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Facultad de Ciencias Sociales (UBA)

Análisis de la Sociedad Argentina

Alumno: Victor Gabriel Chirila DNI: 37601429

Mail: gabrielchirila@live.com.ar

Unidad 2
Las políticas privatizadoras a los servicios públicos impulsadas por el gobierno de Menem
durante la década de los `90 dejo en la provincia de Tucumán un caso emblemático en
torno a un bien común e indispensable como es el agua. En marzo de 1993, por ley
provincial se dio el mandato de privatizar el servicio de agua potable y cloacas durante el
gobierno del conocido “Palito Ortega”. Para el año 1994 se adjudicó por licitación pública
internacional a un consorcio internacional denominado Aguas de Aconquija cuyo
máximo accionista era la empresa francesa Compagnie Générale des Eau. Una de las
primeras acciones de la operadora del servicio de agua y cloacas fue una modificación de
la tarifa que, junto con una nueva carga destinada a financiar al Ente Regulador del
Servicio de Agua y Cloacas de Tucumán (Ersact), derivó en un aumento de 106%. Esta
situación llevo a que entre 1995 y 1998 en la provincia tucumana se diera una lucha
sostenida por el derecho al agua. Para 1996 el riesgo por problemas de potabilidad del
agua- por contaminación con manganeso- agravo el conflicto entre los usuarios
capitalinos y la empresa por casi un mes. Siguiendo a Reboratti en este caso el riesgo del
agua contaminada tomo una dimensión social ya que no todos los habitantes tenían la
misma capacidad económica y social de enfrentar dicha situación. Poco a poco los
reclamos de asociaciones de usuarios se cristalizaron en la Asociación en Defensa de
Usuarios y Consumidores de Tucumán (ADEUCOT). “Fueron muchos años de lucha y
organización y, sobre todo, una acción muy eficaz que en los últimos momentos se logró
en casi toda la provincia. Se trató de la "desobediencia civil", expresada en la negativa a
pagar por el servicio de agua y cloacas” (Giarracca). Luego de un intento fallido de
renegociación en 1996, Aguas de Aconquija amenazó con apelar al tratado de recíproco
de inversiones entre Argentina y Francia. El por fuertes presiones por parte de la
Administración Nacional para mantener privatizado el servicio y una intensa protesta
social a fines de 1996 la empresa presentó una demanda en el CIADI que finalmente
terminó fallando a favor de la provincia. Para abril de 1997 las tres partes gobierno
provincial, nacional y Aguas del Aconquija, lograron un acuerdo donde principalmente
se contemplaba una reducción del 20% de la tarifa, y la disminución del monto de
inversiones. Sin embargo, la legislatura modifico parte del contrato, suceso que no fue
bien visto por la empresa por lo que durante agosto de 1997 rechazo el contrato proceso
que derivo en la recesión del contrato en septiembre de 1998. Con esto se formó un nuevo
concesionario llamado Obras Sanitarias de Tucumán, conformado por el Estado
provincial y el sindicato del sector. Recién en el 2004 la empresa Sociedad Aguas de
Tucumán. “En relación a la experiencia de la primera reestatización del sector, llama la
atención el corto período que estuvo al frente del servicio la empresa Aguas del
Aconquija. En efecto, sólo dos años y dos meses -julio de 1995 a septiembre de 1997-
duró el proceso de gestión de capital privado, signado por permanentes renegociaciones
y conflictos con los usuarios” (Azpiazu, Bonofiglio, Nahón,2008,64). Considerando el
concepto de productividad de los conflictos de Merlinsky se puede señalar para este caso
la aparición de una sociedad civil organizada y con una puesta en común en la lucha del
acceso y cuidado de un servicio de calidad tan esencial como es el agua. Lo que promovió
al nacimiento de actores como ADEUCOT, la movilización primero de la gente del
interior provincial (agricultores), el papel asumidos por las mujeres en su acción al no
pago de tarifas o en la creación de informes por parte de la comunidad científica. También
significo el dialogo entre el Estado nacional, las Provincias, las empresas y organismos
como el CIADI. Sin embargo, en el 2010 el CIADI rechazó a un planteo de nulidad
interpuesto por la Argentina y, en consecuencia, quedó firme el fallo de 2007 que condena
al Estado nacional (complementariamente, a Tucumán) a pagar unos U$S 170 millones
por haber alterado el contrato de concesión del servicio de agua y cloacas con la
Compañía Aguas del Aconquija. Desde la propuesta teórica para tratar distintos conflictos
socio-ambientales de los autores Bebbington-Bebbington, el caso tucumano entra en lo
que ellos denominan ecologismo de los medios de vida. Ya que se trató
fundamentalmente de un ambientalismo llevado a cabo entre la articulación entre una
amplia población distribuida entre el campo y la ciudad que se propuso seguir sosteniendo
sus formas de vidas amenazadas por la suba del precio del agua y la contaminación de las
aguas superficiales.

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