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Experiencia Alwa

Ser voluntaria de Alwa, o una alwita como nos llamamos significa ser partícipe y testiga de
cambios en las vidas de niñas, niños y mujeres que aprenden a potenciar su talento, y en muchos
casos vuelven a creer en sus capacidades. Entrar en contacto con una realidad totalmente
distinta a la mía, ha sido un reto pero una experiencia que me permite ver más allá de mi propia
realidad. Cuando llegué a mi primera sesión del proyecto no tenía idea lo importante e increíble
que sería esta experiencia, pues no hay día en el que mi pensamiento no vuelva a esos sábados
alwita, a las risas durante las dinámicas, a todo lo compartido en grupo. Ser parte de Alwa me
ha brindado la oportunidad de volver a creer en mí, me ha devuelto ese poder que todos los que
estamos aquí poseemos: la capacidad de transformar nuestra comunidad. Formar parte de un
equipo poderoso, con ganas de trabajar por los cambios que desean es inspirador. Sólo tengo
palabras de agradecimiento a cada uno de ustedes, al equipo de Gestión, a los directores que
nos permiten desarrollar nuestros proyectos, a los padres de familia por permitirnos conocer a
sus hijas y compartir con ellas momentos valiosos que todas llevaremos en el corazón y a
ustedes, chicas, voluntarias o estudiantes, no importante, en esas aulas solo éramos mujeres,
aprendiendo, riendo y desarrollándonos como líderes y sobre todo, como valiosos seres
humanos.

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