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C, FREINET LA FORMACION DE LA INFANCIA Y DE LA JUVENTUD EDITORIAL LATA/BARCELONA Una verdadera solucién: | ina educacién del trabajo elles, 1o més posible, nuestro in_comportamiento, Contrariamente a lo que se cree, ni Ia ociosidad ‘el juego son naturales al hombre. No hay més ver las reacciones, todavia no pervertidas, del equefio. El_mayor_castigo que se le puede gir et Ia inmovilidadyy- nada‘ estan aprecia por él como los trabajos a su medida y cuyos ve directamente, \der 0 atizar el fuego, cocinar un plato, po- la mesa, servitla, conducir un caballo 0 una leta son desde siempre, y contindan siéndolo, ones favoritas de los. nifios, Solamente por- ie se las encuentra peligrosas y costosas w obse- mates para tos padres que descan la tranquili- 33 3 mcs dad, han sido reemplazadas por sustitutives en for: ma de juego: cacharritos, caballos de plomo o una serie de autos en miniatura. PoR PARADSJICO QUE PAREZCA, EL NINO NO DE: FORMADO FOR EL JUEGO O EL INTERES SOLO JUEGA GUANDO NO PUEDE TRABAJAR. Si llegamos a restable- er en todas las edades, en todos los medios, en la escuela como en Ja familia, la funcién trabajo, ha- bremos encontrado al mismo tiempo las condicio nes éptimas del equilibrio individual y social, La tarea ser evidentemente dificil, como ¢s di- ficil reestructurar la economla de un pais. En primer lugar hay que detectar las Iineas de fuerza, las riquezas que hay que explotar, las po- tencialidades a realizar, Es lo que hemos intentado al hacer el proceso répido de una f6rmula de edu. eacién superada y condenada, Pero aunque nuestra demostracién sea tan evi. dente que no bubiera ninguna duda, hay que ven- cer todavia la resistencia de Ja masa de los indivi- duos integrados en el antiguo sistema y que se nicgan a cambiar sus técnicas de vida, Chocamos también con los que se aprovechan del estado de Cosas existente y que no queniin perder sus venta. jas aunque el porvenir se yea comprometide por elas. Nuestra EDUcAcKON Dex TRABAJO tendra que con- tar, sin lugar a dudas: = eon-administradores de todos érdenes, que a4 i la chinarin al tener que considerar de nuevo Construction, el itantenimiento y Ta insaacion de Jos locales de educacién adaptados a su nueva fine cién; an — com los comerciantes que intentarin evi devaluaciSn de sus manuales y juguetes-herramien- tas, isesvibles en muestra nueva escuela ~ con los padres que, agotados por su jonas de trabajo, solo aspiran a In paz y a la tranquil dad anngue sean obtenidas por medio de calman- tes que deterioran a los individuos y comprometen rimas de vida; ree eon Jos anismos educadores que, formados en Jos antiguos métodos, se readaptardn lentamente a kas nuevas técnicas de trabajo. sae Serd necesvia mucha audacia y 18 acién decid vanguardia que aportard con sas realiza- Giones Iz prucbs tecnica de que una renovacin & posible y que serd decisiva. ‘Tendremos que prever: i aia reorganizaciOn sobce Ja base. de. trabajo de la vida y de la educacién de los nifios en Ja fa- milia; ‘ ona reorganizacién del trabajo en las escue- “una reorganizaci6n,de la vida y del. trabajo cen lt horas 0 en los perlodos en Tos que los nifios no se benefician de la presencia de los padres 0 de Reorganizacion sobre la base del trabajo, de la vida y de la educacién del nifio en la , familia La diversién de los nifios ¢s la tranquilidad de f Jos padres», dice ¢l proverbio, Pero tranquilidad de los padres y educacién de Jos nifos van raramente a la par, Si no queréis te- ner ninguna preocupacién de este género no ten- Bais nifis, Cuando se tiene un nifio nervioso, uno puede | contentarse con darle unas pastillas tranquilizan- ‘ tes sin preocuparse de las posibles, y ciertas, reac: \ciones sobre la vida y el comportamiento ulterior /de ese nifio, Pero mas vale intentar descubrir las ( causas del nerviosismo para corregitlo. Velad por la salud de vuestros hijos —cosa pri- mordial—, pero aplicaos a procurarles, lo mds. a menudo posible, un trabajo a su medida, No estaréis nunca decepcionados. Recordad lo que os hubier gustado hacer de pequefios. Evitad Ia orden formal Y autoritaria para menesteres accesorios y carentes de interés: «Ve a buscarme café, trae ‘madera, vigi- Ja a tu hermanito.» Esta es la parte pasiva y deses- Perante de Ia funcién trabajo, su parte menor. Y. Porque es asi es por lo que os descargais de ella para resetvatos la parte noble, activa y constructiva. No olvidéis que considerar una iniciacibn al tra- bajo bajo esta forma, evidentemente egoista, es desa- nimar al nifio y distanciarle del trabajo, No dudéis, por el contrario, en tomar para yoso- 36 tros un cierto mimero de menesteres pasivos para dejar al nifio la satisfaccién de un acto noble, EL niflito de cinco afios no podrd poner é! solo Ja mesa, menester demasiado dificil y largo, Preparadle los platos, ofrecedle las cucharas y los tenedores que 41 sblo tendra que distribuir. Y si todo no es per- fecto, en lugar de quejaros. de su poca habilidad, entamente, sin que él se dé cuenta, echadle una mano para poder decir: «Mirad lo bien que lo ha, ho.» My pronto el niflo puede hacer su cama y ba rer, pero, segiin el mismo proceso, con vuestra sim- patica aytida. Al principio os seré dificil evitar el defecto habitual que consiste en dar el trabajo como tuna tarea y de abstenerse radicalmente de cualquier ayuda que aparezca como una trampal No apliquéss munca en la-familia la tegla habitual en la escuela que da un deber para casa.y.se contenta con cotre- (git y'sancionar, con cl ricago, a voces. de desanimar Dad, desde-muy_temprano.-respontbilidades a ‘yuestros hijos, pero responsabilidades a su medida © '¥ de acuerdo con sw edad uno debe vigilat el fue- goo limpiar Ia mesa, otros barrer la escalera, dar de comer al gato 0 poner flores en Tos jarfos. Si estin en el campo os serd todavia més ffcil encontrar ocasiones de trabajo: coser los trajes, c= ar de Tos animales, cultivar un jardin No olvidéis, a pesar de todo, que’las formas de trabajo han evolucionado y que los niffos se inte- resan mas, en nuestros dias, por la marcha de algo 7 mecinico que en los cuidados de las plantas y las flores. Fn una época en que cualquier padre de fa- tmilia un poco a la moda posee un estuche completo de herramientas en un rinoén del taller, habria gue reservar a los nifios, cuando fuera posible —a falta de una pieza auténoma—, un desvin, un tin- cén del corredor 0 Ia entrada del sétano para la ins- talacién de su taller. Vuestros hijos de cuatro a cinco afios estardn felices y orgullosos de poder construir casas y camiones, y las nifias sacarin co- sa5 mmuevas de las telas y de las tijeras. No olvidéls, finalmente, que todos Jos nifios es tin mds que interesados por el dibujo libre, a eran escala sobre todo, y por el dibujo, en Ia medida, bien es verdad, en que la escuela sabe cultivar esta tendencia entusiasmante. Evidentemente en el reino de los juguetes, los titiles dignos de este nombre son raros. Habré que orientar la ingeniosidad inagotable de los invento- ‘res ¥ de los productores de juguetes hacia Ia crea- cidm de hertamientas adaptadas a las necesidades y 2 las posibilidades infantiles: sistemas sencillos que eviten a los principiantes las heridas en los dedos, gufas que permitan aserrar sin riesgo con una verdadera sierra, limas, gubias, transformado- res, cortadores de hilos, montaje de Mmparas, et- cétera. ‘Todo esta por inventar también en este domi- nio. Con las sumas incaletlables consagradas hoy a la produccién de juguetes intitiles se podrla poner muy pronto a disposicién de todos los nifios un 38 dadero“utillaje que serfa como el primer esca- Ién de Ia cultura, 4 Habré que detener también un aburguesamiento ‘que prevara Ia mis deplorable de las ertucacionest UMe hicieron trabajar suficientemente cuando era pequefio para que mi hijo pueda deseansar y juent Como los hiios de buena familia, Nos dan unos sub- sidios familiares que nos permiten servirles y ha- terles servir sin mezclarles prematuramente a las reocupactones de Ia casa y del trabajo.» Los hijos de los trabajadores, incluso eh el cam- po, estin hoy educados como pequefios burgueses. Ha pasado el tiempo en que, a principios de sisto, nos ponfamos al trabajo desde lox primetos afios: vigilar las gallinas, guardar Ia cabra o los bueves, gegar el jardin, Mevar abono a los campos. cover frutas 0 buscar agua, Salvo algunas noches después de cenar o los domingos, raramente tenfamos horas bres para jugar. "Era ards exazerado en algunos exsos, dadas Ta naturaleza y ta calidad de las tareas que nos im- ponfan, Podian darse, incluso, abusos lamentables. Pero al menos estébamos integrados en Ta vida de los padres y de Ia aldea. Sabfamos cudndo nacian los corderos y como alimentar a sus madres, en aué momento maduraba el trigo y cémo debfamos ma- niobrar para conducir al campo a los bueves y al asno, Esto formaba parte de la presencia de la aue hemos hablado y que nos lisaba sustancialmente, ‘camente, al medio ambiente. " veces de hoy lo ignoran todo de las inctdens 89 cli ko ae cias de esta vida de tos pach 7 padres. Como si no fue sus padres v como ain vivieran en la aldea oven €] barrio, in adesincegrads, sin ningino de sts apovosvitaescuyas Wnts se comienaa are ailStle tienen que juga. s hablarin con una competenct o petencia que os sor- Prenderk de revista 0 de cine. Os didn las mar G28 de autombviles 0 as hezaias de Tes deporte tas, No conocen nada del tabaie, Es como vt vietan en otro mundo que hubieran dejato dei eradamente separarse del nuestro, Menos que nit {2 podemos hablar de. presencia, : Podemos medir las consecuencias de estos erro- (2858S cs pars ni o en las enlonin de faciones done Jo nif no saben ¥ no quieren hacer nada como si debiera Alpes de mares Blancas nn MAE Se, prin Tenemos que realizar _ Tenemos que realizar aqu{ una verdad _ cia Ta inversa, volver prudente y huimanasnerte (gahunspatabv. que cicr en avenifar una ne: va. explotacifin.de los nifios—— nero volver, Taina wa Tae escolar incluso el trabajo de los-nifios (rmichas ldo hacer el tabaio uno miane) tivadeesta_nueva la. Yeces es més 40 v Reorganizacién del trabajo en las escuelas Fs en este capftulo en el que estamos mejor pre- parados para mostrar experimentalmente Yo. que puede y debe hacerse. puesto que se leva a cabo fesde hace treinta afies una amplia y profunda experiencia de escuela moderna del trabajo en mi- Hares de escuelas primarias de Francia y del ex- tranjero. 2 Seria conveniente definir aqui, previamente, lay palabra trabajo en el complejo de 1 actividad pe- Hagdgica. Las tarens corrientes en la actual escuela tradicional” nopucden_adomnarse. con_ el. bermoso Hombre de trabajo, Son menesteres escobisticos-pre~ vistos no en fancién dé 16s nifios sino en funcién Tos adiltos, de-sus redlamentos, de sus progray mas y de sus manuales, EI nifio no ve mas que muy excepcionalmente el objetivo,.No. hay,, pues, nin- guna razén para desear este trabaio que es un de- ber, una obligacién, pero no la satisfaccién normal “de nuestra necesidad de crear, de producir, de mon- tar, de desarrollarnos a fin de dominar la naturaleza ‘ue nos rodea. Se nos dice: «Hay que aprender, hay que estu- diar las lecciones y aplicaros a vuestros deberes ara aprobar los exdmenes y conquistar el derecho fila vida.» Estos argumentos eran vélidos antes, y esta vali- dex era, sin ninguna duda, un elemento de efi- tiencia de la escuela de principios de siglo. Hijos 4 4 pence | Ja tinica que In sociedad puede hoy ofrecerles, y estin ahi, en espera de nuevas posibilidades que presienten y solicitan, Ninguno de los recursos de los que hemos ha- blado ¢s valido en esas circunstancias: los castigos y, las recompensas carecerdin de efecto en lo suce- sive. Fstén cansados y_ desanimados. Es como un recipiente cuyo contenido rebose aunque éste slo QF Atroad ¥ padres se dan cuenta hoy, a despecho de lo les asegure la escuela, que Jos Hemipox han cambla: ‘do, que Tos exdmenes.no.procuran forzosamente un uen_empleo.¥.que.algunos..individuos que han ffacasado ocupan, sin embargo, un Ingar privilégia: ) do en Ta sociedad y ganan mucho dinero gracias a aptitudes y eualidades que la escuela habla descei dado totalmente, que no habla detectado ni culti do-y.que-han sido salvaguardadas py i i or 1 sido salvaguardadas_por un compor- | sea de calidad dudosa o peligtosa. Se le podré ‘amiento de mal alumno en rebelién contra Tas prée: Tomper, pero no se podré hacer entrar en él una ticas establecidas,) i La escuela, para los propios usuarios, que se ha- cen menos ilusiones que los educadores, es como uuna méquina mal regulada, que funciona en ci to_cerrado-y-envos~produetos TS wn Wempre Ulilizables entla-vidarde-tada dia Que nadie te ex. trafie si solamente algunos elemén et eee é =¥ en proporcién, sin cesar, decreciente— Puieden integrarse en ese circuito cerrado, y si la ‘mayor parte de Tos alumnos abandonan ef trabaio escolar para buscar en otros dominios el éxito que les es indispensable EI niimero de lox inadaptados escolares no hace, en efecto, mAs que erecer. Pero lo grave del hecho 8 que esos inadaptados no son més que, excepcio. nalmente, retrasados intelectuales o mentales, Po- drlan ser alumnos normales pero, por culpa nues- fra, se desinteresan totalmente de la vida escolar, se niegan a cualauier trabajo en una especie de huelga intetmitente de la que se queian, con de. recho, los padres. Se cierran a la cultura escolar, 42 gota de mas, El desembarazarse de este contenido deplorable es una operacién de transfusién muy delicada de Uevar a cabo. {ala solucién del INTERES? Los nifios se apasio: nan por las revistas, el cine o la televisién, pero dejan caer el alimento que encierran como esos ta- tones que saben, con un olfato sorprendente, mor- der e} cebo que sc les ofrece pero dejan el grano envenenado cuyo pelizro han olido. GEI juego? Es lo xinico que parece haber tenido éxito. Se entregan a él con una rabia 4vida que moviliza su rico potencial de adquisicién y de vida Pero aqui también s6lo toman el jucgo y dejan ‘act lot preceptos que pretendemos hacer pasar ‘con él, E03 nifios a los que Ia escuela ha desilusio- nado del trabajo se van a convertir en apasionados del ivego bajo todas sus formas, con todo Io que ‘sto deja temer como perversién individual y social. ‘Vuestros sermones les hacen sonrefr. © quird son. mds bien sensibles a ellos, intelectual e incluso” afectivamente, pues su corazin es, muchas veces, mis puro de lo que podrfamos esperar. Pero la mé- 2¥ si 08 hubiérais equivocado? Seria, quizA, guina Vida no sigue. Esta acoplada a otra zona de ‘mejor deshacer el camino hasta el cruce e intentar actividad y finalmente, un poco a pesar suyo; el otra via? Pero, estais, sin embargo, seguros de no nifio reacciona contrariamente a lo que hubiera perderos al volver? g¥ el camino que tomaréis deseado hacer. sera por fuerza, el mejor? ¢¥ si hubiera, al me- Estén en un callején sin salida. ¥ vosotros tam- ‘os, algiin camino transversal? Os habéis internado bién, padres y educadores. demasiado para poder volver atrds, s dais perfecta cuenta de que un nifio que no EL niffo ya no deshace el camino. ( ha cogido gusto al trabajo, que sélo sabe seguir sus Puede hacerlo cuando es joven, cuando no se ha impulsos, que vive en un suefio del que son vehicu- internado demasiado, cuando ve todavia el cruce / lo el juego y las imagenes, que, en. consecuenci: fatidico, En el punto en que se encuentra, aunque s6lo stefia con aventuras y es suceptible de eme €l adorno de los rboles oscurezca el camino, oye { barcarse en todas las iniciativas que le prometan un todavia la yor clara de los demas nifios que se inte- | sustitutivo al menos de la vida que no ha realizado, ‘rogan cn la encrucijada, y las lamadas de los que \_ 95 dais cuenta, digo, que este nifio est en peligro. han cogido una via paralela. Si cstin en peligro Sélo hay una cosa que pueda salvarle todavia: podtdn lanvzar todavia un SOS ¥ alguien les con- EL TRamayo. A condicién de que no hayais vecurei- festard, Volvarin, si es necesario, para unirse a ellos do a él demasiado tarde, Llega una edad, en los y volver a partir hacia nuevas aventuras. alrededores de la pubertad, en que las neas de El trabajo serd, en todos los casos, esta nueva Ja vida se han inscrito profundamente en el com- aventura. A condicién de que sea verdaderamen- Pportamiento de los individuos, El nifio se ha inter- te, una actividad con todas las caracteristicas del nado ya por un sendero que parece ir ensanchin- trabajo. No basta con comprometeros, con vuestra dose y que deja esperar quizd almin lejano claro, autoridad, en actividades que os parezcan intere- No sé si os habéis perdido alguna vez-en un santes a vosotros pero que no serdit para_vuestros posttie espeione Diese cagstlempamtabelaeguido hhijos més que dudosos callejones sin salida, Sois un_ramino de ovejas persuadidos de que Hlevarfa ‘yosotros los que tenis que escoger trabajos apasio- al ‘apriicoo quizd a una fresca fuente. Seguis andan- nantes, a la medida de los nifios, que tengan utili- do sin distingnir ninguna salida, Os parece incluso, dad y eficiencia y en los que el éxito aparezca como. en algimos momentos —y os causa un escalofrio— tun claro salvador. Lo esencial es abrir Ja brecha que el sendero se va estrechando hasta hacerse introduciyse en una via luminosa. Para alguino, esta pronto impracticable, via seré la cria de un conejo o el cultivo de un 44 45 jardin; para otro, la coleccién de insectos o de tésiles; hay otros que se entusiasmardn con la his- toria, las ciencias, 1a poesia, el canto, la expresin dramAtica, el grabado 0 el dibujo. Pero es necesario que el nifio pueda Negar a crear una obra majestuosa de la que esté orgulloso, por si mismo, primero, y también a los ojos de los de- mis, que le dé Ja primera cualidad de maestro en la materia, al igual que los otros productores en cualquier disciplina, Educadores y padres deben volver a aprender a conmoverse con el espectaculo de esta creacién, no considerarlo segiin 10s cinones de su incultura 0 de sus pretensiones sino desde el punto de vista del creador que se marayilla, como la madre que encuentra siempre a su hijo el més ee pre ij guapo del Lo esencial ¢s que’el joven ser sea lanzado, con entusiasmo y dinamismo, por el buen camino. El resto vendré por afiadidura. _, Esta nueva confianza que otorgamos a Ia expe: riencia y a la libre expresién infantiles no signifi- ca de ninguna manera que volvamos la espalda a toda disciplina y a todo meétodo, Solamente busca: mos_.una-disciplina ¥-tun-método_més_eficientes. Para ello hemos cl motor decisivo: eh trabajo, indiv jalmente motivado, Esta insercion de 10s nifios en el com plejo social se leva a eabo en nuestra clases: Por ta prdctica del texto libre, de la imprenta en la escuela, del diario escolar y de los intercambios ‘que inician al nifio en la técnica del trabajo adult. Al principio, hasta Jos cinco 0 seis afios, el nifio, crea, cuenta y dibuja sobre todo para él. Pero pronto se hace sensible a lo que podriamos lamar la socializacién de su. pensamiento y de su vida, Nosotros le ofrecemos la técnica para ello, Cuando escribe, al igual que los adultos, es para ser lefdo por otros, de lo contrario-no escribird, a menos que se'le obligue, Io que seria quitarle valor y dignidad. La imprenta en la escucla es ef instrumento mara: villoso de esta socializacion; cardcter tras cardcter, €l texto infantil se convicrtc cn pagina impresa del diario que volar4 sobre montes y valles hacia los corresponsales atentos a nuestros propios pen= samientos, ‘La correspondencia y el periédico abren las puer+ tas y las ventanas de una escuela que en adelante va a formar parte del gran complejo social, como "Ja carretera donde ruedan los coches, el almacén donde nos surtimos, el correo 0 Ia radio que nos proporcionan las. noticias internacionales, Todo esto supone otra organizacién, nuevos equi- de trabajo abiertos a Ia vida, otro espiritu de los lucadores, Todas estas exigencias se encuentran “coucretizadas en nuestra prictica del PLAN DE TRA: “BAJO que esta en el centro de la organizacidn de la ucla moderna, ‘Al igual que en los adultos, el planning ¢s Ja con- ; 47 juncién de las necesidades y de las actividades de tra- bajo por una parte, y de la exigencia de Ia sociedad, Ge los horarios y de los programas por la otra, Como, en la vida de cualquier comunidad, repartiremos las tareas tespetando en lo posible las preferencias _de los individuos. Como en Ia vida. Si ‘hay que talar un drbol, subir a un muro o preparar Ia cena, no yams a imponer malignamente, como tienen tendencia a hacerlo la escuela y el ejército —en. ‘iro tiempo al albafiil que haga la comida y al ()emamere gue ttepe a los dtholes Lo esencial es \ obtener del grupo c) maximo ete la conn qdtepensable division del |_ trabajo supone entonces un minimo i / Gién_que-n0se Convierte en_limitativa yembrute- dora mis que cuando Ja explotacién sistematiza aut prictica,— ‘Nuestros nifios no sabrén, desde Inego, hacerlo todo. (yf? maestro, El nifio es = mds que 2 una tegafiina del Tmpubado a tomar conciencia de sa fata, a Tea nocer sus yerres. 1A veces lo hace lorando! 9 Les felicitacones son piblicas también y som ies que las notas 0 los cuadros de Se examina después Ia vida de la cooperativa, s¢ nombra, s¢ reeligen 0 se cambian los civersos res: ponsables, sc disenten las condiciories de trabajo y se prepara la actividad de la semana siguiente. Esta manera de proceder es, segim nuestro cono- ccimiento, el mejor factor de ofden y de armonia en ona comunidad que, en algunos momentos, ¢s casi ideal. “ Todos esos princfpios eséricialmente humans son simples y universalmente vélidos. Podrfan.servir @e base a una disciplina nueva para el segundo grado en Ios centras de aprendizaje y en la ense- Tanza técnica, La autoridad del maestro saldré siempre reforzada, Reorganizacin del trabajo durante las horas y los periods en que los nirios no se benefician de la presencia de los padres y de los educadores . La cuestién de la presencia adulta fuera de las horas de clase no se planteaba —al menos con esta agudez— a principios de siglo, El nifio, al silir 61 de la escuela no estaba nunca abandonado, Si la Puerta estaba cerrada iba a buscar a us padres 9 Eperaba en casa de un vecino, ‘Los dias detasuet6jlos nifis trabajaban en el cam- poo en el taller como los adultoy fa ouewts ja: eacud, a principios de siglo, no habriamos encom: trado durante el dia dos hitios para jugar —aslvo los hijos del maestro y este prolegi tes a ido favorable, Guardabamos las cabras y los bueyes, regibamos el jardin 0 cogiamos los frutos caidos. Tos tiempos han cambiado. Actualmente, por las razones que hemos expuesto, los nifios que salen de la escuela estén, de diez veces nueve, entregados a ellos mismos, La casa est vacla Avoca et ce ‘ada y los nifor no tienen mis Tecurso que expe: tar ena call. Lo mismo sucede el jueves Ys wesc parte del domingo, Este es el heckio brutal y grave para el que nadie parece tenex_prisa en encontrar un remedio, / €Qué hacen los nifios durante esas largas horas? % Hacen, 2 fe mia, lo que pasten, segin el medio |__| ¥.las condiciones que se oftecen. Juiegan, si tienen © ] Sitio, fo que no siempre es el caso, Pero'ya no tie ‘en, como juegos naturales, los arboles, los arbus- ) tos, las granjas, las masfas, el rio y los animales. Por dl eontrario, extn solictados por ocupaciones tem. | tadoras y peligrosas: bicletas, motos, peleas, y por Xp distaccones ayo abuso, al’ menos, es profane mente nocivos_ cine, rio, television. ¥ como neceitan absoliamente compaflapor- que ‘no se pueden quedar solos, se unen con NAR que no sé ha llegado a-ocupa otros camaradas en encuentros fortuitos, Los hay ‘buenos, los hay deplorables, que preparan la delin- ‘cuencia, las bandas, los grupos organizados con to- das las perversiones privilegio de nuestro siglo. Ente estado de hecho es evidentemente grave para los nifios hasta la pubertad. Puede ser trdgico des- para olrecer una presencia benélica a los adolescen- tes rechazados por la escucla a quienes se olrece, a esta edall, café, alcohol, robo y prostitucién. "Nos asombramos de estas perversiones. Nos debe- ria asombrar, por el contrario, que no existan mis, Hay que creer que la naturaleza del hombre ¢s me- nos mala de lo que se dice para encontrar, a pesar de todo, una via favorable en el dédalo de los tan te0s peligrosos. ‘Otra tazin del agravamiento de la situacién de los adolescentes: antes de las recientes leyes so- ales —a las que’ no es nuestra intenci6n criticar— ‘una importante proporcién de nifios de catorce afios ‘entraban a trabajar incluso como aprendices, Las jocnadas de entonces eran largas: cuando el joven trabajador volvia a su casa estaba muy cansado y no tenia ganas de volver a salir 2 la aventura. Slo los ‘burgueses podian pagarse el Iujo de la ociosidad. / ta mala onganiasiia dele tals. dl arent

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