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CAPACITACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO DE INTERNOS ALFABETIZADORES EN

CONTEXTO DE ENCIERRO

Autora:Lic. Prof. Liliana Judit Berenstein


Dirección electrónica:lberenstein@unsam.edu.ar; lijube010@gmail.com.
Institución:Universidad Nacional de San Martín
País: Argentina

Resumen:
El presente trabajo es la articulación teórica de una experiencia de alfabetización
desarrollado por profesores y estudiantes avanzados de la Carrera de
Psicopedagogía y Educación de la Universidad Nacional de San Martín.
Esta propuesta de trabajo intenta responder a la necesidad de la formación de los
estudiantes articulando la teoría con la práctica, comprometiéndose con la realidad ,
así como también el abordaje multidisciplinario que la complejidad de estas prácticas
requiere.
El objetivo del proyecto es propiciar con los internos alfabetizadores que alfabetizan
a sus compañeros también internos, un espacio de reflexión acerca de su tarea, que
favorezca su labor, así como también el enriquecimiento de los instrumentos
pedagógicos y didácticos para llevar a cabo la misma.
La tarea de alfabetización les permite conectarse con su propio potencial, esto
origina acciones auto habilitadoras que marcan la diferencia entre modos de
existencia. Así pueden subjetivarse desde la actividad educativa, habilitando
espacios de libertad no sólo como posible medio para su futuro una vez cumplida la
pena, sino también para intervenir en el presente rescatando la dignidad,
construyendo nuevos soportes y anclajes sociales y culturales. Esto es, la inclusión
de los sujetos en redes de sostén sociales intramuros, como así también con
proyección extra muro.
CAPACITACION Y ACOMPAÑAMIENTO DE INTERNOS ALFABETIZADORES EN
CONTEXTO DE ENCIERRO

Autora: Lic. Prof.: Liliana Judit Berenstein


Correo electrónico: lberenstein@unsam.edu.ar
Institución: Universidad Nacional de San Martín
País de procedencia: Argentina
Palabras claves: alfabetización de adultos, contexto de encierro, alfabetizadores
privados de libertad.

Este trabajo se enmarca en la experiencia del Proyecto de Voluntariado


Universitario “Capacitación de Internos Alfabetizadores del Penal de Gral San
Martín”, que fue seleccionado y está subsidiado por el Ministerio Nacional de
Educación, coordinado por profesores de la carrera de Psicopedagogía en el que
intervienen estudiantes avanzados de las carreras de Psicopedagogía y Educación
pertenecientes a la Escuela de Humanidades, de la Universidad de San Martín
(UNSAM), ubicado en el cono urbano de la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Nuestra Universidad tiene como objetivo brindar bienes culturales y favorecer una
mejor calidad de vida acercándose a la comunidad de la Universidad en condiciones
de vulnerabilidad social, es por eso que desde el año 2008 firmó un convenio de
colaboración mutua con el Complejo Penitenciario del barrio “General San Martín”,
en la cual está inserta. Desde entonces, la UNSAM dirige el Centro Universitario San
Martín (CUSAM) en el que se dicta la Carrera de Sociología, además de coordinar
talleres extracurriculares, a los que concurren los internos del penal.
Asimismo se facilita a los estudiantes de nuestra Universidad la posibilidad de
articulación de lo estudiado teóricamente con la práctica juntamente con la toma de
conciencia y compromiso con las necesidades de la comunidad considerando que el
aprendizaje tiene como meta principal la inserción del individuo en la cultura, en l a
realidad en la que está inmerso.
Nuestro país adhiere a la Declaración Universal de los DD. HH. (1948) y en el caso
de la población carcelaria, a las recomendaciones de Naciones Unidas para el
tratamiento de las personas privadas de su libertad: “…todos los presos deben tener
derecho a participar en actividades culturales y educacionales.”
Consideramos que la educación es un derecho de todo ser humano más allá de la
situación vital en que se encuentre que posibilita tanto la inclusión simbólica como
social y que habilita el ejercicio de otros derechos; es por eso que nuestra
Universidad se propuso generar condiciones de desarrollo de los sujetos privados
de libertad habilitando espacios que favorezcan su participación en ámbitos socio-
educativos, considerando al acto educativo como anti-destino, augurando en
aquellos la posibilidad de insertarse desde un lugar diferente en la estructura social.
La alfabetización de jóvenes y adultos es un derecho universal, inherente al derecho
de todas las personas a acceder a la educación, posibilita un medio para fortalecer
la comunicación de aquellas con el mundo, ya que les permite incrementar su
formación y por tanto su capacidad de acción, favorece el análisis de la realidad, su
ubicación personal y facilita el enriquecimiento de su cultura (Scarfó F.2006).
En nuestro país, ya hace unos años, se implementa el Programa Nacional de
Alfabetización para Jóvenes y Adultos, “Encuentro”, éste llega también a unidades
penitenciarias cuya particularidad radica en que lo mismos internos alfabetizan a
sus compañeros también internos, privados de libertad.
Es a partir de dicho programa que se ha solicitado a nuestra Universidad la
intervención y es en ese marco que se inserta nuestro Proyecto Voluntariado
Universitario.
La diversidad de edades de los alfabetizandos como sus diferentes orígenes socio-
culturales y económicos complejizan la puesta en marcha del Programa de
Alfabetización “Encuentro” ya comenzado en abril de 2009 en dicho penal.
El objetivo del proyecto es propiciar con los internos alfabetizadores un espacio de
reflexión acerca de su tarea favoreciendo su labor alfabetizadora juntamente con el
enriquecimiento de los instrumentos pedagógicos y didácticos para llevar a cabo la
misma.
La particularidad de este proyecto se caracteriza porque que son los mismos
internos, los que alfabetizan a sus compañeros, también internos, analfabetos,
adultos o jóvenes que no han accedido a la lecto-escritura. La mayoría de éstos
presentan distintos tiempos en el proceso de aprendizaje debido a múltiples causas
como por ejemplo situaciones de marginalidad social, no haber podido concurrir
continuadamente a la escuela, pudor y vergüenza por sentirse carentes de
conocimiento, etc.
La apropiación de la escritura y la lectura tiene múltiples contextos de usos y
convenciones, es decir, que consideramos el aprendizaje en interacción y en el uso
en el mundo social, considerando además que el papel comunicativo que
instrumenta el aprendizaje de la lectura y la escritura le servirá a los protagonistas
como herramienta para insertarse en un futuro en la sociedad de manera productiva
y creativa.
Partimos de una concepción de aprendizaje donde los aspectos afectivos, cognitivos
y socio-culturales intervienen favoreciendo u obturando dicho proceso.
Estos aspectos atraviesan tanto a los alfabetizandos como a los alfabetizadores
singularizados por el contexto social en que se desarrollará la peculiar tarea de
alfabetizar en una población donde tanto alfabetizandos como alfabetizadores están
en situación de encierro y privados de su libertad.
Consideramos que no sólo es importante el contenido de aquello a enseñar sino
también la actividad a través de la cual se desarrolla.
El trabajo en grupo y el vínculo con los otros propicia el intercambio y la propuesta
de actividad destruye la pasividad del educando y lo incita a la búsqueda de la
transformación de la realidad.
Se propicia, así, el trabajo grupal, en un marco de contención emocional
impresindible para la labor alfabetizadora, singularizado por el contexto social en que
se desarrolla esta tarea de alfabetizar.
La alfabetización es una herramienta poderosa que cambia la forma en que el
individuo se relaciona con el mundo y permite nuevas formas de mediación entre el
individuo y los demás, incidiendo en el mejoramiento de la calidad de vida influyendo
tanto mientras el sujeto se encuentra privado de su libertad como en su proyección a
futuro una vez liberado .
Nos encontramos además, en un momento donde el avance tecnológico requiere de
los sujetos la palabra escrita para acceder a los sistemas de información
tecnológicos ya que la imposibilidad del manejo de los mismos acrecienta los
márgenes de exclusión social.
Se propone que los alfabetizadores fomenten ámbitos de aprendizaje a partir de la
escucha de los saberes de los alfabetizandos, seleccionando los contenidos de
acuerdo al contexto donde se desarrolla la actividad, permitiéndoles una
participación activa en el proceso de aprendizaje, considerando una relación
dialéctica en la cual ambos aprenden y enseñan.
Los alfabetizadores tendrán que seleccionar los contenidos según el grupo particular
de alfabetizandos, teniendo en cuenta sus expectativas, experiencias vitales y el
desafío propio que implica la tarea de aprender a leer y escribir. En este sentido, el
programa se enmarca en la concepción de alfabetización de jóvenes y adultos
derivada de los desarrollos de Paulo Freire acerca de la educación como práctica de
la libertad y que estimula una educación que posibilite un sujeto crítico y
transformador de su realidad para transformarla y transformarse y ser partícipe
activo de transformación social (Cuaderno de apoyo Nº 3, 2008).
Es un hecho reconocido que los contextos institucionales y socioculturales inciden
en las prácticas de enseñanza y en los procesos de aprendizaje.
Consideramos la particularidad de la educación del adulto como sujeto de
aprendizaje, que tiene ideas y pensamientos desarrollados con respecto a lo
simbólico, a su uso comunicacional y que seguramente ha ensayado alguna forma
de interpretación. Por otro lado, en muchos casos se trata de personas con una baja
autoestima en lo que se refiere a su relación con el conocimiento. Todo ello requiere
de una pedagogía propia que fortalezca la autoestima y la autonomía creciente de
los sujetos, el trabajo colectivo y solidario, la toma de decisiones y el pensamiento
crítico (Martínez Santiago, R. 2007).
En este sentido, tomamos la experiencia de la “educación popular” que se constituyó
en torno a la idea de Paulo Freire (2008) que implica una relación dialógica, opuesta
a la mera transmisión, no se trata de que un educador transmite conocimiento a un
educando sino que ambos reflexionan y operan juntos sobre el mundo.
Paulo Freire plantea que la educación debe comenzar por la superación de la
contradicción educador-educando. Debe fundarse en la conciliación de sus polos, de
tal manera que ambos se hagan, simultáneamente, educadores y educandos (Freire,
1992).
Partiendo del rechazo al carácter “bancario” de la educación escolar, en la cual el
docente “deposita” el conocimiento en los estudiantes, Freire plantea que la
educación implica una relación dialógica, opuesta a la mera transmisión. Esta
relación dialógica implica una reconceptualización de los roles del docente y el
sujeto de la educación, quienes, en el marco de una relación simétrica, construyen
colectivamente el conocimiento y se construyen mutuamente. En este marco se
espera que se produzca un vínculo de confianza que facilite la aceptación del no
saber ya que esta situación a menudo tiñe de pudor y vergüenza al alfabetizando
frente a los demás. (Cuaderno de Apoyo, N°3)
El cuestionamiento realizado por Freire al vínculo pedagógico no implica solamente
una reformulación de la relación entre educador y educando sino también de la
relación con el conocimiento. El punto de partida del proceso de enseñanza no es
una selección de contenidos realizada previamente por el docente sino que se parte
de la práctica social de los participantes en el proceso educativo. Asimismo, la
lectura y la escritura no son conceptualizadas desde un punto de vista instrumental
sino entendidas como un proceso de transformación de la realidad mediante una
apropiación crítica de la palabra leída y escrita.
La alfabetización, desde esta perspectiva, se considera como un proceso de
búsqueda de modos de pensar la realidad, de aprender activamente a partir de la
realidad de los educandos y su singularidad en la significación del lenguaje
vinculada al contexto al cual pertenecen. Los sujetos van estructurando su identidad
en la interacción con el contexto cultural y el acceso a la palabra escrita les abre un
mundo diferente, posibilitando nuevas apropiaciones que van impactando en la
subjetividad.
Por otro lado, desde la psicología cultural intentamos dar respuesta a la pregunta de
cómo afecta la cultura el comportamiento de los sujetos. El análisis de la conducta
en referencia a un contexto nos proporciona una mirada hacia la construcción de
identidad como fenómeno biológico, social y cultural (Rosa, A. 2000). En este
sentido, los comportamientos de alfabetizadores y alfabetizandos que se analizarán
en este proyecto solo pueden ser entendidos como atravesados por la situación de
encierro carcelario.
La modalidad de organización de las cárceles responde a lo que Goffman (1984)
denomina "instituciones totales o cerradas" cuyo fin es el control de los sujetos, el
cual se logra mediante la homogeneización, la masificación, la clasificación y el
despojo de sus derechos, incluso el de la educación.
Estas condiciones también reproducen los principios que Michel Foucault (2008)
refiere con respecto a la genealogía de las cárceles desde una perspectiva de las
relaciones de poder: la unión del aparato disciplinario con el aparato pedagógico en
función de "corregir al delincuente", instalándose así la concepción de "tratamiento".
Esta concepción se vincula con un enfoque en el que el sujeto alojado en la cárcel
es concebido como alguien anormal, que porta una patología a tratar. Desde el siglo
XVIII hasta hoy, estos principios se han mantenido como matriz organizadora de los
establecimientos penales.
En esta escena educativa se produce una combinación de dos instancias
institucionales, la penitenciaria y la escolar, siendo la primera la que condiciona a la
segunda. En la situación educativa se juega entonces no sólo lo pedagógico y
didáctico sino también cuestiones de poder entre ambas instituciones, que
obstaculizan la práctica educativa (Blazich, 2007). Esta coyuntura supone que las
actividades educativas en el contexto de encierro carcelario se desarrollan dentro de
tensiones no sólo por la singularidad de la población a quienes van dirigidas sino
también por el contexto carcelario en el que priman cuestiones de seguridad
disciplinaria que muchas veces obstaculizan el desarrollo de la actividad educativa.
Los alfabetizadores encuentran en su práctica educativa dificultades como la
dependencia para los traslados a otras unidades penitenciarias, las ausencias por
castigos, etc.
Ahora bien, a pesar de que la privación de la libertad es uno de los dolores más
profundos del ser humano, suelen aparecer, en esta situación, sentimientos de
amistad, solidaridad y esperanza de modos diferentes de inserción social y laboral,
incidiendo también en la posibilidad de un transitar con mejores condiciones la vida
carcelaria.
En este sentido, es de esperar que los alfabetizadores se encuentren con la
singularidad de una población a alfabetizarse que buscará un espacio de intercambio
y reflexión de sus situaciones vitales y la problemática del contexto de encierro ya
que en general no disponen de los mismos, sino que por el contrario están
subsumidos en la soledad de lo que implica estar en prisión.
Como ya se ha dicho, la particularidad de esta actividad de alfabetización radic a en
que son los mismos internos los que alfabetizan a sus compañeros, otros internos,
jóvenes y adultos analfabetos. La mayoría de éstos han vivido (y viven) situaciones
de marginalidad social, sentimientos de pudor y vergüenza por no “saber”, por no
haber concurrido a la escuela. Uno de los alfabetizandos, expresó “fui hasta 3º
grado, pero no sé leer ni escribir, me hacían pasar nomás”, manifestando un
sentimiento de dolor, su vivencia de exclusión, de haber sentido que no era tomado
en cuenta en su singular proceso de aprendizaje.
Este espacio creado entre internos alfabetizadores y alfabetizandos, se constituye en
una instancia que interviene en la construcción de las personas como sujetos de
derecho, promoviendo su desarrollo personal y así reducir su vulnerabilidad y
mejorar su posición subjetiva.
Entendemos, entonces a la educación como práctica social compleja, cuya
direccionalidad es la comprensión del mundo, la formación de un sujeto crítico y
comprometido con su transformación y la de la realidad. En este sentido el acceso a
la lectura y escritura constituye uno de los componentes de la propia construcción a
partir de la posibilidad de nombrar realidades, de mediatizar las acciones con las
palabras, de nombrarse a sí y nombrar a los otros. En tanto se amplían universos
vocabulares se amplían las experiencias y se construyen nuevas identidades.
(Freire, 2008). Uno de los alfabetizadores manifestaba su emoción por darle a sus
pares “la posibilidad de tener la “libertad” de leer un libro”, en esta paradoja de
encierro en que están subsumidos. Otros alfabetizadores dijeron en relación a su
tarea: “Propiciar la educación como herramienta de cambio”.”Entender que al
sistema este lo rompemos con el conocimiento y no con la violencia”.
La tarea de alfabetización les permite a los alfabetizadores conectarse con su
potencial, construyendo nuevos soportes y anclajes sociales y culturales junto a los
alfabetizandos en redes de sostén sociales tanto intramuros como con proyección
extra muro.
Los sujetos van estructurando su identidad en la interacción con el contexto cultural,
el acceso a la palabra escrita abre una mirada diferente del mundo, posibilitando
nuevas apropiaciones que van impactando en la subjetividad (Rosa, 2000). Uno de
los alfabetizandos, escribió en su cuaderno en una de sus primeras frases: “Hoy me
levanté, tomé mate y vine al colegio”. Ya eran las primeras horas de la tarde pero él
rescataba su posibilidad de ir al “colegio” nombrando en ese contexto entre rejas el
espacio de alfabetización como ese lugar de “hacer”, esa actividad que le torna un
diferente modo de existencia; y un alfabetizador señaló "es como si ellos volvieran a
un lugar que habían perdido, que habían olvidado...”
El Complejo penitenciario es por excelencia un lugar donde los sujetos privados de
libertad y en estado de exclusión se encuentran escindidos del mundo social y
cultural.
Es en esta coyuntura donde se monta el programa de alfabetización. La actividad de
los alfabetizadores propiciará un espacio de apropiación de la palabra como
herramienta y la reflexión por sobre la violencia. En un contexto en el cual es muy
difícil hablar de los sentimientos, de las angustias, de las tristezas, un alfabetizando
pudo escribir: “La cárcel es una tristeza”. Lo pudo expresar cuando lo pudo escribir, y
esto fue posible porque se generó un ámbito donde comenzaba a circular la palabra
tan obturada en estos contextos, en los que los sujetos están subsumidos en la
soledad de lo que implica estar en prisión (Foucault, 2008) y donde la creación de un
vínculo de confianza promueve la expresión de los sentimientos y vivencias. Podrán,
a través de la palabra escrita, expresar sus deseos y sentimientos que están tan
obstaculizados en el contexto de encierro. Esto lo enuncia otro de los alfabetizandos
que logró escribir:” Una vez soñé tener un caballo, como todavía no lo tengo sigo
soñando”.
Silvia Bleichmar (2008) refiere a esto en relación al pacto intersujetivo necesario
entre los sujetos, perdiéndose en este contexto de encierro, en el cual los sujetos
privados de libertad se sienten deshumanizados, no considerados sujetos
pensantes. En relación a esto otro alfabetizador expresó :”Esto nos ayuda con el
temor a la despersonalización, nos da una identidad, somos alfabetizadores.”.
Asimismo, la lectura y la escritura no son conceptualizadas desde un punto de vista
instrumental, sino entendidas como un proceso de transformación de la realidad
mediante una apropiación crítica de la palabra leída y escrita. Otro alfabetizando ha
dicho: “De chico uno no tuvo esta posibilidad de tener estas herramientas y lo bueno
es que podamos transmitirlas”. La alfabetización, desde esta perspectiva, establece
un proceso de búsqueda de modos de pensar la realidad, de aprender activamente a
partir de la singularidad buscando la significación del lenguaje vinculada al contexto
al cual pertenecen.
En el espacio de encuentro con los alfabetizadores trabajamos la selección de los
contenidos según el grupo particular de alfabetizandos, teniendo en cuenta sus
expectativas, experiencias vitales y el desafío propio que implica la tarea de
aprender a leer y escribir
Los alfabetizadores pudiendo ser solidarios y brindando su saber a sus pares
analfabetos, cumplirán un rol de andamiaje (Bruner, 1988) que seguramente les
permitirá transitar su situación de exclusión y encierro en un marco donde puedan
recuperar en el presente el derecho a la educación y de proyectarse a futuro
recuperando su dignidad y un posicionamiento enriquecido en su integración social.
De este modo, los alfabetizadores, tendrán otros instrumentos luego de transitar por
la experiencia de posicionarse como portadores de un saber que será transmitido a
otros; sintiendo un lugar de reparación y reconstrucción de su identidad y de su
lugar en la sociedad “el hecho de tener la educación como herramienta de cambio”
en palabras de ellos.
La actividad educativa permitiría, a alfabetizandos y alfabetizadores, reencontrarse
con sus vivencias pasadas, posicionarse en el presente y en función de esto poder
proyectarse a un futuro que, seguramente, vislumbrarán con otras posibilidades
luego de esta experiencia.
A partir de lo analizado podemos concluir que el acceso a la palabra escrita, a los
bienes culturales permitirá a los sujetos reconstruir identidades, cambiando rumbos
de acción social que les habilite nuevas posibilidades de comprensión y significación
de la realidad en la cual están insertos, para una adaptación creativa, critica creando
proyectos de vida, desestructurando estigmas y destinos sociales. Un gran número
de jóvenes y adolescentes en América Latina no tienen acceso a bienes materiales
elementales que garanticen su subsistencia y desarrollo,como tampoco a bienes
culturales. Esta imposibilidad material y simbólica de construirse a sí mismos, genera
no sólo la exclusión social actual sino la fijación en un lugar determinado; por lo
tanto, de inmovilidad social y de exclusión.
Apostamos a la educación como una llave que abra posibilidades a nuevas
oportunidades, donde cada ser humano pueda ser protagonista y agente de cambio
social, brindando la posibilidad de un lugar creativo y de justicia social.

BIBLIOGRAFIA

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Blazich, Gladys. (2007). La Educación en Contextos de Encierro. Revista Iberoamericana de


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Bruner, Jerome (1988) Realidad mental y mundos posibles: Los actos de la imaginación que
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Freire, Paulo (1992). Pedagogía del oprimido. Madrid: Siglo XXI.

Freire, Paulo (2008) El grito manso. Buenos Aires, Siglo XXI, 2° edición

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Goffman, E. (1984): Internados. Buenos Aires: Amorrortu.

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