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Para otros usos de este término, véase Señor de los Milagros (desambiguación).
Señor de los Milagros
Mural del Señor de los Milagros pintado en el Santuario de Las Nazarenas en Lima
(Perú).jpg
Mural del Señor de los Milagros pintado en el Santuario de Las Nazarenas
Autor Desconocido
Creación 1651
Ubicación Santuario de Las Nazarenas de Lima, Flag of Peru.svg Perú
Estilo Colonial
Material Adobe, Calicanto
Técnica Pintura
Dimensiones 1.3 metros
[editar datos en Wikidata]
El Cristo Moreno o señor de los Temblores, más comúnmente llamado Señor de los
Milagros, es una imagen de Jesucristo originalmente pintada en una pared de adobe,
ubicada tras el Altar Mayor del santuario de Las Nazarenas de Lima (Perú) y
venerada en Lima y diversas partes del mundo. La imagen fue pintada durante el
siglo XVI por un esclavo originario de Angola que fue llevado al Perú. La
festividad del Señor de los Milagros es la principal celebración católica en el
Perú y una de las procesiones más grandes del mundo.1Su procesión es una tradición
peruana, considerada como la manifestación religiosa católica periódica más
numerosa del mundo.[cita requerida] La imagen original del cristo fue pintada por
un esclavo de casta angoleña llamado Pedro Dalcón o Benito, según Raúl Porras
Barrenechea. Posteriormente fueron añadidas las imágenes de Dios Padre, María y
María Magdalena. Se le conoce como Cristo Moreno debido a que, entre sus creyentes,
predominaba la gente negra. Podría estar relacionado, según explica la historiadora
María Rostworowski, con el culto milenario al dios Pachacámac, tan solo por haber
sido pintado en el Barrio de Pachacamilla en el centro de Lima. Debido a los
traficantes de esclavos, una parte importante de estos inmigrantes venían de la
costa atlántica de África occidental, que se clasificaban por castas: congos,
mandingas, caravelíes, mondongos, mozambiques, terranovos, minas y angolas.
Aproximadamente 10,000 habitantes de Lima se organizaron de tal manera que
construyeron sus toscas cabañas o callejones divididos en aviva, es decir el bantú
o el kimbundo, cantaban canciones antiguas de sus tierras natales ya que provenían
del África Occidental. También se ocupaban de sus enfermos y se preocupaban de que
todos tuvieran un entierro decente, mediante pequeñas cuotas de corrales.
Índice
1 El terremoto de 1655
2 La primera misa ante las altas autoridades eclesiásticas y civiles
3 Sebastián de Antuñano
4 El terremoto y la primera procesión
5 La Procesión del Señor de los Milagros
6 Guarda y Custodio por la ciudad de Lima
6.1 El Cabildo
7 Sor Antonia Lucía del Espíritu Santo
8 El terremoto y maremoto de 1746
9 Las Sagradas Andas
10 El hábito morado
11 Nuestra Señora de la Nube
12 Patrono de la Espiritualidad Católica del Perú
13 Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas
14 Hermandades Milagrinas en el Perú y el Extranjero
14.1 Hermandad del Señor de los Milagros de Barranco (H. S. M. B.)
14.2 Hermandad del Señor de los Milagros de Huancayo (H. C. S. M. H.)
15 Proclamación del Señor de los Milagros como Patrón de todos los peruanos
16 Feria Taurina del Señor de los Milagros
17 Véase también
18 Referencias
19 Bibliografía
20 Enlaces externos
El terremoto de 1655
El 13 de noviembre de 1655 a las 14:45 horas, tuvo lugar un terrible terremoto que
estremeció Lima y Callao, derrumbándose templos, mansiones y las viviendas más
frágiles, dejando miles de víctimas mortales y damnificados. El terremoto afectó
también al pueblo de Pachacamilla y las viviendas igualmente se derrumbaron.
Las reuniones para venerar la imagen eran los viernes por la noche, alumbrados por
las llamas de cera; llevaban flores, perfumando el ambiente con el sahumerio,
entonando plegarias acompañándose de arpa, cajas y vihuelas. Con el tiempo, se fue
incrementando la peregrinación. Muchas veces se produjeron hechos de índole
distinta a las prácticas religiosas. Viendo con malos ojos todos estos hechos el
Párroco de San Sebastián, José de Mena, hace de conocimiento al entonces virrey
Conde de Lemos, don Pedro Antonio Fernández de Castro que intervenga como
autoridad, para que prohibiese las reuniones y que diera la orden irrevocable de
borrar al Cristo, ya que, según su criterio, estaba fuera de los cultos religiosos.
El Virrey traslado la solicitud a la máxima autoridad eclesiástica que era en ese
momento el Provisor y Vicario General Esteban de Ibarra, por haber fallecido el
Arzobispo Pedro de Villagomez. Este envió el 4 de septiembre al sitio al promotor
Fiscal del Arzobispado José Lara y Galván, Laureano de Mena y el Notario Juan de
Uría, quienes verificaron la existencia de la imagen del Cristo Crucificado, una
concurrencia de unas doscientas personas que entonaron el salmo miserere «Tibi soli
peccavi» y la presencia del sacristán de la Parroquia de San Marcelo, José de
Robledillo, a quien José Lara le llamó la atención de autorizar con su presencia
tal tipo de reuniones, se armó un tumulto en que los congregados en el lugar
rodearon a los representantes eclesiásticos que se vieron obligados a abandonar el
lugar.
Sebastián de Antuñano
Artículo principal: Sebastián de Antuñano
Nació en Vizcaya en 1653, fue el máximo benefactor, por un voto hecho en España,
llegado a Lima se dirigió en 1684 a la ermita del Señor de los Milagros, y mientras
contemplaba la sagrada efigie se cuenta que repentinamente sintió que el Señor le
iluminaba su frente y una voz interior que le susurraba con claridad: «Sebastián,
ven a hacerme compañía y a cuidar del esplendor de mi culto». Puesto de rodillas le
ofreció servicio incondicional hasta el final de sus días. Después del pavoroso
terremoto de 1687, Antuñano tuvo la idea de sacar en procesión una copia fiel del
Cristo de los Milagros. Siete años más tarde, Antuñano sintió cercano el fin de sus
días, y habiendo hecho testamento el 17 de diciembre de 1716, con todos los
auxilios de la Iglesia, falleció en la noche del 20 al 21 de diciembre del mismo
año. Tenía sesenta y cuatro años de edad y estuvo al servicio del Cristo de los
Milagros por treinta y tres años. Sus restos reposan en el Templo de Las Nazarenas.
Andas del Señor de los Milagros en una misa en los exteriores del santuario de las
Nazarenas el 18 de octubre de 2004.
Cabe reseñar que el Cabildo de Lima, dada su protección constante contra los
diversos temblores y terremotos, y al haber quedado inalterado por estos
movimientos, y previa gestión de Sebastián de Antuñano, sor Josefa de la
Providencia y del Padre Alonso Messía S.J., se declaró el 21 de septiembre de 1715
al Cristo de los Milagros como «Guarda y Custodio por la Ciudad de los Reyes contra
los temblores que azotan la tierra», y desde aquel momento quedó oficializado su
culto entre los vecinos de Lima, quienes lo tenían ya como su devoción predilecta.
A partir de ese momento fue llamado como se le conoce actualmente El Señor de los
Milagros de Nazarenas.
El Cabildo
Este documento merece conocerse, porque es el primer homenaje tributado por la
ciudad al que había de ser su Guarda y Custodio. Dice así:
“En la muy noble y Leal Ciudad de los Reyes del Perú en veintiún día del mes de
septiembre de mil y setecientos y quince años, se juntaron el Cabildo, la Justicia
y Regimiento de la dicha ciudad en la Sala de Ayuntamiento, como lo hacen de
costumbre para tratar y conferir las cosas tocantes al servicio de Dios Nuestro
Señor y de Su Majestad, que Dios guarde, bien y útil de la República: conviene a
saber los señores Maestre de Campo D. Sebastián Palomino Pendón, Regidor perpetuo
de esta dicha ciudad, General D. Joseph Sarmiento de Sotomayor y de los Ríos, Conde
de Portillo, Señor de la Villas de San Salvador de Sabusedo y la Samoyana, ambos
Alcaldes Ordinarios de esta ciudad, por su Majestad, D. Pedro Lezcano Centeno de
Valdez, Alférez Real y Juez de aguas, D. Joseph Merino y Jarava, Alguacil Mayor D.
Martín Joseph Mundarra, Marqués de Santa María, D. Carlos González Terrones,
Capitán D. Diego de la Presa Carrillo y el Dr. D. Joseph Velaochaga, Regidores
perpetuos de esta ciudad por Su Majestad y lo que ante mí el presente escribano se
notó y confirió fue lo siguiente: En este Cabildo se notó y confirió haber mostrado
la experiencia los muchos milagros que ha ejecutado Nuestro Señor Jesucristo, el
cual intitulan y llaman el Santo Cristo de los Milagros y habiendo tantos años que
padece esta ciudad tantas calamidades, así en la esterilidad de los campos,
epidemias y otras fatalidades, para que su Divina Majestad mejore los tiempos y la
libre de todo mal y contagio, se obliga este Cabildo a dotarle una misa cantada con
toda solemnidad y pompa, el día 14 de septiembre, en que se celebra la Exaltación
de la Santa Cruz, a que asistiría el Cabildo para siempre. Y respecto de que la
Madre Josefa de la Providencia ha pedido se le aplique el pedregal que está al pie
del cerro San Cristóbal para fabricar y formar alguna huerta con las limosnas
costear dicha misa, se resolvió por todos los señores capitulares se aplique dicho
pedregal haciendo vista de ojos del y los señores comisarios de los solares con el
Maestro Mayor de la Fábrica, para que lo mida y tasen y de todo se hará consulta y
representación a Su Excelencia suplicándole se sirva de confirmar este cabildo y
ordenación. Y en veintisiete de dicho mes de septiembre el dicho Cabildo, Justicia
y Regimiento de dicha ciudad por ante mí el escribano pasaron a hacer e hicieron el
voto promesa y juramento siguiente: Nos, la Justicia y Regimiento de la Muy Noble y
Leal Ciudad de los Reyes del Perú, considerando las calamidades que padecemos y
temiendo por nuestras culpas mayores castigos, implorando la Divina Misericordia
que experimentamos en la Sagrada Imagen del Santo Cristo de los Milagros que se
venera en el Santuario, sito en los confines desata ciudad, hacemos promesa,
juramento y voto sobre los Santos Evangelios de cuidar y atender a su mayor culto y
veneración, celebrando todos los años su fiesta, el día de la Exaltación de la
Cruz, pidiendo humildemente a su Divina Majestad que sea guarda y custodia desata
ciudad, para que la defienda de los enemigos visibles e invisibles y de todos
cualesquiera males y trabajos que la puedan afligir y lo firmamos en dicha ciudad,
en veintisiete de septiembre de mil setecientos y quince. – D. Sebastián Palomino y
Rendón. – El Conde del Portillo. – D. Pedro Lezcano Centeno. – D. José Merino de
Heredia y Jarava. – Marqués de Santa María. – D. Carlos González Terrones. – D.
Diego Carrillo de la Presa. – D. Joseph Velaochaga. – Ante mí, D. Diego Delgado de
Salazar, Escribano de su Majestad.
En 1937, el alcalde de Lima Luis Gallo Porras, hizo entrega del Escudo de la
ciudad, el cual fue colocado en el vértice superior de las andas del Señor. El 18
de octubre de cada año, la Municipalidad Metropolitana de Lima le rinde un solemne
homenaje en la Plaza Mayor de la capital, en nombre de toda la ciudad.
Las Andas del Señor de los Milagros están formadas, en primer lugar; por una
especie de mesa de madera de caoba y refuerzos metálicos sobre la que se alza la
imagen; la mesa atravesada longitudinalmente por cuatro largos travesaños de pino
oregón que sirven para el transporte. Los travesaños, de 3,46 m de longitud, están
recubiertos en la parte superior por planchas de plata y en la inferior ligeramente
acolchadas en terciopelo color morado. Las terminales de las patas son de bronce.
Sobre la mesa se levanta un pequeño podio de madera recubierto con láminas de plata
tallada, que sirve de base a la imagen.En cada una de las cuatro esquinas del anda,
un ángel de plata maciza de 1 m de alto y 50 kg de peso, con alas desplegadas,
sostiene entre las manos una azucena de plata con trinches de acero, donde se
colocan los conos de flores.
Tanto en la parte frontal del anda, como posterior se ubican las jardineras también
de plata, para los arreglos florales que se reciben en el recorrido y donde también
se encuentran los candelabros de plata para las velas, cinco al frente de cada
imagen, encendidas durante todo el recorrido procesional. El lienzo del Señor de
los Milagros se ubica sobre el eje transversal del anda. El lienzo, en cuya parte
posterior se ubica el de Nuestra Señora de la Nube, está encuadrado por un doble
marco de columnas salomónicas que rematan en capiteles a modo de querubines, sobre
los que se apoya un arco ornamentado con especies de volutas y rostros de ángeles.
El arranque del arco coincide con los brazos de la Cruz. Columnas, arco y
ornamentaciones son de plata pura y están rodeadas por rayos de plata bañada en oro
de 21 kilates que rematan en 33 puntas. En la parte más alta, sobre los rayos,
aparece el escudo de la Ciudad de los Reyes de Lima. Las Andas del Señor de los
Milagros miden en total 4, 40 m de alto, 1, 64 de lado, y pesaban originalmente
cerca de 1,700 kg, de los cuales 450 kg de plata pura, con los accesorios pesa
cerca de 1,950 kg.
El hábito morado
Jesús Nazareno
El origen de este color según cuentan las crónicas, se encuentra en la historia de
la Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo, llegada a Lima desde el entonces
corregimiento de Santiago de Guayaquil, una mujer de mucha fe, quien viuda de un
matrimonio obligado, fundó un beaterio de nazarenas cuyo hábito era de color morado
propio de la túnica nazarena.
El color morado de los hábitos de las Madres Nazarenas son en honor a Jesús
Nazareno (Cristo con la cruz a cuestas) cabe señalar que las madres llevan el
nombre de Nazarenas y utilizan el color morado antes de conocer al Señor de los
Milagros, cuando el Instituto Nazareno estaba ubicado en el Callao, por lo que la
denominación nazarena o nazareno no quiere decir devoto del Señor de los Milagros.
Posteriormente el color morado se volvió característica de los devotos Milagrinos
en octubre
Tanto ha crecido este culto con el curso de los años, que en el mes de octubre en
el Perú y en Lima en particular, los devotos milagrinos se visten todo el mes con
hábitos morados y una soga blanca a la cintura las damas y corbata morada, al
cuello los caballeros.