Una esperanza de cambio

Los valores en nuestro país son escasos. Lamentablemente, esto se ve reflejado en la política. Pues,
la injusticia, la impunidad, el blindaje y la corrupción se han acrecentado. Se necesita una solución
inmediata. Por lo tanto, puedo afirmar que la reforma política en el Perú permitirá hacer frente a
todo acto de corrupción.

En primer lugar, la aplicación de esta reforma, mediante la propuesta de la inmunidad

parlamentaria, permitirá mejorar la calidad de las autoridades. Esto posibilitará que haya personas
que se encuentren moralmente aptas para que lleven las riendas de las entidades públicas. Lo
mencionado es importante porque el pueblo está cansado de parlamentarios que velan por
intereses personales y no de la sociedad que los eligió.

En segundo lugar, los partidos políticos se verán en la necesidad de consolidar sus bases. Esto,
debido a que se dejará de lado la cantidad de firmas que pueden resultar falsas y se tendrá en
cuenta la participación activa de la población para elegir sus representantes. Además el
financiamiento de estos partidos deberá ser público para evitar actos de corrupción como los que
se han presentado en nuestro medio.

Lo mencionado ha sido propuesto por el Gobierno Central. Pienso que el presidente debe
mantenerse firme en su decisión; pues es él quien manifiesta: “Tenemos políticos investigados por
presunta corrupción, partidos poco consolidados o en vías de extinción, e instituciones
desaprobadas por la población. Tenemos una democracia débil, pero también tenemos el poder de
cambiar esa historia. Y debemos empezar ya”.

Para concluir, me reafirmo que una reforma política es necesaria para nuestra población maltratada.
Además, pienso que una educación en valores sería una buena alternativa, ya que se empezaría
desde los cimientos para forjar ciudadanos con conciencia democrática libres de todo acto de
corrupción.