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PROPIEDADES Y APLICACIÓN
© INAEL, S.A.
1 Introducción......................................................................................................................................... 3
2 Transitorios electromagnéticos en redes eléctricas. ............................................................................. 5
2.1 Sobretensiones atmosféricas. ..............................................................................................5
2.2 Sobretensiones de maniobra o conmutación. ......................................................................6
2.3 Sobretensiones inducidas por acoplamiento electromagnético............................................7
3 Aplicación de varistores a la protección contra sobretensiones en equipos conectados a redes
eléctricas. .................................................................................................................................................... 7
3.1 Generalidades. ....................................................................................................................7
3.2 Comportamiento inductivo intrínseco en el régimen de ruptura: su influencia e impacto
sobre el diseño de protecciones. ................................................................................................... 10
4 Parámetros eléctricos funcionales para la aplicación de varistores como dispositivos de
protección contra sobretensiones. ............................................................................................................. 13
5 Ejemplo de utilización de los parámetros eléctricos: optimización de las prestaciones de un
varistor de alta tensión. ............................................................................................................................. 16
6 Propiedades físicas macroscópicas no eléctricas relevantes para la aplicación de varistores como
dispositivos de protección contra sobretensiones: modos de fallo. ............................................................ 21
6.1 Punción. ............................................................................................................................ 22
6.2 Fractura térmica. ............................................................................................................... 23
7 Influencia del desorden ...................................................................................................................... 23
8 Referencias ........................................................................................................................................ 27
Los equipos electrónicos domésticos que todos utilizamos diariamente, desde la televisión al
teléfono móvil, son cada vez más sensibles en cuanto a la estabilidad eléctrica de sus condiciones de
funcionamiento. Muchos de estos aparatos electrónicos, alimentados a partir de grandes redes de
transmisión y distribución de energía eléctrica, son muy vulnerables ante los fenómenos transitorios
(sobretensiones y/o sobreintensidades de corriente) que habitualmente se producen en dichas
redes. Otros, como los teléfonos móviles, que obtienen la energía eléctrica a partir de baterías más o
menos autónomas, se mantienen acoplados al entorno mediante diversos fenómenos
electromagnéticos: en realidad los circuitos internos de estos aparatos se comportan precisamente
como una línea de distribución de energía eléctrica, amenazada por el mismo tipo de fenómenos
transitorios que las grandes redes de distribución/transmisión en baja, media, o alta tensión. Por este
motivo, los dispositivos de protección frente a fenómenos transitorios electromagnéticos han
cobrado una gran importancia a la hora de garantizar la fiabilidad del complejo entramado
tecnológico moderno.
10
campo eléctrico - E (kV / cm )
Punto 2
UB
Punto 1 Punto 3
1
onda de sobretensión
0,1
-6 -5 -4 -3 -2 -1 0 1 2 3
10 10 10 10 10 10 10 10 10 10
2
densidad de corriente - J (A / cm )
Figura 6.1. Característica J–E de un varistor comercial. En el Punto 1, el campo a través del varistor es debido a
una d.d.p. VC entre sus terminales. En el punto 2, la d.d.p. en bornes ha aumentado hasta un cierto valor VB y el
dispositivo conmuta a un estado conductor.
Figura 6.2. Oscilograma típico de un varistor en el Punto 1 de la Fig. 6.1: el dispositivo está actuando en
régimen capacitivo, consumiendo una potencia despreciable (0.017W). Siendo las ondas de tensión y corriente
armónicas, con distorsión armónica total <0.5%, la componente resistiva de la corriente se calcula como
2P/Vmáx≈12µA.
Originadas por impactos de rayo directos al sistema (ya sea a un conductor, elemento metálico
estructural, o a cualquier otra parte del sistema), o por inducción debida al impacto de rayos en las
inmediaciones del sistema. Cada uno de estos fenómenos es fuente de un conjunto de ondas viajeras
que se propagan por el circuito, cuyas amplitudes iniciales pueden ser enormes, dado que cada
impacto de rayo puede inyectar corrientes de 100 kA o más en una línea eléctrica.
A
Ei E e, i E m ,i . (6.1)
t
1 2V 1 2Vi
V . (6.2)
c 2 t 2 c 2 t 2
La ecuación se transcribe sólo por completitud: su solución es, como salta a la vista, compleja
e intrínsecamente dependiente del modelo desde el primer momento (desde el propio
cálculo del potencial inductor). Docenas de casos específicos han sido analizados y pueden
encontrarse en la literatura [2-9]. No obstante, para lo que concierne a este breve resumen,
la conclusión final es: una onda de sobretensión ha aparecido en el sistema y se propaga a
velocidad próxima a la de la luz. Evidentemente, esta onda no puede “tener información”
sobre lo que le espera al final de la línea a varios kilómetros de su origen y se propaga con
mayor o menor atenuación y distorsión hasta que llega al punto en el que se encuentra el
equipo sensible y, por tanto, los varistores que deben protegerlo contra la onda de
sobretensión incidente. Cómo actúa dicha protección será el objeto del siguiente epígrafe.
En general, los frentes de onda de valores muy altos quedan pronto cortados por la
ruptura dieléctrica de los sistemas de aislamiento. De este modo, ondas viajeras con frentes
de onda muy abruptos (i.e., con dV/dt muy grande) alcanzan frecuentemente los equipos
conectados a la red (v.g., transformadores), sometiéndoles a solicitaciones que, casi siempre,
exceden sus capacidades: la protección, no sólo contra sobretensiones en general, sino
específicamente contra sobretensiones de frente de onda escarpado, será uno de los puntos
que discutiremos a la hora de caracterizar las prestaciones de un varistor. Lo cierto es que,
desde su origen, la onda que se propaga por la red se atenúa y distorsiona debido,
básicamente, a las pérdidas en los conductores, efecto corona, conductividad finita del suelo
y cambios locales en los parámetros que definen la impedancia de onda de la red. De este
modo, la variedad de formas de onda de sobretensión que pueden alcanzar los puntos
sensibles de la red y a las que, por tanto, debe hacer frente el sistema de protección, es
ilimitada.
La variedad de sistemas de protección desarrollados a lo largo del tiempo para proteger los
equipos conectados a las redes eléctricas contra estos fenómenos, las peculiaridades, ventajas e
inconvenientes de cada uno de ellos y la sucesión de tecnologías involucradas en su diseño y
fabricación podrían ocupar todo un libro. Nos limitaremos a reseñar, por su relevancia en posteriores
secciones, que todos ellos adolecían de un problema común: la lentitud e inadecuación de su
respuesta ante transitorios escarpados (entendiendo por tales, sobretensiones propagadas por la red
y cuyo frente de onda presenta una pendiente muy elevada).
3.1 Generalidades.
Consideremos la situación representada en la Figura 6.3. Una onda de sobretensión,
originada en el punto A como consecuencia de cualquiera de los eventos mencionados en la sección
6.2, se propaga por una red eléctrica y amenaza con alcanzar el equipo sensible situado en el punto
C. Ubicado en el punto B, entre el origen de la perturbación y el equipo a proteger, encontramos un
“pararrayos”, cuyos principios de funcionamiento y proceso de actuación pretendemos describir. El
pararrayos no es sino un varistor encapsulado en un recubrimiento aislante y dotado de un
recubrimiento y del conjunto de elementos mecánicos que permiten su instalación en la red
eléctrica. Para fijar ideas, supongamos que la distancia entre los puntos B y C es de 30m, como
aparece en la Figura 3.
Pasemos ahora a la Figura 6.1, en la que se presenta la respuesta I-V de un típico varistor
comercial, obtenida mediante los procedimientos desarrollados por los autores y que describiremos
en las siguientes secciones. Nótese que la curva se ha obtenido en parámetros intensivos, i.e.,
representa en realidad una característica de densidad de corriente frente a campo eléctrico. El
campo eléctrico correspondiente al punto marcado como Punto 2 en la Figura 6.1 es el campo de
conmutación entre los estados “aislante” y “conductor” del dispositivo y, para fijar ideas,
supondremos que corresponde a un voltaje total (marcado Ub en la Figura 6.1) de 40 kV a través del
dispositivo pararrayos representado en la Figura 6.3. Asimismo, supondremos que en el régimen
operativo normal el pararrayos se encuentra en un punto tal y como el Punto 1 de la Figura 6.1 en el
que, como fácilmente se puede apreciar a partir de las Figuras 6.1 y 6.2, el comportamiento del
varistor es, a todos los efectos, aislante: no sólo la corriente total que fluye a su través es
extraordinariamente pequeña sino que, de hecho, es esencialmente capacitiva, como la que se
podría encontrar en cualquier aislador.
En la Figura 6.3, una onda viajera de sobretensión, con una pendiente de 100 kV/μs (valor
este muy prudente pues, en realidad, los valores alcanzados suelen ser mucho mayores, del orden de
1000 kV/μs), alcanza la localización del pararrayos en el instante t=0 μs y comienza a elevar la tensión
en el mismo a un ritmo de 100 kV/μs . Hasta ese momento, la onda se ha propagado por la red, con
mayor o menor atenuación y distorsión desde su origen en el punto A. Cuando la perturbación
alcanza B, en t=0, encontrando a los varistores en el estado 1 de la Figura 6.2, la onda no ve nada
anormal: el pararrayos se comporta como un circuito abierto, y no tiene lugar fenómeno alguno de
refracción o reflexión. En t=0.1μs, la onda alcanza el equipo situado en el punto C el cual, por lo
común, constituye una muy alta impedancia, i.e., casi un circuito abierto. En estas condiciones,
cuando la onda llega a C, la tensión en dicho punto comienza a crecer a un ritmo de 200 kV/μs,
debido a los bien conocidos fenómenos de reflexión y refracción de ondas en extremos abiertos
[3,4]. En el mismo instante t=0.1μs, una onda reflejada desde C, con una pendiente de 100 kV/μs,
comienza a viajar de nuevo hacia el punto B, donde se encuentra el pararrayos, alcanzándolo en
t=0.2μs. En este momento, la tensión en el pararrayos comienza a crecer, no ya a 100 kV/μs sino a
200 kV/μs. Así, la diferencia de potencial entre los extremos del pararrayos alcanza la tensión de
60
50
40
voltaje - kV
30
20
voltaje en el pararrayos
10
voltaje en el transform ador
-0,1 0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8
tiempo - s
Figura 6.4. Evolución del voltaje entre terminales del pararrayos y del equipo al que protege, el cual soporta
una tensión superior a la de descarga del pararrayos, debido a distancia entre ambos y al tiempo finito de
propagación de la perturbación. Existe otra fuente de sobretensión, no considerada en el presente análisis, que
puede elevar aún más el voltaje en los terminales del equipo sensible con respecto a la tensión de descarga del
pararrayos: la inductancia parásita del cable que los une.
Como hemos dicho en los capítulos anteriores, la respuesta dinámica de los bordes de grano
viene controlada por los tiempos de relajación para la carga atrapada en la interfase y en trampas
profundas, y por el tiempo de recombinación de portadores minoritarios atrapados en la interfase
(huecos) y portadores mayoritarios (electrones). Los retardos en el llenado y vaciado de los estados
de interfase y trampas modulan la respuesta dinámica en el BG, que deviene retardada con respecto
al potencial aplicado. Los efectos de este posible retardo en el disparo de los mecanismos de
conducción son fáciles de entender: supongamos una situación como la descrita en §2.3.1, pero en la
que el frente de onda incidente tenga una pendiente de más de 1000 kV/μs; la situación
evolucionaría como en §2.3.1, salvo que la tensión de conmutación VB se alcanzaría en el pararrayos
en menos de 30ns, i.e., el pararrayos pasaría del Punto 1 al Punto 2 de la Fig. 2 en unos pocos
nanosegundos; en estas circunstancias, a pesar de haber entrado ya en el codo de conmutación, el
material aún tardaría un cierto tiempo en poder desencadenar los mecanismos que llevan al colapso
de las barreras y a la conducción en régimen de alta corriente. El tiempo adicional necesario es del
orden de algunos nanosegundos, pero es suficiente para que la rapidísima sobretensión incidente
tenga tiempo de crecer por encima del valor “de descarga” (correspondiente al Punto 3 de la Figura
2), al que finalmente se verá reducida cuando el pararrayos conmute por fin a su estado de alta
conducción. En consecuencia, aparecerá entre los terminales del varistor una sobreoscilación inicial
en la onda de voltaje (Figura 6.5) y la sobretensión máxima en bornes del equipo protegido no estará
en fase con la corriente descargada, sino que se adelantará al máximo de dicha corriente
(comportamiento inductivo). Además, la amplitud de esta sobretensión no será la correspondiente a
la corriente máxima descargada de acuerdo con la correspondiente curva I-V, sino que será superior,
tanto más grande cuanto más abrupta sea la pendiente de crecimiento del voltaje en el frente de
onda y cuanto mayor sea el retardo de la conducción. El resultado final equivale a un carácter no
univaluado de la característica I-V: en la Figura 6.5 vemos que, para un mismo valor de corriente,
existen dos valores distintos de voltaje: uno en el frente de la onda (que sería el afectado por el
retardo en el disparo del mecanismo de conducción) y otro en la cola (que sería el valor que
podríamos considerar como natural o intrínseco al dispositivo, una vez plenamente alcanzado el
régimen de alta conductividad). La sobreoscilación está adelantada con respecto a la onda de
intensidad y, por tanto, es equivalente a un efecto inductivo. Por este motivo, la primera
preocupación al intentar obtener una caracterización fiable de la respuesta de un varistor en este
régimen es eliminar todo efecto inductivo parásito de los circuitos y sistemas de medida [96], a fin de
poder aislar el efecto intrínseco al varistor; por ejemplo, la propia longitud de la muestra introduce
una inductancia en el circuito que produce un efecto de sobreoscilación similar al descrito. En §7.X
planteamos la descripción cuantitativa del fenómeno y describimos los métodos experimentales
desarrollados para discriminar entre todos los efectos inductivos externos o parásitos y el efecto
inductivo intrínseco debido a la dinámica retardada en BG.
La Figura 6.5 ilustra la naturaleza multivaluada de la característica I-V dinámica, i.e., obtenida
bajo condiciones no estacionarias. En el siguiente capítulo describiremos los circuitos y sistemas de
medida (altamente no estándar) que hemos diseñado para medir este tipo de respuestas. Lo
importante ahora es ver cómo el valor del voltaje a través del varistor (para un mismo valor I0 de la
corriente que lo atraviesa) es mayor cuando se mide en el frente de la onda (V1) que cuando se mide
en la cola (V2). La magnitud de este fenómeno se cuantifica mediante la obtención de una curva de
sobreoscilación inicial en voltaje frente a tiempo hasta la cresta de corriente para un valor máximo
fijo de la amplitud de la onda de corriente inyectada en la muestra [104].
10
cod o de rem onte
UB
Ures @ 10 kA
1
Uc
0,1
-6 -5 -4 -3 -2 -1 0 1 2 3
10 10 10 10 10 10 10 10 10 10
2
densidad de corrie nte - J (A / cm )
Figura 6.6. descripción de las distintas regiones de funcionamiento de un varistor. (i) UC corresponde a algún
punto en la zona de corrientes de fuga; (ii) UB es el voltaje correspondiente a algún punto en el codo de
conmutación, cuya definición exacta difiere entre diversos autores (véase §4.1.1); (iii) la tensión
correspondiente a una corriente de 10 kA es un parámetro de control estándar.
- Coeficiente de no linealidad α:
d (ln I )
(V ) ( I ) (6.3)
d (ln V )
●
VQkA := tensión residual a Q kA (valor cresta), medida con un pulso de pendiente en el frente
de onda ≤ 1 kA/µs para evitar efectos espúreos debidos a la sobreoscilación inicial en voltaje.
El valor correspondiente a 10 kA (V10kA) se designa por convenio como la tensión nominal de
descarga del elemento.
● VNmA := tensión de referencia a N mA (valor d.c. o a.c.-cresta). Valores típicos para N son 5
mA, 20 mA ó el valor correspondiente a 1mA/cm2.
La tensión residual nominal (tensión residual bajo impulso de corriente de amplitud igual a
10kA y forma de onda 8/20s) de un varistor se puede escribir, en general, como suma de una
contribución de los bordes de grano más una contribución que proviene del interior de los granos:
y el FB:
(1) V10kA debe localizarse en torno al codo de conmutación, de modo que la caída de tensión en
bordes de grano domine aún sobre la caída de tensión en los granos. Esta condición es
necesaria para que el resto (2)-(4) sean útiles.
(3) Unos pocos parámetros del tratamiento térmico permiten pequeñas variaciones, dentro de
las cuales sólo controlan el tamaño promedio de grano, sin alterar otras propiedades
microscópicas del varistor.
Nótese que si V10kA se encuentra en una zona en la que la caída de tensión en los granos es
comparable con la correspondiente a los bordes de grano, entonces el aumento en el gradiente de
tensión de referencia se refleja en el FB, mejorándose la no linealidad aparente de la característica I-
V del varistor: el FB se comporta como si la conductividad de los granos se hubiera aumentado en un
factor n. Las pequeñas fluctuaciones “remanentes” en el FB pueden achacarse influencias del
desorden estructural o a contribuciones de segundo orden del sumando V10kA;G, variables debido a
una cierta dispersión en la conductividad de los granos. En un próximo trabajo, el análisis mediante
espectroscopia de impedancia, permitirá discernir cual es el efecto dominante.
Para terminar, la Figura 6.7 pretende mostrar el enorme potencial de información que el
análisis sistemático de las curvas completas puede aportar. Para ello, en Fig. 6.7(a) se indican
posibles variaciones sobre una curva “buena” y las implicaciones microestructurales y posibles
orígenes de dichas variaciones; en Fig. 6.7(b) se presenta una típica secuencia de optimización de los
parámetros de composición y proceso de un varistor, basada en las alteraciones esperadas en la
característica I-V del dispositivo. Nótese que las “curvas” utilizadas en la Fig. 6.7 no son reales sino
construcciones ad hoc para ilustrar la potencia del procedimiento de caracterización desarrollado.
(2)
tensión aplicada - U (V)
4
10 3
9x10
3
8x10
3
7x10
3
6x10
3
5x10
3
4x10
3
3x10 (1)
(4)
3
2x10
10 kA
5 mA
3
10
-5 -4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4 5 6
10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10
Figura 6.7(a): Supongamos que [(1)] es una buena curva, que presenta todas las características
(1)-(3) establecidas arriba y, en especial, cuya V10kA está lejos de la zona dominada por la
respuesta del grueso del material. En principio, nada impide que una curva con V10kA en la región
de altas corrientes sea perfectamente aceptable. En la práctica, sin embargo, la presencia de
V10kA en la región de altas corrientes suele significar que dicha región comienza demasiado pronto
(curva [(3)]), como consecuencia de (i) una resistencia demasiado alta en los granos, o bien (ii) de
que RBG cae por debajo de RG demasiado pronto, debido a que la propia RBG es demasiado
pequeña, lo cual implica corrientes de fuga muy altas: este es el caso de la curva [(4)], que
presenta la misma región de alta corriente que la curva [(3)] (misma conductividad de grano)
pero cuya región de corrientes de fuga se ha desplazado hacia la derecha con respecto a la curva
[(3)].
Nótese que la presencia de V10kA en el codo de conmutación no es, en sí misma, ninguna garantía.
De hecho, la curva [(2)] representa un caso notoriamente peor que [(1)] en el que, sin embargo,
V10kA se mantiene lejos de la región grano-dominada. Así, incluso teniendo una RG alta, poco
optimizada, caso de la variante [(2a)], la V10kA se queda en el codo de conmutación porque RBG se
mantiene también muy alta y durante un mayor rango de valores de la corriente (véase Fig. 2(c)),
de modo que a 10kA, RBG aún está lejos de caer por debajo de RG. Está bastante claro que esta
situación es desastrosa a todos los niveles: ciertamente, la mayor resistividad de los BGs
desplazará el valor del FB muy por encima de lo deseable y la lenta caída de RBG equivaldrá a una
pérdida en la no linealidad.
(1)
tensión aplicada - U (V)
4
10 3
9x10 (1)
3
8x10
3
7x10 (2)
3
6x10
3 5 mA
5x10
3
4x10
3
3x10 (3)
(2)
3
2x10
10 kA
3
10
-5 -4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4 5 6
10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10
10
7 resistencia típica de los granos: 0.1
2
10 kA = 760 A / cm
6 curva {C}
10
resistencia (G + BG) -
5
10
4
10
3
10
curva {A}
2
10 curva {B }
1
10
0
10 5 mA = 0.38 mA / cm
2
-1
10
-2
10
-4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4 5 6
10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10
Figura 6.7(c): Podemos ver la evolución de la resistencia equivalente del varistor en un caso real
(curva {A}) y en dos casos ficticios utilizados como ilustración (curvas {B} y {C}). El caso {B}
equivale a la curva [(4)] de Fig. 2(a): la resistencia equivalente de los BGs cae muy pronto por
debajo de la resistencia del grueso del material, dando lugar a un codo de remonte muy
desplazado a la izquierda y, debido a la baja resistividad, a un incremento de las corrientes de
fuga. El caso {C} equivale a las curvas [(2a-b)] de Fig. 2(a): con independencia de que la
conductividad de los granos sea buena o mala, el mantenimiento de un régimen de alta
resistividad en BG durante un mayor rango de corrientes, hace que el codo de remonte (definido
aproximadamente por la intersección de las dos resistencias) se desplace hacia regiones de
mayor corriente.
Un varistor puede fallar de formas muy diversas durante el proceso de absorción de energía
inherente a la descarga a tierra de una sobretensión. Incluso aunque el fallo no sea inmediato, la
estabilidad térmica del dispositivo y su capacidad de recuperación pueden verse comprometidas
debido a que, aún tras la desaparición de la sobretensión, el varistor continúa energizado a la tensión
de red. Por este motivo, se ha dedicado gran atención a los distintos modos de fallo de varistores [6-
14,24,26,30-33] y a la relación de dichos modos con parámetros cerámicos tales como la
homogeneidad (eléctrica y microestructural) o la porosidad del elemento.
En los estudios citados más arriba, se ha llegado a identificar dos tipos predominantes de
fallo. El primero es un modo de fallo designado como “punción”: un agujero aparece literalmente
taladrado en el varistor, con signos evidentes de fusión y vaporización de material (véase Fig. 6.7).
Este modo de fallo se asocia habitualmente con el proceso de “desbocamiento térmico”, que consiste
en una paulatina y constante degradación del dispositivo, el cual absorbe cada vez más energía de la
red sin ser capaz de disiparla, calentándose y aumentado así el ritmo al que absorbe dicha energía,
hasta que, finalmente, se produce la fusión y vaporización de alguna parte del material. El segundo
modo de fallo consiste en la fractura de la muestra en dos o más fragmentos, pero sin aparición de
señales claras de daño térmico o fusión de material (véase Fig. 6.8).
Figura 6.7. Varios ejemplos de varistores de alta tensión en los que se ha producido el fallo por punción. Los
signos de fusión y vaporización del material son evidentes. Una vez que comienza a fundirse material a lo largo
del camino de corriente localizada, salta un arco eléctrico de altísima temperatura que tiende a buscar oxígeno
saliendo al exterior de la muestra, como se puede ver en las imágenes (a) y (b). En la imagen (c), en cambio, el
arco se mantuvo confinado en el interior del cuerpo cerámico y sólo se extendió al salir de él, derritiendo por
contacto el material en la superficie de la muestra.
Existe alguna evidencia, a partir del trabajo original de Eda [7], de que ambos tipos de fallo
ocurren cuando la absorción de energía por parte del elemento activo (el material varistor) supera un
cierto valor umbral. Esta circunstancia ha llevado al diseño de una serie de experimentos con la
finalidad de ser aplicados rutinariamente a toda una producción (o a una muestra significativa de la
misma) a modo de herramientas de control de calidad. Algunos de estos experimentos serán
descritos en el Capítulo 7. Sin embargo, en lo referente al origen microscópico preciso de cada uno
de los dos tipos de fallo, la situación es en todo similar a la descrita en el capítulo anterior con
respecto a la degradación: dicho origen no se ha identificado positivamente aún y constituye un
tópico activo de investigación. A continuación, resumimos el estado del conocimiento actual
respecto a cada uno de estos modos de fallo.
6.1 Punción.
El fallo por punción se atribuye al proceso de desbocamiento térmico antes descrito, el cual, a
su vez, se ha relacionado recientemente [30-32] con el fenómeno de aparición de corrientes
localizadas en regiones determinadas de un semiconductor policristalino. Conceptualmente, el
fenómeno se puede describir como un proceso retroalimentado: comienza con la aparición de
corrientes localizadas en algunos caminos “débiles” formados a través de la microestructura; estas
corrientes provocan un calentamiento local (por simple efecto Joule) el cual, debido a la naturaleza
térmicamente activada del transporte de carga a través de los bordes de grano, produce un ulterior
incremento de la corriente que fluye a través de dichos caminos; este incremento de corriente
produce un mayor calentamiento, que de nuevo produce más corriente ... y este proceso se
mantiene hasta que el material en el camino de la corriente se funde, causando el cortocircuito de la
muestra. Las cuestiones que esta imagen deja abiertas, tanto en varistores como en otras cerámicas
Las simulaciones y cálculos [63] demuestran que casi cualquier pequeña fluctuación
microestructural en las propiedades eléctricas o morfológicas lleva inevitablemente a la localización
de corriente, la cual se hace más intensa en el régimen de no linealidad. Sin embargo, aunque la
localización es una condición necesaria, el desbocamiento térmico no se produce a menos que el
material sea incapaz de disipar por conducción el calor localmente generado por efecto Joule. Por
tanto, la conductividad térmica del material se erige en parámetro de vital importancia a la hora de
minimizar el riesgo de fallo por punción.
• Región de conmutación y codo de remonte. Aquí la caída de tensión total se reparte entre los
granos y los bordes de grano, de manera que VQkA= VQkA;G + VQkA;BG. En estas condiciones, la
importancia relativa de cada uno de los dos sumandos (que es función del voltaje aplicado,
de la conductividad de los granos y de la característica de las interfases) determinará el grado
de sensibilidad ante el desorden .
• Región de altas corrientes. La tensión total aplicada aparece por completo en los granos de
ZnO: VQkA= VQkA;G. En principio, desde el punto de vista eléctrico, esta región es totalmente
insensible al grado de desorden y depende tan sólo de las dimensiones físicas globales del
dispositivo. Semejante afirmación debe, no obstante, ser matizada: la conductividad de los
granos depende, en última instancia, de parámetros de formulación y proceso tales como la
presencia de impurezas donadoras y el correcto suministro de la energía térmica necesaria
para activar su difusión hacia el interior de los granos; estos mismos parámetros pueden
influenciar severamente el grado de desorden presente en la muestra y, por tanto, pueden
aparecer correlaciones indirectas entre ambas propiedades.
Diferentes experimentos han indicaron de forma consistente que las curvas I-V
correspondientes a bordes de grano individuales pueden ser agrupadas en tres conjuntos
razonablemente bien definidos: (A) buenos bordes de grano (buenas barreras): eléctricamente
activos, con resistencia de fuga elevada, VB≈3.3-3.7 V y alto coeficiente de no linealidad [tipo §5.4(a)-
(b)-(c)]; (B) malos bordes de grano (malas barreras): eléctricamente activos pero con resistencia de
Desorden
(3)
Propiedad Refs. Eléctrico
(2)
Estructural % buenos BGs % malos BGs % microuniones óhmnicas
63, 92 En todos los casos, el impacto del desorden en las zonas de conmutación, codo de
remonte y región de altas corrientes es muy inferior a su impacto en la región de
pérdida de no linealidad corrientes de fuga y codo de conmutación. No obstante, especialmente si la
aparente (codo de remonte) resistividad de los granos es alta y la tensión residual nominal a 10 kA se encuentra
antes del codo de remonte, todas las formas de desorden se traducen en aumentos en
el FB y, por tanto, en deterioro de la no linealidad aparente, tal y como queda
cuantificada por el FB
(1)
Notas código: (i) casilla en blanco implica que la presencia e importancia relativa de determinado tipo de desorden no
es relevante para el fenómeno en cuestión; (ii) casilla con anotaciones implica que el desorden es influyente en el
(3)
el desorden eléctrico se supone en principio cuantificado por el porcentaje de bordes de grano de cada tipo
presentes en la muestra. De nuevo, en un análisis más fino, este parámetro no reúne toda la información necesaria:
la asimetría estructural en la distribución del desorden eléctrico (v.g., predominancia de barreras malas en las
regiones profundas del varistor) puede resultar determinante para algunas de sus propiedades (v.g.,
comportamiento frente a impulsos de alta energía).
La aseveración inicial de §5.5 en cuanto a que “...VB se mantiene en torno a 3.3-3.7 V/BG
independientemente de los detalles de formulación y proceso...” necesita ser cuidadosamente
matizada. En primer lugar se debe subrayar que, en lo que tiene de cierta, se refiere sólo a bordes de
grano individuales, i.e., a medidas de microcontactos a través de un único borde de grano, nunca a
muestras macroscópicas, en las que la suma de la dispersión “aceptada” en BG (3.3-3.7 V/BG) más el
desorden estructural puede conducir a fluctuaciones importantes en la VB medida. En segundo lugar,
la VB=3.3-3.7 V/BG se refiere únicamente a las barreras formadas en buenos bordes de grano cuyas
propiedades, en efecto, no presentan mucha dispersión.
8 Referencias