Está en la página 1de 17

RESPUESTAS A LA CRIMINALIDAD COMPLEJA EN EL CÓDIGO PROCESAL PENAL DE LA

REPÚBLICA DOMINICANA

RAMÓN EMILIO NÚÑEZ N. 

Resumen: El crimen organizado, con su fuerte carga de violencia, la criminalidad financiera, la


corrupción y otras modalidades complejas de la actividad criminal tienen una respuesta
diferenciada en el Código Procesal Penal, el cual dispone para estos casos el denominado
procedimiento especial para Asuntos Complejos habilitando a fiscales y policías, por un lado, y a
los jueces, por otro, para hacer uso de facilidades (aumento de plazos, técnicas especiales de
investigación, apoyo profesional) de las que no se dispone en un procedimiento ordinario. Si
partimos de que, tal como nos lo muestran el Código Procesal Penal y las leyes que lo
complementan, el problema no es de ausencia de respuestas normativas, una mirada al
funcionamiento del sistema pone de manifiesto que lo que ha faltado en gran medida ha sido un
abordaje estratégico de la persecución penal, el cual resulta hoy día una tarea inaplazable.

El proceso penal siempre ha sido caracterizado como un espacio de tensión entre la pretensión
punitiva (y la necesaria eficacia de la persecución penal) y el respeto de las garantías
individuales del imputado. En los ocho años de vigencia del Código Procesal Penal de la
República Dominicana (CPP), la frecuente mención o alusión a este cuerpo normativo ha tenido
lugar para resaltar su aporte más notable: el fortalecimiento de las garantías de los imputados. En
esta ocasión, sin embargo, procuraré abordar ese otro ámbito que tantas veces es dejado de lado a
la hora de analizar el funcionamiento de la justicia penal en el país, como lo es el de la eficacia
de la persecución penal, para lo cual examinaré las respuestas que contiene el Código Procesal
Penal para la investigación y juzgamiento de la criminalidad compleja en la República
Dominicana.

Para abordar la cuestión planteada, trataremos de precisar primero qué debemos entender por
Criminalidad Compleja (A), para luego examinar las herramientas procesales con que cuenta el


Presidente del Instituto Caribeño para el Estado de Derecho (ICED) y Editor de la revista Crónica Jurisprudencial
Dominicana. Abogado y Profesor de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Fue Director
de la Escuela Nacional del Ministerio Público de la República Dominicana (2007-2012) y de la Revista ENMP:
Investigación y Análisis.

1
Código Procesal Penal de la República Dominicana para encarar el fenómeno del crimen
complejo (B).

A. Aproximación al concepto de Criminalidad Compleja.

Uno de los grandes desafíos que enfrentan hoy en día los sistemas de justicia penal en América
Latina es la irrupción de manifestaciones inéditas del crimen, con alta carga de violencia en
muchos casos o con grave afectación al patrimonio público y aún de los particulares. Drogas,
armas, órganos, personas, dinero, datos personales, entre otros, constituyen la mercancía de un
tráfico que tiene lugar en un mercado que opera a nivel nacional y transnacional, donde la
actividad de cárteles y el uso de modernas tecnologías y equipos ponen en entredicho la
capacidad misma de los Estados de lidiar con estos fenómenos1. Algo similar ocurre en otros
ámbitos no menos nocivos: la criminalidad económica y la corrupción.

El Código Procesal Penal de la República Dominicana ha instituido un procedimiento especial


para “asuntos complejos”. ¿Qué se entiende entonces en el contexto de nuestra legislación por
criminalidad compleja? El artículo 369 CPP, al regular la procedencia del procedimiento para
Asuntos Complejos nos ofrece varios criterios para que pueda hablarse de criminalidad
compleja. El texto de marras habla de “la pluralidad de hechos, del elevado número de
imputados o víctimas, o por tratarse de casos de delincuencia organizada”.

Como se puede notar el texto dominicano no indica los crímenes o delitos específicos en los que
se podría hacer uso del procedimiento especial para Asuntos Complejos, sino que se refiere más
bien a determinadas características del delito. Lo otro que salta a la vista es que la criminalidad
compleja no se circunscribe a la criminalidad organizada, según está formulada la regla de
procedencia del procedimiento especial para Asuntos Complejos en nuestro país. Decimos esto
porque el texto abre la posibilidad de que se acuda al este procedimiento en casos de pluralidad
de hechos o pluralidad de imputados o víctimas, con independencia de que se trate de
delincuencia organizada. Es cierto, sin embargo, que la criminalidad organizada puede ajustarse

1
“La inseguridad y la violencia son la mayor preocupación para los ciudadanos de América Latina y el Caribe. Su
percepción como principales problemas de la región ha pasado del nueve al 27 por cien entre 2004 y 2010, según
Latinobarómetro”. Política Exterior, Vol. XXV, Núm. 143, Septiembre/Octubre 2011, pág. 6.

2
en ocasiones a todos los criterios establecidos en la ley, pero la redacción del artículo 369 parece
estar orientada a cobijar bajo la sombrilla de este procedimiento especial a otras manifestaciones
de la criminalidad que no se ajustan estrictamente a lo que se entiende hoy por criminalidad
organizada2. Tal sería el caso de la criminalidad financiera, algunos de los llamados
cibercrímenes y algunas modalidades de corrupción pública, sin dejar nunca de tomar en cuenta
el carácter excepcional de este procedimiento especial para Asuntos Complejos.

B. La Criminalidad Compleja en el Código Procesal Penal

El Código Procesal Penal, en aras de simplificar los trámites procesales, ha organizado un


procedimiento ordinario (“procedimiento común”) que se aplica indistintamente a crímenes y
delitos correccionales, caracterizado por una investigación a cargo del Ministerio Público y el
control de la investigación, así como de la elevación a juicio, a cargo del Juez de la Instrucción.
Sin embargo, el CPP organiza siete procedimientos especiales3, en razón ya de una categoría de
hechos punibles (contravenciones), las condiciones del imputado (inimputables, competencia
especial), en razón del poder que se le reconoce a las víctimas para gestionar la solución de su
propio conflicto (acción penal privada), el mecanismo simplificado de solución (procedimientos
abreviados), la naturaleza de la acción (habeas corpus) o, como en el caso de los Asuntos
Complejos, las características del fenómeno criminal envuelto. No obstante lo anterior, a la hora
de estudiar los procedimientos especiales, hay que tener bien claras las normas del
procedimiento ordinario, ya que éstas tienen para los casos sujetos a un procedimiento especial el
carácter de normas supletorias, “en cuanto sean aplicables y a falta de una regla específica”, tal
como expresa el artículo 392 CPP.

2
La Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, mejor conocida como
Convención de Palermo, en su artículo 2, literal a), define al grupo delictivo organizado como “un grupo
estructurado de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito
de cometer uno o más delitos graves o delitos tipificados con arreglo a la presente Convención con miras a obtener,
directa o indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de orden material”.
3
El establecimiento de procedimientos especiales no es una novedad en nuestra legislación, pues ya el Código de
Procedimiento Criminal contemplaba varios procedimientos especiales, tales como l contumacia, competencia
especial, designación de jueces, declinatoria de un tribunal a otro, entre otros.

3
A continuación veremos en qué consiste, cómo opera y cuáles son las soluciones que para la
investigación y juzgamiento de la criminalidad compleja ofrece el Código Procesal Penal
mediante el procedimiento especial para Asuntos Complejos.

En apenas cinco artículos (369 al 373), el CPP perfila un procedimiento rico en soluciones
tendentes a establecer un régimen procesal reforzado que permita que, sin grave menoscabo de
los derechos fundamentales, el sistema de justicia penal dominicano pueda encarar el
procesamiento de los Asuntos Complejos. Sucesivamente abordaremos lo relativo a la
procedencia de la declaratoria de Asunto Complejo (a) y las facilidades procesales que quedan
habilitadas con dicha declaratoria (b).

a) Procedencia de la declaratoria de Asunto Complejo.

Los criterios para declarar como complejo un caso están regulados, como ya indicamos al tratar
de delimitar el concepto de criminalidad compleja, por el artículo 369 CPP, a cuyo tenor:

“Art. 369. Procedencia. Cuando la tramitación sea compleja a causa de la


pluralidad de hechos, del elevado número de imputados o víctimas, o por
tratarse de casos de delincuencia organizada, a solicitud del ministerio
público titular, antes de la presentación de cualquier requerimiento
conclusivo, el juez puede autorizar, por resolución motivada, la aplicación de
las normas especiales previstas en este título. La decisión rendida es
apelable”.

De la lectura del texto transcrito, quedan claros los siguientes aspectos de la declaratoria de un
caso como complejo en el proceso penal dominicano:

1).- Los criterios a tomar en cuenta, individual o conjuntamente, para calificar un caso
como complejo son los siguientes:

a) La pluralidad de hechos; o

4
b) El elevado número de imputados; o
c) El elevado número de víctimas; o
d) Que se trate de crimen organizado.

2).- La autorización para aplicar el procedimiento para Asuntos Complejos corresponde al


Juez de la Instrucción.- En efecto, aunque el texto no específica cuál juez, este no puede ser
otro que el Juez de la Instrucción ya que la declaratoria de complejidad debe solicitarse “antes de
la presentación de cualquier requerimiento conclusivo”, es decir, en la etapa preparatoria y el
propio Código Procesal Penal establece, en su artículo 73, que “(c)orresponde a los jueces de la
instrucción resolver todas las cuestiones en las que la ley requiera la intervención de un juez
durante el procedimiento preparatorio…”.

En la práctica procesal dominicana, para conocer de la solicitud de declaratoria de un caso como


complejo, los jueces de la instrucción convocan a las partes a una audiencia. Sin embargo, en mi
opinión, antes de aventurarse a convocar a una audiencia en todos los casos, los jueces de la
instrucción deberían tomar en cuenta al menos los dos aspectos que indico a continuación:

a).- El texto del artículo 292 CPP (Resolución de peticiones), conforme al cual la audiencia
procede cuando “se verifique la necesidad de ofrecer prueba o resolver una controversia”, en
cuyo caso la audiencia es convocada dentro de los cinco días de presentada la solicitud. Para los
demás casos, el mismo artículo señala que no se celebra audiencia, sino que el Juez de la
Instrucción “resuelve directamente dentro de los tres días de la presentación de la solicitud”.

b).- La naturaleza de la facilidad procesal que pretende obtener el Ministerio Público, ya que no
es lo mismo una duplicación de los plazos, o la aplicación de un criterio de oportunidad y la
contratación de un Acusador Adjunto, que el empleo de un investigador bajo reserva de
identidad. Al menos en este último caso, me parece que el Juez de la Instrucción no tendría otra
salida razonable que resolver sobre el requerimiento del fiscal, nunca celebrar una audiencia, ya
que eso restaría eficacia y desnaturalizaría una medida que ha de ser de por sí estrictamente
reservada. Convocar una audiencia en estos casos sería tan irrisorio como celebrar una audiencia,

5
en presencia de la persona cuya vivienda se pretende registra, para decidir sobre la solicitud de
allanamiento planteada por el Ministerio Público.

3).- Sólo está autorizado a solicitar la declaratoria de un caso como complejo el Ministerio
Público titular.- Como es sabido, en consonancia con el principio de Jerarquía, que rige
constitucionalmente al Ministerio Público, su modelo de organización contempla la figura del
Ministerio Público titular. En consecuencia, es únicamente el Procurador Fiscal Titular quien
puede solicitar la declaratoria del caso como complejo, con lo cual se procura evitar el abuso de
este procedimiento especial.

La nueva Ley Orgánica del Ministerio Público, núm. 133-11, prevé la posibilidad de que el
Procurador General de la República4 o el Director General de Persecución del Ministerio
Público5 a nivel nacional, y los Procuradores Generales Titulares de Corte de Apelación en su
región6 o área especializada7, hagan una especie de avocación y asuman directamente la gestión
de un caso que corresponde originalmente a cualquier miembro del Ministerio Público. Es
evidente que en tales casos estos funcionarios pueden formular el requerimiento con miras a que
el Juez de la Instrucción autorice la aplicación del procedimiento especial para Asuntos
Complejos.

4).- La resolución del juez debe ser motivada.- Esto no es más que una consecuencia de la
obligación general de motivar que está ínsita en toda actividad jurisdiccional por aplicación del
Principio Fundamental 24 del CPP sobre Motivación de las decisiones.

5).- La resolución que autoriza la aplicación del procedimiento para Asuntos Complejos es
apelable.- Un último aspecto a destacar del texto del artículo 369 CPP, que regula la
autorización de la aplicación del procedimiento especial para Asuntos Complejos, lo es que la
resolución emitida por el Juez de la Instrucción es apelable. Como es sabido, el Código Procesal
Penal contiene dos regímenes de apelación. A saber, el de apelación de las sentencias,

4
Cfr. Art. 30, numeral 10, Ley núm. 133-11, G.O. Núm. 10621, del 9 de junio de 2011.
5
Cfr. Art. 52, numeral 7, Ley núm. 133-11.
6
Cfr. Art. 38, numeral 3, Ley núm. 133-11.
7
Cfr. Art. 54, Ley núm. 133-11.

6
condenatorias o absolutorias (Art. 417 y siguientes), que no es el caso de las resoluciones
emitidas por el Juez de la Instrucción sobre el tema que analizamos; y el de la apelación de las
demás resoluciones o decisiones (Art. 410 y siguientes), que es el aplicable a las resoluciones
que recaen sobre la solicitud de declaración de Asunto Complejo.

Hemos expresado anteriormente nuestro criterio de que no siempre procede la celebración de una
audiencia, con lo cual la disposición la parte in-fine del artículo 369 CPP plantea una seria
dificultad en cuanto indica que la decisión que rinde el Juez de la Instrucción sobre la solicitud
de aplicación del procedimiento especial para Asuntos Complejos es apelable. Si es apelable y el
juez ha autorizado la facilidad de unos investigadores bajo reserva, ¿a partir de cuándo sería
apelable? ¿Luego de ejecutada la medida, única forma de garantizar la reserva de identidad?
Estamos sin duda frente a una cuestión que amerita una mejor regulación.

b) Herramientas procesales aplicables a los Asuntos Complejos

El procedimiento especial para Asuntos Complejos, destinado como hemos indicado a dar una
respuesta diferenciada al crimen organizado y otras modalidades de la criminalidad compleja,
habilita cinco herramientas procesales aplicables exclusivamente en estos casos y que, en
consecuencia, no estarían disponibles si el caso fuere tramitado conforme al procedimiento
ordinario. Estas cinco facilidades excepcionales son el aumento de plazos, la aplicación de un
caso especial del criterio de oportunidad, una modalidad de producción de prueba masiva, el
despliegue de investigadores bajo reserva de identidad y la contratación de Acusadores Adjuntos.
A cada una de ellas nos referiremos a continuación.

1.- Aumento de plazos.- La complejidad de un caso hace en muchas ocasiones más tedioso el
proceso de su investigación y el de su propio enjuiciamiento. Uno de las rasgos fundamentales
del Código Procesal Penal es el de haber aportado mayor celeridad a los procesos penales,
partiendo de la garantía del Plazo Razonable. Reconocido como Principio Fundamental del
proceso penal por el artículo 8 CPP, la garantía del plazo razonable irradia todo el iter procesal,
de modo que el proceso como conjunto y cada una de sus etapas más significativas están sujetas
a plazos expresamente previstos cuyo no cumplimiento es susceptible de poner en riesgo la

7
suerte misma del proceso hasta extinguir la acción penal en algunos casos. Es así como están
sujetos a plazos con estas características, el proceso completo, la prisión preventiva, la etapa de
investigación, la deliberación y motivación de la sentencia; y el plazo para la interposición de
recursos. Cada uno de esos plazos aumenta cuando se autoriza la aplicación del procedimiento
especial para Asuntos Complejos.

1.1.- Plazo general del proceso.- En el procedimiento común que traza el Código Procesal Penal
el plazo de duración máxima del proceso lo establece el artículo 148, que lo fija en “tres años,
contados a partir del inicio de la investigación”8. Este plazo, indica el mismo artículo, “sólo se
puede extender por seis meses en caso de sentencia condenatoria, a los fines de permitir la
tramitación de los recursos”.

La consecuencia procesal del agotamiento del plazo de duración máxima del proceso es la
extinción de la acción penal, según lo disponen los artículos 44, numeral 11 y 149 CPP.

Cuando se aplica el procedimiento especial para Asuntos Complejos este plazo de duración del
proceso se ve aumentado a cuatro años, un año más que en los casos tramitados conforme al
procedimiento ordinario9. Con ello el sistema de justicia cuenta con más tiempo para procesar
este tipo de casos que, por su naturaleza, así lo ameritan.

Para los Asuntos Complejos, el texto del 360, numeral 1, CPP es mudo respecto de la hipótesis
en que haya intervenido una sentencia condenatoria y se esté tramitando un recurso, que sí está
prevista para el procedimiento común en el artículo 148 CPP con un aumento de seis meses.
Frente al aparente silencio de la ley, alguien podría aventurarse a afirmar que extender el plazo
sería contrariar la regla de interpretación que con categoría de Principio Fundamental del proceso
penal establece el artículo 25 CPP, en su parte in-límine, en los siguientes términos: “Las normas
procesales que coarten la libertad o establezcan sanciones procesales se interpretan
restrictivamente”. Sin embargo, debemos destacar que en este caso, no hay silencio alguno,

8
La cuestión del inicio del procedimiento, como punto de partida del plazo de duración máxima del proceso ha sido
objeto de examen por jueces y tribunales, resultando relevante la reciente decisión de las Salas Reunidas de la
Suprema Corte de Justicia, Sentencia núm. 112, de fecha 21 de septiembre de 2011 (Rec. Félix Enrique Calvo
Peralta).
9
Cfr. Art. 370, numeral 1, CPP.

8
porque esa regla contenida en el procedimiento común es perfectamente aplicable en el
procedimiento especial para Asuntos Complejos, toda vez que, como indicamos más arriba, al
estudiar los procedimientos especiales hay que tomar en cuenta las normas del procedimiento
ordinario, las cuales tienen el carácter de normas supletorias, “en cuanto sean aplicables y a
falta de una regla específica”, tal como expresa el artículo 392 CPP. Al no existir una regla
específica que contraríe la general contenida en el procedimiento común respecto de la cuestión
que analizamos, la interpretación correcta es que si en un caso complejo interviene una sentencia
condenatoria y se esté tramitando un recurso, se produce una extensión del plazo de duración
máxima del proceso de seis meses.

Otros dos puntos regulados de modo general por el artículo 148 y sobre los que el procedimiento
especial para Asuntos Complejos no contiene una regla de excepción son el relativo a la
interrupción del plazo máximo de duración del proceso en los casos de rebeldía o fuga del
imputado y el de la regla general conforme a la cual “(l)a duración del proceso no puede
superar el plazo previsto para la prescripción de la acción penal, cuando este es inferior al
máximo establecido en este artículo”.

1.2.- Plazos de la prisión preventiva.- La prisión preventiva, esto es, la privación de libertad del
imputado antes de que recaiga sobre él una sentencia condenatoria que destruya su presunción de
inocencia, es una medida que, aunque de uso muy frecuente, está concebida como excepcional.
El abuso de la prisión preventiva, tan generalizado en América Latina, ha llevado a que se
establecieran especiales salvaguardas en la legislación procesal penal codificada fijando límites
temporales a la prisión preventiva. Tal es el caso dominicano, cuyo Código Procesal Penal le da
categoría de Principio Fundamental del proceso penal al “Límite razonable de la prisión
preventiva” (Art. 16) y en desarrollo de este principio establece un plazo de doce meses en el
artículo 241, numeral 3. Este plazo, de conformidad con el artículo 242 CPP, puede ser
prorrogado una sola vez, por seis meses, si “el fallo ha sido recurrido por parte del imputado o
del ministerio público en su favor”. El fallo al que se refiere este texto es la sentencia
condenatoria.

9
En los casos complejos el plazo de la prisión preventiva no es ya de doce, sino de dieciocho
meses y se contempla igualmente una prórroga de hasta seis meses en los casos en que haya
recaído sentencia condenatoria, por disposición expresa del artículo 370, numeral 2 CPP.

1.3.- Plazo de la investigación.- También la investigación, esto es, la etapa del procedimiento
preparatorio, está sujeta a plazos en el procedimiento ordinario, cuyo agotamiento acarrea la
extinción de la acción penal (Art. 44, numeral 12 CPP) si no se ha “formulado acusación u otro
requerimiento conclusivo”10. Esto sucede previa intimación, una vez vencido el plazo, al
superior inmediato del Ministerio Publico y notificación a la víctima, “para que formulen su
requerimiento conclusivo en el plazo común de diez días. Si ninguno de ellos presentan
requerimiento alguno, el juez declara extinguida la acción penal” (Art. 151 CPP).

En el procedimiento ordinario el plazo de la investigación va a depender de si se ha dictado


alguna medida de coerción contra el imputado y, además, de la medida concreta de que se trate.
En efecto, una primera condición para que este plazo opere es que se haya dictado una cualquiera
de las siete medidas de coerción previstas en el artículo 226 CPP. A saber, garantía económica;
impedimento de salida; cuidado o vigilancia por una persona o institución determinada;
presentación periódica; colocación de un localizador electrónico; arresto domiciliario; y prisión
preventiva.

El plazo de la investigación varía según la medida de coerción dictada, de conformidad con el


artículo 150 CPP, del modo siguiente:

a) Si se ha dictado prisión preventiva o arresto domiciliario, que son las dos medidas más
gravosas, el plazo máximo para concluir la investigación es de tres meses.
b) Si, en cambio, se ha dictado otra cualquiera de las medidas de coerción previstas por el
artículo 226 CPP, el plazo máximo de que dispone el Ministerio Público para concluir la
investigación es de seis meses.

1010
Para los actos conclusivos, cfr. Art. 293 CPP.

10
En ambas hipótesis, de conformidad con el mismo artículo 150, el Juez de la Instrucción puede
conceder una sola prórroga de hasta dos meses, a solicitud del Ministerio Público, “sin que ello
signifique una ampliación del plazo máximo de duración del proceso”.

¿Cómo operan estos plazos en los casos complejos? El Código Procesal Penal prevé un aumento
de los plazos de la investigación (Art. 370, numeral 3 CPP), del modo siguiente:

a) Si se ha dictado prisión preventiva o arresto domiciliario, el plazo máximo para concluir


la investigación, de tres meses en el procedimiento ordinario, para a ser de ocho meses.
b) Si se ha dictado otra cualquiera de las medidas de coerción previstas por el artículo 226
CPP, el plazo máximo de que dispone el Ministerio Público para concluir la
investigación, de seis meses en el procedimiento común, pasa a ser doce meses.
c) Ambos plazos son prorrogables por un período de cuatro meses, frente al límite de dos
meses que opera en el procedimiento ordinario.

1.4.- Plazos de la deliberación y motivación de las sentencias.- Con miras a salvaguardar el


principio de Inmediación (Artículos 3 y 307 CPP), que implica no sólo que la prueba se produzca
de manera ininterrumpida en presencia de las partes y el juzgador, sino además que este último
dé una solución al caso sobre la base de lo presentado y discutido en juicio, el Código Procesal
Penal somete a plazos estrictos la deliberación y motivación de las sentencias.

Con el establecimiento de plazos para la deliberación y motivación de la sentencia se procura


que el juez decida en base a la información recibida en juicio de manera oportuna, lo cual no
ocurriría si transcurre un tiempo más allá del razonable entre el final del debate y la emisión de la
sentencia. Así las cosas, el artículo 332 CPP dispone que la deliberación se inicia
inmediatamente después de cerrados los debates y que no puede extenderse más allá de tres días,
en cuyo caso se debería reemplazar el tribunal y empezar desde cero el juicio.

11
En cuanto a la redacción de la sentencia motivada, el artículo 335 CPP dispone que ésta se
produce “inmediatamente después de la deliberación”, salvo que “la complejidad del asunto11 o
lo avanzado de la hora” impongan “diferir la redacción de la sentencia”, en cuyo caso “se lee
tan sólo la parte dispositiva y uno de los jueces relata de manera resumida al público y a las
partes los fundamentos de la decisión” y “anuncia el día y la hora para la lectura integral, la
que se lleva a cabo en el plazo máximo de cinco días hábiles subsiguientes al pronunciamiento
de la parte dispositiva”.

Como una facilidad procesal adicional que ofrece el Código Procesal Penal para el
enjuiciamiento de los casos de criminalidad compleja, estos plazos se ven aumentados cuando se
aplica el procedimiento especial que venimos examinando. Este aumento opera en función de
una variable que no se toma en cuenta en el procedimiento ordinario: la duración del debate. Así
lo dispone el artículo 370, numeral 4 CPP: “Cuando la duración del debate sea menor de treinta
días, el plazo máximo de la deliberación se extiende a cinco días y el de la redacción de la
motivación de la sentencia a diez. Cuando la duración del debate sea mayor, esos plazos son de
diez y veinte días respectivamente”.

1.5.- Plazos de interposición de recursos.- Por último, el plazo para interposición de los
recursos se duplica en los casos que han sido declarados complejos habilitando, en consecuencia,
el procedimiento especial contenido en los artículos 369 al 373 CPP.

El texto del artículo 370, numeral 5 CPP, que prevé esta duplicación de los plazos de
interposición de recursos, no hace distinción por lo que cabe entender que el plazo de
presentación de todos los recursos, respecto de las decisiones o sentencias que se produjeren en
cualquier etapa del proceso penal, se verá duplicado sin distinción, esto es, sin importar que se
trate de la oposición, apelación de decisiones, apelación de sentencias o casación.

11
Es importante resaltar que cuando el texto del Art. 335 CPP se refiere a “la complejidad del asunto”, se refiere
más a la complejidad fáctica del caso, independientemente de si se ha hecho uso o no del procedimiento especial
para asuntos complejos.

12
2.- La Colaboración Eficaz como criterio de oportunidad.-El artículo 370, numeral 6 CPP
establece un caso especial de aplicación del criterio de oportunidad, permitiendo favorecer con
éste al denominado Colaborador Eficaz.

Por Colaborador Eficaz se entiende al imputado que “colabora eficazmente con la investigación,
brinda información esencial para evitar la actividad criminal o que se perpetren otras
infracciones, ayude a esclarecer el hecho investigado u otros conexos o proporcione
información útil para probar la participación de otros imputados”.

Pero no basta con prestar la colaboración descrita en el párrafo precedente. Para que se pueda
aplicar el criterio de oportunidad especial previsto para los casos complejos es necesario además
“que la acción penal de la cual se prescinde resulte considerablemente más leve que los hechos
punibles cuya persecución facilita o cuya continuación evita”12.

La figura del Colaborador Eficaz es muchas veces la única vía para lograr desarticular
organizaciones criminales. Se trata de un beneficio a un imputado que, con su colaboración,
permite atrapar a otros con mayores responsabilidades en el entramado criminal.

Este es el único caso de aplicación de criterio de oportunidad que está sujeto a autorización
judicial previa, ya que en el procedimiento común (Artículo 34 CPP) contiene tres casos de
criterio de oportunidad, todos los cuales son aplicables directamente por el Ministerio Público
mediante dictamen motivado. En este caso, precisamente por la complejidad, el legislador ha
preferido que un juez autorice previamente la aplicación del criterio de oportunidad, a solicitud
del Ministerio Público.

3.- Producción de prueba masiva.- Como consecuencia del principio de inmediación y la


oralidad, la regla de oro de producción de prueba en juicio en el nuevo proceso penal es la de la
12
Como antecedente similar cabe destacar lo dispuesto en el artículo 107 de nuestro Código Penal: “Quedarán
exentos de las penas pronunciadas contra los autores de las tramas u otros crímenes atentatorios a la seguridad
interior o exterior del Estado, aquellos culpables que, antes de toda ejecución o tentativa de estas tramas o crímenes,
y antes de que se inicien las primeras diligencias sumarias, den conocimiento al Gobierno o a las autoridades
administrativas o de la Policía Judicial de las tramas o crímenes, y de sus autores o cómplices. También quedarán
exentos de responsabilidad aquellos culpables que, aún después de principiadas las pesquisas y procedimientos,
facilitasen la captura de los autores y cómplices del crimen”. Como referente, más cercanos los pentiti en Italia.

13
prohibición de su incorporación por lectura, salvo los cuatro casos que prevé el artículo 312 CPP.
A saber: 1) Los informes, las pruebas documentales y las actas previstas expresamente por el
CPP; 2) Las actas de los anticipos de prueba, sin perjuicio de que las partes soliciten al tribunal
la comparecencia personal del testigo, cuando sea posible; 3) Los informes de peritos, sin
perjuicio de que los peritos deban concurrir para explicar las operaciones técnicas realizadas y
las conclusiones a las que han llegado; y 4) Las declaraciones de co-imputados que se encuentren
en rebeldía, registradas conforme al CPP.

Sin embargo, en los procesos complejos, en los cuales hay pluralidad de víctimas o numerosos
testigos, el rigor de esta regla conforme a la cual el único testimonio o declaración válida es la
producida directamente, de viva voz y de cuerpo presente, en juicio, en presencia de las partes y
el juzgador, resulta atemperado por lo dispuesto en el artículo 371 CPP, sobre la producción de
prueba masiva, que abre la posibilidad de que el fiscal, con autorización del juez, interrogue
directamente a las víctimas o a los testigos, registre dichos interrogatorios (por escrito, en audio
o en vídeo, pues lo puede hacer “por cualquier medio”) y luego elabore “un informe que
sintetiza objetivamente las declaraciones” y que puede ser introducido al debate por su lectura.

Esta medida sirve para agilizar el proceso y evitar que el debate se prolongue más allá de lo
razonable, llegando a poner en riesgo la suerte del proceso.

4.- Investigadores bajo reserva.- Otra herramienta de que se dispone cuando se hace uso del
procedimiento especial para Asuntos Complejos es la figura, contemplada en el artículo 372
CPP, del investigador bajo reserva de identidad, también denominado como agente encubierto en
la doctrina, legislación y jurisprudencia comparadas. Se trata de una técnica de investigación
excepcional que consiste, según lo describe Cafferata, en que “un funcionario público que
fingiendo no serlo (simulando ser delincuente), se infiltra por disposición judicial en una
organización delictiva (v.gr., de narcotraficantes) con el propósito de proporcionar “desde
adentro” de ella, información que permita el enjuiciamiento de sus integrantes y, como
consecuencia, el desbaratamiento de esa asociación ilícita”13.

13
Cafferata Nores, José Ignacio. Cuestiones actuales sobre el proceso penal. 3ª ed. 1ª reimp., Buenos Aires: Del
Puerto, 2005, pág. 224.

14
De la lectura del 372 CPP, que, como hemos dicho, regula el empleo de esta técnica especial de
investigación aplicable a los casos de criminalidad compleja, se deduce lo siguiente:

a).- El investigador bajo reserva de identidad no puede ser un particular empleado para tales
fines, sino que el Ministerio Público sólo puede solicitar esta medida “para uno o varios de sus
investigadores”.

b).- La medida está sujeta a un plazo que puede ser prorrogado, pero en ningún caso este plazo,
prórroga incluida, puede superar los seis meses.

c).- El Ministerio Público debe presentar un informe del resultado de las investigaciones,
concluido el plazo, al Juez de la Instrucción.

d).- La identidad de los investigadores es revelada por el Ministerio Público conjuntamente con
el informe.

e).- Los investigadores que actuaron bajo reserva de identidad pueden ser citados como testigos
al juicio.

Esta medida la ordena el Juez de la Instrucción y, según el texto del 372 CPP, procede “cuando
ello sea manifiestamente útil para el desarrollo de la investigación”. En este punto es importante
destacar que el legislador dominicano ha querido introducir un elemento importante para la
procedencia de esta técnica especial de investigación. Me refiero a su utilidad manifiesta, de
donde resulta el carácter subsidiario y necesario de su empleo. Refiriéndose a la institución del
agente encubierto, el Tribunal Constitucional Peruano ha señalado que este procedimiento
“evidentemente no puede ser utilizado en todos los casos, sino que debe sustentarse
fundamentalmente en los principios de subsidiariedad y necesidad” 14, entendiendo por principio
de subsidiariedad aquel según el cual “el empleo del agente ocurre si no existen métodos de
investigación convencional que posibiliten que el delito sea detectado o sus autores
identificados, esto es, si los medios de prueba no pueden ser obtenidos por los llamados
“métodos tradicionales de investigación”. Por cierto, esto no implica el agotamiento previo de
14
Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano, 9 de enero de 2008.

15
todas las alternativas investigativas para luego acudir a dicha técnica, sino que la autoridad
competente deberá evaluar si no cuenta con otras técnicas investigativas que aseguren el éxito
de la investigación”15. El principio de necesidad, por su parte, implica que el investigador bajo
reserva de identidad “se utilizará atendiendo a los fines de la investigación en relación con la
gravedad del delito [delitos cometidos por organizaciones criminales o criminalidad
institucionalizada]”16.

5.- Acusadores Adjuntos.- Como una manera de permitir que el Ministerio Público pueda
reforzar su equipo, el artículo 373 CPP faculta al Procurador General de la República a contratar
los servicios de no más de dos abogados particulares para que se unan al equipo de la acusación
pública, en condición de Acusadores Adjuntos. A partir de la Ley Orgánica del Ministerio
Público (Ley núm. 133-11), esta atribución fue traspasada al Consejo Superior del Ministerio
Público, que es el órgano que puede designar a estos Acusadores Adjuntos, a propuesta del
Procurador General de la República.

Hasta ahora hemos examinado las distintas herramientas o facilidades procesales que
proporciona, a través del procedimiento especial para Asuntos Complejos, el Código Procesal
Penal, las cuales se unen a otras que están disponibles en el procedimiento común u ordinario
que organiza el mismo código. Me refiero, entre otras, a las regulaciones sobre la cooperación
judicial internacional y extradición; a la interceptación de comunicaciones y al procedimiento
abreviado, que pueden ser instrumentos de gran utilidad en el procesamiento de casos complejos.

Como hemos visto, el Código Procesal Penal de la República Dominicana cuenta con un
adecuado conjunto de respuestas normativas para lidiar con la corrupción, la criminalidad
financiera y el cada vez más preocupante fenómeno del crimen organizado y esto ocurre en casi
todos los países de la región por más que siempre sea posible mejorar algunos aspectos. Lo que
esto pone de manifiesto es que los problemas de eficacia en la persecución penal no se deben a
una falta de respuestas legales, no es la ley la culpable por más repetida que sea esta idea errónea
que pretende muchas veces, como si la fiebre estuviera en las sábanas, ver en el Código Procesal

15
Ibíd.
16
Ibíd.

16
Penal la fuente de todos los problemas de eficacia. Es por ello que creo conveniente destacar que
hay otros elementos, en el caso dominicano, en los cuales es necesario avanzar para poder
atender más adecuada y eficazmente el fenómeno de la criminalidad compleja, tales como un
buen programa de protección de víctimas y testigos, una policía especializada en investigación
criminal y un sistema de información integrada, todo ello en el marco de una Persecución Penal
Estratégica, que implica “la superación de la lógica del “caso a caso”, para mirar las
regularidades sociales y el cumplimiento de objetivos político criminales”17.

17
Binder, Alberto. Análisis Político Criminal. Astrea, Buenos Aires, 2011, pág. 319

17

También podría gustarte