El valor del deporte para la formación integral de la persona, es decir, para todas y cada una

de sus áreas del desarrollo, tanto para las físicas (forma física, salud y prevención de la
enfermedad) como para las psicológicas (autoestima, personalidad, calidad de vida) y las
sociales (relación con los demás, rendimiento en el empleo, evitación de la soledad), además
de poder influir sobre el desarrollo moral y la promoción de diversos valores sociales y
personales. Actualmente, al deporte se le reconoce su capacidad como elemento integrador
de colectivos inmigrantes (Heinemann, 2002; Medina, 2002), medio para enseñar
responsabilidad a jóvenes en riesgo, herramienta para la prevención y tratamiento de las
drogodependencias.

El deporte permite, por medio de una actividad física más o menos sistemática, recuperar las
posibilidades funcionales originales y jugar un papel profiláctico y terapéutico para prevenir
y eliminar estados de fatiga o de agotamiento psíquico debido a tensiones repetidas, como
consecuencia de ello, el tiempo libre se ha convertido en una vía de realización que ayuda al
individuo a desarrollarse social y personalmente.

El deporte, la actividad física y la recreación están directamente vinculados con la salud y la

calidad de vida de las personas y más aún en los hombres y mujeres policías, quienes están
en la obligación de mantenerse aptos mental y físicamente para el cumplimiento eficiente de
las funciones que la Constitución y las Leyes de la Republica le confieren a la Policía
Nacional. Es importante, que el talento humano de la institución desarrolle, paralelamente
con otras áreas de su competencia, capacidades físicas, que le permitan alcanzar un adecuado
rendimiento y de esta forma pueda afrontar cabalmente las exigencias de una profesión que
operativamente está caracterizada por poseer condiciones impredecibles que no podrían ser
sorteadas sin las aptitudes apropiadas.

Los Juegos Interescuelas, donde se compite con La Armada Nacional, Ejercito de Colombia,
Fuerza Aérea y la Policía Nacional, pretenden ante todo, promover estilos de vida saludables
frente a la proliferación del sedentarismo en las y los policías y estudiantes de las escuelas
de formación como lo es la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, además de
generar espacios de integración e interacción entre los servidores policiales y los miembros
de las diferentes instituciones, fortaleciendo así vínculos de camaradería que sin duda
fomentan el espíritu de cuerpo y el trabajo en equipo.

De esta manera, también se está contribuyendo al desarrollo del rendimiento físico en

general, aumentando los niveles de resistencia, fuerza y velocidad; capacidades físicas
indispensables para un buen desempeño profesional, permitiendo a nivel individual elevar la
autoestima y en el plano institucional mejorar la imagen frente a la sociedad y para la
prestación de un buen servicio de policía. Por otro lado, se debe considerar la premisa de la
Organización Mundial de la Salud OMS, que plantea que un estilo de vida activo mejora el
estado de ánimo, estimula la agilidad mental, alivia la depresión y facilita el tratamiento del
estrés, problema que actualmente afecta considerablemente a un importante número de
miembros de la Institución Policial.

La educación física, recreación y deporte como asignatura tiene como propósito ofrecer al
Oficial de Policía los conocimientos, habilidades, destrezas y herramientas conceptuales,
procedimentales y actitudinales, que le permitan concientizar la importancia de estar apto (a),
física y mentalmente, para desarrollar las actividades diarias que le exige la función policial,
fomentando a su vez el mantenimiento del cuerpo y mente sana, mediante el desarrollo de
las capacidades físicas y la adquisición de hábitos que contribuyan a la formación de mujeres
y hombres sanos e íntegros, como medio para alcanzar el estado de equilibrio entre cuerpo y
mente.

Esto con el fin de generar un estado agradable y satisfactorio para el cuerpo, a través de
entrenamiento deportivo, tratar de ayudar a la relajación del cuerpo y mente como medio para
alcanzar un equilibrio entre ambos, a fin de generar un estado agradable y satisfactorio y
eliminar el estrés provocado por las labores que se ejecutan a diario.

La actividad física promueve a su vez en el Oficial de Policía cambios persistentes de

conductas propias, para el logro de un policía físicamente apto, plenamente desarrollado y
totalmente integrado a la sociedad.
Un buen policía debe estar preparado en lo jurídico, táctico, técnico y físico. De esa manera
podrá encarar sus obligaciones correctamente, contando con un sólido entrenamiento que
optimice su desempeño.

Es importante adquirir los conocimientos técnicos para desarrollar la tarea, pero no hay que
descuidar el aspecto físico. En su lucha contra la delincuencia, el policía, muy
frecuentemente, debe correr, luchar y ser capaz de una actividad física cansadora y
prolongada. No sólo para cumplir con su deber, sino también como un modo de preservar la
propia vida.

Un adecuado entrenamiento físico puede llegar a ser la diferencia no sólo entre el éxito o el
fracaso de la misión del policía, sino entre su vida y su muerte. Por esta razón es un punto
tan importante como el adecuado entrenamiento técnico.

La finalidad que tiene la actividad física con la función policial, es que los funcionarios
policiales puedan despertar todas sus aptitudes físicas, mentales y corporales para así poder
atender todas las exigencias que ocurren en el diario vivir de un policía. Por otra parte, para
que ellos puedan saber cual es el máximo que puedan llegar a dar, pero sobre todo para que
ellos le tomen amor al trabajo físico en conjunto con la labor policial.
Conclusión

La educación policial está orientada a potenciar el conocimiento desde una visión integral,
teniendo en cuenta que éste, constituye la mayor fortaleza en la gestión humana de las
organizaciones. Una de las necesidades más destacadas en la realidad de las instituciones, es
la construcción de conocimiento y la formación de sus integrantes, para garantizar su
actuación en un contexto de cambio rápido y continuo, enmarcado por las condiciones de
globalización.

La formación corresponde al primer momento educativo que se desarrolla al ingresar por

primera vez, a una escuela de policía. En tal sentido, el futuro profesional de policía
desarrolla integralmente sus potencialidades intelectuales, físicas y psicoafectivas, con el fin
de responder adecuadamente

a las exigencias institucionales, del país y del entorno en general. Este momento permite que
los educandos asuman, como propios, los principios y valores de la organización a la cual
pertenecen; es decir, le dan identidad a la institución. Todo proceso formativo debe
constituirse en un aprendizaje innovador y sistemático de experiencias planificadas, con una
intencionalidad: transformar el ser humano; de esta manera se contribuye a cualificar su
desempeño.

En el proceso de la formación deportiva, en donde se tienen que desarrollar habilidades y

destrezas a través de la práctica constante, para garantizar el desempeño competente en una
tarea específica, modalidad o especialidad del servicio. Se refiere a la potenciación de
conocimientos, habilidades y destrezas, relacionadas con aptitudes que representan utilidad
en un rol o tarea, y cuya estrategia predominante es la práctica.

La formación deportiva es una clara evidencia que indica que el deporte tiene una influencia
positiva a la hora de obtener mejores resultados académicos tras el análisis de todos los
factores que comprende el servicio de policía y otras actuaciones policiales. Esto sería una
clara indicación de que la práctica deportiva es un elemento fundamental que se debe
fomentar lo antes posible ya que no hay análisis que demuestren que la práctica influye
negativamente, sino que, por el contrario, en la mayoría de los factores se observan aspectos
positivos que ofrece el deporte para alcanzar con mayor facilidad los objetivos académicos,
personales, de salud y sobre todo para el servicio de policía.

Un policía con formación integral