Éxtasis divino

Tu cuerpo rebotando sobre el mío,

mi carne hundiéndose en ti,

tus senos prisioneros de mis manos,

amenazan con escaparse en cada embestida.

Tus caderas dibujan movimientos obscenos,

tu lengua penetra mi boca, ávidamente.

Al instante supremo, nuestras vidas se cruzan.

Dueña de mí, dueño de ti,

nos damos estallidos mágicos,

desbordándonos el uno al otro.

Eres canela que siento en mi boca.

Eres mirra que se derrite en mis manos

Al rozar tu cuerpo de seda.

Eres mirada, presa en mis ojos,

Reflejo sereno de un lago tranquilo, profundo.

Eres jazmín y azahares,

aroma delicado entre tus areolas morenas, llenas de dulzura.

Hundido en ti está mi camino, mi destino

Mis oídos culturizados por el sonar de tus orgasmitos lentos

Prisionero de un tiempo.

Que tiene un principio y que no conoce fin.

Jorge Martínez