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RASGO DIFERENCIADOR DE LA LENGUA

En la literatura han sido y son usados como recurso embellecedor de los textos,
remitiéndonos a épocas concretas del pasado o dando ligeros toques de humor.

Los arcaísmos pueden ser considerados como un rasgo diferenciador de la lengua en


las distintas regiones de los territorios hispanohablantes. Así, encontramos que
muchos pueden considerarlos como palabras que caracterizan su lugar de residencia
y la confiere una personalidad propia dentro del conjunto de nuestra lengua.

Al tratar los arcaísmos se nos plantea la importancia absoluta o relativa que las modas
pueden tener en nuestra lengua. Bien podemos deducir que las palabras que “por
moda” se están creando hoy en día, pueden llegar a ser arcaísmos en un determinado
periodo de tiempo. Se puede hablar, en cierto modo, de un periodo de caducidad en
los propios elementos de la lengua; cabe apuntar que quizá éste se va acortando,
pues las modas se encargan enseguida de transformar palabras usuales en
arcaísmos.

Es por ello, que se puede afirmar que la Lengua también se ve influida y es reflejo de
la propia evolución de sus hablantes y del contexto en que se mueven. Y en este
desarrollo la heterogeneidad es algo patente. De este modo, los arcaísmos pueden
suponer notas peculiares en los hablantes o en regiones que ayudan a aportar una
idea acerca de las características de aquellos que los usan.

Pero ante todo, queremos concluir que los arcaísmos no deberían observarse desde
una perspectiva negativa, sino que proponemos considerarlos como términos
enriquecedores de una lengua, y que denotan su vitalidad en el mundo actual.

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