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AUDIENCIA DE SALA PENAL

( SOBRE PROCEDENCIA DE PRISION PREVENTIVA)

ALEGATO DE APERTURA

La defensa

 Destacar las imprecisiones de la imputación (hechos, fechas, momento, tiempo,


modo, entre otros aspectos).
 Al momento de ofrecer la prueba que respalde nuestra teoría del caso, tanto la
fiscalía como la defensa, deben:
 Afirmar que la prueba ofrecida cumple con los requisitos de legalidad, idoneidad,
conducencia y utilidad para acreditar la comisión del delito materia de litis.
 Si se prueba indiciariamente, se debe afirmar la validez de dicha prueba al
cumplir con el estándar correspondiente (tal como lo establece el Acuerdo
Plenario N° 03-2010/CJ-116):
 Debe partir de hechos plenamente probados.
 En tal sentido, se deben resaltar tanto las fortalezas como también las
debilidades del ofrecimiento probatorio expuesto por la parte contraria.
 Razón por la cual es que se debe extraer lo útil para la teoría del caso y,
asimismo, presentarlo como promesa (luego de la fase de exponer los alegatos
de apertura, obviamente).
 Producto de lo ofrecido en los medios probatorios, se tiene que establecer
afirmaciones o promesas –concluyentes– que generen en el juzgador el interés
en conocer los medios de prueba.
 No obstante a ello, es importante poner énfasis en que no se debe prometer el
ofrecimiento de lo que no se puede probar (prueba irrealizable: no hay que
abandonar, por tanto, el principio de existencialidad probatoria)[4].
 Como punto final, de acuerdo a lo expuesto en el alegato de apertura, se
debe precisar nuestra petición concreta: ya sea la sentencia condenatoria y la
aplicación de la pena correspondiente (Fiscal) o la absolución (Defensa).
ALEGATO DE APERTURA

El alegato de apertura, como se sabe, es la primera oportunidad para exponer


oralmente nuestra teoría del caso ante el juez o tribunal encargado del juzgamiento.
Este alegato también es una promesa de que en la actuación probatoria podremos
desbaratar las pruebas incriminatorias de la fiscalía o, en todo caso, de que estas son
insuficientes para enervar la presunción de inocencia de nuestro patrocinado. De ahí
que sea importante estructurar y brindar un contenido que impacte, verdaderamente,
en nuestro alegato de apertura.

La forma, contenido, tiempo y modo de comunicar el alegato de apertura, dependerá


de las particularidades del caso. Así, para casos complejos, como pueden ser
los delitos contra la administración pública y corrupción de funcionarios (v.
gr.: colusión, peculado, tráfico de influencias, cohecho, entre otros, en los que se
analiza diversa documentación pública y contable para determinar la existencia de los
elementos objetivos del tipo como la defraudación o el perjuicio patrimonial), es
necesario que nuestro alegato pueda –en el tiempo limitado que brinde el juez–
transmitir todos aquellos aspectos importantes para nuestra teoría del caso.

Por todo lo anotado, a continuación vamos a compartir algunos tips orientadores que
les permitirán elaborar un buen alegato de apertura para este tipo de casos:

De entrada, debemos indicar que un abogado (representante de la fiscalía o defensa)


preparado y, sobre todo, que conoce muy bien su caso, realizará un excelente alegato
de apertura.

Semejante afirmación le permite a Steven H. Goldberg[1] sostener que el alegato de


apertura de la fiscalía «debe atrapar al público y los hechos de un determinado caso
deben contener valores que los jurados deseen preservar en su sociedad: libertad sin
miedo, la santidad del hogar, el tesoro de la vida, etc.»[2]. En igual sentido, el abogado
de la defensa «está tentado a esperar y ver qué hace la fiscalía antes de confiar su
defensa a alguna teoría»[3].
DILIGENCIAS

 Revisión de toda la evidencia a presentar.


 Entrevistar y preparar a todos los testigos y peritos.
 Decidir qué presentar, con quién y en qué momento.
 Definir el orden de la prueba de testigos y, asimismo, de peritos.
 Revisar la prueba de la acusación o defensa, según sea el caso.

Elaborar la introducción del alegato (1º velocidad)

 Como defensa se puede explotar la ausencia de prueba directa de la fiscalía.


 El representante del Ministerio Público deberá realizar lo mismo.

1. Entender, comprometerse y usar el poder de persuasión de la narración

Si hacemos un pequeño ejercicio sobre lo que han sido nuestras vidas podremos
darnos cuenta que crecimos oyendo historias. Podemos recordar más de alguna
historia de nuestros abuelos, de nuestros tíos y hasta de nuestros maestros de
escuela, esas historias que se llegan a contar en casa luego de clases porque
provocaron algo en nosotros. Contamos nuestras experiencias a través de pequeños
relatos y nos emocionamos al oír una canción porque entendemos la historia que nos
trata de mostrar. Chris Anderson, el curador de Ted Conference está de acuerdo:
«Todos sabemos que el ser humano está conectado para oír historias… Cuando
pienso en presentaciones irresistibles, pienso en llevar a la audiencia a través de un
viaje», escribió en un artículo de Harvard Business Review el año 2013. Una
presentación exitosa en Ted Talks, es la que causa en la audiencia «una
transformación en la forma de ver el mundo», según Anderson. Las historias
resuenan emocionalmente en nosotros porque «despiertan algo en la audiencia que
hace que sientan la historia como propia», dice la autora y abogada
litigante Stephanie Kane.
2. Planificar cómo termina la historia y la transformación que se quiere ver en
la audiencia

La audiencia está ansiosa y expectante por ser conmovida. Por ello, el abogado
litigante debe pensar en el contenido del mensaje. En este sentido, debe pensar como
un director de cine (al visualizar su historia a través de fotografías y contenido
visual el abogado debe hacer este ejercicio). Los guionistas saben muy bien cómo
crear esta sensación, comienzan un guión pensando en el final de la historia y
enfocándose en la incógnita de cómo finalizará. Tres claves importantes para este
proceso:

a. ¿Cuál es la conclusión intelectual que quiero que mi audiencia (juez o jurado)


alcance después de presentada la evidencia?

b. ¿Cuál es la transformación emocional que quiero que mi audiencia experimente?


Y

c. ¿Cómo termina la historia? ¿Manteniendo el status quo (las cosas deben


mantenerse como están) o cambiando el status quo (una nueva normalidad)?

3. Determinar el tema de la historia

Toda buena película tiene una frase o una palabra que controla y determina la
esencia de la historia. En la escena inicial de El Padrino, Michael Corleone (el
personaje principal) comparte una historia sobre su jefe/padre del crimen. Su padre
puso una pistola en la cabeza de un productor de cine donde le dice que tendría sus
sesos o su firma en el documento del contrato. «Esa es mi familia, Kay, no soy yo».
En esta parte del diálogo, Michael define el tema de la historia y captura la esencia
del tema, que es su transformación en un jefe de mafiosos. Para comenzar,
pregúntate: ¿qué línea o frase define o captura la esencia de la historia? La respuesta
definirá tu tema.
4. Considera y aplica uno o más puntos de las claves de la narrativa

Los componente esenciales de una historia son tres: 1. personajes; 2. Conflicto; 3.


resolución o cambio. Pensemos en cualquier buena película que hayamos visto. La
obra mantiene nuestra atención porque estamos comprometidos y entretenidos con
un personaje interesante que tiene un conflicto en particular (puede ser alcanzar una
meta o resolver un problema ineludible). La historia se desarrolla a través de ese
tema y de pronto nuestro personaje sufre un cambio que da un giro en la historia.
Este cambio puede ser una transformación positiva o negativa.

Por ello siempre intentaremos encontrar a los personajes claves dentro de nuestro
caso. Alguien que pueda ser relacionado con los eventos directos del caso. En
muchos casos complejos puede ser difícil hallar a los personajes claves, ya sea
porque ya no están presentes o porque se han distanciado de, por ejemplo, la
empresa y han tomado sus propios caminos. Es difícil tener a un testigo sentado en
la silla que sea uno de los protagonistas del caso. En esta situación intentaremos
hallar una causa a nuestro caso. ¿Queremos que se cumpla la integridad de una
promesa? ¿Queremos que se entienda que el caso es demandar a una empresa o al
gobierno por el incumplimiento de un contrato?

5. Transformar los antecedentes en beneficios

Generalmente se presenta una lucha entre los antecedentes y los beneficios que estos
puedan traer al caso. Los antecedentes los relacionamos con la información y datos
de una compañía, los productos, los eventos o las demandas. Los beneficios se
centran en cómo los antecedentes ayudan a entender a la audiencia.

El equipo legal estará enfocado en reunir todos los hechos y antecedentes y


probablemente maneje a la perfección los beneficios de su causa. El grupo puede
haber pasado años recopilando información sobre una causa y se siente apasionado y
comprometido con el tema. Sin embargo, la audiencia se enfrenta por primera vez al
caso y es posible que no esté tan motivada como el equipo por encontrar los
beneficios que proponen los antecedentes, por esto es necesario hacerle comprender
todos los matices de la historia.
Para crear una buena narrativa en el caso es importante que el abogado litigante
comience a cambiar su foco de atención. Debe pensar más como un director de cine
que como un abogado y debe ser capaz de transformar los antecedentes en
beneficios para la audiencia. Siempre hay que tener presente que la audiencia se
estará preguntando: ¿por qué el abogado me está presentando esta perspectiva?, ¿qué
tiene esto de valioso o cómo me ayuda esto a entender el contexto?, ¿cómo este
antecedente hace que la historia sea coherente? Es indispensable hacerse estas
preguntas antes de la realizar el guión de nuestra presentación.

1. Presentar un tema
Donde el tema significa un enunciado que debe englobar el hecho y la pretensión, por ejemplo:
homicidio si, pero en defensa legítima. Cuando nuestro enunciado menciona homicidio si, se
puntualiza a los jueces de qué se tratará el asunto, que es una privación de la vida, y que sí sucedió,
pero la segunda parte del enunciado defensa legítima además le dice a los jueces la pretensión que
se tiene en Juicio Oral, en este caso, una causa de justificación. Es decir, el tema es una expresión
personal, puede ser tan dramático como se quiera pero lo que nunca debe faltar es la estructura
como un enunciado bimembre, con dos ideas: 1. Asunto y 2.Pretensión.
Es importante mencionar que el tema no es una explicación, ni siquiera es un párrafo ¿Es tan difícil
de entender? Si se permite una paradoja se diría que la teoría
del caso es el contenido de un cuento, de un libro y el tema es el título.
2. Narración de los hechos
Implica que se exponga lo fáctico de nuestra teoría del caso ante el Tribunal Oral, es decir ¿Qué
pasó? Esta exposición puede ser temática o cronológica, siempre expresada en tercera persona, ya
que quien la realiza no le constan los hechos, pues en caso contrario se rompe la buena fe,
objetividad y lealtad con la que debe dirigirse. Se exhorta que la explicación sea cronológica, ello
ayudará a guiar al Tribunal respecto al acontecimiento de los hechos que ocurrieron. Es como se
diría “se le cuenta el abstrac de la película a los jueces”.
3. Planteamiento jurídico
Una vez que se expresa lo fáctico ¿qué es lo que sucedió? Se le dice al Tribunal que esos hechos
se encuadran en un fundamento jurídico-penal, por lo cual se pretende su juzgamiento; es decir, es
comunicarle al Tribunal que existieron unos hechos y una conducta que al encuadrarse logra la
tipicidad, y al ser típica una conducta, y antijurídica a la vez, se somete a consideración del Tribunal
para garantizar bienes jurídicos de tutela del Derecho Penal. La fundamentación jurídica es
indispensable ya que nuestro Derecho Penal descansa en el principio de legalidad como máxima
expresión del Derecho Punitivo. Los fundamentos jurídicos se expresarán primeramente en el tipo
penal básico, de manera posterior en agravantes, atenuantes o excluyentes, y finalmente en la
necesidad del juicio de reproche por parte del órgano jurisdiccional.
4. Promesas o compromisos para el Juicio
Una vez que sea expuesto ¿qué pasó? y ¿en donde encuadra? Se requiere mencionar al Tribunal
que ello será probado en la audiencia del juicio oral, y que esa parte estará a cargo de los testigos
que vendrán y dirán lo que saben o lo que conocen. Es preciso mencionar que en este momento, la
función del Ministerio Público o de la defensa es poca, ya que ellos no pueden asegurar de qué
hablará un testigo, por lo cual se debe quedar en promesas de convicción, nunca de categorización
de la misma. El riesgo de hablar por los testigos o prometer cosas que ellos dirán, denota una
debilidad que puede ser aprovechada por la contraparte en el alegato de clausura, donde podrá
argumentar la falta de probidad, de método, y de buena fe, buscando con ello la duda razonable del
juzgador. Las promesas o compromisos son menciones de acreditación realizadas en tercera
persona, no argumentativas –si no se hace caso de esto– se denotar debilidades y falta de experticia
en el manejo de la teoría del caso en la
exposición.
5. La petición
Es la parte final con la cual se va a concluir el alegato de apertura y está debe ir correlacionada entre
lo fáctico que es la exposición de los hechos, lo jurídico que es el fundamento y la prueba. Se solicita
la pretensión, es decir, en el ejemplo de la defensa legítima, que se valoren los hechos que fueron
reales, actuales, inminentes, racionales y proporcionales y los medios empleados por el sujeto, para
que en el fallo nos sea favorable; por lo que hace al Ministerio Público podrá sugerir
punibilidad al Tribunal Oral.
Adelantamiento de debilidades.
Existen algunas obras que mencionan en el alegato de apertura se deben anunciar las debilidades,
situación con la que no se está de acuerdo. Si se adelanta una debilidad, lo que se está haciendo es
alertar a la contraparte de algún punto que pudo haberle pasado desapercibido y que podría afectar
nuestra pretensión. Se dice que el adelantamiento de las debilidades es para el juzgador, para que
él vea que nos dirigimos de manera leal y honesta, pero en lo personal se considera que no es
necesario adelantar debilidades para comprobar la honestidad de las partes, basta con que se dirijan
con profesionalismo; es decir, el adelantamiento de la debilidad nos puede representar, más que una
ayuda, un detrimento en la teoría del caso.
Por último no se debe olvidar que siendo una metodología de audiencia y así lo estableció el
Constituyente en la exposición de motivos, requiere como herramienta la oralidad para el desahogo
de las mismas. Ya que, es por medio de ella que se expresaran las pretensiones ante el órgano
jurisdiccional y por medio de ella es que también se dictarán las resoluciones correspondientes. Por
lo cual, el gran reto para el sistema de audiencias es capacitar de tal suerte que se enseñe al alumno
que para ir a una audiencia debe seguir la siguiente estructura:
1. Trabajo jurídico-intelectual (derecho penal sustantivo); 2. La creación del argumento que usará; y
3. La expresión del argumento en audiencia de forma clara, sistemática y concreta. Con ello se
logrará verter información de un proceso con una alta calidad.
Además se debe resaltar el respeto en todo momento de la dignidad humana tanto para la víctima,
como para el indiciado, ya que los Derechos Humanos son indispensables al Derecho Penal en
cuanto a su práctica, pues sin ellos no habría realmente un debido proceso legal ni mucho menos
un Estado Democrático de Derecho.
Los diez mandamientos para objetar con eficacia

A continuación compartimos con ustedes un sustancioso resumen de los «Diez


mandamientos para objetar adecuadamente», elaborado por el reconocido
profesor Julio E. Fontanet Maldonado, en su libro Principios y técnicas de la
práctica forense[1], que invitamos a leer.

¿Qué son las objeciones?

Para el profesor Fontanet, siguiendo a Haydock y Sonsteng, la objeción es el


procedimiento utilizado para oponerse a la presentación de evidencia inadmisible,
como también para objetar un comportamiento indebido durante el juicio. Por su
parte, Baytelman y Duce, sostienen que este mecanismo constituye la forma que
tienen las partes en juicio, para manifestar su disconformidad con cualquier
actividad de la contraparte, que pueda afectar sus derechos o poner en riesgo la
vigencia de las reglas que rigen el desarrollo del juicio oral[2].

Así pues, pasamos a explicar estos diez mandamientos para hacer uso efectivo de las
objeciones, que hemos adecuado al modelo procesal penal, acusatorio garantista con
ciertos rasgos adversariales

Los diez mandamientos para objetar adecuadamente

1. Actuar rápidamente

Este mandamiento se refiere a consideraciones de tiempo. Se tiene que objetar en el


momento en que surge la mácula de la inadmisibilidad. Si se pretende objetar la
pregunta debe hacerse antes de la contestación del testigo. De no hacerse en ese
momento se tornaría meramente académica por tardía.

No debemos esperar a que las preguntas, que por su estructura o contenido tengan
apariencia de ser inadmisible, se terminen de formular para hacer nuestras
objeciones. Por otro lado, debe utilizarse la misma óptica cuando la mancha de la
inadmisibilidad surge, ya no en la pregunta, sino en la contestación del testigo.

La parte contra quien se ofrece testimonio debe estar muy atenta a objetar y
ciertamente en el momento oportuno. Tan pronto pueda percatarse que la
contestación se dirige a un área objetable, debe objetarse. Ahora bien, frente a
situaciones en que la parte proponente de la evidencia comienza una línea de
interrogatorio o aborda algún tipo de tema que es totalmente inadmisible, lo que
corresponde es presentar al Tribunal nuestra objeción continua sobre ese tipo de
preguntas o sobre ese tema en particular. Aun así, el abogado debe permanecer muy
atento ante la eventualidad de que en esa línea de interrogatorio surjan nuevos y
distintos fundamentos.

Un detalle sobre este punto. Si el testigo ya respondió la pregunta, la objeción aún


tendría fundamento en la exclusión de la respuesta para que el juez se vea impedido
de considerar esa respuesta en la motivación de la sentencia. Pero lo cierto es que
será muy difícil entrar a la psiquis del juez para impedirle que no valore la respuesta.
El daño ya estará hecho igualmente.

2. Ser cortés

Dada la naturaleza de la objeción, debe hacerse de manera muy profesional. No debe


percibirse como un acto personalista o impetuoso. Debe recordarse que como norma
general, las objeciones se perciben de manera negativa, pues parece como si se
estuviera «escondiendo» algo, y para algunos jueces constituye una demora en el ya
complejo y largo proceso de un juicio oral.

Durante la ejecución de la objeción, la parte promovente no debe mirar o dirigirse a


la otra parte. Una vez que la otra parte reaccione a la objeción, si se desea replicar,
debe pedirse permiso para ello. Al verbalizar la objeción, o al replicar, debe evitarse
todo tipo de comentario de corte personalista u ofensivo.

Sin perjuicio de lo dicho, hay ocasiones en las que corresponde responder en tono
vigoroso, por ejemplo, cuando el testigo o la parte contraria hacen imputaciones o
lanzan insultos. La respuesta en este caso debe ser enfática, refutando las
imputaciones pero sin perder de perspectiva que ciertamente se está en un tribunal
de justicia.

3. Conocer el perfil del juez(a)

Durante la preparación previa al juicio es determinante conocer al juez o jueza que


presidirá el caso. Dependiendo de su identidad y perfil, podrá variarse la estrategia
del caso, particularmente, aquella relacionada con la presentación de evidencia y las
objeciones que puedan anticiparse a esta última.

La importancia de conocer al juez o jueza ante quien se ventilará el caso está


fundada en dos consideraciones fundamentales. En principio porque la admisibilidad
de las objeciones recae sobre su discrecionalidad, y en segundo lugar porque los
jueces tienen un dominio muy variado de las normas probatorias. Tampoco debe
perderse de perspectiva la variada práctica de los distintos tribunales.

Como parte de este mandamiento es menester conocer el perfil de los jueces para
estar en condiciones de hacer las siguientes determinaciones:

 La forma de las objeciones. Hay jueces que exigen una extrema formalidad al momento
de la objeción, son exigentes en cuanto a la forma y el tono en que se hace la misma.
 La profundidad en las fundamentación de las objeciones. Con los jueces más ilustrados
será innecesario que se tenga que fundamentar rigurosamente la objeción que es
relativamente obvia. Muchos jueces experimentados, que al realizar la objeción es
declarada «ha lugar» sin mayor o ulterior explicación. Ello refleja que ya el juez había
identificado la objeción y estaba esperándola.
 El momento en que debe objetarse.
4. Objetar únicamente cuando sea necesario

La médula de este mandamiento consiste en no objetar todo lo que sea objetable,


sino únicamente cuando sea necesario. La pregunta de rigor es ¿cuándo es
necesario? Lo será cuando lo que se objete, de ser permitido o admitido, es
perjudicial a nuestro caso. Para determinar cuando una pieza evidenciaría puede ser
perjudicial a nuestro caso, debemos evaluar lo siguiente:

 Si la evidencia en controversia es contraria a nuestra teoría, alegaciones del caso o la


credibilidad de nuestros testigos.
 Si la evidencia en controversia reafirma o fortalece la teoría, alegaciones de la parte
contraria o la credibilidad de los testigos de parte.

5. Conocer el derecho de la prueba

En ocasiones, una prueba es objetable por varios fundamentos. Sustantivamente solo


se requiere articular uno de los fundamentos. Lo que sucede es que, en ocasiones, se
puede articular un fundamento en particular por parte del promovente de la objeción,
y el juez entender que por dicho fundamento no es procedente, pero reconociendo
que por otros fundamentos la evidencia sería inadmisible. También puede suceder
que el juez ya haya identificado la objeción durante el interrogatorio y que cuando se
articula, procede a declararla «ha lugar» inmediatamente, sin requerir fundamento
alguno. Es por ello que sugerimos que cuando se promueva una objeción se siga el
siguiente procedimiento:

 Se objete sin articular fundamento en específico.


 De requerirse por el juez o jueza fundamentar la objeción, debe entonces articularse
aquel fundamento más obvio.
 De declararse la objeción «no ha lugar» procede entonces que se articulen los otros
fundamentos sustantivos para las objeciones.
 De mantenerse la determinación «no ha lugar» todavía podía plantearse que la evidencia
sea admitida limitadamente para ciertos propósitos.
6. Prever los incidentes objetables

El prever o anticipar los incidentes objetables facilitará dramáticamente este


proceso. Solo hay una forma de prever los incidentes objetables: conocer cabalmente
nuestro caso y el de la parte contraria.

Es indispensable evaluar toda nuestra evidencia testifical, real, ilustrativa y


científica. Debemos, como consecuencia de dicha evaluación, poder identificar cuál
de ella podría ser objetable. Debemos, por tanto, estar preparados, para replicar la
objeción y poder fundamentar nuestra posición. El análisis de la parte contraria es
análogo. Debe tenerse conocimiento de toda la evidencia a ser presentada por la
parte contraria. Ello habrá requerido que se hayan efectuado todos los trámites
relacionados al descubrimiento de prueba. Concluido ese trámite, podremos analizar
los problemas evidenciarios de la prueba de la parte contraria. Ello nos permitirá
prever e identificar las posibles objeciones, desarrollar los fundamentos de la
objeción, así como la deseabilidad de objetarla. Ciertamente es más fácil llevar a
cabo todo este proceso en la oficina, previo al juicio, que dentro de los rigores de la
vista con muy pocos segundos de anticipación.

En el texto Trial Advocacy de Berger, Mitchell y Clark se sugiere completar el


siguiente formulario:


 Testigos o documentos


 Documentos o testimonio anticipado del testigo


 Base para la objeción


 Fundamentos legales para la objeción


 Réplica para la objeción


 Otros mecanismos para establecer la información
7. Discutir las objeciones sin la presencia del jurado o del testigo

Este mandamiento se aplica estrictamente en modelos procesales en los que hay


jurado, por lo que las objeciones deben discutirse en ausencia de él, para que no se
contamine con la evidencia inadmisible, lo que será motivo de otro post.

8. Conocer al litigante contrario

Debe reconocerse que en ocasiones la competencia y conducta de abogados durante


el juicio pueden ser determinantes en la decisión final del caso. Por ello, al preparar
el caso tenemos que tomar en consideración quién o quiénes serán los representantes
legales de la parte contraria. Esto cobra mayor importancia cuando evaluamos cuál
será nuestra estrategia referente al manejo de la evidencia y, muy particularmente,
todo lo relacionado con las objeciones.

También es deseable conocer la reputación del litigante contrario en términos de


estilo y estrategias de litigación. Existen abogados que insisten en violentar
determinaciones previas del juez declarando inadmisible determinada evidencia.
También puede darse el caso de personas que objetan por razones y consideraciones
proscritas. Es necesario tener acceso a esta información de manera que no nos tome
de sorpresa dicha conducta. Cuando postulamos en un foro en el cual no es uno
donde típicamente ejercemos la profesión, se hace más necesario preguntar a los
abogados de experiencia en dicho foro, sobre la reputación del abogado o abogada
de la otra parte.

9. Utilizar guías

Uno de los mecanismos más prácticos para facilitar el aprendizaje de las objeciones
es la utilización de guías que permitan identificar aquellas preguntas o evidencias
que pudieran ser objetables. Estas guías pretenden ser como una especie de “bandera
roja” que, inmediatamente, nos permita identificar la posibilidad de que surja alguna
evidencia que sea objetable. Debe destacarse que estas guías pretenden únicamente
llamar la atención sobre la posibilidad de una objeción. Es imperativo que una vez
que se haya identificado la pregunta de evidencia objetable se determine, si amerita
o no el objetarse.

La mejor forma de utilizar las guías es clasificándolas en cuatro grupos distintos:

 Guías en el interrogatorio directo. Las guías más comunes giran en torno a la pregunta
que se le hace en el examen directo al testigo.
 Guías en el contrainterrogatorio.
 Guías en la presentación de prueba.
 Guías por tema.

10. Reducir el impacto de las objeciones que nos hayan sido negadas

Es importante que de no prevalecer nuestras objeciones o réplicas, tomemos ciertas


medidas profilácticas que propendan a reducir el impacto que pueda provocar el
rechazo. Lo primero que debemos hacer es no tomar el «no ha lugar» del juez de
manera personal buscando una especie de «venganza» en la próxima objeción. No.
Aceptemos la pequeña derrota y no mostremos al juez nuestra molestia.
¿Cuál es el sistema procesal que ha asumido el Código Procesal Penal de 2004?

Con cierta frecuencia muchos de nosotros, sin un análisis detenido, sobre todo
cuando recién se promulgó, hemos afirmado que el Código Procesal Penal de
2004 ha asumido un sistema acusatorio garantista, acusatorio con tendencia
adversarial o simplemente acusatorio. Esta situación puede responder a que este
cuerpo legal carece de una exposición de motivos en que se haya establecido cuál es
el sistema procesal que el legislador ha tenido como referencia al diseñar el proceso
penal.

En tal virtud, existe la necesidad de analizar y realizar una breve reflexión sobre cuál
es el sistema procesal que ha asumido este cuerpo normativo, aspecto de suma
importancia para la correcta resolución de los problemas prácticos que se vienen
generando en la aplicación del CPP de 2004.

Previamente, es necesario afirmar lo que entendemos por sistemas procesales: son


construcciones conceptuales de elevada utilidad metodológica, cuyo estudio no solo
permite identificar los fines o la forma en que el proceso penal se estructura o se
debe configurar en la legislación ordinaria; sino que también constituye una
herramienta hermenéutica a través de la cual el operador podrá resolver los casos
que se presenten en la práctica.

Siendo ello así, resulta de suma importancia determinar cuál es sistema procesal
asumido por el CPP de 2004, a fin de evitar que, sobre la base de una concepción
apriorística del sistema procesal adoptado, sin atender a las particularidades del caso
o a la relevancia que este pueda tener en el plano constitucional, se rechacen ciertas
solicitudes relacionadas a la tutela de la libertad personal. Por ejemplo, en el caso de
la tutela de derechos, que fue materia de pronunciamiento en el Acuerdo Plenario
n.° 01-2010/CJ-116, se sostuvo que la disposición de formalización de
investigación preparatoria, en tanto que cumplía una función garantista, no podía ser
cuestionada a través de dicho mecanismo procesal, criterio que, afortunadamente, se
corrigió mediante el Acuerdo Plenario n.° 02-2012/CJ-116.
Dicho esto, entendiendo que actualmente no existen sistemas procesales puros,
consideramos, sin ánimo de cerrar el debate, sino, por el contrario, de incentivarlo,
que el Código Procesal Penal del 2004 no es acusatorio garantista, acusatorio
con tendencia adversarial, ni propiamente acusatorio. Las razones son las
siguientes.

No es «acusatorio garantista»

No es «acusatorio garantista» porque admitir tal nominación, conceptualmente,


implicaría reconocer que también cabe la posibilidad de un sistema «acusatorio no
garantista», lo que deviene en tautológico, debido a que, independientemente del
sistema procesal adoptado, el proceso penal diseñado por el legislador ordinario
debe ser en todos los casos garantista, de manera que el proceso penal debe
diseñarse en armonía con los postulados constitucionales y convencionales.

No es acusatorio con tendencia adversarial

No es acusatorio con tendencia adversarial, pues, aun cuando se haya incorporado


una serie de mecanismos de negociación penal o se haya concedido a las partes la
posibilidad de delimitar el objeto de prueba, el ofrecimiento y la actuación
probatoria, resulta que el jueztambién tiene reconocida su prerrogativa para actuar
oficiosamente, tal y como se advierte en el caso de la prueba de oficio, en la
desvinculación de la tesis fiscal, en la posibilidad de plantear el forzamiento de la
acusación, o en las preguntas aclaratorias que puede formular. De hecho, el
legislador también ha reconocido la posibilidad de que los jueces, por razones
propias del principio de legalidad, puedan apartarse de los términos del acuerdo
postulado por las partes en el caso de la terminación anticipada.

No es acusatorio o al menos es un tema discutible

No es acusatorio o al menos es un tema discutible, toda vez que en su regulación


también se advierte ciertos rezagos de corte inquisitivo y cuya vigencia, al menos en
nuestro medio, no es incompatible con nuestra carta magna. Así, por ejemplo, nadie
discute en nuestro medio acerca de la constitucionalidad de la naturaleza pública de
la persecución del delito y la titularidad encomendada al Ministerio Público como
director de la investigación y el único responsable de ejercer la acción penal.

Es más, un tema que debe discutirse es si realmente es un cuerpo normativo


garantista, pues existen ciertos artículos que claramente no lo son, sobre todo con
ocasión de las modificaciones que viene sufriendo. Por ejemplo, el art. 259, referido
al concepto de flagrancia, la que ha sido ampliada, en términos de la Corte Suprema,
exagerada e irrazonablemente (acuerdo plenario extraordinario 02-2016/CIJ-
116); los arts. 269 y 270, que regulan los criterios a tener en consideración para
determinar el peligro procesal en la prisión preventiva; el art. 447.1 que establece
que el ciudadano puede permanecer detenido hasta la realización de la audiencia de
incoación del proceso inmediato, con lo que se superan las 24 horas
constitucionalmente establecidas; entre otros.

Finalmente, a partir de lo afirmado, consideramos que hace falta un análisis más


detenido sobre los sistemas procesales en el Perú, en atención a las particularidades
propias de la ley ordinaria y de la forma como este se aplica en el día a día. De ahí
que sea imprescindible responder a la siguiente interrogante: ¿qué sistema procesal
fue implementado en el Código Procesal Penal de 2004?, ¿y cuál es la utilidad
de definir con meridiana claridad el sistema procesal que este cuerpo
normativo ha asumido

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