Está en la página 1de 24

TEMÁTICA:

¿Se aplican los conceptos y principios de “Vivir Bien” en la


actual coyuntura?

I. INTRODUCCIÓN

En Bolivia junto al denominado “Proceso de Cambio” se implementó el


concepto del “Vivir Bien” junto a una serie de políticas y reformas destinadas a
establecer un nuevo estado pluricultural y nacional. En este ensayo se
abordará el tema del “Vivir Bien” y se responderá a la interrogante: ¿Se aplican
los conceptos y principios de esta en la coyuntura actual?

Vivir Bien o Buen Vivir, es la vida en plenitud. Es saber vivir en armonía y


equilibrio, en armonía con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida
y de la historia, y en equilibrio con toda forma de existencia. Y ese justamente
es el camino y el horizonte de la comunidad; implica primero saber vivir y luego
convivir. No se puede Vivir Bien si los demás viven mal, o si se daña la Madre
Naturaleza. Vivir Bien significa comprender que el deterioro de una especie es
el deterioro del conjunto. (Huanacuni, 2014)

Para comprender mejor el concepto de “Vivir Bien” se desarrollan los


trece principios: Suma Manq aña, Suma Umaña, Suma Thokoña, Suma Ikiña,
Suma Irnakaña, Suma Lupiña, Suma Amuyaña, Suma Munaña, Munayasiña,
Suma Ist aña, Suma Aruskipaña, Suma Samkasiña, Suma Sarnaqaña, Suma
Churaña, suma Katukaña.

En cuanto a la actual coyuntura política en la que está enmarcado el


país, se toma en cuenta el crecimiento de la economía, la reducción de la
pobreza y desigualdad. Las políticas internacionales y nacionales en relación a
los trece puntos del “Vivir Bien”, y los efectos de las primeras en la segunda.
Así mismo las contradicciones que surgen de la interacción de ambas y el uso
del concepto en los medio de comunicación.

El siguiente ensayo se divide en cinco partes, una primera parte


introductoria, una segunda para la descripción del problema, una tercera para
el desarrollo argumental, una cuarta para las conclusiones y una quinta para la
bibliografía.

II. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA

El “Vivir Bien” surge como expresión propia de la cosmovisión andina a


finales del siglo pasado, con el fin de aproximarse a prácticas, visiones y
concepciones, espacios de construcción y complementación propias del mundo
andino. Según María Eugenia Choque Quispe “Es el ideal buscado por el
hombre y la mujer andina, traducido como la plenitud de la vida, el bienestar
social, económico y político que los pueblos anhelan. El desarrollo pleno de los
pueblos”.

En la región de Los Andes, en países como Perú, Ecuador y Bolivia, el


significado varía ligeramente, desde “criar la vida”, “vida dulce”, “buena vida”,
etc. Además si se analiza más a fondo la expresión podemos encontrarnos con
la inexistencia de la misma expresión en la realidad etnográfica. Sin embargo
no se abordara el debate de la existencia o no de la misma. Si no la aplicación
de los conceptos y principios en el contexto nacional.

De esta manera nos encontramos ante un ideal de los pueblos andinos,


que si bien surge hace varios años atrás, encuentra por fin su espacio en la
coyuntura actual mediante la acción política del partido de gobierno boliviano.
Este mismo lo utiliza para realzar los fines de sus acciones y medidas en el
territorio nacional. Sin embargo de los trece puntos que conforman el “Vivir
Bien”, solo sale a relucir el “Suma Manq aña”, que significa: “saber comer”. Es
habitual toparse con algún spot publicitario ocasionalmente mencionando la
seguridad alimentaria y la construcción de viviendas sociales, citando la frase
“para el Vivir Bien”. De esta forma se distingue la problemática del presente
ensayo.

III. DESARROLLO ARGUMENTAL

Para hablar acerca del “Vivir Bien” en la coyuntura actual es necesario


referirnos a sus trece principios y a partir de cada uno de ellos examinar si
estos se aplican. Para comenzar tenemos al “Suma Manqaña” o saber comer,
que se refiere según Huanacuni a: “Saber alimentarse, que no es equivalente a
llenar el estómago; es importante escoger alimentos sanos, cada luna nueva se
ayuna; y en la transición del mara (ciclo solar) se debe ayunar cinco días (dos
días antes y dos días después del Willka Ura (día del sol Solsticio de Invierno).
En la cosmovisión andina todo vive y necesita alimento, es por eso que a
través de las ofrendas damos alimentos también a la Madre Tierra, a las
montañas, a los ríos. La Madre Tierra nos da los alimentos que requerimos, por
eso debemos comer el alimento de la época, del tiempo, y el alimento del
lugar”. En Bolivia la producción alimentaria y las políticas referidas a este tema,
sí se han dado a lugar y la cultura andina culinaria son partes importantes de la
sociedad boliviana. Por lo tanto “Suma Manqaña” se aplica al contexto nacional
y la coyuntura política. Además el saber alimentarse o saber comer, es parte de
ser boliviano, al menos en lo que se refiere a la gastronomía típica. Sin
embargo acá se puede realizar una importante observación y es el importante
incremento del consumo de comida chatarra y el aumento de la obesidad en la
población.

Es en este punto donde se puede notar la falencia no solo de la


sociedad sino de la inefectividad de las medidas en salud y conciencia
alimentaria en lo que se refiere al “Saber Comer”, como uno de los principios
del “Vivir Bien”.

Tenemos después al “Suma Umaña” o saber beber. Según Huanacuni:


“Antes de beber se inicia con la ch’alla, dando de beber a la Pachamama, a los
achochillas, a las awichas. Beber, tomar, ch’allar completarse (chuymar
montaña, chuymat apsuña, chuymat sartaña jawirjam sarantañataki) entrar al
corazón, sacar del corazón y emerger del corazón para fluir y caminar como el
rio.” Claramente se puede hacer referencia a la falta de control y consumo
indiscriminado de bebidas alcohólicas en la sociedad boliviana, las políticas en
cuanto este tema son muy escazas y el consumo se incrementa precisamente
en festividades que involucren actos culturales y ancestrales, dándose a lugar
un sinfín de tragedias a causa del no “saber beber”.

Sin embargo en Bolivia son muchas las ch’allas que se realizan al año y
son parte de la cultura ancestral, junto a festividades y actividades religiosas o
de cualquier índole; pero en lo que se refiere al “saber beber” como principio
del “Vivir Bien” este no se cumple en el sentido idóneo que establece este
concepto.

El tercer principio “Suma Thokoña” o saber danzar, según Huanacuni:


“Entrar en relación y conexión cosmotelúrica, toda actividad debe realizarse
con dimensión espiritual”. Se desarrolla abiertamente sin lugar a dudas
integralmente dentro de la sociedad boliviana. Las políticas culturales que ha
tomado el partido de gobierno apuntan claramente a la implementación de este
principio dentro de la sociedad boliviana.

Como cuarto principio tenemos a “Suma Ikiña” o saber dormir. Según


Huanacuni: “Se tiene que dormir dos días, es decir dormir antes de la media
noche, para tener las dos energías; la de la noche y la de la mañana del día
siguiente, la energía de dos días. En el hemisferio sur se tiene que dormir la
cabeza al norte, los pies al sur, en el hemisferio norte la cabeza al sur y los pies
al norte”. Claramente se trata de un principio que no puede verse más que
desde el punto de vista de idealista. Se trata de un principio que si bien puede
estar presente en alguna porción de sociedad boliviana, las políticas que
pueden tomarse o que se intenten abordase no resultarían efectivas y no se
tiene ningún antecedente más que el que el educativo o informativo respecto a
los principios del “Vivir Bien”.

El quinto principio “Suma Irnakaña” o saber trabajar. Según Huanacuni


“Para el indígena originario el trabajo no es sufrimiento, es alegría, debemos
realizar la actividad con pasión, intensamente (Sinti pacha)”. De acuerdo a este
principio y la coyuntura nacional podemos argumentar que en Bolivia la
población obrera de mayor número siempre ha sido la indígena, y la sigue
siendo por tratarse de la mayor parte de la sociedad. En cuanto a políticas se
han tomado numerosas medidas para apoyar al trabajo y a la creación de
numerosas fuentes de empleo. Sin embargo en lo que se refiere a este
principio se puede argumentar que si está presente y es parte indiscutible de
Bolivia el “Saber Trabajar”. Por tratarse del boliviano es común considerarlo
como una persona trabajadora inclusive por parte de países vecinos.

“Suma Lupiña” o saber meditar, según Huanacuni:”Entrar en un proceso


de introspección. El silencio equilibra y armoniza, por lo tanto el equilibrio se
restablece a través del silencio de uno (Amiki) y se conecta al equilibrio y
silencio del entorno, el silencio de uno, se conecta con el silencio del entorno
(Ch’uju) y como consecuencia de esta interacción y complementación emerge
la calma y la tranquilidad”. Se trata de otro principio que no está extendido
dentro de la coyuntura política nacional, al menos no abiertamente.

“Suma Amuyaña” o “saber pensar”, según Huanacuni: ”Es la reflexión,


no sólo desde lo racional sino desde el sentir; uno de los principios aymaras
nos dice: jan piq armt’asa chuman thakip saranlañani (sin perder la razón
caminemos la senda del corazón)”. Este principio hace parte del conjunto
idealista que no ha tenido efecto, ni está presente en la sociedad boliviana, en
una porción muy reducida es posible que si haya sido adoptado como un
principio fundamental. Sin embargo ni políticas ni otras medidas han sido
tomadas para hacerse uso de este principio.

Suma Munaña, Munayasiña o “saber amar” y ser amado, según


Huanacuni:”El proceso complementario warmi chacha, el respeto a todo lo que
existe genera la relación armónica”. Presente en la cultura andina sin embargo
no adoptada en la sociedad boliviana, donde preponderantemente se
encuentran casos de maltrato de pareja y machismo cultural. Las medidas
políticas para que se aplique este principio fueron tomadas y son numerosas
las campañas para frenar el maltrato a la mujer. Se puede argumentar de este
modo que en la coyuntura nacional el principio “Saber Amar” no está presente;
pero deben ser implementados para una mejor calidad de vida.
Suma Ist aña o saber escuchar, según Huanacuni:”En aymara ist’aña no
sólo es escuchar con los oídos; es percibir, sentir, escuchar con todo nuestro
cuerpo; si todo vive, todo habla también”. En Bolivia lo que escasea sin lugar a
dudas es la presencia de este principio en todos los ámbitos posibles, el
diálogo y la necesidad del mismo deberían ser partes integrales de la
educación y de la educación de la misma. En la sociedad boliviana primero se
toman las medida de presión y luego se las terminan con el dialogo, saber
escuchar es uno de los pilares fundamentales de una sociedad sana. Y forma
parte de la educación moral de la persona.

Suma Aruskipaña o hablar bien, según Huanacuni:”Antes de hablar hay


que sentir y pensar bien, hablar bien significa hablar para construir, para
alentar, para aportar, recordemos que todo lo que hablamos se escribe en los
corazones de quienes lo escuchan, a veces es difícil borrar el efecto de
algunas palabras; es por eso que hay que hablar bien”. Otra crítica que se
puede realizar a la coyuntura política nacional actual es la falta de este
principio.

Suma Samkasiña o saber soñar, según Huanacuni:”Partimos del


principio de que todo empieza desde el sueño, por lo tanto el sueño es el inicio
de la realidad. A través del sueño percibimos la vida. Soñar es proyectar la
vida”. Forma parte del grupo de principios idealistas y utópicos que establece el
concepto del “Vivir Bien”. Según la Psicología los sueños son expresiones y
pulsiones del inconsciente que se manifiesta en el estado onírico con el fin de
aliviar los impulsos retenidos por le consciente. Este principio se puede referir a
la salud mental de la persona, y que debe ser tomado como medidor de la
misma.

Suma Sarnaqaña o saber caminar, según Huanacuni:”No existe el


cansancio para quien sabe caminar. Debemos estar conscientes de que uno
nunca camina solo; caminamos con el viento, caminamos con la Madre Tierra,
caminamos con el Padre Sol, caminamos con la Madre Luna, caminamos con
los ancestros y con muchos otros seres”. Podemos situar a este principio
dentro del ámbito de la salud y deporte dentro del estado plurinacional, en
cuanto a políticas desarrolladas en este tema dentro de la coyuntura actual se
puede argumentar que está presente ya que se ha realizado mucho énfasis en
los beneficios del deporte y la construcción de espacios deportivos,
principalmente en Cochabamba y se avanza sin lugar a duda en este tema.

Suma Churaña, suma Katukaña o saber dar y saber recibir, según


Huanacuni:”Reconocer que la vida es la conjunción de muchos seres y muchas
fuerzas. En la vida todo fluye: recibimos y damos; la interacción de las dos
fuerzas genera vida. Hay que saber dar con bendición, saber dar agradeciendo
por todo lo que recibimos. Agradecer es saber recibir; recibir el brillo del Padre
Sol, la fuerza de la “Madre Tierra”, fluir como la “Madre Agua” y todo lo que la
vida nos da.

Se puede argumentar que este principio está presente dentro de las


costumbres indígenas, puesto que siempre que se inicia un negocio o actividad
se acostumbra la ch’alla y así mismo cuando se va bien en el emprendimiento
realizado se acostumbra agradecer a la “Madre Tierra”. Dentro de las políticas
relacionadas a este principio se puede decir que son varias las formas en las
que se apoya a las costumbres de este tipo desde el Ministerio de Culturas y
desde todos los emprendimientos del Estado, que se inclinan ante la
conservación de tradiciones culturales en la sociedad boliviana.

Hablando de la coyuntura actual tenemos que durante la década 2004-


2014, la economía boliviana creció a una tasa anual promedio del 4,9% debido
a los altos precios de las materias primas y una política macroeconómica
prudente. Como consecuencia, la pobreza moderada se redujo del 59% al
39%, entre 2005 y 2014, y el coeficiente de Gini de desigualdad bajó de 0,60 a
0,47.

Debido a un contexto internacional menos favorable, el crecimiento del


PIB se redujo de un pico de 6,8% en 2013 a cerca de 4% en 2016 y la
reducción de la pobreza y desigualdad ha perdido impulso. El efecto de los
bajos precios de las materias primas fue contenido por un impulso fiscal que
aprovechó los recursos acumulados en la bonanza y el financiamiento directo
del Banco Central de Bolivia (BCB) a las empresas públicas. Las reservas
internacionales son aun altas pese a que disminuyeron desde US$ 15.100
millones, a finales de 2014, a cerca de US$10.100 millones a fines de 2016.
Entre tanto, los ahorros fiscales alcanzan a alrededor del 15% del PIB y la
deuda pública bruta está cerca del 40%.

Con el objetivo de mantener un crecimiento alto, continuar reduciendo la


pobreza y mejorar el acceso a servicios básicos; a principios de 2016 fue
aprobado el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2016-
2020. Este plan incluye un amplio programa de inversiones públicas, financiado
por los ahorros acumulados en la bonanza, créditos del BCB y endeudamiento
externo. Entre otras áreas, se contemplan inversiones en infraestructura,
exploración de hidrocarburos, industrialización de gas natural (fertilizantes y
plásticos) y generación termo e hidroeléctrica. El plan también apela a un
mayor dinamismo del sector privado y de la inversión extranjera directa.

El Gobierno quiere mostrarse optimista y anticipa un crecimiento del 4,8


por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2017, pero los organismos
internacionales guardan algo más de cautela y prevén sólo un 3,9 por ciento, lo
que, según economistas nacionales, es una muestra de la agudización de la
desaceleración económica para Bolivia para este año que comienza.

El proyecto de ley aprobado por la Asamblea Legislativa que dio paso al


referéndum del 21 de febrero, consulta fue contrario a las pretensiones del
presidente Evo Morales de presentarse como candidato a los comicios
generales de 2019. El Jefe de Estado con más años de gobierno en Bolivia,
confiaba en que esa consulta le permitiese postularse para otro periodo
gubernamental, sin embargo, el 51 por ciento de población electoral le dio las
espaldas.

Los ingresos florecientes del país en estos 10 años de gestión, gracias a los
precios altos de las materias primas, especialmente de las exportaciones del
gas, lo que permitió invertir en carreteras y otras infraestructuras.
El país, al igual que otras naciones exportadoras de materias primas de
América Latina, se va a enfrentar en los próximos años a un ajuste económico
muy difícil, lo que probablemente erosionará aún más el apoyo al caudillo.

Si el señor Presidente Evo Morales es sabio, tratará de evitar el desastre


económico y político que se observa en Venezuela y buscará fortalecer la
economía del gas, permitiendo al mismo tiempo aceptar a posibles sucesores
para conversar y competir libremente. A diferencia de Chávez o de Argentina,
Cristina Fernández de Kirchner, Morales tiene la oportunidad de dejar algunos
legados positivos; pero para ello tiene que aceptar el límite de sus
pretensiones.

Un aspecto importante que se demanda sobre todo desde el sector


agroexportador es que devalúe el boliviano respecto al dólar para amortiguar
el impacto de la crisis, como lo están haciendo países que circundan a Bolivia.
Sin embargo, desde el Gobierno se desestima esta medida. ¿Qué dicen los
especialistas? "Mi conclusión es que devaluar es un tema muy complejo. No es
simple. Bolivia ha entrado a un tipo de cambio fijo y sobre esa medida habría
que reflexionar muchísimo, porque si se devalúa unos puntos y no pasa nada,
puede generar expectativas muy peligrosas.

Con países devaluando su moneda, la economía boliviana pierde en


competitividad y acceso a mercados, dicen los analistas. En suma: el
perjudicado es el sector exportador. Machicado expresa al respecto que "no
podemos afectar al sector exportador porque es la única garantía de la
estabilidad económica del país. Afectarlo es como matar a las gallinas de oro”.

Se debe poner énfasis en que el modelo económico que erigió el Ejecutivo


desde 2006 se basa en el aprovechamiento de los recursos naturales y en la
redistribución de esos ingresos a través de bonos sociales que permiten
generar demanda interna. No obstante, se espera que a partir del próximo año
se recojan los frutos de la industrialización, con la puesta en marcha de la
planta de urea, proyectos hidroeléctricos, eólicos y geotérmicos.
El Desempeño de la economía en Bolivia, enero - abril 2017 se anota que la
caída de los precios de las materias primas fue una situación que el país
superó en 2009. Esta situación no ha incidido en el crecimiento económico de
Bolivia, que ha sabido mantener un nivel récord de crecimiento logrado hasta la
fecha”. El desafío es que se siga esa tendencia.

Vivir Bien o Buen Vivir, es la vida en plenitud. Es saber vivir en armonía y


equilibrio, en armonía con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida
y de la historia, y en equilibrio con toda forma de existencia. Y ese justamente
es el camino y el horizonte de la comunidad; implica primero saber vivir y luego
convivir. No se puede Vivir Bien si los demás viven mal, o si se daña la Madre
Naturaleza. Vivir Bien significa comprender que el deterioro de una especie es
el deterioro del conjunto.

IV. CONCLUSIONES

Como conclusiones, se tiene que son varios los principios y conceptos


que están presentes dentro de la coyuntura actual, y así mismo son varios los
que no por sus características. El “saber comer”, “saber trabajar”, “saber
andar”, saber danzar”, “saber dar y recibir”, son los cinco principios más
resaltantes que sí se presentan en la sociedad boliviana en la actualidad, sin
embargo el resto de principios por tratarse de conceptos muy idealistas o
utópicos que toda sociedad moderna desearía incorporar son principios que
solo las personas pueden decidir si adoptar o no. La educación podría lograr
mejores resultados aplicando estos a la formación. Sin embargo para el tema
de este ensayo solo podemos concluir que el resto de principios como “saber
tomar”, “saber escuchar”, “saber hablar”, “saber soñar”, son principios que no
están presentes en la coyuntura actual, que si bien son la mayoría del total de
principios para llegar a conformar el “Vivir Bien” son principios que deberían ser
optativos, para llegar a este fin, sin embargo también se puede argumentar que
el concepto de “Vivir Bien” es un conjunto de reglas morales muy relacionadas
a la cosmovisión andina pero que también están presentes en la educación
moral tradicional, si bien apoyan a una lucha contra el Capitalismo o se ha
encaminado de esa forma por países como Ecuador y Bolivia, son pocos los
principios que apuntan hacia ese fin.

Es así que los conceptos y principios del “Vivir Bien” no están firmes en
la coyuntura actual pero son un puente hacia una mejor sociedad, la cual debe
decidir por sí misma adoptar y seguirlos, la educación promoviendo estos
mismos sería fundamental para la conservación de tradiciones envueltas en los
principios más enraizados en la sociedad boliviana. Pero como conclusión se
puede aseverar que no están presentes en su totalidad ni en su mayoría estos
principios y conceptos del “Vivir Bien” en la coyuntura actual”.

V. BIBLIOGRAFÍA

HUANACUNI, “Vivir Bien” y descolonización. Vivir Bien: ¿paradigma no-


capitalista?” CIDESUMSA, 2011

ALBÓ, Xavier “Suma qamaña = convivir bien. ¿Cómo medirlo? Vivir Bien:
¿paradigma no-capitalista?” CIDESUMSA, 2011.

MAMANI Ramírez, Pablo, “Qamir qamaña: dureza de “estar estando” y dulzura


de “ser siendo”, Vivir Bien:¿paradigma no-capitalista?” CIDES-UMSA, 2011.
TEMÁTICA:

“MARXISMO EN BOLIVIA”

I. INTRODUCCIÓN

Los bolivianos llegaron a conocer la palabra comunismo por obra de los


gobernantes y de los teóricos de la clase dominante, esto ya en el siglo XIX.
Era evidente que el fantasma del comunismo recorría Europa y llenaba de
terror a los potentados bolivianos que lograron bucear en la cultura. La mayor
parte de las veces era utilizado el término como espantapájaros por los
gobernantes demagogos, buscando alertar a propios y extraños sobre un
hipotético peligro de pérdida de la propiedad privada.

Las explosiones instintivas de las masas, particularmente de los


campesinos, que no cejaban en su empeño de mantener llameante el gallo
rojo, eran calificadas de comunistas. Los campesinos instintivamente se
encaminaban al reparto negro, como demostraron en 1953. Santiago Vaca
Guzmán señaló no venían del comunismo, había que añadir que tampoco se
encaminaban a él. Es fácil comprender que la casi inexistente clase obrera era
arbitrariamente sustituida por los campesinos y éstos identificados con el
comunismo.

El primer roce fue con el comunismo - amenaza y no con un movimiento


político contrario a la propiedad privada burguesa. Mucho más tarde la feudal
burguesía pretenderá volear a los campesinos contra los obreros con el
argumento de que el comunismo supone la destrucción de la pequeña
propiedad. Parece increíble que el horror a las fechorías del fantasma europeo
hubiese echado raíces en el país altiplánico, que todavía estaba viviendo de
espaldas al mundo. La raíz hay que encontrarla en el apasionado afán de
defender la propiedad privada, aunque en el caso boliviano servía para permitir
la supervivencia de la servidumbre, polo opuesto del capitalismo que está
llamado a generar en su seno a la futura sociedad socialista. No estaban en el
escenario los proletarios, que instintivamente ya son socialistas, pero la
sublevación campesina, que al decir de los alzados de 1781 era como una
irrupción de la tierra misma, tenía atemorizado al gamonalismo. Por esta razón
daban manotazos y pronunciaban airados discursos para ahuyentar al
fantasma.

Mecánicamente se repite que el primer socialista que pisó tierra


boliviana habría sido Simón Rodríguez, maestro de Bolivar, a quien se le
encomendó la organización de la enseñanza. Se lo supone saintsimoniano,
aunque él mismo en Chile sostuvo no haber tenido relación alguna con dicha
escuela ni con su fundador. Era, más bien, roussoniano, preocupado de educar
a los ciudadanos para la democracia burguesa. La educación, básicamente
artesanal, debía igualar a los hombres. Las ideas de Rodríguez resultaron por
demás exóticas en su intento de aplicación en un contexto económico-social
dominado por los privilegios de clase y de sangre. Rodríguez y Saint Simon
aparecen como portavoces de los productores, lo que constituye una identidad
de ambos.

No olvidemos que Claudio Enrique de Saint-Simon, que decía descender


de Carlomagno y luchó en Norteamérica por su independencia, vivió de 1760 a
1825. Sus teorías las desarrolló al finalizar su vida y contando con el apoyo
financiero del banquero Olinde Rodríguez que permanece ignorado en su obra
pedagógica, en sus ideas; no dejó discípulos y los bolivianos prácticamente lo
expulsaron del país.
Isidoro Belzu, que marchó en hombros de artesanos y campesinos,
sintetizó su política en la tesis de que para evitar que las masas se hiciesen
justicia con sus propias manos era preciso permitirles participar en el banquete
del poder. La democracia boliviana fue considerada como la incorporación a
ella de la mayoría nacional. Difícil considerar una mayor arbitrariedad que
aquella que considera a Belzu un precursor del marxismo. ¿Descubrió la lucha
de clases? No era un teórico, era un hombre de acción, encarnaba la energía.
Marx puntualizó que los investigadores burgueses ya describieron la lucha de
clases y que él sólo introdujo la novedad de que la lucha entre burguesía y
clase obrera conduce la dictadura del proletariado,

Cuando Belzu gobernaba, Marx estaba colocando los pilares


fundamentales de su doctrina. El Manifiesto Comunista ya se había publicado,
Pero la versión castellana circulará solamente mucho más tarde. Se puede
asegurar que el caudillo de las masas bolivianas no conoció las tendencias
socialistas de su tiempo. Algunas de las cosas que hizo y dijo guardan alguna
similitud con las tesis socialistas. Belzu no pudo menos que actuar como
portavoz de las poderosas corrientes subterráneas que impulsaban a los
explotados y multitudes de su tiempo. La evolución de la política nacional llevó
a eso.

Más tarde viajó por Europa, pero no se molestó en conectarse con los
revolucionarios y socialistas. Vivió totalmente absorvido por los problemas
bolivianos. Sotomayor Valdez caracterizó de la siguiente manera a Belzu: “El
rasgo más genial y característico de aquel gobernante consistió en oponer a las
altas clases de la sociedad, el peso del bajo pueblo, en quien supo despertar la
conciencia de su poder irresistible, y a quien no teniendo tiempo de educarse
ganó por el halago y la seducción”.
II. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA

El marxismo es una tendencia ideológica y política internacional. Su


propio creador estaba seguro que comenzaría imperando en lo que él llamó el
mundo civilizado, que en gran medida se circunscribía a Europa.

En la época del capitalismo mundial, no sólo la literatura, sino que todas


las manifestaciones superestructura les, de igual manera que las fuerzas
productivas, son fenómenos internacionales. Las fronteras nacionales no
existen para la expansión de las ideas ni del capital. La burguesía al
transformar allí donde ponía los pies, fue uniendo todos los rincones e
internacionalizó la producción económica e intelectual. De manera excepcional,
las fronteras de los países oprimidos por el imperialismo y su defensa
conservan su carácter progresista, constituyen parte integrante de la lucha por
la liberación nacional. Más, lo que enseña al respecto el Manifiesto Comunista
conserva toda su validez.

En Bolivia no ha aparecido un marxismo nacional y ni siquiera podemos


encontrar predecesores de él. Esta teoría nos ha venido de fuera.
Entendámonos: durante mucho tiempo el marxismo llegaba de afuera
virtualmente empaquetado. En las universidades se repetían mecánicamente
consignas y textos y llegaban hasta la costra aristocratizante de los artesanos
como dogmas sagrados. Únicamente más tarde, después de los años cuarenta
del presente siglo, el método marxista se soldó con la acción creadora de los
explotados, lo que permitió vitalizar el árbol reseco de la teoría. Lentamente, a
través de tremendas luchas ideológicas, fue elaborándose la teoría de la
revolución, lo que con propiedad puede considerarse como marxismo boliviano.
Para esto ha tenido que darse las espaldas al marxismo académico y
devolverle su carácter de instrumento revolucionario de los explotados.
Los teóricos de la clase dominante y particularmente los profesores
universitarios gustaban referirse con insistencia al anarquismo y a sus
prohombres. Los liberales bolivianos, que no llegaban a tanto, se sentían
complementados con los exabruptos de Proudhon y sus seguidores.

III. DESARROLLO ARGUMENTAL

Melchor Terrazas, valioso por tantos conceptos, no sólo era perito en


derecho civil, sino un pensador de fuste y hasta tuvo sus devaneos literarios. El
escribió “El sitio de París”, en ese momento el romanticismo todavía no se
planteaba volver a la tierra. “El sitio de París” es una diatriba contra los
comuneros que alentaron la existencia de la dictadura del proletariado por no
más de 70 días, pero en tan breve tiempo abrieron anchuroso camino para el
desarrollo de la historia de la humanidad. El boliviano describe
apasionadamente todos los horrores que se dice cometieron los comunistas,
que supieron poner a raya a la reacción prusiana y francesa.

Mariano Baptista, clerical, oscurantista y amigo de los grandes mineros,


estuvo a la sazón en Europa y dedicó largas columnas de su
“Correspondencia” para zaherir a los tan vapuleados comuneros parísinos.
Baptista creía ver en la Comuna a las diabólicas fuerzas desencadenadas y
que buscaban barrer la civilización y la cultura de la faz de la tierra. El
reaccionario criollo tronó contra los comunistas y puso mucho empeño en
alertar a los bolivíanos contra la peste de los librepensadores y enemigos de la
propiedad privada.

No pocos comuneros perseguidos ganaron las playas latinoamericanas,


pero ninguno de ellos llegó hasta Bolivia. Esos luchadores impulsaron el
desarrollo del socialismo en diferentes regiones. Sin embargo, de manera
indirecta, sobre todo a través del socialismo argentino, influenciaron sobre el
movimiento obrero altiplánico.
Baptista, al mismo tiempo que combatía toda idea renovadora, expresó
con alguna coherencia las ideas que alentaban algunos sectores de la clase
dominante tan interesados en atraer capitales y tecnología foráneos. En cierto
momento dijo que Bolivia no debía aspirar a ser un país industrial tras el vano
sueño de competir con esa fábrica del mundo que era Inglaterra, sino que
debía limitarse a ser una eficiente productora de materias primas. La división
mundial del trabajo impuesta por las grandes metrópolis encontró eco en el
político criollo, que nunca dejó de ser amanuense de los potentados.

Aniceto Arce, el Industrial minero y el presidente que tan tercamente se


empeñó en modernizar el país, no se cansó de invocar al comunismo,
buscando convencer a los bolivianos que debían trabajar disciplinada y
silenciosamente para hacer posible la acumulación del capital.

Los diversos sectores de la clase dominante, que ya se perfilaban como


partidos políticos y que se dividían en los grandes bandos de conservadores y
liberales, discutían apasionadamente alrededor de la forma de hacer posible la
vigencia de la democracia formal sobre las espaldas de los pongos. Se trataba
de la democracia de una minoría privilegiada, que deliberadamente colocaba a
las masas al margen de toda posibilidad de participación. Si éstas lograban
organizarse y agitarse el fantasma del comunismo podía en cualquier momento
aparecer en el escenario nacional.

A los campesinos no se los consideraba capaces ni dignos de participar


en el juego democrático, esto si exceptuamos a esa osada mínoria de
intelectuales que conformó la izquierda liberal de fines del siglo XIX. Si el
fantasma del comunismo era una amenaza muy lejana, la acción de las masas
era algo palpable. Lo más grave fue que los propios partidos de la clase
dominante, como el liberal por ejemplo, se vieron obligados a apoyarse en esas
masas, a organizarlas y movilizarlas. De esta manera los dueños de la
economía no tuvieron el menor reparo en poner en pie a sus propios
sepultureros.
Se insinuó que masones y librepensadores eran también portadores del
virus comunista y anarquista. Este era el tema preferido de los elementos
clericales, que estaban en abierta competencia con aquellos en el empeño de
abrir las puertas del país al capital internacional. El entreguismo los unía
férreamente.

Los canales por los que penetra el marxismo se refiere a las minorías
leídas, pertenecientes a la clase dominante, se topaban con las nuevas ideas
en Paris, España y Buenos Aires e imperceptiblemente las transmitían a tierras
bolivianas. Sucre, la culta Atenas criolla, según puede tararearse siguiendo las
creaciones dejadas por Roncal, y ridículo remedo de la capital francesa, recibía
los mayores envíos de publicaciones provenientes de las metrópolis europeas y
argentina, pero también su influencia se dejaba sentir en los centros
económicamente activos: La Paz, Oruro, Potosí. Los hijos del privilegio y de la
explotación, moviéndose bajo la influencia foránea, resultaron ser los hilos
conductores del veneno socialista y anarquista.

Los que se iban a Europa, generalmente a llevar una vida de libertinos,


lo hacían gracias a la plata de las minas o a la sangre de los pongos convertida
en oro, o a las dos cosas. Algunos se toparon inclusive con grupos de activistas
y quedaron horrorizados del espectáculo. Arguedas -lo imaginamos de jaquet,
fingidamente elegante- cuenta algo sugerente al respecto: “Este espíritu de
solidaridad en el infortunio -dice de un grupo de estudiantes rusos-, daba
apariencia de heroísmo a su conducta, porque ninguna conocía tampoco los
dones alegres de la vida, pues habíanse dado desde muy temprano a la
reflexión y empapado su alma en el espectáculo desolador de su país abatido y
esclavizado entonces. Y mis amigas eran, mentalmente, como los otros y
profesaban las ideas más radícales en materia política, y no concebían siquiera
que ciertos principios pudieran ser objeto de discusión. Su criterio era de un
simplismo desconcertante en política: había miserables y potentados, hartos y
hambrientos, déspotas y esclavos y eso no podía, no debía ser. Esa era su
lógica clara, neta, precisa, incontrovertible... estaban impregnadas del
romanticismo político y de falsos mírajes de la revolución. Y se apasionaban de
todas esas ideas que pretendían nivelar toda suerte de desigualdades; se
prendían a ellas con fervor de fanáticos y un grande espíritu de sacrifício”
Arguedas veía la lucha revolucionaria únicamente como un martirio y no como
la realización del individuo. Ciertamente no podía comprender a esas
estudiantes radicalizadas quien más tarde se inclinó hacía el fascismo (“La
danza de las sombras”) y que obtuvo el premio de literatura Roma, que
otorgaba Mussolini con indiscutible intención política.

No bien los obreros se organizaron, presionaron poderosamente sobre el


liberalismo, que en ese momento lo consideraban como su propio partido, para
que solucionase sus premiosos problemas que tenían relación con las
condiciones de vida y de trabajo. En ese entonces se batallaba para hacer
posible la dictación de leyes protectoras y no pocos alimentaban la ilusión de
que éstas serían capaces de acabar con la explotación de los trabajadores e
inclusive de instaurar la sociedad socialista. Este reformismo fue también copia
de lo que sucedía en el exterior.

La respuesta no dejó de ser sorprendente. Algunos núcleos juveniles del


liberalismo descubrieron a Marx y Bakunin y comenzaron a propagar sus
consignas. Era la influencia teórica de otras latitudes la que motivó en los
jóvenes que manejan ideas esta especie de rebelión contra los progenitores.
Sólo en la primera década del siglo XX algunos obreros muy radicalizados
(Chumacero, etc,) lograron codearse con el socialismo y, juntamente con unos
pocos universitarios, constituyeron un núcleo de avanzada en Potosí, ya
importante centro proletario. Las actividades de ese grupo no han quedado
consignadas en letras de molde. En el seno de otras concentraciones obreras,
como Corocoro, por ejemplo, había más influencia anarquista que marxista,
venida particularmente de Chile.

En el Segundo Congreso Universitario de 1909, el estudiante Abastoflor


cuestionó la legitimidad de la propiedad privada. Pero ya sabemos que este
cuestionamiento tiene mucho tinte anarquista, porque para el marxismo la
propiedad privada burguesa aparece necesariamente en cierto momento del
desarrollo de las fuerzas productivas y desaparecerá en otro. Abastoflor va a
aparecer muchas veces en contacto con los obreros y acabará en el
saavedrismo.

Pero existe documentación y abundante, de las actividades del Centro


Agustín Aspiazu, llamado así en homenaje del liberal de izquierda que llevó a
las calles a los artesanos paceños para combatir a Melgarejo. El Centro
Agustín Aspiazu estaba conformado por jóvenes venidos del liberalismo y que
más tarde pasarán por el Partido Radical, para concluir retornando al vientre
materno. Los Monje Gutiérrez, los Elío, etc., abrieron las páginas de su boletín
de un primero de mayo con la consigna internacionalista de, “¡Proletarios del
mundo uníos!”.

Predominantemente, el socialismo de estos primeros años no pasaba de


ser una preocupación intelectual, pero aun así tuvo bastante influencia en el
desarrollo posterior de las ideas sociales del país y del movimiento sindical.Hay
que preguntarse por qué los jóvenes liberales se tornaron, cierto que por
brevísimo tiempo, en propagandistas del marxismo. Se pagaba así el precio de
acomodarse a las corrientes ideológicas socialistas que agitaban y organizaban
a la clase obrera de Europa y de algunos países sudamericanos. La postura de
rebeldía resultaba inofensiva por el momento porque el advenimiento del
socialismo era considerado como algo muy lejano y propio únicamente de los
países altamente industrializados. Los jóvenes liberales podían escribir sobre
las consignas del socialismo porque el trabajo de los pongos les proporcionaba
horas de ocio para ello.

Entre quienes manejaban ideas y venían del tronco liberal, no apareció


el socialista de cuerpo entero, el ideólogo; los aficionados a lo nuevo se
limitaron a ser transmisores casi pasivos de las ideas antiburguesas. Esos
jóvenes se presentaban como progresistas, pero estaban muy lejos de haber
roto con su clase de origen, cuidaban meticulosamente la bolsa, por eso que no
emerge el revolucionario que hubiese podido profundizar en el conocimiento de
la realidad nacional y social y plantear los hitos de la teoría revolucionaria
boliviana, pues no se trata simplemente de repetir algunos textos y nada más.
No podía esperarse que en ese momento el caudillo revolucionario se
incorporase desde el seno mismo de las masas explotadas.

Qué diferente con lo sucedido en el campo del liberalismo de la primera


época, donde desde el primer momento estuvieron presentes los líderes del
positivismo y de las ideas y movimientos liberales. Ese “socialismo’ que
podemos llamarlo elitista guarda relación con la caracterización que de Bolivía
hizo el anarquista Elíseo Reclús: la minoría blancoide -o pretendidamente
blancoide- presume llevar en sus venas torrentes de sangre española. La
minoría privilegiada, actuando de espaldas a la mayoría nacional, ha sido y es
la minoría que puede leer y escribir. El socialismo, la doctrina revolucionaría de
las masas explotadas, comenzó siendo manejado por parte de esa minoría
más como punzante curiosidad académica que otra cosa. En todo lo que
entonces se hizo y dijo, particularmente desde la cátedra, una tribuna muy poco
escuchada en un país con un número abrumador de analfabetos, quedó en el
estrecho ámbito de la avanzada liberal y con dificultad se filtró entre los
cuadros obrero-artesanales que giraban alrededor del partido de gobierno. La
semilla no fue dejada todavía en el fecundo surco de las masas.

Durante muchas décadas se partió de la certeza de que la revolución


social no podría tener lugar en un medio muy atrasado, con pocas industrias,
con una escasa clase obrera. Todos convenían que la “barbarie campesina”
debía ser superada a través de la escuela. Consciente o inconscientemente se
repetía la tesis de la socialdemocracia en sentido de que la revolución dirigida
por el proletariado era un problema propio de los países europeos. Hasta los
años cuarenta se estaba seguro que el socialismo sería importado, mientras
tanto conforme indicaba el stalinismo, había que arreglar cuentas con la
revolución burguesa y dedicarse a cooperar a los dueños de los medios de
producción. De esta manera el socialismo se convirtió en una preocupación
académica, rodeado de adornos intelectuales, y dejó de ser una práctica diaria
directamente relacionada con los sectores mayoritarios del país. Dedicarse a
hablar y a escribir sobre ese socialismo inofensivo era un snob propio de
intelectuales. Todos estaban seguros que debía limitarse a moverse en las
aulas universitarias, entonces se lo toleraba y hasta protegía. Sin embargo, no
bien algunos trabajadores lo tomaron en sus manos se desata la represión
policial y el liberalismo se tornó oscurantista. La clase dominante no bien las
ideas apuntan a su caja fuerte muestra su verdadero rostro de intolerancia y de
despótica dictadura.

Los frutos de este “socialismo-liberal” fueron magros, demasiado


magros, esto porque la planta no tardó en marchitarse. Aparece como una
simple curiosidad en nuestra historia. Lo anterior no quiere decir que careciese
de toda significación; la tuvo y remarcable si no se olvida que en esa forma el
país todo se topó con la nueva doctrina. Lo que tiene que comprenderse es que
no tenía mayores posibilidades de evolucionar, de enraizar realmente en tierra
boliviana.

El “socialismo-liberal” aparece totalmente extraño a las luchas que


entonces libraban los explotados, permaneció siendo flor exótica hasta el
momento de agotarse, lo que sucedió muy pronto. La crítica nacionalista e
inclusive la realizada por ese contrahecho engendro que se llama “izquierda
nacional”, toma en cuenta, en verdad, ese socialismo enclaustrado en la
universidad. En la elección hay mucho de maña polémica: tal producto es
muestra inequívoca de algo importado que no alcanza a aclimatarse en tierras
altiplánicas.

IV. CONCLUSIONES
El marxismo en Bolivia parte en Europa a partir de sus propios
fundadores. Marx y Engels que dan la bases para el proceso de lo que ahora
llamamos marxismo. Con ellos procedió una nueva generación que le siguió.
Un grupo reducido que llegó a la obra de Marx en un periodo tardío de su
desarrollo personal. Los principales integrantes de esta primera generación
(como Labriola, Mehring, Kautsky y Plejanov) dieron los siguientes pasos para
el desarrollo del marxismo.
Esta generación y otras que le siguieron quizá tuvieron una fuerte
influencia en América Latina. No solo hacia con los que fueron receptores en el
subcontinente, sino a través de los inmigrantes europeos. Con la llegada del
marxismo en América Latina, la recepción lo interpreta de diversas maneras,
que en ocasiones no tomó en cuenta las condiciones históricas del
subcontinente, sino desde el punto de vista de Europa y la URSS. Sin
embargo, hubo otras en las que se reivindicó su propia experiencia. Los casos
son tempranos. Julio Antonio Mella y José Carlos Mariátegui son propios de
ello. Si bien poco después se impone un proceso de eurocentrismo y
rusocentrismo, o para ser más claros, el estalinismo; que controló la mayoría
de los partidos comunistas latinoamericanos.
Pero esto dura hasta que se renueva el marxismo cuando triunfa la
revolución cubana. El nuevo contexto hace mirar al pasado con más fervor,
interés y profundidad para estudiar los aportes de los primeros marxistas
latinoamericanos.
El proyecto social del marxismo revolucionario en Bolivia no es otro que
la acción consciente y libre de las comunidades humanas sobre su propio
destino. A esto llama comunismo. Pero para alcanzar tan alto grado de
organización social se precisa transformar las relaciones sociales
fundamentales y secundarias en consonancia con esta construcción histórica.
Es el realismo político lo que obligó a postular al marxismo la necesidad de
prever etapas y sociedades de transición, y con ello, estar consciente de la
importancia aunque perentoria del Estado como una herramienta trascendental
para posibilitar la construcción de una nueva sociedad.

V. BIBLIOGRAFÍA

DUNKERLEY, James (2003), Rebelión en las venas. La lucha política en


Bolivia 1952-1982, La Paz, Bolivia: Plural.

FEDERACIÓN Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) (1946),


Tesis de Pulacayo, La Paz: Bolivia: Plural.
ARICO, José (1999), La hipótesis de Justo. Escritos sobre el socialismo en
América Latina, Buenos Aires:

También podría gustarte