Para que un estado democrático alcance sus aspiraciones en materia de justicia,
que históricamente sigue siendo el reclamo de toda sociedad, es necesario que
cuente con leyes claras y justas, pero no solo eso, también debe contar con Tribunales autónomos e imparciales para que administren la justicia mediante la aplicación de las leyes que la propia sociedad se fije, lo anterior se deduce del contenido del artículo 17 Constitucional. En nuestro país existen un sin número de leyes y reglamentos que no favorecen a la justicia por el contario la complican, sin embargo, todas se encuentran subordinados a una ley suprema, en este caso a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en esto consiste el principio de supremacía constitucional, es decir que ninguna ley o tratado internacional debe estar por encima de la Constitución. En la Constitución también existen otros dispositivos como los artículos 14 y 16, que establecen candados procesales que garantizan la seguridad y la certeza jurídica; sin embargo las leyes por si solas no pueden garantizar todas esas aspiración de justica, para ello son necesarios los principios de ética, honestidad, profesionalismo y todo lo que ello implica en las personas que se eligen para operar los sistemas de justicia en todos sus ámbitos, y esos principios operan de igual forma para los gobernados que son los destinatarios de esas leyes. No podemos decir o afirmar que en nuestro país exista inseguridad jurídica, es decir que las leyes no se apliquen de manera literal o que las sentencias sean injustas y que ello sea culpa de los operadores jurídicos ya sea por corrupción o falta de capacidad porque lo cierto es que todos estamos involucrados en todo lo que implica el término de justicia, por ejemplo si un Juez se corrompe es porque un ciudadano lo provoca y lo acepta y ciertamente porque sus principios éticos no son muy firmes, de tal manera que la inseguridad jurídica también tiene que ver con la forma en que nos educamos. Una sociedad bien educada con principios éticos bien definidos, con respeto pleno a las leyes y las instituciones no requieren de tanta reglamentación, podría desenvolverse y madurar hasta encontrar los fines de la justica con solo una Constitución Política.