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DESBASTE Y TAMIZADO

1. OBJETIVO GENERAL

El primer paso en la depuración del agua residual ha de consistir, lógicamente, en una


eliminación de materias gruesas, cuerpos gruesos y arenosos, cuya presencia en el
efluente perturbaría el tratamiento total y el eficiente funcionamiento de las máquinas,
equipos e instalaciones de la estación depuradora.

Consta el pretratamiento de los siguientes procesos:

• Aliviadero de agua en exceso, para evitar sobrecargas hidráulicas en el proceso.


(Visto en el apartado 2.3.)
• Desbaste, para eliminación de las sustancias de tamaño excesivamente grueso.
• Tamizado, para eliminación de partículas en suspensión.
• Trituración de los elementos retenidos en el desbaste (sistema útil cuando se
quiere evitar la problemática de las rejillas y extracción de subproductos).
• Desarenado, para eliminación de arenas y sustancias sólidas densas en
suspensión.
• Desengrasado, para eliminación de los distintos tipos de grasas y aceites
presentes en el agua residual, así como de elementos flotantes.

2. REJILLAS DE DESBASTE

El desbaste se realiza por medio de rejillas (rejas, mallas o cribas), y tiene como objeto
retener y separar los cuerpos voluminosos flotantes y en suspensión, que arrastra
consigo el agua residual.

Se consigue así:

• Eludir posteriores depósitos.


• Evitar obstrucciones en canales, tuberías y conducciones en general.
• Interceptar las materias que por sus excesivas dimensiones podrían dificultar el
funcionamiento de las unidades posteriores (desarenador, medidor de caudal,
decantadores, etc.).
• Aumentar la eficiencia de los tratamientos posteriores.

Puede decirse que, salvo excepciones, la instalación de rejillas de desbaste es


indispensable en cualquier depuradora, retirando al máximo las impurezas del agua para
su eliminación directa, compactadas o no, en vertederos de residuos sólidos, o por
incineración.

La elección del tipo de rejas a colocar es una de las principales decisiones a tomar en el
diseño de toda estación depuradora. Cuanto menor sea el tamaño de la depuradora, tanto
más fiables deberán ser todos los equipos mecánicos.
Las rejillas pueden clasificarse, con arreglo a distintos criterios, en:
• Horizontales, verticales, inclinadas y curvas.
• Finas, medias y gruesas.
• Fijas o móviles.
• De limpieza automática, semiautomática o manual.

Por razones de mantenimiento y explotación es recomendable evitar la colocación de


rejas de limpieza manual. Hoy en día ya existen en el mercado para dimensiones de 500
habitantes equivalentes, rejas provistas de sistema automático de limpieza y extracción
de residuos a un contenedor que dan excelentes resultados. El automatismo del sistema
limpiador puede ser regulado.

• Con intervalo de tiempo fijo.


• Con intervalo de tiempo modificado con arreglo al grado de obstrucción de la
rejilla.

Sí se recomienda no obstante la colocación de una reja de seguridad manual (separación


entre barrotes 100 mm) para que en caso de fallo del sistema de limpieza automática de
la reja, no se produzcan inundaciones.

Aunque no existe un criterio único para la delimitación de los tipos de rejillas finas
medias o gruesas, se pueden considerar como rejillas finas aquellas en que la separación
libre de aberturas es inferior a 1,5 cm.

La distancia entre barras, en las llamadas rejillas de separación media, oscila entre 1,5 y
5,0 cm. Son las más empleadas en la actualidad, puesto que retienen la mayor parte de
las sustancias arrastradas que no pueden eliminarse por sedimentación.

Para el desbaste grueso del efluente se emplean rejas de abertura entre 5,0 y 10 cm cuya
limpieza se suele realizar manualmente. Se colocan en la llegada del colector a la
estación depuradora, sirviendo como pretratamiento respecto a la rejilla media colocada
a continuación.

El parámetro de control fundamental en la comprobación de rejillas es la velocidad de


paso del agua entre los barrotes.

Se recomiendan las siguientes velocidades de paso a caudal medio:

Vr(Q m) > 0,6m/s.

Vr (Q m) < 1,0 m/s (con limpieza a favor de corriente).

Vr (Q m) < 1,2 m/s (con limpieza en contracorriente).

El volumen de materias sólidas retenidas en las rejas y sus características quedan


reflejadas en las tablas 2.4 y 2.5.
Tabla 2.4. VOLUMEN DE MATERIAS RETENIDAS EN REJILLAS

Tabla 2.5. CARACTERÍSTICAS DE LAS MATERIAS RETENIDAS EN


REJILLAS

El destino de los residuos retenidos en las rejillas puede ser:

• Incorporación al sistema público de recogida de basuras


o sólo en pequeñas instalaciones
• Enterramiento
o sólo en pequeñas instalaciones
o zanjas de 1 m de profundidad
o capas de residuos de 20 cm de espesor
o mineralización en 5 años
• Incineración
o secado previo
o problemas importantes

Calculado el ancho del canal de entrada a la planta en función del caudal de diseño, para
evitar un aumento de la velocidad de paso como consecuencia de la colocación de unas
rejillas (con la consecuente reducción de la sección de paso) será necesario el establecer
un sobreancho del canal en el punto de colocación de las rejas.

El ancho del canal en la zona de rejillas puede calcularse por la fórmula siguiente:
b=((c/s) - 1) · (s+a)+s
donde:

a: ancho de los barrotes de la rejilla (mm)

b: ancho del canal en la zona de rejilla (mm)

c: ancho del canal de entrada (mm)

s: separación útil entre barrotes (mm)


Fig. 2.26. Pérdida de carga en rejillas

Debe preverse un porcentaje de atascamiento del 10 al 40% y, en redes unitarias,


posibles obstrucciones por aporte elevado de sedimentos durante el comienzo de las
lluvias.

Las pérdidas de carga pueden determinarse según el gráfico de la figura 2.26.

Un tipo de rejilla vertical queda reflejada en la figura 2.27. y en el cuadro de


características de la tabla 2.6.
Fig. 2.27. Rejilla vertical

2.4.3. TAMICES

Afinando el proceso de eliminación de residuos sólidos, se llega a la utilización de


tamices con separación libre entre barras hasta de 0,2 mm, siendo los normalmente
utilizados los de separación de 1 mm. Se busca igualmente un sistema sencilIo
autolimpiable, que permita sustituir en muchos casos los desbastes, la eliminación de
arenas gruesas y hasta porcentajes del 30% de grasas y sobrantes. El proceso es
estrictamente físico.

Los tamices pueden clasificarse en estáticos y rotativos:

- Tamices estáticos

El núcleo fundamental de la unidad es el conjunto de barras o hilos del


tamiz. La disposición de alambres transversales con curvas sinusoidales
en el sentido del flujo proporciona una superficie relativamente no
atascable con alto poder de filtrabilidad.

Los tamices están hechos de acero inoxidable y las aberturas libres de 0,2
a 1,5 mm satisfacen la mayoría de las necesidades de tamizado. Para
fines especiales se pueden utilizar aleaciones inoxidables resistentes al
desgaste y más duras.
Las dimensiones normalizadas y capacidades pueden verse en la Fig.
2.28.

Tabla 2.6. REJAS VERTICALES

- Tamices rotativos

El funcionamiento de los tamices rotativos puede comprenderse


fácilmente mediante las figuras 2.29. y 2.30. Sus dimensiones y
características se incluyen en las tablas 2.7 y 2.8.

Tabla 2.7. CARACTERÍSTICAS DIMENSIONALES DE LOS TAMICES


ROTATIVOS
Fig. 2.28 Dimensiones de tamices estáticos

Fig. 2.29 Esquema de un tamiz rotativo


Tabla 2.8. CAPACIDAD (EN m3 /h) SEGUN SEPARACION ENTRE BARRAS
(EN mm).

Fig. 2.30. Tamiz rotativo. Características dimensionales.


1. Entrada
2. Cilindro
3. Motor
4. Lámina de limpieza
5. Depósito
6. Conducto de vaciado

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