válida con verbos
inacusativos (comparar: llegan libros/ regalan libros; salía agua del grifo/
bebía agua del grifo).

Llamamos verbos impersonales a aquellos que no admiten sujeto


explícito. Pueden llamarse también verbos unipersonales pues utilizan solo
la tercera persona del singular. Estos verbos se agrupan en tres tipos:

a) Verbos que se refieren a acciones meteorológicas: llover,


nevar, lloviznar, granizar…
b) Haber, hacer (en expresiones temporales y meteorológicas).
Ser y estar (con atributos de referencia meteorológica o
temporal)
c) Construcciones donde el pronombre se imprime el carácter
impersonal impidiendo la existencia de un sujeto explícito
(se espera al inspector).

Hay también otras construcciones en las que se busca


intencionadamente un significado impersonal o indefinido, bien
porque no se conoce al sujeto o bien porque no quiere ser
especificado. En estos casos el morfema verbal aparece en tercera
persona del plural (llaman a la puerta; están tocando las
campanas…) en estos casos el plural del verbo no implica que la
referencia a la realidad corresponda con varios entes, puesto que el
agente podría ser uno solo. Solo los verbos que tienen argumento
externo admiten esta interpretación inespecífica (comparar: llaman a
la puerta/ llegan tarde).

Por último, existen expresiones de interpretación genérica,


construidas con el se impersonal (se vive bien aquí) o con la segunda
persona (aquí te mueres de frío).
EJERCICIOS PRÁCTICOS

1. Identifica el núcleo de las siguientes oraciones:


a. Hablaban de la guerra
b. Se prohíbe la carga y descarga de mercancías
c. Se espera al protagonista
d. Las cartas llegan con retraso
e. María está quejándose siempre
f. María está enferma
g. El caso está siendo investigado
h. Falta café
i. Llueve desde hace dos horas
j. En la calle hay muchos niños
k. Al hablar el director todos enmudecieron

2. Comenta y explica la presencia o ausencia del sujeto explícito en


las oraciones anteriores.

b) Términos adyacentes (II)

El objeto (complemento) directo limita la referencia del signo léxico


verbal a algo más concreto, es decir, designa el objeto sobre el cual se
desenvuelve la actividad aludida por la raíz verbal. Se enlaza al verbo sin
necesidad de ningún índice explícito de su función. Los sintagmas que
cumplen esta función suelen ir pospuestos al verbo, aunque no
necesariamente contiguos. Si por motivos expresivos se anteponen al verbo
las palabras que realizan ese papel o si se elimina su mención, el núcleo
verbal queda incrementado con un representante átono de su función, el cual
indica además los morfemas de género y número propios del elemento
elidido (lo, la, los, las).
Hay verbos cuya raíz denota acciones que podrían ser compatibles con
lo designado por los dos sintagmas nominales (el sujeto y el CD). Si en el
caso de una oración como Dibujaba el árbol el niño la indiferenciación del
sujeto léxico y el objeto directo no impide la correcta interpretación de lo
comunicado, no ocurre lo mismo en estos casos: Dibujaba la niña el niño;
mató el elefante el tigre; favorece la codicia la ambición. Para deshacer el
equívoco se antepone una marca (a) a la unidad que funciona como
complemento directo y que evoca al ser que es afectado por la actividad que
denota el verbo. De este modo estamos en grado de distinguir: Dibujaba a la
niña el niño/ dibujaba la niña al niño; mató al elefante el tigre/ mató el
elefante al tigre; favorece a la codicia la ambición/ favorece la codicia a la
ambición. El uso de la marca de caso a está determinado por dos criterios. El
primero es el rasgo animado del objeto, pero este criterio no es definitivo,
puesto que podemos encontrar expresiones como encontré comprador;
¿conoces chicas aquí?; envió dos representantes… donde no aparece, frente
a las expresiones encontré al comprador; ¿conoces a las chicas de aquí?;
envió a los dos representantes. Como podemos observar, el segundo criterio
tiene que ver con la especificación del objeto y, por tanto, con la presencia
del determinante. Sin embargo, también este criterio puede verse alterado
por otros factores contextuales, como la naturaleza del verbo. Hay verbos
como buscar que admiten la interpretación inespecífica con a (busco a un
secretario que sepa francés) y otros que admiten la interpretación específica
sin a (robaron la novia a Pedro). Por tanto, si la presencia o ausencia de la
marca casual no conlleva un cambio de significado, su uso dependerá de
estos factores contextuales. Existen verbos como buscar, necesitar, querer…
que se denominan semánticamente “opacos” pues no suponen la existencia
del objeto. Estos verbos permiten la presencia del objeto directo con a y sin
a sin necesidad de un cambio de significado. Por el contrario, hay verbos que
exigen la presencia de a con objetos animados pues estos son afectados
directamente por la acción verbal (matar, asesinar, amar, castigar, odiar,
alabar…).
Hay tres casos en los que puede aparecer el objeto directo con a sin
llevar determinante: en coordinación (veo a niños y niñas); cuando está
focalizado (veo a NIÑOS); y en expresiones relativas (veo a niños que traen
regalos).
En cuanto a los nombres no animados, algunos admiten la presencia
de a (la tormenta hundió el /al barco) y otros la requieren (el otoño precede
al invierno).
Es cierto que la aparición de la marca de caso a puede en algunos casos
crear confusión entre el objeto directo y el indirecto (precedido siempre por
la preposición a). En la oración El teniente presentó a su mujer a Juan puede
presentarse ambigüedad entre los dos objetos. Aquí puede suprimirse la a
delante del objeto directo, pero hay además otros métodos para diferenciar
estos complementos (sustitución pronominal, posibilidad de doblaje,
construcción pasiva, posibilidad de predicación).

La posibilidad o imposibilidad de que el verbo admita objeto directo


ha sido el criterio de clasificación de los verbos en transitivos o intransitivos.
No obstante, es cierto que algunos verbos, por las características de la noción
que evocan, apenan necesitan especificación (correr, dormir, soñar…)
mientras que otros exigen la demarcación denotativa aportada por el objeto
directo (hacer, dar, tener…). La mayoría de los verbos transitivos pueden
aparecer con objeto directo o sin él, según lo que se quiera comunicar.
Incluso existen verbos empleados generalmente como intransitivos, que a
veces reciben un objeto directo redundante o enfático, puesto que las
nociones que sugiere coinciden con las denotadas por el verbo (lloró
lágrimas amargas; vive una vida muy relajada…)

El complemento preposicional (CRegido o Suplemento) mantiene una


relación semántica con el núcleo análoga a la del CD, pero su función
sintáctica es diversa. Este complemento requiere obligatoriamente el uso de
la preposición y es un argumento interno seleccionado por el verbo (por ello
no debe confundirse con complementos circunstanciales precedidos de
preposición). Al contrario que el complemento directo, en caso de sustituirse
se hará por referentes tónicos (trató la dolencia con antibióticos= la trató/
trató de la dolencia con erudición=trató de ella).
La diversidad de función conduce normalmente a la incompatibilidad
de complemento directo y preposicional con un mismo verbo y por tanto, a
la imposibilidad de coordinarlos en un grupo unitario (*aspiraba el perfume
y a la gloria).
Los verbos que seleccionan el adyacente preposicional pueden
dividirse en dos grupos con propiedades distintas:

A) Consistir en; prorrumpir en; constar de; adolecer de; versar


sobre; redundar en; reposar sobre…
Los complementos preposicionales de estos verbos no pueden
omitirse ni en situaciones de discurso ni en contextos oracionales:
¿la comida consistió en pescado y ensaladas? *sí, consistió; *Las
tesis versan.
Son verbos idiosincrásicos y tienen una relación muy estrecha entre
el sujeto y el argumento.
B) Discrepar de; insistir en; incurrir en; abusar de; prescindir de;
alardear de; pugnar por; renunciar a…
Estos verbos son agentivos (generalmente humanos) y admiten con
mayor facilidad la omisión del complemento: ¿discrepa ella de tus
opiniones? Sí, discrepa; Las personas creídas siempre alardean.
Aunque todos los verbos suelen admitir una única preposición,
algunos de este grupo pueden admitir alternancia (insistir sobre).

Además de estos grupos, los verbos pronominales admiten como


adyacente un objeto preposicional: arrepentirse de; jactarse de; ensañarse
con; abstenerse de; dignarse a; parecerse a; obstinarse en… Otros verbos
capaces de aparecer con complemento directo pueden adoptar el incremento
reflexivo, cambiando su significado y, en este caso, su adyacente será un
objeto preposicional (el ejército ocupó la ciudad/ el alcalde se ocupó de la
ciudad).
A veces puede parecer que coexisten en estructuras oracionales un
complemento directo y uno preposicional (El delegado dijo pestes del
ministro; el camarero limpiaba el suelo de colillas…) pero en estos casos se
trata en realidad de un suplemento indirecto o bien de un complemento del
nombre (dentro del sintagma que cumple la función de CD), dado que no
puede aparecer sin él.

EJERCICIOS PRÁCTICOS

1. Identifica los complementos directos y preposicionales de las


siguientes oraciones:
a. Metió el coche en el garaje
b. Tu silencio equivale a una confesión
c. Confunde la gimnasia con la magnesia
d. Separa el grano de la paja
2. Explica las diferencias gramaticales y semánticas de estos pares de
oraciones:
a. He cumplido veinte años / He cumplido con mi deber
b. Reparó los baches / Reparó en los baches
c. Aspiraba el aroma / Aspiraba al triunfo
3. Di en cuál de los grupos de verbos preposicionales incluirías a los
siguientes:
Residir en / desembocar en / provenir de / emanar de / preguntar por /
confiar en / reírse de / soñar con.

b) Términos adyacentes (III)

El objeto (complemento) indirecto es compatible con cualquier otro


adyacente en la misma oración, y suele designar en la realidad al destinatario
de la noción evocada por el verbo o, en su caso, por el conjunto del verbo y
su objeto directo o preposicional. Si bien por lo general la noción de
destinatario indica un ser animado, este rasgo no es exclusivo. Así podemos
encontrar en los ejemplos Cambié la cerradura a la puerta; puso muchas
notas al texto, objetos indirectos que indican un destinatario no animado.
Fuera de una situación explícita, el sentido concreto de lo designado
por el objeto indirecto puede ser ambiguo, como en el siguiente ejemplo:
Compramos el cuadro a Juan, donde “Juan” puede coincidir tanto con el
vendedor (destinatario de la acción verbal) como con el beneficiario de su
compra, a pesar de lo cual, el grupo gramatical “a Juan” puede interpretarse
como objeto indirecto. Si fuese preciso distinguir los dos sentidos, habría que
recurrir a la separación de los papeles temáticos mediante un objeto indirecto
y un adyacente circunstancial (compramos el cuadro al anticuario para
Juan, o bien, compramos el cuadro a Juan para el anticuario).
Los adyacentes caracterizados por la preposición para no deben
considerarse complementos indirectos, aunque puedan referirse en la
realidad a un destinatario. En las oraciones Han traído un paquete para el
director; compraremos un juguete para el niño, “el director” y “el niño” son
destinatarios, pero no son objetos indirectos. La prueba de ello es que son
compatibles con otro adyacente en función de complemento indirecto: han
traído al conserje un paquete para el director; compraremos a tu hermana
un juguete para el niño. Donde “al conserje”, “a tu hermana” funcionan
como objetos indirectos y pueden eludirse con la oportuna incrementación
átona junto al verbo: se lo han traído para el director; le compraremos un
juguete para el niño). Por tanto, los adyacentes con para son circunstanciales
y si son eludidos se representarán con una unidad pronominal tónica, provista
de la preposición (se lo han traído para él; se lo compraremos para él).
El objeto indirecto presenta algunos rasgos comunes con el directo
(posición, elusión) y otros diferenciales. Las dos funciones pueden quedar
indiferenciadas en las unidades personales de primera y segunda persona,
que presentan formas únicas para ambas funciones (me, nos, te, os) y la
tercera persona cuando el objeto es personal reflexivo (se). En estos casos,
las formas quedan asignadas a la función de complemento indirecto cuando
coexisten con otro elemento en función de complemento directo (me lavo /
me lavo las manos).
A veces aparecen junto al verbo incrementos pronominales átonos que
no pueden identificarse con los que en caso de elusión representan al objeto
indirecto. Andrés Bello los denominó “dativos superfluos” y pueden también
llamarse “incrementos átonos de interés”. En la oración No me deis
caramelos al niño, “me” evidentemente no cumple la función de objeto
indirecto, representada por “el niño” (no le deis caramelos), sino que hace
referencia a la persona interesada en lo designado (en este caso la primera
persona). Este uso es frecuente cuando la persona implicada en la experiencia
que se comunica coincide en la realidad con la que funciona como sujeto
morfológico: Me tomé un café; no te creas esas historias; después de comer
se fumó un puro; nos temíamos lo peor…La presencia del “dativo superfluo”
añade sin duda la referencia al interés de la persona designada, sin cumplir
la función de complemento indirecto.
Del mismo modo no se consideran objetos indirectos (ni directos) los
pronombres de los verbos pronominales (me abstengo de opinar; te
arrepientes de tus palabras…) o los incrementos añadidos a verbos
intransitivos que concuerdan con la persona del sujeto y que solo matizan
diversamente la noción manifestada por el verbo: me estaba quieto; te vas
de viaje; nos salimos del teatro…

Los adyacentes circunstanciales suelen agregar contenidos marginales


a los evocados por el núcleo verbal y sus objetos. Su presencia o ausencia no
modifica en esencia ni la estructura ni el sentido de la oración.
Dentro de la oración hay dos rasgos que manifiestan la relativa
independencia de estos adyacentes: en primer lugar, pueden eludirse sin
dejar rastro de su papel ni perturbar la estructura oracional; y, en segundo
lugar, su mayor capacidad de permutación dentro de la secuencia.
Mientras que en una misma oración solo puede haber un complemento
directo, indirecto o preposicional, los circunstanciales pueden convivir en la
misma estructura oracional: mañana, en la reunión, decidirán con más calma
lo que sea oportuno.
Estos adyacentes sirven, pues, para indicar las circunstancias que rodean o
matizan en la realidad lo que se quiere comunicar en la oración. Suelen
distinguirse varias especies de circunstanciales, atendiendo a la índole
semántica de sus referencias: tiempo, lugar, modo, medio, instrumento,
causa, compañía, destinatario, finalidad…
Aunque es cierto que no todos los circunstanciales mantienen la
misma independencia respecto al núcleo verbal y los demás componentes de
la oración. Muchas veces el circunstancial constituye el marco denotativo en
el que se incluyen las demás referencias de la estructura oracional. Algunos,
en cambio, inciden sobre la referencia del verbo o, a veces, sobre la de otro
adyacente. En la oración Anoche leí deprisa tu carta, el circunstancial
anoche se refiere a una circunstancia externa, que configura el marco en el
que se produce la experiencia manifestada por el resto de la oración (leí
deprisa tu carta); pero el otro circunstancial, deprisa, afecta a la referencia
expresada por el núcleo e indica una particularidad interna a la actividad
designada.
Los adverbios son las palabras que tienen como función primaria la de
adyacente circunstancial, pero, a pesar de ello, estos adyacentes pueden
realizarse mediante otros elementos, con frecuencia (pero no siempre)
sustituibles por adverbios:

 Sintagmas nominales: el maestro regresa el lunes


 Grupos preposicionales: lo tiene en casa; llego a las doce
 Adjetivos inmovilizados en género y número, con o sin preposición:
los campesinos trabajan duro; hablaban en serio
 Grupos unitarios con formas verbales no personales: encontré a tu
hermano al salir de casa; proponiéndolo tú, todos aceptarán
 Locuciones adverbiales: calle abajo, mar adentro, patas arriba
 Oraciones subordinadas: cuando llegaba a casa, se ponía de mal
humor

Los circunstanciales aparecen a veces como modificadores del contenido


global de la oración (y no como modificadores internos de la acción verbal).
Podemos comprobarlo en las oraciones: los chicos han terminado felizmente
sus exámenes/ los chicos han terminado sus exámenes felizmente frente a
estas otras: los chicos, felizmente, han terminado sus exámenes/ felizmente,
los chicos han terminado sus exámenes… donde el adverbio puede ocupar
todas las posiciones de la secuencia, pero siempre aislado de ella (mediante
comas). Este tipo de circunstanciales se denomina modificadores
oracionales.

EJERCICIOS PRÁCTICOS

1. Señala y explica la función de los elementos subrayados en las


siguientes oraciones:
a. Nos quemamos
b. Nos quemamos la lengua
c. Entregaron el premio a la niña
d. Compraron la llave para la nueva puerta
e. Compraron la llave al cerrajero, en la ferretería
f. Por fin, han llegado las vacaciones
g. Teresa aspira a protagonista de la obra
h. El periodista entrevistó a la protagonista de la obra
i. Trajeron flores para la protagonista de la obra
2. Elude los elementos subrayados en las oraciones anteriores (cuando
sea posible) sustituyéndolos por el elemento necesario.

b) Términos adyacentes (IV)


El atributo es un adyacente particular de algunos verbos llamados
copulativos (ser, estar, parecer), llamado también predicado nominal. Al
igual que el complemento directo y el preposicional, el atributo sirve para
limitar la aplicación designativa del verbo y puede también eludirse dejando
un incremento pronominal en la oración, que en este caso, es invariable: lo
(este caballero es rico>lo es; el café está caliente> lo está; ese chico parece
triste> lo parece).
El atributo concuerda en género y número con el sujeto morfológico
y, por tanto, con el sujeto explícito cuando lo hay.
La evocación a la realidad que efectúan estos verbos copulativos es
demasiado extensa y vaga. El papel del atributo consiste en “llenar” la
referencia de estos verbos, asignándoles posibilidades de connotación más
concretas. Tal particularidad ha inducido a separar las estructuras oracionales
en dos tipos: las de predicado verbal (cuando el signo léxico del verbo se
refiere a experiencias concretas) y las de predicado nominal (las de los
verbos copulativos, que precisan de la noción léxica del atributo).
Cuando el atributo es un sintagma nominal, cabe la duda respecto a
su función. En oraciones como Juan es el médico, y el médico es Juan,
podemos ver respuestas a preguntas como ¿Quién es el médico?, ¿quién es
Juan? Se habla en estos casos de oraciones ecuativas.
Cuando la función de atributo la realiza un participio (ya que este
cuenta con las características de un adjetivo), podemos encontrarnos ante una
estructura pasiva, pues estas oraciones no presentan ninguna diferencia
sintáctica con las oraciones atributivas. Comparemos estas dos oraciones: El
campeón fue vencido/ El campeón venció. Se observa que comunican
contenidos diferentes, donde la segunda equivale a El campeón fue vencedor.
Esta oración y la primera se distinguen entre sí solo por el último término:
vencido/ vencedor. Por lo demás, su estructura es común. Tanto vencido
como vencedor cumplen la función de atributo, y la noción de pasividad
pertenece, por tanto, a la estructura interna del término vencido. A veces, de
hecho, la pasividad depende del contexto, como en los casos de ambigüedad
referencial: los concejales fueron honrados (se honró a los concejales / los
concejales fueron honestos).

Junto a verbos que no son copulativos puede darse un término


adyacente de características similares a las del atributo, concordando, como
este, en género y número con el sujeto. En las oraciones El abogado vivía
tranquilo; el público escuchó silencioso; las olas rugen furiosas… el
comportamiento de estas unidades coincide con el de los atributos, pero, en
caso de eludirlos, no dejarían la referencia pronominal “lo”, sino más bien
un adverbio o locución adverbial (el abogado vivía así; el público escuchó
silenciosamente; las olas rugen con fuerza…). Lo característico de este tipo
de adyacente es su referencia simultánea al verbo (como adyacente modal) y
al sujeto (como adjetivo). Se denominan atributos circunstanciales o
complementos predicativos. Y dentro de la oración son compatibles con
otros complementos (el juez dictó la sentencia tranquilo) y podrían situarse
como un inciso entre comas, tras el sujeto: El juez, tranquilo, dictó la
sentencia.
Los complementos predicativos pueden ser también propios del objeto
directo (y no del sujeto): Dejaron perplejo al director; llevaba manchada la
chaqueta) y, por tanto, concuerdan con él en género y número. Cuando este
complemento predicativo está realizado por un adjetivo su eliminación no
supone siempre la pérdida de la estructura oracional, aunque varía
ligeramente el significado (dejaron al director; llevaba la chaqueta), pero lo
que no podría suprimirse, en estos casos, sería el objeto directo (*dejaron
perplejo; *llevaba manchada).
En cambio, si el elemento atributivo del objeto está realizado por un
sustantivo, tanto la supresión de este como la del objeto directo puede dejar
estructuras oracionales normales: Han nombrado alcalde a mi amigo> han
nombrado a mi amigo> han nombrado alcalde. Aunque en estas nuevas
oraciones, ya no existiría atributo, sino objeto directo.
El infinitivo, por su rasgo de sustantividad, puede también aparecer en
el papel de atributo: Querer es poder; el deber del hombre es trabajar…
Hay oraciones en las que el papel del infinitivo puede crear dudas, en
especial si el núcleo verbal lleva varios adyacentes. La decisión es simple en
casos como Conviene escribir la carta (donde el conjunto del infinitivo,
“escribir”, y su objeto directo, “la carta”, funciona como un sujeto explícito)
o quiero terminar el libro (donde el conjunto “terminar el libro” funciona
como complemento directo). Tampoco parece dudosa la interpretación en
oraciones como oigo abrir el balcón; veía asfaltar la calle, pues el infinitivo
y su objeto directo funcionan como globalmente como objeto directo del
núcleo (oigo abrirlo>lo oigo; veía asfaltarla> la veía). Pero en oraciones
aparentemente idénticas se descubre otra estructura: oigo subir el ascensor;
veía brillar las estrellas. Es cierto que el conjunto del infinitivo y el
sustantivo pueden reproducirse en una sola unidad pronominal en respuesta
a preguntas como: ¿Oyes subir el ascensor? Sí, lo oigo/ eso oigo; ¿ves brillar
las estrellas? Sí, lo veo/eso veo. Sin embargo, en estos casos, es imposible
sustituir los sustantivos por incrementos átonos junto al infinitivo (*oigo
subirlo; *veo brillarlas) puesto que no son objeto directo del infinitivo, sino
del núcleo oigo, veía. Solo se puede eludir el sustantivo dejando aparte el
infinitivo, que está funcionando como atributo: lo oigo subir; las veía brillar.
Aquí el infinitivo se comporta exactamente como los complementos
predicativos del objeto directo.

EJERCICIOS PRÁCTICOS
1. Explica qué tipo de adyacentes se encuentran en las siguientes
oraciones:
a. Comprarán baratos los muebles
b. Las colinas se alzan airosas.
c. Aquí es abundante la uva.
d. Esa maleta parece muy pesada.
e. El cantante está afónico.
2. Explica a qué se deben las diferencias de agentividad y pasividad en
las siguientes oraciones:
a. El discurso es elogiado por el público
b. El discurso es elogiado por su claridad
c. El discurso es elogiable por su precisión
d. El discurso es elogioso por las circunstancias

BIBLIOGRAFÍA

Alarcos Llorach E., Gramática de la lengua española, RAE, Espasa, Madrid,


2003

Demonte, V. Teoría sintáctica, De las estructuras a la rección, Síntesis,


Madrid, 1989

Fernández Lagunilla, M y Anula A, Sintaxis y cognición: introducción al


conocimiento, procedimiento y déficits sintácticos, Síntesis, Madrid, 1995

Madrazo P., Moragón C. y Muñiz J., Lengua COU, Edelvives, Zaragoza,


1993

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