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el pasado lunes, 18 de marzo, se celebró en San Cristóbal de La Laguna

(Tenerife) la I Jornada sobre ‘Administraciones Públicas Inteligentes’, en


la que tuve la oportunidad de participar con una ponencia sobre
“innovación en el uso de datos y conectividad”, agradeciendo que se vaya
abandonando ya la denominación "Administración electrónica o digital",
como el mejor síntoma de que la Administración del Siglo XXI usa con
normalidad los medios electrónicos o digitales.
Sobre la conectividad, cabe distinguir entre la conectividad tecnológica (cuya
mayor novedad será, sin duda, la "conectividad" o el internet de las cosas, la
tecnología 5G y su utilización para la prestación de servicios públicos, como
los de la salud) y la "conectividad" entre las personas, a través de redes
sociales, tanto de administraciones y administrados, como de estos entre sí,
que ya está dando lugar a una democracia y a una administración mucho más
participativas.
Pero las mayores innovaciones deben producirse en el terreno del uso de los
datos. Y, en este sentido, me atreví a dar una lista de 10 medidas que sería
deseable que adoptasen las distintas administraciones públicas para poder
tener unas ‘Administraciones Inteligentes’ del Siglo XXI. Ninguna de ellas es
tecnológica, pero la tecnología puede ayudar, y mucho, a su consecución.
Muchas de ellas ya existen sobre el papel. Lo innovador sería que se aplicasen
en la práctica.

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1.- Presupuestos de base cero


En teoría ya existen, pero en la práctica los proyectos de ley de
presupuestos no parten de cero, sino de los presupuestos del ejercicio
anterior, sobre los que se hacen pequeñas variaciones, manteniendo partidas -
desde el origen de los tiempos- que no se sabe bien para qué sirven.
2.- Presupuestos por programas y objetivos
En teoría también lo son ya, pero los objetivos de los programas, que suelen
acompañar la parte numérica, nadie se los lee y suelen ser más o menos los
mismos que los del ejercicio anterior, sin que haya una cuantificación
realista de los objetivos y de los indicadores para su medición.
3.- Gestión por proyectos
Los programas se articulan en proyectos y, por tanto, lo lógico sería pensar
que la gestión de los mismos se hace, como pasa en la empresa privada, con
herramientas de ‘gestión de proyectos’, con una imputación de todos los
costes y una medición de los resultados. Pero esto no es así.
4.- Políticas basadas en datos
Una gran medida innovadora sería que, a la hora de diseñar las distintas
políticas, programas y proyectos, se partiese del análisis de los datos (Big
Data) de un sector y de las mejores prácticas, y no se basasen en
ocurrencias. Debiendo uno justificar las razones, si se aparta de ellos y ellas.
5.- Monitorización de la ejecución
También sería una medida muy innovadora que se monitorizase la ejecución
de los proyectos, para poder saber, en tiempo real, si están dando los
resultados previstos; o, en el caso de que no fuera así, poder corregir los
fallos sobre la marcha; o, si no es posible, paralizar la ejecución.
6.- Rendición de cuentas
Esta medida ya se hace, pero a medias. En el mes de junio se tienen los datos
de ejecución de los presupuestos del ejercicio anterior, pero no se puede
considerar esto una rendición (pública) de cuentas, porque pasa casi
desapercibida y se refiere, exclusivamente, a la parte ‘numérica’.
7.- Evaluación resultados
Junto a la rendición de ‘cuentas’, en el sentido de análisis de ejecución
presupuestaria, debería hacerse una rendición de resultados de los
distintos proyectos, programas y políticas públicas, teniendo en cuenta los
objetivos e indicadores aprobados en su día en la Ley de presupuestos.
8.- Debate de liquidación de presupuestos
Las dos medidas anteriores no deberían hacerse -sólo- documentalmente, sino
que todos los Parlamentos y Asambleas deberían celebrar, en el mes de
julio, un debate con esta finalidad, que además ofrecería información muy
útil para preparar los presupuestos del siguiente año.
9.- Superación del Índice de Ejecución Presupuestaria
Una de las mayores innovaciones sería superar, de una vez, el Porcentaje o
Índice de Ejecución Presupuestaria como el único indicador de que un gestor
es bueno o malo. Se puede ejecutar el 100% del dinero… y haberlo
despilfarrado todo. Hay que ir hacia una evaluación ‘por objetivos’.
10.- Premios y sanciones
Por último, una vez implantadas las anteriores medidas, hay que hacer justos
reconocimientos públicos a los buenos gestores e imponer sanciones a los
malos, que vayan desde la anulación de proyectos, hasta el cese del gestor, su
inhabilitación e, incluso, responsabilidad patrimonial.

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