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Conducción del Niño

En el hogar es donde ha de empezar la educación del niño. Allí está su primera escuela.
Allí, con sus padres como maestros, debe aprender las lecciones que han de guiarlo a
través de la vida: lecciones de respeto, obediencia, reverencia, dominio propio.

Padres, recordad que vuestro hogar es una escuela en la cual vuestros hijos han de ser
preparados para las moradas de arriba. No les permitáis manifestar su enojo. Enseñadles
a ser bondadosos y pacientes.

Los padres y las madres deben comprender su responsabilidad. El mundo está lleno de
trampas para los jóvenes. Los padres no deberían considerar livianamente la obra de
educar a sus hijos, ni descuidaría por ningún motivo. Dios no puede proteger del mal a los
hijos si los padres no colaboran con él. Los progenitores deben realizar su obra valiente y
gozosamente, manifestando un esfuerzo

Los padres envían a sus hijos a la escuela y cuando han hecho esto, piensan que ya los
han educado. Pero la educación es una cuestión más amplia de lo que muchos
comprenden: abarca todo el proceso mediante el cual el niño es instruido desde el
nacimiento a la segunda infancia, de la segunda infancia a la juventud, y de la juventud a
la adultez. Tan pronto como un niño es capaz de formar una idea, debería comenzar su
educación

El primer hijo debería ser educado especialmente con mucho cuidado, porque él educará
al resto. Los niños crecen de acuerdo con la influencia de los que los rodean. Enseñad a
vuestros hijos que los mandamientos de Dios deben constituir la regla de su vida.

Las madres, por encima de todos los demás, deberían acostumbrarse a pensar e
investigar si quieren progresar en sabiduría y eficiencia. Las que perseveren en esta
conducta, pronto advertirán que se está capacitando en lo que antes eran deficientes;
están aprendiendo a formar correctamente los caracteres de sus hijos.

Los padres tienen el deber sagrado de conducir a sus hijos por las sendas de una estricta
obediencia. La verdadera felicidad en esta vida y en la vida futura dependen de la
obediencia a un "así dice Jehová". Padres, permitid que la vida de Cristo sea el modelo.
Satanás ideará todo medio posible para destruir esta elevada norma de piedad como si
fuera demasiado estricta. Vuestra obra consiste en impresionar a vuestros hijos en sus
tiernos años con el pensamiento de que han sido formados a la imagen de Dios.

Padres y madres, enseñad a vuestros hijos que deben subordinarse a la ley. No les
permitáis pensar que porque son niños, tienen el privilegio de hacer todo el ruido que les
plazca en el hogar. Deben establecerse normas sabias y ponerse en vigencia para que la
belleza de la vida del hogar no sea malograda

Recordad que en el cielo no hay desorden, y que vuestro hogar debería ser un cielo aquí
en la tierra. El amor de Dios debería expresarse en la familia mediante el amor a
nuestros hijos. El amor genuino no conducirá al desorden y la suciedad, porque éste sea
el camino más fácil; sino que por el ejemplo puro establecido ante sus hijos por los
padres.

Enséñese a cada joven y a cada niño no solamente a resolver problemas imaginarios, sino
a mantener una cuenta exacta de sus propias entradas y salidas. Enséñeseles el uso
correcto del dinero dándoles la oportunidad de utilizarlo.

Los verdaderos encantos de un niño consisten en la modestia y la obediencia, en oídos


atentos para escuchar las palabras de instrucción, en pies y manos voluntarios para andar
y trabajar en el camino del deber. Y la verdadera bondad de un niño producirá su propia
recompensa, aun en esta vida

Por la repetición de los actos se establecen los hábitos y se confirma el carácter. Los
hábitos de sobriedad, dominio propio, economía, celosa aplicación, de conversaciones
sanas y sensatas, de paciencia y verdadera cortesía, no se ganan sin una diligente y
celosa vigilancia del yo. Es mucho más fácil desmolarizarse y depravarse que vencer los
defectos, mantener el dominio propio y cultivar las verdaderas virtudes. Se requerirán
esfuerzos perseverantes, si se quiere que alguna vez se perfeccionen las gracias
cristianas en nuestra vida

El ejercicio moderado diario es muy importante ya que fortalecerá los músculos, los
cuales sin ejercicio se vuelven blandos y débiles, es un gran consejo que nos brinda el
libro.

La Palabra de Dios abunda en preciosas joyas de verdad, y los padres debieran sacarlas
de su estuche y presentarlas ante sus hijos en su verdadero esplendor. Las enseñanzas de
la Biblia influyen en forma vital sobre la prosperidad del hombre en todas las relaciones
de esta vida. Desarrolla los principios que son la base de la prosperidad de una nación,
principios vinculados con el bienestar de la sociedad y que son la salvaguardia de la
familia, principios sin los cuales ningún hombre puede alcanzar utilidad, felicidad u honra
en esta vida, ni asegurarse la vida futura inmortal.

Si hubo tiempo en el que cada casa debiera ser una casa de oración, es ahora.
Predominan la incredulidad y el escepticismo. Abunda la inmoralidad. La corrupción
penetra hasta el fondo de las almas y la rebelión contra Dios se manifiesta en la vida de
los hombres

Antes de salir de la casa para ir a trabajar, toda la familia debe ser convocada y el padre,
o la madre en ausencia del padre, debe rogar con fervor a Dios que los guarde durante el
día. Acudid con humildad, con un corazón lleno de ternura, presintiendo las tentaciones
y peligros que os acechan a vosotros y a vuestros hijos, y por la fe atad a estos últimos al
altar, solicitando para ellos el cuidado del Señor. Los ángeles ministradores guardarán a
los niños así dedicados a Dios

El viernes es el día de preparación. Entonces puede dedicarse tiempo a los preparativos


necesarios para el sábado, y a pensar y conversar acerca de ello. Nada de lo que a los
ojos del cielo será considerado como violación del santo sábado debe dejarse para ser
dicho o hecho en sábado.

No tengáis tan poca reverencia hacia la casa y el culto de Dios que converséis con otros
durante el sermón. Si los que cometen esta falta pudiesen ver a los ángeles de Dios que
los miran y toman en cuenta su acción se llenarían de vergüenza y de aborrecimiento
propio. Dios quiere oidores atentos. El enemigo sembró la cizaña mientras el hombre
dormía

Estas partes del libro fueron las que más me gustaron y sentí que reflejan lo más
importante de la educación que hay que darle a los niños, y claro al leer este libro me
ayudo a poder comprender un poco mejor algunos errores que yo tengo como persona y
lo que debo de corregir para poder enseñar a los niños del club y mis futuros hijos para
que no cometan los mismos errores que uno.

Fecha Completada: Instructor/Asesor:

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