En cuanto, a las causales de desheredación de los hijos y descendientes, hemos llegado a la
conclusión de que, se debe tenerse presente que el causante al momento de manifestar su voluntad, para privar el derecho hereditario de uno de sus hijos o de todos (herederos forzosos), debe fundarse en hechos razonables y siempre que dichos hechos se encuentren previstos en la ley, siendo estos solo cuatro supuestos: Haber maltratado de obra o injuriado grave y reiteradamente al ascendiente o a su cónyuge, si éste es también ascendiente del ofensor; haberle negado sin motivo justificado los alimentos o haber abandonado al ascendiente encontrándose éste gravemente enfermo o sin poder valerse por sí mismo; haberle privado de su libertad injustificadamente; y llevar el descendiente una vida deshonrosa o inmoral.