Está en la página 1de 45
PUBLICACION DE LA ESCUELA DE TRADUCCION DE LA UNIVERSIDAD INTERCONTINENTAL ANOS NUMERO 11 OTONO-INVIERNO 1995 Editorial na vez mAs, nos complace presentar un nuevo ejemplar de Traduic, con el que, sin duda, se renueva el compro- miso de mantener abierto este foro para el didlogo entre los traductores literarios. En esta ocasién, incluimos en el apartado Sobre Tra- duccién, el recorrido que hace Laura Alcini a través de las dife- rentes teorias de la traduccién existentes con la finalidad de proponer una propia. Agnés Whitfield, a partir de la novela Venite a cantare del escritor quebequense Daniel Gagnon, anali- za los juegos de palabras, mismos que se vuelven retos para el traductor y, algunas veces, resultan ser obstculos insalvables. En cuanto a poesia, Anna Marfa Leoni externa su experiencia como traductora de Emily Dickinson, cuya “osadia” logré desper- tar en ella una sensibilidad poética oculta. Por otra parte, el maestro Tarsicio Herrera Zapién nos ofrece un recuento critico de las distintas versiones al espafiol de Marcial, el epigramista latino, y nos extiende una invitacién a releer a este clasico. En “un poema sinfénico”, José Anibal Campos reivindica al traduc- tor proponiendo la vieja maxima italiana por traduttore-creatore. Por su parte, Natalia Giannoni afirma la imposibilidad de tradu- cir si no existe un acercamiento al autor, a ese otro. Angélica Martinez e Itzel Loaiza, exponen sus reflexiones acerca del papel que desempefian la historia y la literatura en la formacién del traductor. En la seccién Literatura hoy, presentamos un fgragmento iné- dito de Luis Esteban Suérez, un texto cargado de sinestesias en el que sentimientos y sensaciones se funden para recorrer espa- cios fantésticos en un viaje onirico que concluye en el inicio, en la conviccién inicial: la muerte del cuerpo ante la belleza del placer, la huida horrorizada de si mismo. Carta de un suicida es mues- tra de la literatura joven del México de hoy. Agradecemos a Beatriz. Zeller su buena disposicién para reali- zar la entrevista que presentamos aquf, en la cual nos expone los objetivos, el funcionamiento y los lineamientos de la Asociacién de Traductores Literarios de Canada. Aprovechamos este espacio para agradecer a nuestros colabo- radores y lectores el entusiasmo con que han distinguido a Tra- duic, sin el cual esta publicacién habria perecido. Asimismo, reiteramos la invitacién a colaborar en ella. Directorio sector Uc. Juan Jost Corona Viper SECRETARIO GENERAL Uc Jost ls Vea Arce DIRECTORA DE LA ESCUELA DE TRADUCCION Uc tua Maria Vargas Escobedo a DIRECTORA ‘nana Domiagur Maes sorror ‘Toads Serano Coronado usrRactones Wil Beatle TRADUTC es un publicacin de Ia Escuela de Tra uci de la Universidad Inereoainental, AC Av. Insurgents Sur 4303, Co. Sana Ursula Xie, Tal pan 14420, México, DE Tel. 3738544 ext. 1200, Lcomenido de ls arcs es responsabilidad del lor yn expresanecsaramente a posi de a pubiacion los artis pueden ser seproduidos sempre y coando se tela fete pop, ise eimpresin Palabra en Valo, $4 de CY. “Tenayuca 4758, Col General Anaya Tels 6881743 601 2963 ‘TRADUTC ARO 5 NUMERO 11 ‘OTONOINVIERNO 1995 Indice Sobre traduccién Propuestas para una teoria dela traduccién como teorfa de la comunicacién Laura Aleini ‘Traduecién de Consuelo Aguirre Unpoema sinfénico José Antbal Campos Venite a cantare de Daniel Gagnon: les (en)jeux stylistiques dela traduction Agnes Whitfield Latraduccién literaria: un encuentro con el otro Natalia Giannoni La historia yla literatura ena formacién del traductor Angélica Martinez. Garcia Luz Itzel Lépez Loaiza ‘Traducir a Emily Dickinson: osadfa, riesgo y recompensa Anna Maria Leoni Elepigramista saredstico ‘Tarsicio Herrera Zapién Literatura hoy Cartas de un suicida: Jos pensamientos del poeta loco Luis Esteban Suérez Pulido In Memoriam Dos fragmentos de La vida material: La autopista dela palabra y El tren de Bordeaux Patricia Sandoval ‘Mari Carmen Gallegos Cuento contigo Epopie vom Beladen eines Schiff Epopeya de unembarque Peter Handke ‘Traduccién de Michael Knapp Laentrevista con... Beatriz Zeller: el traductor en Canadé Adriana Dominguez Mares Qué hay para... compartir ul 15 19 22 26 31 33 36 38 44 Sobre traduccion Propuestas para una teoria de la traduccién como teoria de la comunicacién* Laura Alcini** Traduccién de Consuelo Aguirre oy dia y desde los sltimos treinta afios, es posible des- tacar el creciente interés pa ra la formulacién de una teorfa de la traduecién por parte de los linguistas y también de los traductores. Esto ocurre, precisa New- mark, cuando *..with the decline of bloomfieldian or behaviourist (rather than structuralist) linguistics and ra- pid progress in applied linguistics, se- antics was being (grotesquely) “reinstated” within linguistics". De hhecho, como se ha observado, el proble- ma de la significacién —de la relacién centre significante y significado— que enfrentan la filosofia y la psicologia, durante mucho tiempo ha sido excluido del estudio del lenguaje por una frac- ign del estructuralismo més esquemé- tico, con el pretexto de la exactitud Cientifiea y de la presunta imposibi dad de clasificacién de los hechos del lenguaje. La semdntica (del verbo griego ‘Snyioaverv indicar, designar) o ciencia de los significados es una disciplina creada en 1883 por el lingwista compa- *Avieulo tomado de la revista Civile Italia: na, n-1-1990. Publicacign dela “Aswocia re Internazionale di Profestori dTtaiano (ALP) Titulo original: “Recenti proposte della Linguistica generale per una teora de Ia traduzione come teoria della comuniea. ** Profesora de italiano en Ia Universita Italiana per Stra ier di Perugia, ¥P, Newmark Approaches to Translation, Prentice Hall International, (U. K.) Lid, 1988. p. 8. * on la decadencia de Ia lingutstica bloom- fleldiana oconductista (més que estructura lista) y con el rapido progreso de Ia Tinguistica apical la semdntica se reinte- traba (grotescamente) al dmbito de la lin- sulstica’ ratista francés Michel Bréal —quien ‘us6 el término por primera vez en la obra Essay de sémantique (1897)— con el propésito de analizar las leyes de transformacién de los significados, considerdndolos parte de la lengua Gunto con la fonética y la morfologia). La seméntica nace a partir de los estu- dios més antiguos de la filosofia del lenguaje y constituye el fundamento de la gramdtica comparada de principios del siglo XIX. Al inicio, habiéndose desarrollado s6lo como eiencia histériea y con el ob- Jetivo de estudiar las evoluciones de los significados en el tiempo, la seméntiea qued6 excluida de los andlisis de la lin- ‘gutstica, sobre todo de la estructuralis- ta, por ello el andlisis profundo del sig- nificado de la palabras fue confinado a ‘otros campos de estudio: la historia, la ‘tnologia, la religién, el arte y la filoso- fia. Fue hasta en 1951 cuando 8. Ul- mann, con el volumen Principles of Se: ‘mantics, inieié un estudio con los procedimientos del método estruct ‘Ademés, en 1957, durante el Con- sgreso de Linguistica de Oslo, precisa- mente Louis Hjelmslev, al preguntar- se en qué medida puede considerarse que los significados de las palabras forman una estructura, y al estable- ‘er un programa para una seméntica estructural, afirma que: “Introducir la nocién de estructura en el estudio de log hechos semanticos significa in: trodueir la nocién de valor junto a la de significado”. Es evidente en qué medida Ia se- méntiea esté ligada a la formulacién de una teorfa de la traduecién, puesto que: “Translation theory derives from comparative linguistics, an within lin- guistics, it is mainly an aspect of se- 7M Leroy (988), p. 207 Traduic nimero once manties; all questions of semanties re- late to translation theory"®. Un primer esfuerzo completo de ela- boracién cientifica en torno a una teo- rade la traduecién puede considerarse cel que efectué en 1953 Andrej Venedik- tovie Fedorov, quien, en el tratado Voe- denie v teoriju perevoda (Introduccién ‘una teoria de la traduecién), certifica definitivamente el principio funda- mental segiin el eual la traduecién de- be considerarse, a todos los efectos, ‘una operacién lingafstica, y como tal ddobe analizarse siguiendo un procedi- miento linguistico-cientifico. Enel tratado, A. V. Fedoroy expone de manera amplia los principios funda- ‘mentales para un estudio eientifico de la traduecién que aquf pueden resu- ‘mirse del modo siguiente: 4) Es fundamental que una actividad de tanto aleance como la traduecién finalmente pueda ser estudiada y abordada a nivel teérico a partir de ‘un método cientffieo que evite solu- ciones arbitrarias y empiricas. La traduccién —que también puede ser observada desde muchos puintos de vista: literario, histérico, psicol6- ‘ico, etcétera— debe considerarse esencialmente como hecho de len- gua; tal interpretacién debe prece- der a cualquier otra Sptica en los es- tudios que conciernen a la traduccién, puesto que constituye la tinica base segura para el estudio de ‘otros aspectos del problema, ») Por ello, debe afirmarse de manera ca- tegsrica la “prioridad del anélisis lin- fulstco on cuanto problemas de tr- Lo que distingue a la teoria de la traduceién de las metodologias que conciernen a otras disciplinas lingifs- ticas “..es Ia aptitud mediante la cual se consideran los hechos no en el plano de una sola lengua, sino en el de dos lenguas, y se afronta ast el sistema to- FP Newmark, (1988), p. 6. “La teorfa de la traduccién es una rama de Ia linglstica camparada y dentro de la Linguistica consti tuye principalmente un aspecto de la se ‘antics; todos ls problemas de soméntica estén estrochamente relacionados on la teorfa dela traduccion, tal de correspondencias existentes en- tre elas". Entre las varias ramas de la lin- «gafstica moderna, Ia teoria de la tra- duccién se relaciona, segin Fedorov, *..por una parte, con la lingufstica ge- neral, en cuyas tesis se asume que en cuanto a disciplina gene1 puede no encuadrar; por la otra, con la lexicologia, con la gramética, con la es- tilfstica y con la historia de cada len- sua en su esencia y bajo todos sus as- i .”®; pero, sobre cerca a la estilistica, tal como se define en la “Gramatica de la lengua rrusa (el estudio de las corresponden- cias y de las oposiciones reciprocas de dos sistemas de medios de expresién””), "6. Mounin. Storia della Linguistica del XX secolo, Fltrinelli, Milano, 1983. p. 72. Siem. Idem. "dem. que debe ser fundamentalmente una estilistica comparada. Se ha dado es- pacio a las tesis de Fedorov por el peso relevante que tienen aun ahora en el estudio de la traduecién; si bion nos han faltado objeciones, como la del francés E, Cary, con la cual se acusa a Fedorov de sobrevalorar el aspecto Linguistica de la traduccién; su trabajo, no obstan- te, sigue siendo extraordinariamente innovador por haber incluido el estudio de la traduccién en el émbito de la lin- siifstica general y por haber sostenido que “la traduccién no es nunca una operacién nica ni totalmente linguts- tica, sino que es ante todo una opera- ign lingasstica”® (sie). Entre quienes defienden y sosti nen la posibilidad de traducir, cabe re- ‘cordar a R. Jakobson. En el ensayo de 1959, refiriéndose a Peirce (el inves ‘gador més profundo de la esencia de los signos”®), Jakobson insiste en la problemtica de la relacién entre signi ficado y significante, y anticipando que el sentido de algunas palabras en una lengua determinada (por ejemplo, “el sntido de palabras como queso, man- zana, néetar...”) es esencialmente tun hecho lingufstico 0, més exacta- mente, un hecho semiético”®, afirma que “El mejor y mas simple argumento contra los que atribuyen el sentido (signifié) no al signo, sino ala cosa mis- ‘ma, seria el de objetar que ninguno ha olido © probado jamds el sentido de queso o de manzana"!, Asf, pues, Ja- kkobson concluye: “No existe significado sin signo”!2, no es posible deducir el sentido de una palabra prescindiendo del “eédigo lingifstico” y “Es necesario recurrir a una serie de signos lingtfsti- cos si se quiere hacer entender una nueva palabra"! ‘La semiologia, o ciencia de los sig- ros, —euyo fundador es el filésofo C.S. Peirce (1934)— al haber afirmado el factor comunicativo de cada signo lin- _gufstico (que no posee ningtin significa- do propio y es siempre relativo a quien lo interpreta) constituye otra discipi nna fundamental en relacion a la tra- ‘G. Mounin, op. cit, p.74. 9 Jakobson (1968), p. 56.57. dem, dem, dem, 3 Idem. ZAC Otono-invierno 1995 ‘duccidn, pues en ésta se demuestra des- do ol interior cudnta razén hay para incluir este proceso dentro del ambito del anélisis estrictamente lingiistico. ‘Mediante su teorfa de los “signos lingatsticos” y con la eonviecién de que “cualquier experiencia cognoscitiva puede ser expresada y clasificada en cualquier lengua existente”', puesto gue “as lengua deren eeenciimen- te por lo que deben expresar no por lo aque pueden expresar”™, Jakobson con. firma la posibilidad objetiva de aplicar un procedimiento de traduccin y sos- tiene su valor cientifico:“..1as activids des de traduccién deben ser objeto de constante atencién para la ciencia del Tenguaje"™®. Al recalcar que la actividad de tra- duceién no puede reducirse a una sola operacién, sino que debe estudiarse en sus variantes, Jakobson indica tres ‘maneras distintas de interpretacién de un signo lingifstico; de hecho, éste puede traducirse a signos distinios de tuna misma lengua, a signos pertene- ciontes a una lengua diferente o bien, a un sistema de simbolos no lingifsticos; estos tres modos de interpretacin constituyen tres formas diferentes de traduceién: 1) “La traduccién endolingistica o re- formulacién consiste en interpretar ignos lingisticos por medio de otros signos de la misma lengua"! y puede valerse de sindnimos 0 cir- cunlocuciones; 2) “La traduecién interlingiiistica 0 traduccién propiamente dicha cor sini eile inbrpentashin G6 is 0 nos lingiifsticos por medio de otra Tangiers cena fora dedi curso indirecto” a través de la cual quien traduce “recodifica y retrans- mite un mensaje recibido de otra fuente”; 8) “La tradueciGn intersemi6tica o trans- mutacién consiste en la interpreta- cin de los signos lingufsticos por me- dio de signos no linguifsticos” W Tbid. p58. °8 Ibid. p. 61. °8 Ibid, p58. 2 Ibi p. 57 8 Ider. 2 Ibid, p. 58 > Bid, p87 Propuestas para una teorta de la traduecién ke Para Jakobson, asi como para Fedorov, la experiencia humana en su conjunto resulta traducible, La conviceién adquirida dea tradu- ibilidad de las lenguas la sostienen y avalan estudios efectuados durante los ios sesenta y setenta por E. A. Nida y los lingtistas de la Escuela de Leipzig: Neubert, Kade, Wotjak, Jiger, Helbig, Ruzicka, eteétera, de quienes se han Publicado muchos trabajos a partir de 11956 en los periédicos Freundsprachen y Arbeitsberichte. La literatura en torno a los recien- tes andlisis para una teorfa de la tra- duccién est4 encabezada por E. A. Ni- da, euyo trabajo nace de la experiencia de lingdista y de experto traductor de Ia Biblia. En 1964, Nida escribe To- wards the Science of Translating, obra que marea el momento en que la lin- aistica empieza a tomar en considera cidn la posibilidad de formular un 0 método cientifico, una sola teoria todas las formas de tradue- En los escritos sucesivos de Nida Uexploring semantic structures (1974), Componential analysis of meaning (1975), Translating is communicating (2977), los principales problemas con- cernientes a la traduccién vienen tra- tados en su totalidad; particularmente fundamental resulta en su interpreta- cién la distincién entre equivalencia formal y dinémica, esta dltima pro- a SS puesta como tinico método de tradue- cién verdadero que es una actividad por sobre todo comunicativa, Es evidente el valor de renovacién de la idea de traduecién que constituye Ja base de los trabajos de Nida; mas tarde siguen los de J. C. Catford, quien escribe en 1965 A Linguistic theory of translation en donde subdivide los pro- ceesos de traduccién en catogorias exac- tamente definidas; los de A. Neubert, y . Kade*! quienes, remitiéndose a C. S. Peirce y sobre todo a C. Morris (que ama “pragmética” a la rama de la se- ‘miologia que indica particularmente la relaciGn entre los signos y sus intérpre- tes), distinguen claramente los ele- ‘mentos invariables (cognitive), faciles de traducir de una lengua a otra, y los invariables (pragmdtica), dificiles de referir en lenguas distintas, a veces in- traducibles porque son el patrimonio de una lengua particular; por dltimo, los trabajos de G. Jager”. ‘Sin embargo, cada uno de estos lin- guistas elabora formulaciones te6ricas ‘que exasperan el andlisis cientifico de FX Neubert, “Pragmatische Aspeite der Ubersetaung in Grundfragen der Uberset zungswissenschaft” (1968) O. Kade, Zufall lund Gesetzmassigheit in der Ubersetzung (1968), 2G, Jager, Translation und Translations linguists 0978) [zal Otofio-invierno 1995 5 Traduic mimero once la traduccién a través de una esquema- tizacién mecéniea que a menudo pro- duce, como hace notar P. Newmark, *-ingeniosos e insitiles, los diagramas, del proceso traduceidn”®. Ast, éstos se distinguen del planteamiento de Nida (traduecién = comunicacién), que, en ‘eambio, mantiene W. Koller, quien distingue la funcién informativa y Ia ‘comunicativa al traducir. ‘Una fuerte consideracién del aspec- to social del lenguaje aparece en los lin- giistas de Ia escuela de Londres y, en particular, en la obra de J. R. Firth®®, primero en Inglaterra en ocupar una cétedra de lingiifstica general, ade- ‘és, interpreta las enseRianzas del es- tructuralismo desde una perspectiva comunicativa del longuaje e indica el contextual meaning como base de la teoria de la traduecién, considerando la teoria de la traduecién misma como fandamento de una nueva teoria del lenguaje. G. Steiner, por dltimo, examina en particular la traduceién literaria, ¥ subraya la importancia de una teoria de la traduccién, sobre todo en el Ambi- to de la lingiistica comparada como clave de comprensién del pensamiento yy del significado lingustico. BP, Newmark (1988), p. 97 4 W. Koller, Grundprobleme der Oberst sungstheorie (1972), EST°R. Firth, “Modes of meaning” (1964) J R. Firth, “Linguistic analysis and transla- tion" (1968), 25, Steiner, Introduction to Penguin book of modern verse translation, (1966) En lo que concierne a Ia aplicacion conereta de las teorfas hasta ahora ob- servadas, se recuerdan los trabajos de ‘H, Wandruszka [Theory and practice of {translation (1978)] basados también en la comparacién multilingte; los de F. Fuller [A handbook for translators (2973)]y los de J. P. Vinay y J. P. Dar- belnet, quienes en su *Stylistique com- ‘paréedu francais et de Vanglais” (1976) presentan, en una perspectiva contras- tiva de las dos lenguas, un anélisis completo del proceso de traduccién ya ‘no considerado como tinico fenémeno, sino observado en todas sus variantes yy que ambos lingdistas resumen en sie- ‘te tipologias: 1) Préstamo: “que transmite directa- mente el vocablo extranjero de la Tengua original a la lengua a la que se traduce... 2) Caleo de vocablo, de exprosién o in- cluso de estructura: un préstamo traducido literalmente...; 8) Traduccién literal, palabra por pa- labra: cuando lengua original y len- ‘gua terminal coinciden exactamen- te; 4) Transposicién: “que consiste en sus- tituir una parte del discurso por otra, sin cambiar el sentido del mensaje’ 5) Modulaci6n: que restituye el men- saje, pero adoptando un punto de vista distinto; 6) Equivalencia: segsin la cual, el men- ssaje es traducido con un mensaje to- talmente distinto, pero de igual sig- nificacién; 7) Adaptacién: “Iimite extremo de la traduceién; es el procedimiento con ‘el que se intenta traducir una situa- ‘isn intradueible con otra més o me- nos similar”? En la misma éptica de una nueva in- terpretacién principalmente comuni cativa del acto traduccién, se mueve E. Areaini quien, (colocando la actividad ‘multidiseiplinaria de traduccién en un punto intermedio entre el arte y la Ciencia: “Hablar de arte o ciencia 6 h bilidad, en una operacién tan comple resulta absolutamente fuera de lugar, ‘a menos que se entienda por arte la operacién que utiliza adecuadamente Tn G, Moanin (1986), p. 68. (hébilmente) las opciones razonadas (cientificas) operadas sogdin procesos multidisciplinarios epistemol6gic mente fundados™), ve el problema principal de la traduccion en la trans- tisién de los significados: “La me ccién que se opera al traducir es, en ‘efecto, la del lector o del que eseucha cena interaccién cara a cara, es un pro- blema de comprensién previa descifra- cién®", y plantea como fundamental el valor comunieativo de la traduccién que es “..ante todo, el reconocimiento de las intenciones’comunicativas’™; traducir es, pues, una operacién de “lectura"®!; “Basico para comprender cs el saber y el saber transmitir. En- tender —leyendo o escuchando— es tuna cuestién de capacidad de anélis fino. Cuanto més fino sea el anélisis, ‘mayor seré la adecuacién en ausencia del mensaje propuesto"™. De esta pre- isa se deriva la exigencia de colocar la actividad de la traduecién en una ‘mensién cientifica, puesto que “la opera- cidn de conocimiento es una operacién de investigacién cientifica”, la tradue- cién, justo por sor una operacién de lec- ttura mds 0 menos compleja, pose“. inevitable necesidad de ser eiencia’™. E, Araini cuestiona las dos mayo- res escuelas de la lingUfstica cientifica (por una parte, Ia escuela que se basa ‘en los conceptos innatistas del univer- ssalismo racional de la sintaxis conside- rra que poseer la lengua es poseer el significado™; por la otra, la escuela conduetista que *..fundando el signif cado en Ia experiencia no es eapaz de proporcionar garantias acerca de la po- sesién del significado") las cuales, ne- gando con presupuestos distintos la po- sibilidad de transmisién de los Significados, han negado siempre la po- iilidad de traducir. Estas dos posicio- BE, Arcaini, Principi di lingustica appli ‘ata, I! Mulino, Bologna, 1967, p. 11. 3 Idem, 208, Areaint op it. p. 13. 308, Areaini op. ci, p. 14. *..por lectura se entiende una hermenéutica que empleato- {os los instrumentos para explicar aquello ‘que penetra In intencign de la comunica- in". 5B Aran op. cit, p. 11. Idem. 8B. Aresini, op. cit, p. M4 % Idem, Otofto-invierno 1995 nes, “extremas ¢ insostenibles® son el fruto de prejuicios filoséficos y psicols- gicos (como es sabido, el optimismo homskiano no permite percibir el ver- dadero significado, que no radica en la regla sintéctica y tampoco en la inser- cién lexicol6gica en la Secuencia termi- nal de la transformacin, puesto que faltan las coordenadas pragmsticas es- pacio-temporales). El pesimismo con- ductista es tal porque teoriza que las situaciones son inasibles”®? puesto que no existe fractura entre el ‘mundo in- teriorizado que produce reglas y el ‘mundo externo que revela eventos y fe- némenos®®, En realidad, el “instru- mento lingustico”, en tanto uno de los diversos medios de “prensién del mun- do", usa diferentes estrategias y proce- dimientos Ccognitivos-comunicativos y ‘expresivos") que cambian para *...per- mitir la intercomunicacién en las dis tintas situaciones"®, De este modo, 1a imposibilidad de traducir no es objetiva, pero se relacio- na directamente tanto con la “lectura” como con “la eapacidad hipotética™? {dol destinatario. El proceso de traduc- cidn que consiste en identifiear qué ti- po de comunicacién se transmite a tra- vés de un mensaje preciso “..es posible slo si se descompone el mensaje mis- ‘mo en sus seis constituyentes para de- fini los elementos invariables relaivos al fendmeno en andlisis y relacionados con el microsistema de confrontacién, considerando sus caracteristicas lin: uistico-culturales, es decir, para forrmu- lar eventuales hip6tesis sobre solucio- nes (mundos) posibles y recomponerlos en sintesis lingiistica significativa”*!; desde esta perspectiva, “..1a traduc- cin posible es siempre cienisfica”*2 Constantemente se encuentra en las tesis de Areaini la conciencia (pre- sente también en Nida) segan la cual “el lingiista (el traduetor) toma con- idem. dem. 3 idem. Idem. “©. Arcaini op. cit, p. 14, "a ineapaci- dad para la ieetura se relaciona con: a) Ia carencia de un aparato conceptual adecua- do; bla carencia de instrumentos pertinen- tes;e) la earenci de cultura enelletor. 4B, Areain, op. p. 188. © Bid. p14 Propuestas para una teorfa de la traduccion ciencia de la intencién del locutor™%; ésta se encuadra en una idea més ge- neral del fenémeno lingiifstico como hecho principalmente “antropolégico”, cuya funcién fundamental (como en Benveniste y en Halliday) es la *..de garantizar el intereambio humano 0 in- terpersonal™* y ademés el de la lin- giifstiea como ciencia que nunca puede prescindir de ese *humanismo” que considera *...al lenguaje como hecho humano por excelencia”*®, Desde otra perspectiva, la actividad de traduccién y la de elaboracién teéri- ca acerca del traducir se yuelven fun- damentalmente un proceso de y acerea de la “traduccién de la intencién comu- nicativa™’®; En la corriente de quienes reciente- mente interpretan la traduccién como hecho comunicativo es necesario in- cluir ademas el trabajo de Peter New- mark, citado en este ensayo. Refirién- dose a Nida quien *...has notably summarized the present state of tra1 lation theory”? y ha aportado una con- tribucién del todo nueva al estudio del fenémeno de traduccién, Newmark sostiene la imposibilidad de una tinica teoria de la traduccién, valida para to- das las expresiones del traducir que constituye como una ciencia® y rec za definiciones como translatologia y ‘traductologia®; la misma definicion de Sid. p. 188. “Ibid, p. 172 “Bid, p18. Ibid p72. “7p. Newmark, p.9.*..ha resumido tralmente el estado presente de la teorfa de Ia traduccién” “8. Newmar op. cit, p. 133. “No existe ninguna ley de le traducciGn, ‘puesto que las leyes no admiten excopeione [No puede haber una tnica teoria de la ‘traduccin vélida y comprensible.. Pese a las revi ‘de Nida y de la escuela de traduccién de Leipzig, que empiezan @ feseribir sobre la traduecin cuando los de- ‘mas dejan de hacerlo, ao existe algo que ppudiera llamarse ciencia de la traduesign y {ampoco lo habe “P. Newmark, op. cit p18. “el proceso de traduccin... es una -logta, ‘pero prefiero no definirlo como “translatlo- ia" (Harris, 1977) 0 como “traductologia” (Vazques-Ayora, 1977) porque los términos ‘suenan demasiado pretenciosos. No quiero agregar ningtin -logiao-ismo”. “teorfa de la traduccién” es una posi- ble, pero desafortunada traduccion del término *Ubersetzungswissenschait’, cl Gnieo que confiere al estudio del tr dueir el carfcter de conocimiento. De hecho, especifica el linguista,“..trans- lation theory is neither a theory nor science, but the body of knowledge that we have and have still to have about a process of translating’®, Sin embargo, el término “Kunsbwissenschat” puede ser referido con “teoria del arte", en- ‘tonces también Ia definicién de “teoria de la traduceién”, en este sentido, es idénea para indicar el andlisis tebrico del traducir que, segiin Newmark, se constituird a través de “..various theo- ries of translation” que consideren to- das las diversas tipologias de texto, pe- ro sobre todo del contexto que representa “..the overriding factor in all translation, and has primacy over a rule, theory o primary meaning”™. De hecho, la teorfa de la traduccién, por relacionarse directamente con la seméntica, con la semiologia, con psicolinguistica, con la sociolingufstica ¥ con la filosofia, no sélo constituye un ‘estudio interdisciplinario, sino que, se- ‘gin Newmark, es una funcion de estas ciplinas. Al afirmar que la traduecién es “..0 craft consisting in the atempt to repi ce a written message and/or statement in one language by the same message and/or statement in another langua- ge"®®, Newmark rechaza categérica- mente la contraposicion defendida menudo por muchos linguistas entre traduecién como ciencia (que opera so- bre el lenguaje que se refiere a todo lo que concierne al mundo visible, ani idem. da teoria de la traduccién no es ni una teoria ni una eiencia, sin el bagaje de cono- cimientos que tenemos y que debernos tener ospecto al proceso de traduccién’ ST ydem, *..como indioé E. H. Gombrie” 5p, Newmark, op. ei, p. 113. “el factor dominante en toda traduccin, y tiene supremacta sobre toda norma, teoriao significado originario™ 52, Newmark, op. cit, p. 7 ‘una habilidad que consiste en intentar sustituir un mensaje escrito o una exposi- cin en una lengua con el mismo mensaje y ‘exposicién expresados en otra lengua.” [Bf oeinvien 1965 1 ‘Traduic niimero once doe inanimado) y traduecign como arte {que opera sobre el lenguaje que expre- sa fenémenos fisicos interpretados afectivamente y no mensurables), puesta que, *..fails to takeinto account that most words, whether they name physical phenomena or not, have an af- fective colouring, whilst many con- cepts, such as life and death, are more conerete than obiects."°+y reafirma la antigua tesis defendida por flésofos y lingUistas:“..the reality is only expe- rienced throught the mind". ‘Les anélisis actualizados de New- mark, que dada la extensin slo resu- ‘mimos aqut, se concentran en la nueva distincién de las tipologias siguientes: traduecian semantica (qu ferir lo mas fielmente limites permitidos por las estructuras de la segunda lengua, el contenido se- mntico, el significado exacto del origi- nab y traduccion comunicativa (que, én cambio, tiene como objetivo princi- pal el de producir en los lectores un efecto lo més eereano posible al produ- cido por el original. en sus lectores) aunque distintas, (Semantic transla- tion, basically the work of one transla- tor, is an art. Communicative transla- tion, sometimes the product of a translator's team, is a craft"), repre- sentan enfoques diferentes de la tra- duccién que en sus maltiples aspectos sigue siendo una habilidad que de to- das formas exige a trained ski, con- tinually renewed linguistic and non linguistic knowledge and a deal of lair and imagination, as well as intelligen- ce and above all common sense” SP. Newmark, op. cit, p. 136 hace falta considerar que la mayorta de las palabras, se refiran o no a fonémenos fis fs, tienen un mati afectivo, mientras que ‘muchos eonceptos, vida o muerte, por ejem- plo, son més eoncretos que ciertos objetos”. Erdem. “Larealidad se experimenta soloa través de lamente” 8B. Newmark, op. cit. p.63 “La traduccion seméntica, profundo trabajo de un able traductor, es un arte. La traduc- én comunicativa, a veees producto de un equipo de traductores es una habilidad” dem, “Una experiencia préctica, un conocimiento linguistio y no lingsticn constantemente ac- tualizado, y mucha intuicién, pero, también intligenciay, sobre todo, sentido comin’ Considerando primarias las exigen- cias del lector en el proceso de traduc- cidn, e interpretando el estudio acerea de la misma, sobre todo en términos de tuna teoria de In comunicacién, New- ‘mark resume en una sintesis actual ‘ada las hipdtesis mas recientes de es- tudio que, finalmente, le confieren a la teorfa de la tradueeién un lugar original cen el émbito de la lingifstica general. Bibliografia ‘Areini, E, Princip di lnguistca appicata, 1 Mulino, Bologna, 1967 Arcaini, E., Analisi linguistic e oraducione, Bo- Togas, 1986, ‘Austin, LL, How 1 do things with words, Com ridge University Press, London, 1962. Benveniste, E, Problem di lingustice generale, I Saggiatore, Milano, 1971, Bloomfield L., Language, George Allen and Un- win, London, 1979. Cuford,1C., A Linguistic theory of translation, Oxford University ress, London 196. (Cemeca,D., "Didaticaeraduzione, in Lar duzione. Sugg tdi Lint, Teest, 1973. (Chomsky, N.. Aspects of theory of syntax, Mass ‘huss estitue of Technology Press, Cam beddige (Mass), 1968 De Mauro, T.,nraduione alla semantia, Later 2, Bari, 1975. Fedorov. A.V. Vuedeni teria perevoda, Is tut des itératures em langues anges, Mos cow, 1988 Fit, JR, “Linguist nasi and wantin” ia [ER Palmer, Selected Papers 19529, indiana Univesity Press, Bloomington, 1968. Jakobson, R,“Aspett linguistic della aduzio ‘ne. in R Jakobson, Saga dé lngustica ge erate, Feitrnelli, Milano, 1968 Kade, Zfall und Gesetomassiheit in der Oberset- ‘ng, VED Verlag Enzyklopadie, Leipie, 1968, Koll, W.. Grandprobleme der Obersetings ‘theore.Franke, Bere, 1972, Malbec, B, “Observations théorques sur lat ction” in La tradacine. Sagat e stud, in, ‘Test. ‘Mounin, G., Teoria e storia della radacion, Ei aud, Torino, 196. Moun. G., Storia dela linguistic del XX seco, Feline, Milano, 1983. Neubert, A, "Pragmatische Aspekte der Uberset- "ung" in Grandfragen des Oberseraumgsvis- ‘enichaft, VEB Verag Enzyhlopadie, Leipzig, 1968. [Newmack P. Approaches to Translation, Prentice all Inermational, (U.K) Lid, 198, Nida, E.A., Towards a Slence of Translation, Bil, Leiden, 1964 sity Press, Stanford (Cali, 1975. Peite, CS. Pesce, Collected Papers, Harvard ‘University Press, Cambridge (Mass), 1934 Savory, TH. The Art of Translation, Cape, Lon on, 1968. Steiner, G., Introduction to Penguin book of mo ‘dem verse translation, Penguin Books, Har- ‘mondsworth 1966. ‘erzcini, B.,liproblema dela traduione, Serre ‘Riva editor, Milano, 1983. Tone, R. "Analisi psicolinguistica del “vad ‘mein RsvepnaHalana di lingulsticn Appl ‘ata, 2 Maggio - Agoso 1970, Bolzoni, Roma Vinay-Datbelnet, LP. Splitique compare ds francaise de Vanglls, Didier, Pats, 1976. Vygotsky, LS., Thought and Language, Masse ‘chusels Institute of Technology Press, Cam- ‘bridge (Mass), 1976. ‘Wandraaka, M, “Traduzione, iteringuitica ed insegnamento delle lingoe”in La Traducone Sagat e sad, Lint, Teste, 1973. [2 Oroto-invierno 1995 Un poema sinfénico* José Antbal Campos** ace algtin tiempo me laneé a leer por primera vez la monu- ‘mental novela Doktor Faus- tus de Thomas Mann, Tenia ‘8 mano una edicién cubana, publicada por la editorial Arte y litera- tura, en traduecién del para m{ desco- nocido Eugenio Xammar. A medida que avanzaba en la lectura y me introdueia ‘en la vida del protagonista, el mésico Adrian Leverkihn, mi ojo’ eritico de traductor, hasta donde puede ser criti- ‘9 el ojo de un traductor en cierne, me decta: "He aquf una traduccién respe- tuosa, digna, de una obra compleja y ambiciosa en extremo.” Pero no fue hasta la pagina 396 del segundo y alt ‘mo tomo, apenas siete paginas antes de coneluir la lectura, cuando me topé ‘con una frase que me hizo sentir un inmenso orgullo por esta profesién nuestra, a veces tan mal valorada y os- tigmatizada desde siempre con eso de tradutiore, traditore. Aquella breve frase me obligé a recapitular todo lo que hasta ese momento pensaba del traductor Xammar, incrementando mi admiracién por su trabai Se trataba de una simple nota al pie, la dltima de las tres tnicas notas del traductor que aparecen disemina- das en ese mar de casi 700 péginas que abarca toda la novela. Créanme que la lectura de esa diminuta aclaracién al pie de pagina, un tanto sui generis por su funeién, bastante distante por cierto de la funcién informativa tfpi- ca de ese tipo de nota, dejé en mf una satisfaccién que no deseo pasar por alto en una ocasisn como esta y la cual, ahora, me dispongo a compat Quien conozca Doktor Faustus re- cordaré que la novela fue concebida por su autor para ser lefda como un + Teldo en la inauguracion del Taller de traduccion literaria "Martin Lutero™ de la Catedra Humboldt ** Traductor de lengua alemans, Cuba. gran poema sinfénico. En ella abundan log recursos estilfsticos tomados en préstamo al arte musical —tanto més acertados en su eleccién por cuanto son empleados para narrar la vida de un misico—, y los cuales asumen la fun-~ cidn de leitmotivs literarios, a saber, simples frases o detalles que se repiten tuna y otra vez a lo largo de toda la obra, de la miama manera que en mi- sica un tema es presentado al inicio de tuna pieza y luego aparece y reaparece de veces, siempre un tanto desfigurado, pero todavia reconocible para el ofdo. Referencias constantes a la risa pe- culiar de Adrian, el protagonista, a las similitudes de la casa de su infancia con aquella otra en que concluy6 sus fas, alas jaquecas del misico, son to- dos elementos musicales, leitmotivs, ‘que se van entrelazando en la novela para conformar un no menos musical contrapunto entre la soberbia y la hu- mildad del genio artistico, entre el as- pecto teolégico y demonolégico al que ‘ya se aludia en un titulo de evidentes esonancias goethianas, y finalmente también, entre los concepins de cultura yy barbarie, dos términos que tocaban muy de cerca a la Alemania de 1947, fecha de publicacién de la obra. Pero ustedes se preguntarén: “iY qué es realmente lo que sucede con esa nota de la pagina 336 y que tanto ha impresionado a este traductor?” Pues bien; a esa altura del libro nos halla- ‘mos ante un epflogo, en el cual, Sere- ‘nus Zeitblom, el narrador omnisciente utilizado por Thomas Mann en la nove- Ja, y quien, a su vez, en condicién de go del protagonista, ha asumido Ia tarea de escribir la vida de Adrian, tablece un balance de su labor biogr: ‘ca en el cual expresa sus dudas en 1no a sus propias dotes como cronista: tan compleja personalidad. También Zeitblom nos habla allf de la necesidad de dar a conocer su manuscrito y nos informa que ha entregado las péginas del mismo a un editor norteamericano [ote ner 985 ‘ Traduic niimero once para su publicacién en inglés. Pero es- cuchemos al propio Zeitblom: “He procurado", dice, “encontrar un ‘medio de hacer legar estas cuartillas ‘a Amériea del Norte con la idea de presentarlas primero al pablice de allen traduceion inglesa. No me pa- rece que al obrar asf haga nada ‘opuesto al sentir de mi difunto ami- ‘0. Pero aparte dela gran extrateza ‘que mi libro habré' de causar en quel mundo moral, me preocupa también el tomor de que su traduc- cis al inglés, por lo menos la de cier- tos pasajes de raigambre tipicamente alemana, resulte una empresa do realizacin imposible.” Hasta aqu{ las palabras de Thomas ‘Mann a través de su personaje Sere- Zeitblom. Es precisamente a con- tinuacién donde aparece Ia llamada al pie de pagina, con Ia cual el traduc- tor Eugenio Xammar inserta sus pro- pias palabras dirigidas a los lectores. Dice la nota ‘Sirvan estas generosas palabras de ‘Thomas Mann para excusarIas noto- vias insuficiencias de Ia presente tra- duccion” (Nota del traduetor.) He aqu{, sefiores, en mi opinién, un ca s0 tal vez insdlito de participacién di- recta del traduetor en la escritura de tuna obra. Lo que a primera vista parece ‘una afectacién de modestia, se revela en seguida como un acto muy bien pen- sado de autoafirmacién, Bugenio Xam- ‘mar se atreve a aumentar las palabras del autor en apenas dos lineas, pero sa simple nota cobra para quien la lee tuna significacién especial. Las dudas que expresa Thomas Mann en cuanto a Ja tradueibilidad de su obra son acota- das nada menos que por Ia persona que la ha hecho traducible. La precision y la oportunidad con que son introduci- das estas dos lineas hacen pensar de inmediato en una variacién musical, en un leitmotiv, slo que esta ver no ha ‘cuerda a aquel disefpulo de Mozart, el hoy olvidado Franz Stissmayr, en quien recay6 la tarea de concluir, con las propias notas musicales de su ‘maestro, el Requiem que este dltimo de certains auteurs de Amérique latine. Apres un silence de sept ang, qu'il consacre a la peinture, Daniel Gagnon revient sur la seéne lit: téraire en 1985 avec La Fille & marier. Plus subtile, plus profonde, mais tou- Jours provocatrice, Ia critique sociale resurgit alors dans les épanchements romantico-philosophiques d'une ado- lescente de Sherbrooke (Québec) qui, pour soulager son mal de l’éme, inven te une jeune correspondante fictive, Traduie ntimero once Phyllis Dalton, de Medecine Hat (Al- berta). Co roman, qui a valu & Daniel Gag- non le prix Molson de Académie cana- dienne-frangaise, inaugure une série eeuvres intensément poétiques con- sacrées aux grands thémes de la eondi tion humaine: la lutte entre les forces du mal et du bien, les affres de la pas- sion, le désespoir de la solitude, la dé- perdition de limaginaire dans le mon- de contemporain, la quéte ardue d'une trascendance. Comme ses premiers livres, e9s textes ne cessent toutefois de confondre la critique, en raison sans doute de leurs sujets insolites, de la juxtaposition souvent saugrenue, voire troublante, dimages et de thomes. Dans La Fée caleinée (1987), par exem- ple, Gagnon plonge au coeur méme de notre frayeur devant la mort. Selon un procédé Iugubre mais riche en poten- tialités poétiques et mystiques, celle-ci devient un personnage a part entire, ui sofire a son tour de désespoir et de solitude. Dans un renversement plus ludique, mais également déconcertant des attentes conventionnelles, O ma source ! (1988) dresse le portrait d'un ‘monde assoiffé divresse, au sens litté- ral et figuratif du terme. Alors que son épouse sentretient avec son évéque dans les pays du sud, un vieux prétre anglicain du prénom ironique de Cal- vin passe sa crise de foi a la taverne du village ot les anges de la chair rachétent pour ainsi dire la déchéance deTesprit. lus que ce choix insolite de themes, pourtant, cest le style de Daniel Gag- hon qui déroute, tout en séduisant, et qui affirme Voriginalité de leeuvre. Or, se transformant @une couvre a autre, ce style résiste A son tour a des catégo- risations simples. Brouillant les fron- titres entre le réel ot le fantasme, jux- taposant la beauté du langage & la Danalité des faits, Gagnon puise dans des codes génériques divers, les méle impunément, en déstabilise hinterpré- tation. Dans son dernier livre, Rendez- ‘moi ma mere ! (1995), il choisit ainsi explorer, par le biais d'une forme épistolaire insufflée d’un puissant lyrisme, un sujet historique, et a priori éminemment réaliste: la vie de Claude Martin, ce jeune fils qu’abandonna a céldbre’ missionnaire frangaise, Marie de Fncarnation, pour poursuivre sa vocation religieuse en Nouvelle-Fran- 2 ce, Ces lettres d'un fils & sa mare loin: in terpréter critique subversive, sociale, du mythe de la bonne mere religieuse, ou comme une exploration profonde, psychol sique, de Vaffectivité déchirée d'un en- fant abandonné? Ou leur véritable por- tée sera-t-elle plutdt & réinventer justement dans le chatoyant tissage de cette double trame? Dans d'autres tex- tes, Cest Ia stabilité du signifiant, le is méme des mots, qui fléchit dans lune mouvanee non seulement géné- rique, mais intra- et inter-linguistique. Rédigés dabord dans un anglais dé cousu, mal possédé, retraduits, crits par la suite en frangais, La fille @ ‘marier (1985) et Mon mari le docteur (1986) offrent ainsi une écriture poly- phonique, profondément eréatrice. Ebranlés dans leur solidité, mais illu- minés par cette double traversée des langues, les mots découvrent de not velles résonances poétiques et affecti- ves, affichent leur étrangeté, retro- uvent leur mystore. Si ce bref apergu de Yensemble du corpus de Gagnon n‘offre gubre au tra- ducteur de clé sire pour wnterpréter Voouvre quil doit traduire, ele que four- niraient dans bien d'autres eas, par exemple, le code générique privilégié par auteur, elle en conditionne néan- ‘moins sa lecture, en soulignant la com- plexité de Ia facture du texte, en Tinvi- tant a rester ouvert aux dimensions multiples, contradictoires, imprévisi- bles de Vécriture. Sous la plume de Da- niel Gagnon, Venite a cantare, ce récit touchant d'une grande diva italienne, Tolanda, venue mourir & Capri dans les bras de’deux jeunes amants, Paolo et Francesca, serait-il vraiment, selon expression de Véditeur, une -histoire simples? Lintrigue de Venite a cantare re- prend un des grands themes de Yceuvre de Daniel Gagnon, la tension inélucta- ble entre les valeurs spirituelles et ma- térielles. Ancien amant de Iolanda, trempé jusqu’aux os dans la corrup- tion, le président de la République cherche a ramener la diva & Rome pour regagner, gréce A sa voix divine, la con- iance du peuple. Poursuivie en justice pour fraude fiscale, atteinte de cancer, Tolanda remet en cause une vie consa- erée a la réussite mondaine, pour dé- couvrir, entourée de ses deux amis, et malgré’ ea détérioration physique, le sens profond de l'amour. Se confor- mant & son sujet, le roman emprunte Ja forme d'un opéra a quatre voix: le soprano de la grande diva elle-méme, riche, mais souffrant, qui saffaiblit au fil des pages, le contralto et le ténor, moins colorés, mais plus vigoureux de ses deux compagnes, Paolo ot Frances ca, et la basse pompouse, onctueuse, du président de la République. De nombreuses bribes ditalien parcou- rent le texte, ajoutant & sa musicalité, renforcant le caractore extravagant, sdivaesque. de Ycouvre. Das les pre- mires lignes, le lecteur est attiré, presque littéralement ailleurs, dans les sentiors du texto, dans un monde ‘matériel qui vibre déja, grace & la sen- sualité de 'écriture, de riches résonan- ces affecti ‘Une odour de varech flottat dans Ia brise. La mer Tyrrhénienne, dans un grand apparat de couleurs et de sons, répétait chaque jour son gigantesque Aéploiement de forces. Des sentiers dans les escarpements nous permet- taiont de descendre jusqu’aux plages de Tle de Capri (p. Cotte saisie de certaines dimensions macrotextuelles du livre suffit-elle pour guider le traducteur dans les nombreux choix microtextuels q ra a faire dans son travail de recrés tion? Elle fournit eertes quelques lig- oe ros directrices utiles. Dans un texte aussi haut en couleur, il importe de re- hhausser, plutdt que @aplatir V’élat du vocabulaire, de soigner extension des mots et leurs constellations symboli- ques, dopter, en cas de choix, pour les termes aux sonorités les plus sen- suelles, de préserver le rythme et Ia musicalité des phrases. Confirmant la tendance de Daniel Gangnon a jouer sur tous les registres du plus réaliste au plus métaphorique, la présence @allusions & Pe@ouvre de Dante, a la Fé- te de l'Assomption, ouvre le texte a des dimension allégoriques qu'il faut se garder de maintenir. Pour valable quil soit, eet apergu de la facture de Venite a cantare reste néanmoins tres superficiel. Cest une conaissanee bien plus intime du texte 4qui prend forme apris cos innombra- bles comparaisons de variantes tant en lague de départ qu’en langue cible, ce lent fagonnage et refagonnage du ma- tériel verbal que représente le travail de traduction. Peu, en effet, n'est laissé au hasard, jen suis venue alors & cons- tater, dans le choix des moyens dex- pression qui constitue le style de cette ‘quyre de Daniel Gagnon. Plus précisé- ‘ment, on dirait que les tiraillements des personages et les forees contra- dictoires qui les tenaillent prennent racine au coeur méme de la langue qui les exprime. La richesse de cette con- vergence stylistique ne se laisse pas cerner dans les quelques observations qui suivent. Je n'ai retenu, en guise illustration, que quelques phénome- nes stylistiques qui, en plus d’éclairer Vexuvre, offrent un intérét particulier pour la traduction. Il s'agit de traits qui sont difficiles & reproduire, tels 4uels, en lague darrivée, dont la perti- rence risque de passer inapersue, ou qui pourraient amener le tradueteur & agir & Yencontre des consignes conven- tionnelles de la stylistique comparé, dans ce cas-ci de Vanglais ot du fran- sais. Commengons par le plus difficile, quelques phénomenes qui frélent Vin: traduisible. Or, Varbitraire du signe fait que les mots d'une méme langue véhiculent parfois des sens fort hétéro- genes, voire diamétralement opposés. Venite a cantare est parsemé de termes de ce genre que les ressources de Yan- slais ne permettent pas toujours de préserver. Dans la bouche du prési dent de la République, Tamibiguité le- xicale & la fois véhicule et trahit les quiproquo dun discours mielleux et ‘manipulateur. «On a trop longtemps méconnu les mérites de votre per- sonner, dit.il, par exemple, & Iolanda (p.8), jouant habilement sur le double sens des substantifs. Dans d’autros cas, Leffet de termes volontairement ambigus ou figurant dans des colloca- tions eontradictoires est plus subtil, plus subversif: utilisation & plusieurs reprises d'un méme mot autant au sens propre que figuré, comme «drap= par exemple, (-nous voila dans de beaux draps- (p.22), «je m’enfonce sous les draps>(p.45), «je devrais trem- per mea draps d'essenco ot y mettre le fou» (p.61)finit par déstabiliser légbre- ment le signifié aux yeux du lecteur qui ne sait plus si ces expressions sont a interpréter au sens littéral ou métap- horique. Dans dautres cas encore, ce sont & Ia fois le signifié et le signifiant qui deviennent suspects. Exposant les valeurs contradictoires, arbitraires, du signe, la répétition de «tremper», dans des contextes moraux neutres «Iolanda trempait son biscuit dans son café= (p.23), négatifs «fai trempé mes mains dans la plaie fétides (p.45), et positifs «les difficultés trempent le caractérex (p.57), seme le doute sur le sens et Pef- ficacitié du terme. Foisonnant de cas semblables, le lexique de Venite a can- ‘are attire Vattention du lecteur sur Vineontournable matérialité de la lan- gue, sur ses défaillances. Les (enljeux stylistiques de la traduction Grevée de contradictions, corrom- pue par Pusage, incapable d'exprimer avec netteté la distinction entre le bien et le mal, la langue du texte soffre ain- si au lecteur comme le site méme de cette subtile bataille entre les valeurs ‘matérielles et spirituelles que lceuvre explore sur le plan thématique. Seule- ‘ment, pas plus que Paolo et Francesca ne reculent devant la chair dépérissan- te de la diva, auteur ne sen prend ja: ‘mais aux imperfections matérielles de Ja langue. Celle-ci, comme le corps, se- rait autant une source de rédemption que le lieu d'une fatale déchéance. 11 agit de Vassumer, d'en reprendre pos- session, avec respect et amour. Le style rejoint alors le theme du texte, dans une reconfiguration plus équilibrée du role du corps dans les tensions qui op- posent le matériel au le spirituel. La séparation chrétienne du corps et de esprit qui situe inévitablement le mal du c0té des défaillances de la chair est rejettée. Destiné a se détériorer et & épérir, mais soigné, voire béatifié par les jeunes amoureux qui en font une sorte de Madone charnelle, humani- sée, le corps de Iolanda finit par con- nalire, grdce a cot amour, la «résurree- tion de la chair» (p.51) dont la diva avait elle-méme tévée. Parallélement, par un travail on di- rait tout aussi inspiré d'amour que les petites attentions attendries de Paola et de Francesca auprés de a diva, au- tour s'applique a rendre a la langue du texte sa vigueur et sa beauté. A ces procédés déja abordés qui, en déstabili- sant le signifié ou le signifiant pour at- tirer Tattention du lecteur sur arbi. traire du signe, ouvrent une bréche dans les cloisons conventionnelles de la signification, s’ajoutent d’autres phénomenes stylistiques qui servent & revaloriser et & revitaliser autant le corps de la diva que celui de Ia langue elle-méme. Or, bon nombre de ces phénoménes pourraient facilement passer inaper- ‘Gus, ou étre considérés comme non per- tinents par le traductour. Sila déstabi- lisation du signe qui caractérise le texte en géneral avive notre vigilance, importance de subtiles désarticula- tions d’expressions idiomatiques, de 6- sgeres reconstructions de collocations ‘est aisément sous-estimée, Des exem- ples abondent. Dans la description ini- tiale des rapports entre le jeune couple Otoio-invierno 1995 13 ‘Traduic ntimero once ct Tolanda, la reconfiguration inusitée do la loeudion =vue sur mere annonce Vintonsité et la richesse alfectives de es Tapports, et rend au verbe «sou- \rirs toute sa résonance: «Nous fixions nos regards sur elle, dit Paolo, sur ses longs eheveux retenus par un ruban. Elle souvrait a nous comme & ses mei- leurs amis. Nous avions une vue sur toute la mers (p. 7). Dans la phrase sui- vante, rendue encore plus’ 6vocatrice par Veffet rythmé de la progression, tette association du corps a Tame, par Vampleur de son mystere, ressor’ en- core, gre la délicate fusion de deux ‘allocations (cheveusx ou arbres lairse- més): «nous regardions ses veines courir sous sa peau, nous caressions les poches sous ses yeux, nous enfon- cons nos doigts dans la forét clairsemé de ses cheveux- (p. 34). Dans autres exemples, cest Ia réalité affective du corps telle quil est véeue par le sujet lui-méme qui est soulignée. Par une certaine contamination connotative, Vitalien repronant le sons litéral du ‘ot, la locution figée sau passage su- bit ainsi dans les phrases suivantes, une subtile résemantisation qui con: crétise, et done intensifio, la souffrance tant physique que morale de la diva sLa mort mattend au passage, aussi implacable qu'une paroi del monte Bianco; avee elle, je'ne me sens pas tranquille elle est tapie dans Fombre come un eane lupo.» (p.82). Certains phénomenes syntaxiques de Venite a cantare seraient faciles fussi A négliger ou A mal interpréter, @autant plus quils vintogrent aux mo. ‘ulations, de Facif au passif, de la né- gation a Taffirmative, que le traduc- teur du frangais & Fanglais affectue souvent, presquinconsciemment, selon lun certain apprentissage de la stylis- tique comparce de ces deux langues. 11 en va ainsi des suites de phrases sim. ples, commengant par le sujet, qui ca Factérisent bon nombre de séquences. Une tell syntaxe donne a la premiere lecture un rythme saccadé, effet qui est @ailleurs souvent renforeé, comme dans le passage suivant, prononcé par Tolanda, par une juxtaposition de su- Jets pronominaux différents: ‘ecellénza, ne cherchez pas & exhu- mer les restes d'une chanteuse, lai mon image s'évanouir dans fair. Je wai plus la foi, Cette civilisation cor- rompue est sur le point de se dissoudre “4 et de s'écrouler. Vos intéréts détrui sent méme les beautés les plus vraies. Je me dissocie de vos machinations et {de vos politiques. (p. 16) Pour atténuer cet effet en tradue- tion, Yon serait tenté deffectuer qu ‘ques modulations de Yactif au dautant plus que ee type de transfor. ‘mation syntaxique, conforme a Yesprit de anglais, fait partie des procédés habituels auxquels recourt le tradue- convergence de la forme et du fond qu caractérise Venite a cantare. Renforcée par le jeu de rythmes et d’assonances, Ja syntaxe juxtapose non seulement les sujets, mais leurs valeurs, tout en res- ponsabilisant chacun dans action quil assume. La normaliser dans le processus de la traduction serait por- ter atteinte au sens intime du texte. Un méme souci d'alléger les phrases pourrait amener le traducteur & atté- nuer aussi Yemploi de la négation dont la fréquence parait a premiere vue tout ‘au mieux comme un tie décriture, voire comme une lourdeur stylistique. Vue de plus pros, toutefois, la négation s'in- tagre A une double structure signi fiante, Dune part, elle permet de sou- ligner les subliles dialectiques psychologiques, affectives et sociales sur lesquelles reposent les luttes des personages. Aussi, dans le passage suivant, Iolanda sien sert autant pour louanger la persévérance physique et morale de Paolo et Francesca que pour critiquer la faiblesse et le manque de courage de son interlocuteur: «Leurs longues heures de veille auprés de moi ne les ont pas exténués; leur générosité pas, la souree do so tarit t pas, Becellénza, au contraire, ils s’enhardissent. Je commence a croire, Signor Presidente, que Dieu a agréé ma demande et quil ne m'abandonnera pas» (p. 28). D'autre part, la négation sajoute aux procédés auxquels auteur recourt pour ralentir Ia lecture, obligeant ainsi le lecteur & prendre le temps de faire siennes les luttes des personages, de s'éveiller wc contradictions des signes, desfouvrir ala poésie expressive d'une langue re- nouvellée, Tous ces effets se conjugent dans la description que Iolanda nous offre de ses deux amis, ot la négation vient remuer légarement dans sa brise le double sens de murmures et s'ajou- ter & la langueur postique et imitative de Vécriture: «Vos voix sont le chucho- tement du vent et des feuilles, vos voix douces et caressantes ne se disputent pas, ne se querellent pas, elles ne mur- ‘murent pas de calomnies»(p. 36). Ces quelques observations sont loin @épuiser la richesse stylistique de Ve- nite a cantare. Elles montrent néan- ‘moins jusqu’a quel point les structures tant lexicales que syntaxiques du texte ont 6t6 soigneusement travaillées par auteur, combien le style, jusque dat ses choix les plus minutieux, les plus intimes, informe et conditionne les va- leurs du texte, lui donne son sens. analyse stylistique, au sens non pas dune saisie initiale du texte, mais de cette connaissance quill acquiert tout au long de son séjour, patient et atten- tif, dans le texte, soffre alors au tra- ducteur comme la condition détermi nante de son propre travail de recréation, seule démarche capable de baliser les structures de sa propre couv- re, d’éclairer les sentiers signifants de sa propre écriture. Or, dans ce proces- sus complexe, les résistances du texte .ux (en}jeux Stylistiques de la traduc- tion seraient finalement moins autant obstacles & surmonter, que les traces précieuses de cette profonde singula té que le traducteur a non seulement le privilége, mais Yobligation, d'explorer, 8 fond et & cceur ouvert, dans la rech che ardue de cette double convergence de formes qui constitue la raison d'étre, comme le défi, de la traduetion. Otofo-invierno 1995 La traducci6n literaria: un encuentro con el otro Natalia Giannoni* uuando hablamos del idioma que hemos aprendido en la primera infancia y que senti- ymos como nuestro, que nos Pertenece, utilizamos Ia ex- presién “lengua materna”, concepto equivalente, en cuanto a fuerza evoca- tiva, al de “madre tierra”, porque fécil- ‘mente podemos asimilario a la idea de ria, Ambas eoncepciones llevan en si un valor primero, originario, puesto que envuelven profundamente la esfe- ra més fntima del ser humano. Cual- quier individuo, inclusive el més erra- undo 0 desarraigado, lleva en si mismo por lo menos la nostalgia de tas dos nociones. Si consideramos la misma palabra ‘madre y buscamos su equivalente en distintas lenguas, descubrimos que tie- ne una rafz comin: en francés, mére; cen catalén, mare; en portugués, mai; fen sanserito, matr; en persa, mad, ma: dar; en armenio, mair; en antiguo alto alemén, muotar, y en el moderno, mut- ter;en inglés, mother; en lituano, mote; fen eslavo, mat; en irlandés y en gaéli- 0, mathair. Algunos afirman que esto sse debe ala facilidad de articulacién de la letra m, por ello los nifios Ia prefie- rrenj pero’ probablemente la palabra ‘madre deriva de la rafz sénscrita Ma (medir), de la cual proviene la idea de preparar, de formar. Se podria ast su: poner que el término madre indica el concepto originario de a que forma. ‘Se nos ocurren entonces las vicisitu- des biblicas a partir de las cuales po- drfamos fantasear acerca de un origen ‘énico para los idiomas: “Toda Ia tierra hablaba ta misma lengua y utilizaba las mismas pala: bras. Yacontecié que, habiendo part do hacia ef Oriente, los hombres encontraron un llano en el pats de ‘Sinear y allt se quedaron. Dijeron el tuno al otro: hagamos unos fadrillosy cozémoslosen el fuego! [..]¥ dijeron: "Traductora, alia, ‘Construyamos una ciudad y una to re cuyacumbre Hague hasta el cielo, aadguiramos gloria para nodispersar- nos sobre toda la tierra’. El SeRor ba: 6 para ver la ciudad y la torre que los hijos de los hombres construfan. ¥ el ‘Sehor dijo: Heloe ahi, ellos son un solo pueblo y todas hablan la misma lengua; esto es el comienzo de sutra bajo; ahora nada podré impedirtes ‘oncluir lo que ellos prayectan hacer. Bajemos,entonces,y confundamos su lengua, para que el uno no pueda com: render el hablar del otro!” Ast el Se Nor los disperes sobre la terra y ellos dejaron de construir la ciudad. Por ‘220. ésta se le dio el nombre de Babel ‘porque agut el Sefor lov disperes 2o- bre toda la tierra” (Génesis, cap. 11) La palabra Babel tione la raiz bel (con: fundir) y deriva del babilonés Bab-ilu que significa “puerta de Dios”. Los hombres, aunque tenfan un tnico idio- ‘ma, ya no posefan una ciudad, un tnico lugar en donde vivir reunidos, por eso ‘se dispersaron sobre la tierra'y ya no podian reconocerse los unos a las otros. Las ciudades se multiplicaron y con ellas los idiomas. Con las ciudades, ellos adquirieron el concepto de patria, pero también el de frontera; por lo tan to, fueron conscientes de un adentro {que implicaba la idea de propioy de un afuera identificable con algo ajeno. El idioma de adentro, el familiar, era el propio; y el idioma de afuera era el del ‘otro, el ajeno. Ast, se ereé el concepto de extranjero, Walter Benjamin! dice: “(J La po- sesin es la relacién absolutamente més profunda que se puede tener con las cosas” y ningtin concepto esta més es- trechamente vinculado a esta idea que Ia relacién con la madre patria eon la que se identifica la lengua materna. * Walter, Benjamin, Angelus Novus. Sagi e {frammenti (It compito del traduttore), Tori- ro, Einaudi, 1976. (Titulo original: Sehrif ten), pp. 37-60. [BB oto inviero 1995 1s Traduie niimero once Ningiin pueblo puede ser completa- mente sometido hasta que no sea ani- quilada su identidad cultural, 1a cual, ante todo, coincide con el idioma nacio- nal, Ignazio Buttitia, posta dialectal si ciliano, afirmaba que a un pueblo se le destruye sélo cuando se le quita su pro- pia lengua, pues de esta forma se le espoja de 1a experiencia de su propia ‘memoria historiea y cultural. Esta ex- periencia sera entregada después, qui- 24, sélo en las erénieas de los textos. Lamentablemente, la violencia de la historia nos ofrece muchos ejemplos. Es suficiente ponernos a pensar, refi riéndonos a Ia historia reciente, en las cverciones y en la censura lingustica gue el franquismo ha ejercido sobre los pueblos vaseo y catalin, logrando, sin ‘embargo, el resultado opuesto: el fortale- cimiento de su propia identidad cultural La lengua materna es, pues, el ele- mento fundamental de una relacién entrafable con la propia casa, entendi da ésta en el amplio sentido de comuni dad, sociedad y nacién. Por lo tanto, rosulta impracticable Ia operacién de crear un idioma con la sola participa- cidn de linguistas y estudiosos de la materia. El esperanto, por ejemplo, no surge de Ia amalgama espontinea de Jos acontecimientos culturales e histé- ricos que son comunes a un determina- do grupo humano, cohesiondndolo y otorgindole una clara eonciencia de identidad cultural propia, sino de un pragmatismo utépico. En el mundo actual, asistimos a dos, fonémenos contrapuestos: si por un la- ddo vemos una progresiva, aunque fati gosa, cafda de las fronteras culturales ¥ politicas (es el easo de la Comunidad Europea), por el otro, observamos tur- bados y, peor atin impotentes, el nacer de formas cada vez més virulentas de nacionalismo, obsesionadas por la idea del extranjero, de las que es necesario no sélo “protegerse” en términos pa: vos, sino que, seqtin esta logica, es ne- cesario incluso atacarlo y aniquilarlo. Emblematico es el caso de la ex Yu- goslavia, pafs en el cual convivian pro- vechosamente grupos étnicos diferen- tes hasta hace poco tiempo, y hoy se han vuelto protagonistas de una gue- ra sanguinaria justoen los confines de a Europa Unida. Idealizando, pero quiza ni siquiera demasiado, el trabajo del traductor po- 16 dria ser visto como un esfuerzo para ‘acerearnos al otro, para ir a su encuen- tro, superando la aberracién de una idea de posesién exasperada hasta el punto de significar Ia clausura total hacia el exterior y el repudio de lo que no pertenece al propio émbito cultural Representa, entonces, un empefio para reactivar la sed natural de conocimien- to del otro y también el deseo de supe- rar las fronteras culturales y lingufsti- eas que nos separan de él. Esto nos lleva hacia un impulso pro- sgresivo en la direccién de la que Benja- min distingue “cada afinidad metahis- t6rica de los idiomas", que resulta accesible sélo si se considera la “totali- dad de sus intenciones reeiprocamente complementarias: el puro idioma”. Prescindiendo de los elementos sin- gulares “de las varias lenguas que se excluyen reciprocamente”, éstas se “in- tegran en sus mismas intenciones”, en las que es necesario separar lo entendi do del modo de entender. En efecto, si lo entendido es igual (Benjamin pone como ejemplo las palabras Brot y ain), es en cambio diferente y especifi 0 para cada lengua “el modo de enten- der”, pues se vincula a un ambito lin- giistico-cultural especifico; es decir, se trata de instaurar un proceso de sim- patia hacia el autor que se va a tradu- cir, pero teniendo bien presentes las di- forencias culturales entre el autor y el traductor, Benvenuto Terracini dice que: “La traduecién nace de una distancia eul- tural, aunque ésta sea minima”. La ac- titud del traductor debe ser la de ad- vertir si existe una sintonia hacia la espiritualidad del autor euya obra va a traducir; debe ser constiente de no po- der apelar a la “plena consonancia es- piritual” para no renunciar a su propia personalidad so pena del “riesgo de no ser comprendido’S por los leetores. Su accién no puede siquiera ser guiada por un exeesivo sentimiento de comu- jén respecto a los lectores ya que, en este caso, correria el riesgo de ser infiel al original. Por lo tanto, segun afirma Terracini, el traductor debe mantener- se en el centro y no ceder a ninguna de Trem 3 Benvenuto Terrains, Confit di lingue ¢ i cultura, Venezia, Neri Porza Editor, 1967, pp. 49-121 estas tentaciones y, sin anular su pro- pia personalidad, debe tener la habili dad de volverla como una “pared de cristal” para hacer transparentar sin alteraciones “lo que est4 del otro lado’, afirmando de todas las maneras posi bles la separacién de los ambientes y la de su presencia misma. ‘La sensibilidad del buen traductor deberfa empujarlo a sentir y a tratar los dos ambitos culturales, los dos idio- ‘mas —el del original y aquél al que se traduce— con igual respeto y dignidad. Por lo tanto, me parece que traducir llega a ser, a través de estas premisas, un valioso ejercicio de reconocimiento y de afirmacién de la dignidad del otro y del pleno respeto de la propia. ‘Se ha dicho que utilizar el lenguaje es, de alguna forma, traducir; esto es, transferir el pensamiento de uno mis. mo a palabras para comunicarse con los demas; en tanto que el otro, en este aso, estd empefiado en la actitud pas va de escuchar y en la activa de com- prender, esta ultima a su ver puede considerarse en cierto sentido accién de traducir, pero va més allé de la tra- duccién del pensamiento ajeno para Orato vir 195 La traduccién literaria: un encuentro con el otro volverlo inteligible a nuestra sensibili- dad y asf cumpliren realidad una deco- dificaeién. También en este caso, en el lenguaje que implica el didlogo, se pro- duce el encuentro de dos distintas sensi- bilidades (que ademas pueden pertene- ceral mismo ambito geogréfico-cultural), ello acontece justamente a través de la accién de decodificacién y transposi- cidn del pensamiento de un individuo en el de otro. Se trata, pues, del pasaje de una visién singular e individual a otra miltiple. Entonees zquién no par- ticipa constante y diariamente en esta actividad, aunque sea de forma mecé- nea e inconsciente? Podria decirse que todos. Aun inconscientemente, nos afanamos cada dfa en la accién de de- codificar tun mensaje tratando de eom- prender al otro, de acercarnos a él, de extender hacia él un puente que nos pueda permitir ponernos en contacto ‘més hondamente con su sensibilidad, Légicamente, esto se torna més arduo ‘cuando entre los dos actores del “Ara ma” se oponen diferencias culturales y lingiifstieas. De ellas deriva la activi- dad especulativa sobre el traducir, y ‘emerge con fuerza la verdadera figura del traductor y su actividad espectfica, El elemento introductorio es ele- mental para traducir yes, sin duda, la comprensién, aspecto comin a cual- juier articulacién del lenguaje normal; sin embargo, algo que diferencia estas dos aceiones es el hecho siguiente: mientras que en el simple lenguaje, ademas de la simpatia intelectual que nos permite acerearnos al otro para ‘comprenderlo, se puede llegar con él no sélo a la sintonfa emotiva, sino hasta identificarnos totalmente on su pen- samiento y perdernos completamente yy, de algain modo, aleanzar la empatia Yanularnos. Esto en el traducir verda- Gero no es posible y no es lo més reco- mendable, pues como he dicho antes, es siempre necesario tener viva la con- ciencia de que entre nosotros y el otro existe cierta distancia, por minima que pueda ser. Se debe entonces aleanzar al otro, aproximarlo, penetrar en su pensamiento y recrearlo en el idioma ue nos perteneee, forjar nuestro len- uaje de modo que se adhiera a su s sibilidad, pero sin violentar la len “huésped”, haciendo pereibir que una distancia, aunque impalpable entre nosotros, existe En el lenguaje normal, hay cierta nntidad de valores” que origina una sintonia emotiva derivada de una tra- dicién compartida histérico-cultural; ces decir, la cuna, la casa y ol acervo son los mismos; por lo tanto, es posible de- tectar en el nivel emocional toda varia cién que se produzea sobre el fondo del mismo panorama cultural, pero confia- mos de inmediato en una reciproca ‘comprensién, ésta es la seguridad que nos brinda la lengua materna en la ‘wal hablar nunca es traducir. En cambio, es suficiente advertir ‘una minima inarmonfa hist6rico-cultu- ral respecto a nosotros para sentir no Justamente el deseo de reproducir lo que se dice, sino mas bien la necesidad de transferir el mensaje expresado en patrones que respeten el sistema de valores que nos resulta familiar Tem. TBR ovnonverno 1905 a ‘Traduie ntimero once Entonces, nos acereamos a la activi- dad especifica de la traduccién, es de- cir, al pasaje de un idioma a otro dis- tinto, y en esta actividad ya no se trata de reproducir la lengua levéndola nuevamente hacia nuestro sistema de valores, sino de transportarla de un conjunto cultural a otro totalmente distinto. De otro modo, en el caso de la traduecién verdadera, no se trata de tuna simple inarmonfa cultural, sino el cambio completo de unos patrones culturales por otros completamente di- ferentes y opuestos. La perfecta adhesién espiritual si puede comprometer a los protagonis- tas de un dislogo humano y, aunque el traductor que se encuentra en el curso de su trabajo sea el portador de una oposicién entre dos mundos culturales diferentes y pueda llegar a la simpatia, alla sintonfa con el autor, debe conser” var siempre la diversidad, {Qué es lo que puede ayudar al tra- ductor en su tarea y qué cosa debe él tener en cuenta para poder aleanzar su fin? {Es esa la finalidad de penetrar en cl espiritu del otro para poderlo tra ferir adecuadamente a un émbita lin- iistico-cultural distinto? Indudablemente, es necesario par- tirde un andlisis preliminar del texto y del contenido, pero también de una vie ‘sign més amplia acerca de la produe- cidn y la personalidad literaria del mis- mo autor y, tercero, pero no ultimo elemento imprescindible, el contexto en que se colocan el autor y su obra donde el término “contexto” tiene un valor cultural vinculado tanto al émbi- to geogréfico como al histérico-tempo- ral, del cual lgicamente surgen las di- ficultades y las diferencias entre un uuniverso cultural y otro que se puede alejar del primero, sea por lejania geo- «gréfico-cultural, sea por una distancia, no s6lo espacial, sino también tempo- ral, elemento éste dtimo que complica ulteriormente el trabajo del traductor. ‘Se ha dicho que la actitud del tra- ductor tiene que ser necesariamente la de total apertura para “escuchar” me- Jor y pereibir las instancias del otro; sin embargo, es también el lugar en el ‘que las profundas diferencias entre dos hhacen ain més dificil ‘comunicacién. Una ciencia que pue auxiliar al traduetor en este tipo de di- ficultades es la etnografia. Esta descri- be situaciones y contextos que pueden 18 ser tiles al traductor para colocar los enunciados que tiene que traducir y para eapturar con mayor precisién six significado. Mounin dice que: “Cuanto ‘més multiplica la etnografia las rela- ciones entre una y otra cultura, (..J ‘més asegura la compenetracién entre las dos civilizaciones”. La comprension reefproca es por lo tanto el fruto de una, relacién dialéctica entre las dos esferas culturales. Podemos decir entonces que el puente extendido hacia el otro puede ser también representado por el aporte que da la etnografia al mbito de la traduccién. En tal sentido, es significativo el ejemplo de José Marfa Arguedas, quien ha estudiado la imposibilidad de traducir para restablecer la comunica- cidn intercultural y ha recurrido a una forma de didactica etnografiea. Es sufi- ciente pensar en la explicacién que él ofrece de las voces illu, illa en Los riot >rofundos. El dice: “La terminacién quechua yllu es una onomatopeya. Yilu representa en una dle aus formas la mulsiea que produ cen las pequezas alas en vuelo; misi- ca que surge del movimiento de objeto levee. Esta vos tene semejan ‘20 con otra mds vast: ila Illa nom: bra a cierta especie de luz y a los rmonstruos que nacieron heridos por los rayos de ia luna. Ilaes un nino de doe cabezas 0 un becerro que nace decapitado; 0 un petasco gigant, to: do negro y licido, cuya superficie ‘apareciera eruzada por una vena an- cha de roca blanca, de opaca luz; es también illa una mazorea euyas hile ras de mate se entrecruzan o forman remolinos; son ills los toros miticos ‘que habitan el fondo de os lagos soli tari, de las altas lagunas redeadas de totora, pobladas de patos negros. Todos los ills, causan el bien 0 el ‘mal, pero siempreen grado sumo. To- ‘car un illay morir oaleanzar la resu- rrecisn, ex posible. Esta vos ila tne pparentesco fonético y cierta comuni- ‘lad de sentido con la terminacién wll Este es un easo de intromisién del re- curso explicativo en el interior del cor- pus de la novela; es decir, el narrador fadopta la funcién de traductor en la novela, pero de un traductor totalmen- te comprometido. Se da, entonces, un caso de empatfa, pero no con otra perso- na, sino con una cultura y una lengua. 'Si se considera Ia etimologia del ver- bo “traducir", se descubre que éste de- riva del latin tradueere, hacer pasar, compuesto de trans (més all6) y ducere (conducir), entonees “conducir més alls” Af, por “mds alla” se podria justamen- te entender més allé de una frontera cultural y, luego hacer pasar, transpor- tar una obra de una lengua a otra. ‘Una frontera que es tal por diferen- cias obvias, pero que no representa, se- gin hemos considerado antes, una ba- rrera insuperable. Las diferencias no serén anuladas si- noa través dea transferencia de un am- biente cultural a otro, irén enriquecien- do éste ultimo come efecto del encuentro de dos distintas espiritualidades. “La traduecién, pues, os quizé el gé- nero literario que més claramente re- fleja la historia del gusto y de la cultu- 1a, dice Terracini; y nosotros podemos agregar que, si est hecha con esmero y abnegacin, representa una de las formas més elevadas de respeto y de ‘amor hacia el otro, quien, en realidad, no se encuentra en oposicién a noso- tros, sino que més bien nos integra, asi como nosotros nos integramos a él. FT Jone Maria Arguedas, Los ris profundos, Buenos Aires, Editorial Losada, 1958 (Obras Completas Tomo II, Lima, Editorial Horizonte 1983, p. 62). Otofio-invierno 1995 La historiay la literatura en la formacién del traductor* Angélica Martinez Garcia Luz Itzel Lépez Loaiza** Cuando nos enfrentamos por prime- ra vez a un texto literario que més tar- de habremos de tradueir, muchas pue- den ser nuestras reacciones: — que estemos de acuerdo con lo que el autor dice; —que no estemos de acuerdo; bien, — que nos sea indiferente, ‘A menudo, os textos con los que coinci- dimos son aquellos en los que se ponen de manifiesto valores o pensamientos comunes a nuestra época y mentali- dad, En el caso de textos antiguos, es quizé un poco més dificil encontrar un unto de coincidencia entre nuestra concepeién del mundo y una determi- nada época o valor. El traductor no esté obligado a cam- biar de pensamientos 0 valores cada ver. que se enfrenta a un texto, sin em- bargo, sf esta obligado a mantener una actitud objetiva en el momento de tra- ducirlo. Es por ello que tampoco se puede caer en la indiferencia, pues e6lo fen la medida en que un texto o autor despierte nuestro ingenio y ereatividad podremos entender, y distinguir su in- tencién e ideologia, y asi traducirlo a otra lengua como si hubiera sido escri- tenella. Es precisamente en este altimo punto donde encuentra respuesta Ia pregunta siguiente: :Por qué es impor- tante para la formacién del traductor estudiar historia y literatura? El conocimiento de la historia y de la literatura son dos “*herramientas” importantes para cualquier traductor literario, pues el texto que se encuen- tre ante él, en espera de ser traducido, 7 Bate texto fue Teldo durante ol Primer Encuentro de Estudiantes de Traduecién de la Universidad Intercontinental, ** Alumnas dela Escuela de Traduccion de la universidadcitada, forzosamente traeré consigo un marco referencial; es decir, diferentes aspec- tos tales como costumbres, valores, c0- rrientes artisticas y niveles de lengua, entre otros; caracteristicas todas ellas, de una época, las cuales han influido en el pensamiento del autor y determi- nado la intencién y funcién de la obra. Es por ello que la investigacién pre- via dela vida del autor y su contexto se convierten para el traductor, mas que ‘en un complemento, en una necesidad, yy atin més cuando la comprensién dei texto se dificulta porque la realidad que muestra no coincide con la propia. Sogtin Peter Newmark, uno de los te6ricos mAs importantes de la traduc- cidn, existen diversas fuerzas en dispu: ta que emergen de un solo texto. Por una parte estd el autor, su cultura, la gramética de su lengua, su estilo, entre otros; y por la otra, se encuentra el tra ductor, su cultura, las normas de su lengua y el lector all que habré de diri- girse, Para Newmark, estas fuerzas silo pueden hacerse presentes en la con- ciencia del traductor después de que éste ha realizado un profundo andlisis previo a la traduccién, ‘Quizé serfa un poco extenso hablar del andlisis en sf; sin embargo, es nece- sario recalear que algunos de los pun- V7 Otofio-invierno 1995 19 ‘Traduie niimero once tos mas importantes de éste son preci samente los que sugieren la investiga ign acerea del autor, lo eual correspon: feria a la historia de Ia literatura, y por otro lado, requerimos de la historia ‘uando Newmark sugiere la investiga- cidn del contexto en el que fue escrito y cl contexto al que sera traducido. Como Newmark, muchos son los teérieos y traductores que atribuyen a ambas disciplinas una importancia medular, pues consideran que la for- macién amplia y profunda de los tr ductores literarios permite que éstos adquieran un nivel cultural superior al Ge cualquier otra persona que conozea dos lenguas y se pretonda traductor. ‘Seguramente un programa de est dios no logra abarear todos y a cada uuno de los autores, las eorrientes, las {6pocas o los acontecimientos histéricos hasta nuestros dias; sin embargo, cree: mos que el panorama general que cada alumno adquiere debe ser suficiente para situarlo en las diferentes etapas hist6ricas y culturales de una eiviliza- cién determinada, ‘A partir de nuestra experiencia, po- demos decir que, efectivamente, euan- do hemos recurrido a diferentes fuen- tea, sean histéricas, literarias o cultu- rales, la comprensién del texto y su en- torno se nos ha facilitado; en cambio, ‘cuando hemos eludido tales procedi- mientos metodolégicos, nos hemos en- frentado con un choque de ideas, lo cual nos ha hecho concebir errénea- mente el texto en cuestién. Recientemente, leimos una obra de teatro del siglo XVII: El Cid de Pierre Corneille, como parte del curso de lite- ratura. La obra comienza cuando los padres de Rodrigo y Ximena, dos jove- nes enamorados a punto de casarse, tienen un enfrentamiento ocasionade por rivalidades personales, ante lo cual el padre de Rodrigo, habiendo sido de- safiado a duelo por el padre de Ximena, Ie pide a su hijo que defienda el honor de la familia y pelee con el padre de su amada. Ast, después de reflexionar sobre lo que era més importante en su vida, su honor o el amor por Ximena, Rodrigo decide cumplir con su deber, y se en- frenta al padre de ésta en un duelo en cel cual resulta vencedor. Mas tarde, pi- de perdén a Ximena por haber matado 20 1 au padre y le explica que lo que hizo fra lo tinico digno de un hombre respe- table. Ella acepta sus explicaciones, pero le dice que no puede perdonarlo y que ahora es ella quien debe vengar a ssu padre y salvar su honor, Ante el desamor de Ximena, Rodri- go se va a luchar contra los moros y, en premio a sus triunfos, el rey lo nombra Cid. A su regreso, Ximena exige al rey que se haga Justicia y que Rodrigo reci- ba su castigo por la muerte de su pa dre, Ante esta situacién, el rey organi- za un duelo entre Rodrigo y Don ‘Sancho, reprosontante de Ximena. Después de que el duelo ha termina do, Don Sancho hace creer a Ximena ‘que Rodrigo ha muerto y entonces ella confiesa su eterno amor por él pide al rey que no la obligue a casarse con Don Sancho, pues el premio al vencedor del uelo era precisamente la mano de Xi- Elrrey, al escuchar que Ximena ama cen verdad a Rodrigo, confiesa que éste no ha muerto y que el verdadero vence- dor de la pelea habia sido él y, por tan- to, merecia su mano, Al principio, Xi mena no acepta, pero después el rey aclara que la boda se levarfa a cabo hhasta después de un atio, tiempo en el ‘cual, por un lado, Rodrigo haria méri- tos para ser digno del amor de Ximena yy, por el otro, ella terminaria perdo- inéndolo definitivamente, El Cid es una obra que retrata con exactitud los valores de una sociedad. En este easo, Pierre Corneille plasmé fen su obra el honor como tema central, y fue precisamente éste lo que ocasioné ‘nuestra confusién, pues la concepcién presentada en la obra no corresponde a Ta actual. ‘Durante el siglo XVII, el honor era un valor en torno al cual giraba la vida y Ia sociedad. Para el individuo era ‘muy importante conservarlo y defen- derlo, pues significaba mantener el prestigio; asi, Ia defensa de éste llega ‘ba hasta el duclo o a la agresion pabli- cea, verbal o fisica, que desencadenaba venganza, ‘Aquel coneepto de honor ha ido cam- biando y, probablemente, ha desapare- cido, Quizé no serfa posible general zar, pero si ereemos que una gran mayoria no seria capaz de morir por honor en nuestros dias. ‘Como mencionamos al principio, tuna obra puede ocasionar diferente te Otofio-invierno 1995 La historia y la literatura en la formacién del traductor roaceiones on el lector y, El Cid, para nosotras, no fue le excepeién, ‘A medida que avanzébamos en la lectura, comentabamos entre ambas lo ‘que considerébamos interesante 0 con- fuso, pues el texto estaba en francés antiguo y no querfamos omitir ningun aspecto que pudiera ser importante. En este caso, la obra no iba a ser traducida, pero sf necesitabamos eom- prenderla lo mejor posible, puesto que Jas compaferas no harian la lectura y, nosotras, con nuestra exposicin, te- {amos que referfrsela objetivamente, sin juicios eriticos. BI hecho fue que al principio de la leetura encontramos la obra muy flui- day sencilla en cuanto a vocabulario, © interesante y amena en cuanto a la te- ‘matiea; sin embargo, conforme nos fha- ‘mos acercando al final, nos resultaba un tanto tediosa, repetitiva y, sobre to- do, exagerada. ‘Obviamente, nuestras impresiones acerca de la obra fueron de algin modo transmitidas durante la exposicién. Quizé nuestra manera de resumirla, es deci, el trasladar los hechos a nuestra Visidn actual, considerando algunas ac- titudes o reaceiones de los personajes ‘como exageradas, fue lo que constituyé el error. Por ejemplo, en una escena, Rodrigo ofrece a Ximena la espada con {que maté a su padre, la cual ain tenia restos de sangre, y le pide que sea ella quien acabe con'su vida, utilizando la misma espada que habfa dado muerte su padre, Por otra parte, también estaba el hhocho de que sin duda hieimos parecer algunas situaciones més simples de lo que eran, por ejemplo, la poca impor: tancia que dimos a las reflexiones de los personajes, que nos parecian de al- ‘gin modo draméticas cuando en re dad no lo eran. Todo esto ocasioné que las compaiieras se quedaran con una idea distinta a la esencia de la obra y, Por supuesto, al final, nuestro anélisis ro pudo ser lo suficientemente objetivo ¥ completo, pues desde el momento en ue no tomamos en cuenta la impor- tancia del honor y tampoco el estilo de Pierre Corneille, el barroco, no pudi ‘mos explicar que la obra se justificaba precisamente a partir de esos factores. Asf, después de reflexionar en clase sobre lo que nos habia ocurrido, con- cluimos que la falta de investigacién acerca del pensamiento del autor, pero sobre todo de Ia ideologia de la época en que El Cid habia sido escrito, nos habia llevado a una comprensién su- perficial. En este caso, consideramos que no fue sélo la temética lo que ocasioné que pensdramos que era exagerada y repe- titiva, sino el estilo del autor, pues el texto estaba sobrecargado de palabras como gloria, deber, valor, honor, .. que aparecian constantemente en los discur- 808 de los personajes y asf, en los didlo- 0s, en los mondlogos, largos 0 cortos, aparecian reiteradamente estos valores. Luego de investigar con més deteni- miento el estilo de Pierre Corneille y su contexto, pudimos darnos cuenta de que la repeticién en el vocabulario era el recurso del autor para enfatizar el tema de su obra y para conservar el ritmo y la rima de sus versos alejandri- nos en El Cid, Por otro lado, entendimos que la obra no era en sf exagerada, porque el continuo cuestionamiento de los perso- rnajes ante el dilema del deber o el ‘amor era una cuestién muy importante que tomaba y necesitaba tiempo, no s6- Jo para los personajes en El Cid, sino para los individuos que conformaban la sociedad de aquella época, Desde nuestro punto de vista, el ‘error més grave que cometimos consis tid en no haber mantenido una posi- ign objetiva respecto de la obra, no tanto en nuestra concepcién personal, sino principalmente durante la exposi cidn, pues de esta manera distorsiona- En conelusién, un traductor no es tun lector comtin y es precisamente la formacién académica que recibimos la {que nos permite ir descubriendo poco a poco y estimulando nuestra sensibili- dad para que de este modo aprenda- ‘mos a penetrar en el subtexto de cual- quier texto aunque éste no vaya a ser traducido. O Ufone ivierm 108 a Traducir a Emily Dickinson: osadia, riesgo y recompensa ‘Anna Marta Leoni* 22 ‘omos conscientes de que en ‘una sociedad donde la traduc- ‘eign es vista sobre todo como necesidad de intereambio y ac- tualizacién de conocimientos cientificos y teenol6gicos, como un me- dio para facilitar transacciones legales, comerciales y politicas, hablar de tra- dduecién de poesfa parece casi fuera de lugar y de tiempo. El que se dedica a la traduccién poé- tica se encuentra ya en el prembulo del desafio cuando tiene que justificar ‘su propia existencia y contestar pre- guntas como: {Por qué se hace? {Es po- sible traducir poesfa? ;Quién es o debe ser el traductor? Enel curso de esta breve exposicién, vamos a aventurar alguna respuesta a estas interrogantes, como fruto de la experiencia vivida al traducir a Emily Dickinson, En una conferencia sobre la métriea yy la traduecién, Guiseppe Ungarettit, ‘el més grande poota de lengua italiana de este siglo y uno de los grandes de la humanidad, dijo: “..no pueden ser si tres las maneras de verter un poema a otra lengua: una es Ia prosa; otra la libre reelaboracién; y la tercera —he allf que la tercera quisiera ésa sf ser poesia— segiin alguna norma del can- to, pero teniendo como meta al mismo tiempo el respeto a la letra, palabra por palabra, del significado original...” La tereera manera de tradueir un poema “quisiera ser poesfa”. Pero {qué es poesta? “Tal vex «misterion —dice Ungaretti— es el mejor voeablo que conviene a la poesta”. Ahora bien, “mis- teria” viene del verbo griego who que Merida, Venezuela "Ungaretti, Giuseppe, Vita d'un womo. Sag- ‘ied interventi. Arnoido Mondadori Edito- +0, Milano, 1974, indica el movimiento que hacemos cuando cerrando boca y ojos inclinamos la cabeza para buscar en el silencio de nuestra alma los secretos de la vida y de la muerte encerrados en nuestro propio ser. El que realiza este viaje a las pro- fundidades del silencio, a este “Porto sepolto” come lo llama Ungaretti, es el poeta, xorg, el que crea, aquél que Emily Dickinson describe como “Of Pictures, the Discloser” (de el Revelador). Alls, en el si propio ser, el poeta vive las imagenes que luego lleva a la luz revistiéndolas de palabras. El poeta es, por tanto, el primer tra- ductor, porque a través de las palabras trans-dueet intenta transmitir el “ine- ssauribile segreto” que le ha sido revelado. También el pintor, el escultor, el misico traducen a colores, volimenes © notas, lo que han encontrado en sus silencios. También a ellos, los griegos les Hamaban nono, creador. Pero, sobre aquel a quien hoy en dia reserva- mos el nombre de poeta, sobre quien crea con la palabra, tiene la ventaja de poder comunicar sus hallazgos directa- ‘mente. Un pintor 0 un miisico pueden ser entendidos por personas que ha- blan otra lengua sin necesidad de ser traducidos. El poeta, en cambio, re- quiere de alguien que con palabras y sonidos distintos a los que él ere6, pro- duzea las mismas sensaciones a un lec- tor de otra lengua. {Es esto posible? {Qué sucede en realidad cuando se tra- duce? {Qué sucede cuando alguien se dispone a traducir a otro, no con Ia in- tencién de que se utilicen sus hallazgos cientificos o técnicos, sino cuando se in- tenta decir lo que ese otro plasma en palabras como resultado de su biisque- day de sus vivencia: Hasta finales del siglo XVII, el que escribfa buscaba la comunicacién con Jos demés hombres y, aunque dificil, su palabra y su sentido eran universales, (22C| Orofio-invierno 1995 ‘Traducir a Emily Dickinson ceran del dominio piblico. Pero autores, como Mallarmé y Emily Dickinson bbuscaron y lograron escapar de la uni- versalidad y afirmar la existencia de lo particular. Para entenderlos no son su- Nicientes las investigaciones linguisti- Acerearse a un poeta es pasar el um- bral de un mundo, seguir paso a pasocl ‘camino andado, hallar con sorpresa pa- labras escritas que expresan sensacio- nes apenas adivinadas. Traducir a un poeta es palpar la propia limitacién de no ser capaz de reconstruir el verbo creador y su silencio. ‘Alinientar traducir a un poeta de la talla de Emily Dickinson se pasa por la necesidad de pedir perdén por tal au- dacia, se presenta como excusa el de- s00 de que alguien de los que conozean al poeta, a través del traductor, intuya los secretos que allf estan escondidos y se sienta impulsado a un contacto di recto con los versos originales. Esto es lo que nos mantuvo en el intento de acercarnos, y acercar a otros, ala poe- sia de Emily Dickinson. Al hacerlo, tu- vvimos la esperanza de que tradueir se transformara en epuivevew. Pero Her- mes, el dios de la palabra, no siempre nia todos otorga proteccién. T The Complete Poems of Emily Dickinson. First Edition 1970. London, Faber and Fa- ber, (aber Paperback Edition), 1975 S"Anna Marfa Leoni, Antologla de poemas de Emily Dickinson. Trabajo inédito presen tado en la Universidad de los Andes, San Cristal, Venezuela, 1989, im (Za Ototo-invierno 1995 25 Elepigramista sarcadstico Tarsicio Herrera Zapién 26 ‘2 cosmopolita Roma Imperial, que ya era la capital del mun- do cuando lleg6 a ella el sagaz Marcial en el afio 64 de nues- tra era, no podfa menos que fascinarlo, El epigramista celtfbero ha sido la pluma mejor dotada para atrapar en las pocas lineas de sus epigramas los vivisimos cuadros, las chispeantes, anéedotas y los vigorosos personajes que en esa urbe pululaban, (Habra entendido Marcial, al dejar 1a mediados del siglo primero las mos- cas municipales de su natal Bilbilis Gunto a la actual Calatayud) que se iba 8 topar con una Roma que era como tuna gigantesea centrifugadora, en Ia cual los elementos més sélidas eran de. sechados, y slo quedaban ala vista las Mamativas frivolidades? Esa Roma imperial, que agrupaba los talentos y los vicios de toda una 6poca, ha dejado su multiplicidad en la obra marcialesea. De ahi que se pueda decir que existen varios Marciales en ‘uno solo: el sarcéstico, el moralista, el quejumbrosos, el lirico, el satirico, el pintoresco, el Sicalfptico y el adulador. ‘Yes casi imposible que un solo traduc- tor se interese en seguir al clasico epi- ‘gramista por todas sus aventuras lite- rarias, El desaffo es seguirle el humor siempre eambiante al genio de Marcial en 1555 epigramas que llenan tres, ruesos vollimenes. Si de algiin poeta clasico puede de- cirse que en realidad jamds ha sido tra- ducido completo al espaol, ese es el aso de Marcial. Caso atin més curioso, por tratarse del gran maestro del epi- grama latino, nacido justamente en Espafa, Es decir, el rey espanol del epigrama, todavia no ha sido traducido realmente al espaol. Grandes poetas de diversas lenguas ‘modernas han traducido al maestro del epigrama romano, quien vivié entre los afios 40 y 104 de nuestra era, pero, a fin de cuentas, se han dedicado a re- crearlo con esplendor en la clave de su propia época, més que a reconstruirlo con precisin en la clave de la era im- perial romana, fra UC, Otono-invierno 1995 Elepigramista saredstico Se ha escrito que “sélo la versién en prosa italiana de Graglia es completa y fiel". Adin no lo he comprobado. ‘Una razén de este curioso caso radi- ca en que, siendo Marcial “uno de los escritores’ mas sencillos y naturales que nos quedan de toda ia literatura latina’, como escribe Gaston Boissier?, In mayoria de los traductores se incli- nan por prolongar la ins6lita sencillez latina y el pasmoso descaro de algunas piezas de Marcial, adapténdolas a la relativa senciller de las lenguas mo- dernas y al relativo recato de cada épo- El desearo de Marcial es tema obl gado de cuantos tratan de él. Baste ci- tar adon Agustin Millares Carlo: “Con la grosera obscenidad de muchos de sus epigramas contrasta la gracia deli- cada de otros". ¥ un traductor de los Epigramas completos, habla de sus “preocupaciones ante ciertas desnu ges que repugnan on todas las ntitu- ‘Otro origen de Ia infidelidad de los traductores respecto a Marcial, radica en quo el género epigramética ha con- tado con una nutrida tradieion en len- guas modernas. A partir del Renaci- miento, éstas han acostumbrado encerrar un epigrama en una estrofa breve (de cuatro a diez versos). Y esta clase de estrofas parece hecha a la me dida tanto para encorrar epigramas modernos como para adaptar los elési cos. ¥ tanto los satirieas de Marcial, como los amatorios de Catulo y los de Sulpicia, ‘Asi lo ha sentido en Espaiia el genio de Quevedo y el de Lope, no menos que el talento de Argensola y el de Iriarte Asi también, en México, la agudeza de ‘José Maria Vigil y, ocasionalmente, la de Juan Ruiz de Alareén. La tinica ex cepeién que conozco a este procedi- miento es la literalidad de los 42 epi- T Guillermo Rousset Banda, Marcial, 69 epigramas, Lince editores, México, 1989, 8 PChtado po H. J. Tease, on Martial Bp grammes, tomo I, Assoc. G. Budé, Paris, 1969, Introduction, pV. 5 Agustin Millares Caslo, Historia de la lite ‘ratura latina, México, FCE, 1950, p. 127. * José Torrens Béjar, Marcial, Epigramas completos, Obras maestras, Barcelona, 1958, p. XV, ‘gramas marcialescos vertidos por Ru- én Bonifaz Nufio en su Antologia dela ‘poes‘a latina (UNAM, 1957 y 1972). Es también incisiva la versiGn que el pro- pio autor llama parafrastica, del citado Guillermo Rousset Banda. Confrontacién de versiones Podria parecer ocioso verter una vez mas al castellano una seleccién de epigramas de Marcial después de que lo han hecho repetidamente en siglos pasados. Poro ante todo he de sefialar que mi antologia de 300 epigramas de Marcial (Ge entre los 600 que he vertido) es la més extensa coleccién de sus epigr ‘mas que se haya realizado sin amplias parafrasis y en verso castellano. Porque el extenso Marcial en tres vo- limenes de la Biblioteca Clésica, Mi drid, Hernando (1890-1891), que reco- pila’ versiones de diversos autores desde Jauregui y Argensola hasta Iriarte y Morell, excluye précticamente toda la produecién amatoria de bilbilf- tano. Y ademas, abunda en paréfrasis tan difusas, que un distico latino puede dar hasta diez octosflabes (30 sflabas latinas dan 80 eastellanas). De ese mo- do, muchos breves epigramas latinos ‘son vertidos agué como si fuoran eréni- ‘cas sociales. (Ya volveremos a este li bro en nuestra seccién de Marcial en México) Por su parte, Miguel Romero Mart nez edit6 sus 155 Epigramas erdticos de Marcial, (Sampere, Valencia, 1910). Pero él traduce en prosa, y con tantas circunlocuciones, que uno eree a veces estar leyendo, no un epigramatario de Marcial, sino un manual de galante- rias roménticas. Baste decir que el au- tor hace que Marcial le hable a una mujer de el castillo de tu doncellez”. Y, tratando de sodom{a, habla de “el goce impuro” y de “ser el paciente”, Y Ia cas- ta Venus latina es traducida como “los ccastos deleites del matrimonio". Ya se ve, entonces, que Romero Martinez no traduce realmente los epi- ‘gramas amatorios de Marcial. Esta ta- Fea qued6 reservada para Guillermo Rousset Banda en su Marcial, 69 epi- gramas (Lince editores, 1989). “Edi- idn fuera de comercio", dice el colofén. All sf estén los epigramas més salaces, de Marcial, y practicamente sélo ellos. Existe, Iuego, una edicién llamada Epigramas completos de Marcial, tra ducidos en lana prosa por José To- rrens Béjar, serie Obras Maestras, Barcelona, 1959. Pero allf lo tinico com: pleto es la decisin de escamotear todo epigrama que muestre algin atrevi- miento, Por lo que a mf respecta, he decidido recorrer casi todo el panorama de los te- ‘mas cultivados por Marcial en sus 1555, epigramas, El problema radica en qué criterios aplicaré para interpretarlos. Marcial y susestilos cambiantes En la vasta produccin del epigramista celtfbero podemos delimitar cuatro ‘grandes territorios. El primero es el de los chistes fami- liares, por los cuales es Marcial el epi- _gramista casero por excelencia, precur- sor de epigramas y fébulas sentenciosas de Iriarte, de Samaniego y de Hartzen- busch. (ZAC Otofo-invierno 1995 21 ‘Traduie niimero once Peculiar de ese nivel es este epigra- Cecilio nunca cen sin un eerdito a su lado. Qué agradable convidado para su mesa escogi! (Libro VII, 59) El segundo territorio es el de las bro- ‘mas sonrientes contra toda clase de vi ciosos, de ramerillas y de libertinos, ‘manejadas todas ellas con tépicos pin- torescos. Aqui se anexa el Marcial de Jos epigramas quejumbrosos y siempre inttiles. ¥ se afiaden las estrofas Iiri- cas que el celtibero cincelaba cuando se cenia su reglamentaria corona de laurel ‘Asi dice Marcial de un enamorado extravagante: Mas en vieja queen jovenes te alga; (Libro 1.76) Y¥ de una licenciosa ya anciana y ain insaciable, dice el celtibero: Estando vieja y deforme, ts quieres gratis gozar. Qué ridiculez enorme! ‘Quieres que te den sin dar. Libro VIL, 75) 28 Aparece luego el tercer territorio muy peculiar de Marcial. Presenta a los de- ravados y a las libertinas, pero sabe tomarles cuentas de sus desmanes de Ia manera més valida para un poeta: por medio del sareasmo. Si algo hay peculiar en Marcial, es cl epigrama sarcéstico. Cuando pre- sentamos varias de esas invectivas marcialescas, llegamos a suavizar — ‘aunque menos que otros traductores— los erudos términas de acciones osadas ‘y de nombres anatémicos, pero todavia queda en ellos toda la fuerza del fueta- zo epigramatico, Remitamonos a las pruebas, He aqui un caso de mujer necida por Marcial: Por qué las partes, Ligia, te depilas? {Por qué cenizas de tu tumba mue- ‘Yerras si erees que ain tienes sexo cuando no hay varén ya que se te acerque. ‘Sen ti algo de pudor ests ain des- pierto, no le arranques la barba a un leén muerto (Libro X, 90) ‘Veamos otro epigrama para quienes ‘manejan por entre desviaciones inces- tuosas: Amiano: eres muy dulee con tu madre ‘ya tien blanduras ella sobrepuja, ‘Te llama “hermano” y e3 llamada herman’ 2Qué hard que tales nombres se 08 Si una madre pretende ser hermana, ni ser madre ni hermana a ella le usta (Libro tt, © Y¥ véase ahora cémo maneja Mareial 1a burla hacia un hombre de costum- bres equivocas. Aqui traduzco el en- decasflabo latino por endecastlabo castellano: ‘Quieres darte, mas lloras, ya gozado. Por qué sures, ya hecho To querido? {Te apena el mal deseo, o lo pedido ‘er que tan pronto ee haya terminade? Libro TV, 48) Marcial subraya otra burla hacia un invertido, pregunténdole sarcéstica- mente si su depravacisn tiene antece- dentes eélebres: Quaigustos agotar noches bebiondo, pase: tomaste el vieio de Catén (Que hagas poemas sin quererlo Apolo, pase: tu herencia fue de Cieerén, De Antonio, el vomitar; comer, de Apicio. {Pero a sodomta, a quién sais? (Libro I, 89) ‘Yasin tiene Marcial otro epigrama més, largo en que pregunta si la homosexua- lidad es dogma de alguna secta filossfi- a (el IX, 47). En el sarcasmo hacia las extrava- gancias, Marcial alcanza algunas de Sus cumbres creativas. Véase este epigrama contra Sardandpalo, en el cual —digo de paso— traduzco tres disticos de hexametro y pentémetro, ‘en otros tantos de alejandrino y ende- ceasflabo: “Muchacho: guarda copas yjoyeles del Nilo YY sirveme mi vino en tazas viejas que usaron mis abuelos, y lavan es dlavillos ‘Vuelva el antiguo honor a nuestras Derroche Sardandpalo, que una copa radiante ‘mandé volver bacin para su amante. Libro XI, 11) Hay todavia un cuarto territorio de cepigramas de Marcial, por los cuales se ‘vuelve un poeta maldito, al lado de Ju- venal. ‘Se trata de aquellos en que el poeta se complace en la ruptura con todos los miramientos, y lama con los nombres ‘més francos todas las zonas erdgenas y todas las acciones desinhibidas. En este terreno se han detenido du- rante siglos todos los traductores eas- tellanos y de varias otras lenguas. Si algunos han propuestos sus versiones a la prensa, probablemente han sido rechazados por los editores. Y¥ si algu- nos otros han Ilegado a ser publicados, ‘han causado cierta decepcién a muchos lectores: no eran tan divertides como se esperaba. ‘Yo he liegado, entusiasta, hasta el territorio del sarcasmo de Marcial ante los viciosos, y me he mantenido lejos del territorio francamente procaz. ral Otoio-invierno 1995 Elepigramista sareéstico He podido comprobar que es més ereativo, e incluso mas ameno que el grito obseeno, el estallido del buen hu: ‘mor ante los desearrfos humanos, {Opiniones al respecto? El tradue- tor francés de Marcial completo, H. J. Tzaac, encuentra la moralidad de di- cho epigramista “assurément déplo- rable”, y confiesa que a veces ha t nnido que “atténuer la crudité du texte” (p. XXXVIID. ¥ declara apoyarse en Macaulay® Por su parte M. W. Ker, traductor inglés de todo Marcial’, cuando en- ‘uentra pasajes escabrosos, se lava las ‘manos eitando Ia tradueci6n italiana de Graglia de 1782, Mareial en breves estrofas Decididamente, siempre me han gusta: do los epigramas breves de Marcial vertidos en breves estrofas. Sus dos: cientos y tantos epigramas redactados en un distico de hexametro y pentame- tro, o en dos, tres o cuatro endecasila- bos falecios, quedan perfectos en otros tantos endecasflabos, 0 en una cuarte- ta octosilabiea. El mejor argumento a favor de la version estrofica de Marcial es la es- pléndida serie de traductores magis- trales que han transvasado a Marcial en estrofas castellanas rimadas, Desde luego, no vamos a tomar co- mo modelos a los intérpretes de gran- des alientos, como el Jéuregui de las aparatosas octavas reales (De spectacu- lis 28), ool Bartolomé Argensola de las décimas (epigrama IX, 15), salvo en un, par de ocasiones en que lo hemos inten- tado, Ni menos trataremos de empare- jarnos al Quevedo de los sonetos (epi- igrama I, 34,). Es evidente que ellos son mas parafraseadores que traductor No nos basaremos tampoco en el Vie tor Suérez Capalleja de las extensas sil- vas de endecasflabos blancos, que vuel- ven verboso al conciso Marcial. iartal, Epigrammes (3 vola.), Assoc. G Bude, Paris, 1969, texte établi et traduit par H. J. laaae. (p, XX) ‘Thomas Macaulay, Life and leters, Lon- Ares, 1860, Cap. XIV. English, * Martial, Epigrams, translation by M. W. Ker, Loeb Classical Library, London & Cambridge, 1944 En eambio, nos parecen ejemplares las agudas versiones de los epigramas pequefios que han realizado con incisi- vidad Juan de Iriarte y Manuel Sali Ellos nos dan la muestra del esplen- dor feliz que puede aleanzar la versién cefida de un distico elegiaco en una ‘cuarteta heptasflaba u octasilaba. De Manuel Salinas son estrofas tan ingeniosas como estas: Cuando el barbero Eutrapelo ‘8 Lupereio, bien barbado, rae la barba den lado, ya nacié-en la otra el plo, (Libro VIL, 80) Y otra versién de Manuel Salinas es tambien breve, y sélo afiade la aclara- ign del verbo “heredarte” Rico y viejo tan de veras, {quien ha dado en regalarte? Si quiere, Glauro, heredarte te dice que te mueras. (Cibeo VII, 27) A nuestro juicio, la pluma mAs feliz pa ra captar el desenfado de Marcial ha sido la de Juan de Iriarte. Es oportuno traer aqui algunas de sus cuartetas marcialescas. Mientras las versiones asonantadas de Iriarte alos epigramas largos de Marcial lo vuelven desmaya- do, en cambio, sus versiones concisas son prototipo de traducciones licida- mente cinceladas, Este es el epigrama de una giganta muy anterior a la de Cuevas: el Palatino pudicras alaestatua colosal ser, Claudia, en altura igual, pe y medio te encogieras (Libro VIII, 60) Y se las ingenia Iriarte para hacer una buena estrofa castellana de un débil distico latino: Quees suyo Fabula jura elcabello que ha comprado, ‘Mujer que tal ha jurado, i, Pablo, jserd perjura? (Libro VI, 12) Otro pur de endecasflabos latinos da esta cuarteta de Iriarte: Dicosme que yo he de ser ioh Catulo! tu heredero, ‘mas yo creerle no quiero si nolo lego a leer. (Libro XI1, 73) [FE orno-invierno 1995 29 ‘Traduic niimero once A veces, por cierto, yo he optado por ‘dar mi version de dos endecasflabos, no ‘en cuatro octosflabos, sino en dos end ceasflabos. Asf vertf este mismo distico de Marcial: ices, Catulo, que soy tu heredero, ‘No ereeré sin leerlo primero, Y el célebre epigrama del amigo con- tradictorio, lo vierte asf Iriarte: Duro y blando para mi, dulee te muestras y acedo; vivir contigo no puedo, ni puedo vivir sin i (Libro Xil, 48) La copilla sevillana alusiva se refiere a una gitana Nicontigo ni sin ti tienen mis males remedio: contigo, porque me mata, ysin ti, porque me muero, Y¥ asf viorte Juan de Iriarte el madrigal més celebrado de Marcial Por qué, de nadie tocadas, tw amor, guirnaldas me envia? Mas quisiora, Pola mia reas de tu mano ajadas, (Libro XI, 89) Cuenta, por tiltimo, en favor de la ver- sién de Marcial en estrofas rimadas tradicionales, la ya secular costumbre castellana, todavia vigorosa hoy dia, de redondear un epigrama corto en una cuarteta perfectamente rimada. La di- ficultad de encerrar completa una idea en el pequerio cofre de la euarteta, agu- za el ingenio del traductor y aumenta el deleite del lector. ‘Asf eran los epigramas de Lope, co- ‘mo este dardo lanzado contra Ruiz De Alareén: Con a joroba que tienes por delante y por detris 1o 868 te corcovienes, ‘bien si te corcovas Y asf son los epigramas diarios de ‘Campos Diaz y Sénchez: el obrerismo en la lid cs don Fidel tan experto, {que aun espera, ome el Cid, ser lider después de muerto Ademés, un Marcial vestido a la usan- za eastellana de hoy, sonaré més ac- tual a nuestros lectores, Soy consciente, empero, de que la rima exige algunas licencias, tales co- mo la paréfrasis y ripios. Por eso, he rimado con algunas asonancias y con pocas consonancias los epigramas més breves e incisivos, sean mordaces oliri- cos. Y hasta he llegado a dejar sin rima algunos versos, Por lo demés, para enriquecer y fa cilitar mi versificacién, he aprovechado algunas de las variedades de rimas que cataloga Daniel Castafieda en su Teo- ria general de la rima®, Alls se expli- can, ademés de la rima consonante y asonante tradicionales (y sus variantes con eonsonante de apoyo), otras doce variedades de rima. El ejemplo mds earacteristico lo he presentado en mi versién del epigrama XVI, 203, en el cual las silabas finales son coincidentes, pero las acentuadas van cambiando: ‘Tan trémula ella se agita yy tanto. todos inquieta, ‘que hasta Hipslito lo nota yet placer propio lo ejecuta. Marcial es, segdn dijo La Bruyare acer- ca de Rabelais®, bocado para la multi tud, pero también manjar para los exi- gentes. Si queremos que Marcial vaya ¥y venga por todas las manos, y que “al ‘comensal le guste, mas bien que al co- wero" (epigrama IX, 81), optemos por verterlo en moldes amables y tradicio- nales. De este modo, el poderoso epi- gramista hispanorromano conquistaré nuevos admiradores entre la sagaz ju- ventud actual. * Daniel Castaneda, Teorta general de la ima, Robredo, México, 1951, Bi ore nvere 1085 Literatura hoy Cartas de un suicida: los pensamientos del Poeta Loco Luis Esteban Sudrez Pulido “Si me asco la carne y me esfuo por ‘aqui, no olviden decirle a Paloma que, ara mi, ella Resumen de todas las mujeres en vida" n el cuarto 302 del hotel La Fayette, el cuerpo habta des- ‘ansado lo suficiente como pa- ra entregarse a los suefios del Jamor. Yacta solo, eowvulsiona- do, demacrado; hacfa tanto tiempo que 10 ofa los jgos de esa cadera tuya. La ventana abierta de par en par y ris ojos entreabiertos invitaron a ta silueta alada a jugar en el rompecabe- zas de la cama; tomé una piesa, abor- daste mis piernas, besaste los cuellos de hombres trastornados, gemiste co- ro en una explosién de placeres en de- sacuerdo, raspaste tu herbilla con el te- cho, subiste y bajaste por los puentes de mi cuerpo; pechos grandes de piel blanca pecosa y un rio de aguas tibias calentaron el insomnio de mi sangre herida Saliste por la ventana sin ningsin prejuicio y olvidaste depositar exe beso ue tu amante disfrazado te habia en- seniado, Desperté. Ahora sf ereo que me voy 4 suieidar, pero no sin antes haberte explicado ‘cémo fue que descubrt al Poota Loco ‘Mira: alggin dia de abril, por las pla- yas de Oaxaca, exactamente por Zc ‘ela, observabe a un hombre a dist cia, estaba hineado sobre unas rocas y Janzaba fechas eon fuego hacia el mar. Me acerqué a ély, en un silencio esea- lofriante,jugue a ser su sombra por un tiempo indefinio. Fuuuuuuuc, su arco escupis a pri- mera flecha. La linea de luz y humo iluminé el negro cielo palpitado de es- trellas, la vision del humo se iba defor- ‘mando al rozarse con el aire nocturno y la imagen del amor maleducado ereis en mi cabeza, Se eayeron los suefos de la cam: los malditos hechiceros convirtieron felicidad en momentos de dolor y en tuna eelebracién alrededor de la casa de las espinas. Se encontraban bailando los espiritus del mal. TS apareciste dormida en mis brazos, todo habta pa- sado como las hadas nos lo habfan anunciado, nada més que yo no tenia ni espada ni escudo, tan sélo un plu- ‘min que me hacia dibujar las defensas de tu cuerpo. El Poeta Loco dibujé un beso en tu corazén, ;Por favor despierta! (Un beso més no te hard despertar del embrujo! iQuiéreme mas que al beso! ;Tan s6lo con ver mis ojos, vivirds en mi reino eterno! La flecha se perdié en los brazos del Rey Salado. ‘Caminé hacia otro perfil de esa ex- trafa persona que disfrutaba su aire de flechador del mar, era como una co- pulacién real entre a imaginacién y un querer rasgar los éleos del mar. Su ca- ra era triste y parecfa bloqueada con ideas sentimentales. ‘Tomé una segunda flecha, clara- mente vi cémo le secretes algo; fue co- ‘mo si le diera un masaje a la imagen ‘que él deseaba lanzar para que ésta se deslizara sin apretones de cara. Apun- t6 hacia la casa de Poseidén, tiré un iz Otofo-invierno 1995 a1 Traduic niimero once suspiro al suelo y reencarn6 el viaje hi perbélieo de esta saeta lirica En el camino del haz luminoso se iban eayendo las letras de mis emocio- res por una devoeisn pasada, Un ramo de rosas nos transports a otro sitio: el parque de San Jacinto, En el trayecto se perdieron todos los pet: los, ereando ast varios atajos confusos. Por la noche, el Poeta Loco tomé tu ‘mano, respiré el aroma de tu semblan- te y to gui6 por el camino del carbén: era la ruta indicada para llegar a la casa de los laberintos del amor. Te hizo eL amor toda la noche. Ya cansado, te sopié al ofdo. Tu aro- ma es la llave que me da cuerda para que nunca pare de sonar. Una vez més fuiste una fiesta para los dedos del Poeta Loco Un temblor ascendié desde la arena hasta mi cabeza, yo habfa quedado se- co de amor tras esa visién, no sabia qué imagenes me anunciaba este hombre raro, heria a la vida de una manera tan roméntica, y se le vefa desesperado, lo 0, enamorado, creativo, con sus fle- cchas, con sus seeretos; sabia que en él cabia la posibilidad de la existencia de ‘una persona ajena que lo motivaba ala experiencia de hacer el amor con fle- chas all mar. iFuuuuuuuel, tiré la tercera. Sin darme cuenta, la dirigié hacia la luna. Fue como un espejo, vi claramente o6- mo se clavaba en la piel lunar, brots ssangre y una gota cayé en mi frente, ¥ las manos cobraron vida, dibujaron so- bre el aire huellas de momentos que reflejan una esencia de unién de ombli- 0 contra ombligo, bienvenida sea la ‘matemética erética. El Poeta Loco, fo- 050 ante la presencia de tus ojos, ab- sorbié las vivencias de lo que tus ma- nos han visto y le dijo con respeto a tu ldo: “Mujer de dulee voz, simbolo de entrada a la locura sin ningiin olvido, cuerpo de color rosa con aroma a salsa agi... {Me permitirfa besar respetuo- samente su rodilla?” Otra gota cayé en mi boca, supe que no era sangre, sino brisa que azotaba en mi cara, Yo tenia el cuerpo frfo, ha- cfa frfo, un frfo que descobij6 mi mente al escenario de las rocas. El hombre extrafio ya no estaba all, habfa aban- donado sus instrumentos trovadores: a unos pasos, el arco y més alld, dos fle- chas. La curiosidad me llevé a tal éxta- sis que avancé hacia los objetos sin 32 ringtin temor, los tomé, los adecué a ‘mi cuerpo e instanténeamente senti el ‘calor que me provocaba acariciarlos, ya eran tan de mi cuerpo que distraida- mente laneé la cuarta flecha sin diree- ign definida. Atrapaba en un gotero todos tus, ssuefios, a mi me hacfan feliz, con ellos Iené un frasco para asf conservarlos y cuando yo me sintiera muerto, abrir 1a botella y dejarme contagiar de tu vida: Ia Gniea que me puede revivir. Por las noches, siempre levanto la tapa de ese pomo, para asf beberme tres o cuatro gotas de esas ilusiones que brotaron de tu mente. Al abrir tu ssuefio, el Poeta Loco se desesperd y en un deseuido lo rompis, Del suefio roto surgieron burbujas esféricas... Una de ellas se abrié, reve- indome una escena: no fue tu cara ni tu cabello ni tampoco tu ropa ni tu na- riz ni tus manos ni los deditos gordos de tus pies, fue tan sélo un dulce sopli- do en mi sentido del olfato, En ese mo- ‘mento, el Poeta Loco tiré su sombrero y comenzé a bailar alrededor de él Al ver que se hacia una onda en me- dio del mar, me di cuenta de que no tenia el arco, observé a mi alrededor, ¥ aquel personaje que habia iniciado el juego no existia en ese lugar; tembla- ron mis dientes, sent{ una asfixia de horror al saber que esa noche alguien existié, alguien que si se encontraba cara a cara consigo mismo era un al- guien muerto. Y,en cambio, 6 no podia hhacer daiio a nadie porque ya no tenfa rningtin interés en sus semejantes; sin embargo, esa noche, con la oscuridad dol cielo, se confesé ante mi, revelindo- me delante de su dios lo mas intenso de sualma, Me di cuenta de que era yo el Poeta Loco, era un reflejo corporal del senti miento buscando otra realidad y quizé imaginaba que ese extratio hombre era la salida del amor que llevo dentro. La ‘iltima jara estaba abf; pero en reali- dad era tan sélo una piedra eomo las otras cuatro que habia lanzado al mar; el arco era mi brazo izquierdo que, al ‘momento de tomar impulso, cobraba la forma del arco que yo ereéa tener. De regreso, en el cuarto 302 del ho- tel del centro, lugar donde me hiciste el amor hace casi un minuto... Ya es- toy completamente lleno, no me falta nada en este santuario que creamos tu ¥y yo, pues tu olor y tu mirada, en la céreel de mi mundo, jamés necesita: én volver a ver la luz. Ahora que sa- bes quién es el Poeta Loco, ahora sf me voy a suicidar. Otofo-invierno 1995 In Memoriam Dos fragmentos de La vida material: La autopista de la palabra y El tren de Bordeaux (22 Otofio-invierno 1995 33 ‘Traduic niimero once reta lo inaceptable, confirmando ast su vocacién de denuncia. La autonomia de cada uno de sus relatos, asf como la discontinuidad entre ellos es fiel reflejo dol espiritu impredecible y desenfrena- do de esta controversial escritora. Lavida material “Esto libro nos hizo pasar el tiempo. Desde el inicio del otofo hasta el final del invierno. Todos estos textos le fue- ron dietados a Jérdme Beaujour, salvo contadas excepciones. Luego lefamos los textos descifrados. Una vez hecha nuestra eritica, yo los corregia y Jérd- ‘me Beaujour los lefa a su vez. Era difi- cil al principio. Muy pronto dejamos de lado las preguntas. Abordamos los te- mas, y de igual modo los dejamos de lado. La diltima parte del trabajo la de- diqué a abreviar los textos, aligerarlos, suavizarlos. Todo ello de comin acuer- 34 do, Por lo que ninguno de los textos es exhaustivo. Ninguno refleja lo que pienso en general del tema que abordo porque no pienso nada en general de nada, salvo de la injusticia social Cuando més, el libro representa lo que pienso en ciertas ocasiones, ciertos fas, de ciertas cosas. Por ello también representa lo que pienso. No Ilevo con- ‘igo el lastre del pensamiento totali- tario, quiero decir: definitivo. He evita- do esa plaga. “Este libro no tiene ni principio ni fin, no tiene mitad. Desde el momento ‘en que no existe libro sin razén de ser, este libro deja de ser tal. No es un di Tio, no es periodismo, esta desliga del suceso cotidiano. Digamos que es un libro de lectura. Lajos de la novela, pero més cercano de su escritura -es curioso desde cl momento en que es oral- que a la del editorial de un perié- ico. Dudé en publicarlo, sin embargo, ‘ninguna formacién libresca previa oen curso habria podido contener esta es- critura flotante de La vida material, ‘esos vaivenes en mi interior, entre us- tedes y yo en el tiempo que nos es co- der Laautopista dela palabra En libros como éste, que no es un libro, ‘me habria gustado hablar de todo y de nada como cada dfa, en el transcurso de una jornada como las otras, banal. ‘Tomar ia gran autopista, la via general de la palabra, sin detenerme en nada particular. Es imposible hacerlo, salir del sentido, ir a ninguna parte, sélo ha- blar sin partir de un punto fijo de cono- cimiento o de ignorancia y legar al azar, el eas de las palabras. No se Fragmento dela Tntroducsion de Marque: rite Duras a La Vie Matérielle, P.OL., Pa Hs, 1987, (Z| Otono-invierno 1995 La vida material puede saber y no saber a la vez. Asi pues, este libro que yo habria querido que fuese como esa autopista en cues tidn, que deberfa haber ido al mismo tiempo por doquier y que sélo va aun lugar a la vez y que volver a venir y volvera a partir, como todo el mundo, como todos los libros, a menos que ca: lle, eg0 no se escribe. Eltrende Bordeaux Una ver, tenfa 16 afios. Aesa edad ain tenia una apariencia infantil. Era de regreso de Saigén, después del amante chino, en un tren nocturno, el tren de ‘Bordeaux, por 1930. Estaba ahi con mi familia, mis dos hermanos y mi madre. Creo que habia dos o tres personas més en el vagén de tereera clase, de ocho lugares y habia también un hombre jo- ven enfrente de mf que me miraba. Ha- bré tenido unos treinta afios. Creo que desnu- tidos de las eolonias y los pis dos en sandalias, No tenfa suefio, Ese hombre me preguntaba acerca de mi familia, y le contaba efmo se vivia en las colonias, las Iuvias, el calor, las ve- randas, la diferencia con Francia, los ‘paseos por los bosques y la prepa que tba a terminar ese afio, cosas asf, de conversacién habitual en un tren cuan- do tno cuenta toda su historia y la de ‘su familia. ¥ luego de pronto nos dimos ceuenta de que todos dormfan. Mi ma- dre y mis hermanos se habjan dormido muy pronto después de salir de Bor- deaux. Yo hablaba en vor baja para no despertarlos. Si me hubieran escucha- do contar las historias de la familia, me habrfan prohibido hacerlo a punta de gritos, de amenazas, de loriqueos. ‘Nuestra conversacin, asf, baja, con el hombre solo, habia dormido a los otros tres o cuatro pasajeros del vagén. Lo que hizo que fuéramos los tinicos en ‘estar despiertos, ese hombre y yo. Y era de esa forma como aquello habia comenzado de repente, en el mismo momento, precisa y brutalmente, en uuna sola mirada, En esa época no se decia nada de esas cosas, sobre todo en tales circunstancias. De pronto ya no pudimos hablarnos. Ya no pudimos mi- Farnos tampoco, nos quedamos ya sin fuerzas, fulminados. Fui yo quien dijo ‘que nos hacia falta dormir para no es- tar demasiado cansados a la mafiana siguiente a nuestra llegada a Paris, El estaba cerca de la puerta, apagé la luz Entre él y yo habfa un lugar vacto. Me recosté a lo largo del asiento, recogt las piernas y cerré los ojos. Of que abria la puerta. Salié y volvié con un eobertor de tren con el cual me eubri6. Abri los ojos para sonreirle y decirle gracias. Dijo: “en la noche, en los trenes, apa gan la calefaccién y hace frfo en la ma- drugada’. Me quedé dormida. Me des- perté su mano suave y caliente sobre mis piernas, muy lentamente se des- plegaba y trataba de ascender por mi ‘cuerpo. Entreabr{ los ojos. Vi que mira- ba a las personas del vagén, que los vigilaba, que tenia miedo. Con un mo- vvimiento muy lento acerqué mi cuerpo hhacia él. Coloqué mis pies contra él. Se los di. Los tomé. Con los ojos cerrados segufa todos sus movimientos. Eran lentos al principio, Iuego se volvieron cada vez més pausados, contenidos hhasta el fin, el abandono al placer, tan intenso como si hubiera gritado. ‘Hubo un largo momento en el que nada pasé, salvo el ruido de aquel tren. Iba més répido y aquel ruido se volvié, ‘ensordecedor. Luego otra vez se hizo soportable. Su mano llegé a mi, Era salvaje, atin caliente, tenia miedo. La tomé en la mfa, Luego la solt6, le dejé actuar, ‘Volvié el ruido del tren. La mano se retir6, permanecié lejos de mf durante ‘un buen momento, ya no sé més. Segu- ramente me quedé dormida. La mano volvi6. ‘Aearicia mi cuerpo entero y luego acaricia los senos, el vientre, las cade- ras, como impregnada de dulzura en ‘ocasiones exasperada por el deseo que vuelve. Se detiene por momentos. Se posa en el sexo, tremante, lista para order, ardiente de nuevo. Y luego vuel- ve a irse. Se justifiea, se vuelve més ‘experta, se hace amable para despedir- se de la nifia, En torno a la mano, el ruido del tren. En torno al tren, la no- che. El silencio de los pasillos en el rui- do del tren. Las paradas que desperta- ban. Bajé en la noche. En Parfs cuando abr{ los ojos, su lugar estaba vacio. 0 ee as Peter Handke Is er am 3. Dezember 1987, etwa eine Stunde vor dem Ablegen des Féhrschiff 2u den Inseln, auf den Pier des, fafens von Dubrovnik kam, standen dort an der Mauer Fenster: den, sehr sorgfiltig gezimmert, ebenso sorgfiltig beschlagene Turen samt Schlissern, aber noch ohne Schlussel, 36 Cuento contigo Epopée vom Beladen eines Schiffs mehrere Stapel kleiner roter Ziegel, zusammengehalten durch Eisenban- der. Mehrere Manner luden von einem Lastwagen, der dberfrachtet war, Holzbalken, verschieden dick und lang, auf die Heckfliche des Schiffs. Vorn, am Bug, unten in der grofien ver- glasten Kabine, salen schon mehrere Passagiere, und es kamen unablissig noch mehr aus der Stadt, mit ihren Einkdufen fur die Inseln, Sacken mit Kartoffeln, Benzinkanistern, Ersatz- teilen fir Maschinen, Fernsehern, Ol- fissern, auch leeren Fassern ohne Dee- keel, Plastiksaicken voll mit Obst, Biern, Waschpulver, manche auch mit grofen schweren Koffern. Eine Frau erschien mit einem Strauf sehr langstieliger ro- ter Nelken und lie den Betrachter an eine andere Frau denken, die, vor Ta- gen in Split, von anderen Inseln zu rlickgekommen war, in der Hand einen ‘Straull vielfarbener, vielfaltiger, klei- ner wilder Inselblumen. Als die Holz- balken endlich verstaut waren, hievte noch ein ilterer Arbeiter mit einem Gabelstapler die Ziegelmassen, nach der andern, hinten aufé Schiff. Er hhob sie dazu zuerst sacht anf einen Holzrost und befrderte sie samt di sem hinauf auf: Schiffsniveau, wo die lbrigen Arbeiter einen andern, rollb ren Rost unterschoben, auf welchem die gewaltige Last ein jedesmal sanft und millimetergenau landete und da- rauf von mehreren, sich hinten a stemmenden Burschen, die dabei kraf voll und zugleich auf einmal sehr zart wwirkten, weggefuhrt wurde, 2u einem zavor genau ausgezirkelten Platz die Ladefliche war inawischen fast voll Der letzte Stapel paSte haarscharf da hhinein, randscharf, noch in die aller- letzte Nische. Nichts, kein Mensch und kein Ding, wurde bei dem schwierigen, langwierigen Mandver auch nur ge treift; jeder einzelne Kleine Vorgang, bis zu dem Zuschieben des Geldinders, genau im Moment des Ablegens, ver- lief ohne Zégern, klar, bedachtig, und sgriff in den nachsten iber. Das ganze Beladen mit den Hausteilen gesehah leise, jedenfalls ohne Larm und Ge- schrei und Hast. Vorn in der Sonne, drauBen, safen die Passagiere nun auch schon auf dem Oberdeck, darun- ter eine schéne ernste junge Frau, ei- nen Arm hinter sich ausgestreckt aur die Lehne, den andern nach vorn aus- gestreckt auf dem Knie, den Kopferho- ben, den Blick rundum in die Ferne. Das mehrmalige Abfahrtstuten war £0 stark, da es von den Berghangen nerseits, den Hochhausern der Halbi sel andererseits widerténte, Die ge- sammelten, blassen Gesichter der kindlichon Matrosen! Fast hatte er der Jungen Frau gewinkt. Sie hatte zu- riickgewinkt. Es war die Szenerie 2u einem Hamsun-Roman, am Pier eines norwegischen Fjords, mit der Handels- stelle, in der Zeit der Jahrhundertwen- de. Aber es war um so viel schéner, wirklicher und weitraumiger, da sich die blofe Szenerie entfaltete, diese Stunde lang, ohne einen sie verengen- den Roman, Dann war der Gabelsta- pler, samt ‘altem Mann, verschwun- den, das Schiff, dunkel rauchend, auf schneller Fahrt in Richtung der Inseln, den finfzackigen Partisanenstern am Schornstein, kein Mensch mehr auf dem Pier auer dem einen, keiner, der Abschied auch nur von einem der Pas- ssagiere genommen hatte, das Material fur das Inselhaus schon lange auf dem Weg, und im Himmel blau uber der Mittagsleere nun, im Wind stehend,ei- ne kopfruckende Mowe, unten ‘ein Spatzenschwarm in der Vortagspfutze, eine Zahl, die der erste Blick bereits erfaBte. Das waren die Geschehnisse am Pier von Dubrovnik/Dalmatien zwischen zwolf und ein Uhr Mittag am 3. Dezember 1987.0 [Noch einmal fr Thulkydides (Una vez més para Tucidides) Residenz Verlag, Salzburgo y Viena, 1990, pp. 12-13 [A| Otono-invierno 1995 Cuento contigo Epopeya de un embarque usando él llegé al muelle det puerto de Dubrovnik ol 3 de diciembre de 1987, como una hora antes de que zarpara el ‘transbordador para las islas, ahi contra el muro estaban colocados unos marcos de ventana, muy cuidado- samente manufacturados, puertas con cerraduras, pero todavia sin llaves, chapeadas con el mismo cuidado, y va- rias pilas de pequenos tabiques Fojos, uunidas por flejes. De un eamién sobre- cargado, varios hombres. transporta- ban vigas de diferentes gruesos y lar- {g05 a la popa del barco. Adelante en la roa, abajo en la gran cabina con vi- drios, estaban sentados ya varios pasa- Jeros, y venfan llegando sin cesar otros ‘mas de la ciudad con sus compras para las islas, bultos de papa, tanques de gasolina, repuestos para’ maquinaria, televisores, barriles de aceite y otros vacios sin tapa, bolsas de plastico lle- nas de fruta, huevos, detergente, y al- gunos también con sus maletas gran- des y pesadas. Una mujer aparecié con tun ramo de claveles rojos de tallo muy largo, haciendo recordar al espectador aquella otra mujer la cual, hace unos das en Split, habfa regresado de unas islas distintas, eon un ramo de peque- fas flores silvestres de muchos colores y tipos en la mano. Cuando las vigas festaban finalmente estibadas, un tra- bajador ya mayor subfa, en un monta- cargas, los montones de tabique, uno por uno, a la parte trasera del barco. Para ello, primero los ponfa despacio sobre una rejila de madera, y luego los transportaba junto con ésta arriba a la cubierta del bareo; allt los demés tra- Dajadores les metian por debajo una rejila rodante sobre la cual la inmensa carga aterrizaba cada vez de manera suave y exacta para ser removida des- pués por varios muchachos, de aspecto vigoroso y, @ la ver, de pronto frégil quienes la empujaban por atrés hacia, un lugar previamente delimitado con fesmero; entretanto, la zona de carga casi se habja Uenado, La iltima pila cupo ala perfeccién, nitidamente entré al Gltimo de los nichos. Nada, ni huma- no ni cosa, habia sido siquiera rayado durante esta maniobra diffeil y minu- civsa; cada paso, por pequefio que fue- se, hasta el cerrar de la barandilla, en el momento exacto en que el barco se hiciera a la mar, transcurrié sin demo- ra, limpio, pausado, entrelazéndose con el que segufa. Todo el embarque de los materiales de construccién se lev ‘a cabo con mucha calma, en todo caso sin ruido ni gritos ni prisa, Ahora en pproa ya habfa varios pasajeros senta- dos al sol sobre Ia cubierta superior, centre ellos una mujer joven, bella y se- ria, con un brazo extendide hacia atras sobre el respaldo, y el otro hacia ade- ante sobre la rodilla, la cabeza elevada y la mirada en la lejanfa. La repetida Seial de salida era tan fuerte que reso- ‘aba tanto en las laderas como en los edificios altos de la peninsula. jLas ca- rras serenas y pélidas de los marineros adolescentes! Por poco hubiera despe- dido a la joven haciéndole sefias con la mano; ella le hubiera contestado igual, Era el escenario para una novela de Hameun, en el muelle de un fiordo no- rruego, con su establecimiento comer- cial, en la época de fin de siglo. Pero era tanto mas hermoso, real y amplio, ‘cuanto que se desplegaba el solo esce- nario a lo largo de esta hora, sin que hhubiese tuna novela que lo esirechara, ‘Ya habia desaparecido el montacargas junto con el viejo; el barco, echando hu- ‘mo oscuro, estaba en plena marcha rumbo a las islas, con la estrella part sana de cinco vértices pegada a su chi ‘menea; ya ni una sola persona en el ‘muelle excepto aquél, nadie quien se hhubiera despedido siquiera de algun ppasajero; el material para la casa de la isla estaba desde hace rato en camino, y ahora, en el cielo azul extendido so- bre el vacio del mediodfa, una gaviota, deteniéndose en el viento y moviendo la cabeza bruscamente, y abajo una parvada de gorriones en el charco del da anterior, un nuimero eaptado a pri- Traduccién de Michael Knapp ‘mera vista, Esos fueron los aconteci- ‘mientos en el muelle de Dubrov- nik/Dalmacia entre las doce y la una horas al mediodia del 3 de diciembre de 1987.0. Otofio-invierno 1995 a7 Beatriz Zeller: La entrevista con... el traductor en Canada Adriana Dominguez Mares 38 catriz Zeller estudié literatu- ra francesa en Espaia y en Toronto. Lleg ala traduccién porque su padre, Ludwig Ze- Her, pensé6 que ella podria ha. cer una trabajo que le interesaria: tra. ducir unos textos literarios. A partir de sa experiencia, descubrié el gusto por Ja traduecién y ia consideré un proceso de interiorizacion en la literatura, un proceso postico de creacién, ‘Actualmente preside la Asociacién de Traductores Literarios de Canadé. Como funciona la Asociacién de ‘Traductores Literarios que presides? La que lamamos Literary Transla- tors’ Association of Canada, y en francés Association des traducteurs et traductri- vs littéraires du Canada, es una asocia- cidn de traductores profesionales dedica- dos a traducr literatura, ‘Me parece interesante que en francés se especifiquen traductores y traducto- ras. gObedece esto a una causa en par- ticular? Si. Yo entré a este grupo alrededor de 1988 y asist por primera ver a la asamblea anual. Precisamente en esa reunién, se discutié este asunto duran- te unas euatro o cinco horas porque le- vantaba mucha polémica. Las tradueto- ras de las asociaciones, la mayorta estén fen Quebec, se sentian muy mal repre- sentadas porque no estaba especificado que eran mujeres, para ellas era impor- tante que no fuera una palabra genérica, sino que el género estuviera diferencia do. Esa es la tnica razén, una politica feminista. Qué requisitos deben cubrir los as- pirantes para hacerse miembros de la ‘asociacién? El aspirante debe haber editado una traduccién que tenga la extensién de un libro, sea un libro o un nimero equivalente en articulos, poemas 0 pro- sa, editados en alguna publicacién pe- riddiea; si el total comprende la exten. ssién de un libro, lo aceptamos como requisito cubierto para entrar a la aso- ciacién. Una vez aceptado el traductor fen Ia asociacién, tiene que pagar cien délares por concepto de membresia anual y, a cambio, la asociacién lo pro- vvee de un directorio; éste es una guia que contiene todos los datos biograficos y bibliogréficos de cada traductor, ade- ‘mds se especifican las lenguas de tra- bajo de cada uno y sus especialidades, La asociacion distribuye esos directo- rios a todas las biblioteca y a todos los editores de Canada En una ocasién, cuando una edito- rial en Montreal buscaba a una perso- na para tradueir un libra para nifios al cespafiol de un eseritor muy importante del Canadé, buscaron en ese directorio ‘yencontraron mi nombre. Encontraron {que yo podia traducir del francés al es- pafol y me tocé realizar ese trabajo. En este sentido, Ia asociacién funciona bien para algunos traductores, sobre todo para los que tienen muchas obras, Aquellos que ya son reconocidos siem- pre obtienen mucho trabajo, es més fé- para ellos aquellos que empiezan a hhacerse un curriculum. cept la asociacén miembros de trea nacionalidedes? No. Una de las condiciones es que Jos miembros tienen que ser eanadien- se o residents inmigrados ol Canada {Cudntos miembros tiene la asocia- cin? La membresfa varia aflo con afo, porque hay gente que no paga su cuota, entre cien y ciento veinte miembros. ‘Ahora empezamos a tener més miem- bros que trabajan con otros idiomas, por ejemplo, que traducen de lenguas feslavas, del chino; pero, en general, no ‘es mucha la diversidad lingutstica has- ‘tael momento. Qué otras cosas ofrecen a los tra- ductores, por qué les conviene estar constituidos en asociaciones? A los miembros les interesa mucho la organizacién de representaciones en congresos internacionales; participa- ‘mos en Le Salon du livre de Montréal, en Le Salon du livre de Québec, y en todos los festivales literarios que se or- ‘ganizan para los que procuramos siem- pre la presencia de los traductores. Se trata, en principio, de que se reconozea cl trabajo de los traductores. Esta es tuna gran lucha: que se reconozea el trabajo de los traductores por parte del Estado, por lo que rige el mundo litera- rio canadiense. Asi, por ejemplo, cada ver que se pu: blica una traduceién importante, trata- mos de conseguir, para el traductor de esa obra, una entrevista con un perio- dista importante en la radio o en algain ‘otro medio. Tratamos siempre de ago- tar todas las posibilidades que estén a nuestro aleance para hacer resaltar el trabajo de los traductores literarios, para que se reconozea el papel impor. tantisimo que desempefan on la cultw: ra canadiense. Porque el problema es {que nosotros somos parte de dos cultu- ras, precisamente por esa causa el Ca- nada Arts Couneil fundé esta asocia- cidn; el fmpetu y la ayuda proventa de ellos para que, finalmente, los cana- dienses de un idioma conocieran a los canadienses del otro idioma. En con- Secuencia, a nuestra asociacién se ha sumado gente que se traduce a si ‘misma de una cultura a la otra. Has- ta hace muy poco, los eanadienses se traducian a si mismos, pero como ahora en Canada existe tanta varie- dad cultural, en los ultimos trece ailos, un tercio de la asociacién tradu- ce literatura extranjera, y eso tiene que ver con el resultado directo del grupo de inmigracién de otras cultu- ras a Canada. De repente, hay mucha gente que quiere traducir a autores de su cultura, de su propio idioma y, excepto el Ontario Arts Council, no existe ningdn programa para apoyar la traduccion de literatura extranje- ra. El apoyo para este tipo de tradue- tores es nulo, 4En qué consiste ese apoyo? El Canada Arts Council tiene una oficina que se dedica a todo lo que ten- a que ver con escritura, literatura y edicién. Tienen un programa de tra- duecién con una persona responsable y cierto mimero de subprogramas que ellos apoyan. ;Y eémo funciona? Se ha- ce todo a través del editor, éste presen. ta un proyecto de traduccién ante el jurado del consojo, el cual manda la traduccién a distintas personas para que Ia evalien y consideren si es buena yy sivale la pena publiearla. De acuerdo a es0, se le paga al traductor a través del editor, pero el dinero proviene del ‘Canada Arts Couneil {Cémo esta constituida la asocia- cidn? Todo Io relacionado con la asoci cidn se realiza en una oficina, no tene- ‘mos personal, el trabajo lo realizan los miembros como voluntarios; hay un presidente, en este caso, soy yo, repre- ssento a la lengua inglesa porque vivo El traduetor en Canada en Toronto; hay dos vicepresidentes, uno para una ciudad en Ontario, siem- pre tiene que haber uno, a veces tene- ‘mos un vicopresidente en Vancouver © cn la costa occidental del pais. En este a0, tiene que haber un vicopresiden- te que represente a la lengua francesa para que pueda enlazar la otra parte La direccién postal de la asociacién es- t4 en Montreal, tradicionalmente ha estado ahf desde un principio, en la Unién de Escritores de Quebes. Ellos ‘nos proporcionan un espacio a un pre- cio accesible para que dispongamos de tun numero de fax, de un numero de teléfono y de una direccién. Nosotros integramos el ejecutivo de la asocia- ciGn: presidente, viceprosidente, teso- rero, secretarios, secretaria de’adhe- siones, etcétera. Tenemos diversos ‘comités: derechos de autor, relaciones Pablicas, actividades, préstamo al pt ‘Traduic ntimero once blico. Vamos a integrar otro comité que se encargue de la problemética de la traducei6n de literatura infantil por- que muchos traductores de literatura infantil se sienten un tanto excluidos, y tionen problemas que necesitan re- verse y sélo podemos hacerlo a tra- vvés de un esfuerzo conerete, bien es- tructurado, {Qué es el Comité de Préstamos? ‘Eta comisién tiene un presupuesto del Ministerio de Cultura y se encarga, dde que todos los eseritores puedan ob- tener un sueldo, es una minucia To que ganan, pero de este modo, reciben una especie de regalia por los libros de esos autores que estén en las bibliotecas; log traductores son parte de eso gro: ‘Canadé tiene un programa muy im- portante como el que existe en muchos paises de Europa, en el que a los eseri- tores, a los ilustradores, a los tradueto- res, se les paga una sums de acuerdo al nimero de bibliotecas que tiene algunc de esos libros entre sus colecciones; es decir, el uso de los libros dentro del do- ‘minio del pablico. Qué funciones tiene el Comité de Relaciones Piblicas? ‘Se encarga de promover las relacio- nes publicas de Ia asociacién, hace co- municados de prensa cuando, por ejemplo, se otorga el premio “Glasseo”, ‘cuando un traductor gana un premio ‘muy importante. Ese tipo de cosas nos- otros las promovemos en la prensa. La asociacién tiene un representante en cada rogién porque Canada es muy grande, Esa persona se ocupa de orga- nizar actividades literarias en las que se promueve la traduccién; por ejem- plo, cada mes de septiembre se lleva a cabo La Semana de las Artes en Toron- to y para esa semana, el afo anterior organizamos una lectura de traduecién. literaria. Fue un gran éxito y, en el mareo de esa misma semana, partici pamos en la feria del libro que se hace sélo un dia en unas calles de moda de ‘Toronto. Ademas, siempre tratamos de contar con la participacién de algin autor importante que al mismo tiempo sea traductor para asf promover la tra- duccién, ‘Nosotros somos una asociacién im- portante, por eso, siempre que se trata de un asunto relevante, hay un repre- 40 sentante de la asociacién en ese deba- te. Lo hubo cuando se forms esa comi sién, lo hay en todas las reuniones de The Public Lending Right Comission, lo que llaman The Copyright Institute; hhay una persona que nos representa ante el Canada Arts Couneil, en gene- ral es el presidente; tenemos una per- sona que nos representa ante el Arts Couneil de Quebec, otra que nos repre- senta ante el Arts Couneil de Ontario, porque todo esta muy esparcido, es un pais muy grande... Tratamos de lograr {que todos los gobiernos provinciales re- conozean a los traductores literarios. 2Cudles son las funciones del presi dente? La funcién principal del presidente ce la relacign con el Canada Arts Coun- cil. Mi labor es como promotora de la traduccién literaria en todos los nive- les, como defensora de la traduecién teraria, Todo el aspecto administrative de Ia asociacién recae sobre el presi dente y los diversos miembros del eje- cutivo, Por ejemplo, organizar la asam- blea anual, asegurarse de que salga el directorio, tra funcién importante, es atraer a nuevos miembros a la asociacién pa- ra que crezeamos como institucién; sin miembros no somos fuertes, tiene que haber mucha gente dentro de nuestro gremio, En las reuniones anuales jules son los temas que provocan el debate, 2udles son las inquietudes de los tra: ductores? Preocupan los asuntos relacionados con los derechos de autor, con en el mundo editorial, como por ejemplo, el hecho que los escritores famosos del Canada inglés prefieren ser editados en Francia porque tienen acceso a un mereado enorme y eso significa que el traductor no va a ser un canadiense de Quebee, sino un francés que trabaja para la editorial Gallimard o cualquier otra, Diseutimos este tipo de preocupa- ciones y las soluciones posibles, por ejemplo, qué hacer para que los orga- rnismos oficiales apoyen a los traducto- res canadionses. ‘Siempre invitamos a nuestras reu- niones anuales a un representante del Canada Arts Couneil para que nos in- FB ovine 38 El traductor en Canada {forme de los ltimos cambios en la polt- tica de ese organismo. Se han hecho terribles reajustes al financiamiento de la literatura, incluso es posible que el Canada Arts Council recorte el fi- nanciamiento a la asociacién porque se estan revisando todos los apoyos econ6- micos a las asociaciones culturales, Nosotros hacemos preguntas muy di- rectas a esa persona; por ejemplo, el aio pasado el Arts Council decidis re- ducir la tarifa de las traducciones. Bs- cribimos una carta muy fuerte en la que expusimos nuestro desacuerdo. En Ta reunién decidimos el tono y el conte- nido de esa carta, En general, las reu- njones no son muy literarias. Por otro lado, es un verdadero desa- fio lograr que asista mucha gente. Para hacer mas atractivas las reuniones, in- cluimos alguna actividad cultural 0 so- cial. El afo pasado, nuestra Asamblea General coineidis con la Asamblea Ge- neral del Sindicato de la Unién de Bs- critores del Canada. Ellos siempre tie- nen una conferencia dietada por un escritor muy importante; y nosotros planeamos una actividad para dos ho- ras antes de la de ellos. Ast, asistimos a ambas actividades, generalmente nuestra actividad es un acto social. Lo més importante de las asam- bleas es que le dan una oportunidad a la gente de encontrarse porque nues: tros miembros estén en lugares muy diversos del pais, viven a dos mil kilé- metros uno del otro, y, muchas veces, no hay comunicacién. El afio pasado vi no una traductora de Alberta y, comen- tando eon otra persona que no podfa hacer una traduecién que le habfan ofrecido, la otra le ofrecié hacerla, se hhablé con el autor, y terminé teniendo un libro més que traducir. La asam- blea es, pues, también un marco de in- tereambio. dExiste en Canadé algtin incentivo para los traductores? Entre todas las cosas que a noso- tros nos ayudan, se incluye que el Ca- nada Arts Council tiene un programa de premios nacionales anuales para la literatura que est4 dividido en eatego- rias: hay un premio a la narrativa, ala ciencia fiecién; un premio nacional a la poesfa, otro al teatro, otro ala literatu- ra infantil y, desde hace algunos afios, a la traduccion literaria. Se otorgan diez mil délares al autor de la mejor traduccion al francés de un texto cana- dense escrito en inglés, y viceversa, ‘otros diez mil a la mejor traduceién francesa de un texto canadiense escrito ‘en inglés. Ahora, nosotros como asocia- ‘ign, tenemos mucho prestigio y, en ge- neral, los jurados de ese premio, que: ‘el mayor galardén de este tipo en znadé, son miembros de nuestra asocia- in. Nosotros mismos tenemos un pre- mio de traduccién anual, muy prestigioso: el “John Gl ize for Letter Translation”, lleva ese nombre en honor a uno de los pioneros de la traduecién literaria en Canadé. El co- menzé a traducir Ia literatura del Que- Dec al inglés, esto no existfa antes. Este aio, el premio va a ser de mil déiares. ‘Muchos de nuestros miembros més im- cidn al recibir este premio, el cual se otorga por la mejor primera traduccién de un traductor. 4Ast que el galardonado puede no ser miembro de la asociacién? No puede ser miembro de la asoci cin porque tiene que ser una primera traduecién. Por ejemplo, Wayne Grady es un eseritor, un periodista literario, tuna persona muy importante que se decidi a hacer traducciones en cierto ‘momento. La publicacién de su prime- ra traduccién fue galardonada con ese premio y él, autométicamente, se con- virtié en miembro de la asociacién. Ahora es una de las personas més acti- vas dentro de la asociacién. 4¥ oémo son los contratos con las editoriales? {Firman un contrato? ‘Si, nosotros tenemos una persona con mucha experiencia que encabeza el comité de los derechos de autor. Esta persona asiste a todas las reuniones importantes a nivel nacional, acerca de todo lo relacionado con su comité; ade- més, en Canada hay un instituto que se ocupa de los derechos de autor. Hace aproximadamente tres afios, se elabord tun contrato estandar como resultado del esfuerzo de este comité. Los miem- bros de la asociacién pueden usar este contrato cuando hacen sus negociacio- nes con un editor. En el eontrato se es- pecifican aspectos tales como: que el nombre del traduetor figure en la pai na del titulo, en la portada, o en alguna otra parte que resalte, esto no existia En el contrato debe especificarse si el traduetor venderé todos sus derechos por la traduccién o si va a recibir rege- Ifas, esto iltimo es muy raro, También se especifica que el editor no puede vender la traduccién sin el consenti- ‘miento del traductor. Esto se ha logrado? SS, en algunos casos se ha logrado. ero lo més importante es conseguir que se le pague al traductor por su tra- dueccién y eso se logra con el eontrato. Asimismo, hemos logrado que, cuando se critique un libro traducido, se men- cione el nombre del traductor, muchos nolo hacen, a menos que sea para eriti- car lo que les parece una mala la tra- duecién. Cuando dicen que es mala, ‘mencionan al traductor, pero si es bue- na, se les olvida. ‘En general, este aspecto funciona bien, lo que no funciona bien en Cana- 46 e6 que la traduecién literaria no es eonsiderada como un quehacer litera- rio. Los traductores no pueden decir {que son eseritores, siempre tienen que “transcribir” lo que otros eseriben. Yo cescribo, pero en realidad, hago traduc- cién literaria. Entre nosotros, hay al- ‘gunos que escriben, pero no se eonside- ran eseritores; por ejemplo, Sheila Fischman, la traduetora mas impor- tante de Canada de la literatura que- bequense al inglés, a la pregunta ite interesa escribir?, respondié con un ro- tundo “no, yo soy traductora”. Sheila fe Otofio-invierno 1995 41 ‘Traduic ntimero once Fischman puede traducir cuatro nove- las importantes al aio, {Noes demasiado? Es mucho. Uno de los problemas para ‘mucha gente es que hay algunas estre- las dentro del grupo, varias, y como son tan reconocidas obtienen mucho trabajo Uno de los problemas de los traduc- tores en México es que tienen que ser ‘chambistas”, es decir, no pueden vivir solo de la traduecién, necesitan desem- Paharse en otros trabajos; muchos de ellos, por ejemplo, se dedican a cual- quier actividad que esté mejor remune- rada y traducen casi siempre por pa- sién aunque no pueden dedicarse por completo a esta actividad por falta de tiempo spasa lo mismo en Canad4? Por supuesto, Yo creo que existen 4quizé cuatro personas en toda la aso- ciacién, ni siquiera un diez por ciento, que pueden sobrevivir con la tradue: ign literaria, De esas cuatro, dos viven ‘mal y las otras dos, bien. En mi caso, ‘yo no puedo vivir de la traducci6n lite raria, traduzco cuando dispongo de un rato libre o cuando puedo tomar vaca- ciones. En Canadd la vida no es como fen México. Yo no tengo una persona 42 que me limpie la casa ni nada de eso, yo tengo que hacer todas esas cosas ‘ademés. Creo que para los traductores literarios, especialmente para las mu- jeres, es una verdadera vocacién y un Ssacrificio el dedicarse a la traduccién Iiteraria, sin embargo, se hace. Muchos hacen otro tipo de traduccién; por ‘ejemplo, hay en nuestra asociacién ‘quien trabaja haciendo doblaje o subti- tulacién o gente que trabaja traducien- do cosas de moda. La mayoria de los, textos que se traducen se relacionan con la cultura aunque no sean litera- rios. Asf, los traductores pueden ga- narse la vida. En Canada, hay mucho trabajo, lo que pasa es que no es de traduccidn literaria, {Qué tan complicado es obtener los de- rechos de una traduccién, eso es un tra- ‘bajo del traductoro del editor? Del editor exclusivamenta, él tiene que comprar los derechos de autor. Yo he traducido a Alvaro Mutis, pero mis tradueciones no han sido publicadas ain. En caso de publicars tendré que pagar todos los acuerdo con los reglamentos del mun- do editorial. El traductor no tiene los ‘medios, no tiene el poder para hacerlo. Siacaso, puede facilitarle mucho el pro- ceso al editor. En general, en nuestro aso, el traductor siempre desempefia el papel de representante del eseritor ante el editor, algo asf como el papel de negociador. Muckus veees, el traductor rreconoce el valor de un eseritor y lucha porque ese escritor sea publicado; en- tonces busea un editor y trabaja eon él para que se consigan los derechos. El traductor desempefia, pues, un papel fundamental como intermediario, no sélo entre el piblico de un idioma y ‘otro, sino entre el editor y escritor. Por ejemplo, para que nosotros pu- diéramos recibir el financiamiento pa ra vigjar a México, puse énfasis en que el traductor es el representante del es critor, por eso invitamos a venir a dos escritores con sus traductores. Eso le gusta mucho a la gente del gobierno del Canadé porque es asi como se pro- ‘mueve la literatura, a través de la gen- te que hace los enlaces, no sélo de la gente que hace la literatura, sino de aquellos que la promueven. Es natural que sea asf porque el traductor es la vor de ese escritor en el otro idioma, 010 representa. 4Cémo es la relacién entre traducto- res y escritores? ‘Yo dirfa que es muy buena porque los eseritores saben que necesitan a los traductores para ser comprendidos por Ia otra mitad del Canadé, para llegar a ce otro puiblico. El Arts Council a ve- ces nos da la posibilidad de pagarnos parte del viaje para ira trabajar con el ‘autor. Es muy buena la relaeién entre log escritores y los traductores; pero, nivel oficial, Ios traductores no desem- pefian un papel importante. Es el easo del Harbourfront International Festi- val of Authors en el que los traductores ‘a pesar de que se promo- mente traduccién litera ria; es decir, literatura que no puede ser accesible sino a través de la tradue- cién. éTienen proyectos en los que partici pen varios traductores? Si, este afo la asociacién cumple veinte afios de existencia y, para cele- brarlo, estamos preparando un libro bilingte. Elegimos a Joyce Marshall, eseritora canadiense y una de las fun- dadoras de la asociacién, para rendirle tun homenaje, no sélo con un acto en el ‘que participen un par de personas que festuvieron con ella al principio, sino también con una publicacién; ella nos proporcioné siete relatos, y fueron tra- ucidos por siete miembros de nuestra asociaciOn, Es la primera ver que se hhace un proyecto de este tipo. Sin em- bbargo, no es fécil trabajar en conjunto porque nos separan muchos kil6metros de distancia, Cuando terminas una traduccion 4se la das a leer algin colega antes de entregarla para su publicacién? ;Tra- duces en equipo? No, en general, todos trabajamos s los. La relacién del traductor es con el ‘editor, quien tiene un equipo de edi- cién y dentro de éste, a una persona ‘encargada de revisar 0 trabajar con el traduetor. Normalmente, la relacién del traductor es con el editor y nocon el autor. Una vez que la traduecién esta hechs, se negocia con el editor; el pro- ces0 consiste en obtener el permiso para hacer la traduccién: si el trabajo es iniciativa del traductor, éste debe obtener el permiso del autor, pero si es de la editorial, el traductor no i terviene. Otofo-invierno 1995 El traductor en Canadé Las editoriales contratan a un co- rector y éste uniforma el estilo de todos los autores segin la politica de la edito- rial. Ese es un problema grave para los traductoree y, sobre odo, para ta litera- tura. Hace poco, Maria Pia Lamberti hablaba de este problema, Ella tradujo @ Octavio Paz al italiano y tuvo que sostener una batalla eampal con la co- rrectora y con el editor, fue un desastre y finalmente tuvo que aceptar algunas ‘modificaciones con las que no estaba de ‘acuerdo porque no le dejaron otra op: cidn. Aunque este caso tuvo lugar en Talia, es comin en México, ;Sucede lo ‘mismo en Canada? Si, es un problema enorme en toda América del Norte. Muchas veces se considera a los correctores como anta- gonistas de los editores. Existen muy buenos correctores y lo que lamamos “editors” que no son editores, sino gen- te que hace una revisién o una correc cidn del texto. En muchas editoriales, las personas encargadas de esto son muy capaces, estén muy bien docu- mentadas, y’al final de la revisién, siempre tienen que negociar los car bios con el traduetor, si éste tltimo es- {4 dispuesto a pelear por todos los eam- bios, entonces puede ganar, pero tiene que ser un trabajo de estira y afloja. En fin, tiene que haber una colaboracién con esa persona, no se pueden rechazar todas las propuestas del corrector por- ‘que quizés éste es més imparcial. Uno ‘como traductor esté tan cerca del texto que ya al final no lo puede ver, no lo puede leer en toda su dimensién. En todo caso, la dltima palabra es la del traductor. Un traductor inteligente aceptaré las soluciones del corrector. ‘Yo misma he tenido muchos dolores de cabeza en ese sentido. Sin embargo, sf considero importante que alguien, uniforme la puntuacién; todo ese tipo de cosas tiene que tenerlas un editor como servicio al traductor. Como se cobra el trabajo de tradue- cid en Canadé? gPor euartilla? Se cobra por palabra. A veces puede ‘ser muy bajo el precio. Por un libro se cobra muy poco, diez centavos de délar canadiense por palabra; entonces por una traduccién extensa no va a pagar se mas de 8 mil, 9 mil délares; en Ca- nadé, eso no es mucho. Habria que buscar un equivalente mexicano y yo no lo s6 porque no habia estado en Mé- xxico desde hace mucho tiempo. Sin em- bargo, por una traduceién técnica pue- den pagar hasta 40 centavos por pala- bra, Entonces, se paga mds que por una traduccién literaria? ‘Si, muchisimo més, No existe equi- valencia. Esta muy mal apreciada la traduccién literaria. En Canad4 existe ‘otro problema: uno traduce a un autor que habré ganado menos por la crea- cidn de ese libro que el traductor. Asi de mal pagada esta la literatura. Por otra parte, también tiene desventajas el pago por palabra; por ejemplo, un libro de literatura infantil tiene més ilustraciones que texto. Hay traducto- res que ganan cien délares por una tra- dduecién, y eso aleanza para comer una smana. A rafz de esto, cuando se for- maba ei programa de traduccién del Imperial Champ, Wayne Grady logré que la traducciGn de poesta se pagara or pagina {Cuanto serta el pago justo? ‘Un sueldo. Serfa importante que un traduetor literario canadiense perei- biera lo que gana un profesional en Ca- nadé. Por lo menos un sueldo promedio para una persona sin familia, es deci entre 28 y 30 mil délares anuales. realidad nadie gana eso en traduccién ni en creacién literaria, a menos que ‘sea una estrella, en ese caso, publica ria en Nuova York. Qué hace la asociacién a ese respec- to? La asociacién lucha constantemente para que pueda aumentarse la tarifa, pero en Canads se vive una crisis muy seria, Fue un gran logro que no la re- dujeran a ocho centavos por palabra, Como asociacién spertenecen a algu- nna asociacién internacional de tradue- tores? Si, desde hace tres afios, nos hici- ‘mos miembros de la FIT. Para nosotros ‘esto significé un gran avanee, Procura- mos mandar siempre a una persona a la reunién bienal. Qué ventajas tiene para la asocia- cidn ser miembro de la FIT? Ser parte de un gremio tan grande como la FIT nos da prestigio ante el gobierno canadiense, ante las institu- ciones canadienses; nos pone en con- tacto con otros traductores literarios. {Quieres agregar algo més? Me ha parecido muy interesante que la gente que ha venido de Canada a.este VI Encuentro Internacional de ‘Traductores Literarios se haya dado cuenta de la similitud que existe entre los latinoamericanos y los canadienses. Enel caso de Canadé, tenemos un idio- ‘ma: el inglés, compartimos ese idioma con otros paises y al mismo tiempo es- tamos bajo la dominacién de ese idio- ‘ma por parte de los estadounidenses y, por parte, de los ingleses. Es muy pare- cido al caso que viven los mexicanos con respecto a Espatia, o para los vene- zolanos eon respecto a México. Los pro- blemas lingtisticos que diferencian a ‘cada cultura también nos tocan muy de cerea. Esto para mi ha sido el més grande logro: que se entienda la mag- nitud de la cercanfa entre nosotros co- ‘mo gremio, ya sea aquf, en América del SuroenCanadé. 0 Otofo-invierno 1995 43 compartir Estimados colegas dela revista Tradu ace algunos meses cayé en nnuestras manos, por casua- lidad, un néimero de vuestra revista Traduic (Ano 4, ni- mero 8, verano de 1994), la cual leimos con sumo interés y satis- fnecién, Puede decirse, sin exagerar, gue la revista nos vino como anillo al dodo, pues la letmos en el preciso mo- ‘mento en que nos disponfamos a reali zar por fin un sueno largamente acar ciado: Ia fundacién de un_ taller préctico y tedrico sobre la traduccién literaria, en este easo el Taller “Martin Lutero” Este taller quedé inaugurado hace tunos ocho meses (el 3 de marzo de 1995), en el marco del Grupo de Traba- jo de Literatura que encabeza la Dra. Petra Rohler y que est4 adjunto a Ia Cétedra Humboldt de la Ciudad de la Habana. Pretendemos, como se anun- cia en el folleto adjunto, crear un espa- cio abierto al debate, donde los tradue- tores literarios cubanos de Ie lengua alemana intercambiemos experiencias y confrontemos tradueciones, y donde ‘dems puedan participar, en igual- dad de condiciones con traductores ya consagrados, los estudiantes de la Li- cencintura en Lengua y Literatura Ale- manas de nuestro pafs, no sélo en cali- dad de aprendices, sino también como traductores en ejercicio. Otro de nuestros objetivos es el de Ia divulgacién sistematica de textos y estudios especificos sobre la traduccién de literatura de cualquier parte del ‘mundo, por lo cual nos interesan los contactos con toda aquella agrupacién con caracterfsticas similares a las nuestras, fundamentalmente en el 4m- bito hispanoamericano. Nos llena de satisfaccién, por tanto, ‘saber que contamos en el hermano Mé- xico con grupos de trabajo similares, con quienes, por cierto, seria un placer para nosotros entrar en franco y prove- 44 Qué hay para. choso didlogo. Sobre todo nos satisfizo la lectura dei articulo “Para escribir poesia”, de Sandro Cohen, donde se sumen las experiencias de medio ano de trabajo en el Taller-Seminario que dirige el autor de ese texto, y a quien deseamos hacer llegar un saludo muy especial en nombre de todos los colegas cubanos miembros del Taller “Martin Lutera”, Lamentablemente, nuestro espacio es atin muy reducido desde todo punto de vista, pues ni si los recursos minimos para divulgar nuestras experiencias en un radio muy amplio. De cualquier forma, si resulta de interés para ustedes, haremos lo po- sible por mantenerlos al tanto de cada ‘uno de nuestros encuentros, de modo que ponemos la tribuna de nuestro Ta- Tier a disposicién de cualquier colega mexicano deseoso de divulgar expe- riencias entre nosotros. Por lo pronto, pensamos difundir en un préximo encuentro de nuestros miembros la experiencia del maestro ‘Sandro Cohen con su Taller de tradue- eign de poosta, la cual no sélo nos pare- ce muy interesante, sino que ademas coincide plenamente con uno de los ob- Jetivos principales de nuestro grupo: el do estimular el interés de j6venes estu- diantes por la traduccién de literatura fen aras de descubrir nuevos talentos de la profesién, asf como contribuir de manera sistematica a la formacién de los jovenes en esta linea. ‘También, en este espiritu de coope- racin, serfa muy favorable si existiese posibilidad alguna de divulgar, en el marco de vuestra revista, una breve nota informativa sobre Ia fundacién y existencia de nuestro Taller, de mane- a que los traduetores mexicanos ten- {gan conocimiento de ello y sepan a dén- de dirigirse en caso de estar interesados en dialogar. ‘Agradecemos cualquier tipo de con- tribucién o apoyo para nuestro joven Taller, lo mismo de tipo moral que ma- terial; y asimismo nos comprometemos a divulgar, en la medida de nuestras posibilidades, en el seno de nuestro grupo, cualquier tipo de texto sobre el tema de la traduccién literaria que us- tedes nos hagan llegar. Sin més, se despide de ustedes, ‘Tosé Anibal Campos Organizador del Taller “Martin Lutero” Favor de dirigir la correspondencia a: Dra. Petra Rohler y/o Lie, José A. Campos CATEDRA HUMBOLDT Taller de Traduecién Literaria “Martin Lutero” San Rafael #1219 (altos) Esq. a Ronda, Plaza de la Revolucién La Habana, CUBA. O. ZAC} tono-invierno 1995

También podría gustarte