La xenofobia tiene como ideología el rechazo y exclusión de toda
identidad cultural diferente a la nuestra, a todo lo que sea distinto y desconocido. En ella sobresalen los prejuicios históricos, lingüísticos, religiosos, culturales, e incluso nacionales. La xenofobia es un miedo antiguo, no es innato, sino que es un elemento de las formaciones egoístas y también de las aceptaciones del lenguaje. Todo esto se produce en un marco de crisis económica, conflictos culturales entre naciones y aumento del flujo migratorio por situaciones de guerra y pobreza.
A través de los años las comunidades de un país observan a los
extranjeros e inmigrantes con prejuicio y desconfianza, los percibe como una amenaza para su prosperidad económica, su crecimiento laboral, su estabilidad social y su identidad cultural. Estas actitudes despreciables es más frecuentes verlas entre las clases sociales de mayor nivel adquisitivo, económico y cultural. La lucha contra la xenofobia tiene carácter global. La comunidad internacional ha dado pasos importantes en la dirección adecuada en La Conferencia Mundial contra el Racismo y la Unión Europea en el año 2008, cuando lanzó una ley contra el racismo. Ésta es evidente cuando se trata de agresiones verbales o físicas y es un delito penado por la ley.
Actualmente, aunque existen legislaciones y se han hecho diversas
campañas para eliminar el racismo y la xenofobia, la verdad es que, en pleno siglo XXI se siguen viendo ataques desproporcionados contra grupos de otros países y etnias. La xenofobia está muy lejos de erradicarse, de hecho, en los últimos tiempos, debido a los diversos conflictos y a la situación económica en diversos países, muchas personas terminan emigrando, ya sea de manera legal o ilegal.