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SONETO IX

Detente sombra de mi bien esquivo,


imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias atractivo


sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes satisfecho


de que triunfa de mí tu tiranía,
que, aunque dejas burlado el lazo
estrecho,

que tu forma fantástica ceñía,


poco importa burlar brazos y pecho,
si te labra prisión mi fantasía.

“Detente sombra de mi bien esquivo”, es uno de los muchos sonetos más representativos
de Sor Juana Inés de La Cruz, donde el tema principal es el amor, pero en estos versos es
un amor no correspondido en lo cual Sor Juana reprende este acto en sus líneas de una
forma juiciosa.
Este soneto está compuesto por catorce endecasílabos, que se organizan en cuatro estrofas
de las cuales dos son cuartetos y dos, tercetos.
El yo poético habla sobre el amor deseado, pero ante este solo tiene la presencia de un
“bien esquivo” esto quiere decir solo un amor fugaz.
ANÁLISIS:

Detente sombra de mi bien esquivo,


imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

En el primer cuarteto la voz poética se dirige a su amante que está representado, antes ya
mencionado como, “bien esquivo” pues su presencia es solo algo momentáneo, fugaz, así
mismo es llamado también “bella ilusión” y “dulce ficción” por lo cual siente alegría, del
amor que siente, y al mismo tiempo inquietud, de este sentimiento circunstancial.

Si al imán de tus gracias atractivo


sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?

En el segundo cuarteto, las gracias del amante que están representados por el imán, y el
pecho de la enamorada que representa el acero, se hace presencia la atracción del amor,
pero cabe recalcar que es un amor no correspondido, pues en las siguientes líneas reclama
al susodicho llamándolo lisonjero, de enamorarla, ilusionarla para luego dejarla.

Mas blasonar no puedes satisfecho


de que triunfa de mí tu tiranía,
que, aunque dejas burlado el lazo estrecho,

En este terceto, el yo poético se burla del amante, pues a pesar de que este quiera
engañarla con su tiranía amorosa ya no puede evadirse del sentimiento.

que tu forma fantástica ceñía,


poco importa burlar brazos y pecho,
si te labra prisión mi fantasía.

En este último terceto menciona que a pesar de que este amor sea pasajero, fugaz. Siempre
permanecerá la fantasía de ese amor.

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