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Dirección Nacional de Relaciones de Trabajo

Dirección Técnica, Bienestar Laboral y Seguridad Social

DIABETES MELLITUS:

COMO ENFERMEDAD
GENERADORA DE DISCAPACIDAD

2007

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INTRODUCCIÓN

Según datos estadísticos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2000 el


mundo contaba con 171 millones de personas diabéticas y se espera que para el año 2030 la
suma se duplique a 366 millones1. ¿A qué se debe esto, si antes la Diabetes era considerada
casi exclusivamente una enfermedad hereditaria o desarrollada en la vejez? La respuesta es
muy sencilla: en los últimos años se han producido cambios tecnológicos y sociales que nos
han obligado a llevar una vida más competitiva, preocupándonos por obtener un mejor trabajo
y, por ende, un superior nivel de vida; todo lo cual se ha prioritado en tal magnitud, que
hemos dejado de lado lo más importante: el cuidado de nuestra salud.

La Diabetes Mellitus es una de las enfermedades que se ha desarrollado con una velocidad
alarmante en los últimos tiempos, producida principalmente por los malos hábitos
alimenticios que la población ha adoptado debido a los cambios constantes del quehacer
diario, situación que conlleva a no preocuparnos por nuestra alimentación, exponiéndonos a
elevar el riesgo de contraer Diabetes y otros tipos de enfermedades.

En el siguiente Estudio se desarrollará el tema de la Diabetes Mellitus, su concepto, desarrollo


y las diferentes formas de discapacidad que puede generar si no es tratada oportunamente,
pues se advierte que en el futuro las cifras de diabéticos en el mundo se incrementarán de tal
manera que se estaría hablando de una pandemia.

1
http://www.who.int/diabetes/facts/world_figures/en/

2
DIABETES MELLITUS

ETIMOLOGÍA
El término “diabetes” fue acuñado por el filósofo griego Areteus, la palabra DIABETES
proviene del latín diabētes y éste del griego διαβήτης que significa correr a través, atravesar.
Como término para referirse a la enfermedad caracterizada por la eliminación de grandes
cantidades de orina (poliuria), empieza a usarse en el Siglo I en el sentido etimológico de
“pas”, aludiendo al “paso de orina” de la poliuria.

CONCEPTO DE DIABETES
La Diabetes es una enfermedad generada por la alta concentración de glucosa en la sangre,
que altera su normal circulación en las vasos, afectando de esta forma a todos los órganos; por
este motivo, es frecuente que el paciente diabético padezca de adormecimiento de sus
extremidades, debido a la pobre irrigación de sangre.

En una persona no diabética, el páncreas segrega una hormona denominada insulina que
facilita la entrada de la glucosa a las células de todos los tejidos del organismo, como fuente
de energía, logrando que se distribuya la glucosa uniformemente en nuestro organismo.

En un diabético, hay una deficiencia o nula cantidad de insulina que produce el páncreas, o
una alteración de los receptores de insulina de las células, dificultando el paso de la glucosa.
De este modo aumenta la concentración de glucosa en la sangre y ésta se excreta en la orina.

CLASIFICACIÓN DE DIABETES
Existen 2 tipos de Diabetes: Diabetes Insípida y Diabetes Mellitus. Antiguamente no existía
esta subclasificación, porque ambos tipos de Diabetes comparten características muy
similares: la poliuria (secreción de gran cantidad de orina) y la polidipsia (tener una intensa
sed), sin embargo varios factores descubiertos posteriormente respecto a los orígenes y
tratamientos de la diabetes, ha obligado a realizar una división del mismo.

DIABETES INSÍPIDA: Es un tipo de Diabetes menos frecuente que la Mellitus, se le conoce


bajo el término “insípida”, debido a que la orina de los pacientes no presenta el olor dulce
característico.

Síntomas: Los síntomas de este tipo de Diabetes son similares al de la Diabetes Mellitus,
principalmente la polidipsia (sed constante) y poliuria (necesidad constante de orinar), pero se
diferencia en su origen. Algunas personas con Diabetes Insípida tienen riñones que no
concentran la orina muy bien, lo que significa que su orina es más diluida, teniendo que orinar
muy frecuentemente, llegando inclusive a levantarse 2 ó 3 veces durante la noche para orinar.
Las personas con Diabetes Insípida tienen sed todo el tiempo, con frecuencia quieren beber
líquidos cada hora y, por lo tanto, sienten la necesidad de ir constantemente al baño para
orinar, llegando a tener permanentemente algún líquido para beber, con el fin de no
deshidratarse.

Origen: La Diabetes Insípida se produce por la deficiencia de la hormona antidiurética,


siendo causada principalmente por 2 factores:

3
1) En algunas personas, una parte del cerebro llamada el hipotálamo no produce suficiente
hormona antidiurética que su cuerpo necesita para funcionar apropiadamente, a este tipo
se le conoce como Diabetes Insípida Central (neurógena).

Su origen tiene diferentes causas, siendo las principales:


• Hipofisectomía, completa o parcial.
• Cirugía para eliminar tumores suprasillares.
• Idiopática.
• Familiar.
• Tumores y quistes (intrasillar y suprasillar).
• Histiocitosis.
• Granulomas del SNC.
• Infecciones del SNC.
• Interrupción de la irrigación.
• Autoinmunitaria.

2) En otras personas, los riñones no funcionan en conjunto con esta hormona de la manera
que lo debieran hacer, recibiendo como denominación Diabetes Insípida Nefrógena, la
cual es producida por los siguientes factores:

• Enfermedad renal crónica: cualquier padecimiento renal que interfiera con los
conductos colectores o la función medular; por ejemplo: pielonefritis crónica.
• Hipocalemia.
• Inanición proteínica.
• Hipercalcemia.
• Anemia de células falciformes.
• Síndrome de Sjögren.
• Medicamentos; por ejemplo, litio, flúor, anestesia con metoxifluorano,
demeclociclina (Declomicin), colquicina.
• Defecto congénito.
• Por antecedentes familiares.

La mayoría de las personas con Diabetes Insípida han desarrollado esta enfermedad después
de una lesión en la cabeza o después de una cirugía en el cerebro, inclusive algunas de ellas
tienen un tumor en el cerebro que a veces lo heredan de su familia. Algunos medicamentos,
como el litio, pueden causarla. Los médicos no pueden encontrar una causa para la Diabetes
Insípida en el 25% de los casos (idiomática).

Diagnóstico: Con la finalidad de diagnosticar la Diabetes Insípida en un paciente, deberán


realizarse exámenes de orina que permitan advertir si está muy diluida (aguada) y una muestra
de sangre para determinar si ésta se encuentra demasiado concentrada (fuerte) o diluida.
Luego de ello, se le hará una prueba de “privación de agua”. Durante el tiempo que dura la
prueba, no se le permite beber ningún líquido. El personal médico lo pesará, le chequeará su
orina y le tomará una muestra de sangre cada hora, durante varias horas. Si los resultados de
la prueba demuestran que tiene Diabetes Insípida, probablemente también le tomarán una
tomografía del cerebro, llegándole a hacer una escanografía TAC (tomografía axial
computarizada), o una imagen de resonancia magnética, con el fin de mostrar si el paciente
diabético tiene algún problema en el cerebro, siendo el más frecuente en estos casos, la
presencia de un tumor cerebral.

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Tratamiento: Siendo la poliuria el principal síntoma de este tipo de Diabetes, existe un
medicamento llamado “Desmopresina” o también conocido como DDAVP, que lo ayudará en
su tratamiento. Este medicamento se parece mucho a la hormona antidiurética que el cuerpo
produce naturalmente y viene en forma de aerosol nasal. Simplemente, antes de acostarse, el
paciente dispara el aerosol en cada fosa nasal. Si se tiene que levantar varias veces durante la
noche, es posible que se necesite usar el medicamento en aerosol en la noche y en la mañana.
Si el paciente está tomando DDAVP, tiene que estar seguro de no beber mucho, o su cuerpo
se puede llenar demasiado con líquidos, en cuyo caso, se puede sentir vértigo o debilidad o
puede tan solo experimentarse un malestar general por todo el cuerpo.
Si la Diabetes Insípida es causada porque sus riñones y hormona antidiurética no funcionan
bien en conjunto, el DDAVP no le será de ayuda. En este caso, existe otro medicamento
llamado hidroclorotiazida, también conocido como "píldora de agua", que ayuda a su cuerpo a
balancear las sales y el agua.

DIABETES MELLITUS o DIABETES SACARINA: Es el grupo más común de Diabetes.


Su principal característica es que la orina de las personas afectadas tiene olor dulce y se
supone que también un sabor dulce como la miel, de ahí su denominación latina “mellitus”,
que significa “miel”.

En el presente Estudio se desarrolla temas relacionados a la DIABETES MELLITUS, que es


la más frecuente de las Diabetes en el mundo.

5
ACCIONAR DE LA DIABETES MELLITUS EN NUESTRO ORGANISMO

Este gráfico nos muestra, de una forma muy didáctica, los daños que produce la Diabetes
Mellitus en nuestro organismo, tanto la Diabetes Mellitus tipo 1 como la tipo 2.

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CONCEPTO DE DIABETES MELLITUS
La Diabetes Mellitus es una enfermedad crónica producida por una alteración del
metabolismo de los carbohidratos, aumentando la cantidad excesiva de glucosa en la sangre y
a veces en la orina, llevando a aparecer complicaciones micro y macrovasculares que
incrementan sustancialmente los daños en otros órganos y la mortalidad asociada con la
enfermedad, reduciendo la cantidad de vida de las personas afectadas.

La Diabetes Mellitus es una enfermedad multiorgánica, pues al no ser tratada, puede lesionar
casi todos los órganos y en especial los ojos, los riñones, el corazón y las extremidades.
También puede producir alteraciones en el embarazo, que se presentan en el peso del neonato
(generalmente el hijo de madre diabética nace con exceso de peso que un recién nacido
normal). El tratamiento adecuado y los avances médicos referentes a esta enfermedad en los
últimos años, han mejorado notablemente la calidad de vida de las personas diagnosticadas
con Diabetes Mellitus, ya que antiguamente, antes de la creación de la insulina inyectable en
los años 20, quienes padecían este mal, fallecían por coma diabético2.

Características: Las principales características de la Diabetes Mellitus son:


1. Pérdida de la facultad natural del organismo para almacenar la cantidad necesaria de
azúcares.
2. Eliminación por la orina de una parte del azúcar que el organismo, en condiciones
normales, debería utilizar para la producción de energía.
3. Alteración de la capacidad de aprovechamiento de las albúminas y grasas.
Como resultado de todos estos trastornos, la aparición de una serie de sustancias nocivas que
afectan al organismo.

HISTORIA DE LA DIABETES MELLITUS


La Diabetes Mellitus ya era conocida antes de la Era Cristiana, prueba de ello es el papiro de
Ebers descubierto en Egipto, correspondiente al siglo XV antes de Cristo, donde se describen
síntomas que parecen corresponder a la Diabetes. Fue Areteo de Capadocia quien, en el Siglo
II de la Era Cristiana, le dio a esta afección el nombre de Diabetes, que significa en griego
sifón, refiriéndose al signo más llamativo que es la eliminación exagerada de agua por el
riñón, expresando que el agua entraba y salía del organismo del diabético sin fijarse en él. En
el Siglo II Galeno también se refirió a la Diabetes. En los siglos posteriores no se encuentran
en los escritos médicos referencias a esta enfermedad hasta que, en el siglo XI, Avicena habla
con clara precisión de esta afección en su famoso Canon de la Medicina. Tras un largo
intervalo fue Tomás Willis quien, en 1679, hizo una descripción magistral de la diabetes,
quedando desde entonces reconocida por su sintomatología como entidad clínica. Fue él
quien, refiriéndose al sabor dulce de la orina, le dio el nombre de Diabetes Mellitus (“sabor a
miel”). En 1775 Dopson identificó la presencia de glucosa en la orina. La primera
observación necrópsica en un diabético fue realizada por Cawley y publicada en el “London
Medical Journal” en 1788. Casi en la misma época, el inglés Rollo consiguió mejorías
notables con un régimen rico en proteínas y grasas y limitado en hidratos de carbono. Los
primeros trabajos experimentales relacionados con el metabolismo de los glúcidos fueron
realizados por Claude Bernard quien descubrió, en 1848, el glucógeno hepático y provocó la
2
El coma diabético es la consecuencia aguda más grave de la Diabetes Mellitus y por ello de peligro mortal. En un coma
diabético pueden presentarse valores de glucosa en la sangre hasta de 1000 mg/dl (los valores normales de glucosa en la
sangre son de 70 a 110 mg/dl). Además, ocurre una sobre acidificación de la sangre (acidosis metabólica). Este coma es
ocasionado por infecciones, errores en la alimentación (demasiados carbohidratos) o en el caso de diabéticos que se inyectan
insulina, por una dosificación errónea de la misma.

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aparición de glucosa en la orina excitando los centros bulbares. En la segunda mitad del Siglo
XIX el gran clínico francés Bouchardat, señaló la importancia de la obesidad y de la vida
sedentaria en el origen de la Diabetes Mellitus, y marcó las normas para el tratamiento
dietético, basándolo en la restricción de los glúcidos y en el bajo valor calórico de la dieta.
Los trabajos clínicos y anatomopatológicos adquirieron gran importancia a fines del siglo
XIX en manos de Frerichs, Cantani, Naunyn, Lanceraux, etc. y culminaron con las
experiencias de pancreatectomía en un perro, realizadas por Mering y Minkowski en 1889. La
búsqueda de la presunta hormona producida por las células descritas en el páncreas, en 1869,
por Langerhans, se inició de inmediato. Hedon, Gley, Laguesse y Sabolev estuvieron muy
cerca del ansiado triunfo, pero éste correspondió, en 1921, a los jóvenes canadienses Banting
y Best, quienes consiguieron aislar la insulina y demostrar su efecto hipoglucemiante. Este
descubrimiento significó una de las más grandes conquistas médicas del siglo XX, porque
transformó el porvenir y la vida de los diabéticos y abrió amplios horizontes en el campo
experimental y biológico para el estudio de la Diabetes Mellitus y del metabolismo de los
glúcidos.

CLASIFICACIÓN DE LA DIABETES MELLITUS


Tradicionalmente, la diabetes se ha clasificado de acuerdo a la edad del paciente e inicio de
los síntomas (inicio juvenil en oposición a inicio en edad adulta), pero en 1979, la NIH
Diabetes Data Group recomendó clasificar la diabetes sacarina en 1 de 2 tipos principales a
su dependencia de insulina exógena. La mayoría de los pacientes con diabetes caen en 1 de 2
categorías principales: diabetes sacarina insulinodependiente (tipo I) o no insulinodependiente
(tipo II), utilizando números romanos para diferenciarlos3.

En los últimos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS), y las Sociedades


Científicas, particularmente la Asociación Americana de Diabetes (ADA), han propuesto e
implementado clasificaciones y criterios de diagnósticos para la diabetes mellitus. Sin
embargo, ninguna de estas proposiciones ha logrado un consenso, ni sobrevivir en el tiempo,
debido al rápido y progresivo aumento en el conocimiento de la etiología y patogénesis de la
DM, y a la falta de un criterio de diagnóstico basado en cifras de glicemias, que separe
claramente a los individuos normales de los diabéticos.

La clasificación de la OMS de 1985, basada en la recomendación del National Diabetes Data


Group de Estados Unidos, tuvo un fundamento principalmente terapéutico (diabetes
insulinodependiente y diabetes no insulinodependiente), colocando en una misma categoría a
grupos muy heterogéneos que diferían en varios aspectos, tales como: prevención historia
natural, patogénesis y tratamiento. Además, no consideró factores genéticos y ambientales
que pueden determinar la aparición de una diabetes clínicamente semejante, pero de etiología
diferente.

Por estas razones, en 1997 un Grupo de Expertos Internacionales, patrocinado por la ADA,
propuso una nueva clasificación y criterios de diagnósticos, que reflejando el conocimiento
actual de la DM, fueran fácilmente aplicables a la clínica. Dos años más tarde, la OMS aceptó
dicha clasificación –con algunas modificaciones– y recomendó su aplicación.

Este ordenamiento basado en la etiología de la diabetes, reemplaza los términos diabetes


mellitus insulinodependiente y no insulinodependiente, por “tipo 1” y “tipo 2”,
respectivamente, con números arábigos (en la clasificación de 1985 estas denominaciones se
podían emplear como sinónimos). Elimina los tipos de Diabetes relacionados con la
3
GREENSPAN, Francis S., BAXTER, John D., “Endocrinología básica y clínica”, México, D.F., 1995

8
malnutrición, por no haber evidencias convincentes de la existencia de una diabetes producida
por déficit proteico; además, ubica la pancreatopatía fibrocalculosa en la categoría de
enfermedades del páncreas exocrino.

Respecto a la intolerancia a la glucosa, agrega una situación análoga, en ayunas, denominada


intolerancia a la glucosa de ayunas. Estos estados intermedios entre la normalidad y la
diabetes, no se consideran entidades clínicas, sino alteraciones metabólicas que pueden
observarse en cualquier tipo de Diabetes Mellitus4.

Finalmente, la clasificación de la Diabetes Mellitus actual, la divide en 4 partes: Diabetes


Tipo 1, Diabetes Tipo 2, Otros tipos específicos de Diabetes y Diabetes Mellitus Gestacional.

I. Diabetes tipo 1
a. Mediada inmunológicamente.
b. Idiopática.

II. Diabetes Tipo 2

III. Otros tipos específicos de Diabetes


a. Defectos genéticos en la función de la célula beta
b. Defectos genéticos en la acción de la insulina.
c. Enfermedades del páncreas exocrino.
d. Endocrinopatías.
e. Inducida por drogas o agentes químicos.
f. Infecciones.
g. Formas frecuentes de diabetes mediadas inmunológicamente.
h. Otros síndromes genéticos ocasionalmente asociados a diabetes.

IV. Diabetes Mellitus Gestacional

Esta es la clasificación definitiva de la Diabetes Mellitus, sin embargo, la sociedad y los


propios pacientes diabéticos han “creado” otros tipos de Diabetes, como las llamadas
“Diabetes Sentimental” o “Diabetes Emotiva”, que no existen, puesto que de ser “emotivas”
solamente podría aparecer la enfermedad cuando se tiene depresión y luego desaparecer con
la eliminación del precitado síntoma, lo que resulta algo totalmente falso, pues es conocido
que la Diabetes constituye una enfermedad incurable que, como tal, solamente tiene
tratamiento.

Explicaremos los diferentes tipos de Diabetes a continuación:

DIABETES MELLITUS TIPO 1: La Diabetes Mellitus Tipo 1, llamada también “Diabetes


Juvenil” es el resultado de la destrucción de las células del páncreas que producen la insulina
(células beta) y que predispone a una descompensación grave del metabolismo llamada
cetoacidosis. Se cree que esta Diabetes es producida por un mecanismo autoinmune. Es más
típica en personas jóvenes (por debajo de los 30 años) y en personas que tienen familiares
cercanos (padres, hermanos) que sean diabéticos, debido a que es generalmente hereditaria.
En la Diabetes Mellitus Tipo 1, el páncreas simplemente no segrega insulina, es por eso que el
paciente se ve obligado a inyectarse insulina para evitar grandes concentraciones de glucosa
en la sangre, volviéndose una persona insulino-dependiente. El paciente con este tipo de
4
GARCÍA DE LOS RIOS, Manuel, “Diabetes Mellitus”, Santiago de Chile, 2003, p. 24.

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Diabetes es una persona que pareciera no tener páncreas, pues la principal función de este
órgano consiste en el suministro de insulina a nuestro organismo. Las personas que se les
extrae el páncreas, se convierten automáticamente en pacientes con DM Tipo 1.

Se cree que del total de personas diabéticas, de un 10 al 15% son DM Tipo 15.

El siguiente gráfico demuestra la forma cómo, mediante un tratamiento, se puede evitar la


declinación progresiva de la función de las células beta.

DIABETES MELLITUS TIPO 2: La DM Tipo 2, es la clase de Diabetes más común en el


mundo, se diferencia notablemente de la DM Tipo 1, pues en la DM Tipo 2, el páncreas sí
produce insulina, que puede ser en poca o en grandes cantidades, es decir, hay una alteración
en la producción de la misma y esto tiene efectos negativos en nuestro organismo, siendo
muy común en personas mayores de 40 años, quienes deben realizarse exámenes para conocer
si presentan la enfermedad. Debido a que el páncreas sí produce insulina (de forma incorrecta,
pero lo hace), el paciente con DM Tipo 2 no es insulino-dependiente, por lo que deberá seguir
un tratamiento en base a medicamentos y un control estricto en su alimentación, evitando el
consumo de alimentos ricos en grasas, azúcar o carbohidratos.

Esta Diabetes era común desarrollarla en la edad adulta, pero en los últimos años se ha
experimentado cambios notables entre las personas propensas a tener DM Tipo 2, en una
población que antes era inmune frente a dicha enfermedad: los niños, quienes al no practicar
deporte y hacer vida sedentaria, consumiendo excesivamente alimentos ricos en grasa y
azúcar, son propensos al desarrollo de la misma.

Actualmente, se reconoce en el mundo que la asociación: obesidad y DM Tipo 2 en el niño y


adolescente, constituye una epidemia emergente y galopante. La obesidad condiciona
alteraciones metabólicas y psicológicas, considerándose como un marcador de riesgo de
diabetes. Existen pocas cifras de prevalencia e incidencia de DM Tipo 2 en este grupo de
edades, pues al ser un fenómeno relativamente nuevo, aún no existen datos de cifras exactas.

Sin embargo, ya existen algunas referencias que esta enfermedad, en la población más joven,
va en ascenso; por ejemplo, en Cincinatti, Estados Unidos, en adolescentes de 10 a 19 años, la
incidencia de DM Tipo 2 se incrementó de 0,7/100.000 en 1982 a 7,2/100.000 en 1994. Tal

5
FARRERAS-ROZMAN, “Medicina Interna”, Madrid, 2004, p.1943

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aumento también se ha encontrado en otras poblaciones; así en Japón, los grupos de edad de
13 a 15 años, mostraron un incremento de la incidencia de 0,2/100.000 a 7,3/100.000 entre los
años 1962 y 19956.

A continuación, este cuadro nos muestra la forma de cómo es el tratamiento para los pacientes
con DM Tipo 2 en un futuro, dando principal énfasis a una adecuada y cuidadosa
alimentación por parte del paciente diabético.

Diabetes Mellitus Tipo 2 en el futuro: Según el gráfico siguiente, se ve el galopante


crecimiento de este tipo de Diabetes Mellitus en el mundo, desde 1997, cuando tenía 120
millones y se proyecta hasta el 2025, con casi 300 millones de personas padeciendo esta
enfermedad que es contraída por los malos hábitos alimenticios de las personas en el mundo y
que, a diferencia de la DM Tipo 1, es perfectamente evitable y controlable. Basta con realizar
al menos 30 minutos de actividad física por día y llevar una sana alimentación, rica en
verduras y frutas, que evite a los pacientes con DM Tipo 2 verse limitados en su quehacer
diario, debido a las complicaciones que pueden derivar de esta enfermedad.

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GARCÍA DE LOS RIOS, Manuel, “Diabetes Mellitus”, Santiago de Chile, 2003, p. 39.

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OTROS TIPOS ESPECÍFICOS DE DIABETES: En la Tercera Categoría de DM Tipo 2
encontramos otros tipos, que por su diferente origen y tratamiento, obliga a crear una
clasificación que las agrupe, citándose entre las mismas:

Diabetes Mody (Maturity Onset Diabetes Of The Young): La Diabetes Mellitus del subtipo
“Diabetes madura que empieza en el joven” o MODY, aparece en niños y adultos jóvenes
(antes de los 25 años) y presenta segregación familiar con un patrón de herencia autonómica
dominante, sobre el que actúan factores nutricionales, en particular la obesidad. Esta forma de
Diabetes Mellitus es un conjunto heterogéneo de síndromes, generalmente con hiposecreción
insulínica. En determinados grupos étnicos, como es el caso de la India, el MODY tiende a ser
precozmente sintomático. La prevalencia de este subtipo de Diabetes es habitualmente
subestimada y su diagnóstico depende de la rigurosidad en la recolección de los antecedentes
hereditarios y de la pesquisa de Diabetes Mellitus en los familiares. Considerando la variación
étnica entre las familias afectadas y la gran dispersión de los valores publicados, se podría
decir que alrededor del 5% de la DM Tipo 2 corresponde a los MODY.

Diabetes Lada (Latent Autoinmmune Diabetes in Adults): La Diabetes Autoinmune de


Lenta Progresión en el Adulto (Latent Autoinmmune Diabetes in Adults), se presenta en
sujetos menores de 40 años, sin antecedentes familiares de diabetes. Se diagnostica a través de
una analítica y comprobando que existen niveles de anticuerpos anti GAD7 positivo (como en
la DM tipo 1); este tipo de diabetes se controla mejor con insulina.

No hay estudios en relación a la frecuencia de este tipo de diabetes; se estima que


correspondería a una cifra entre el 2 al 12% de todos los pacientes diabéticos.
Los registros epidemiológicos estandarizados de los diversos tipos y subtipos de Diabetes,
permitirían conocer su frecuencia y magnitud, hacer comparaciones entre los distintos países
y mejorar la planificación en la pesquisa y seguimiento de esta enfermedad crónica.

7
Anticuerpos de glutamato decarboxilasa.

12
Diabetes por Estrés: El Estrés es toda exigencia que se le hace al cuerpo, pudiendo ser ésta de
índole física o psicológica, afectando directamente al cuerpo y a la mente, causando en el
paciente diabético los siguientes cambios:

ƒ Puede aumentar demasiado su azúcar en la sangre.


ƒ Puede bajar demasiado su azúcar en la sangre.
ƒ Puede comenzar a producir cetonas8.
ƒ Puede comenzar a sentir síntomas tales como dolores musculares, diarrea, cansancio,
respiración corta y dolores de cabeza.

El estrés también puede tener un efecto indirecto en la Diabetes, causando cambios de


comportamiento en el paciente, tales como:

ƒ Volverse irritable, ansioso, enojado, deprimido o tener baja su auto-estima.


ƒ Puede comer demasiado, no comer a tiempo o suficientes alimentos, fumar, habituarse al
alcohol o las drogas, o gastar dinero en exceso.

Diabetes Asociada a Ciertas Situaciones o Síndromes Genéticos: Varias formas de diabetes


están asociadas con defectos monogenéticos en la función de la célula beta. Generalmente
éstos se caracterizan por el inicio de la hiperglucemia en edad temprana: son los referidos
como tipo MODY y cursan con defectos en la secreción de insulina. Se han encontrado
anormalidades genéticas que conducen a un defecto en la escisión de la proinsulina. Una serie
de síndromes genéticos poco frecuentes determinan una acción anormal de la hormona: el
síndrome tipo A (acantosis nigricans + virilización + ovario poliquístico), el de Rabson-
Mendelhall, el leprechaunismo y la diabetes lipoatrófica.

Diabetes en las Afecciones Pancreáticas: Cualquier afección que comprometa el páncreas en


forma difusa puede causar diabetes; entre ellas, la pancreatitis, las infecciones, los
traumatismos, la pancreatectomía, la pancreatopatía fibrocalculosa, la fibrosis quística, la
hemocromatosis y el adenocarcinoma pueden afectar los islotes reduciendo la secreción de
insulina. Inclusive los adenocarcinomas que afectan sólo a una pequeña porción del órgano se
han asociado con diabetes; el resto de los procesos deben afectar de forma extensa el
parénquima.

Diabetes Asociada con la Malnutrición: Se consideró que la diabetes asociada con la


malnutrición incluía enfermedades como la diabetes tropical, la pancreática, la
pancreatogénica y la cetosis resistentes en el joven. Cabe destacar que el Comité de Expertos
de la Organización Mundial de la Salud (1996) y la ADA (Asociación Americana de
Diabéticos, o en inglés, American Diabetes Association) en 1997, al actualizar los criterios de
diagnóstico y clasificación de la diabetes, recomendaron que se anulara este término,
reclasificando algunos de sus componentes. Si bien parece claro que la desnutrición puede
influir en la expresión de otros tipos de diabetes, la evidencia que la enfermedad pueda ser
causada por la deficiencia proteica no parece convincente.

DIABETES MELLITUS GESTACIONAL: Esta es el cuarto tipo de DM Tipo 2 que existe.

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Es un compuesto químico que se presenta en la persona diabética cuando ésta tiene muy poca insulina y el
cuerpo no puede utilizar la glucosa para elaborar energía, entonces el organismo se ve obligado a desdoblar grasa
para producir energía; es en ese momento que el cuerpo produce cetonas (ácidos) y los desprende en la sangre y
en la orina. La presencia de cetonas en el paciente diabético, nos avisa que la diabetes está fuera de control.

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La Diabetes Gestacional es producida por las alteraciones del metabolismo de los hidratos de
carbono que se detecta por vez primera durante la etapa de embarazo.

Es importante señalar que la Diabetes Gestacional es producida por el propio embarazo, no


debiéndose confundir con la mujer embarazada que tiene Diabetes conocida, ya que a esta
última se le conoce como Diabética Pregestacional, pues siendo diabética quedó embarazada.

La prevalencia de Diabetes Gestacional varía ampliamente en el mundo y en las razas, siendo


mayor en la etnia negra, hispánica, nativa americana y asiática, comparada con la caucásica.
La frecuencia encontrada depende también de los métodos y criterios diagnósticos. Según
diferentes estudios realizados en Estados Unidos, el 1,4 al 14% de las mujeres embrazadas
presentan Diabetes Gestacional.

La importancia del reconocimiento de este tipo de Diabetes reside en una mayor


morbimortalidad neonatal, además aumenta el riesgo de desarrollar diversas complicaciones
obstétricas, tales como: sufrimiento fetal, macrosomía, muerte intrauterina, entre otros
problemas neonatales. Desde el punto de vista epidemiológico representa un riesgo elevado de
desarrollar una DM Tipo 2, 5 a 10 años después del embarazo en que fue detectada.

Estas mujeres deben ser controladas periódicamente y realizar en ellas prevención primaria de
Diabetes, y también después del parto, ya que la Diabetes puede o no persistir después del
mismo.

SÍNTOMAS DE LA DIABETES MELLITUS


Existen varios síntomas que nos advierten que podríamos padecer de Diabetes, obviamente
varían dependiendo la persona, pero en líneas generales, los síntomas más comunes son los
siguientes:

1. Aumento de la cantidad de orina, una persona acude varias veces al día al baño.
2. Aumento de sed, debido a la cantidad de micciones al día, es frecuente el aumento de sed.
3. Aumento del apetito.
4. Prurito, picores en diferentes partes del cuerpo.
5. Infecciones, siendo muy frecuentes en las personas diabéticas.
6. Enfermedades cardiovasculares asociadas.
7. Adormecimiento de manos y pies.
8. Cansancio y agotamiento sin necesidad de realizar muchas labores.

Cuando se presenta alguno de estos síntomas, es necesario acudir al Endocrinólogo, quien es


el profesional adecuado al respecto, y realizarse diferentes exámenes de laboratorio y
exámenes físicos para saber si realmente es Diabetes la que provocó esta sintomatología en
nuestro organismo.

DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES MELLITUS


La forma más sencilla de diagnosticar la Diabetes es midiendo la cantidad de glucosa en la
sangre (Glucemia), siendo lo ideal hacerlo en la sangre venosa y con el paciente en ayunas, lo
que se denomina GLUCEMIA BASAL.

Existe también otra prueba llamada PRUEBA DE TOLERANCIA ORAL A LA GLUCOSA


(PTOG), que consiste básicamente en extraer sangre de una persona en ayunas, y luego de
ello deberá comer normalmente. En menos de 2 horas debe regresar al laboratorio para

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extraerle nuevamente sangre, de esta forma nos permite saber si la persona tiene alterados los
mecanismos de metabolización de la glucosa. Esta prueba hoy en día se usa casi en exclusiva
en las mujeres embarazadas, o también se acompaña a otras pruebas para conocer
fidedignamente si la persona tiene o no Diabetes.

Actualmente existen medidores portátiles de glucosa, que en menos de 30 segundos miden la


cantidad de glucosa en la sangre, pero no es recomendable realizarse sólo esta prueba para
diagnosticar Diabetes, son necesarios los exámenes de laboratorio ya indicados.

¿Cuáles son las cifras de glucosa en sangre normales y a partir de cuándo hablamos de
Diabetes?

Valores normales de la glucosa:


70-110 mg/dl en ayunas.
Hasta 160 mg/dl post-prandial

Diagnosticamos Diabetes Mellitus si...

Después de realizadas las pruebas, los resultados son los siguientes:

• Glucemia en ayunas en plasma venoso mayor o igual a 126 mg/dl (7mmol/l) al menos en
dos ocasiones.
• Síntomas de Diabetes (poliuria, polidipsia, pérdida de peso, visión borrosa) y una
glucemia al azar en plasma venoso mayor o igual a 200 mg/dl (11,1 mmol/l) (aunque no
se esté en ayunas).
• Glucemia en plasma venoso a las dos horas de las Pruebas de Sobrecarga oral con 75
gramos de glucosa, mayor o igual a 200 mg/dl (11,1 mmol/l).

Cualquiera de estos tres criterios hacen el diagnóstico de Diabetes Mellitus, pero tienen que
ser confirmados en otro momento por cualquiera de éstos procedimientos. La glicemia en
ayunas es preferible para el diagnóstico al ser un procedimiento fácil, reproducible y de bajo
costo.

Se considera ayunas, a la no ingesta calórica (no ingesta de alimentos) por lo menos en las 8
horas previas (a la toma de la muestra).
Se considera glicemia al azar a toda determinación de glucosa en cualquier momento del día,
sin relación a ingesta calórica alguna.

PERSONAS QUE DEBEN SOMETERSE A PRUEBAS PARA DETECTAR


DIABETES

Se ha demostrado que sólo las personas de cierto riesgo deben ser investigadas para detectar
una posible DM Tipo 2 también conocida como “Diabetes Silente”, ya que en ocasiones no
presenta síntomas, y estos son:

• Personas mayores de 45 años (que deberán hacerse la prueba cada 3 años).


• A cualquier edad y cada año si:
‰ Existen antecedentes de Diabetes Gestacional, intolerancia a glucosa o Glucosa Basal
Alterada.
‰ Mujeres con antecedentes de hijos nacidos con más de 4,5 kg.

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‰ Personas con exceso de peso (Índice de Masa Corporal mayor o igual a 27 kg/M2 o
mayor o igual a 120% del peso ideal).
‰ Personas con Hipertensión Arterial.
‰ Colesterol HDL menor o igual a 35 mg/dl y/o triglicéridos mayores de 250 mg/dl.
‰ Historia familiar de Diabetes en primer grado.

PREVENCIÓN DE LA DIABETES MELLITUS

Las medidas de prevención y promoción de la Diabetes Mellitus deben dirigirse


principalmente a la población adulta mayor constituida por:

• Obesos.
• Antecedentes familiares de Diabetes.
• Hipertensos.
• Hiperlipidémicos.
• Mujeres menopáusicas.

La prevención primaria, debe estar dirigida a combatir los factores de riesgo modificables
como son la obesidad, sedentarismo, hiperlipidemias, hipertensión, tabaquismo y nutrición
inapropiada, es decir, fomentar un estilo de envejecimiento saludable.

La prevención secundaria, estará dirigida a los pacientes portadores de Diabetes Mellitus o


intolerancia a la glucosa y tiene como objetivos a través del buen control metabólico de la
enfermedad, prevenir las complicaciones agudas y crónicas.

La prevención terciaria, está dirigida a pacientes diabéticos con complicaciones crónicas,


para detener o retardar su progresión; esto incluye un control metabólico óptimo y evitar las
discapacidades mediante la rehabilitación física, psicológica y social, impidiendo la
mortalidad temprana.

Tanto la prevención secundaria como terciaria, requieren de la participación multidisciplinaria


de profesionales especializados.

La Diabetes, al igual que otras enfermedades puede prevenirse, aquí algunos pasos para
hacerlo:

Prevención frente a la Diabetes Mellitus Tipo 2


En personas con elevado riesgo de desarrollar una DM Tipo 2, la implementación de
programas de pérdida de peso y planes de ejercicio físico pueden contribuir a la disminución
del riesgo.
Las personas con obesidad o sobrepeso y sedentarias tienen un riesgo muy elevado de
desarrollar una DM Tipo 2.
Existen diferentes estudios clínicos que demuestran que una reducción moderada de peso y un
programa de ejercicio físico de tan sólo media hora diaria durante al menos cinco días a la
semana, experimentan una drástica reducción del riesgo de desarrollar DM Tipo 2.

16
TRATAMIENTO
El tratamiento de la Diabetes se sustenta en 6 pilares básicos:

1. Plan de alimentación: Un plan de alimentación va más allá de lo que entendemos por una
“dieta”. Debe ser un proyecto individualizado a las necesidades de cada persona, sus
preferencias y debe contemplar objetivos relacionados con la consecución de un peso
óptimo, situación laboral, disponibilidades, etc. Este plan deberá contener una baja
cantidad de alimentos que contengan gran cantidad de grasa y azúcar, pues estos
ingredientes contribuyen a que la sangre no fluya normalmente en nuestro organismo.

2. Plan de ejercicio físico: Presenta las mismas características que la alimentación en cuanto
a preferencia, objetivos, etc. Lo ideal es alcanzar al menos 30 minutos diarios de ejercicio
físico activo, preferentemente aeróbico (caminar sostenidamente, natación, bicicleta,
remo, etc.).

3. Medicación: Existen múltiples y variadas disposiciones farmacológicas para el


tratamiento de la Diabetes Mellitus. Lo importante es que el paciente observe
escrupulosamente las normas que su médico especialista le indique tanto en cuanto a dosis
y a horario, relación de la medicación con la comida, precauciones con el alcohol, la
conducción, etc. La mayor parte de los tratamientos farmacológicos de la Diabetes pueden
causar hipoglucemias (bajadas peligrosas de la cifra de glucosa en la sangre que pueden
causar desmayos), debiendo el paciente diabético ser instruido para saber cómo evitarlas y
tratarlas si se presentan.

4. Hábitos generales de higiene: Quizás el principal consejo que todo paciente con Diabetes
Mellitus debe recibir es que NO FUME. El tabaco es un importante factor de riesgo
cardiovascular en todos los ciudadanos, pero el aumento del riesgo que origina en los
diabéticos es mucho mayor.
El desarrollar hábitos que permitan una vida ordenada, con horarios de comidas y de
sueño habituales, lo mismo que para el ejercicio físico periódico, sumamente necesario
para una vida saludable.
Los cuidados e higiene de los pies del diabético y de la piel en general también deben ser
considerados, pues en algunos pacientes con diabetes, las heridas no se cierran con
facilidad, lo cual puede originar infecciones.

5. Plan de autocontrol: Todo paciente diabético debe ser instruido en las técnicas del
autocontrol de su enfermedad y en el aprendizaje de las acciones que debe emprender ante
las incidencias más comunes; cambios de horario, descompensaciones, hipoglucemias,
enfermedades intercurrentes, etc.

6. Controles periódicos: Una parte fundamental del tratamiento de la Diabetes Mellitus es la


relacionada con los controles periódicos, no sólo en relación de las pruebas analíticas que
permitan afirmar o modificar el resto del tratamiento, sino las relacionadas con la
detección precoz de complicaciones de la enfermedad.

Los controles periódicos deben servir al paciente diabético y al profesional que le atiende
para evaluar los objetivos fijados y reajustarlos.

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El siguiente cuadro nos muestra las formas más tradicionales de controlar la Diabetes y evitar
su desarrollo:

¿Qué otros estudios se debe realizar al enfermo con Diabetes Mellitus durante el
tratamiento?
Existen múltiples estudios y pruebas que los médicos especialistas (que son responsables del
cuidado del enfermo de Diabetes), realizan para mejorar el conocimiento y controlar el estado
evolutivo de la enfermedad.

En este apartado explicaremos algunos de los estudios más comunes para conocer su
interpretación y la finalidad de cada uno de ellos:

• Hemoglobina glicosilada o Glicohemoglobina: Esta prueba de laboratorio se realiza en la


sangre y determina qué proporción de la sustancia hemoglobina se encuentra unida a la
glucosa. Sirve para tener un conocimiento de cómo ha estado la cifra de glucosa en la
sangre en los últimos dos o tres meses. Es un parámetro muy usado para conocer si el
control metabólico ha sido adecuado.
• Microalbuminuria: Consiste en determinar en la orina del paciente si se eliminan
pequeñas cantidades de albúmina. Esta eliminación se ha comprobado que es un buen
parámetro para medir mínimas lesiones en los riñones (nefropatía diabética) y para
predecir algunas complicaciones vasculares.
• Estudio de otros elementos que pueden ayudar a valorar el riesgo cardiovascular global
del diabético: Perfil Lipídico y Tensión Arterial.
• Estudio del fondo de ojo con dilatación de la pupila: Se realiza para identificar signos
precoces de enfermedad en la retina producida por la Diabetes Mellitus (Retinopatía
diabética).
• Exploración de los pulsos en las arterias de los pies y examen de los mismos incluyendo
exploración de la sensibilidad: Se realiza para descartar la existencia del llamado “pie
diabético”.

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Con el tratamiento adecuado, la mayoría de los diabéticos alcanzan niveles de glucosa en un
rango próximo a la normalidad, evitando de ese modo las consecuencias a largo plazo de la
enfermedad. La mayoría de los pacientes con DM Tipo 2 tienen cierto sobrepeso; la base del
tratamiento es la dieta, el ejercicio y la pérdida de peso (que disminuye la resistencia de los
tejidos a la acción de la insulina). Si a pesar de ello persiste un nivel elevado de glucosa en la
sangre, se les aplica tratamiento farmacológico. Los pacientes que no requieren insulina (DM
Tipo 2) o los que tienen problemas con las inyecciones de insulina, pueden utilizar
medicamentos por vía oral para controlar su diabetes.

DAÑOS MÁS FRECUENTES EN EL ORGANISMO DE UN PACIENTE DIABÉTICO


Principalmente, el paciente diabético ve alterada la normal circulación de la sangre en su
organismo, pues las vasos se encuentran obstruidos por grandes concentraciones de glucosa,
siendo los daños más frecuentes:

Complicaciones Agudas:

La cetoacidosis diabética
La cetoacidosis diabética (CAD) es el resultado de la producción excesiva de glucosa junto
con una disminución en su utilización, lo cual trae como consecuencia hiperglucemia,
glucosuria y diuresis osmótica. La degradación de los triglicéridos a ácidos grasos libres está
muy acelerada, y el metabolismo hepático de los ácidos grasos se encuentra desviado hacia la
producción de cetonas.
La diuresis osmótica provoca una deshidratación importante y un déficit corporal total de
potasio que puede estar parcialmente enmascarado por la acidosis. En presencia de pH bajo, el
potasio en sangre no suele representar fielmente el potasio corporal total, sino que a menudo
está más elevado.
Los pacientes se presentan con depresión sensorial o, a veces, en coma, con antecedentes de
haber experimentado intensa poliuria y polidipsia, así como un fuerte dolor abdominal y
vómitos. Muchas veces la CAD aparece como manifestación inicial de una diabetes tipo 1.

Coma hiperosmolar hiperglucémico no cetósico


Se presenta fundamentalmente en adultos mayores de 60 años, y se diferencia de la CAD por
la ausencia de cetosis significativa y la presencia de glucemias muy elevadas (>600 mg/dl),
con osmolaridad plasmática > 320 mOsm/l. Un 50% de los pacientes presenta un estado de
acidosis metabólica discreta, con un cuadro de deshidratación intensa e hipotensión, que
puede llegar al shock hipovolémico.
El estado de conciencia varía desde el letargo al coma profundo. Este cuadro puede
sospecharse en todo individuo mayor, diabético o no diabético, que presente un deterioro
agudo del sistema nervioso central, signos neurológicos focales y deshidratación importante.

Acidosis láctica
La acidosis láctica significativa se produce cuando los niveles plasmáticos de ácido láctico
superan los 5 mOsm/l y el pH sanguíneo es inferior a 7.35.
Puede ocurrir en situaciones clínicas asociadas con hipoxia tisular (shock cardiogénico o
endotóxico, insuficiencia respiratoria). En la diabetes mellitus, las complicaciones
microvasculares y macrovasculares favorecen la hipoxia tisular pero la acidosis láctica es
infrecuente; en cambio, la acidosis sí puede aparecer en el curso de una cetoacidosis diabética
o un estado hiperosmolar no cetósico.

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La asociación de acidosis láctica con la utilización de metformina (tipo de antidiabético vía
oral) es excepcional y ocurre sólo cuando no se respetan las contraindicaciones para el uso del
fármaco (insuficiencia cardíaca, hepática, respiratoria o renal, alcoholismo).

Coma hipoglucémico
Se ha calculado que más del 10% de los diabéticos tipo 1 tratados con insulinoterapia
convencional, y un 25% con tratamiento intensificado, sufren al menos un episodio anual de
hipoglucemia grave, incluyendo convulsiones y coma. Cuadros similares ocurren sólo en el
5% de los diabéticos tipo 2 tratados con sulfonilureas.
Mientras las hipoglucemias leves presentan síntomas como transpiración, taquicardia y
temblores, los cuadros graves conllevan desorientación, conducta inapropiada y pérdida de la
conciencia. En general, el síndrome de hipoglucemia se instala en forma abrupta y requiere
una intervención terapéutica inmediata.

Complicaciones Crónicas:

Aterosclerosis y diabetes
Es bien conocida la relación patogénica entre la enfermedad de los vasos de mediano y gran
calibre y la Diabetes Mellitus. Se acepta que esta enfermedad acelera el desarrollo de las
lesiones características de la aterosclerosis. La insulinorresistencia y el hiperinsulinismo son
los principales factores implicados en la patogénesis de la macroangiopatía.
Otros factores de riesgo son la hiperglucemia, la dislipidemia aterogénica, la hipertensión y la
obesidad. Se manifiesta clínicamente como enfermedad cardiovascular, vascular periférica y
cerebral, y es el principal problema de salud asociado con la DM tipo 2.

Hiperglucemia y complicaciones vasculares (angiopatía diabética)


Se ha demostrado la asociación entre el grado y la duración de la hiperglucemia y el riesgo de
desarrollar complicaciones microvasculares (retinopatía, nefropatía, neuropatía) y
macrovasculares (enfermedad cardiovascular, cerebrovascular y vascular periférica). Por el
contrario, cuanto más bajos sean los valores de la glucemia, menor será la probabilidad de
sufrir trastornos graves. El riesgo microvascular parece guardar una mayor relación con la
hiperglucemia, mientras que la enfermedad macrovascular tiene una patogenia más compleja,
al intervenir además las dislipemias, los factores hemorreológicos y la hipertensión.

Principales vasos afectados por la aterosclerosis


Las lesiones ateromatosas se desarrollan en primera instancia en las regiones en las que la
íntima suele engrosarse como respuesta adaptativa al estrés mecánico, generalmente en las
zonas de orificios, bifurcaciones y ramas arteriales. Las lesiones más avanzadas suelen
localizarse con preferencia en las arterias coronarias, las renales, la carótida interna y la aorta.
En ésta, la localización más frecuente –y más grave en etapas avanzadas de la vida– es el
segmento abdominal. El cayado y la aorta torácica por lo general presentan menos lesiones
ateromatosas. Otro sitio de localización son las arterias de los miembros inferiores.

Aterosclerosis coronaria
La enfermedad cardíaca coronaria es primordialmente de etiología aterosclérotica, y la
principal causa de muerte en hombres y mujeres en los países occidentales. Es una
enfermedad progresiva que suele iniciarse en etapas tempranas pero se manifiesta en la edad
media de la vida, o más tarde. La diabetes es uno de los principales factores de riesgo de
padecer aterosclerosis coronaria, ya que acelera su progresión, produce disfunción endotelial
y aumenta la actividad plaquetaria.

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Angor pectoris (angina de pecho)
La progresiva oclusión de los vasos coronarios conduce a una privación de oxígeno al
miocardio, pero los síntomas no suelen aparecer hasta que el vaso sufre la oclusión de un 50-
70% de su luz. En algunos pacientes, las situaciones de isquemia pueden no tener traducción
sintomática: son las isquemias asintomáticas. Cuando aparecen los síntomas, el más común es
la clásica angina de pecho, caracterizada por un típico dolor precordial que suele ser de
naturaleza opresiva y puede irradiarse al cuello, maxilar inferior, hombro y miembro superior
izquierdo. El dolor es transitorio y por lo general aparece después de situaciones de esfuerzo
físico, estrés emocional o momentos posprandiales; es la traducción de una isquemia
miocárdica transitoria. El cambio en el patrón de la angina (aparición más frecuente o en
reposo), la transforma en una angina inestable o in crescendo. Éste puede ser el indicio del
agravamiento de la isquemia y su evolución a un estadio ulterior: el infarto del miocardio.

El infarto de miocardio
El término infarto de miocardio se refiere a la necrosis de un grupo de miocitos cardíacos
como consecuencia de la isquemia. La obstrucción coronaria (paulatina o brusca), resultante
de la placa ateromatosa y su evolución, es la causa más frecuente del evento.
La presentación clínica típica incluye dolor intenso y prolongado, precordial o epigástrico,
con irradiación al miembro superior izquierdo y a la mandíbula; puede asociarse con disnea,
sudoración, náuseas y vómitos.
De acuerdo con la extensión parietal de la necrosis, los infartos de miocardio se clasifican en
transmurales, subenocárdicos o intramurales. Por su localización pueden ser: anteriores,
posteriores, diafragmáticos, septales o combinados (los más frecuentes). Todos ellos
compromenten alguna región del ventrículo izquierdo.
Los infartos puros de las aurículas o del ventrículo derecho son raros.

Accidentes cerebrovasculares
De las dos categorías de accidente cerebrovascular (isquémico y hemorrágico), la que
visiblemente se vincula con la ateromatosis es la primera. Un 70% de todos los ataques
cerebrales ocurre por una reducción del flujo sanguíneo encefálico. Algunos, asociados con la
enfermedad carotídea, son consecuencia de un estado de hipoperfusión, pero la mayoría
sucederían por enfermedad aterotormbótica, que es la embolización desde un ateroma, o la
oclusión aguda posterior a un accidente de placa carotídea y la propagación distal de un
trombo. Los ataques cerebrales aterotrombóticos a menudo están precedidos por cuadros
denominados de isquemia cerebral transitoria, caracterizados por síntomas neurológicos
focales que se resuelven por completo en un lapso de 24 horas; sin embargo, la tercera parte
de quienes los padecen tienen riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.

Aterosclerosis ilíaca
La forma más común de vasculopatía periférica oclusiva es la obstrucción de la arteria
femoral superficial; le siguen en frecuencia las ilíacas, la aorta terminal y las arterias
poplíteas. La localización, la magnitud y el tiempo en que se desarrolle el bloqueo
determinarán la sintomatología. La isquemia puede ocurrir de forma progresiva o aguda.
La obstrucción repentina y completa del sector terminal de la aorta o sus ramas ilíacas puede
ser la consecuencia del enclavamiento de un émbolo, una trombosis sobreañadida tras un
accidente de placa, o la rotura de un aneurisma.
Cuando la obstrucción sobreviene de forma abrupta sobre la bifurcación, ambos miembros
inferiores aparecerán fríos, pálidos, dolorosos y sin pulsos arteriales.

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La oclusión progresiva (vinculada con el crecimiento de la placa de ateroma) causará dolor en
las masas musculares de la región glútea y todo el miembro inferior durante la marcha; habrá
ausencia de pulso femoral y a menudo auscultación de un soplo sobre dicha arteria. En los
varones, se agrega impotencia sexual.

Claudicación intermitente en la diabetes


El clásico síntoma del compromiso aterosclerótico de las arterias de los miembros inferiores
es la claudicación intermitente, que se manifiesta por dolor en las masas musculares de estos
miembros, de tipo calambre, que aparece durante la deambulación y se alivia inmediatamente
al detener la marcha; y además ausencia o debilitamiento de los pulsos arteriales. El territorio
afectado con más frecuencia son las pantorrillas, pero puede aparecer en otros sectores,
traduciendo la topografía de la lesión obstructiva: femoropoplíteo, para las pantorrillas;
aortoilíaco, en región glútea; poplíteo y tibioperoneo, en tobillo y pie.
La gravedad de los síntomas de claudicación es proporcional a la gravedad del compromiso
arterial y al grado de isquemia del territorio irrigado; del dolor al deambular se puede pasar al
dolor en reposo.

Enfermedad renal e insuficiencia renal


Los riñones suelen ser los órganos más gravemente comprometidos en el diabético, y la
insuficiencia renal secundaria es una causa común de muerte en estos pacientes. En la
nefropatía diabética se puede encontrar cualquiera de las siguientes lesiones o sus
combinaciones: afectación glomerular, arteriosclerosis e infecciones.
La afectación glomerular tiene tres patrones característicos: glomerusclerosis difusa,
glomerulosclerosis nodular con lesiones exudativas que provocan pronteinuría, y síndrome
nefrótico; todos progresan hacia la insuficiencia renal crónica.
La arterioslosclerosis se denomina nefrosclerosis benigna y con frecuencia se asocia a
hipertensión arterial.
Las infecciones del tracto urinario suelen ser pielonefritis y, ocasionalmente, papilitis
necrotizante. Los pacientes diabéticos con microalminuria presentan un mayor riesgo de
desarrollar nefropatía progresiva. Cuando ya existe proteinuria, la progresión hacia la
insuficiencia renal crónica es lo más frecuente.

Glomerulopatía diabética
Las modificaciones iniciales en la glomerulopatía diabética son el engrosamiento de la
membrana basal glomerular y la expansión difusa del mesangio por depósito de matriz
extracelular. Este último es el hallazgo fundamental. Cuando estas acumulaciones se producen
dentro de áreas limitadas de sección circular se denominan nódulos de Kimmelstiel-Wilson9.

Retinopatía diabética
En el paciente diabético, la retinopatía diabética es causa de ceguera o disminución de la
visión.
La retinopatía no proliferativa se caracteriza por el desarrollo de microaneurismas
acompañados de edema, exudados, hemorragias, cambios arteriolares y venosos. Los
microaneurismas se observan como manchas rojo vinosas.. Los exudados duros o céreos son
acumulaciones localizadas de proteínas y lípidos extravasados, mientras que los exudados
algodonosos representan microinfartos de color blanco grisáceo en las capas retinianas
superficiales. Mucho más grave es la retinopatía proliferativa, caracterizada por

9
Es una complicación degenerativa de la Diabetes en la que se produce una expansión glomerular mensagial con
lesiones nodulares difusas, afectando el riñón. Sus principales síntomas son albuminuria, edema nefrótico,
hipertensión y retinopatía.

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neovascularización y fibrosis que progresa en algunos años hasta ser capaz de desarrollar una
masa de tejido conectivo vascular sobre la retina y la papila, y provocar una grave
disminución de la agudeza visual o ceguera.

Fondo de ojo en la retinopatía diabética


En sus estadios iniciales, la retinopatía presenta microaneurismas y microhemorragias que se
observan como pequeños puntos rojos aislados en el fondo de ojo. Los aneurismas pueden
estallar y provocar hemorragias moteadas que los rodean. Se observan dilataciones venosas
que, en etapas avanzadas, forman “rulos venosos”. Las hemorragias “en llama” son
superficiales. Aparecen los exudados, blandos o algodonosos, y los duros, de aspecto blanco
amarillento. Cuando se distribuyen en cadena rodeando la mácula forman la “retinitis
circinada”. Puede haber edema macular.
La variedad “proliferativa” de la retinopatía muestra vasos de neoformación que surgen como
probable respuesta a la isquemia, forman una malla capilar alrededor de la papila y pueden
extenderse hacia el vítreo. Son vasos frágiles y sangrantes que se asocian con proliferación
fibrosa. La proliferación fibrovascular se observa como bandas que toman el aspecto de
abanico o cepillo y avanzan entre la retina y las capas corticales del vítreo, pudiendo
traccionar y desprender la retina. La retinopatía proliferativa suele asociarse con rubeosis del
iris.

Catarata ocular y diabetes


Las cataratas son comunes en los pacientes diabéticos y son indistinguibles de las cataratas
seniles de los no diabéticos. Se estima que la diabetes mellitus acelera el desarrollo de este
trastorno, por lo que comienza a manifestarse a edades más tempranas que las observadas de
forma habitual en las cataratas seniles. Se ha postulado que la hiperglucemia conduce a un
aumento de la producción de sorbitol a nivel del cristalino, lo que se traduciría en alteraciones
osmóticas que acelerarían la formación de cataratas.
En ocasiones existen opacidades en el cristalino, denominadas cataratas en copos de nieve,
que se observan en pacientes jóvenes con diabetes insulinodependiente mal controlada. Esta
forma de catarata es más específica de la diabetes, pero también puede producirse en otros
trastornos y, a diferencia de la catarata senil, muestra regresión cuando se logra un adecuado
control metabólico.

Complicaciones cutáneas
Más del 40% de los pacientes diabéticos tienen algún tipo de manifestación dermatológica.
Los signos cutáneos pueden inclusive sugerir el diagnóstico de la enfermedad: la dermopatía,
las ampollas, la necrobiosis lipoidea, el granuloma anular, la xantomatosis, los xantomas
eruptivos, el síndrome similar al escleroderma, el de engrosamiento cutáneo y la acantosis
nigricans se asocian con frecuencia a la diabetes.
Asimismo las infecciones cutáneas (furúnculos, piodermitis, ántrax, intertrigos micóticos,
onicomicosis) y las úlceras que pueden vincularse con transtornos tróficos neuropáticos,
vasculopáticos o mixtos, y son potencialmente gravísimas.
La dermopatía diabética es la patología más frecuente. Se manifiesta en forma de pequeñas
lesiones pretibiales, ovales o redondeadas, atróficas e hiperpigmentadas.
La necrobiosis se presenta por lo general en la región pretibial como placas eritematosas
sobreelavadas, con un centro deprimido que transparenta los vasos de la dermis.
Las ampollas –de consistencia firme, color claro, tensas– se ubican en manos y pies; el
granuloma anular –pequeñas pápulas que se reúnen formando una placa anular–, en el dorso
de manos y muñecas o rodillas, codos y rostro; la xantosis –coloración amarilleta de la piel–,
en palmas, plantas y surcos nasogenianos.

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Las infecciones en el paciente diabético
Algunas infecciones específicas son más comunes en los pacientes diabéticos; varias cursan
con mayor gravedad e incidencia de complicaciones y otras ocurren casi exclusivamente en
estos enfermos.
Los diabéticos tienen alteraciones inmunitarias (disminución en la función de los
neurotrófilos, adherencia leucocitaria, quimiotaxis, fagocitosis o actividad de los linfocitos T).
La hiperglucemia, la neuropatía y la menor perfusión capilar pueden retardar la reparación
tisular. Entre las infecciones leves predominan las micosis superficiales, y entre las graves, las
asociadas con el pie diabético y la celulitis necrotizante.

Aparato respiratorio: neumonía comunitaria (neumococos S. aureus, H. influenzae); sinusitis


aguda; exacerbaciones de la bronquitis crónica.
Aparato genitourinario: formas no complicadas (cistitis, en especial en la mujer) y formas
complicadas (pielonefritis aguda y abscesos perirrenales) producidas por E. coli y Proteus sp.;
infecciones urogenitales fúngicas (Candida), cistitis, balanopostitis, vulvovaginitis.
Infecciones graves: fascitis necrotizante (gramnegativos, anaeróbicos), otitis externa maligna
(Pseudomonas), colecistitis enfisematosa (anaerobios) y mucormicosis rinocerebral.

El pie diabético: patogenia


La suma de insuficiencia vascular debida a macroangiopatía, neuropatía periférica y
predisposición aumentada a infecciones determina la mayor frecuencia de sufrir lesiones
ulceronecróticas en los pies por parte de los pacientes diabéticos.
La pérdida de sensibilidad hace que el enfermo no reaccione ante traumatismos,
microtraumatismos (como ampollas en la planta del pie) o lesiones de mayor envergadura
(quemaduras). Esto puede llevar a verdaderas gangrenas que obligan a la amputación del
miembro afectado.
La educación concerniente al cuidado de los pies, incluidos el uso de zapatos adecuados y la
comprobación de la temperatura del agua antes de bañarse, es de suma importancia. El reposo
en cama y el uso de férulas en los pies pueden aliviar la presión y permitir la curación.

Progresión del pie diabético


Una ulceración en la piel del pie puede ser la condición inicial que lleve a una eventual
amputación. La ulceración en el pie neuropático se desarrolla en los puntos de hipertensión
mecánica, en la superficie plantar y en el extremo de los dedos. Las lesiones isquémicas
suelen ubicarse en los márgenes del pie y en los dedos, y son mucho más graves. Se inician
con una solución de continuidad en la piel que puede infectarse y avanzan hacia el tejido
celular, comprometiendo luego los tendones y las fascias, formando abscesos profundos,
osteomelitis y finalmente gangrena de uno o varios dedos, de todo el pie, e inclusive de la
pierna.

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DISCAPACIDAD Y DIABETES

La Diabetes Mellitus es una enfermedad que causa un aumento muy importante del riesgo de
padecer y morir de una enfermedad cardiovascular.
Esta es una asociación tan fuerte desde el punto de vista clínico que hoy muchos autores y
comités de expertos, recomiendan tratar al paciente con Diabetes Mellitus como si ya fuese
seguro que sus arterias están dañadas en lo referente a otros factores de riesgo cardiovascular
como cifras de Colesterol, tensión arterial, uso de fármacos antiagregantes plaquetarios, etc.
Pero además la Diabetes y sobre todo la Diabetes mal controlada produce daños en múltiples
órganos y sistemas, además en los grandes y pequeños vasos sanguíneos del organismo; así
puede causar:

‰ Por alteración de los grandes vasos: Infarto de miocardio, falta de riego de las
extremidades, accidentes cerebrovasculares, enfermedad por arteriosclerosis precoz, etc.
‰ Daños en la retina de los ojos. Retinoplatía diabética. Produce ceguera.
‰ Daños en los riñones con nefropatía diabética. Insuficiencia renal, transplante de riñón.
‰ Daños en el sistema nervioso con neuropatía diabética.
‰ Diversos daños en la piel con dermopatía diabética.
‰ Presencia del pié diabético, caracterizado en pequeños cortes de difícil curación lo que
podría ser un pequeño sangrado, se convierte en una herida difícil de cerrar, que podría
traer infecciones. Generando amputaciones.

¿Se puede prevenir estas complicaciones?


Existen estudios que demuestran que el control óptimo de la Diabetes permite prevenir o
retrasar la aparición de prácticamente todas las complicaciones:

En la Diabetes Tipo 1, el estudio conocido como DCCT (Diabetes Control Complications


Trial), o

En la Diabetes Tipo 2, el estudio conocido como UKPDS (United Kingdom Prevention


Diabetes Study – Estudio de prevención de la Diabetes del Reino Unido).

DCCT (Diabetes Control Complications Trial) Estudio del Control y Complicaciones de la


Diabetes: El Instituto Nacional de la Diabetes y enfermedades Digestivas y Renales
(NIDDK), de los Estados Unidos, realizó un estudio ente 1983 y 1993, el cual demostró que
manteniendo los niveles de glucosa dentro de un rango lo más cercano posible a la
normalidad, se enlentecía la aparición y progresión de las alteraciones renales, oculares y
nerviosas que puede causar la diabetes. Se demostró que cualquier mejoría del control
metabólico es positiva, incluso si la persona tiene una historia previa de pobre control
metabólico.

El estudio se realizó con la ayuda de 1,441 pacientes voluntarios que padecen Diabetes Tipo
1, de 19 centros médicos de Estados Unidos y Canadá. Estos voluntarios, para poder
participar en este estudio, no debían tener signo alguno, o muy precoz, de afectación ocular
producida por la diabetes.

El estudio compara los efectos de dos pautas de tratamiento, una convencional y otra
intensiva, sobre las complicaciones de la diabetes. A los pacientes participantes se les asignó
un tratamiento u otro al azar.

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Los resultados de este tipo estudio dieron cuenta que la disminución de los niveles medios de
glucosa reduce los riesgos de la aparición de complicaciones, del siguiente modo:

• Enfermedad ocular: 76%


• Enfermedad renal: 50%
• Enfermedad nerviosa: 60%

Los elementos que constituían la pauta intensiva en el estudio del DCCT, eran los siguientes:

• Análisis de glucosa sanguínea, 4 o más veces al día.


• 4 inyecciones de insulina o el uso de una bomba de insulina.
• Ajuste de la dosis de insulina según la cantidad de alimento y el ejercicio.
• Plan de alimentación y ejercicio.
• Visitas mensuales al equipo de diabetología, compuesto por un médico, enfermera
educadora, dietista y psicoterapeuta, experto en terapia de la conducta.

Los riesgos del tratamiento intensivo aplicado en el DCCT, fueron los siguientes:

El efecto colateral más importante del tratamiento intensivo fue el aumento de riesgo de
episodio de hipoglucemia severa, que requerían la asistencia de otra persona. Como
consecuencia de este riesgo, los investigadores del DCCT no recomiendan la terapia intensiva
en niños menores de 13 años, personas con enfermedad cardíaca o complicaciones avanzadas,
pacientes de edad avanzada y pacientes con una historia de frecuentes hipoglucemias. Los
pacientes sometidos a tratamiento intensivo sufrieron un aumento leve de peso, lo que podría
sugerir que esta pauta terapéutica no sea apropiada para pacientes con diabetes que tienen
sobrepeso.

Los investigadores estiman que el tratamiento intensivo duplica el coste por paciente por
aumentar el número de visitas al equipo médico y la frecuencia de determinación de
glucemias en el domicilio. Sin embargo, parece que este coste adicional se vería compensado
por la reducción de gastos médicos relacionados con las complicaciones a largo plazo y la
mejora de la calidad de vida de los pacientes con diabetes.

UKPDS (United Kingdom Prospective Diabetes Study): El Estudio Prospectivo sobre


Diabetes del Reino Unido, fue un estudio clínico único de larga duración iniciado en 1977,
conducido inicialmente durante 20 años y diseñado con el fin de hallar información acerca de
cómo tratar a las personas con Diabetes Tipo 2, para prevenir complicaciones mientras se
mantiene su salud.

El estudio se realizó con el apoyo de un total de 5102 pacientes diagnosticados con Diabetes
Tipo 2, quienes de forma aleatoria fueron asignados a diversos grupos de tratamiento por un
periodo de 10 años:
• Grupo convencional con la política de dieta.
• Grupo intensivo con la política de la consecución de objetivos de control de la glucosa con
valores próximos a la normalidad (con tratamiento con sulfonilurea o insulina).
• Grupo intensivo con la política de la consecución de objetivos de control ajustado de la
presión arterial.

26
El 10 de Septiembre de 1998, en el Congreso de la European Association for the Study of
Diabetes (EASD) fueron presentados los resultados del estudio UKPDS, siendo éste el más
largo y con mayor tamaño muestral de los realizados hasta ahora.

El estudio en su totalidad fue un éxito y llegó a demostrar que el tratamiento intensivo con un
control mejorado de la presión arterial y de la glucosa (bien con sulfonilureas o insulina)
reduce el riesgo de las complicaciones micro vasculares que causan tanto morbilidad como
mortalidad prematura en pacientes con diabetes tipo 2.
Este estudio viene a ser para la Diabetes tipo 2 lo que el DCCT para la Diabetes tipo 1.

En ambos se ha demostrado que un buen control metabólico, es crucial para prevenir la


presencia de complicaciones tanto a medio como a largo plazo

Como se señala, la Diabetes Mellitus es una de las enfermedades que producen discapacidad
si no se controla ni se trata adecuadamente, estas discapacidades pueden ser producidas
debido a que la sangre de un paciente diabético es generalmente espesa, producido por la
concentración de sangre, lo que impide el normal tránsito de la sangre en el organismo,
llegando a producir adormecimientos en los miembros, así como prurito (picazón) en
diferentes partes del cuerpo, y trae aún consecuencias más graves, como ceguera (retinopatía
diabética), daños a la piel (dermopatía diabética), insuficiencia renal (nefropatía diabética) o
el conocido Pie diabético, por citar los daños más importantes, que detallaremos a
continuación:

RETINOPATÍA DIABÉTICA
Según la Organización Mundial de a Salud (OMS), la Diabetes es la principal causa de
ceguera en personas de entre 20 y 74 años, así como de amputaciones de miembros por causas
no traumáticas. Los cambios que sufren los diabéticos en vasos sanguíneos y nervios
producen ulceraciones en brazos y piernas que llegan a infectarse, y a menudo no se curan,
por lo que para salvar la vida del enfermo, el miembro debe amputarse.

La Diabetes Mellitus no tratada puede producir ceguera en el paciente, a esta enfermedad se le


conoce como Retinopatía Diabética.

La Retinopatía Diabética, se debe al deterioro de los pequeños vasos sanguíneos que nutren la
retina. A los 10 años del diagnóstico de la diabetes, el 50% presentan algún grado de
retinopatía. Esta es la causa más frecuente de ceguera en los países industrializados. Las
personas con Diabetes tienen 25 veces más riesgo de ceguera que la población no diabética.

En la foto de la izquierda se ven


pequeños puntitos amarillos, es la
presencia de glucosa en el torrente
sanguíneo, lo cual puede lesionar
los vasos sanguíneos. En los ojos,
es posible que la sangre y otros
fluidos goteen dentro de los tejidos
circundantes desde los vasos
sanguíneos lesionados y causen
problemas de la vista.

27
La retinopatía diabética evoluciona en tres fases correlativas y progresivamente de peor
pronóstico:

Retinopatía simple o no proliferativa. Es la forma más leve y frecuente. Los vasos


sanguíneos de la retina se dilatan formando unas pequeñas protuberancias (aneurismas), de los
cuales sale algo de líquido que a su vez se acumula y forma depósitos (exudados). En algunos
casos, la mácula (parte de la retina donde se tiene la visión central) se hincha, produciendo así
una visión borrosa o distorsionada (edema macular).

Normalmente, no afecta a la visión y no requiere tratamiento, pero su presencia indica un


riesgo más elevado de desarrollar la forma proliferativa, por lo que requiere un seguimiento
más estricto y frecuente.

Retinopatía preproliferativa. Es un grado más avanzado, los exudados se tornan algodonosos


y los vasos retinianos se vuelven tortuosos.

Retinopatía proliferativa. Es la forma más grave. En esta fase, los capilares no aportan la
sangre necesaria a la retina, lo que provoca la aparición de nuevos capilares. Estos nuevos
capilares crecen sin orden, y son más débiles que los normales, por lo que pueden provocar
hemorragias dentro del ojo (hemorragia vítrea), impidiendo la entrada de luz al interior de la
retina. Estos vasos pueden formar un tejido cicatricial, que se endurece y tira de la retina
llegando a desprenderla de la parte posterior del ojo (desprendimiento de retina), que puede
provocar pérdida de la visión.

Incluso, esta forma de retinopatía puede pasar desapercibida hasta que sucede una de las
catástrofes ya descritas: desprendimiento de retina o hemorragia vítrea; por ello es
fundamental la revisión periódica del oftalmólogo con exploración del fondo de ojo.

El desprendimiento de la retina, sobre todo incipiente o pequeño se puede tratar con láser,
"pegando" la retina a las capas más superficiales mediante pequeñas quemaduras, que al
cicatrizar actúan como enganches (fotocoagulación diseminada), o quemando directamente
los pequeños vasos anormales (fotocoagulación focalizada).

Cuando la hemorragia vítrea es muy importante, se puede recurrir a la vitrectomía,


intervención quirúrgica en la que se vacía el humor vítreo (líquido que rellena la parte
posterior del ojo) sanguinolento y opaco, sustituyéndose por líquido estéril y transparente,
restableciendo así la visión.

Las cataratas son 1,6 veces más frecuentes en la población que tiene Diabetes, aparecen en
edades más tempranas y progresan más rápidamente que en la población no diabética.

Prevención de los problemas oculares en los diabéticos. Como medida principal, el paciente
diabético debe hacerse un examen oftalmológico por lo menos una vez al año. La detección
precoz y el tratamiento adecuado mediante fotocoagulación con láser reducen en más de un
60% el riesgo de pérdida visual en las personas con retinopatía diabética de alto riesgo. Se
recomienda realizar revisiones anuales después del diagnóstico en la DM Tipo 2 y a partir del
5º año del diagnóstico en la DM Tipo 1.

Consulte rápidamente con su oftalmólogo si:

28
ƒ Su visión se vuelve borrosa.
ƒ Empieza a tener problemas para leer.
ƒ Ve doble.
ƒ Le duelen uno o ambos ojos.
ƒ Siente como presión en los ojos.
ƒ Ve moscas o manchas volantes.
ƒ No ve los objetos situados a los lados.

Consecuencias de la Retinopatía Diabética: Mala visión llegando a producirse glaucoma o


cataratas; en casos extremos, cuando la enfermedad está muy avanzada, llega a generar
ceguera en el diabético.

PIÉ DIABÉTICO
Primero, ¿a qué le llamamos pié diabético?, es el pié de un paciente diabético en donde
encontramos lesiones tipo heridas y/o úlceras, o lesiones que puedan condicionarlas, por
ejemplo, callosidades. El pie que aparece en la foto de la izquierda, presenta una úlcera que,
en una persona diabética se vuelve difícil de cerrar, creciendo hasta perforar los músculos, al
punto que debe de ser amputado el pie.

En segundo lugar, se debe indicar que existen tres clases de pie diabético: Vascular,
Neuropático y Mixto (Vascular-Neuropático).

Pié diabético vascular:


Se produce debido a que la sangre se espesa por la elevada concentración de glucosa,
haciéndose lento su flujo regular; además el paciente diabético tiene tendencia a que sus vasos
sean duros y gruesos, limitando más el flujo sanguíneo a nivel distal, llegando poco oxígeno a
sus tejidos. ¿Cómo se reconoce un pie vasculopático? Generalmente es un pie pálido, de piel
fina, brillosa, frío al tacto y pulsos disminuidos.

Pié diabético neuropático:


Normalmente los nervios son irrigados por unos vasos
muy delgados, y al ser la sangre espesa y los vasos
gruesos, llega muy poco el flujo sanguíneo y por ende, se
produce una disminución de la sensibilidad y del miembro
distal; sin embargo, lo más grave es la disminución de la
sensibilidad, pues eso condiciona a las úlceras.

¿Cómo se reconoce un pie neuropático? Un pie caliente,


piel seca, agrietada, los pulsos están conservados, la
sensación térmica y de tacto están disminuidas,
deformidad del pié (pie de Charcot que aparece en la foto
derecha).

Pié diabético mixto: Tiene de ambos tipos de pie ya


descritos, se reconoce cuando el pie disminuye su
sensibilidad y los pulsos son ausentes o disminuidos.

Consecuencia del Pie Diabético: La consecuencia de un pie diabético mal tratado, inadecuado
diagnóstico y/o tratamiento es la amputación, puesto que, al no irrigar la sangre
correctamente, una simple herida puede ser difícil de curar y por lo tanto de cerrar, dando

29
paso a úlceras que son un foco infección, lo que llevaría a amputar el pie. Es cierto que la
incorrecta irrigación de sangre, por estar ésta con alto contenido de glucosa, afecta también a
otros miembros, pero debido a que en el pie descansa todo el peso de nuestro cuerpo, es el
miembro más susceptible de sufrir una amputación, por los motivos ya especificados.

DERMOPATÍA DIABÉTICA
La dermopatía diabética comprende las lesiones que sufre la piel de un paciente diabético, ya
sea por alteración vascular, neuropática, por presencia de agentes infecciosos como hongos,
virus y bacterias. Hay una lesión frecuente en los diabéticos que se denomina ACANTOSIS
NIGRICANS, que es la coloración oscura en la flexura, que simula suciedad; y esto se debe a
que es frecuente en pacientes diabéticos obesos, pues éstos son resistentes a la insulina.
También es frecuente la picazón exagerada sin causa aparente, esto debido a la elevada
concentración de glucosa en sangre.

En la foto de la izquierda
podemos ver la piel de un
paciente diabético con varios
puntos rojos, que son máculas
rojo-púrpura de 0,5 a 2 cm. de
diámetro, que con el tiempo se
vuelven más oscuras, forman
una pequeña costra y
evolucionan en 1-2 años, dejando una zona atrófica e hiperpigmentada. Son asintomáticas y se
localizan preferentemente en regiones pretibiales, aunque de forma ocasional pueden aparecer
en rodillas, tobillos, muslos o antebrazos.

Consecuencia de Dermopatía Diabética: Pérdida de los miembros y/o alteración de la figura


corporal.

NEFROPATÍA DIABÉTICA
Se produce debido a la alteración de la filtración medular de la sangre y esto debido a la
alteración vascular, a la densidad elevada de la sangre y a la lesión de los glomérulos renales.
El paciente puede ver de inicio, viendo en sus orinas, que éstas son espumosas, pero el
examen más simple de secuencia de tamizaje de nefropatía, es un simple examen de orina,
donde se podrá apreciar la pérdida de proteínas a través de la misma, conociéndose dicho
proceso como microalbuminuria.

La foto de la izquierda presenta 2


riñones: uno sano y otro de un
paciente diabético. Durante la
nefropatía diabética, el riñón
presenta daño y se acumula más
proteína en la orina de lo normal.
A medida que la enfermedad
progresa, cada vez se va
destruyendo más parte del riñón y
con el tiempo la capacidad de éste
para funcionar comienza a
declinar, lo que finalmente puede
llevar a insuficiencia renal crónica.

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Consecuencia de Nefropatía Diabética: Puede llevar a una insuficiencia renal, una falla total
en el riñón que ya no puede depurar, y tendrá que hacerse un lavado de sangre a través de
máquinas de hemodiálisis, hasta que el paciente reciba un nuevo riñón (transplante renal).

De ir en aumento la presencia de DM Tipo 2 en jóvenes (aunque no hay cifras exactas en el


Perú), sería mayor la población económicamente activa con discapacidad, afectando
directamente el desarrollo social y económico de nuestro país.

31
EL DÍA MUNDIAL DE LA DIABETES

La Organización Mundial de la Salud tuvo la excelente idea de crear el DÍA MUNDIAL DE


LA DIABETES, que se celebra todos los 14 de noviembre desde 1991; de esta forma se rinde
homenaje a Frederik Grant Banting, quien nació el 14 de noviembre de 1891. Este gran
fisiólogo, junto con Charles Best, logró aislar por primera vez la insulina en 1921. Gracias a
este hallazgo, la Diabetes pasó de ser una enfermedad mortal a una controlable.

El "Día Mundial de la Diabetes" está copatrocinado por la Federación Internacional de la


Diabetes (IDF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y tiene como objetivo que los
diabéticos, el personal de salud, las instituciones y la sociedad en general tomen conciencia,
por un lado, del alcance, las características y las posibles consecuencias de esta enfermedad y,
por otra parte, de los beneficios y repercusiones positivas de un tratamiento adecuado, así
como del control y de un estilo de vida sano.

El “Día Mundial de la Diabetes” celebrado en el 2006, se tituló DIABETES Y CUIDADOS


DEL PIÉ, para proteger al máximo los pies en los diabéticos, ya que en una persona con
Diabetes, un simple corte en el pie, o un mal corte de uñas podría producir una herida que
difícilmente cierre y, lo que es peor, conllevaría a la amputación generada por una infección
que es, en los diabéticos, difícil de tratar.

Instaurar un día dedicado a la Diabetes, hace que la población se informe frente a esta
enfermedad que parece ir en irremediable aumento, pues al mismo tiempo que se incrementan
los casos de Diabetes, también lo hacen las complicaciones asociadas a la misma, tales como
enfermedades cardiovasculares, oculares, renales o nerviosas, ulceraciones del pie o
amputaciones.

Por este motivo, el lema que presidirá el Día Mundial de la Diabetes a lo largo de tres años
consecutivos es "Aligerando la carga", elegido siguiendo la recomendación de la
Organización Mundial de la Salud y se centrará en las complicaciones de la enfermedad.

Las razones están claras: las complicaciones de la Diabetes Mellitus son una pesada carga que
tiene un fuerte impacto sobre las vidas de los pacientes y de sus familias, así como de la
sociedad en general.

Como ejemplo tenemos que en España, a partir de datos procedentes de investigaciones


efectuadas desde 1992 hasta 1998, se estima que la prevalencia de la enfermedad alcanza el
5%, pero se suele afirmar que existe un porcentaje del 3,5% de Diabetes Mellitus
desconocida. Por tanto, la prevalencia real sería cercana al 8,5%, lo que equivaldría a una
cifra de más de 2 millones de personas afectadas; en Latinoamérica se estima que, para el
2025 podría haber más de 26 millones de diabéticos.

La Diabetes Mellitus, tanto de tipo 1 y sobre todo de tipo 2, representa un poderoso factor de
riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares de origen aterosclerótico y
microvascular. Así, un 80% de las causas de muerte en diabéticos tiene relación con la
aterosclerosis, frente a un 30% en la población no diabética.

En estos pacientes el riesgo de presentar enfermedad cerebrovascular o coronaria o de fallecer


por su causa, es 2-3 veces superior al de la población general y el riesgo de enfermedad
vascular periférica, es 5 veces mayor.

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Diversos estudios corroboran que el diagnóstico de DM Tipo 2 comporta una reducción de
hasta 10 años potenciales de vida, ya que el impacto de la enfermedad cardiovascular sobre la
mortalidad prematura es en la práctica 4 veces superior en los pacientes con DM Tipo 2 que
en los pacientes con DM Tipo 1.

En cualquier caso, la Diabetes Mellitus acelera la historia natural del proceso aterosclerótico
en todos los territorios vasculares y de la enfermedad microvascular renal, retiniana y
miocárdica, acelerando también la presentación clínica de sus correspondientes procesos
patológicos.

Además de la hiperglucemia, en la Diabetes hay otros factores asociados al incremento del


riesgo cardiovascular, sobre todo en pacientes no dependientes de insulina. Así, alteraciones
del metabolismo lipídico, hipertensión arterial, disfunción endotelial y alteraciones de la
trombogénesis favorecen el desarrollo de enfermedad cardiovascular.

33
TRATO A UN PACIENTE DIABÉTICO EN URGENCIAS

Es relativamente frecuente que a un paciente diabético se le modifique el tratamiento


hipoglucemiante habitual cuando demanda asistencia urgente sin que, en muchas ocasiones,
está indicado. Para evitar en la medida de lo posible esta contingencia, se propone una serie
de recomendaciones que facilitarán el manejo de pacientes diabéticos, considerando aquellas
situaciones que con mayor frecuencia son motivo de controversia.

Instauración de una pauta de insulina a demanda.


La existencia de una hiperglucemia marcada (> 400 mg/dl con cetonuria y/o hiperosmolaridad
pero sin cetoacidosis ni alteración del nivel de conciencia, respectivamente), en un paciente
diabético obliga, con frecuencia, al ingreso hospitalario del mismo y a la instauración de una
pauta de insulina a demanda para su correcto control. El término “a demanda” implica que la
dosis de insulina a administrar se determinará en función de la glucemia detectada. Sin
embargo, uno de los errores más frecuentes en la práctica clínica diaria es establecer una
pauta de insulina estándar, es decir, para cualquier enfermo, sin tener en cuenta el tipo de
fármaco hipoglucemiante con el que se trataba la diabetes ni la dosis del mismo.

La pauta de insulina a demanda siempre se realiza con insulina rápida, ya sea por vía
subcutánea o por vía intravenosa. La vía más utilizada, al menos de inicio, es la intravenosa,
ya que, si la descompensación hiperglucemia es hiperosmolar, el grado de deshidratación
cutánea no aconseja la administración de insulina por vía subcutánea al no asegurarse una
adecuada absorción del fármaco.

Según estas premisas, el establecimiento de una pauta de insulina a demanda requiere los
siguientes pasos:

1. Calcular la dosis equivalente de insulina rápida en función de la cantidad de insulina


retardada o de antidiabéticos orales que el paciente se administraba.
Por ejemplo, si un paciente diabético se trata con 20 UI diarias de insulina retardada o 3
comprimidos de cualquier antidiabético oral, equivaldrían, en ambas casos, a 30 UI de
insulina rápida.

2. A continuación, se distribuye la cantidad calculada en 4 ó 3 dosis en función que


decidamos administrar la insulina cada 6 u 8 horas, respectivamente. Generalmente,
cuando la vía de administración elegida es la intravenosa (normalmente al principio del
tratamiento), se administra cada 6 horas para lo que dividimos por 4 las necesidades
diarias calculadas de insulina rápida; sin embargo, cuando se administra por vía
subcutánea (normalmente a partir de las primeras 24 horas de iniciada la pauta) la insulina
la distribuimos en 3 dosis (cada 8 horas).

3. La dosis calculada de insulina rápida se ajusta para un intervalo glucémico de 120-160


mg/dl, para minimizar el desarrollo de hipoglucemia, aumentando o disminuyendo de 2 en
2 UI de insulina por cada incremento o descenso de la concentración glucémica
seleccionada, respectivamente: si bien, para intervalos muy amplios como glucemias de
300-500 mg/dl o superiores a 500 mg/dl se pueden incrementar 4 UI. Hay que explicitar
en el tratamiento una consideración muy importante: no administrar insulina si la
glucemia es inferior a 80 mg/dl, aunque en este caso solicitaremos una nueva
determinación de glucemia a las 2 horas procediendo en función del resultado obtenido.

34
Otros intervalos glucémicos habitualmente utilizados son 80-120 mg/dl, 160-200 mg/dl,
200-300 mg/dl, 300-500 mg/dl y más de 500 mg/dl.

Para el control del paciente diabético en el que se ha establecido una pauta de insulina, la
glucemia se determinará mediante tira reactiva.

4. Según los controles de glucemia registrados con las cantidades de insulina rápida
prescritas en la pauta a demanda, se procederá a un nuevo incremento o descenso de la
dosis de insulina en todos o en algunos de sus intervalos, hasta conseguir normoglucemia
en todas las determinaciones.

5. La pauta de insulina se mantendrá hasta que hayamos obtenido normoglucemia (80-120


mg/dl) o glucemias ligeramente superiores a las normales (hasta 160 mg/dl) durante al
menos 48 horas. Una vez conseguido el control de la glucemia, según hemos mencionado,
se procederá a calcular la dosis equivalente de insulina retardada en función de la dosis
media diaria de insulina rápida que se ha necesitado para el adecuado control de la
glucemia, teniendo en cuenta exclusivamente la cantidad de insulina rápida administrada
en las últimas 48 horas.

SUEROTERAPIA
La indicación de sueroterapia no implica por sí misma la modificación del tratamiento
habitual del paciente diabético. Sólo se instaurará una pauta de insulina rápida a demanda
cuando exista hiperglucemia marcada o cuando la enfermedad que obliga a utilizar la
sueroterapia origine un aumento de las necesidades de insulina.

La prescripción de sueroterapia puede estar acompañada o no de dieta absoluta, actuando en


cada una de estas situaciones de la forma que a continuación exponemos.

Sin dieta absoluta.


• Si el paciente diabético está tratado con insulina retardada se prescribirá inicialmente la
misma dosis de este fármaco que se administraba en su domicilio, solicitando controles de
glucemia mediante tira reactiva antes de cada una de las tres comidas principales
(desayuno, almuerzo y cena). Si existe normoglucemia se mantiene la dosis. Si, por el
contrario, se detecta hiperglucemia se incrementará progresivamente la cantidad de
insulina retardada o se asociará insulina de acción rápida, tal y como hemos descrito
anteriormente, en función del control donde hayamos detectado la hiperglucemia.
• Si el paciente está tratado con antidiabéticos orales se mantendrá la dosis que se
administraba previamente, solicitando igualmente controles de glucemia mediante tira
reactiva antes de las tres comidas principales. Si se detecta hiperglucemia leve, además de
mantener el tratamiento con antidiabéticos orales, se añadirá a los sueros insulina de
acción rápida en cantidad necesaria para metabolizar la glucosa de los mismos. Para
minimizar el desarrollo de hipoglucemia se añadirá 1UI de insulina rápida por cada 4 g. de
glucosa aportados, es decir, en un suero glucosado al 5% de 500 ml añadiremos 6 UI de
insulina rápida; si se trata de un suero glucosado al 10% de 500 ml añadiremos 12 UI y 4
UI si se tratara de 500 ml de suero glucosalino.

Con dieta absoluta


• Si el paciente se trataba con insulina retardada, se administrarán inicialmente las tres
cuartas partes de la dosis previa. Se solicitarán controles de glucemia mediante tira

35
reactiva antes de las tres comidas principales y se procederá en función de los resultados
de la misma, tal y como hemos mencionado con anterioridad.
• Si el paciente se trataba con antidiabéticos orales y a pesar de estar en dieta absoluta se
permite medicación, se administrará inicialmente la mitad de la dosis previa. Se
solicitarán controles de glucemia mediante tira reactiva antes de las tres comidas
principales y si se detecta hiperglucemia se metabolizará la glucosa de los sueros como ya
hemos descrito. Si no se permitiera la ingestión de medicación y, por tanto de
antidiabéticos orales, se calcularía la dosis equivalente de insulina retardada y se
administraría el 50%.

Independientemente que el paciente esté o no en dieta absoluta, si la glucemia no se controla


con las medidas anteriores, será necesaria la instauración de una pauta de insulina a demanda.

Se evitará la administración simultánea de insulina por dos vías, de manera tal que si la
dosis de insulina retardada es insuficiente para el control de la glucemia a pesar de
incrementos progresivos de ésta, se establecerá una pauta de insulina rápida a demanda y
se suspenderá la insulina retardada.

Insuficiencia renal
El desarrollo de una insuficiencia renal en un paciente diabético obliga a modificar el
tratamiento hipoglucemiante tanto si se trata de insulina como de antidiabéticos orales.

Diabetes en tratamiento con insulina


En el paciente tratado con insulina, la insuficiencia renal origina una disminución de las
necesidades de este fármaco, transitorias o permanentes, en función que se resuelva o no la
insuficiencia renal. En estas circunstancias, dado que la cuantía de este descenso es variable
en cada paciente, es necesaria la suspensión de la insulina retardada y la instauración de una
pauta de insulina a demanda, tal y como hemos descrito en el apartado correspondiente, es
decir, cálculo de la dosis equivalente de insulina rápida, distribución en 3 ó 4 dosis, cálculo de
la dosis media de las necesidades de insulina rápida en las últimas 48 horas de
normoglucemia, conversión en insulina retardada y administración de una o dos dosis en
función de la dosis total diaria necesaria. Hay que tener presente que si la insuficiencia renal
se corrige, puede ser necesario incrementar de nuevo la dosis de insulina retardada.

Diabetes en tratamiento con antidiabéticos orales


En el paciente diabético tratado con antidiabéticos orales, el desarrollo de insuficiencia renal
obliga a la suspensión de los mismos, independientemente que alguno de ellos tenga una
metabolización exclusivamente hepática, para lo que estableceremos una pauta de insulina a
demanda como ya hemos descrito. Si la insuficiencia renal es crónica se mantendrá el
tratamiento con insulina; si, por el contrario, se resuelve la alteración de la función renal, debe
administrarse nuevamente antidiabéticos orales.

Proceso infeccioso recurrente


Empíricamente, la existencia de un proceso infeccioso aumenta en un 20-30% los
requerimientos diarios de insulina o de antidiabéticos orales en el paciente diabético. Sin
embargo, este incremento puede socabarse en parte por la lógica disminución del aporte
calórico que acontece en estas circunstancias.

Como norma general, la presencia de una enfermedad infecciosa no obliga por sí misma a la
modificación del tratamiento hipoglucemiante habitual, sino que éste se determina en función

36
de las concentraciones de glucemia. De esta forma, la existencia de una glucemia inferior a
los 200mg/dl no requiere un cambio en la dosis del fármaco hipoglucemiante administrado;
por el contrario, la presencia de una glucemia superior a los 200 mg/dl generalmente aconseja
un incremento de la dosis del fármaco habitualmente utilizado y, si supera los 300 mg/dl, el
establecimiento de una pauta a demanda de insulina rápida tanto si el paciente se trataba con
insulina como si lo hacía con antidiabéticos orales.

Descompensación diabética aguda hiperglucémica


Con relativa frecuencia, el paciente diabético desarrolla descompensaciones diabética agudas
hiperglucémicas que no cumplen criterios de coma hiperosmolar ni de cetoacidosis diabética;
son las denominadas diabetes descompensada en situación hiperosmolar y diabetes
descompensada en situación cetósica.

La descompensación diabética aguda en situación hiperosmolar se caracteriza por los mismos


criterios que el coma hiperosmolar pero sin alteración del nivel de conciencia.

La descompensación diabética aguda en situación cetósica se caracteriza por la presencia de


hiperglucemia con cetonuria pero con un pH normal, a pesar de detectarse incluso un
descenso de las cifras de bicarbonato en sangre.

Ambas situaciones obligan a la suspensión de los antidiabéticos orales y de la insulina


retardada, requiriendo el establecimiento de una pauta a demanda de insulina rápida.

37
DIABETES EN EL PERÚ

Según la Organización Mundial de la Salud, en el 2000 había 754 mil peruanos diabéticos, y
se presume que para el 2030, la cifra casi se triplique, llegando a 1’961,000 peruanos con
Diabetes Mellitus10.

Según datos del Ministerio de Salud, la Diabetes Mellitus ha cobrado la vida, en el 2000, de
1,836 peruanos, siendo esta enfermedad la décimo tercera causa de muerte en el Perú. Aunque
se estima que casi un millón de peruanos son diabéticos, según declaraciones hechas por el
asesor del despacho viceministerial del MINSA, señor Segundo Seclén, el 14 de noviembre
del 2006, a propósito del Día Mundial de la Diabetes.

La estadística realizada por el Ministerio de Salud, “Casos de Diabetes Mellitus registrados en


consulta externa por grupos de edad en el 2005”, reporta que 41,601 peruanos son diabéticos
que están siguiendo un tratamiento en diferentes hospitales del país, dividiendo a este grupo
en los siguientes tipos de Diabetes:

1. Diabetes Mellitus insulinodependiente (tipo 1): 1,267


2. Diabetes Mellitus no insulinodependiente (tipo 2): 18,968
3. Diabetes Mellitus asociada con desnutrición: 66
4. Otras Diabetes Mellitus especificadas: 723
5. Diabetes Mellitus, no especificadas: 20,577

Las mujeres encabezan la lista de afectados con un total de 27 mil 453 casos registrados,
mientras que los varones suman 14 mil 148.

En el Perú, la prevalencia de Diabetes es de 1 a 8% de la población general, encontrándose a


Piura y Lima como los más afectados (2,5). Se menciona que en la actualidad la Diabetes
Mellitus afecta a más de un millón de peruanos y menos de la mitad han sido diagnosticados,
mientras que la prevalencia de Diabetes Mellitus a nivel mundial varía entre 2 y 5% y en los
Estados Unidos, los casos diagnosticados de Diabetes alcanzan al 5.9% de la población total,
con predominio de la raza afro-americana, mexicano-americana e hispana.

Lamentablemente no existe una base de datos exacta de cuántas personas tienen Diabetes en
nuestro país, sería casi imposible, pues se conoce que muchas personas desconocen que son
diabéticas. Máximo se podría conocer a cuánto asciende la cantidad de personas que se
encuentran en tratamiento en diferentes establecimientos hospitalarios y centros médicos del
país. Se adjunta un gráfico proporcionado por el Ministerio de Salud, donde se especifican los
peruanos que reciben tratamiento de Diabetes.

Según la publicación “Situación de las enfermedades no transmisibles en el Perú”, realizada


por la Organización Panamericana de la Salud y la Dirección General de Epidemiología del
Ministerio de Salud, la prevalencia de diabetes en el Perú varía desde 0.5 a 7.6% de la
población general, encontrándose a Piura y Lima como los más afectados. De acuerdo a los
estudios de prevalencia de factores de riesgo para Enfermedades No Transmisibles
desarrollado por la Dirección General de Epidemiología, es en Villa El Salvador y Huancayo,
donde la prevalencia de diabetes varía de 2.7% en Villa El Salvador a 3.1% en Huancayo.

10
http://www.who.int/diabetes/facts/world_figures/en/index3.html

38
DIABETES EN EL MUNDO

Debido a que los hispanos somos las personas más susceptibles en contraer esta enfermedad
(los hispanos residentes en Estados Unidos tienen 1.5 más probabilidades de desarrollar
diabetes que los blancos no hispanos, según la Asociación Nacional Médica Hispana), la tasa
de mortalidad por diabetes de los latinos es 40 por ciento mayor que otras razas. Las
estadísticas son aún más alarmantes en el caso de los estadounidenses de origen mexicano:
éstos tienen el doble de probabilidades de desarrollar diabetes que los blancos no hispanos. La
causa de esto es incierta, pero se cree que es una combinación de factores genéticos y estilo de
vida.

Por desgracia, para muchos otros latinoamericanos la insulina no está disponible o es


demasiado cara. “La cruda realidad es que, 80 años después del descubrimiento de la insulina,
un número muy alto de diabéticos en todo el mundo muere por no tener acceso al fármaco”,
dice Pierre Lefebvre, presidente de la Federación Internacional de Diabetes. Aunque existen
problemas de abasto, transporte y mala calidad de la insulina, la causa principal de lo anterior
es que muchos diabéticos no pueden pagar la medicina.

Según la Federación Mexicana de Diabetes, la insulina para un mes de tratamiento cuesta 300
pesos (28 dólares), lo que equivale a más del 20 por ciento del salario mínimo mensual en
México.

Sin embargo, hay dos formas de control de la diabetes disponibles para todos: la dieta y el
ejercicio. “Conviene hacer algún ejercicio aeróbico, como caminar, al menos cinco días a la
semana y disminuir el consumo de grasas y azúcares”, dice el doctor Leao Zagury, ex
presidente de la Asociación Brasileña de Diabetes. “Los estudios muestran que 150 minutos
de ejercicio por semana, combinados con una reducción de peso corporal del 5%, previenen el
desarrollo de diabetes en 58% de los pacientes”. El doctor Maximino Ruiz añade: “Yo receto
dieta y ejercicio del mismo modo en que prescribo medicamentos para otras enfermedades
¡Ése es el tratamiento!.”

En Latinoamérica ya se han tomado diversas medidas. Por ejemplo, en Chile el programa de


almuerzos escolares, creado originalmente para luchar contra la desnutrición, se ha reformado
para reducir la obesidad infantil y fomentar hábitos sanos de alimentación. En las escuelas de
la mayoría de los países de la región se realizan campañas educativas que subrayan la
importancia de las dietas bajas en carnes y grasas y ricas en frutas y verduras.

El gobierno brasileño ahora ofrece gratuitamente insulina y otros fármacos contra la Diabetes
a pacientes pobres; además, puso en marcha un programa de detección e intervención
temprana para evitar amputaciones. Argentina tiene una nueva especialidad médica: la
diabetología. En la actualidad en ese país hay cerca de 2,000 médicos dedicados
exclusivamente al tratamiento de la diabetes.

39
CONCLUSIÓN

La Diabetes Mellitus, es históricamente una de las enfermedades más antiguas en el hombre,


siendo considerada inicialmente como una enfermedad hereditaria o contraída a partir de la
edad adulta, sin embargo, en los últimos años, el número de personas afectadas con este mal
ha crecido de manera tan alarmante que ha obligado a la ciencia médica, realizar acciones con
el fin de frenar su galopante incremento a nivel mundial, a través de lo cual se está mejorando
la calidad de vida de las personas diabéticas, debido que hasta la actualidad no existe cura a
esta enfermedad.

De esta forma, se ha dado a la Diabetes Mellitus la misma importancia que otras


enfermedades más recientes como el SIDA, debido que, el crecimiento de diabéticos es tan
abrumador que ya se está dando visos de pandemia.

Pero, ¿por qué se ha elevado el número de personas con Diabetes Mellitus?, existen muchos
factores que han contribuido al crecimiento de esta enfermedad, tal vez, el principal sea el
avance tecnológico, que nos facilita realizar actividades con mucho menos esfuerzo,
mejorando de esta forma la calidad de vida de las personas, permitiendo realizar otras
actividades.

Sin embargo, la misma tecnología que nos brinda facilidades, ha contribuido al crecimiento de
esta enfermedad, ya que gracias a la invención de ascensores, el transporte motorizado,
inclusive el control remoto de la televisión; nos permite no realizar mucho esfuerzo físico;
además, el ritmo acelerado de vida al cual está sometido el hombre de hoy, especialmente los
que viven en las grandes ciudades, lo ha obligado a cambiar drásticamente sus hábitos
alimenticios, comiendo solamente para alimentarse y no para nutrirse, de esta forma, las
golosinas, gaseosas, o las llamadas “comidas rápidas”, que aportan poco a la nutrición del
organismo, sean frecuentes en el menú de hoy.

Todos estos factores han permitido que el sedentarismo, la obesidad y la mala alimentación
sean factores de riesgo en el ser humano a presentar la Diabetes Mellitus, siendo, por los
motivos expuestos, la enfermedad más frecuente en los ciudadanos que habitan en sociedades
urbanas e industrializadas.

El impacto de la Diabetes Mellitus en la sociedad es negativo debido que es una enfermedad


multiorgánica, es decir, daña todos los órganos y lo que es peor, genera discapacidades,
siendo la ceguera, la principal discapacidad generada por la Diabetes a nivel mundial.

La solución está en nuestras manos, se pueden realizar medidas de prevención primaria,


educando a los pacientes, a sus familias y al público en general sobre esta enfermedad y sus
consecuencias, de esta forma, estaríamos evitando el incremento de personas con
discapacidad en el país generadas por este mal, teniendo en cuenta que la Diabetes Mellitus es
una enfermedad generalmente prevenible.

De esta forma, si modificamos nuestro estilo de vida, haciéndolo más saludable, cambiamos
nuestros hábitos alimenticios, hacemos ejercicios físicos; en resumen, tomamos conciencia
que la salud es lo primordial en nuestra vida, detendremos el incremento de esta enfermedad y
de sus devastadoras consecuencias.

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BIBLIOGRAFÍA

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Manuel García de los Ríos A. y Pilar Durrutya. 2da. Edición, Chile 2003.

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Dr. Segundo Seclén Santisteban, Volumen 42, Número 4, julio-agosto del 2003.

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