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Esquizofrenia QUARTA RIPRESA

Manicomio del alba asilante un lucero –La que nace, es la rosa inesperada;
friolero, adormilado, tan ave todavía... La que muere, es la rosa consentida;
-Apenas a la tarde se pone luz, ap-te-ro, Sólo al no parecer pasa la vida,
cuerdo, inmóvil, etcétera, a toda Porque viento letal es la mirada.
celestía.

En la rama cimera de un arbóreo –¡Cuánta segura rosa no es en nada!...


aguacero, ¡Si no es sino la rosa presentida!...
estrellín, estrellón, anoche se dormía, ¡Si Dios sopla a la rosa y a la vida
el pico bajo el ala, a un grado bajo cero, Por el ojo del ciego... rosa amada!...
sin hembra al lado, al lado de un viento
que rugía.
–Triste y tierna, la rosa verdadera
Hora aletea torpe con las alas rociadas; Es el triste y el tierno sin figura,
loco de soledad, se ignora estrella y pía Ninguna imagen a la luz primera.
en tema de ave y topa con las brisas
cerradas.
–Deseándola deshójase el deseo...
-Avestrella, delirio, patetismo Y quien la viere olvida, y ella dura...
mentales... ¡Ay, que es así la Rosa y no la veo!...
Los anteojos de Núñez deploran tu
manía
en ciegas adherencias de orvallos
lacrimales.

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