PENSAMIENTO ESTRATÉGICO
EN LA AGRONOMIA
Bogotá 2006
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CONTENIDO
PROLOGO
2. RETOS
3. PROCESO ESTRATÉGICO
BIBLIOGRAFÍA
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PROLOGO
papel que, a su vez, tiene en ella la improvisación, entendidas como un proceso que
conduce a la conformación de estrategias por si solas sin que se requiera para ello de
la planeación, posibilidad esta de innovación que se conoce como adhocracia y que
florece en el terreno abonado de organizaciones flexibles carentes de rigidez estructural
y de concentración de poder. De aquí surge el interesante planteamiento que entiende
la universidad como formadora de innovadores y no solo como depositaria de
conocimiento para transmitirlo a los estudiantes, lo que supone un profesorado con la
misma actitud innovadora y de motivación, como elemento dinamizador del proceso
educativo.
Dada la importancia del tema del desarrollo de competencias, el libro termina con otro
aporte valioso, esta vez sobre los elementos que se deben tener en cuenta en la
formación es este campo, tales como, la definición de competencias globales, el
proyecto pedagógico que le sirve de marco, el enfoque teórico practico propio de todas
las asignaturas, la necesidad de la practica investigativa contextualizada, la utilidad del
trabajo por proyectos y la importancia de la crtecaión de un ambiente educativo
favorable.
Con una coherente argumentación, el autor apuesta por la formación de competencias.
Pero nos asalta la pregunta de si esta vía es suficiente para el desarrollo rural. ¿Hasta
qué punto la formación por competencias no continua siendo restrictiva, teniendo en
cuenta la naturaleza del ser humano?
He querido resaltar estas ideas del libro por cuanto considero que de ellas pueden
surgir múltiples iniciativas de investigación, que Jorge Eduardo Parra nos ha puesto
sobre la mesa de estudio, para continuar ahondando en el desafío de una formación de
recursos humanos que responda con creces a las necesidades y complejidad del
mundo rural.
PRESENTACIÓN
Por otra parte, la crisis en que se encuentra la producción rural en países como
Colombia, originada entre otras causas por la globalización de la economía, obliga a
buscar nuevos caminos, nuevos métodos y nuevas metas que le permitan al sector
insertarse exitosamente en la corriente renovadora de comienzos de siglo. Pero abrir
camino e innovar son también escenarios en donde se enfrenta incertidumbre,
oposición, conflicto y riesgo.
Los enfoques más conocidos pretenden definir leyes que explican y predicen el
fenómeno, y acuden generalmente a información cuantitativa. La ciencia convencional
aporta mucho a la comprensión y explicación de los fenómenos del entorno físico y
natural, especialmente en cuanto a las relaciones de causalidad dentro de ecosistemas,
entre los fenómenos físicos y la actividad humana y sobre la comprobación de
hipótesis. La información que en estos casos se requiere proviene de mediciones
detalladas de los componentes físicos, químicos y biológicos de los fenómenos. Pero la
información sobre fenómenos físicos no llevará, necesariamente, por ejemplo, a
cambios en las prácticas que aplican los productores. Es necesario considerar variables
de tipo social y económico que favorecen o no la decisión de cambio. Muchas de estas
variables pueden ser medidas también con los métodos cuantitativos, pero las
estrategias para el cambio deben incluir muy importantes aspectos no fáciles de
cuantificar como las motivaciones, los intereses, las expectativas, la visión del contexto
y del futuro, entre otros, cuya identificación, caracterización y comprensión no suele
lograrse con los mismos métodos; son, sin embargo, aspectos absolutamente
necesarios de considerar, si se aspira a convertir el conocimiento en acción
transformadora. El propósito de estos enfoques, denominados “blandos”, es, entonces,
permitir al individuo explorar sus propias percepciones, compartir información,
concertar, proponer, aprender, comprometerse, gestionar.
En los procesos del desarrollo, la pregunta “Qué hacer” es algo para lo cual los
profesionales deben prepararse a responder eficazmente. Aprender a responder “qué
hacer” implica aprender a tener visión sistémica y visión de proceso, pero sobre todo
tener muy claro qué es lo que se quiere lograr. Ahora bien, qué hacer genera o produce
la primera respuesta, pero desarrollar capacidad de gestión implica también aprender a
hacer, a organizar, a priorizar, a evadir, a relacionarse, a negociar, a liderar, a exigir, a
participar, a promover la participación. Aprender a actuar individualmente, en equipo y
en contexto.
Estas situaciones conflictivas son de muy distinta naturaleza. La teoría del juego, base
conceptual del pensamiento estratégico, estudia situaciones diversas: desde el
enfrentamiento de dos contendores en un juego de intervenciones alternativas con
reglas más o menos complejas, con triunfo de uno y derrota del otro (suma cero), hasta
juegos de interacciones simultáneas con participación de muchos, por equipos o
individualmente, y todos contra todos; también estudia la posibilidad de un resultado
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ganar-ganar por parte de los participantes (suma diferente a cero). Esto último, diferente
de un juego de competencia, por supuesto, sería lo deseable en una situación de la
vida cotidiana.
Juegos de mesa como las damas y el ajedrez son enfrentamientos entre dos jugadores
donde las reglas definen una marcada diferencia en su dificultad, pero en los dos casos
se requiere hacer un planteamiento estratégico si se quieren mejorar las posibilidades
de triunfo. El parqués es un juego que busca un solo ganador, con intervención
individual y alternativa de más de dos jugadores, e intentar un planteamiento
estratégico resulta tan difícil (por la dependencia del azar y lo complejo del árbol de
decisiones) que lo más corriente es reconocer el efecto del azar sobre el resultado de la
partida y actuar en consecuencia; eso en sí mismo puede entenderse como una
decisión estratégica.
“El director de una orquesta de la Unión Soviética iba viajando en un tren hacia su
siguiente concierto y estaba ojeando la partitura de la pieza que iba a dirigir esa
noche. Dos agentes del servicio secreto vieron lo que leía y, pensando que se
trataba de un código secreto, lo detuvieron por espía. Protestó diciendo que se
trataba del concierto para violín de Tchaikovsky, pero no le creyeron.
Supongamos que el servicio secreto tiene efectivamente a otro hombre cuyo único
delito es llamarse Tchaikovsky y a quien están sometiendo por separado a un
interrogatorio.
Veamos cuál puede ser el razonamiento del director de orquesta: sabe que
Tchaikovsky está o bien aceptando su culpa o bien aguantando; si está aceptando
y él se resiste le caen 25 años, pero si acepta su culpa le caen diez; por lo que
más le vale aceptar. Por otra parte, si Tchaikovsky resiste y el director también
resiste les caerán tres años, y si acepta le cae un año; por lo que aquí también le
conviene aceptar. Así que concluye claramente que para ambas situaciones le
conviene aceptar la culpabilidad.
Pickenhayn (1982) define el hábitat rural a través de lo que para él son sus principales
características:
Ceña (1993) define lo rural como un conjunto de regiones y zonas con actividades
diversas (agricultura, artesanía, industrias pequeñas y medianas, comercio, servicios),
en donde se asientan pueblos, pequeñas ciudades y centros regionales, espacios
naturales y cultivados.
El espacio vital de un habitante rural, definido por las múltiples y distintas interacciones
que se dan en su diario vivir, es lo que constituye lo rural. Podemos decir que para un
habitante del campo su espacio cotidiano es tanto urbano como rural. Esto no significa
necesariamente que el habitante rural conozca totalmente las posibilidades y
limitaciones que el entorno le ofrece, o que conociendo su realidad reconozca su
potencial. El habitante citadino y muchos actores decisorios de lo que ocurre en lo rural,
al parecer no alcanzan a percibir o comprender estos flujos, y su idea de espacio rural
es generalmente restringida al territorio rural.
Rello (1998), haciendo alusión a la articulación entre lo urbano y lo rural, plantea que
mientras el campo provee a la ciudad de alimentos, materias primas y fuerza de trabajo
sobrante, las ciudades proveen al campo de insumos, productos de consumo, servicios
educativos y de salud, entre otros, así como de las instituciones necesarias para
establecer puentes entre el mundo rural y el mundo urbano.
La respuesta a esta última pregunta seguramente debe ser afirmativa. Pero mientras lo
rural se limite a lo agrícola, o haya desconocimiento del entorno y sus demandas, serán
otros quienes suplan las necesidades rurales y aprovechen las posibilidades en
mención.
Pero la crisis tiene más de causa que de consecuencia. La pobreza ha sido caldo de
cultivo para la violencia. La violencia paga se convirtió en alternativa. Pobreza,
violencia y apertura económica indiscriminada, con un Estado débil, desentendido y
falto de liderazgo, son condiciones óptimas para que el campo deje de ser una opción.
Más pobreza y más violencia son resultados que no deben sorprender a nadie. Un gran
bucle, de acuerdo con la interpretación propuesta por Edgar Morín (2000). Considerar
la crisis exclusivamente como consecuencia o como causa es propio del pensamiento
disyuntor, que es el dominante y que nuevamente muestra reducción en el análisis.
¿Por qué el sector rural colombiano se encuentra tan postrado si es identificado por
muchos como la esperanza para la redención nacional? Sin duda es una pregunta que
nos hacemos todos, y con ella otras muchas, a veces no suficientemente respondidas:
¿se ha equivocado el Estado con sus políticas de desarrollo rural? ¿Las políticas han
sido las correctas pero no se han implementado adecuadamente? ¿Ha incluido la
política todos los elementos necesarios para asegurar resultados? ¿Se ha trabajado
aisladamente? ¿Nos hemos equivocado al identificar nuestra realidad y nuestras
posibilidades? ¿Ha habido objetivos claramente definidos? ¿Se cuenta con los
recursos y las condiciones adecuadas para lograr tales objetivos? ¿El papel del Estado
y el de la sociedad están claramente identificados? ¿Son los adecuados?
¿La crisis del sector se debe también a la baja productividad? ¿Es la baja productividad
causa o consecuencia? ¿Una alta productividad conduce necesariamente a una alta
rentabilidad económica o social? ¿Es la pobreza un efecto o una causa de la situación?
¿Ha sido la tecnología que se ha tratado de transferir la más apropiada? ¿Tiene el
productor rural conocimiento y capacidad de gestión para planear y desenvolverse en
aspectos como qué producir y cómo articularse al mercado? ¿Es posible conciliar
competitividad y sostenibilidad en un proyecto modernizante que involucre los distintos
sistemas productivos y que beneficie a todos los actores?
Para Ceña (1993), la ruralidad debe encontrar multitud de nuevos y pequeños poros de
interacción e intercambio con el exterior, para así ir experimentando, innovando y
consolidando nuevas estructuras socioeconómicas. Ningún sector o actividad concreto
y específico mantendrá a la ruralidad en su conjunto, como anteriormente lo hiciera la
agricultura. En todo caso, la estructura general debería ser básicamente heterogénea y
diversa. La nueva realidad ha de entender la lejanía o distancia física y social tan sólo
como una mera circunstancia.
La constitución política promulgada en 1991, junto a políticas de Estado que han venido
implementándose en los últimos años como la descentralización, la elección popular de
alcaldes, la participación de la sociedad civil, presentan al municipio colombiano como
el escenario para construir el desarrollo, comenzando por una planeación de abajo
hacia arriba. Desarrollo social y desarrollo económico, que debe contar con criterios de
sostenibilidad y equidad y con participación de todos.
2-RETOS DE UNA
NUEVA RURALIDAD
Este capítulo pretende identificar algunos de esos retos y reflexionar sobre ellos, con el
interés de participar en un proceso propositivo que conduzca a viabilizar el discurso
sobre el desarrollo integral y sostenible, bajo las condiciones en que vivimos. El análisis
hace énfasis en el factor humano. Bien sea que el objeto de desarrollo se plantee con
enfoque territorial o sectorial, siempre que se haga con visión sistémica y contextual, el
factor humano como tal o la dimensión humana de los diferentes factores tiene la más
alta importancia. Entre otras razones por el alto grado de motricidad de las distintas
variables que lo constituyen, por el alto grado de interacción que se da entre ellas y
variables de otros factores, y por su efecto sobre los resultados.
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El reto tiene entonces que ver con: identificar motivaciones, aspiraciones y expectativas;
definir escenarios deseables de solución; identificar escenarios contextuales posibles y
probables; identificar y valorar los conflictos internos y con el entorno; determinar las
relaciones de causalidad a sabiendas de que la realidad es el resultado de relaciones
complejas, multivariadas, multidimensionales y multilineales; conocer la manera como
se toman las decisiones individuales y colectivas y cómo se da el proceso de
aprendizaje y adaptación a una realidad cambiante; identificar y evaluar el conocimiento
y la percepción que se tiene sobre la realidad y el entorno; identificar elementos y
situaciones que favorezcan la solución de los conflictos; lograr involucrar a la
comunidad concernida para mejorar, tanto la calidad del conocimiento como de los
juicios de valor sobre la situación y los compromisos con las soluciones; identificar y
diseñar estrategias que minimicen los conflictos viejos y nuevos; definir reglas de
comportamiento que aseguren el cumplimiento de los acuerdos.
Sin embargo, todos estos aspectos están ausentes con frecuencia en los diagnósticos
que soportan los ejercicios de planeación participativa que se han venido adelantando
en épocas recientes: los Planes de desarrollo territorial y sectorial y los Planes de
ordenamiento territorial.
Las estrategias conciliatorias incluirán, seguramente, procesos en los que, por ejemplo,
haya necesidad de aceptar inicialmente costos ambientales en tanto se logra un
bienestar básico, o subsidios a la producción en tanto se recupera un ecosistema
deteriorado; el qué y el cómo sólo se podrán definir de acuerdo con las condiciones de
la realidad local y su contexto.
El modelo debe considerar los problemas estructurales que han aquejado por siempre
al sector rural y contribuir a su solución. Por tanto, los proyectos y programas regionales
y locales deben estar articulados al nivel nacional, con el fin de buscar la más digna y
equitativa articulación del país bajo un enfoque de interdependencia, en el nivel global.
La elaboración del proyecto de territorio competitivo es, pues, un proceso que exige de
los agentes locales y de las instituciones ciertas capacidades, complementarias a la
productiva: la capacidad de valorizar y proteger su entorno (competitividad ambiental),
de actuar juntos eficazmente (competitividad social), de crear vínculos entre sectores de
tal modo que se mantenga in situ el máximo de valor agregado (competitividad
económica) y, por último, de establecer relaciones con los demás, con otros territorios y
con el resto del mundo (competitividad contextualizadora).
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Cultura de la planeación
El desarrollo es una empresa humana, el más importante objetivo común que puede
compartir una nación, una comunidad, una institución o una empresa; también es un
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Trabajo cooperado
Las alianzas son también una necesidad estratégica, especialmente cuando los
recursos son limitados, cuando la especialización ha reducido las posibilidades de
maniobra o cuando el contexto no es bien conocido. El abordaje de la problemática con
enfoque de cadena, un modelo conveniente y necesario para identificar y superar
diferencias de interés o problemas de comunicación, parece necesario, pero no falto de
grandes problemas por superar. La economía solidaria, un camino ya bastante
recorrido, no ha logrado afincar raíces suficientemente sólidas en nuestro medio, a
pesar de la sensibilidad y aceptación que puede haber sobre los principios
cooperativos. Una vez más, la visión sobre el manejo de la diferencia y del conflicto
parece ser el escollo más importante para superar el individualismo.
Emprendimiento
Hacer empresa, innovar, reconvertir, son necesidades de una economía que debe
crecer, que debe modernizarse, que quiere democratizarse y ser competitiva. Es una
función de alta gerencia. Son tareas que requieren individuos dispuestos a asumir
riesgos y a manejar la incertidumbre, la competencia y los conflictos; con capacidad
para imaginar escenarios futuros, para planificar una actuación adecuada a ellos o para
construir escenarios deseables; individuos muy conocedores de su realidad y del
entorno pasado y presente y con capacidad para hacer juicios de valor sobre esa
realidad; informados permanentemente y permanentemente comunicados; con una
gran capacidad para interactuar con ese entorno; con visión sistémica; capaces de
identificar, conocer, reconocer, valorar e intervenir los factores, variables e interacciones
internas y externas que afectan su empresa; con la suficiente sensibilidad y
conocimiento de la sociedad, para reconocer sus necesidades, motivaciones,
expectativas, cultura, conflictos y limitaciones; líderes con capacidad de convocatoria
para el trabajo en equipo; con la ética suficiente que les permita considerar las
dimensiones ambientales, sociales y culturales que contextualizan su acción; con visión
de proceso; pacientes, con capacidad para escuchar y para hacerse oír; buenos
negociadores. En una palabra: estrategas.
2.3 LIDERAZGO
Condición deseable es que la comunidad defina su rumbo y escoja los dirigentes que
conduzcan a ese rumbo. Pero tal situación parece una utopía. Así que resulta más
lógico esperar que surjan o se formen líderes que, interpretando el sentir de la
sociedad, la comprometan a identificar tal destino y a emprender juntos el viaje. El
liderazgo requiere conocimiento, preparación, reflexión permanente, pensamiento
estratégico y adiestramiento. También talento, el cual es necesario orientar.
Hay quienes piensan que el liderazgo es algo nato. Un don de la naturaleza. Otros, por
el contrario, piensan que “...no hay nadie que no pueda mejorar considerablemente su
capacidad de liderazgo, con un poco de reflexión y práctica” (Adair, 1990)
Tres enfoques permiten comprender el concepto de liderazgo. El primero es el enfoque
de cualidades, según el cual la habilidad para influir sobre los demás se debe a una
serie de cualidades generalmente presentes en los líderes, como coraje, perseverancia,
integridad, entusiasmo, calidez, serenidad, disciplina, justicia, intuición, tacto... Quien
tenga esas cualidades, ¿es un líder? No necesariamente, y eso constituye la principal
debilidad del enfoque, sin desconocer que todo líder debe tener estas cualidades. Esta
forma de entender el liderazgo está generalmente unida a la idea de que el liderazgo
nace con la persona, y desconoce el hecho de que tales cualidades pueden ser
desarrolladas por el individuo.
decir, debe involucrar el todo: las partes, sus interrelaciones y su entorno; esto es, tener
una visión sistémica. Con este enfoque ocurre también que existen conocedores y
expertos que no son líderes. Seguramente no lo son en el sentido en que más
frecuentemente se interpreta el concepto: persona que sobresale para influir sobre las
acciones inmediatas de la comunidad. Nadie desconoce, sin embargo, el liderazgo
permanente de grandes pensadores cuya influencia trasciende el tiempo y el espacio.
El tercero es el enfoque funcional, el cual considera que además del líder mismo y de la
situación particular, hay un tercer elemento: el grupo de interesados, seguidores o
acompañantes. El enfoque funcional se detiene a pensar en este componente, bajo la
hipótesis de que todos los grupos son diferentes, es decir que cada uno tiene su propia
personalidad, carácter y apariencia. También, como ocurre con los individuos, los
grupos tienen necesidades: a) la necesidad de cumplir con una tarea en común, b) la
necesidad de mantenerse unidos como equipo, y c) las necesidades de cada individuo.
Son necesidades que interactúan entre sí: una tarea común o el reconocimiento a la
individualidad son necesidades que a su vez incrementan los lazos de unión. Fuertes
lazos de unión y promoción del individuo incrementan las posibilidades de lograr la
tarea. Sólidos lazos de unión y una tarea común promocionan al individuo al hacerlo
sentir útil y con sentido de pertenencia.
Las dos primeras necesidades pueden estar más o menos desarrolladas; de no estarlo,
existe grupo pero no existe comunidad. El tercer grupo, el de las necesidades
individuales, toca el tema de las motivaciones individuales. Se da por hecho que lo que
motiva al hombre es la satisfacción de sus necesidades; son motivaciones que están
dentro, más permanentes y sentidas que las motivaciones externas. Un buen líder se
propondrá identificar las motivaciones internas si quiere ser eficaz. Trabajar con la
motivación exterior: el discurso convincente, la prebenda, la amenaza, la promesa,
generalmente hacen sentir al individuo que se le está manipulando.
Entorno Tarea
común
Lazos de Necesidades
equipo individuales
Una necesidad satisfecha deja de ser motivación, así que la motivación responde a una
gradación. No todos están de acuerdo en que el orden sea estrictamente el formulado
por Maslow, aunque la tendencia sí sea que al comienzo se ubican las necesidades
biológicas e instintivas y en el grado más alto las más distintivamente humanas.
Las cualidades determinan la forma como se ejecutan las funciones y dan al líder su
grado de eficiencia, pero sólo el manejo del conjunto (situación, funcionamiento,
motivaciones, necesidades, conflictos) lo harán realmente efectivo.
Hay una función del líder que es especialmente conflictiva: la toma de decisiones.
Tomar decisiones es un reto que no todos quisieran enfrentar, ni siquiera cuando se
trata de una acción individual. Si además es una acción que afecta a otros, no sólo es
importante por sí misma sino que la forma como se realiza se vuelve tanto o más
importante que la decisión. En la forma como se toma una decisión se puede encontrar
la diferencia entre un líder autocrático y otro democrático.
La participación, propia del estilo democrático, tiene ventajas que tocan aspectos
estratégicos muy importantes; sin embargo, es necesario tener en cuenta que existen
situaciones o características de la comunidad según las cuales no se puede o no se
debe esperar que las decisiones sean mayoritarias o consensuadas:
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a) Las situaciones: en una emergencia, por ejemplo, el grupo esperará e incluso exigirá
que el líder decida qué hacer y dé las órdenes pertinentes sin espacio para la consulta
ni la duda. Por supuesto no hay grupo que actúe en emergencia permanente y, por
tanto, siempre habrá posibilidad de planear sobre líneas de conducta a seguir, definir
criterios o prever situaciones que permitan el discernimiento y la toma de decisiones en
forma individual. Pero como mínimo se necesitará un coordinador que sincronice
movimientos, priorice acciones, provea lo necesario, dirija la acción. Aquí el concepto
de estrategia hace referencia no al plan deliberado, sino a la formación emergente del
mismo. Probablemente el proceso democrático se dio cuando se tomó la decisión de
pertenecer al grupo o cuando al líder se le asignó la posibilidad o la obligación de tomar
decisiones. Su trabajo consiste en escoger, según las circunstancias, la mejor manera
de tomarlas. Un buen líder debe prever y evadir las crisis y las emergencias en la
medida de lo posible: que su actividad sea no tanto resolver problemas, sino evitar que
se presenten, y esto exige también un pensamiento estratégico.
Los tres círculos de interés de una comunidad (el propósito común, los lazos de equipo
y las necesidades individuales), conforman un sistema con interacciones mutuas, y
como todo sistema, está inmerso en un entorno que lo determina o lo condiciona. Los
objetivos de la comunidad en cuestión podrían ir en contravía de los intereses del
macrosistema. Dentro de la misma comunidad seguramente también hay conflictos de
intereses. En las dos situaciones, liderar un proceso es un acto que genera riesgo.
Líder no es sólo quien va primero por ser el mejor o por ser quien conduce; es también
quien avanza como cabeza de playa, como explorador, como pionero; quien abre la
brecha. Es quien no pierde de vista el rumbo, quien plantea una lid, quien capotea una
situación. Alguien con visión de futuro, ambicioso, paciente, flexible, arriesgado,
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La Encuesta Nacional Agropecuaria de 1996 mostró que el 43,3% del área sembrada
del país está en segmentos menores de 20 hectáreas; y estudios de población
demostraron que en la cuenca del río Magdalena se encuentra por lo menos el 70% de
la población campesina del país. Estas estadísticas justifican por sí solas la necesidad
de considerar la economía campesina como un actor fundamental en el desarrollo rural.
La crisis que hoy vive el país es en buena parte consecuencia del tratamiento que ha
recibido esa población campesina, a la cual la Nación no le ha sabido dar
el reconocimiento que merecen su esfuerzo y sus dificultades. El Estado los ha
apoyado inadecuadamente para suplir sus necesidades y aspiraciones, y el mercado ha
sido y es injusto con ellos. La crisis rural es una de las principales causas de la violencia
y los campesinos son víctimas de las dos.
lotes, con cultivo asociado, que se combina con la actividad pecuaria, con la venta de la
fuerza de trabajo o el intercambio de la misma con los vecinos y parientes; se pueden
dar integradas otras actividades económicas, como las artesanías, el pequeño comercio
o el transporte.
La diferencia con la agricultura comercial es el fin que cada una tiene. En esta última el
objetivo único es la ganancia y la acumulación, como en cualquier otra inversión. En la
producción campesina el fin es la reproducción.
“La toma de decisiones sobre el uso de los factores a su disposición (tierra, fuerza
de trabajo) está orientada a asegurar la permanencia de la familia y de la parcela
más que a la acumulación de ganancia; por ejemplo, el precio esperado por el
producto no es el factor determinante. Sin embargo hay casos de campesinos
medios que acumulan ganancia en el proceso de producción y algunos definen los
productos con base principal en los precios esperados y en la
demanda” (Valderrama y Mondragón, 1998).
Las grandes dificultades por las que atraviesa el país en la actualidad tienen mucho que
ver con el logro de los objetivos de la comunidad campesina: asegurar la permanencia y
el bienestar de la familia. Y esto ocurre por varias razones: limitación del acceso a la
tierra; tamaño reducido de la parcela; dependencia de las lluvias; suelos pobres,
quebrados o muy deteriorados; mercado que no les favorece o les es desconocido;
articulación al mercado (mercadeo) muy defectuosa; deficiencia en las decisiones sobre
lo que se debe hacer o producir; en fin, el problema es muy complejo. Son factores
internos y externos, cuyo manejo necesariamente debe involucrar al campesino pero
con una importante participación del Estado.
Hay otras razones para mostrar que la economía campesina juega un papel importante
para dinamizar la economía y para aprovechar y manejar de la mejor manera las
oportunidades, circunstancias y recursos que nos son propios: el país, por sus
características topográficas y ecológicas, no puede o no debe explotar áreas
productivas mediante la actividad mecanizada extensiva y en monocultivo,
especialmente de especies transitorias. Los campesinos tienen el conocimiento sobre
sistemas agroecológicos de manejo especial en la zona andina y en ecosistemas
tropicales frágiles; conocimiento y experiencia que permitirían revertir los procesos de
degradación ambiental y evitar cometer en el futuro los mismos errores en el diseño e
implementación de sistemas más sostenibles.
“El campesinado puede entonces abrir una vía alterna de desarrollo económico y
social si cuenta con el apoyo de programas masivos que lo doten de los medios
de producción adecuados y le permitan tanto consolidar la economía campesina y
la cultura propia, como desarrollar formas asociativas propias e iniciativas
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Sobre la eficiencia
La capacidad productiva del suelo: las unidades productivas que están en manos de los
campesinos se ubican generalmente en zonas de montaña, sin adecuación, sin riego,
con suelos erosionados o erosionables, con dificultades de acceso, etc., cuyo potencial
de rendimiento no puede compararse con el de las zonas donde generalmente se ubica
la agricultura comercial.
Los rendimientos por hectárea o el costo de producción por unidad de producto son
indicativos para comparar diferentes eficiencias, pero no permiten comparar la eficiencia
en el uso de los factores y de su sustitución. La economía campesina ha mostrado que
puede sustituir el uso de un recurso escaso para ellos (la tierra), por uno más
abundante (la mano de obra), y obtener resultados similares. En la economía
campesina es más viable lograr el diseño de modelos integrados de producción que
utilicen los recursos propios y dependan menos del entorno en este aspecto; el
conocimiento y la presencia del productor, el tejido social local y las posibilidades de
una planeación colectiva lo permitirían. En muchos casos se puede decir, con respecto
a la eficiencia potencial, que la economía campesina esta más cerca de ella que otros
sectores. De todas formas una buena comparación requiere utilizar métodos que
permitan establecer no sólo las diferencias en eficiencias sino sus causas; pero
simultáneamente es necesario considerar, en el análisis comparativo, la dependencia
externa, la racionalidad y la sostenibilidad de los sistemas.
Esperar que el desarrollo rural sólo se haga a través del impulso a la agricultura
empresarial parece ser razonable dentro de la lógica del desarrollo capitalista. Pero en
nuestro país se ha mostrado que los sectores económicos que utilizarían la mano de
obra liberada por el campo no han podido hacerlo. La economía rural empresarial
tampoco ha mostrado su capacidad (eficiencia). Es demasiado dependiente y frágil, y lo
ha mostrado en la última década del siglo veinte con la apertura económica. El
desarrollo necesita del crecimiento, pero puede haber crecimiento sin desarrollo. Si de
lo que se trata es de mejorar las condiciones de vida de una población, el crecimiento
debe ser un camino, no un destino a costa de la comunidad campesina y de los
ecosistemas.
Extensión rural
Siendo como ha sido víctima del tratamiento institucional, no se puede seguir viendo al
campesinado con criterios paternalistas que acaban por hacerle mas daño. La
respuesta no puede ser sólo de protección, sino de mejoramiento de su capacidad
competitiva y de generación de unas condiciones equitativas. Pero la equidad no es
igualdad de condiciones para todos: quien tiene menos debe tener más posibilidades de
acceder que quien tiene más. La destinación de recursos del Estado ha sido
inequitativa. El sector rural ha recibido menos atención que otros sectores y dentro del
sector rural la economía campesina ha recibido menos que el sector comercial. Esta
tendencia no puede seguir si se trata de hacer justicia social.
La formación universitaria de los profesionales del sector aparece como una seria
limitación en los programas de apoyo a las comunidades rurales. Una formación más
integral y contextualizada, con miras a una mejor comprensión de la compleja realidad
local, mayor compromiso con los resultados, mayor capacidad de concertación,
propositiva y de gestión, mejor disposición al fortalecimiento del capital humano,
parecen hacer falta. Estos son aspectos que tienen que ver directamente con el
pensamiento y la visión estratégica.
Articulación al mercado
Son las dificultades para articularse adecuadamente al mercado lo que con mayor
frecuencia frustra al campesino. Tal situación tiene muchas causas, entre las que
podemos mencionar las siguientes: no es accesible o no existe información de precios,
de volúmenes de oferta y de demanda, de productos demandados, de épocas de
cosecha y áreas sembradas por especie; de tal manera que la decisión sobre qué
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producir, para quién o en qué momento, es una decisión tomada sin mayor criterio. Con
mucha frecuencia ocurre que simplemente se produce lo que siempre se ha producido,
pues se sabe cómo hacerlo y se conocen los riesgos. Por otra parte, el productor
generalmente conoce poco el mercado: la formación del precio, los canales de
comercialización, las preferencias de los consumidores, o las tendencias locales y
mundiales. Las decisiones de comercialización simplemente se acomodan a lo que el
entorno ofrece: el acopiador local o el mercado del pueblo (en el interior). Se vende sin
valor agregado en los primeros eslabones de una cadena que a veces es muy larga e
ineficiente. En ocasiones se acude a los mercados mayoristas de ciudades más
grandes donde la situación no es mejor, pues se cae en manos de comerciantes, que
aprovechan su posición ventajosa en beneficio propio.
El modelo capitalista ha llegado a una situación tal, que a la lucha por los recursos de
producción se le agrega la lucha por los mercados. El mercado es, pues, un bien muy
valioso para una nación, que se debe valorar y usar efectivamente cuando se trata de
negociar tratados comerciales. Si bien la apertura económica en la última década ha
afectado más a la agricultura empresarial, ha copado también algunos espacios en los
que la economía campesina tiene muchas posibilidades y en las que con algo de apoyo
puede ser competitiva. Es el caso de la producción de leguminosas, fríjol
especialmente, tan importante para la soberanía y la calidad alimentaria.
Pero la apertura permitiría también pensar en nichos del mercado internacional en los
que la economía campesina nos convertiría en proveedores de productos
especializados si valoramos sus ventajas comparativas. Colombia tiene en la diversidad
tropical, biológica y cultural una de sus mayores fortalezas, que podrían permitirle, con
una amplia variedad de productos, cubrir las demandas de comunidades que por su
nivel de vida, o por los cambios culturales producto de la modernización, tienen
consumos especiales. Así es como se desarrollaron los mercados de productos como
las flores, el banano o el café, que no tienen el nivel de consumo de los cereales, por
ejemplo.
CONCLUSIONES
El análisis situacional que han hecho los entes territoriales y las cadenas productivas,
agroalimentarias y agroindustriales en nuestro medio muestra un proceso estratégico
en sí mismo. Emerge de una forma muy notoria el hecho de que el principal desafío de
este enfoque de cadenas, por ejemplo, es precisamente la superación del conflicto de
intereses que existe entre los distintos eslabones: justamente el tipo de situaciones que
justifican el modelo estratégico. La competitividad y el desarrollo de un sector o de una
región es especialmente un proceso evolutivo de superación de conflictos de interés.
Cuando el entorno es muy cambiante o retador, esta situación se vuelve más compleja,
que es lo que ocurre frente a un modelo de globalización que exige mayor conocimiento
del entorno, de la competencia, de nuevos clientes y nuevos mercados; que exige
alianzas, reconversión tecnológica y reconversión productiva, planeación y prospección.
Ahora bien, el desafío no es solamente para la agricultura empresarial. La
diversificación o la modernización de una economía campesina que tiene ventajas
comparativas para articularse a ciertos nichos de mercado que muestran las tendencias
mundiales, debe superar desafíos semejantes. Pero el recurso humano actor principal
de estos procesos, el campesinado, requiere una mayor atención para su
empoderamiento. Para que el proceso sea socialmente sostenible es necesario que
sean ellos, con el apoyo del Estado y las instituciones del sector, quienes protagonicen
su propia gestión. Esta es una gran exigencia para los profesionales.
3- PROCESO ESTRATÉGICO
Según el mismo autor, los objetivos definen aquellos resultados que la organización
espera obtener, pero no cómo lograrlos. Los objetivos más importantes, aquellos que
afectan la dirección general y la viabilidad de la entidad, se llaman objetivos
estratégicos.
Las políticas hacen referencia a reglas, líneas de conducta que responden a los valores
y principios que la organización ha definido o acepta respetar o promover. Define los
límites en los que tendrá lugar la acción. También aquí, las políticas principales, las que
guían la dirección general y la posición de la entidad y que también determinan su
viabilidad, se denominan políticas estratégicas.
No todas las grandes decisiones que tienen que ver con los objetivos son estratégicas.
En estricto sentido, una estrategia genuina hace referencia a la respuesta proactiva o
reactiva de la entidad ante acciones potenciales o respuestas de un contrincante
inteligente. También a las acciones proactivas o reactivas frente a un entorno
cambiante e incierto.
Las estrategias son decisiones a priori, como guías para la acción o decisiones in situ, y
como respuesta a una capacidad decisoria flexible, eficaz y oportuna. Las primeras
corresponden a una formulación deliberada y las segundas a una formulación
emergente.
Construir esa posición sostenible es un proceso único y específico para cada caso, por
tanto no hay un método único que pueda prescribir los pasos a seguir. Además del
44
La bondad de una estrategia sólo será definida en función de los resultados, es decir de
su eficacia.
Como plan de acción se refiere a las elecciones que se harán en cada situación posible.
Como maniobra engañosa (estratagema) se entiende una especie de amenaza de
actuar de una determinada manera, que induzca al contrincante a tomar decisiones que
favorezcan al primero.
Priorización del Qué ser sobre el Qué hacer: es necesario identificar o definir, antes
que nada, la razón de ser de la organización, la actividad o el proceso que se
emprende, lo que se espera lograr.
Priorización del Qué hacer sobre el Cómo hacerlo: identificar las acciones que
conducen efectivamente a la obtención del objetivo. Se trata de anteponer la eficacia
sobre la eficiencia.
Visión de proceso: los sistemas son entes dinámicos y cambiantes: tienen vida
propia. Deben ser vistos y estudiados con perspectiva temporal, conocer su historia
para identificar causas y efectos de su presente y para proyectar su futuro.
La planeación es para algunos una actividad de diseño que se realiza antes de ejecutar
algo. Hoy se comprende más como un proceso permanente que pretende adelantarse a
los acontecimientos, para tomar oportunamente las decisiones más adecuadas. Es
también una actitud que implica mantenerse permanentemente alerta y enterado del
curso de los acontecimientos, analizando sistémicamente las circunstancias que se van
presentando, con el propósito de impedir que tales acontecimientos y circunstancias
desvíen a la organización en la búsqueda de sus objetivos y, por el contrario, estar
permanentemente aprovechando lo que es favorable para mejorar las posibilidades.
Es un proceso que sí incluye una fase de diseño, pero también de evaluación constante
y de corrección del rumbo, cuando es necesario.
Dos son las situaciones más frecuentes para un asesor en planeación: la formulación
de la estrategia de la organización y la evaluación del funcionamiento de la misma.
Según sea el caso el rol será entonces el de diseño o el de identificación, pero dentro
de un criterio moderno de planeación concluirá por igual en una fase propositiva.
Para una empresa productiva o de servicios, Misión empresarial es una declaración que
identifica y describe las características de los productos, los clientes y mercados y las
políticas empresariales con las que la organización quiere identificarse y competir. La
acepción es válida para cualquier situación, entendiendo por producto lo que se quiere
lograr; por cliente a los beneficiarios internos y externos; por mercado al alcance que se
quiere dar a la organización, su tamaño y trascendencia, su papel en la sociedad.
El modelo estratégico tiene como uno de sus principios la flexibilidad, porque ubica su
accionar en un mundo cambiante e incierto; sin embargo, plantea la necesidad de
adelantar el proceso de definición de la Misión de una manera tan cuidadosa,
participativa, consciente y contextualizada, que se convierta en el punto fijo. Debe ser
tan valedera, que a pesar del cambio de circunstancias no sea necesario modificar ese
querer ser, que es, como queda dicho, una forma de definir la Misión.
En el lenguaje cotidiano muchas veces se entiende como misión un deber por cumplir,
una acción por realizar o una responsabilidad por asumir. En el lenguaje estratégico es
más un logro por conseguir.
Teniendo en cuenta que todo sistema es a su vez un subsistema de otro mayor que
está compuesto por subsistemas, o que un proceso tiene las mismas connotaciones, el
concepto Misión puede aplicarse en varios niveles. Lo que es la Misión para un
proyecto, puede ser sólo un objetivo estratégico u operativo para la Empresa. Aun así,
el concepto Misión sigue siendo igualmente válido. Una vez definidos los límites del
sistema en las dimensiones espaciales y temporales, no es difícil diferenciar el fin de los
medios para lograrlo.
Si se está estudiando un subsistema, su Misión será el rol o papel que juega dentro del
sistema al cual pertenece (su función).
En todos los casos quienes lideren la formulación de la Misión deben ser “dolientes” del
proyecto. Los accionistas de la empresa, las comunidades organizadas y orientadas por
sus autoridades y líderes, los representantes auténticos de la sociedad.
Otros elementos que de acuerdo con el criterio de Fred David (1988) deben estar
incluidos en la definición de la Misión son: el concepto de sí misma, la visión de su
entorno, su preocupación por la imagen que proyecta o quiere proyectar y por la
supervivencia o el crecimiento y la concepción sobre el manejo de las relaciones entre
las personas que tienen que ver con la organización.
Son ejemplos que incorporan necesariamente los criterios de los autores y que solamente pretenden ser
ilustrativos. Han sido elaborados como ejercicios dentro de los cursos Planeación municipal y Planeación
estratégica territorial, de la Facultad de Agronomía, de la Universidad Nacional de Colombia
Creemos necesario comprometer a todos en la idea de que los recursos deben ser
mejor reconocidos, y manejados con un criterio tal que permita a las comunidades
futuras contar con ellos también.
parte de los estamentos que el Estado ha creado para atenderlos y del anárquico
mercado de sus productos, que con frecuencia los golpea y frustra en sus expectativas
económicas. Los demás miembros de la comunidad local, incluyendo sus autoridades,
han sido indiferentes a la suerte de los productores, situación que es necesario superar.
Un criterio importante para mantener el espíritu aquí planteado será lograr que el
equipo que conforme la UMATA sea un equipo comprometido con estos principios, con
la comunidad local y con los resultados que se esperan.
Nuestros productos tanto agrícolas como pecuarios serán obtenidos con el mínimo uso
de pesticidas y sustancias químicas de síntesis, utilizando para ello tanto el
conocimiento tecnológico producto de la investigación especializada y la adelantada por
nuestra propia empresa, como el conocimiento acumulado de los productores de la
50
región. Con dichos productos aspiramos a llegar a un mercado que aprecie el valor de
una calidad obtenida por una tecnología limpia; sin embargo, aspiramos a que los
precios de nuestros productos no difieran de los obtenidos por sistemas
convencionales, de tal manera que sea la calidad nuestro factor de competencia, para
lograr una demanda constante y a precio justo. Aspiramos también que con estos
criterios podamos conquistar paulatinamente el mercado internacional.
La integración
La interlocución
La participación en la definición de la política de desarrollo rural
La generación de propuestas de desarrollo
La promoción de liderazgos
La concertación
El apoyo a procesos participativos (planes, programas y proyectos) de desarrollo
sostenible, regionales, locales y sectoriales.
La formación de capital social y capital humano, mediante la contribución a
establecer relaciones de confianza, respeto, solidaridad, cooperación y
compromiso.
El fortalecimiento de las organizaciones participantes
La generación de nuevas alternativas de gestión pública
El análisis de la problemática sectorial
La circulación de información
La promoción del desarrollo y la innovación tecnológicos, con criterios de
racionalidad ambiental, social y económica
En una primera fase del diagnóstico se identifican las variables que conforman o
afectan la organización o el proceso para el logro de sus propósitos. La mirada ha de
ser una mirada espacial y temporal simultáneamente, en el reconocimiento de que la
situación actual ha sido provocada por hechos y variables de efectos anteriores, y que
el desempeño futuro dependerá de las circunstancias que las tendencias y el devenir
ofrezcan. Escenarios posibles, probables y deseables deberán ser considerados, para
acomodarse a ellos o para ser construidos según que el enfoque prospectivo sea
determinístico o voluntarista. El primero supone que el comportamiento humano se
mantiene y que las tendencias definen los escenarios posibles sobre los cuales se debe
proyectar. El segundo propone trabajar en el presente con base en escenarios futuros
deseables, visualizados y definidos por la comunidad (“El futuro no se predice, se
construye”). Un eclecticismo positivo propondría proyectar un futuro deseable, poniendo
al servicio del querer ser los aspectos favorables del contexto no manejable, y estando
alerta sobre los aspectos negativos del mismo, para evadir o contrarrestar su efecto.
Así pues, un esquema que puede resultar práctico en los diferentes casos donde se
aplica la planeación estratégica para el desarrollo de procesos rurales, es un análisis
factorial: el factor humano, económico, administrativo, territorial y tecnológico. Si es un
diagnóstico sectorial el esquema también puede resultar útil. En este caso, los demás
factores se pueden considerar dimensiones del primero. Por ejemplo las dimensiones
humana, territorial, administrativa, tecnológica en un análisis de lo económico; o la
dimensión económica, administrativa, tecnológica, territorial de una comunidad
cualquiera. Con este esquema no es necesario hacer una clasificación inicial de
variables internas y externas; cada factor puede tener un grupo de variables que son
internas y otras que son externas.
El análisis de cada factor y sus interacciones con los demás, implica responder una
gran cantidad de interrogantes, o analizar un alto número de variables. Sobre cada
variable probablemente también sea necesario hacer el mismo ejercicio de evaluación,
de tal manera que se va conformando un árbol de variables o de preguntas. Hasta qué
nivel llegar depende del grado de profundización con que se requiere conocer el
sistema o el proceso en cuestión, y también de los recursos disponibles y necesarios.
Salud: morbilidad, utilización del servicio de salud, mortalidad y sus causas, longevidad,
hábitos de consumo, limitaciones que pueden resultar del estado de salud.
Valores: qué valores son prioritarios para la vida del individuo y de la comunidad:
solidaridad, participación, éxito económico, familia, responsabilidad, amistad, ambición,
seguridad, comodidad, religiosidad, progreso, justicia, reconocimiento, trabajo, respeto
y consideración por los demás…
3.2.2.1.2 Lo económico
El diagnóstico económico trata entonces de dar una mirada integral de las condiciones,
los recursos que se usan, la manera de usarlos, la propiedad y tenencia de los mismos,
las actividades que se desarrollan y los resultados que se obtienen. Como recursos
económicos consideramos la tierra, el agua, el clima, la biodiversidad, el conocimiento,
la información, la tecnología, el dinero, la infraestructura, el tiempo, los equipos, la
fuerza de trabajo, entre otros. Hacer un diagnóstico económico incluye describir la
disponibilidad y acceso a tales recursos, la calidad de los mismos y su utilidad en el
proceso productivo.
Tanto para un municipio o región como para una empresa e incluso para una
institución, el conocimiento del contexto macroeconómico puede ser definitivo para el
ejercicio de su actividad, por el rol determinante que este factor tiene. Las variables más
importantes son las políticas arancelaria, cambiaria, monetaria y fiscal y los acuerdos
económicos bilaterales o multilaterales con otras naciones.
Los ingresos dependen también de los rendimientos y de los precios de venta. Ambos
son variables e inciertos, principalmente en los productos agrícolas. Unos y otros
dependen tanto de factores internos como externos: tecnología, recursos, costos,
eficiencia productiva, clima, etc., afectan a los primeros; oferta, demanda,
intermediarios, información, capacidad de mercadeo, etc., afecta a los segundos. Son
variables cuyo conocimiento, disponibilidad y/o acceso puede variar mucho
El flujo de caja es la forma como se distribuyen los costos y los ingresos financieros en
un proyecto o actividad. Por el nivel de riesgo que se le adiciona a un proyecto agrícola
al exponer por mayor o menor tiempo la inversión, el flujo de caja es importante de
considerar, y una variable que también influye mucho en las decisiones y el tipo de
actividad económica que se desarrolla o se puede desarrollar.
3.2.2.1.3 Lo territorial
Por ejemplo, por medio de la ley 388 de 1997 y el decreto presidencial 879 de 1998, el
gobierno Colombiano ejecuta y reglamenta el mandato constitucional para el
“…establecimiento de los mecanismos que permitan al municipio, en ejercicio de su
autonomía, promover el ordenamiento de su territorio, el uso equitativo y racional del
suelo, la preservación y defensa del patrimonio ecológico y cultural localizado en su
ámbito territorial y la prevención de desastres en asentamientos de alto riesgo” (Art. 1°,
Ley 388/97)
Como vía para lograrlo se plantea el ordenamiento en su conjunto como una función
pública con la activa participación ciudadana para lograr una concertación entre los
intereses sociales, económicos y urbanísticos, que aseguren la eficacia de las acciones
y políticas. Se busca complementar la planificación del desarrollo económico y social
con la del desarrollo del territorio, racionalizando la intervención y propiciando un
aprovechamiento sostenible.
El componente urbano integra las políticas, normas y acciones que a corto y mediano
plazo, definan los tratamientos para la ocupación del espacio físico, clasificado como
suelo urbano y suelo de expansión urbana, las estrategias de mediano plazo para el
desarrollo de programas de vivienda de interés social, las estrategias de crecimiento y
reordenamiento de la zona urbana y la provisión de servicios públicos.
59
Ejecución: con miras a cristalizar los planes y decisiones, se prevé definir, para cada
gestión administrativa, las acciones que se realizarán, señalando las prioridades,
responsables y recursos asignados. Este programa se integra al plan de inversiones del
municipio.
Se trata de evaluar la acción del Estado, pero también la viabilidad de promover una
nueva institucionalidad, entendida ésta como unas nuevas relaciones, nuevas
conductas, nuevos roles y nuevas metodologías. De construir una cultura de
cooperación, de conocimiento del otro, de reconocimiento del papel protagónico que
tiene la institucionalidad local; de adelantar un trabajo integrado y coordinado en
búsqueda de objetivos comunes. De fomentar una cultura de reconocimiento al trabajo
ajeno, de respeto por los procesos y la cultura locales; una cultura de compromiso con
los resultados. De priorizar una estrategia de formación de capital humano que den al
desarrollo posibilidades reales de sostenibilidad social, económica y política. Una
cultura que permita hacer del desarrollo una causa común y capitalizar el valor
agregado que ofrece el trabajo cooperado: las interacciones producen sinergias, se
focaliza la acción y se puede dar continuidad a los procesos.
Para este caso, el esquema convencional de organización por funciones puede ser útil.
Se presenta aquí una adaptación para el sector rural de lo que Fred David (1988)
propone como modelo para la empresa productiva:
En el aspecto administrativo:
En mercadeo
Se define el mercadeo como el proceso de articulación a un mercado. ¿Se conocen los
clientes, sus expectativas, capacidades, gustos? ¿Se conocen los canales, su
estructura, su eficiencia? ¿Se conoce el mercado, su tamaño, la oferta y la demanda,
las fluctuaciones de precios? ¿Se conocen las políticas y reglamentaciones sobre
calidad, precios, certificaciones, empaques, presentaciones, etc.? ¿Se dispone de un
sistema de inteligencia de mercado? ¿La organización puede responder a las
demandas del mercado en calidad, volumen, frecuencia, precio?
En producción
¿Los productos para el mercado son la mejor opción? ¿Se es competitivo con ellos?
¿La tecnología es la más apropiada? ¿Se usan adecuadamente los recursos de que se
63
En financiamiento
¿Se dispone de los recursos financieros suficientes? ¿Son propios? ¿Flujos de caja?
¿Nivel de riesgos? ¿Costos en efectivo? ¿Se accede al sistema financiero? ¿El
financiamiento es oportuno? ¿Costos del endeudamiento? ¿Cómo están los indicadores
financieros de la empresa?
En investigación y desarrollo
¿La empresa tiene su propia unidad de investigación y desarrollo? ¿Abarca temas
tecnológicos, de mercadeo, de mercado, financieros? ¿Son funciones externas? ¿Están
disponibles los resultados? ¿Se tiene acceso a ello? ¿Hay interés en acceder? ¿Hace
conocer a quien corresponda sus necesidades de conocimiento e información?
La caracterización IGO
Con los resultados de esta doble caracterización tendremos cuatro grupos de variables:
de alta importancia y alta gobernabilidad, alta importancia y baja gobernabilidad, baja
importancia y alta gobernabilidad, y baja importancia y baja gobernabilidad.
64
Acceso a
tecnolo Conoci
gía Acceso a Recur miento de Acceso
producto informa so la al merca Depen
VARIABLES va ción humano demanda do dencia
Acceso a
tecnología
productiva ///////////// 8* 8 2 2 5.0
Acceso a
información 0 //////////// 8 4 4 4.0
Recurso
humano
calificado 2 4 ///////////// 4 2 3.0
Conocimiento
de la demanda 2 10 10 ///////////// 6 7.0
Acceso al
mercado 8 10 10 10 //////////// 9.5
///////////
Motricidad 3.0 8.0 9.0 5.0 3.5 //////////
65
Las variables que prioritariamente pueden y deben intervenirse son aquellas de alta
motricidad y baja dependencia, que para nuestro caso serían “personal calificado” y
“acceso a información”. Son variables cuya intervención logra el mayor alcance; al
intervenir una variable de alta motricidad se espera una alta eficacia, pues con ello se
afecta a todas las variables que dependen de ella.
Con los resultados de la matriz de Vester también se podrán clasificar las variables en
aquellas que se intervienen para lograr resultados en el corto, mediano y largo plazo.
Corresponde a una doble caracterización: por una parte se trata de identificar cada
variable o como variable interna o del entorno.
La línea imaginaria que separa los dos espacios (círculo de influencia y círculo de
preocupación) es lo que se denomina el “límite” del sistema, y no siempre es una línea
nítida. En ocasiones una misma variable puede tener una parte de sí como factor
interno y otra como factor externo; o puede ocurrir que con el tiempo y la evolución del
sistema, pueda transitar de un lado al otro del límite del mismo.
66
Por otra parte cada variable es calificada como de efecto positivo o negativo, en función
de si su efecto permite o dificulta el logro de los propósitos del sistema. Así pues,
tendremos a las variables clasificadas y calificadas así:
Es importante anotar que el orden en que se ejecutan los distintos pasos del análisis
situacional no es necesariamente el aquí propuesto. Para alguien conocedor de la
situación y con alta visión sistémica, es posible por ejemplo comenzar con la
identificación de fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas, para luego
argumentar y complementar la caracterización con descripciones y con los resultados
de los instrumentos IGO y Vester.
67
Grado de desarrollo de
Muestra la capacidad de Deficiente desarrollo de competencias claves
habilidades claves para
Competencias relacionarse de las personas y de para el trabajo cooperado, tales como
el trabajo en equipo, 9,0 5,0 8,0 4,2 X
básicas. conformar equipo para la habilidades para resolución en conflicto y
comunicación y trabajo en equipo.
consolidación de la organización.
resolución de conflictos.
Grado de identificación
de la organización con el La cantidad de asociados que se han
proyecto de vida de los De ello dependen las estrategias empoderado en el proceso son pocas, y por
Institucionalidad los problemas de desempeño en el pasado y
asociados y hacia adentro y hacia fuera y
de la las expectativas abiertas por las diferentes 9,0 8,0 7,0 5.7 X
reconocimiento que se le facilita o dificulta la gestión de la entidades, la organización no ha ganado
Organización
da a la misma por otras organización. respeto e identidad con la mayoría de
entidades públicas o comunidades y algunas entidades del sector.
privadas.
Oferta institucional que Fija las orientaciones para el Diferentes programas oficiales y de ONG´s
Programas y
instrumentaliza la política desarrollo de la actividad apoyan diversificación, organización,
elementos de 8,0 2,0 4,5 3,0 X
de desarrollo rural en la productiva y orienta a los actores comercio de nuevos productos, innovacion
política. tecnológica, etc. Hay crédito y asesoría.
región. de la cadena productiva.
68
FORTALEZAS DEBILIDADES
ESTRATEGIAS FO ESTRATEGIAS FO
OPORTUNIDADES (DE (DE
CRECIMIENTO) SUPERVIVENCIA)
ESTRATEGIAS FA
AMENAZAS (DE ESTRATEGIAS DA
SUPERVIVENCIA) (DE FUGA)
El cruce de las variables del factor interno por las del factor externo supone que el
sistema está en equilibrio interno, esto es, que las debilidades que tiene no han podido
ser superadas por sí mismo. Sin embargo esta no es una situación frecuente; el sistema
69
puede tener aún debilidades que por una u otra razón no se han superado, pudiendo
hacerlo con sus propias posibilidades. Esto sugiere encontrar estrategias del tipo FD, es
decir la superación de debilidades utilizando las propias fortalezas.
FORTALEZAS DEBILIDADES
ESTRATEGIAS FA ESTRATEGIAS DA
AMENAZAS (DE SUPERVIVENCIA) (DE FUGA)
A1: La demanda es muy
exigente en calidad,
diversidad y oferta - Promover una organización
permanente. de productores que permita
A2: Productores una mayor y mas diversificada - Renunciar a cualquier
desorganizados. oferta. proyecto.
F2+ F3 x A1+ A2 D1+ D2 x A1+ A2
Una debilidad importante estaría sin superar: el desconocimiento del mercado, que de
no ser intervenida podría poner en riesgo la viabilidad del proyecto. Es una debilidad
que puede perfectamente superarse aprovechando la capacidad de gestión del
protagonista; es la resultante de un cruce DF (D1 x F3).
70
Los tres primeros pasos del proceso estratégico, esto es, la formulación de la Misión, el
Análisis situacional y la Matriz DOFA, constituyen lo que se denomina la Carta de
Navegación, pues suministran la información necesaria para elaborar el “Plan de
vuelo”, que es el plan estratégico de la organización. Se tienen el objetivo, la situación y
las alternativas posibles. Estas últimas tienen un diferente grado de pertinencia,
oportunidad y viabilidad, que el Plan se encarga de priorizar y ordenar en el tiempo.
Muy importante es recordar que el concepto de estrategia es más amplio que el de Plan
de acción, así que es de esperar que en la identificación de las variables y en la
identificación de estrategias en la Matriz DOFA, se tenga en cuenta tal cosa para que
así se definan políticas, líneas de conducta, posiciones y perspectivas que orienten la
acción. Ellas, por supuesto, formarán parte muy importante del Plan estratégico. La
operativización del Plan se hace entonces a través de los programas y proyectos, cuya
formulación puede apoyarse también en la teoría estratégica. El proceso estratégico ha
buscado identificar dichos programas y proyectos con un alto grado de pertinencia,
oportunidad y viabilidad estratégica. La formulación del programa y del proyecto les
dará la viabilidad operativa necesaria. Este tema lo trataremos en el capítulo quinto,
pues la cultura de proyectos es importante tanto para la gestión estratégica como para
la formación en competencias.
71
4- FORMACIÓN
DEL CAPITAL
HUMANO
Tres propuestas han definido las diferentes políticas de desarrollo rural: la reforma
agraria con énfasis redistributivo de la propiedad de la tierra; la productivista, con
énfasis en la modernización tecnológica, y por último, la de provisión de infraestructura
y servicios. Si consideramos juiciosamente los retos planteados en la sección anterior,
una nueva ruralidad deberá impulsar nuevas estrategias donde la formación del recurso
humano sea prioritaria. La mundialización ha planteado nuevos retos al sector rural.
Articularse competitivamente al mundo implica, por ejemplo, ser capaz en lo individual,
en lo regional y en lo nacional de identificar un qué hacer y un cómo hacerlo, usando las
ventajas comparativas y las oportunidades que cada quien sepa identificar y
aprovechar, pero también identificando y superando las falencias y riesgos que lo
afectan.
Así pues, la modernización del sector exige una atención prioritaria a la formación del
ser humano con el cual construir esa nueva realidad. Todos los temas mencionados
arriba tienen una gran motricidad: son causa de muchas cosas; pero a su vez son
variables dependientes. La mayor motricidad la tiene la educación. Son un reto para el
72
Del análisis de las funciones sociales que debe cumplir la educación se desprenden dos
grandes orientaciones según lo propuesto por Hernández y Thomas (1999): una, hacia
la contribución para el desarrollo de las identidades de las poblaciones rurales, y la otra,
hacia la formación y capacitación de los sectores rurales para incorporarse y dar
respuestas adecuadas a los nuevos procesos de desarrollo.
El papel del agrónomo es coadyuvar para que dicho sistema funcione y evolucione en
forma armónica mediante: a) el estudio de las diferentes disciplinas que permiten su
cabal conocimiento, esto es, las ciencias naturales, humanas y económicas; b) la
formación de criterio que permita la utilización de tal conocimiento considerando
principios de equidad, sostenibilidad, eficacia y eficiencia para el bien de la sociedad. c)
el desarrollo de habilidades y destrezas que le permitan usar el conocimiento y
relacionarse con los demás en forma eficiente.
entre los miembros de la comunidad universitaria, entre los diversos actores ligados a la
solución de la pobreza rural, entre las diferentes disciplinas y entre la teoría y la
práctica.
La inmensa mayoría de los municipios Colombianos son rurales. Así que el futuro del
sector rural está íntimamente ligado al futuro del municipio y viceversa. Sin embargo, la
situación de violencia, la inequitativa distribución de los medios de producción, la
apertura de mercados, las demandas de competitividad, la descentralización y el
abandono oficial, todos simultáneamente están atentando contra dicha posibilidad.
El concepto de competencia
La competencia implica no solamente una capacidad sino también una actitud que
impulsa al individuo a actuar de una determinada manera más o menos diligente, bajo
unas circunstancias dadas y enmarcada dentro de unos principios, valores y nivel de
compromiso. Es así como la competencia es definida también como un conjunto
sistémico que integra componentes cognitivos, motrices, actitudinales, motivacionales,
volitivos y axiológicos, en un contexto que es definido a su vez como un factor regulador
que permite orientar la acción y que por supuesto es necesario saber conocer,
comprender e interpretar.
Para Bogoya (2000), la competencia es vista como una potencialidad o una capacidad
para poner en escena una situación problemática y resolverla, para explicar su solución
y para controlar y posicionarse en ésta.
... la competencia resulta inseparable del contexto o situación particular en la que ella
se expresa. Somos competentes para cierto tipo de tareas y nuestra competencia
puede cambiar si contamos con las herramientas adecuadas o instrumentos culturales
adecuados. Ser competente, más que poseer un conocimiento, es saber utilizarlo de
manera adecuada y flexible en nuevas situaciones.
“[…] para que tenga lugar una actuación, desempeño o acción, se requiere como
condición necesaria, una determinada competencia. La competencia se presenta
de dos maneras, cómo saber hacer y cómo poder hacer. La primera da lugar a la
competencia cognitiva y la segunda a la competencia potestativa. La competencia
del sujeto semiótico es a la vez cognitiva y potestativa. A su vez la competencia
cognitiva se presenta de dos maneras: como un saber hacer operatorio
denominado saber modal, y como un saber sobre los estados y procesos del
mundo, denominado saber semántico. La competencia modal es un saber cómo
80
Marcel Proust (En busca del tiempo perdido), citado por Serrano, lo expresa de la
siguiente manera:
Y regresando a Serrano:
Y sobre el saber hacer introduce un aspecto nuevo: la diferencia entre el saber qué y el
saber cómo: “[…] procesos discursivos deben ser analizados en dos diferentes niveles.
Hay que saber qué decir en una situación discursiva determinada, y también saber
cómo decirlo.” Igual ocurriría con el saber qué argumentar, qué proponer, qué
comunicar y el cómo argumentar, cómo proponer y cómo comunicar, cuando de
competencias básicas se trata. Qué investigar y cómo investigar son dos aspectos
diferentes y complementarios de la competencia indagativa. Aprender a aprender es
desarrollar una competencia que requiere un saber qué aprender y un saber cómo
hacerlo; el maestro que orienta el aprendizaje, requiere además un saber cómo se da
ese proceso en el estudiante y un cómo se debe o se puede orientar.
fin, saber, saber ser, saber hacer y saber actuar en contexto. Son capacidades que
deben ser incentivadas en los individuos desde una edad temprana, y es por ello que la
educación básica juega un papel fundamental. Una persona, formada desde niño para
saber usar el conocimiento, será un ciudadano ejemplar, democrático y un ser útil para
su comunidad.
disposición y voluntad; el factor cognitivo como las capacidades para entrar en los
dominios del conocer, y el factor asociativo como las capacidades para interactuar
socialmente. Miguel de Zubiría, según Bravo Salinas, también habla de la afectividad, la
cognición y la expresión refiriéndose a las capacidades de amar, conocer y
comunicarse como macrocompetencias humanas.
Distintos grados y categorías de las competencias son usados por las personas en la
medida que se crean códigos de comportamiento y comunicación entre grupos
humanos. El desarrollo de competencias laborales y para el desarrollo profesional y
empresarial confieren una mayor capacidad de acción a las personas, en la medida en
que se utilizan distintos grados de conocimiento “en contexto”, pero es importante
aclarar que son las competencias básicas las que juegan el papel definitivo en la
formación del recurso humano profesional.
U. Del Tolima: “Profesional con los conocimientos de las relaciones suelo planta
agua. Con el conocimiento de las interacciones de las plantas con los factores
bióticos y abióticos. Con los elementos para evaluar las potencialidades del país y
técnicas para la experimentación agrícola. Analista de los aspectos relacionados con
la planeación y establecimiento de las explotaciones agrícolas. Director y/o
supervisor de los factores físico-químicos, biológicos, económicos y financieros
relacionados con la producción agrícola. Director de actividades de transferencia de
tecnología y comunicación agropecuaria, para la evaluación de programas y
proyectos de desarrollo rural.” (ICFES, 2004)
Veamos ahora algunas de las definiciones que distintos autores proponen sobre el
concepto de Perfil del profesional:
“Apunta a aquello que debe saber hacer y a cómo debe ser. Características
personales, capacidades y habilidades del profesional.” (Rey de Astaiza, 1992)
“Un profesional debe ser un analista simbólico, lector autónomo, interprete ético y
actor transformador.” (Bogoya, 2006)
Reflexiones Finales
Muy importante es la percepción que se tenga del cambio al estar tal concepto ligado
por definición al desarrollo, entendido éste como evolución, como crecimiento más
diferenciación. Hay quienes perciben el cambio como una amenaza. Sus reacciones
son de temor, angustia, sensación de desesperación y congoja que los conduce a tener
un comportamiento de lucha en contra del cambio. Otros lo perciben como algo que
está fuera de su alcance, y su respuesta es esperar a que alguien actúe en su nombre.
Muchos esperan que sea el gobierno, por ejemplo, quien plantee e implemente
soluciones. Sin embargo la experiencia muestra que los políticos se inclinan por
soluciones que se logren en el corto plazo, que no son frecuentemente soluciones
estructurales o trascendentes. Pero hay también quienes ven el cambio como un
desafió. Es ésta la visión del estratega.
Detrás de la búsqueda del cambio hay una actitud, estratégica también: actitud
innovadora. La innovación puede ser concebida como la puesta en práctica de una idea
nueva dentro de una cultura. Cuanto más radical sea esa idea, más traumático y
profundo tenderá a ser su impacto. La innovación es algo que es necesario introducir
desde el aprendizaje del proceso estratégico. Una mentalidad innovadora, producirá un
liderazgo menos interesado en la formulación e implementación de las estrategias, que
88
Pero por otra parte otras muchas personas necesitan de orden: prefieren las
organizaciones tipo máquina. Ven la adhocracia como un lugar agradable para visitar,
mas no como un lugar para llevar a cabo un proyecto. Se ven frustradas con la poca
fluidez, la confusión y la ambigüedad de la estructura; se presenta ansiedad en relación
a la terminación del proyecto, confusión en cuanto a quién es el jefe, falta de claridad en
cuanto a la definición del trabajo y las líneas de comunicación.
5- PEDAGOGÍA
Y DIDÁCTICA
EN LA FORMACIÓN
POR COMPETENCIAS
se produce desde el interior mismo del sujeto; como un despliegue libre y expresivo que
se va forjando en el cultivo de la razón y de la sensibilidad, en contacto con la cultura
propia y universal, la filosofía, las ciencias, la política, el arte y el lenguaje, entre otros
saberes. En este contexto, formar a un individuo es ayudarlo a promoverse para que
asuma la dirección racional de su vida.
La universidad como parte del sistema educativo tiene como misión la formación de
profesionales, quienes mas allá del ámbito laboral deben asumir responsabilidades
sociales propias de su nivel educativo. Se espera entonces que esa formación
trascienda lo puramente técnico y científico y alcance dimensiones actitudinales,
axiológicas y comportamentales propias.
5.1.1 EDUCACIÓN
A diferencia de los otros dos modelos, se reconoce que el alumno tiene su cultura
familiar, local y regional, y reconoce ese poder en el alumno. Con su actitud el maestro
hace que ese mismo poder se libere en forma de creatividad. Como resultado el
maestro también aprende. Hay menos protagonismo presencial del maestro y más
participación, reflexión y actividad por parte del alumno. Se usan las experiencias de los
alumnos como parte del entorno didáctico.
Lo que plantea este modelo no es una educación individual, sino grupal, colectiva,
comunitaria. Nadie se educa solo, sino a través de la experiencia compartida, de la
interrelación con los demás.
Este tipo de educación centrada en el proceso exalta los valores comunitarios, la
solidaridad, la cooperación, exalta así mismo la creatividad, el valor y la capacidad
potencial de todo individuo.
La educación en este contexto no niega la naturaleza del estudiante, sino que a partir
de ella y teniendo en cuenta sus necesidades, motivación e interés, y promoviendo el
despliegue natural de sus propios talentos, diseña un ambiente para influenciar la
estructura cognitiva y por ende su comportamiento. El educando de una manera
consciente construye sus propias herramientas conceptuales al lado del maestro y
dentro del entorno educativo. El hombre se educa permanentemente en todos los
contextos en que interactúa. La educabilidad se da mediante el acompañamiento del
educador al educando, en donde cada uno construye y perfecciona su proyecto de vida.
5.1.2 PEDAGOGÍA
La pedagogía reflexiona sobre los “cómo”, los “por qué” y los “hacia dónde” de la
educación, orientando la labor del educador. El punto de mira de la pedagogía es una
concepción determinada del hombre.
De acuerdo con Rafael Flores (1994) existen cinco criterios para distinguir una teoría
pedagógica de otra que no lo es:
JUAN ENRIQUE PESTALOZZI: se aprende a hacer, haciendo. Acepta que cada quien
tiene su propia modalidad pedagógica. Para cada situación hay una metodología que es
necesario investigar.
OVIDIO DECROLY: el niño recibe el todo antes que las partes, y éstas sólo tienen
sentido en función de una totalidad o estructura. Rompe con la separación tradicional
en materias de estudio, y crea los “centros de interés”, basados en las necesidades del
95
individuo. Convierte la clase en taller y propende por que los alumnos puedan observar
y estudiar la naturaleza interactuando con el contexto.
La didáctica se define como una disciplina de carácter práctico y normativo que tiene
por objeto especifico la técnica de la enseñanza, esto es, la técnica de incentivar y
orientar eficazmente a los alumnos en su aprendizaje. En relación con su contenido se
define como el conjunto sistemático de principios, normas, recursos, estrategias y
procedimientos específicos que todo profesor debe conocer y saber aplicar para
orientar a los alumnos en el aprendizaje teniendo en cuenta los objetivos educativos y
pedagógicos de su curso.
Así, enseñar no es otra cosa que ordenar el ámbito pedagógico y didáctico, con miras a
propiciar unas experiencias de aprendizaje en las que el profesor acompaña a sus
alumnos. Puesto que ese ordenamiento se deriva de las concepciones epistemológicas,
(concepción de ciencia y tecnología), pedagógicas y didácticas de los educadores, la
enseñanza tiene diferentes modalidades o formas de ser, de acuerdo a las
concepciones articuladas que hayan elaborado los profesores.
5.1.4 APRENDIZAJE
La educación que hace énfasis en el proceso, enfatiza también en el aprendizaje, por
concepción y como estrategia para el desarrollo de la autonomía.
Van der Veen citado por Colis (2001) desarrolla una teoría sobre el aprendizaje, la cual
plantea que para entender el proceso en un contexto complejo y dinámico, se deben
distinguir tres tipos de aprendizaje: el aprendizaje reproductivo, el aprendizaje
comunicativo y el aprendizaje transformativo
es vista como un estímulo para el aprendizaje. El individuo que aprende responde a esa
necesidad, experimentando con el comportamiento que puede suplir la necesidad.
Cualquier respuesta que más o menos colme la necesidad, refuerza una respuesta
particular. El reforzamiento probablemente lleve a la repetición y a adquirir un
comportamiento exitoso, de tal forma que el aprendizaje suceda. Esta forma de
aprendizaje por ensayo y error es común en escenarios agrícolas y rurales.
Cuando las situaciones se convierten en algo muy complejo y dinámico, Van der Veen
plantea que el aprendizaje debe cambiar de un estilo reproductivo a uno comunicativo.
El aprendizaje comunicativo se vuelve importante en situaciones en las cuales no es
claro que exista conocimiento disponible acerca del mundo o la mejor solución para un
problema. Esto no significa que el aprendizaje reproductivo no sea importante, sino que
un nuevo elemento es adicionado. El aprendizaje comunicativo significa construir con
otros un entendimiento subjetivo e interrelacionado sobre la materia. El aprendizaje
comunicativo es también llamado constructivismo social, y juega un papel importante en
el desarrollo del pensamiento estratégico y en general en el desarrollo de
competencias.
La idea de aprendizaje comunicativo asume que los grupos pueden aprender a través
de la reflexión y la comunicación. Los grupos son usualmente capaces de decisiones
más inteligentes que las adoptadas por los individuos, y frecuentemente pueden
también motivar a los individuos a aprender. En particular, el grupo puede reconocer y
rechazar situaciones incorrectas y tener una memoria más precisa de los hechos y
eventos que los individuos. Pero esto no ocurre siempre y depende mucho del
facilitador. Existe una tendencia en los grupos para oprimir el pensamiento crítico. Este
fenómeno ha sido descrito en la literatura como “pensamiento grupal”, y ocurre cuando,
por ejemplo, en un grupo convencido de las bondades de la agricultura orgánica,
alguien que tiene dudas por no observar los resultados esperados no las expresa
porque todos han caído como grupo en la idea de que ese tipo de agricultura es buena
per se. El productor que desafía la situación es reprendido por los demás por atreverse
a dudar. Tal inhibición del pensamiento crítico puede ser causada por una variedad de
factores, incluyendo un liderazgo que no permite discusiones grupales abiertas y
críticas. Así, los beneficios del aprendizaje cognoscitivo en grupo se materializan
solamente bajo el liderazgo del facilitador que estima y estimula el pensamiento abierto
y crítico.
Una segunda limitación de la competencia cognoscitiva de los grupos, tiene que ver con
las características opuestas de aprendizaje. Aun cuando un facilitador capaz logra
98
Esta forma de aprendizaje asume un carácter personal, como para el caso del
productor mencionado arriba que está mejorando su habilidad para manejar hechos y
argumentos divergentes y reorganizándolos en nuevos conceptos convergentes.
Para Van der Veen el aprendizaje se refiere, en definitiva, a inculcar hábitos de reflexión
y pensamiento crítico en los estudiantes, con el fin de que continúen con el aprendizaje
transformativo por su cuenta después de la experiencia grupal. Ser capaz de guiar este
profundo proceso de reflexión demanda mucho del facilitador.
Dado que el hombre aprende de muy distintas maneras, parecería entonces que un
buen enfoque pedagógico y didáctico es un eclecticismo integrador que considera todo
aprendizaje como aporte al conocimiento conceptual y experiencial. De esta manera lo
entiende la pedagogía de las competencias.
“El proceso de formación de los profesionales, como todos los procesos que
involucran al hombre, es complejo, multidimensional y como realidad objetiva no
puede interpretarse desde una sola dimensión; por el contrario se tiene que
interpretar dialéctica y multidimencionalmente nutriéndose de la diversidad. La
99
5.2.1 LA PRÁCTICA
“[…]el conocimiento del hombre queda confirmado sólo cuando éste logra los
resultados esperados en el proceso de la práctica social: producción material, lucha de
clases o experimentos científicos. Lo sensorial y lo racional son cualitativamente
diferentes, sin embargo uno y otro no están desligados, sino unidos sobre la base de la
práctica. Quien quiera comprender una cosa, no podrá conseguirlo sin entrar en
contacto con ella, es decir sin vivir (practicar) en el mismo medio de esa cosa. Los
conocimientos de una persona los constituyen sólo dos sectores: uno proviene de la
experiencia directa y otro de la experiencia indirecta; pero lo que para mí es experiencia
indirecta, es experiencia directa para otros. Por lo tanto, considerados en su conjunto,
los conocimientos sean del tipo que fueren, no pueden separarse de la experiencia
directa. Si quieres conocer tienes que participar en la práctica transformadora de la
realidad.” (Mao.1972)
En este contexto podemos hablar también de la práctica contextualizadora: la inmersión
en la realidad para interpretar, para analizar sistémicamente un fenómeno o un proceso,
para desarrollar criterio con el cual poder hacer juicios de valor sobre esa realidad o
para evaluar la pertinencia o la viabilidad de una propuesta cualquiera.
La eterna discusión sobre el aprender a hacer y el aprender haciendo, modelo que para
algunos pareciera estar restringido a la formación técnica, toma un sentido más amplio
cuando hablamos de práctica para el desarrollo de competencias intelectuales.
Instrumentos didácticos que ayudan a la práctica hay muchos y muy diversos: talleres
en el aula, seminario investigativo (seminario alemán), prácticas de laboratorio,
ejercicios de planificación y diseño (“proyectos”), debates, ponencias, ensayos,
101
-Objetividad: las cosas son como son, no como nosotros quisiéramos que fuesen, por lo
tanto se debe partir de la realidad.
-Fiabilidad: la ciencia reconoce que puede cometer errores, por lo que está sujeta a las
rupturas paradigmáticas.
Etimológicamente investigar significa hallar, adquirir, seguir vestigios, razón por la cual
se le identifica con averiguación, búsqueda, descubrimiento mediante un procedimiento
reflexivo, sistemático, controlado y crítico, que tiene como finalidad descubrir e
interpretar hechos y fenómenos, relaciones y leyes en un determinado ámbito de la
realidad. Hay investigación experimental apropiada para estudios de corte explicativo y
comparativo y no experimental, propios de investigaciones consultivas, descriptivas y
relacionales.
Existen muchas interpretaciones del término proyecto, las cuales dependen del punto
de vista que se adopte. En diversas definiciones de proyecto se expresa la idea de
ordenamiento de antecedentes y datos, con el objeto de estimar la viabilidad de realizar
determinada acción. El proyecto tiene como fin satisfacer una necesidad corriendo el
menor riesgo posible de fracaso y permitiendo el mejor uso de los recursos disponibles.
Existen diversas definiciones de proyectos expresadas por diferentes autores:
objetivos que puede alcanzar con su acción y concreta las actividades específicas que
necesita realizar. Identificar y formular un proyecto es ante todo un proceso creativo.
Un proyecto especifica claramente: qué se quiere lograr, por qué y para qué se quiere
lograr, dónde se va a lograr, quién lo va a lograr, cómo y con qué medios (acciones,
insumos, recursos y condiciones), con qué se cuenta y qué es necesario conseguir, qué
productos se van a lograr, cuándo se logrará, riesgos y posibilidades que el entorno
ofrece, costo total o presupuesto requerido, fuentes de financiación, criterios e
indicadores para verificar o valorar el nivel de éxito.
Los criterios para evaluar proyectos deben ampliarse. Es necesario considerar distintas
factibilidades: Factibilidad técnica: analiza la relación entre medios y fines. Factibilidad
económica: responsabilidad de recursos humanos, materiales y financieros. Factibilidad
social: recurso humano, condiciones culturales y sociales. Factibilidad ambiental: nivel
de impacto. Factibilidad financiera: costo beneficio, utilidad, eficiencia, riesgo…
En todos los niveles del desarrollo educativo del estudiante, el trabajo por proyectos es
útil, pues lo va capacitando para abordar situaciones cada vez más complejas, esto es,
con mayor participación de variables y dentro de un contexto que contenga un mayor
grado de incertidumbre o de oposición inteligente. De la misma manera el desarrollar
105
Para Martín, citado por Tobón (2004), los siguientes criterios deben ser tenidos en
cuenta para la selección de actividades didácticas orientadas al desarrollo de
competencias.
En este Modelo de Educación lo que interesa, más que enseñar cosas y transmitir
contenidos, es que el sujeto aprenda a aprender; que se haga capaz de razonar por sí
mismo, de superar las constataciones meramente empíricas y desarrollar su propia
capacidad de deducir, de relacionar, de sintetizar, de argumentar, de interpretar
(conciencia crítica). Es un modelo de autogestión que se basa en la participación del
sujeto en el proceso educativo y lo forma para la participación en sociedad, porque sólo
participando, involucrándose, investigando, haciéndose preguntas y buscando
respuestas, problematizando y problematizándose, llega realmente al conocimiento.
La motivación
afecta las necesidades del individuo, por lo que provoca en él una determinada
actitud emocional, o sea, vivencias predominantemente pasivas o una disposición
a actuar en dependencia de cómo son afectadas las necesidades. En la
regulación de la actividad humana ocurre que el proceso cognoscitivo se convierte
en afectivo y viceversa; en esta identidad surgen los procesos volitivos
(tendencias), cuya misión principal es aportar la dirección al comportamiento:
fuerza dinámica vinculada a un objetivo” (González Serra, 1995).
Un papel del educador dentro de este enfoque será entonces ser identificador o
promotor de la motivación del estudiante. Si la motivación a su vez (orientación e
intensidad) es guiada por la necesidad, el trabajo consistirá en promover que se opere
una elaboración cognoscitiva de las necesidades en deseos, fines y planes. La
formación por competencias es un tema especialmente relacionado con la metodología
pedagógica y con la estrategia didáctica. En la didáctica de la motivación juegan un
papel importante las prácticas y en particular aquellas que pongan en contacto al
estudiante con los problemas reales y con la percepción que sobre los mismos tengan
los distintos actores: productores, profesionales en ejercicio etc. Una propuesta que
parece interesante es la de disponer de Bancos de Problemas de la realidad rural en
particular al servicio de docentes de las áreas básica o disciplinares y por supuesto de
los estudiantes. Sirven tanto para la motivación como para el desarrollo de la
competencia contextualizadora de estudiantes y docentes.
La evaluación de competencias
La evaluación forma parte del proceso pedagógico, así que la evaluación debe dar
información, especialmente al estudiante, de cuál es su nivel de desarrollo y de dónde
se encuentran sus fortalezas y debilidades. El trabajo mediado por la motivación incluirá
entonces la motivación por la auto evaluación como una parte central de la formación
del estudiante. La evaluación no sólo debe dar razón de qué tanta competencia se ha
logrado, sino también sobre cuáles son las mejores rutas y estrategias pedagógicas y
didácticas para lograrlo; esto es, debe evaluar los resultados, pero también el proceso y
su contexto, con criterio sistémico. La planeación del proceso ha definido previamente
tanto los logros a obtener como los indicadores con los cuales se evaluará; los
indicadores son referentes empíricos observables y medibles cuantitativa y
cualitativamente como actuaciones, actitudes, desempeños, respuestas a dilemas,
soluciones de problemas, etc., definidos por la institución en conjunto pero
implementados y evaluados en las disciplinas y en actividades multidisciplinarias.
Para Morín (2000) la complejidad se expresa en el tejido que forman los elementos
diferentes que constituyen un todo y la interdependencia, interactividad e inter-
retroactividad entre el objeto de conocimiento y su contexto. Morín habla también de la
ecología de la acción y la influencia del entorno sobre la conducta.
La Participación
Para el mismo autor hay entendimientos distintos sobre la participación y sobre sus
posibilidades de operación que es necesario evidenciar para situarnos en la realidad de
las sociedades conflictuales, como son todas las sociedades humanas. Para algunos la
participación es entendida fundamentalmente como una forma de concreción de la
legitimación, ya que al participar se estaría, por ese solo hecho, reconociendo la validez
y respetabilidad del sistema de poder establecido, y el alcance de la misma estaría
centrado en materializar las decisiones ya tomadas. Desde la perspectiva de otros, la
participación se sitúa en una relación de oposición, e implícitamente lleva a la búsqueda
de cambios en las relaciones entre actores y por supuesto en la distribución del poder.
Para un tercer grupo no participar es su forma de expresar oposición. El alcance de la
participación conllevaría el intentar incidir en la toma de decisiones sobre los aspectos
fundamentales que tienen que ver con el futuro deseado.
“tiene una connotación más civilista y busca vincular a los vecinos, usuarios,
comunidades y toda suerte de organizaciones no gubernamentales a la gestión
pública en sus diversos niveles de gobierno.” (Correa, citado por Vargas, 1994).
“No todo proceso participativo tiene el mismo alcance. Para comprender mejor las
acciones de intervención de los individuos y grupos, es necesario examinar los
niveles en los que se desenvuelven. Pueden distinguirse los siguientes:
Por otra parte el tipo de participación de cada uno de los distintos actores de un
proceso en una comunidad es diferente. De todos se espera proactividad, actitud
positiva frente al debate y al acuerdo, iniciativa, compromiso, solidaridad, cooperación,
etc. De los líderes o de los gestores de un proyecto colectivo se espera una mayor
participación en la planeación, en la propuesta, en la motivación de los demás. De las
autoridades institucionales se espera apoyo, facilitación…
La idea que cada uno de los actores del proceso educativo tenga del concepto de
competencia define de una manera importante su nivel de participación en el desarrollo
de un programa de mejoramiento de la calidad educativa que responda a esta
concepción.
“... la educación constituye una, y tal vez la única, variable de las políticas sociales
que tiene la virtud de impactar simultáneamente sobre la competitividad
económica, la equidad social y el desempeño ciudadano.” (Tadesco, 1995)
Por otra parte hay quienes defienden la idea de que el conocimiento es universal y no
es necesario contextualizarlo; o se entiende la contextualización como formación para
un determinado contexto, generalmente reducido a una región o a una disciplina. Por
supuesto no está presente la idea de que el profesional debe saberse contextualizar
para poder usar el conocimiento en forma pertinente de acuerdo con las necesidades,
posibilidades y limitaciones del entorno.
115
Comunidad Académica
El proyecto común y los lazos de interacción pueden estar más o menos desarrollados;
de no ser así, existe grupo pero no existe comunidad. Éste sería uno de los aspectos a
indagar en los proyectos de autoevaluación institucional. La tercera característica, la del
reconocimiento a los individuos, toca también el tema de las motivaciones y
expectativas individuales. El aspecto a indagar acá sería el tipo de motivaciones (y sus
componentes) que tienen los individuos de la comunidad y su relación con el tema de la
calidad de la formación de los profesionales y las expectativas que se tienen sobre
procesos propuestos desde fuera.
Liderazgo
El tipo de líderes con que se cuente en las instituciones educativas para impulsar un
proceso de mejoramiento y de innovación pedagógica, y la percepción, reconocimiento
y aceptación que la comunidad tenga sobre él, determinan la dinámica y la
sostenibilidad social del proceso.
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