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Estas son solo algunas de las palabras y frases que aparecieron la última semana:
“Hemos plagado las urnas con nuestro triunfo”. Las plagas son nocivas; una plaga es
una gran calamidad, un daño muy grave. Destino negro para un país si el triunfo de un
partido es autoproclamado una plaga.
“Es prioritario el tendido de redes de agua... aún hay zonas que adolecen de agua
potable”. Error muy común confundir el significado de ‘adolecer’ con el de ‘carecer’.
‘Adolecer’ es, precisamente, tener o padecer algo. Si esas zonas ya tienen agua potable,
mejor démosles algún otro servicio del que aún no disfruten.
“Debemos estar preparados en caso de una catástrofe humanitaria”. Pocas cosas deben
ser tan contradictorias como esta. ¿Nos referimos a algo muy malo y muy bueno? No,
no, no... las catástrofes humanitarias no son posibles.
“... desde la atención médica por una simple enfermedad, hasta casos más graves,
como la diabetis, el cáncer o el sida”. ¿Diabetis o “diabetes”? Se han puesto de moda
los términos en latín; así que si son correctos urbis, corporis, iuris, capitis, bien puede
serlo diabetis.
“Se trata de candidatos inveracundos y descarados...”. A veces nos gusta usar términos
poco comunes... complicar las cosas nos da un aire más sabio. Lamentablemente, la
palabra “inveracundo” no existe. Lo correcto es “inverecundo” o, más fácil:
sinvergüenza.
“Facilitaremos los medios para que todas las personas puedan aplicar a un trabajo
digno”. ¿Qué cosa aplicarán al trabajo? Presentar una solicitud no es aplicar, al menos
no lo es donde hablamos castellano. Esto me recuerda el espanglish de Minnesota: los
latinos decían que “vacunaban” las alfombras (vacuum= pasar la aspiradora).
Siempre con ánimo de fomentar el buen uso del lenguaje, seguiremos atentos... a ver
qué nos depara la próxima semana.