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6 PRESIDENCIA DF LA NACION SECRETARIA DECULTURA CUADERNOS DEL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA Y PENSAMIENTO LATINOAMERICANO, 19 BUENOS AIRES REPUBLICA ARGENTINA 2000-2002 (Cuadernos del instuo Nacional de Anopologia y Pensamienio Latinoamericano 18: 695-659 2000/2002 = ISSN 0570-8946 SITIOS ARQUEOLOGICOS SOMEROS: EL CONCEPTO DE SITIO EN ESTRATIGRAFIA Y SITIO DE SUPERFICIE Marcelo A. Zirate (*) ‘Maria Isabel Gonzélez de Bonaveri (**) Nora Flegenheimer (*** ) Cristina Bayén (****) RESUMEN Los sitios someros estin localizados en horizontes A de suelos y presentan caracteristi- cas propias que los diferencian de los sitios de superficie y en estratigraffa. Representan con- textos superficiales en los que el sepultamiento puede ser consecuencia de la dinimica pedo- Iégica y en los que se produce un fejuvenecimiento de la materia orgénica, Estratigrdficamente, estos sitios someros tienen un bajo grado de resoluci6n. Los horizontes ‘A pueden contener asociaciones culturales diacrénicas porque los suelos representan super- ficies tiempo-transgresivas. Para analizar el significado y grado de resolucién de los sit someros se analizan como casos de estudio las localidades arqueotégicas Cero El ‘Sombrero-Cima y La Guillerma. Aunque difieren en el tipo de registro arqueolégico pre- ‘sentan, como rasgo en comiin, Ios restos materiales dentro de un horizonte A y a pocos cen- ‘metros de la superficie. Cerro El Sombrero-Cima ha sido asignado a ocupaciones tempra- nas y La Guillerma a ocupaciones que ocurtieron entre los 1700 y los 400 a “CAP, Para poder ponderar su integridad, debido a los problemas de la dinémica pedolégica, sélo pue- den utilizarse indicadores arqueol6gicos. En Cerro El Sombrero se utilizaron indicadores tecnolégices, tipol6gicos y materias primas y en La Guillerma la distribucién de los mate- riales, el ensamblaje de cerimica y Iitico y las cadenas operativas representadas. La homo- ¢geneidad cultural det registro, en ambos sitios, permite postular Ia existencia de ocupacio- nes culturalmente homogéneas, 0 sea sitios con un nico componente CONICET, IANIGLA/CRICYT, + ICA-Universidad de Buenos Aire, se CONICET. ‘+02 Departamento de Humanidades, Universidad Nacional de San Juan. 635 ‘Cuapernos 19 ABSTRACT Shallow sites, localized in A horizons of soil profiles, show different characteristics when compared to either surface or sealed sites. These sites record a rejuvenation context where the burial of archaeological material may result from the pedological dynamic. In order to analyze their significance and degree of resolution two case studies are considered: Cerro El Sombrero-Cima and Le Guillerma. The common feature of both localities is the occurrence of archaeological material at few centimeters below the soil surface, while their archaeological assemblages are different. Cerro El Sombrero-Cima is assigned to early human groups. whereas La Guillerma was occupied between ca 1700 and 400 C yr BP. As soils represent time transgressive surfaces they may include diachronic cultural assemblages. Shallow sites have a low degree of chronological resolution from a straigraphical perspective, Hence, archaeological indicators are used t0 analyze their homogeneity in order to discuss their contexts at a more refined time scale. At Cerro El Sombrero the indicators that were taken into account are: lithic technology, typology and raw materials and at La Guillerma: artifact distribution, lithic and ceramic conjoining and the chaines operatoires represented. At both Cerro El Sombrero-Cima and La Guillerma, the cultural homogeneity of the assemblages has led to propose thatthe sites have not suffered ‘major disturbances and that occupations themselves were homogeneous, that is, they are sites with one component only INTRODUCCION Generalmente en la literatura arqueol6gica argentina se menciona la existencia de sitios de superficie y sitios en estratigrafia, Los sitios superficiales son aquellos en los que el mate- rial esté totalmente expuesto a las condiciones subaéreas, ya sea por erosién de la matriz, por sedimentacién eseasa o por diversas disturbaciones, entre las que se encuentran las cul- turales. En contraste, los sitios en estratigrafa o sitios sellados, en el sentido de Butzer (1982:104) son aquelios en los que los materiales arqueolégicos estén dentro de una mattiz sedimentaria, Se asume que en estos itimos el material arqueol6gico esta localizado en un contexto sedimentaro, susceptible de ser analizado estratigréficamente, lo cual, en princi- pio favorece la determinacidn de las elaciones espacio-temporales. En la regién pampeana, Ja jmportancia que se otorg6 a los dos tipos de sitios ha variado segin las concepciones te6- ricas a lo largo de la historia de las investigaciones (Politis 1986). Por otra parte, no todos los sitios en estratigrafia tienen las mismas caractersticas. El ambiente depositacional y/o los procesos postdepositacionales pueden generar condiciones especiales que afectan de ‘manera significativa su integridad. Un caso especial esti consttuido por los numerosos sitios arqueol6gicos ubicados en horizonte A de los suelos actuales. En los mismos el material arqueol6gico puede estar ubi- cado a profundidades variables, desde pocos centitmetros a decenas de centimetros de a superficie, en una matriz. sedimentaria fuertemente afectada por los procesos edaficos Butzer (1982) sefala que muchos de los sitios con estas caractersticas de yacencia, deberi- an considerarse como sitios superficiales, en especial si han sido arados © removidos por ombrices. Sin embargo, entendemos que se apartan considerablemente de lo que definimos como sitios superficiales pues el material no esté expuesto a condiciones subasreas. Por otro 636 ‘Sts ARQUEOLOGICOS SOMEROS: EL. CONCEPTO DE SITIO EN ESTRATIGRAFIA lado, no podemos consideraris en principio como verdaderos sitios en estratigraia, o sella- dos, aunque el material esté cubierto por un delgado manto sedimentaro. En gran parte de la pampa hnimeda, las condiciones ambientales (clima, sustatos sedi- mentaris, vegetacin, fauna, relieve) y el tempo han favorecido la formacién de suelos que cexhiben grados de desarrollo relativo desde moderado hasta alto. La dinémica pedoldgica se caracteriza por la permanente incorporacién, transformacién, pérdida y translocacin de material orginico y clistico en el peril de suelo. En lapsos variables del orden de meses a algunos aflos, segin las carateristicas de cada ambiente consierado, aquellos fragmentos ‘orgénicos 0 inorgdnicos que han caido sobre la superficie del suelo y cuyos tamafos scilan desde fracciones de milimetros a pacos centimetres, se incorporan al eno del horizonte A ¥ los encontramos luego a varios centimetros de Ia superficie (Wood y Jobnson 1978; Johnson e.p.) Es deit el proceso pedolégico crea condiciones de yaceneiaparticulares que se apartan de las originales, disturbando la relaciones espacio-temporales originales y reor- ‘ganizando los materiales ‘Ademés, algunos de los suelos que ocupan una importante extensiGn areal en la cegién ppampeana representan superficies eomorfolégicas estables durante prolongados intervalos temporales, estimados en hasta 10 mil afios, condensando asi todo et Holoceno, este sera el cato de los interfluvios, y algunos microambientes secranos (Zirate et al. 1998). En super. ficies de estas caracerisiicas, con un crecimiento lento, los contextos arqueolégicos pod fan representar acumulaciones de antefactos correspondientes a ocupaciones distanciadas temporalmente por varios siglos 0 milenios (Holliday 1992) Asi, materiales culturales dia cxénicos podrian haber sido incorporados y coexist en el seno del horizonte A. De este modo, cuanto més prolongado haya sido el intervalo de estabilidad geomorfol6giea, epre- sentado por el tiempo durante el cual se desarrollé el suelo, tanto mis se increment la pro- brbilidad de que los materiales de distntas ocupaciones se hayan mezclado.Y, por ello la evaluacign de estos contextos requiere el uso de indicadores arqueotsgicos. En conseeuencia, para referieos a aquellos sitios ubicados en los horizontes A de Suelos actuales, que son los que analizaremos en este trabajo, utilizamos la denominaciéa sitios arqueotégicos someros. El objetivo es dseutir distntosinterrogantes, como los mecanismos de sepultamiento, la alteraién y pérdida de materiales arqueoldgicos, et. elacionados con los procesos involucrados en la formacién del registro arqueol6gico en estos contextos ‘Analizamos también la resolucién cronoldgica y el consecuente significado que tienen las dataciones radioearbnicas en ellos. También evaluamos el empleo de otros métodos de datacin y de indieadores arqueotbgicos con el propssito de ponderar la integridad y poder desagregar temporalmente estas asociaciones cultuales. Finalmente, discutimos Ia poten cialidad de los sitios someros actuales para comprender el significado de los sitios arqueo- lgicos en estratigrafia ubicados en contextos de paleosuelos enterrados Hemos tomado como casos de estudio las localidades de La Guillerma y Certo El Sombrero-Cima (en adelante CoS-c) (Fig 1). Ninguna de estas localidades ha sido arada, ya sea por su localizaciéa geomorfolégica, como en el caso de CoS-c, 0 por la cubiertade vege- tacién, el montecilio de tala en La Guillerma. El rasgo en comin de ambas localidades es presentar material arqueoldgico dentro de horizontes A de los suelos actuals, a pocos cen {imetros de la superficie. Sin embargo, diferen significativamente en las earacteristcas del registro arqueologico. El contexto de CoS-< esta compuesto exclusivamente por materiales liticos y se ha asignado a grupos cazadores-ecolectores tempranas que ocuparon el rea entre 10,000 y 11,000 afos CAP (Flegenheimer y Zérate 1989, 1997; Flegenheimer 1991). La Guillerma, en eambio, presenta un conjunto arqueol6gico variado compuesto por er CCuabeRNos 19 restos éseos humanos y de animales, restos vegetal, materiales Iiticos, y cerimicos y se ha interpretado como perteneciente a sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras que habi- taron la cuenca del Salado entre 1,700 y 400 afios ¥C AP (Gonzalez de Bonaveri y Zérate 1993/94; Gonzalez de Bonaveri 1997). PROCESOS DE FORMACION NATURAL QUE PUEDEN AFECTAR EL REGISTRO ARQUEOLOGICO REGIONAL Las planicies aluviales representan ambientes que, en relacién con las superficies inter fluviales, presentan tasas de sedimentacién més activa. Si un sitio esté ubicado en un ambiente de planicie de inundacién, aumenta la probabilidad de encontrar episodios discre- tos de ocupacién y por lo tanto presenta una mejor resolucién cronolégica. Por ello estos, ambientes son los analizados con mayor asiduidad en la literatura geoarqueol6gica en cuan- to a procesos de formacién de sitios (Brown 1997; Ferring 1992; Holliday 1992; Waters 1992), Los casos aqut estudiados en cambio, son sitios ubicados en ambientes interfluviales de la Pampa himeda, ya sea en la cumbre de lomas loéssieas o en la superficies planas de las sierras de Tandilia, cubiertas por un manto eélico del Pleistoceno tardio-Holaceno tempra- no, En ellos el proceso dominante durante el Holoceno, en términos del balance sedimenta- cidn-erosién-pedogénesis, ha sido la formacién de suelos (Flegenheimer y Zarate 1993). Por lo tanto, desde el punto de vista geomorfol6gico, estos amibientes presenian una mayor esta bilidad relativa, con tasas de sedimentacién o erosién muy bajas, aunque nunca nulas, pero inferiores ala de Ia pedogénesis. Si a acumulaciGn de sedimentos y la erosién tienden a ser imas en estas condiciones, {emo se produce entonces el proceso de sepultamiento de materiales arqueol6gicos que se encuentran en el seno del horizonte A, a varios centimetros de la superficie? ‘general, la incorporacién del material arqueol6gico al registro estratigrfico se con- sidera como el resultado de un incremento en la tasa de sedimentacién (eg. Waters 1992), Sin embargo, en los interfluvios analizados. la depositacién sedimentaria no es el dnico mecanismo de sepultamiento del material, aunque es razonable suponer que algunos cent metros de sedimentos se hayan incorporado al horizonte A durante el lapso de estabilidad representado por el suelo. La superficie del suelo es muy activa y la misma dinémica pedo- l6gica, en la que la biota juega un papel significativo, puede incorporar material arqueol6- ‘gico a la matriz sedimentaria del horizonte A. La aceién de las raices provoca desplazamiento de los materiales y entrampamiento de partculas; en el horizonte A, y particularmente en los primeros centimetros, se encuentra ‘gran parte de la microfauna del suelo; el colapso de pequefias cavidades, tineles y galerfas de invertebrados cavadores crea, adems, irregularidades microtopogrificas en las que los ‘materiales quedan incluidos (Wood y Johnson 1978). La actividad de la microfauna del suelo, por ejemplo lombrices, ha sido mencionado como un agente importante en la movi- lizacién y sepultamiento de material arqueolégico (Stein 1983). También el papel que des- cempeta la microfauna en la movilizacién de particulas y clastos es puesta de manifiesto en cel modelo del biomanto. Este modelo se ha propuesto para explicar la presencia de lineas de piiedra (stone-line), concentradas por la accisn de la bioturbacidn, en lugar de su interpreta- cién clésica como rasgos geoldgicos de erosién en suelos de ambientes de savana semidri- da, regiones tropicales hiimedas y en el ambiente de praderas del medio-oeste de Estados 638 ‘Sitios ARQUEOLOGICOS SOMEROS: EL CONCEPTO DE SITIO EN ESTRATIGRAFIA Unidos (Johnson 1990, 1999; Mikids 1999). A esto debemos sumar la accién de los verte- brados fosoriales que eventualmente pueden traer material sepultado a la superficie que luego es nuevamente reincorporado por distintos procesos, por ejemplo redepositacién por cl agua y otros agentes bidticos (Durén 1991; Politis y Madrid 1988). El pisoteo, tanto de ‘animales como humano (Pintar 1989) constituye otro mecanismo potencial importante en la incorporacién de material al seno del horizonte. Por otro lado, la alternancia de perfodos secos y hiimedos, tan caracteristicos de la regién pampeana, provoca la formacién de grie- tas en los perfiles de suelo, por las que eventualmente puede incorporarse material arqueo- logico que esté en superticie (Gonzilez de Bonaveri y Zérate 1993/94; Madrazo 1979; Politis 1984). Estos mecanismos, actuando en conjunto y cuya participacién relativa segu- ramente varia en cada caso considerado, tornan inestable la superficie del suelo en escala de ccentimetros, de manera tal que es muy improbable que el material quede expuesto hasta que la sedimentaci6n lo sepulte. Una vez en el seno del horizonte A, los materiales arqueolégicos estin sometidos a las condiciones fisico-quimicas y a los mecanismos de bioturbacién del ambiente pedolégico. ‘Tanto la materia orgénica carbonizada como el carbéi, sufren cambios a través del tiempo (Frink 1992, 1994). Ambos, estén sujetos a la descomposicién biogutmica, lo que modifica sustancialmente conceptos previos sobre el caricter inerte de Ia materia earbonizada, La a— | Cubierta AILAIZBL aftoramientos | 10 em de espesor | completa CuIR; ALL AI2IBt y densa 64s Cunperwos 19 extensin aes, contnuidad y espsor de la eubiertaseimemariaedaizad, se han dife- renciado tes unicades cartogrfias en las que se encuenran ls arefatosIicos (Tabla 3). Estas unidades se definieron a part de los asgossuperficisles del tereno y de dos tan- sects de pozos de sondeos, con una separacion de 30 mettos (Flegenteimer 1995), lo que Geternina el pro deresolucitn de las generalzaciones que a coninuaionefectuamos la unidadcatogrifics I, los atefaios tics se haan en greasy depresionesen el sustrato coro donde se acumula el material clistico grueso(sdbulo y guj. Estas grietas 0 depresioes estén controladas por el diclasamiento dela reas cuatctcas. En la urv‘adcartogrifie 2, que presenta una cubiera sedimentaria muy delgada (hasta 10 cmp y discomins, se observan ls maxims densidadesrlativas de material tio. Los afloranientos de cuaritasforman paches en la unidad. Asimismo, las eas perimetrales 2 las zones con cubieta sedimentaria, son susceptible ala erosion hidrica de manera que urante tas precipitaciones el material arquologico queda exhumado y my probablemen- te sea movilzado varios milimetrs y hasta centimetros. Ia unidad cartogréfica 3, la eubierta sedimentria es continua y presenta el mayor espesir relatvo, El material arqueclégico, en menores desidades a as enconradasen las otra dos unidades, aparece tanto en el horizontepedol6gco Al como en el AL2. También se ha recuporado material del horizon Bt. El peril de suelo aetal apoya en algunas loes- fzaciones dela cima sobre un nivel de arcilla con acumulaciones ealedeas inerpetado como un horzonte Bde un paleosuelo, Este podia corresponder al paleosuleo del Pleistoceno al que nos referimos anteriorment. La superfcié de CoS-c ha permanecido como forma estable del pasa por un lapso que excede enormemente el de ls ocupaciones humanas mis antiguas y perdura hasta la actua- liad, consideramos que se trata de un sitio somero, sometido a una activa dinsmica pedo Logica hay dos cuestiones que merecen discutirse. En primer lugar, la edad del registro. y en segundo lugar, su integridad, Hasta el momento, Ia discusién sobre la antigiedad de los ‘materiales de Ja cima no se apoy6 en su situaci6n estratigréfica ni tampoco en dataciones albsolutas, ya que no se recuperaron carbones ni restos orgénicos en las excavaciones. Como dlijimos, esta ausencia es esperable para las ocupaciones antiguas, en un sitio a cielo abier- to, ubicado en un horizonte A. Como en el caso de La Guillerma, efectuamos un fechado radiocarbénico con el objeto de conocer e! tiempo de residencia medio de la materia orga: nica del horizonte A y contrastarlo con la edad inferida de los materiales Iiticos. En uno de los sondeos efectuados en la unidad cartogrifica 3, la materia orgénica del horizonte A arro- 6 una edad de 630 + 50 AP (BETA- 80761) a una profundidad de 11 cm. El resultado es ‘esperable en términos de la dindmica del horizonte, Esto nos conduce al segundo cuestionamiento, Ia integridad del registro. {El conjunto de la cima ha sido el resultado de ocupaciones de uno o de varios grupos a lo largo del Holoceno? Desde el punto de vista geol6gico, no es posible dar una respuesta. Esta ponde- racién fue hecha usando indicadores arqueolégicos tanto del sitio como de Cerro El Somibrero-Abrigo y Cerro La China 1, 2 y 3 ubicados en la microregiGn, con fechados radio ccarbénicos entre cirea 10.000 y 11.000 #C AP (Flegenheimer y Zérate 1997; Zérate y Flegenheimer 1991). 1a) Existen semejanzas tipol6gicas de algunos artefactos liticos en estos conjuntos (pun- tas de proyectil, raederas dobles laterales, perforadores, instrumentos sobre lascas anchas). b) Las semejanzas tecnol6gicas radican en la talla bifacial con preparacién de platafor- ‘mas por abrasi6n, manufactura de puntas cola de pescado con acanaladura y sin ella, 646 ‘SITIOS ARQUEOLOGICOS SOMEROS: EL CONCEPTO DE SITIO EN ESTRATIORAHIA... ) Hay un empleo recurrente de algunas materias primas poco frecuentes en la regis, (cuarzo, calizassilicificadas, diabasa?, dolomia silicificada con alteraci6n térmica y sin ella, arenisca gris verdosa), Inclusive entre las rocas cuarciticas, que son la roca empieada con ‘mayor frecuencia, se observa una seleccién de colores, similar entre los distntos sitios tem- pranos (Flegenheimer y Bayén 1999), 4) El contexto recuperado en toda la cima es homogéneo. En todos los sectores, tanto en los sondeos como en superficie, se observaron instrumentos mayoriteriamente fragmenta- dos, poreentajes semejantes de talla bifacial y unifacial y desechos de talla pequefios, con tuna alta proporcién de lascas de reduccién bifacial. Es deci, en los distintos sectores de ‘CoS-c, los restos corresponden a una misma actividad de manufactura: dhimas etapas de lalla y reemplazo de instrumental ¢) Hay una ausencia de artefactos diagndsticos de momentos posteriores, En el contex- 10 de CoS-c todas las puntas de proyectil recuperadas son Fell | o Cola de Pescado. El por- centaje de raspadores y de raederas dobles convergentes es {nfimo, semejante al que se ‘observa en otros contextos tempranos (eg. Cerro La China $3) e inferior al que se registra en contextos posteriores. En sfntesis, el contexto de CoS-c puede interpretarse como resultado del uso del sitio para ciertas actividades especiticas de re-equipamiento y no hay indicadores de un uso por sociedades més recientes, Aunque de ninguna manera podemos asegurar que el contexto de (CoS-c corresponda sélo a una ocupacién temprana, en el caso de haber habido ocupaciones posteriores, el materia incorporado al sitio fue escaso. DISCUSION Y CONCLUSIONES Recapitulando, el estudio de los sitios someros permite analizar diferentes aspectos de la formacién del registro arqueolégico. En primer lugar, posibilita hacer inferencias sobre dos situaciones diferentes que se presentan en Ia pampa himeda, en las que las superficies de estabilidad del suelo afectan al registro arqueolégico. Una primera situacién es ta de las 4reas interfluviales, que estin caracterizadas por la presencia de un suelo actual bien des- arrollado, activo desde al menos diez mil aflos. Otra situacién geomorfol6gica es la de los valles fluviales y algunos abrigos y microambientes serranos, donde la secuencia se presen- (a desagregada y comprende distintos paleosuelos. Los sitios someros adquieren significacién para analizar la cronologta de sitios arqueo- 6gicos en contextos de paleosuelos sepultados como los que generalmente se encuentran en las secuencias aluviales y los microambientes serranos de la regién pampeana. Ast, si el registro arqueol6gico se ubica en un horizonte A enterrado, debemos considerar que también constituy6 un sitio somero en su momento. Funcioné entonces como un contexto de rejuve~ necimiento y el registro arqueolégico podria haber incluido ocupaciones mis distanciadas temporalmente cuanto mayor haya sido el Uempo representado por el paleosuelo. En tales situaciones, las edades radiocarbdnicas de los materiales orgénicos recuperados representan los tiempos de residencia media de 1a materia organica del suelo para el momento en que estaban en superficie, antes de ser sepultados y el lapso transcurrido desde entonces (Scharpenseel 1971). De tal manera, las edades deben interpretarse como minimas y nunca como valores absolutos, ya que son el producto de la dindmica existente durante un deter- ‘minado intervalo. 647 Cuapernos 19 El reconocimiento de la existencia de sitios someros, como los casos presentados aqui y los que en la actualidad se encventran en puleosuelos, tambign es importante para analizar en su conjunto los fechados radiocarbénicos de la regién. Permite plantearse sila disconti- ‘uidad del registro arqueolégico regional se debe a que la ocupaciGn no fue continua, al azar de las investigaciones 0 a cuestiones vinculadas con los fechados, como las tratadas en este trabajo. [Las edades més antiguas arojadas por el earbn y los huesos datados de los sitios some- ros representarfan una edad umbral, el maximo que puede resistir la materia orgénica en dichos ambientes, Io que permite también considerarlas como edades minimas. A menos de aque existan determinados indicadores arqueol6gicos, os contextos arqueotégicos de estos sitios tenderian a arrojar siempre edades radiocarbénicas més j6venes, y enmascararian Ia verdadera edad de los conjuntos. En sintesis, las condiciones fisico-quimicas en el horizonte A de suelo actual inherentes su dindmica hacen que sea dificil hallar material orginico del Holoceno medio. temprano © del Pleistoceno final, en buenas condiciones de preservacién. En caso de ocurtir, ser esperable un alto grado de contaminaciGn que lleve a su rejuvenecimiento. Si aceptamos las edades obtenidas en el sitio La Guillerma como una tendencia vilida del tiempo de residencia media de estos suelos, entonces, se puede esperar que las edades radiocarbénicas en los sitios dentro del horizonte A de los suelos actuales no sean més anti- guas que 1700 “4C AP. ;Podria constitu esta una edad umbral para los restos orgénicos recuperados del horizonte A? Por el momento s6lo podemos plantear el interrogante hasta tanto contemos con més dataciones y comprendamos mejor la dindmica de la materia orgé- nica, En estas circunstancias es «il la contrastacién con otros métodos de datacién inde- pendiente para evaluar Ia resoluciGn temporal de los sitios someros en horizontes A activos. En el caso de los sitios del Salado e! método de control seleccionado fue la termoluminis- cencia, Los primeros resultados de termoluminiscencia aplicando el método de OSL. () obte- nidos sobre cerdmica arrojaron edades coherentes con el resto de los ansiss. Discriminados sobre la base de su grado de alterabilidad, 10s hues0s constituyen los materiales arqueolégicos que probablemente reflejen en contextos de sitios someros las ‘ocupaciones mas recientes, pero dificilmente las ms antiguas por la degradacién a la que estin expuestos. En caso de coexistir material 6seo de mayor antigledad relativa, presenta- rfa'un alto grado de alteracin y serfan poco aptos para data, tal es el caso de la muestra de hhuesos de coypo analizadas para el sitio LGI. El carbén, si bien més confiable, también sure degradacién bioquimica en este ambiente, de manera que las edades obtenidas pueden presentaralgin error El material litico por su composiciOn, es el que presenta el mayor grado relativo de inal- {erabilidad en las condiciones reinantes de los sitios someros, Asi podriamos eventualmen- te encontrar artefactas liticos de ocupaciones diacrénicas en el mismo horizonte. Como hipétesis de trabajo, se puede plantear la existencia de rasgos de metcorizacién quimica y fisica que puedan resultar en texturas superficiales observables en escala microseépica (Purdy y Clark 1987). Para la contrastacion de esta hipétesis podrian efectuarse andlisis con rmicroscopio electrénico en los materiales Iitcos de las dos localidades tomadas como casos de estudio. El andlisis de los sitios someros debe continuarse en otras regiones y localizaciones con distintos factores condicionantes para la formacién de los suelos, para poder efectuar en una etapa ulterior un estudio comparativo de los procesos de formacién de sitio. El ajuste de las eddades radiocarbénicas en sus respectivos contextos es un aspecto crucial para comprender 648, ‘SmTI0s ARQUEOLOGICOS SOMEROS: EL CONCEPTO DE SITIO EN ESTRATIORAFIA, 58° 56° Figura I. Ubicacién de las localidades Cerro El Sombrero y La Guillerma 14 significado. Bl problema ha quedads plantoade ¥ erbozado on 0 dentes, pero es necesario profundizar el andlisis de las dataciones y de los mecanismos acti- vos en el horizonte A, particularmente el papel desempefiado por la biota. 649 CCuabernos 19 AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen 1a colaboracién de Rodolfo Gonzilez, Jevier Foschi, Jordon Sharon, Walter Brost, Sebastiin Luduefia, Leonardo Paulides, Ismael! Oliva, Magdalena Frere, Gabriel Giacobone, Ximena Senatore, Mariana De Nigris y Matilde Lanza en las tare as de campo. A la Direccién y personal del museo Pampeano de Chascomis y ala familia Murias. También los comentarios y opiniones de An‘bal Figini sobre las dataciones radio- carbénicas a uno de los autores (MZ). La investigacién fue financiada a través de un subsi- dio de la Fundacién Antorchas otorgado a MZ. BIBLIOGRAFIA Birkeland, PAW, 1984 Soils and Geomorphology Oxford University Press, New York Brown A. G. 1997 Alluvial Geoarchaeology. 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