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C O M E NT A R I O Y P R ES E NT A C I ÓN D E L L I B R O “ E N BU S CA DE LA

F E L I C I D AD : M I T OL O GÍ A Y TR A NS F O RM A C I Ó N P E R S ON A L ” D E
J O S E P H C A MP B EL L : A C T I TU D ES E S P I R I TU A LE S A N TE LA
E X I S TE N C I A Y LA S F U N C I O N ES D E L M IT O

Eduardo Llosa Cantoni

www.hipostasis.com

En el libro de Campbell que presentamos a continuación, se nos habla de la importancia del mito
para el desarrollo social y bienestar psíquico de los individuos al interior de una sociedad.

En las sociedades actuales, donde los hombres se encuentran desorientados y ocupados


en cosas inmediatas y poco trascendentes, el papel del mito se torna importante e
imprescindible.

Ello porque la falta de un “mito” en la modernidad, que oriente y ubique al hombre dentro
de un contexto social y cósmico, ha terminado frustrándolo existencialmente. El ser
humano se encuentra sin rumbo y sin motivaciones reales. Los valores del capitalismo
salvaje, en el que la posición social, el poder y el mismo tiempo se miden en dinero, han
generado un descontento que se manifiesta en patologías psicológicas de toda clase,
siendo las más comunes la depresión, el stress crónico y la adicción a ciertas sustancias
que sirven de válvula de escape.

En ese sentido, Campbell llama a rescatar el papel del “mito” en nuestras vidas. Los mitos,
antiguos y nuevos, son los agentes de cambio que propone Campbell para hacer de
nuestras vidas más lucidez, plenas y felices.
Para Campbell, existen en nuestro inconsciente arquetipos, fuerzas psíquicas simbólicas
que toman forma en los mitos de los diferentes pueblos en las distintas épocas.

La idea central de Campbell, es que la mayor parte de las sociedades han tenido un mito
que orienta y ubica en el cosmos y en la historia a las personas que las componen. Los
individuos de las diferentes comunidades participan de aquel mito a través uno o un
conjunto de ritos. El rito es la oportunidad para que los participantes de este se
identifiquen con sus héroes y dioses, asuman sus historias y vivan de manera literal sus
vidas, con todas sus implicancias.

Los mitos de las diferentes sociedades y culturas se desenvuelven en el marco de tres


actitudes existenciales/espirituales básicas ante la vida. Cada cultura y comunidad lleva
la impronta de una de estas actitudes

Primer tipo de actitud: Abrazar la vida en sus propios términos: La mitología y el rito
están enfocados a que se acepte lo monstruoso y lo terrible de la vida. Se lo celebra tal
cual es, y se busca en los ritos identificarse con estos aspectos horrorosos.

Para Campbell, hay algo asombroso y misterioso, que nos fascina a todos en mayor o
menor medida, de este lado oscuro y tenebroso de la existencia. Encontramos de manera
innata, una fascinación en lo terrible.

Es este mismo asombro el que abre a los primitivos a las manifestaciones espirituales más
terribles, como son los sacrificios humanos, los ritos violentos y salvajes de muerte, etc.

Por ejemplo, desde esta perspectiva, a la naturaleza se lo concibe como producto del
sacrificio de un dios, que, tras ser despedazado y descuartizado, genera todos los entes
materiales y espirituales del cosmos. Si bien el dios ha sido cortado en pedazos, este sigue
vivo. La naturaleza es concebida por ello como un gran ser vivo que busca saciar
constantemente su hambre de unidad. Su alimento más preciado es la sangre. Este dios
nació de la violencia y se alimenta de la misma. La sangre para estas sociedades es el
elemento más vital de los seres vivos. En ella está su sustancia espiritual. Al ofrecer en
sacrificio un ser humano a un dios se le está ofreciendo lo más poderoso y reconfortante.

Los ritos que recrean el inicio del mundo son así mismo, violentos. Se recrea en el
sacrificio de un ser humano el inicio del mundo. Y los hechiceros beben su sangre para
igualarse a los dioses.

2do tipo de Actitud. En el siglo VIII se da lo que Campbell llama la gran inversión. Se
condena lo horroroso de la existencia y se lo niega práctica y existencialmente. El
impulso vital, que es horroroso, casi demoníaco y causa de todo sufrimiento, se lo
conduce y orienta hacia la extinción.

Mientras que, en unas manifestaciones espirituales con la forma de esta actitud ante la
existencia, se busca la renuncia de la vida y del mundo en pos de una realidad
trascendente, como los yoguis del hinduismo, en otras, como en el budismo y el
Jainismo, encuentran su meta en la propia extinción vital. Simplemente se busca no existir
más. Se busca simplemente desaparecer en el marco de una vida que de otra forma no
tendría fin, ni siquiera con la muerte, ya que las encarnaciones sin aquella serían infinitas.
A esta liberación de la existencia, los hindúes lo llaman, Moska.

3er tipo de actitud– Cambiar el mundo, no aceptarlo tal cual es y luchar por
modificarlo. El primero en sistematizar esta forma de actitud ante la vida de forma
coherente fue Zoroastro. Zoroastro vio la luz en Irán del siglo VII ac. Ante el gran mal y
degradación moral de su comunidad, buscó en Dios respuestas para escapar de aquella
situación. Y llegó a la conclusión que había dos principios espirituales en el cosmos: uno
orientado al bien, y otro orientado al mal. La función del ser humano en este mundo es
ayudar a las fuerzas del bien a vencer al mal.

Su misión entonces era luchar con las fuerzas de la luz para vencer a las fuerzas del mal
que se habían apoderado de los miembros de su comunidad. En este sentido, todas las
religiones con la impronta de zoroastrismo para Campbell, como el judaísmo y el
cristianismo esperan que “Las plegarias, las buenas acciones y otras actividades pueden
ayudarnos a cambiar los principios fundamentales, los principios básicos de la
existencia”.

Esta tercera actitud espiritual ante la vida implica que el hombre puede luchar porque la
vida y el mundo de los dioses y de los hombres, sean más justos y buenos. El mal en el
mundo existe, y muchas veces es horrendo, pero puede vencerse al mal y hacer del mundo
ontológicamente mejor.

Dependiendo de qué actitud se asuma ante la vida, se van configurando y creando los
diferentes mitos a lo largo de la historia. Las similitudes entre los mitos de las culturas
que comparten alguna de estas actitudes vitales encuentran en esto su explicación. Como
las vivencias y realidades cosmológicas y cotidianas básicas de los individuos son las
mismas en todas las culturas según los tipos de desarrollo económico y sistema social,
muchas de ellas se parecen. Por ejemplo, las sociedades agrícolas, cazadoras y guerreras
comparten experiencias comunes, que los llevan a tener una actitud ante la vida
determinada, y esto influye en la actitud espiritual que desarrollen.

Sin embargo, Independientemente de sus diferencias, todos los mitos, de todas las
culturas, comparten ciertas características esenciales. Sin estas características, el mito
dejaría de ser tal. Estas son:

• El mito nos da un juego que jugar. Propicia el asombro por el misterio de la


existencia.
• Ofrece una imagen del cosmos que alimente la sensación de “Respeto Místico” y
explique todo lo que nos rodea. El origen del universo, la vida, la muerte, los
sistemas sociales y morales, etc.
• Validar cierto sistema mitológico.
• El mito cumple una función psicológica. Acompaña al individuo a lo largo de toda
su vida. Ayuda al individuo a procesar de manera exitosa las diferentes etapas y
acontecimientos de su vida, los más importantes, como puede ser el tránsito de la
niñez a la pubertad y de la pubertad a la adultez. Da una orientación a los
individuos respecto a qué espera la sociedad de ellos según la etapa de la vida en
la que se encuentre.
Para finalizar esta pequeña presentación del pensamiento de Campbell, los invito a
reflexionar sobre las consecuencias de la falta de un Mito que nos ubique social y
existencialmente, en las sociedades actuales, y que al mismo tiempo nos muestre esa
fascinación mística por el misterio de la existencia.

La creación de mitos tiene un componente creativo que las sociedades actuales, ya sea
por el sistema económico inhumano, ya sea por el debilitamiento de religiones cuyos
dogmas las han petrificado, han perdido.

Los libros de Campbell son una gran herramienta de estudio para profundizar en la crisis
espiritual y de identidad de nuestra época. Les invito a leerlo

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