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iy 37 ; Defensa juridica. Libre designacion de abogado. Limites cuantitativos. Arbitraje Javier Lépez y Garcia de la Serrana Abogado - Doctor en Derecho Secretario General de la Asociacién Espanola de ‘Abogacios Especializados en Responsabililad Civily Seguro Sumaria 1. Introduccién 2. El seguro de defensa juridica: arts. 76.a) a 76.g) de la LCS 3. Defensa juridica de la responsabilidad civil: art. 74 de la LCS 4, La libre eleccién de profesionales 4, Reconocimiento legal 4.2. El supueste del art. 76.4) de la LCS 4.3, Limitacio las aseguradoras 4A, Legitimacién active del letrado para reclamer los honorerios 5. Directivas europeas y futuras reformas de este seguro 5A. El saquira dea alefenea juridica ante la incorparacidn dla la aliractiva S 5.2, El seguro de defensa juridica ante la reforma de la Ley de Contrato de Seguro 6. Arbitraje 7. Conclusiones zraaAaAnanoad rz $8 , ~AAANO > Zz & 1. Introduccién "Si alguien se siente ofendido por mis pala- bras, le digo que las exoreso con afecto y con la mejor de las intenciones, lejos de cualquier inte rés personal o ideologia politica”. Papa Francisco. Quisiere empezar este articulo sobre un tema tan espinoso como es el Seguro de De- fensa Juridica®, en el que los letrados nos vemos, afectadas por el mismo, con esta cita un tanto especial, pues tltimamente parece que en el mundo del Derecho de Seguros uno tuviera que estar alineado obligatoriamente con una postura, la de las aseguradoras o la del asegurado, dan- do pabulo a aquel axioma de “o estés conmigo 9 ects rantra mi", cuiandla Ia légica daheria ser poder hablar 0 exponer como jurista sobre cual- ‘quier materia sin que a uno le pregunten éti a quien representas?, pues lo Idgico, y ademés ne- cesario para que el Derecho pueda evolucionar, 5 que existan letrados que come juristas pue- den argumentar en sus apertaciones doctrinales cualouier postura que entiendan juridicamente mas acertada, sin perder par ello su libertad de defender en la practica procesal diaria los intere- ses de sus clientes, sean estos cuales sean, y sin ‘que ello deba merecer reproche ético alguno, Por tanto, el objetivo de este articulo es in= tentar analizar y ahondar de nuevo en los ar- ‘gumentos juridicos de la doctrina y de la juris prudencia que interpretan el seguro de defensa juridica, pero no desde posicionamientos par ticulares 0 partidistas, pues tiene uno mucho, respeto por el Derecho de Seguros como para hacer eso, sino desde la responsabilidad social dial ahagadin quia ane pwediraha Yin Ring an nuestro ultimo Congreso Nacional!, que nos debe obligar a avanzar en el estudio honesto de nuestra meteria con el objetivo de aportar todo aquello que sirve para el desarrollo de le mis- Elppresente articulo se cotresponde en su meyor parte con cl contenido de Ia ponencis que impartiré en el 300% Con, {9°00 de Derecho dele Circulecién 2 celebror en Maca los dias 24 y 25 de abril de 2014 Dal que ye tuve la oportunidad de escribir et erticulo “La li bre eleccién de profesional en el seguro de defensa juridice cen Revista Practica de Derecho de Datos, n? 46, Editorial LA LEY, febrero 2007. ¥ eunque mentengo le mayor perte de sus argumentos, debo reconocer que tras fa evolucion que ha tonido lugar en estos sltimes sicto afos, hay elguna do Us conclusiones que ses certo que ya ne compar Xi Rios, J, A. “La responsabilidad Social de Abogado’, pponencie de Clausura impartida en el Xl Congreso Nacional de le Asociacién Espanola de Abogados Especializados en, Responsabilided Civil y Seguro. Valencia, 14,15 16 noviem bre de 2013. Lo penencis esenits publicads de ponencies del x! ‘borda leroferida responsabilidad so: RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 ma, y que permita 0 contribuye 2 que en algin mamenta pueda parfarrinnarce sii ragulacian, en el animo no desdefiable de evitar conflictos innecesarios, tal y como viene ocurriendo con demasiada frecuencia en esta materia Decia Ganeioves* que el Derecho es la forma total de convivencia humana, es el tejido conjun- tivo de la sociedad, de manera que «sdio en su aplicacién encuentra su raz6n de ser», pues el Derecho «se da para la vida y rige la vida». Por ello aparténdose de una metodologia puramente formalista, contrapuso la necesidad de tener en cuenta los resultados que la interpretacién juri- dica produce en la realidad social, en particular debiendo valorarse la justicia de tales resultados. Faasta dlraceiéin, Gansiaues <0 anew dlarninarin or la idea de que el jurista en su labor, cualquie~ ra Que sea su naturaleza y el modo especial de sus construcciones, ha de slcanzer una adecue- da composicién de intereses en conflicto, tenien- do siempre presente, como telén de fondo, la as- piracion dle defensa de la justicia, A este respecto nos parece particularmente interesante examinar, como ya hizo el profesor Tapia Heamioa en su reciente trabajo “E? seguro de defensa jurioica. Aspectos polémicos y nove- dosos def derecho vigente y del proyectade, con particular referencia af itmite de a coberiura en supuestos de libre Gesignacion de profesionales”, cémo los tribuneles enjuician la forma en le que las pélizas candicionan a limitan el derecho que el art. 76.d) dc la Ley 50/1980, de Contrato de Scau ro reconace al asegurado para elegir libremente al profesional que defienda sus intereses, asi como. los limites que pueden operar tanto de forma cualitativa, ennfiriancin al aseguirarinn fartiltaries de condicionar su prestacién a una eveluacién preventive de la viabilidad de la reclamacién del asegurado, camo de forma cuantitativa, mediante la fijacién de cantidades maximas cubiertas, pues como dice TaPia Hermioa, "la realilad nos muestra Sino que analiza “La Responsabilidad Civil del Aboyews. Cri terios de imputaciéri {Gaswicues, J. (1899-1983), uno de los mas praclaros juristes espanoles del siglo XX, catedrético de Derecho Mercantil desde 1927, fue presidente de honor desde su fundacién en 1962 de le Associstion internationale de Droit des Assurance (AIDA), cuya seccién espefiola, de le que me honro en ser miembro, promovid y presidié haste su felecimiento. Tapia Heros, A.J. "El seguro de defense tado, con particular referencia al mite de la cobertur en supuestos de libre designacidn de profesionales”, ponen cia impartide en et Xili Congreso Nacional de la Asociacion Espofiale de Abogados Especiaizedes en Responsabilidad Civil y Seguro, Volencio, V4, 15 y 16 dc noviembre de 2012. Publicada en el manual de ponencias del X'll Congreso Na- nal editado por SEPIN, ridice, Aspectos ejemplos de pdiizas que establecen sumas asegu- {artes rle.ryiantia fan accasa mie resiilian incnmpa- tibles con la propia cobertura ofrecids por cuanto es manifiesto que, en la préctica totalidad de los supuestos, aquellas sumas no cubren una defensa juridica minima, En estos casos, aquellas clsusulas, aun cuando puedan revestir fas garantias forma- Jes exigidlas 2 las limitativas de ios derechos ae fos asequrados por el art. 3 de la LCS, contradicen la exigencia previa de congruencia con el propio ob- Jeto del seguro que ha estableciad la jurisorucen- cia mas reciente de la Sala Primera de lo Civil de nuestro Tribunal Supremo cuando, con ocasion de Ja diistinciOn entre las cléusulas delimitadoras dei riesgo cubierto y fas fimitalivas de fos derechos de Jos aseguradis, exige que, en todo caso, tanto les primeras cama las cegtinglas respaten el principie de congruencia con e! propio objeto de! segu- 70 no Ie vacien de contenido”. No obstante, es igualmente claro que las aseguradoras son libres: de ofertar cualquier seguro con las condiciones o clausulas que estimen pertinentes, siempre que las mismes sean lo suficientemente transparen- tes -término usado cada dia mas como necesario para la velidez de las cldusulas bancarias-, para ‘que no puedan ser tildadas de oscuras y nor tan to puestas en cuestion. Y esa es en definitiva la razon de ser de este estudio, incidir en aquellos aspectos de este seguro de defensa juridica en los que haya interpretaciones doctrinales 0 juris- prudenciales discrepantes que en algunos casos, traen consigo sentencias contradictorias, con ob- jeto de que el Iegisiacior pueda tornar constancia ‘de dichas anomalias judiciales y, aprovechando la reforma prevista para la Ley de Contrato Seguro © la Propuesta de Cédigo Mercantil, pueda mejo- rar la regulacién de este importante seguro que facta al daracha dla dafanea, pnniansin Ine ma ios para intentar evitar los conflictos entre ase- guradoras y asegurados, que @ ninguno de ellos benefician, o al menos reducirlos a cuestiones: menores. También antes de comenzar el andlisis y es- tudio de Ia situacidn actual, doctrinal y jurispru- dencial, del seguro de defensa juridica, conviene hacer una pequefia recopilacién histdrico-legis- lativa del mismo con objeto de pader entenderlo mejor. Este seguro nace ligado al desarrollo del automévil, de la mano de la entidad de origen suizo CAP®, en el afio 1934 como recuerda Cano Ferré’, y si bien es evidente que se trata de un segura dle Ins clanaminadias cantra datas, 2 lo de Asistencia y Proteccidn internacional Cano Fenae,P. "Seguro de Proteccién Juridice”, ponencia im: pahols de Abogados Especisizedos en Responsabilided Civil ¥y Seguro, Granade, 15, 16 y 17 de noviembre de 2001 $9 } largo de su expansién en el derecho espariol, se han pranuicida notables diceuisianes an arelon a si se trataba simplemente de un seguro de 0290 de gastos, 0 en realidad admitia también el ase~ guramiento de la prestacién de determinados servicios por parte del asegurador. La regulacién legal de este seguro se produce en 1990, por Ley 21/80 de 19 de diciembre, con motivo de edap- tar a nuestro ordenamiento juridico la Directive 87/344 CEE de 22 de junio, reguladora del Se- guro de Defensa Juridica, La citada Ley 21/90, modificé la Ley de Contrato de Seguro 50/80, en lo relativo a la regulacién contractual. introdu- ciendlo una nueva Seccién novena en el titulo II regulador del Seguro contra dafios, sobre segue ro de defensa juridica, erticulos 76.2) a 76.9) -le Ley 50/BO sabre Cantrate ca Segura, nacié sin hacer mencién alguna a este contrato de segu- ro- y modified también la Ley de Ordenacién del Seguro privado de 1984, en lo relativo a las con diciones administrativas para poder operar este especifico ramo de seguro. El citado autor, nos hace un breve repaso de la evolucién de esta figura juridica en los si- guientes términas: Es la Orden del Ministerio de Hacienda de 19 de enero de 1951, quien in- troduce en las pdlizes de seguro de automévi- les, la denominada Acta o suplemento de De- fensa Criminal, a través de la cual se otorgaba defensa juridica, en aquellos casos en los que, ademas de defenderse una responsabilidad civil, era preciso la defensa criminal del autor material del hecho, cn supuestos cn los quc sc estaba jugando la imposicién de sanciones pe- nales. La ampliacién de la misma, se produce Por Orden Ministerial de 5 de octubre, exten- Aidnvinsa la enhartira a la raclamariAn de da- los que se hubiesen ocasionado al asegurado, La carencia de mencién inicial contenida en la Ley 50/1980 sobre Contrato de Seguro, es su- plida por la resolucién de la Direccién General de Seguros de 13 de abril de 1981, en la que se aprueba la péliza de Seguro de Automéviles adaptada a la nueva Ley de Contrato de Seguro, conteniendo una Modalidad Cuarta, que filaba las condiciones contractuales bésicas que de- bia incorporar el Seguro de Defensa Juridica® La Orden Ministerial de 23 de octubre de 1982, Garentizaba la defensa penal y constitucién de flanzas en 2use criminal y le reclamecin de defies. Respecto @ los pro- tizeba Su defense personal por los Abogados y Procuradores designados por la entidad, y el pago de todos los gastos i diciles que, sin consttuir sencién personel, le Fuerensimpues- tos. ualmente prevele que la reclemacién de dati serie di- Figide de torme exclusive por Is entidoe,elsiondo igualmente lp dircecion letrade, asi como el erterio de viebilidad en las reclamaciones y la interposicin de recursos zraaAaAnanoad >Zz 40 , wAAANO > Zz & introduce la regulacién de la libre eleccién de latrarin, la ineepanciancia an la direccifin técnica de los procedimientos, los limites cuantitativos de honorarios garantizados, el conflicto de inte- reses y la desavenencia de las partes en cuanto, ala viabilidadl de los recursos. Serd el desarrollo de la Ley de Ordenacién del Seguro Privado de 1984, llevado @ cabo el 7 de septiembre de 1987, la norme que recoja, por primera ver, los ramos de seguro, apareciendo como ramo numero 17 el Seguro de Defensa Juridica. Finalmente, la incorporacién de Espafia a la Comunidad Eco- némica Europea, proveca, como ya apuntamos al inicio de la exposicién, la transposicién de la directiva 87/344/CEE reguladora del Seguro de Defensa Juridica, mediante la Ley 21/1990. Hechas estas precisiones, pasamos a centrar- nos en el objeto de andlisis de nuestro articulo; “la libre eleccién de profesional en el seguro de defensa juridica’, el punto de arranque, daclos los distintos derechos que se atribuyen al asegurado, en uno y otro suouesto, debe ser la aistincién en- tre el seguro de defensa juridica, requlado en la Seccién novena del Titulo Il de la Ley de Contrato de Seguro, articulos 76.2) y siguientes’, y la mo daliclad regulada en el articulo 74 de la menciona- a Ley, llamado “defensa juridica de la responsa- bilidad civil’. La aplicacién excluyente de los arti- culos 74 y 76.) de la LCS, hace que, en aquellos. casos en los que existe seguro de responsabilidad, Civil, sea, @ juicio de algunos autores, la posicion procesal de! asegurado la que determine si nos ‘encontrames ante un supucsto u otro; asi, nos ubicaremos en el marco del articulo 74 cuando el asegurado es demandade, y por el contrario, ‘cuando sea demandante, estaremos ante un se- gun ele dafenca jiirinica dal artic in 76 a) No lo entiende as! la sentencia de 18 ene- ro de 2011 de la Audiencia Provincial de Murcia (Seccién 5#) que establece que la posicién pro- cesal del asegurado no es definitoria del tipo de seguro contratado, ya que el seguro de de- fensa juridica puede dar cobertura tanto a las. reclamaciones del asegurade frente a terceros (posicidn activa propia del demandante), como, aia defensa del asegurado frente a reclamacio- nes de terceros (posicion pasiva propio de! de manglacio). La circunstancia de que esta ultima defensa juridica también puede estar cubierta Por un seguro de responsabilidad civil no pue- dle hacernas ignorar, dice esta sentencia, que si el asegurador cubre la defensa del asegurado, Por un seguro de defensa juridica, el defendico goza de los derechos propios de este tipo de seguro: “En primer lugar, debe senalarse que no No son apartados, sino Verdaderos articulos RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 ignora la Sala las diferencias existentes entre a defensa jiricliva quia se prasta an al Amite etal seguro de responsabilidad civil, a Ia que se hace referencia en el articulo 74 de la Ley de Contra- to de Seguro. la defensa juridica que se presta en el dmbito del seguro de defensa juricica, que viene regulado en fos articuios 76.4) al 76g) de fa Ley de Contrato de Seguro, como dejamos ex- puesto en nuestra Sentencia de 30 de marzo de 2010 (JUR 2010, 183689). Ahora bien, no debe perderse de vista que, en el supuesto de autos, Ja poliza contratada daba cobertura no s6lo a la defensa juridica propia del seguro de responsa- bilidlad civil, que se contempla en el articulo 22.3. de fas conaiciones generales, sino que (ambien amparaba [a defensa juridica propia de! seguro de defenca juridina an las cancretas candicianes recogidas en esas mismas condiciones genera- Jes, no debiendo olvidarse que los articulos 76.4) y 76) de la Ley de Contrato de Seguro permi- ten que se configure libremente en ef contrato el ambito de cobertura de fa defensa juriaica en ellos referide, de tal manera que no tiene que limitarse necesariamente a cubrir exclusivamen- te Jas reclamaciones que el asegurado pueda realizar frente a terceros, sino que puede cubrir también las reclamaciones que los perjudicados puedan realizar frente al asegurade, como, por fo demas, permite expresamente el articulo 74 de ia Ley de Contrato de Seguro, que auloriza ef pacto en contrario”. En todo caso, la determinacién de una u otra norma, como veremos, ticne consccuencias importantes respecto a la amplitud de derechos del asegurado. De forma breve apuntaremos, que mientras que en la defensa juridica de la racpaneahilidiad civil actahlarida an el art Ta de la LCS el aseguredor asume la defensa sin Iimi- te econdmica y sin derecho del asegurado a la libre eleccién de profesionales, salvo en caso de conflicto de intereses, en el seguro de defensa juridica regulado en los arts. 76.a) y siguientes de la LCS, el derecho fundarnental del asegura- do viene establecido de forma imperativa en el art. 76.d), consistiendo precisamente en la libre eleccién de profesionales que le representen y defiendan sin estar sujetos a instrucciones®, 2. El seguro de defensa juridica: arts. 76.a) a 76.g) dela LCS Reguiada an al Titula Il dal Segura contra danios, articulos 76.8) a 76.9), el seguro de De- © Son multiples las Sentencies que se ocupan de le distin- cién entre ambos figures: SAP Leon 90/2006 (Seeeién de 5 do abril UR 2006/131728, SAP Caceres 488/205 (eccidn 1) de 21de diciembre JUR 2006/2737! entre otra fensa Juridica, es, como hemos visto, un con- rate jauen, y relativamente camplleja undue, @ primera vista podria parecernos un contrato pacifico en su aplicacién, nada mas lejos de la realidad, "la praxis aseguradora nos muestra que ocasiona dudas interpretativas esenciales y problemas en su aplicaciGn, sin que se hallen ya ne satisfactoriamente resueltos, cuanto menos, satisfactoriamente tratados", La definicién del Seguro de defensa juridica la encontramos en el art. 76 a) en los siguientes términos “por el seguro de defensa juridica, ef asegurader se obliga, dentro de los limites es Lablecidos en ta Ley y en ef contrato, a hacerse cargo de los gastos en que pueds incurrir ef ase~ guradia cama ranseriiencia cle sit intenvencisn en un procedimiento administrative, judicial arbitral y a prestarle los servicios de asistencia Juridica judicial y extrajudicial derivacos de la cobertura def seguro” Tasia Hermon”, sintetize los caracteres ge- nerales que presenta 1. Referencia amplia al siniestro causan= te del dafio, que puede abarcar, segtin contrato, los procedimientos edminis- trativos, judiciales y extrajudiciales. 2. Definicién del seguro por referencia al doble compromiso que puede asumir el asegurador, de tipo indemnizatorio o de prestacién en especie. 3. Delimitacién del ambito de aplicacién de la normativa especifica respecto de pres- facinnas cle dafanca A acictancia en viaje, © las derivadas de litigios maritimos. 4. Preocupacién fundamental por esta~ blecer mecanismos de prevencién del nacimiento de conflictos de intereses entre asegurador y asegurado y de so- lucién de los confiictos que nazcan sin periuicio de los intereses de! asequrado. Se configura como un seguro de reembol- 30; “hacerse cargo de los gastos..", que cubre la intervencian del asegurado en los procedimien- tos anteriormente mencionados. El articule 76h), aveluye de su cabertura “al pago de multas y Ia inclemnizacién de cualouier " Decks, MEI seguro de defansa jutidica; cvestiones susel tadas en la praxis aseguradora en el émbito del autornévil Taps Hessaoa, A. J: “Ley de Contrato de Sequro”, Editorol Arareadi, 2" edici Al ; gasto originado por sanciones impuestas al Aseguirada par las alitoridacas administrativas o judiciales”. El motivo de Ia exclusién, comtin en el De- recha comparado, es de orden pubblico, vincu- landose a la eficacia preventiva y represiva de las multas de carécter administrativo o judicial de nuestro Ordenamiento, asi pues, de estar cu- biertas, podria praducirse un incremento de las, sanciones, incurriendo el asegurado en mayores riesgos. Dos son los articulos que se ocupan de los aspectos formales del contrato de seguro de defensa juridica, a El art. 76.0)", recoge dos opciones respecto ala forma que tendra que presentar el con- trato: al) Contratacién en péliza independiente: en este supuesto, estariamos ante una péliza simple en la que la “naturaleze del riesgo cubierto” es unica y se cen- tra en el contenido ya expuesto del art 76.2). a.2) Contratacién en péliza Unica con otros riesgos: en esta segunda opcidn, mas frecuente en la practic, nos encon- tramos con pélizas complejas, en las que la descripcién de la “naturaleza del riesgo cubierto" abarcord, ademds de! riesgo definiclo en el articulo 76.8) de la LCS, otro u otros. En este supuesto, la LCS exige la especificacion del con- tanirin dla la dafansa juricina garanti- zada, insistiendo nuestros tribunales en la obligacién de dicha delimitacion: por otro lado, deberd indicarse igual mente de forma separada, la prima correspondiente @ la defensa juridica cubierta®. Art, 76.) LCS. "EI seguro de defensa juridica debora Act. 8 LCS: “La péliza del contrato debe contener como minima, las indicaciones siguientes: § raleza del iesgo cublerto, ® STS (Sale T) de 20 de abril 2000, Ry 2000,2981, entre otras, afirma: “Tanto en fa Sentenc de P como en la de 2? zraaAaAnanoad rz 42 , pmAadnanod > Zz b. El art, 76.)® se recoge un deber de in- frrmarian quia ca impane al asagurader, antici pandolo incluso al momento de la entrega de la péliza. Ademas del contenido que con general se establece en el articulo 8 de la LCS", la péliza deberé recoger los especiales derechos que confiere al asegurado los articulos 76.d) y ©), de los que nos ecupamos a continuacién. De los derechos antes aludidos, dos se reco- gen en el art. 76d) “elegir libremente el procu- rador y abogado que hayan de representarle y Gefenderle en cualquier clase de procedimiento’ 6) “contrato de seguro de defensa juridica’. pues hay que tener presenta, que ‘cura, de acuerdo con ¢ ¥y aunque en ¢ espacio de las “sarantias comprendidas", se sefalan coro excl das las cemeas garantias, sin ingin dgimen es) establecigo on e We la LCS. que establece quie el aseguradior asuime uy casa @! asegurade pods 6. importe de fa prima, recargos e imuesto: oe RESPONSASILICAD Give ¥ SEOVRO 43 ; y “libre eleccién de abogado y procurador en los Pasns en quis se prasante canflicta ria interaces entre las partes del contrato’, regulando el art. 76.2) el tercero “derecho a someter a arbitraje cualquier diferencia que pueda surgir entre él y el aseguradar sobre el contrato de seguro Centraéndonos en este ultimo, ya que los an- teriores seran objeto de estudio en un epigrafe aparte, apuntamos que la base de este precep- to, se encuentra en las diferencias de procedi- miento sobre la gestién de los siniestros que pueden surgir entre el asegurado y el asegura- dor. La referencia general al arbitraje, abre la po- sibilidad de acuair a cualquiera de los tipos pre- vistos genéricamente en nuestro Derecho". La Finaliciarl die ciefansa dal aseguradia quia inspira al precepto, hace que no se admita Is designa- cidn de rbitros antes de que surja la disputa” Tres son los casos excluidos del art. 76.9) a, Exclusion de la defensa juridica realiza- da por el asegurador de la responsabili- dad civil b, Exclusion de la defensa juridica realiza- da por el asegurador de la asistencia en viaje Tapa Heros, A, Js"La Ley de Contrato de Seguro”, Edito rial Ararzadi, 2" edicién, apunta como posibles arbitr 1 El mateo general establecida por ela de Ordenoci 2. La sumisién de las diferencias del seguro de defen Fidica al arbitraje de consumo del articulo 31 de la Ley 3. La Sumision do las diferencias del seguro de defenss ju slo 61 de la Ley ¥ Suspensién de los Seguros Privadios ridica al arbiteaje genético de la Ley $6/1988, Art. 76.9), pérrato | "La designacién de arbitros no podrs wacerse antes de que sua la cuestidn disoutada’ © Art, 76.9): "Los preceptos contenidos en esta Secciey responsabilidad civil. dk dad con lo previsto en el quedard sub rato g fas oe sv kegor de residencia habitual y @ que en e! contrata se incur cla ramente que no se trata de un seguro de: cefersa juriica, esgos ou zraaAaAnanoad rz 44 , pmAadnanod > Zz & ¢. Exclusién de la defensa juridica en liti- Bins A rieggns vincularing a hiicuies 4 embarcaciones maritimas. lad 3. Defensa jur art. 74 de la LCS 1a de la responsabil Ubicado dentro de la Seccién octave, Se- guro de responsabilidad civil, del Titulo Ii de la LCS, el art. 74 dispone: "Saivo pacta en contra- rio, ef asegurador asumira fa direccién juricica frente a la reclamacion de perjudicado, y serén de su cuenta los gastos de defensa que se oca- sionen. E/ asegurado deberd prestar la colabo- racion necesaria en orden a [a direccion juriaica asumida por el asegurador. No obstante /o aispuesto en ef parrafo an- terior, cuando quien reciame esté también ase- guradio con ef mismo asegurador o exista algin otro posible canflicto de intereses, éste comuni- card inmediatamente af aseguradd [a existencia de esas circunstancias, sin perjuicio de realizar aquellas ciligencias que por su cardcter urgen- te sean necesarias para la defensa, El asegurado podré optar entre el mantenimiento de la di- recci6n juridica por el asegurador 0 confiar su propia defensa a otra persona. En este ultimo caso, ef asegurador quedaré obligado a abonar Jos gastos de (al afrecci6n jurtalica hasta ef nite pactado en la pdliza”. Se limita por tanto a regular los sunuestos de intervencién del ascgurado en un procedi miento ya iniciado por la reclamacién de un ter- cero perjudicado; cualquier otra intervencién del asegurado, quedaria regida por lo dispuesto fen al apartada antaring artiniing Tha) y sigiiian- tes de la LCS. El fundamento de este precepto, estd en el interés del asegurador en el resultado de la reclamacién de los perjudicados, lo que hace que asume la “direccién juridica” Igualmente “seran de su cuenta los gastos de defensa que se ocasionen’, ncluyéndose en el término “gastos de defensa’, a juicio doctri- hal, tanto los ocasionados en el campo extraju- dicial como en el judicial, y sin limite alguno en cuanto a la cuantia, excepto cn los supucstos, en que la defense se confie a un tercero”, en. ‘cuyo caso, responderia exclusivamente hasta la cuantia fijada en la pdliza, salvo que por pacto 20 hubiese astablecida otra cosa El articulo 74 de la LCS, impone al asegura- do una serie de “deberes” que podemos resumir de la siguiente forma Att. 742 io fine RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 a. Dever de colaborar con caracter gené- fice raragicln al final dal primar parrafo, tiene un caracter genérico para el cum- plimiento de los fines asignados al ase~ gurador, compaginandose con el dere- cho que tiene el asegurador de llevar a cabo la gestion del siniestro. Los actos del asegurador no podrian efectuarse sin una conducta determinada del ase- urado. b. Deber de informer: el asegurado tiene la obligacion de aportar cuantos datos tenga a fin de lograr la mejor defensa posible contra las reclamaciones del tercero perjudicado. cc. Deber de colaborar en las actuaciones procesales: incluye supuestos tan am- plios como la transmisién al asegurador de las citaciones 0 notificacianes recibi- das, otorgar poderes a los procurado- res 0 abogados previamente elegidos Por el asegurador, seguir instrucciones de éstos..la infraccién de este deber no sélo por esta causa, sino por otras, dara lugar a la indemnizacién de dafios y perjuicios @ cargo del asequrado. d, Deber de no reconocer la propia res- ponsabilidad: el fundamento de este deber, lo encontramos, una vez més, en la asuncién por parte del asegurador de la dircccién juridica frente a las recla maciones del perjudicado. @ Prohibicién de transigir: este deber queda anlazaria can la dirercidn jiwidi< ca asignade al asegurador, y con el ana- lizado anteriormente, la obligacién de na reconocimiento de responsabilidad. Se ocupa el precepto también de los casos en los que existe un conflict de intereses entre el asegurado y el asegurador, en el parrafo se- gundo™. Se trata de supuestos en los que sur- gen intereses contrarios a los de la defensa del asegurado por parte del asegurador frente a la reclamacién del perjudicado. En este caso, la Ley exige le puesta en conocimiento del asegu- rado de esta circunstancia para que el asegura- do pueda adoptar las medidas que estie mas eanveniantes 9 su situacidn, Se acupan de esta materia entre otras muchas sentencias, SAP Almeria de17 de enero de 2001 (JUR 2001, 82039), SAP. Guipizeos de 6 de febrero de 2001 (JUR 2001, 298089), SAP Lugo de 6 de noviembre de 2000 (AC 2090, 5238) SAP Zaragoza de 2 de octubre de 2000 (AC 2000, 1877). Se tratan dos casos: 1. Supuestos en los que quien reclama esta también asegurado con el mismo asegu- radior: es claro que en estos casos, la inde~ pendencia del asegurador esta visiblemente debilitada, y ello con independencia del tipo concreto de contrato suscrito entre el ase- gurador y el perjudicado. Aunque abarca un amplio numero de casos, en algunos, este conflicto seria mas patente, casos como por ejemplo, cuando el asegurador tiene dere- cho a la subrogacion contra el causante del dafio y este no tenga cubierta por completo Su responsabilidad civil con el contrato de seguro, © cuando tanto el causante del daiio, cama al parjisicada tienen cuibierta sii res ponsabilidad civil con el mismo asegurador y se hayan causado dafos reciprocos 2. En el segundo grupo, “otro posible conflic- to de intereses”, queda redactado de forma mas ampli, comprendiendo supuestes en, los que se dan las circunstancias para que aparezca dicho conflicto, aunque aun no se hayan dado. Una vez acaecida alguna de estas posibilida- des, el asegurador debe abstenerse de la airec- cidn juridica, notificando al propio interesado para ‘que efectile la opcidn ala que alude el articulo 74, sin perjuicio de la obligacién por parte del asegu- rador de realizar aouellas ciligencias que tengan cardeter urgente. Si cl asegurado opta por enear gar la defensa a un tercero, es claro que los gastos ‘que ocasione la defensa, correrdn a cargo del ase ‘gurador hasta el limite pactado. Por ultimo mencionar, que la direecién ju- ridica desempefiada por el asegurador, puede implicarle la obligacién de responder de los da~ fio y perjuicios sufridos en los siguientes casos: a. Cuando, ante la legitima reclamacién, Ge un tercero, y sin que exista pacto en contrario, no asume la direccién juridi- ca. b, Cuando asume la defensa cn casos en los que debié abstenerse seguin la ley. ¢. Cuando ha causade dafios al asegurado en las supuastas on quie le carrespande esa direccién juridica, Se podrfan incluir en este apartado, casos como el anali- zadlo en la SAP Madrid nim. 421/2005*, SAP Madrid 421/2005 (Seccidn 2) de 13 de septiembre, JUR 2005/219840 45 } en la que se admite la reclamacién del periuudicada par uia de la arcidn dian te contra el asegurador, en el caso de negligencia en la eleccién del despacho de abogados para la defensa de los in- tereses juridicos del asegurado, 4, La libre eleccién de profesionales 4]. Reconocimiento legal Son varios los preceptos existentes en nuestro ordenamiento en los que se consagra con caracter general el reconocimiento a la libre eleccion de abogado y procurador, ast, el art. 545.1 de la LOPJ, establece: “Salvo que la Ley dlisnanga atea casa, las partes padrén designar libremente a sus representantes y defensores entre los procuradores y abogados que reinan los requisitos exigidos por las leyes” y en la mis- ma disposicién legal, el art. 440 establece lo mismo, En el mismo sentido el nuevo Estatuto General de la Abogacia%, prevé en su articulo 61: “La intervencién libre e independiente del Abogado es garantia de efectividad del dere- cho fundamental de defensa.” También el Estatuto de los Procuradores de los Tribunales de Espaiia”, hace alusién a este derecho en el articulo 4. En el émbito europeo, el reconocimiento & la libre eleccién podemos encontrario en el ar- ticulo 6.2.c) del Convenio Europco para la Pro teccién de los Derechos Humanos y de las Lit bertades Fundamentales”, articulo que recono- ce como derecho de todo acusado “defenderse Al micma a 2 ser acictidin par iin dafansar de su eleccién”. La Directiva 87/344/CEE, de 22 de junio de 1987, de! Consejo sobre coordinacién de las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas relativas al seguro de defense juridica’, en su articulo 41, dispone: "Todo con- El nuevo Estatuto General de Ia Abogacia, fue aprobedo €1 12 de junio de 2015 por unanimidad dal pleno del Consejo general de la Abogacia Espatiole y entraré en vigor tras la publicacién en 6! BOE dot Real Decreto que apruebe este toxto normativo requlador dol ejercicio profosionsl del abo- sgado y sus relaciones con los clientes y de le orgenizecién colesial de la Abogacta institucional. Miontras tanto cont nuaré aplicéndose el Estatuto General dela Abogacia epro- bado por Real Decteto 658/2001, de 22 de juni. pafa, es aprobedo por Real Decreto 1281/2002, de 5 de di ciembre, BOE de 21 de diciembre de 2002. Aprobade en Roma, el 4 de noviembre de 1950 y rai cade por el Estado espafol, el 26 de septiembre de 1979, y publicado en el BOE nim, 243 de 10 de octubre de 1979. DOL nim. 185 de 4 de Juli, zraaAaAnanoad rz 46 , pmAadnanod > Zz trato de defensa juridlica reconocer de forma pxplivita quis’ a) cuiandin se reciirra ain abooa- do 0 cusiquier otra persona que pasea las cuali= ficaciones requeridas por la legislacién nacional para defender, representar 0 servir los intereses del asegurado, en cualquier procedimiento ju- dicial 0 administrativo, el asegurado tenara la Jibertad de eleccién; b) el asegurado tena t= bertad de elegir abogado o, silo prefiere y en la medica en que lo permita fa legislacién nacio- nal, cualquier otra persona que posea Jas cua lificaciones necesarias, para servir sus intereses cade vez que surja u conflicto de intereses". Por su parte, SANCHEZ CaLeRo®, nos recuer- da que toda persona tiene derecho a la protec- Cid jurlieial de las clarechas, can titela afactiva de jueces y tribunales, recordando que se trata este, de un derecho fundamental amparado por la Constitucién, 42, El supuesto del art. 76.0) de la LCS. El articulo 76d) de la LCS*, reconoce el derecho a la libre eleccién de Abogado y Pro- curador en el Seguro de Defensa Juridica, que es justificado por la doctrina, como un derecho, que encuentra su base en el caracter de con- fianza y en los vinculos que se crean entre de- fensor y defendido, existiendo, por tanto, un in- tuitu personae esencial en la eleccién y ejercicio, de ambos oficios. El articulo objeto de estudio, concede ese derecho de eleccién al asegurado, cumpliendo de esta forma con la regia general establecida en el parrafo 3 del articulo 7 de la propia LCS®, hahrd qiie accidir par tanta a la péliza para da- terminar la persona fisica 0 juridica asegurada en cada caso. No obstante, la jurisprudencia mas reciente viene matizando esta afirmacién, al entender que ‘parece razonable que la men- cidn al “asequrado” para libre eleccién de abo- gado y procurador para su defensa y represen- ‘Sanchez Caleno, F, “Comentario al articulo 74 LCS", en Co: mentarios @ le Ley de Contrato de Seguro, 3* edicién, Pam plona 2005, Att, 76 d): “El asegurado tend derecho a elegi libremen curador y Abagade que hayan de rearesentarle y efendferie en cuaiquter clase de procedimiento. El asequre: {0 tend, asimismo, derecho a fa bre elaccion de Abogado. ¥y Procurador en fos casos on que se presente conficto de Intereses entre fas partes de! contrato. Ei Abogado y At. 73 LCS: “Los derechos que der Jan det contrato co: fomadior en los seguras dle & RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 tacién, comprendaa a todas fas personas las cua~ les fangan iin intaréss arandmicn snhre al hion ‘objeto def seguro, es decir quienes puedan su- frir algin quebranto econémico con ocasién de la circulacién de vehiculas de motor™ ‘Tapia Heamioa®, con la intencion de determi- nar los supuestos en los que el asegurado pue- de ejercer la facultad de libre eleccién, compara los articulos 76.4) de la LCS, con la Disposicién Adicional Tercera de la LOSSP, distinguiendo tres casos: 1. Cuando el contrato haya previsto el derecho de! asegurado a confiar la de fensa de sus intereses a un abogado dle su plorcian a» partie del mamenta ‘en que tenga derecho a reclamar la in- tervencién del asegurador; aunque no estd expresamente previsto en la LCS, se deduce de la Disposicién Adicional Tercera de la LOSSP, anticipéndose en este caso el ejercicio de tal derecho, pu- diendo incluso reconocerse en hipdte- sis que la LCS nunca lo admitiria® 2. Cuando se produzca un conflicto de in- tereses con el asegurador; previsto en el segundo parrafo del articulo 76.4), anti- cipa el derecho de libre eleccion, ya que lo concede aun cuando, sin llegar 2 un procedimiento surge el citaco conflict de intereses. Resume el autor diciendo 27/2008 (Seccién 2, de 24 de enero, JUR el mismo sentido SAP Asturias 128/2006 de sbril,JUR 2006/151656, asi esta citi ado y Proc fa ebusula 12 ), se alude ie teal asegurado, ello no debe conducimos a exciuir de tal dere fexclusn na figura en ningiin momento en el documento y ademas el derecho de fare elecein de Abogado y Proc radir pare el asegurad se vincula en condicionade genera! que, salva pacto en contraria el asegurador en e! seguro Ge responsabriciad civil asume fa direccion juriaica frente 130 art. 74 sino del 76, y como s festa Auaieneia Provincial de fecha 19: puesto andogo al de autos: “el clausulad transcrito para 32-2004, en Un Su a Hern, A J “Ley del Contrato de Seguro” Editorial aranzad, 2° edicion, Por eiemplo, en casos en ave, sin exist conflicto de inte- transsecional, emistoss 0 extrejudiciel con abogado librcments designado por ol asegurado, que “las dos hipdtesis que dan origen af Aerachn cla libre elarrisn cle Ins prnfax sionales por ef asegurado seran por Jo tanto, alternativas en el tiempo y se inte- grarén reciprocamente porque, cuando nazca ef conflicto de intereses, nacerd Ja facultad de fibre eleccién de profesio~ nales, libre eleccion que sera valica aun cuando después def siniestro se concre- te en forma de procedimiento" 3. Cuando el asegurado intervenga en un procedimiento; la ampplitud que se intuye del articulo, permite incluir en el mismo todo tipo de procedimientos (civil, pe nal, contencioso-administrativo, social) y cualquiera que sea la pasicién, activa a de demandante y pasiva o de demanda- do, que pudiera ocupar el asegurado. Quizds uno de los rasgos en los que encon- tramos diferencia entre el art. estudiacio y el 74 del mismo cuerpo legal, esta en el tercer parrafo del 76.0), en el que se prohibe cualquier injeren cia por parte del asegurador en la actividad del abogado y procurador. Asi, mientras en el segue ro de responsabilidad civil, el asegurador tiene Un interés legitimo en la absolucién del asegu- rado frente a la reclamacién del tercero perju- dicado, razén por la cual el art. 74 le concede la direccién juridica “salvo pacto en contrario” en el seguro de defensa juridica, la inexistencia de un interés legitimo del asegurador respecto al pronunciamicnto absolutorio 0 condenato rio del asegurado frente al tercero, nos lleva a reconocer a dicho asegurade la libre direccion. técnica. Por tanto, una de las cuestiones centrales: del asunto radica en la diferenciacidn de los ar- ticulos 74 y 76.) de la LCS, si bien es cierto que lajurisprudencia mayoritaria se muestra bastan- te uniforme a la hora de fijar los requisitos que. distinguen a un precepto de otro, no faltan au- tores que comienzan a discrepar de la opinion de los tribunales. La doctrina jurisprudencial establece la dis- tincién del seguro de defensa juridica con la co bertura de la defensa frente a la reclamacién del perjudicade, en que el primero es una modali- dad de seguro que, can tal denominacién, se re- gula en Ia Seccidn Navena del Titula Il, srticulas 76.2) a 76.9), en la Ley 50/80 de 8 de octubre del Contrato de Seguro, cabertura que, como, establece el parrafo primero del art. 76.c), debe- rA ser objeto de un contrato independiente o de inclusién en capitulo aparte dentro de una poli- za Unica, en cuyo caso habran de especificarse A7 } separaciamente el contenido de la defensa juri- dira garantizada y |a prima que la coreacnancle: la defensa frente a la reclamacién del perjudica- do, en cambio, es una cobertura que necesaria~ mente acompafia al seguro de responsabilidad Civil salvo pacto en contrario, y ello por disposi- cién del articulo 74 de la misma Ley de Contra~ to de Seguro, cobertura que, come claramente describe el precepto, Unicamente ampara la de- fensa del asegurado frente a la reclamacién de terceros periudicados® La SAP Badajoz 342/2005® lo expresa en los siguientes términos: “En consecuencia, para que fa coberura de defensa juridica contratact pueda considererse como un contrato indepen- diante, se requiiere quia consten en las Condicion nes Particulares del Contrato, de forma expre- a @ inexcusable, los siguientes requisitos: 1) El contenido de la defensa juridica garantizada. 2) La prima que le corresponoee. 3) Los derechos reconocidas al asegurado en fos articulos 76d) y 762) dé la Ley de Contrato de Seguro; requi~ ssitos que, salvo ef primero, no concurren en ef presente caso porque no todos ellos constan en fa péliza de seguro concertada por fa actors En el mismo sentido se pronuncia la Sen- tencia de 25 noviembre de 2011 de la Audien- cia Provincial de Cadiz (Seccién 2*) que niega la cobertura de una defensa juridice diferente 2 la accesoria al seguro de responsabilidad civil. En concreto, esta Sentencia dice: "é/ documen- to nuimero 1 aportade con la demanda, es una péliza de seguro de responsabilidad civil deriva da de la circulaci6n, gue tiene su regulacién en el articulo 74 de la mentacia norma juriaica. La dafanca juridina dal raniratn da raspnncabilictad civil de [a circulacién, es un elemento accesorio © complementario def seguro de responsabil dad civil, diferente del de defensa juridica, cuyas normas no le son de aplicacién, como declara ef articulo 76.9) de fa Ley de Contrato de Seguro. No Se regula el contenido de la defensa juridlica diferente a ia derivada del contrato de seguro de responsabilidad derivada de la circulacién en el documento I de la demands. Esta tesis que mantenid en las sentencias de Ia Audiencia de Cidliz de 13 de noviembre de 2000 y de § de mayo de 2005 y en la doctrina jurisprudencial, sentencias del Tribunal Supremo de 20 de abril de 2000 y 31 de enero de 2008. Por todo ello, 30 dlosestima el recursa cle apelacibn canfirman~ dose fa sentencia de instancia * SAP Caceres 4886/2005 (Seccién 1) de 21 de diciembre SUR 2006/2737, SAP Badejo7 342/205 (Seccién 2°) de 30 de septiembre JUR 2006/1695. zraaAaAnanoad rz 48 , pmAadnanod > Zz & La sentencia de le Audiencia Provincial de Madi (Sarria 21) cla 11 ele naviembre cla 2011 entiende que “este seguro integredo en el de responsabilidad civil ~se refiere a la cobertura de defensa del art 74 de la LCS~ no se ha de con fundiir con el seguro de defensa juridica, articulos 76a) a 769) de [a Ley de Contrato de seguro, incorparacies por Ia Ley 21/1990 de 19 de diciem= bre para adeptar al Derecho Espario! la Directiva 88/357/CEE sobre libertad de servicios en segu- ros distintos del de vida y actualizacién de Ia le~ gislacién de seguros privados, porque éste es un seguro independiente, aistintos del de respon- sabilidad civil que pueda tener e/ asegurado con fa misma compaitia 0 con otra aseguradora, ast Jo dispone ef articulo 76.<) que dispone que este segura ~defensa juridiea- cleherd ser ahjetn de un contrato indepenciente, sin perjuicio de que ‘pueda incluirse en capitulo aparte dentro de una péliza inica, pero en tal caso dleberd especificar= se ef contenido de la dlefensa juridica garantizada la prima que le corresponde (STS de 20 de abril ‘de 2000), y en é/ e/ asegurado tiene derecho a elegir libremente procurador y letrado que no estarén sujetos 2 instrucciones del asegurado- ra -articulo 760) LCS (oiferencia ésta que en la practice puede no ser tal al poder las partes en e! seguro de responsabilidad civil y en relacién con Ja asistencia juridica, pactar al regir salvo en el i= mite ingicaddo, la autonomia de fa voluntad ae fas partes, la eleccién de Procurador y letrado que habran de asistir a fa parte)" Por su parte la recientisima sentencia de la Audiencia Provincial de Badajoz (Seccién 2°) de 12. de marzo de 2014, vuelve a hacer recaer sobre el asegurado la falta de cumplimiento de las for- maliniadas: "Sa nheania qria nn nae ancantramne ante un "Seguro de Defensa Juriaica’, regulado en los articulas 76.) a 76.9) de la Ley de Contra to de Seguro, en el que el derecho del asegurado @ elegir libremente al Procurador y Abogado que hubieran de representarle y defenderla (art. 760) LCS). constituye ef contenido abligatorio (art. 2 LCS), sino ante una garantia pactada de derensa juridica 0 cobertura dle defensa juridica anexa a un contrato de seguro, 0 sea, ante una cobertura mas de las contempladas dentro de un seguro de responsabilidad civil del Autornévil, ligacia of art. 74 LCS. Para que pudliésemos hablar de un ‘contrato de defensa juridica’, ha de tenerse pre- sente que, de acuerdo con el art. 76.) LCS, debe ser ahyota dle un cantrata inclemendionte yz aun- que el propio precepto prevé la posibilidad de incluirse en capitulo aparte, en una poliza unica (como pareceria ser el caso de autos), es preciso, en tal supuesto, que se especifique ef contenido de fa defensa jurioica garantizada y la prima que se corresponderla con esa garantia (0 la parte Revsra o€ R ‘Gove ¥ Seovao que. en fa prima toral, se corresponde con ella); € igualmente seria necesario, conforme al art. 76.), que la pdliza del contrato de seguro de defen- a juriaica recogiera expresamente los derechos reconocidos af Asegurado en las articulos 76c) y 762) LCS, a saber, el derecho a Is libra elec~ cién de Abogado y Procurador que hubieran de representarie y defenderie en cualquier clase de procedimientas, incluso en cf caso de conficto de intereses con la Aseguradore, y el derecho 4 sometimiento a arbitraje de 1a diferencias entre Jas partes del contrato, Pues bien, se observa que, en la poliza exa- minada no se recoge especificamente ese con- tenido obligatorio def contrato. De todo ello se deduce que, en orden a Ja defensa criminal, fa Compaiiia Aseguradora, asume la defensa de Si Asegurado, siempre que se realice bajo la Dire cién Letrada de los Abogados de la Comp: respecto a fa responsabilidad civil, ef régime e/ estableciao en el art. 74 de la LCS, que estable- ce que ef Aseguradir asume fa Direccién Juridica Trente a la reclamacion Gel perjuaicado y serén de su cuenta los gasio de defensa que se oca- sionen, salvo el supuesto en que, ef que reclame, este asegurado en la misma campafia o exista olgtn otro posible conflicto de intcroses, on cuyo so e/ Aseguradio padré optar entre ef manteni= miento de la Direccién Juridica del Asegurador 0 Su propia defensa a otra persona, en cuyo eu rurale 2 abonar los gasto de la defensa juridica hasta el fimita pactado en la péliza. este quedard abligada el Ace Por tanto, el seguro contratado en la péliza de autos, no tiene otro alcance que el del art. 74 LCS, la asuncién con el mismo contenido de la 49 ; defensa del Asegurado, que no alecanza Ia libre Blacrisn ra Brocuracine y Abogada, ni la imps taci6n su coste a le Aseguradora. Si no estamos ante un “contrato de defensa juridica” no seria posible el éxito de la demands rectora de [a itis, ni por tanto, del recurso enjuiciado pues fa cad sa de pedir de la demandante se basa en un su- puesto “contrat de seguro de defensa juridica que, como hemos visto, es inexistente” Estas Sentencias ratifican el criterio senta- do por la jurisprudencia precedente en el senti- do de que para que exista seguro de defensa ju ridica se requiere que consten en las Condicio- nes Particulares del Contrato de forma expresa el contenicio de la defense juridica garantizada, la prima que Ie enrrespannie y Ins dlerachas re- conocides al asegurado en los articulos 76.4) y 76.) de la Ley de Contrato de Seguro. No obstante, parecen discrepar de esta te- sis diversas sentencias como la de la Audi cia Provincial de Caceres de 22 de octubre de 2002", que en un supuesto de falta de acuerdo: acerca de si se habia concertado 0 no un au- téntico seguro de defensa juridica, afirmaba que con una péliza donde en las condiciones particulares firmada y sellada por la Comper de seguros se especifica “defensa juridlica hasta 500,000"; no pouernos acoger que esa cober- lura no estaba pactada. Y ello a pesar de que no conste en un contrato independiente y con todbs los requisites establecicos en el art. 76 después de [9 moaiificacién de 1990 que cn cl apartado a) dice en caso de que esa cobert. ra no conste en un contrato aparte y si forma parte de la misma pdliza ha de estar incluido an iin apariartn anarta dentin ela la paliza rnin: en cuyo caso habris de especificar e/ con do de [a defensa juridica garantizads y Ia prima que le corresponde, y como estos requisitos no concurren en el presente supuesto debe € derse por no constituida esa péliza (..) figur el cancepto especifice, y fa cuantia maxima de reclamacion, y aunque no se ha acreditado que la Cia. de Seguros haya procedido a desglosar idependientemente qué cuantia del (otal de la prima corresponderia a esa cobertura, no por elle pucdle quedar sin obtener ef ascgurado, 0 en su caso el perjudicad, el resultado de parte de ese contrato de seguro. Regalta Is centencia, que al contrata de se- guro es un contrato de adhesién, por lo que, quien debe procurar cumplir las pautas lega- les de forma en ese negocio, es la aseguradora P Caceres 26//2002 (Seccidn 2°) oe 22 de octubre, JUR paAAaOo rz SO , wAAANO > Zz & que Io redacta, por lo que si concierta una de- tarminacia enhertiva expracamanta no puede posteriormente, y porque la propia Compatiia no haya cumplido con esos reauisitos, querer traspasar al particular las consecuencias de esa falta de formalidades, pronunciandose en los siguientes términos *.. 2 (gual conclusién debe Jlegarse con Ia falta de fijar en fos recibos de la prima qué cantidad se pagaba por esa cober- tura ya que como se ha expuesta ese ca{culo le corresponde a la Cia. de Seguros y por fo tanto sino Jo ha hecho no puede repercutirie la con secuencia negativa de ello al asegurade, al que Ja Cia. le tiene firmada y reconocida una deter minada cobertur, entire elas y en este Caso es pecifico la defensa juridica hasta 500.000 Ptes ©) Salventadias todas las evestionas siiscita- das debe deducirse [a existencia de fa cobertu- ra de defensa juridica y por io tanto habiéndose Jlevacio a cabo esa defense, los gastos deriva- dos de fa misma deben imoonerse a la Com- ania demandada dado el contrata de seguros existente””. Entiende esta sentencia que no puede be- neficiar a la aseguradora el incumplimiento de su obligacién de precisar qué parte de la prima ‘que cobra por diversos conceptos, entre ellos, el de defensa juridica, correspande a este con- trato especial, es decir, si en las pdlizas se re- coge con caracter genérico la cobertura de la defense juridica, el hecho de que la Compattia no especifique qué cuantia concreta de la pri- ma sc asigna a la misma, no pucde perjudicar al asegurado, ya que en este caso, se produciria una vulneracin de sus derechos basicos como, consumidor®; come nos recuerdan entre otras. manichas, las sentancias dla la Auidiencia Drewin- cial de Cérdoba en sentencia de 4 de noviem- bre de 1.999, de Salamanca, en sentencia de 13 de marzo de 2002 y de Huelva, en sentencia de 17 de abril de 2002, que la oscuriclad de los con- tratos no puede favorecer a la parte més fuer- te en la contratacién, que es la que redacta los documentos y 2 la que se adhiere el asegurado. En termines simiares, le SAP Murcia $31/2003 (Seecién de Th de noviembre, JUR 2004/76492, y la SAP Mureia nim 173/2004 (Seceién ?), de 5 de mayo, JUR 2004/290357 Art. 2 Ley General para la Defensa los Consumidores y Usuarios: “T Son glerechas basicas de los cansumidores usuarios: b} La protecciin de sus legitimos intereses econd. 2.Los derechos de fo ‘gidos piortariamente productos o servicios de uso 0 consumo y gencrafinada” rt, 10 LCDCU: “En oi sentido de una clausula prevotecers fa Favorable para el consumidr” ‘ansumiddores y usuarios serdn prote- Jando guarden relacién directa con RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 En el mismo sentido se pronuncia la Sen- tenria de 17 sentiambre de 2M10 de la Avidiancia Provincial de Vizcaya (Seccién 3*) que atiende al limite establecido” para el seguro de proteccién juridica por el asegurador en relacién con las co- berturas ofrecidas para afirmar que nos encon- tramos ante un seguro de defensa juridica -con todas les consecuencias dlerivades de esta cali- ficacién en términos de derechos del asegura- do- aun cuando las condiciones de la néliza no lo recojan expresamente: “Conforme a fos razona~ ‘mientos precedentes, /a Iinea divisoria que sepa- 1 la direccion juridica que el articulo 74 recono- ce al asegurador de la responsabilidad civil, de fo que es propiamente seguro de defensa juridica, no puede trazarse con criterias formalistas, de- teniénohee en ia pxistencia a no de los eaqicitns previstos por el art. 76.c), reguladores de la eu- tonomia formal, econdmica y objetiva del seguro de defensa juridica, porque ello dejaria al arbitrio de la compaiia de seguros, redactara de a él 2a, fa naturaleza misma det contrato, Para saber ‘Si nos encontramos ante una clase u otra de se- guro, habrd de estarse a los intereses en juego, ‘de modo que, si fas consecuencias del proceso 0 conflicto juridico a que se enfrenta el asegurado van a receer directamente sobre el aseguracor en atencion a la cobertura de responsabilidad civil, estaremos dentro de fos limites del art. 74: caso contrario, esiaremos ante un seguro de de= fensa juridica’. En este caso la péliza establece Jas garantias contratadas (doc. n° 7 anexo a la demands), responsabilidad civil de suscriocién ‘obligatoria, voluntaria ilimitada, incenoto, robo de vehicula, rotura de Junas, accidlentes corpore- Jes del conductor, privacién permiso de conducir diario hasta dos mil pesetas por periodo de un fin, sagt cla acistannia an viaja 2 cage ca proteccién juridica hasta un millén de pesetas, ascendiendo la prima de la pdtiza en total a 81199 pitas. en enero de 200), fecha de fa péliza. Sino ‘se hubiesen contratado todas estas coberturas la prima habria sido menor, de lo que deducimos que ef seguro de defensa juridica se contrata de forma expresa por ef asegurado aun cuando en fas condiciones particulares no conste de forma ‘exoresa, de lo contrario, en caso de estar ante un seguro de responsabilidad civil ex art. 74, no hu- biese sido necesario inctuir la cobertura de pro teceion juridlca.” 43. Limitaciones de las aseguradoras Quizés Ia limitacién mas significativa, sea la de la eleccién propiamente dicha del profesio- ™ Hoste un milén de pesetos (6.000 euros), contidad alice veces superior 2 ls que sctuslmente, 13 amos después, se viene estableciende como limite nal que el asegurado considere mas adecuaco fan Ins ciipuinctas dial art 74 dela | C6 del eval ya nos hemos ocupado; asi “salvo pacto en contra rio” sera el asegurador quien asuma la direccion juridica, incluyendo la designacién del Abogado, y Procurador'®. 2) Limite cuantitativo. El profesor Tiraoo Sudnez", se ocupé de esta materia en lo que él denominé “Las cortapisas, de los eseguredores a la libre eleccién’, comen- zaba apuntado como la limitacién mas frecuente de las aseguradoras en este tema, una de tipo econémico; el establecimiento de una cantidad prefijada en las condiciones perticulares de la Péliza, quie cifraha, en algunas pélizas, en 2000 euros, lo que le llevaba a preguntarse como pri- mera cuestién, si se trata de una delimitacién del riesgo 0 de une cléusule limitativa de derechos, 0 abusiva, en el supuesto de que la suma asegura- da fuera ridicula, citando come ejemplo un limite GOO euros, que en el momento de su ponencia -en el XXxll Congreso de Derecho de la Circula- cién- era extrafo encontrar, pero que ahora -8 afios después- es muy habitual. No obstante, la “suma asegurada’, en fun cién de su estipulacién contractual, puede ser llimitada -ya quedan pocas polizas de este »., limitada e incluso contener una férmu- ixta’, es decir, limitada en libre eleccién de profesional e ilimitada en prestacién de servi- ios por los Ietrados de la ascguradora, En este ultimo sentido, la sentencia de la Audiencia Pro- vincial de Navarra de 24 de octubre de 2003" declaré la validez de la formula “suma asegu- rarla an lira decignariAn a ilimitarla en prasta- cién de servicios’, sin perjuicio de su cardcter limitativo, Sobre este extremo, Oumos Pirosin sostiene que la cantidad maxima contratade constituye una delimitacién de cobertura, y no puede con- fundirse con limitacion de derecho, Una acepta- SAP Zamora $42/2005 (Seccién ¥) de AC 2008/2508, entre otra le diciembre, Tavo Suse, F. J. La libre elecckin de profesioneles en cl seguro de doforsa juridica’, XXil Congreso do derecho de le Circulecién, colebrado on Madrid fos dias 24 y 25 do abril de 2006 mente amplios para tener el “peso” 6 Ie "fuerz pare poder pacter este tipo de cléusules timitadas. + SAP Navarra 252/2005 (Seccién ¥) de 24 de octubre, JUR 2008/271868 (Ouos Pupiny A, "El seguro de defense luridica’, Editorial Aranzadi, 1997, 51 } cién econémica y de necesidad de equilibrio de Rractarinnas dal cantrato, an relarian ala prima, abogaria también a favor de dicha tesis. A su vez, el principio sobre el que descansa el ejer- cicio de la abogacia de libertad del abogado en la fijacién de sus honorarios, queda respetado. La limitacién de cobertura econémica, no incide en los honorarios del abogado, cuyo profesional ajeno a la relacién contractual del seguro, fren- te a su cliente/asegurad, le asiste el derecho 2 cobra de la totalidad de los honorarios pacta~ dos. La formula mixta, le ofrece mayor duda. Le autora resefiada, a diferencia del suouesto an- terior, mantiene que ello puede constituir una li- mitacién encubierta al derecho de libre eleccion del asegurado. Debemos pues preguntarnes si en dafinitiva, representa una rastrierian conten fegen, al prever la ley en plano de igualdad las dos opciones (gastos/prestacién de servicios) de la prestacién, Entre la jurisprudencia menor se mantienen distintas posiciones, asi la sentencia de le Au- diencia Provincial de Cantabria de 26 de octu- bre 2005 defendia el limite de la suma asegu- rada como cléusula delimitadora, al igual que la sentencia de la Audiencia Provincial de Asturias (Seccién 78) de 5 noviembre de 2010, que con- sidera que el establecimiento en una condicién de la poliza de la forma en la que debe ejerci- tarse el derecho a la libre eleccién de abogado, no la convierte autométicamente en imitative de aquel derecho sino en delimitadora del ries- 90 cubierto, por lo auc ¢3 valida aun cuando no cumpla los requisites del art. 3 de la LCS: "A fa vista de cuanto antecede se estima, tal como hace [a sentencia de instancia, que nos halla- mane franta a rina clvsiia maramanta clalimi- tadora del riesgo y de las condiciones en que debe ser ejercicdo dicho derecho de libre elec- cin de Jetrado, pues en las mismas se define a forma de ejercicio, sin restringir 0 limitar ese derecho como seria propio de una cléusula limi- tadora, pues con la misma no se trata de excluir delerminados supuestos para fa fibre eleccion de profesional sino de encauzar y determinar Su ejercicio. Requisitos que fa propia parte co- nocia pues ya en fa propia demanda sefal6 que para proceder a fa reclamacién, procedié a co municar @ fa compania aseguradora demanda- da fa libre designacién de letrado. Comunica- ci6n que como se desprende del examen de los dacumentas, na cansta fuera camunicada can caracter previo, como asi venta exigido, pues ef acuerdo transaccional con fa compara contra- ria se aicanz6 en noviembre de 2008, fecha en SAP Asturies 468/2010 (Seccién 79) de 5 noviemore, JUR 20m1\22050. zraaAaAnanoad rz 52 , wAAANO > Zz & que se extendid ef cheque quedando saidedo By finiquuitann, yy el eccritn remitiandin a Mustiia Madirilena la minuta por Ja asistencia letrada es de fecha 7/04/2009, no constando comuni- cacién previa por parte del asegurado a quien correspondia probar el cumplimiento de esta ‘obligacién, Jo cual no ha realizado, sin que su inactividad, uede derivarse hacia la compafia aseguradora", En el mismo sentido, la sentencia de 3 octus bre de 2011 de la Audiencia Provincial de Giro- na (Seccién 1*)** admite que la delimitacion de la cobertura se establezca en una cldusula no, resaltada ni expresamente aceptada: “es per- fectamente aplicable el limite de cobertura que aparece en al anartade caherturas eantratadas sin que para a ello sea obstdculo ef que [2 co- bia de contrato que ha sido aportada no apa- rezca firmads, Parece sostener el apelante que se trata de una cléusula limitativa de derechos, por io que estaria sujeta al requisito de expresa aceptacién por ef asegurado establecido en e/ articulo 3 oe la Ley del Contrato de Seguro, 1o que en este caso, obviamente, no se habria pro~ ducido. Lo cierto es que no puede aceptarse tal interpretacién, pues fa cléusula de constante re- ferencia debe ser calificada como delimitadora del riesgo y no como limitativa de derechos con arregio a fa jurisprudencia def Tribunal Supremo recogida también de forma reiterada en las re~ soluciones de esta Sala, asi resulta sin duda de Ja Sentencia del Tribunal Suprema de 7 de julio de 2006 cuando sefala “Estas cléusulas aclimi tadoras de! riesgo son, pues, aquellas meaiante Jas cuales se individualiza el riesgo y se estable- ce su base objetiva: tienen esta naturaleza fas Qua astahlaren “evrhisinnas nhjativas” (STS ce 9.de noviembre de 1990) de la pdliza en relacion con determinados eventos a circunstancias, siempre que respondan a un propésito de elini= nar ambigdededes y concretar la naturaleza del riesgo en coherencia con ef objeto de! contrato © con arregio ai uso establecido y no se trate de ciéusulas que deliniten ef riesgo en forma contradictoria con las condiciones particulares del contralto, 0 de manera no frecuente 0 inusual (SSTS de 10 de febrero de 1998, 17 de abril de 2001, 29 de octubre de 2004, 11 de noviembre de 2004 y 23 de noviembre de 2004) Por su parte, Laso Pena®” afirma que seran restrictivas die Is libertad de eleccidn cle sbo- gado y procurador aquellas cléusulas que, sea SAP Girona 577/20N (Seccidn 1) de 5 octubre, JUR 2omei2n0 LLsso Pens, J: Mi "Elincomprendice seguro de defensa jut ica", en revista de Trafic, marzo-abril 2006, n° 5 RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 cual sea la formula empleada, contengan limi- te da cuantia ernndmica distintn entre runes de profesionales, como suele ocurrir entre los profesionales, llarnados en las aseguradoras “de libre designacién” y los profesionales pertene- cientes a la red juridica de la aseguradora, con- dicionando de este mado la eleccién de profe- sional, vulnerando asi el art. 76.0), incurriendo Por tanto en causa de nuliciad conforme al cita~ do art. 6.3 del Codigo Civil Como ye hemos dicho, la cléusula de limite cuantitativo plantea en la practice dualidad en las interpretaciones que la jurisprudencia me- nor hace acerca de si dicha clausula constituye una delimitacién de cobertura o una limitacién Ale darecha elal asagurada a la Hutala juridien Si) optamos par la segunda interpretacién, seria necesaria la aceptacién expresa por escrito del asegurado (art. 3 LCS), son muchas las senten- cias que exigen este requisito de aceptacién ex- presa, asi la SAP Jaén de 26 de junio de 2003" declara ".. combate fe Sentencia Gnicamente en este particular la aseguradora denunciando in- fraccian def art. 3 de la LCS por entender, con toda razan, que el limite econdmico de garan- tia constituye cléusula definidora y delimitadora del riesgo y no mera clausula restrictiva de Jos derechos objeto de Saia y en e/ mismo senti- do se ha resuelto por fa jurisprudencia que las cléusulas que constituyen limite cuantitativo de fa garentia asegurada pertenecen a las tlama- das clausulas que delimitan e/ objeto y el ambi- to de! seguro, entre las que estén, en palabras de la STS de 2 de febrero de 2001, y tadas las que cita, en resouesta a un supuesto parecido, Jas que definen el riesgo y las que determinan, fama aquineiiera, al aleanra arnnaminn'® En el mismo sentido la SAP Zaragoza de 27 de marzo 2006" considera la suma asegurada como limitativa y solamente eficaz en el su- Puesto de que haya sido aceptads por el asegu- rado de forma expresa: “El argumento que sin duo es alractivo y encuentra innegable funda= mento en los preceptos trascritos, pero no ha de ser aceptado por e/ Tribunal que resuelve ef recurso, pues, aun volviendo a Ia tan reiterada come certera dificuttad implicita cn tode inten to de diistinguir las cidusulas limitativas de de- rechos y las definitorias del riesgo, partiendo del hecho cierto que toda precision anadica af SAP Jaén 187/2008 (Secclén 2°) de 26 de junio, 2003/191280 JUR © En el mismo sentido, SAP Jaén de 14 de enero de 2002, SAP Zaragoza de 27 de marzo de 2006, entre otras, ‘SAP Zeregore 172/2006 (Seccién 5") de 27 de merz0, JUR 2006/1518: riesgo primeramente definicio termina siendo par in general rlavisiia limitativa ele carechos, al facto por el que en ef caso presente se permi- tia al asegurado la fibre designacién de letrado aparténdose asi del régimen general autoriza~ do en aquellos preceptos, no es mas que pacto, condicién 0 cléusufa que consiente /a apticacion del supuesto excepcional, pero que no supone necesariamente el establecimiento de un limite cuantitativo sélo hasta el cual la compara de Seguros se comorometa a satisfacer unos hono- rarios, y fuera de los cuales quede libre de todo ago, que es limitacion afadida af pacto prime- ro que consiente ef caso especial y que como lal debe ser objeto ve fa aceplacion expres imouesta en aquel articulo 3° de la Ley, por lo que. na habienaln sida cuumplica dicho requisite en ef caso presente, [a limitacion incluida en fas conalciones generales no puede surtir efectos frente al esegurado™" En igual sentido se pronuncia también la sentencia de 1 julio de 201 de la Audiencia Provincial de La Corufia (Seccién 58) que cali- fica de limitativa cualquier restriccién 0 excep- cién al derecho del asegurado a libre eleccion del Procurador y Abogado: “Siendo el objeto cubierto por ef Seguro de Defensa Juridica los gastos en que pueda incurrir ef asegurado en un rocedimiento judicial (arbitral 0 aamintsirativo) para la reclamacion de dafios derivados de acci- dente de circulacién del vehicufo asegurad, asi como el servicio de asistencia jurialca judicial y extrajudicial, con derecho de! asequrado a libre eleccién del Procurador y Abogado, es eviden te que cualquier restriccién o excepcién de esta cobertura constituye una cléusula limitativa y racirivtiva cla Ine cararhas dal asagiiradh, aie para resultar oponible a éste “deberdn ser espe- cificamente aceptadas por éste” (art. 5 de la Ley de Contrato de Seguro). Reparemos en que en el seguro de defensa juridica concertado entre Jas partes el asegurador se obliga, dentro de los Jimites establecidos en /a ley y en este contra 10, a fa presiacion de los servicios de asistencia Juridica judicial y extrajudicial al asegurado ¢..) asi come al pago de los gastos en que pueda incurrir ef asegurado como consecuencia de di- cha intervenci6n. Entre estos gastos figuran fos honorarios por la asistencia juridica judicial 0 ex- trajudiicial de letrade y por lo tanto cualquier fi mitacion de este derecho inicialmente otorgado aI mismo sentide STS de 5 de junio de 1997 (RI 1997,4607), 10 de febrero de 1998 (Ry 1998, 752), 18 de sep tlembre de 1999 (F199, 6340), 16 ce octubre de 2000 (Fs 2000, 9195), 17 de abril de 2001 (RJ 2001, 5279) SAP A Conufe «S 20m1\309868, secién 5*) 286/200 de 1 julio, JUR 53 } como cobertura, debe reunir los requisitos det art Fla tah CS" Por ultimo, interesa destacar que la doctri- na ha apuntado, entre ellos Tapia Hermioa®s, que el establecimiento de limites cuantitativos ridi- culos en los honorarios profesionales de! abo- gado libremente designado que resultan cu- biertos oor las pélizas podria llevar a consiclerar que dichas clausulas no sole son implicitamente limitativas de! derecho del asegurado a la libre eleccién de abogado sino que incluso podrian considerarse lesivas 0 abusivas. A este respec- to, interesa dejar constancia de que la jurispru- dencia mas reciente de la Sala de lo Civil del Tribunal Suoreme ha establecide, con carécter general, que la elAnisula quie Fija IA euiantia cle [a cobertura debe considerarse delimitadora del riesgo cubierto y solo merece la calificacién de limitativa de los derechos del asegurado -y por lo tanto sujeta a los requisitos especiales del art. 3 de la LCS~ cuando aquella limitacién de la suma asegurada aparece como clausula sor- presiva porque contradice el contenico natural del seguro contratado 0 el resto de condiciones de la pdliza. En este sentido cabe citar la reciente sen- tencia de la Sala ? del Tribunal Supremo de 27 de junio de 2013 que en su Fundamento de Derecho Tercero sefiala: “La sentencia del Ple- no de esta Sala num. nim. 853/206, de II de septiembre (recurso num. 3260/1999), sienta una docirina, recogida posteriormente cn otras muchas sentencias, que considera que las es- tipulaciones delimitadoras del riesgo son las cléusulas que tienen por finalided delimitar ef ahjata cal rantratn, cla main qe sa enneraten qué riesgos son objeto de! contrato de seguro, en qué cuantia, durante qué plazo y en qué dm- ito espacial. Por su parte, las cléusulas limita~ tivas de derechos validamente constituidas van a permitirlimitar, condicionar © modificar el de- recho del aseguradio, y por tanto la indernniza- cidn, cuando ef riesgo objeto del seguro se hu- biera producido. Sentencias posteriores, como Jas num, 516/2009, de 15 de julio, (recurso num. 2653/2004), nim. 268/201, de 20 de abril (re- ‘curso nim. 1226/2007) y nim, 599/201, de 20 julio, (recurso ntim. 819/2008), han considerado que la determinacién positiva del concepto de cléusula limitativa de derechos del asegurado debe hacerse par referencia al cantenida nate ral del conirato derivaoo, entre oiros elementos, Tapa Hemoma, Al 0B eit, Manual de Ponencias del Congreso Nacional editado por SEPIN, STS 417/2018 de Ie Sala Primera, de 27 de junio de 2013 (recurso 489/20, La Ley 118682/2013) zaaAaand >Zz 54 , pmAadnanod > Zz & de fas cléusulas identificadas por su caracter de- inicio, rie Jae clavicilas particiilares al eantrato, ¥ del alcance tipica 0 usual que corresponde a ‘su objeto con arregio a lo dispuesto en ia ley 0 en Ia practica aseguradora De estos criterios se sigue que ef cardcter ix mitativo de una cléusula puede resultar, asimis- mo, de que se establezca una reglamentacién del contralo que se oponga, con caracter negalivo para el aseguradio, a la que puede considerarse usual 0 derivada de las cléusulas introductorias © particulares. No es ese el caso de /a cléusula que establece [a cuantia que alcanza la cobertura, Ge [a responsabilidad civil asegurade, que es Una cléusula no solo usual sino exigidls (art. 85 de la Fey del Cantiate cla Seguin) para que quecia de lerminado uno de los elementos esenciales de! contrato de seguro oe responsabilidad civil. No estamos ante una cléusula sorpresiva que restrinja ef Ambito de la cobertura del seguro tal como resultaria de otras cléusulas de fe pdliza de seguro. En el caso de autos, fa cléusula se en- cuentra en fa segunda pagina de las condiciones pparticulares, tras la idlentificacién de los elemen- os personales oe! contrato, la fecha de iniciaci6n ¥ fa duracion del conirato y la localizacion de la vivienda asegurada, esto es, entre las menciones de (os elementos princivales de! contrsta, en un amplio cuadro de texto con una columna para la descripcién de las garantias contratadas y bienes asegurados, otra para el capital asegurado y otra para la prima corresponolente a cada garantie, con una tipagrafia y un tamafio de letra adecua do para su clara visibilidad. Cama conciisian de In evpuiasin, la fjacisn de fa cuantia de a cobertura de la responsabili- dad civil contenida en fa péliza de seguro obje~ to del litiaio no es una cléusula limitativa de fos derechos def aseguradio, pues no lo son fas que determinan qué riesgo se cubre, en qué cuantia, durante qué plazo y en qué émbito espacial, in- cluyendo en estas categorlas la cobertura de un riesgo, os limites indemnizatorios y ta cuantia asegurada 0 contratada (sentencia de fa Sala /* del Tribunal Suprema nim, 82/2012 de 5 marzo, recurso nim, 83/2009)" Esta sentencia hay que ponerla en relacién con la también sentencia de la Sala I? del Tribu- nal Suprema, de 19 da julia ae 20125, que igual- mente dice que “No son cléusulas limitativas de Jos derechos del asequrado las que determinan Sentenio 480/2012, de 19 de Trip.nel Suprema, Ril 2012/8998, cisco Javier Arroyo Fiesta “Ponente Excmo. Sr Fren: RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 qué riesgo se cubre, en qué cuantis, durante qué plazo y en qué dmbito espacial, incluyendo en estas Categorias le cobertura de un riesgo, Jos limites indemnizatorios y la cuantia asegura- a 0 contratada.” Pero afiade que “Las clausulas delimiladoras del riesgo establecen exclusiones objetivas de la pdliza 0 restringen su cobertura en relacion con determinados eventos 0 circuns- tancias, siempre que respondan a un propésito de climinar ambigucdades y coneretar fa natu raleza del riesgo en coherencia con ef objeto del contrato (fjado en Jas cléusulas particulares, en Jas que figuran en lugar preferente de la pdliza ‘0.60 las alsnasiciones leoales aplicables salva acto en contraria) 0 en coherencia con ef uso establecido y no puede tratarse de clsusulas que delimiten ef riesgo en forma contradictoria con e! abjeto def contrato 0 con las condiciones particulares de la poliza, 0 de manera no fre- cuente o inusual’, Pérrafo este ultimo al que se acoge cierta doctrina para entender que tanto las clausulas delimitadoras del riesgo cubierto y las limitativas de los derechos de los asegura- ‘dos, deben respetar el principio de congruencia con el propio objeto del seguro, no pudiendo vaclarlo de contenido, pues de Io contrario po- dian ser declaradas abusivas. Por ultimo quisiera analizar el supuesto espe- cial en cl que no se pacta ninatin limite, lo que no €s justificacién para obligar a la aseguradora que abone cualouier cuantia que el asegurado haya pactado con su letrado, En este sentido se pro- nunzia la santencia do la Audiencia Pravincial cle Barcelona (Seccién 13#) de 22 de marzo de 2013, (rec. 967/20My.“Efectivamente, fa falta de una ii- mitaci6n cuantitativa a la cabertura de la defensa juridica del asequrado en caso de que éste opte por ia asistencia de un letrado de libre designa- cién no comporta sin mas que ls aseguradora 55 ; venga obligada @ abonar cualquier suma que en raneenin fa hanararine pie phar partace dicho asegurado con el letrado designado. Inde- penaientemente de Jos limites que puedan pac- {arse en relacién a su responsabilidad, la asuncién de gastos por defensa juridica en que consiste la cobertura de! segura lleva implicito que la com= pania asume el pago de aichos gastos dentro de fos precios medios de mercadb, asi fos pactos a que llegue ef cliente-aseguracio con su Letrado en relacién a sus honorarios en la conctusién cle! contrato de arrendamiento de servicios en que ef encargo profesional consiste, sdlo a ellos puede ‘obligaries, no siendlo acimisible la vinculaciin de actos en perjuicio de lercero, ya que entender- fo de otro modo podria dar lugar @ supuestos de ‘camnivencia entra abnoada y cliente are prcirian dar luger @ auténticos abusos en perjuicio Unica- mente de las compariias aseguradoras”. b) Limite cualitativo, ‘Cuando se trata de limitar los honorarios de! Letrado en funcién de las cantidades conseaui- das al aseguracio, de forma que sino se ha con- seguido nada, el asegurador queda libre de res- ponsabilidad, En la jurisprudencie menor, existe una amplia discusién sobre esta materia, anotén- dose como favorables a la cuantia del procedi- miento y no al resultado del mismo, las senten= cias de la Audiencia Provincial de Murcia de 13 de marzo de 2002, asi corno la SAP de Asturias de 16 de julio de 2004, afirmando esta uitima que *... consecueneia ae fo antes indicado es que cf Abogado elegido tiene plena libertad para de- cidir la estrategia a seguir y, dentro de ella, fa cantidad que procedia reclamar al tercero res- fnneahia Na piece, par alin, pratandarca aia ‘sus honorarios son excesivos ni que deben reba- Jarse en funcién de fa cantidad conseguida, De acuerdo con reiterada Jurisprudencia (Senten- cias de 27-07-92, 24-06-93, 18-11-93, 25-11-93, enitre otras), las minutas de éstos se fijarén en funcién de cual haya sido la cuantia del procedi- imiento y no en razon del resultado del proceso, Se aplicarén ademas, las tarifas comprendidas en esas normas @ falta de pacto exoreso. En consecuencia una vez que se determine que Jos honorarios de Abogado no han de limitarse a la cantidad obtenida sino 4 fa reclamada, y acredi= tado su importe, resultaba obligado su pago por fa aseguradora” Por otro lado, la SAP Asturias dle 28 de julio, de 2005", se ocupa del supuesto de condena uFias de 6 julio de 200: Arancadi civil2004/084) SAP Asturias 291/208, de 28 de julio, JUR 2005/188344 zraaAaAnanoad rz 56 , wAAANO > Zz & ‘en costas al asegurado, planteando éste Ia co- herfiira cla las mimas qlantra de la quia la naliza incluye como “defensa juridica’; la Sala resuelve en los siguientes términos *.. se vinculan “Los gastos” no a los que se ocasionen en el procedi- miento, sina a los que se originen para la defen- sa del aseguradd, y razén por ia que se estima ef recurso en ef sentido de excluir de fa condena Ja partic relativa a las costas procesales, man- teniend 1a referida a gastos de representacion y defensa..” Incluimos también en este apartado la clau- sula de inviabilidad de la reclamacién: se trata de otro tipo de cldusula limitativa, y consiste en la prestacién de cobertura Unicamente para el face de prasperar la dlemanca La aifiuitad de establecer con cardcter previo la viabilidad de la demanda, hace complicada su operatividad y su posible discusién respecto a la licitud de la misma. No obstante el Tribunal Supremo ha en- tendido que no son abusivas las clausulas que atribuyen a le aseguradora la facultad de valorar la viabilidad de Ia pretension, siemore que di- cha facultad no se le atribuya de forma indiscri- minada 0 arbitraria y se garantice la cobertura por la aseguradora cuando el asegurado ejer- cite por su propia cuenta y riesgo las acciones judiciales y obtenga una resolucién favorable o una indemnizacion de cuantia similar a su pre- tensién inicial. En este sentido, la sentencia de 1 de julio de 2010 de la Sala 1? del Tripunal Supre- mo®. en su Fundamento de Derecho Undécimo, estima cl motive de casacién interpucsto por una aseguradora sobre la base de las siguientes consideraciones: “l) La conaicién transcrita no reserva a la proponente facultacies de interpre- taniin 9 enncifinacian sinilataral dal ennteatn 2) Es cierto que en ella se atribuye a la compania aseguradora [a valoracién de la viabilidad de la pretensién, pero no de forma indiscriminada 0 arbitraria, sino, alternativarnente, por “carecer de medio de prueba suficiente que fa haga via~ ble’. 0 “en funcién de la responsabiliciad de! ac~ cldente", 0 (ralarse de rectamaciones “manifies- tamente desproporcionadas con [a valoracion de los darios y perjuicios sufridos”. 3) Cierta~ mente en ejecucion de la cléusula ser posible la comisién de abuses ¢ ineumplimientos, pero fos mismos no derivarén abusos € incumplimientos no derivan de fa “abusividad de fa cléusula’, que tha de ser interpretada necesariamente de forma rezonable x. vraténdase ce candisianes oeners- Jes, en caso de dud imperativamente favorable al consumioor, de made que 1a cléusula no dé cobijo 2 comportamientos arbitrarios. 4) El ad "STS n* 40172010, de 1de julo, de la Seccién W dele Sela de lo Civil RU 2010/6554). RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 herente, puede acudir al arbitraje, y sobre este extrema se infnrma en al articviin 201 h) sin qe se halla cuestionado Ia claridad y suficiencia de Ja informacién acerca de este particular. 5) Fi- nalmente, sin perjuicio de fa posibilidad de que el consumidar demande ef cumplimiento del contrato, en caso de que decida reciamar frente 2 lerceros, [3 cobertura de los costes por 13 ase guradora no depend de la voluntad de ésta, ni de circunstancias aleatorias a indeterminadas, sino de un hecho objetivo y externo: a resolu= cién favorable al asegurado 0 fa concesién de una cuantia similar a su pretension”. Por el contrario, son abusivas -por incom patibles con el principio de igualdad entre las Partas- las cléniculas que dajan a la exeliisiva voluntad de la aseguradora la decisién de in- terponer los eventuales recursos en los corres pondientes procedimientos y las que liberan a la aseguradora de cumplir la prestacién si la parte contraria en el procedimiento es conde- nade en costas. En este sentido, la citade sen- tencia de 1 de julio de 2010 de la Sala P del Tribunal Supremo®, en su Fundamento de De- recho Noveno, desestima el recurso extraordi= nario por infraccién procesal interpuesto por una aseguradora al considerar que no existe incongruencia ni falta de motivacién en la Sen- tencia recurrida’® sobre la base de las siguien= tes consideraciones: "?) E/ primero referido a Jas cléusulas que dejan a la voluntad unilateral de la aseguradora el cumplimiento de a pres- taci6n: Ciertamente se contiene una cléusula incompatible con ef principio de igualdad que ha de regir en las relaciones entre partes, y se deja en manos exclusivas de la aseguradora, no cAln [a intarnwatarian dial eantratn, sina ta che- cisién de acudir 0 no a la via de los recursos. Si al consumidor se le exige una prima cierta y determinada, previamente fijada, no cabe con- siderar aleatoria e indeterminads la parte de la obligacién que asume la aseguradora, consis- tente en definitiva en cumplir aquello a que se obligo, y serd e/ propio tomador ef primer inte- resado en determinar cudndo ha de recurrir. 2) El segundo relativo a la negativa a cumplir [a prestacién en el seguro de defensa juridica si la parte contraria cs condenada en costas: Por jas mismas razones (incompatibilidad con el prin- cipio de igualdaa), concertado el seguro de de- fensa juridica, ha de ser la aseguradora quien se haga cargo del nage, quien a su vez por le via de la subrogacién reclamaré a quien haya * 51S n* 401/200, de | de julio, lo Civil RJ 2010/6554). Seceién 1 de la Sala de 2 SAP de Madrid (Seeciin 19°) de 29 de marzo de 2006 (AC 206/954 sido condenado a! pago, de modo que ef ase- Durade, queda inlemne, parn también ajann a reclamaciones entre las partes, cuando preci- samente en interés de garantizarse e! pago se concerté ef seguro" En este sentido es interesante la recientisi« ma sentencia de Audiencia Provincial de Terra- gona (Seccién 14), de 4 de diciembre de 2013, que analiza un supuesto de eleccién de un pro- fesional diferente a los que integran los servicios juridicos de la aseguradora, en base a la nega- tiva de la compania aseguradora que descarto toda viabilidad a la accién 0 acciones judiciales ‘que pudiera llevar a cabo el asegurado, cuan- do él resultado fue el contrerio. En concrete la centencia expnne’ “Ia primera canciiisidin ala que se /lega, tras exponer el contenido de fe pd Jiza, de sus condiciones generales y particulares es que [a limitacién del capital asegurado en e/ riesgo de defensa juridica realizada por prafe- sionales distintos a Jos de fa entidad asegurado- ra es una cléusula delimitadora del riesgo pues Jas condiciones generales remiten a /a condicion particular para establecer ef imparte maximo asumide, y no constituye una cléusula limitativa de fos derechos de! asegurado pues ef condi- cionado general asi lo prevé. Sin embargo, en e! aso que se enjuicia, la cuestién controvertica no afecia exclusivamente a considerar 81 se (rata de una cléusula delimitadore def riesgo 0 limi= lativa de los derechos sino que debe profundi- zarse en el andilisis de fa efectividad del derecho de defensa juriaica cuandd fa causa que motiva Ja eleccién de un profesional diferente 4 los que jntegran los servicios juridicos de la asegurado- ra se debe a la mera negaliva de la compara Beaguradnra, qa deerariA tnda viahilictad a la accién 0 acciones judiciales que pudiera flevar 2 cabo el asegurado, cuando ef resultado fue ef contrario. E/ seguro de defensa juridica se encuentra reguiado tos articulos 76a) y siguientes de la LCS, y se define como fa obligacion que asurne el asegurador, dentro de los limites estableci- dos en fa ley y en ef contrato, hacerse cargo de Jos gastos en que puede incurrir el asegurado como consccucneia de su intervencién en un procedimiento adiministrativo, judicial o arbitral 2 prestar los servicios de asistencia juridica ju dicial y extrajudicial derivados de la cobertura el seoure, ven el artioula 76d) s0 cantempla el derecho a /a eleccién libre de procurador y abogade que haya de representarle y defender- Jo en cualquier clase de procedimiento y, espe- ciaimente, 8 fa libre efeccién de sus profesiona- Jes en los casos en que se presente canflicto de intereses entre las partes del contrato. 57 } En este caso cabe formular una interoreta- cidn analdgics al stipwiasin cal canflicin cla ine tereses, pues no es fo mismo el caso en ef que no existiendo negativa la compara el asegura- do optase por contratar por su cuenta los ser- vicios de profesionales para la defensa de sus intereses, de! presente caso en que la asisten- cia juriaica solo opera para Vlegar a un acuerdo amistoso pero no para fas reclamaciones que fa aseguradora considere improcedentes por via judicial. Ademas, instaclo un procedimiento penal en el que se legs a un acuerdo que moti- V6 el sobreseimiento por transaccién, lo logico es que se hubiera liquidado fos honorarios det fetrado que asumid fa defensa def demandan- te, por Jo que el rechazo de la aseguradore 4 la reclamacin realizacta paw el clemanciante a contraria a la efectividad de! derecho y por ello, en este caso Ia limitacién establecida st que ‘opere como cléusula limitativa de los derechos del asegurado al no existir una previsién con- tractual en cuanto af limite en ef supuesto en que existe éxito en la reclamacion del asegu- rado, a pesar del criterio en contra (ustifica- do 0 n0) de! asegurader, que debe tener una solucién diferente al caso en que ef asegurado elige abogadl y procurador diferente a los que integran los servicios juridicos de fa asegurado- ra sin un motivo que io justifique. En otra caso lo que sucederia es que la coberlura de defensa juriaica quedaria al libre arbitrio def asegurador, que decide unilateral- mente si las acciones que pretende ejercitar su asegurado son viables, debiendo soportar en su caso, y ce forma injustificada e! asegurado el exceso sobre el limite de cobertura pactado, siandin farzacin a alin par la artitiid dal penpin asegurador’ ) Limite por no ser preceptivo el uso del profesional Podiriames incluir de igual forma en este apartago, la limitacion de la actuaci6n del pro- curador a los supuestos legalmente preceptivos. Asi, en aquellos casos en los que la aseauradora: obvia las honorarios del procuradar par su par- ticipacién cn un juicio de faltas, al no cxigirse su intervencién, la jurisprudencia menor no es undnime. Por un lado, la SAP de Murcia de 28 de enero de 2003", se ha pronunciado en el senti- do de entender que al sequirs cle dafansa jurl dica concede al asegurado el derecho a eiegir libremente el Procurador y Abogado que haysn de representarle y defenderle en cualquier clase SAP Murcia 33/2003 de 2003/196174, entre otras. 28 de enero 2003, JUR zraaAaAnanoad >Zz $8 , wAAANO > Zz & de procedimiento, sin que en ningun caso que- dion sujatas a las inctrucianas ral acaguiradior, aunque precisa que ello no implica que “deba entenderse cubierto el derecho a elegir libre~ mente Abogado y Procuracor para su defense en cualquier procedimiento judicial o arbitral en que aparezca como causante 0 perjudicada. An- tes bien, para ello habré que estar al contenido concreto de las coberturas y limites 0 exclusio- nes incluidas en fas Condiciones generales, en tanto en cuanto, como apunia ef art. 76.) de la LCS, ef asegurador se obliga dentro de los limi- tes establecidos en la Ley y en el contrato"™. De este modo, la referida sentencia refren= da la exclusién de los derechos del Procurador A tenar de In astahleriea an las Condiciones Generales de la péliza, pero no dice lo mismo en cuanto a la decision de excluir la minuta del Abogado por la accién civil ejercitada en el Jui- cio de Faltas contra la ahora apelante: “pues ta/ accién fue ejercitacia acumutada a fa penal que también se ejercite contra aquélla en ef referi= do Jvicia, por fo que seria muy dificil distinguir Ja defensa de su responsabilidad penal y la de su responsabilidad civil, siendo obvio que, en supuestos como ef que nos ocupa, en toda de- fensa penal va implicita la de fa responsabilidad Civil del hecho punitive a que aquella se refiere”. Ahora bien, como hemos dicho no exis- te unanimidad jurisprudencial en esta materia, y podemes encontrar opiniones admitiendo la intervencién del procurador y por tanto la obli gacién de pago de sus honorerios por parte de compafias que tengan fijado un seguro de defense juridica, incluso en casos en los que nn avista acta ahligaciAn legal rie intarvancian Asi, la SAP de Asturias de 17 de diciembre de 2004° se ocupa de este supuesto; en la misma, la parte actora reclama los honorarios del pro- curador cuya intervencién habia sido notificada previamente a la Compania, sin que esta hubie- se formulado ninguna objecién o reserva en el momento de la comunicacion, Solo extempora- neamente, cuando se le exige el reintegro de los, derechos, se deniegs su pago por no ser pre- ceptiva la intervencién del mismo en las juicios de faltas, a lo cual Ia Audicncia admite la licitud de este pago baséndose en dos razones, “.. tani to porque no se formulé al contestar la deman- da esa oposicién, como porque fa intervencién ie dicha profesional, aunque na sea procesa)- mente necesaria, si resulta notoriamente con En el mismo sentide la SAP de Palencia 516/2008 de 7 de diciembre, AC 2005/2572, SAP Asturias 514/2004 (Seecidn 4") de 17 de diciembre, JUR 2005/28938, RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 veniente para mantener, tanto al perjudicado cama a sii Ahagadin informarins lal circa ela Jos autos y formutar, en su caso, fas pretensiones pertinentes; por lo que no cabe considerar que la reclamacién de sus derechos resulte abusive 0 excluidla de la cobertura™ Igualmente analiza [a intervenci6n precepti- va de abogado y procurador la sentencia de fa Audiencia Provincial de Valencia (Seccién 6%) de 15 de noviembre de 2010: “Tampoco resulta de J ley ni dee Jas condiciones generales vigentes en ef momento de! accidente y de la designa- cidn del Letrad, la exigencia de que la libre de- signacion por ef asegurade hubjera oe limitar- Se 2 los procedimientos en que su intervencién fuera praceptiva, ex mAs, alart 76a) dela ley cle Contrato de Seguro contiene la obligacién def asegurador, en ef Smbito del seguro de defensa Juridica, @ hacerse cargo de los gastos en que ‘pueda incurrir ef asegurado como consecuencia de su intervencion en un procedimiento admi= nistrativo, judicial 0 arbitral y @ prestarle servi cio de asistencia juridlica judicial y extrajudicial derivados de fa cabertura del seguro. Por tanto, el hecho de que Ia intervencién de! Letrado 70 fuera preceptiva en ef juicio de fellas, no prriva al asegurado de su derecho, pues tal imitacion no se contiene en ja Ley de Contrato de Seguro ni en [a poliza que estaba vigente en ef momento de los hechos @ que se referia su reclamacion En este mismo sentido se pronuncia la re- ciente sentencia de la Audiencia Provincial de Asturias (Seccién 6%) de 11 de noviembre de 2013, que es muy ilustrativa pues entiende que claramente estan cubiertas las gestiones extra- junliriatas 4 amictacas, cin paren candirinnarias a que las mismas sean prestadas por la propia aseguradora, pues “no puede aceptarse /a inter- pretacién restrictiva que se propugna de! con dicionado general, en ef que practicamente se transcribe la regulacion legal que de este segu- ro de defensa juridica se hace en ef art. 76 de la LCS, que fue introducice por fa Ley 21/90 de 19 de diciembre, para la adaptar el Derecho Espa- fiola la Directiva 88/357/CC, entre olras razones porque no puede considerarse la gestion previa 2 1a interposicién de la demanda como algo aje noy distinto al procedimiento judicial en si sino ‘come un acto preparatorio del procedimiento Jugicial, propio de una correcta practica profe- sional y beneficiosa para Ins asegquradias, ues © En ol mismo sentido la SAP de Valencia 240/204 (Sec- cién 9°) de 29 de abril, AC 2004/2399, en le que se acmite cl poge dc fos honerorios del procuredr. por entender auc ia competi habia admitide técitamente su intervencion, sin alegor nade en contra en el momento en ave debie hacerlo. Jes consigue una répida satisfeccién de sus in- Jareces y lac avita las molestias © inrartichimbra propias de todo procedimiento judicial, y para Ja propia aseguradora, puesto que los gastos de defensa judicial serdn menores que si se presen ta la demand. Por consiguiente, fa exoresion "procedimienta judicial” que se emplea en el art. 76.2 de le Ley del Contrato de Seguro he de ser interpretada como comprensiva de las ges- tiones previas a fa interposicién de la demanda que pueden finalizar en un acuerdo extrajudicial satisfactorio para fos intereses de! asegurado, como asi lo han venido sosteniendo, en forma mayoritaria, las decisiones de fas Audiencias dicladas resoiviendo esta cuestion, entre otras Ja sentencia de 24 de octubre de 2011 la Audien cia Provincial le Sevilla Ja cle 28 cle marr oe 2008, de Ia Audiencia Provincial de Barcelona, y esta misma Audiencia, asi la Seccién Primera en su sentencia de fecha 4 de mayo de 2011, la de 19 de julio de 2007 de la Seccién 4? y fa de esta misma Sala en su sentencia de Id de julio de 2003". d) Limite por razén de la materia. La jurisprudencia menor ha considerado abusiva, y en consecuencia nula, Ia cléusula de exclusién de un seguro de defensa juridica del recurso contencioso-administrativo referido a las multas de tréfico, asi la sentencia de la Au- diencia Provincial de Navarra de Tl de mayo de 2004* dice que “s/ ef actor concerté can la en- tidad de seguros demanolado Liberty Seguros, dentro de las condiciones particulares del ramo “Autos Master Plus’ la cobertura de la “defensa’, en cuyo apartado 6° (garantia de defensa), tan sAln ce actahlane enimn limite, para al sripliec- to de que ef asegurado opte por el ejercicio del derecho de libre designacién, un importe “cuan- titativo’, (de un millin de pesetas), necesaria- mente debe concluirse que incluida dentro de la misma esta (a defensa juridica cuyos honorarios ahora se reciaman. ya que no exceden de! limite antes indicade, ni cuatilalivamente es un riesgo excivide, Ello io decimos por que el reintegro de honorarios que se pretende tiene su origen en una asistencia letrada originada en Ia juris- diccién cantenciosa administrative, contra una sancién administrativa de tréfico, con ocasién de la conduccién def vehiculo asegurado por la péliza. Si elfo es asi, y en las condiciones parti- ‘uleres pinguna exciusidn acentada se plantes de /a dlefensa juridica que tenga lugar en Ia in- dicad jurisdiiccién 0 en refacién con las multas impuestas por una circulacién antirreglamen- laria, necesariamente de conformidad con lo SAP Navarra 85/2004 de Tl de mayo, JJUR 2004/% 59 } establecido en el art. 76.) de fa LCS debemos conch que nbligaria ce anriientra laaceguirarta 2 hacerse cargo de los gastos devengados en dicho procedimiento judicial, por derivarse def propio aseguramiento, y ser por end un riesgo cubierto por Ia poliza’®. En este tema es curioso comprobar que & pesar de que hay innumerables procedimientos contencioso-administrativos derivados de san- ciones por infracciones de trafico, y mas que ha habicio 2 partir de Ia entracia en vigor del “per miso por puntos”, sin embargo en muy pocos casos se pasa la minuta de honorarios profesio- nales correspondiente a estos procedimientos 3 la compariia de seguros respectiva, a pesar de que coma ha quierada patente ecte extrem estaria perfectamente incluido en el seguro de defensa juriaica, La amplia configuracién de la posible pres- tacién del aseguradior en este tipo de seguro por parte del articulo 76.2) de la LCS obliga a este- blecer una nocién amplia del dafio resarcible en el sentido de que, por un lado, abarque no s6lo la satisfaccién del dafio ya sufrido sino la preven- cién del datio futuro asistencia extrajudicial del asegurador); y de que, por otro lado, compren- da ia defensa juridica tanto frente al dafio patri- monial en sentido estricto como frente al dafio extrapatrimonial sobre Ia esfera juridica del ase~ gurado (asistencia juridica relacionada con as- pectos de Derecho de familia no patrimoniales). En este sentido, podemes citar la sentencia de la Audiencia Provincial de Murcia (Seecién 19) de 28 de abril de 2010”, que, partiendo de la exis- tencia de un seguro de defensa juridica, afirma la eriartiira par al aeaguiracinr ela Ins cenvicins ce asistencia juridica judicial y extrajudicial y, dentro de los primeros, de los gastos en los que incurrié el aseguraco como demandado o demandante: “Partiendo de las expresades términos de fa de- manda y fundamento de su estimacién, no pro- cede acoger ef recurso de apelacién interouesto, pues, aun cuando los honorarios de Letrado ¥ ‘derechos de! Procurador que reciama fa demen- dante se devengasen en virtud de fa defensa de sta. como demandads en virtud de! ajercicio de una aecién de responsabilidad extracontractual, en que la aseguradora demandada asumiria su direccién Juridica ante la reclamacién de! ase~ gurado, a tenor de las condiciones particulares ‘del cantrata de segura y articuln 74 de la Lay de En el mismo sentido la SAP Cadiz 2 enero 2004 AC 204/615, SAP Navarea 148/2005 (Seccisn 3") de 27 julo JUR 2005/269278, SAP de Murcia (Seceién ¥) 237/2010 de 28 abril, JUR 2010282330. zraaAaAnanoad >Zz 60 , wAAANO > Zz & Contrato de Seguro, ha de prevatecer la realidad’ fie Ia existanria cla vin sagiirn espacificn rte cla fensa juridica regulado en la Seccién Novena del Titulo 1) de la Ley de Contrato de Seguro, con la cobertura prevista en ef apartado a) del articulo 76 citacio, conforme al cual el asegurador se obli- ga, dentro de fos limites establecioos en la Ley yy en ef contrato, @ hacerse cargo de los gastos en que pueda incurrir el asegurado como conse- cuencia de su intervencién en un procedimiento administrativo, judicial 0 arbitral, y 3 prestarle los servicios de asistencia juridica judicial y extraju- dicial dlerivados de fa cobertura del seguro, y en términos coincidentes se expresa el articulo 291 de! Conaicionado general del seguro concertago por la demandante y aportado con la demande, por Ia quie la cohertira ole ta clefensa en virbich de dicho seguro de defensa juridica no puede excluir fos gastos de “defensa pasiva” conforme alega la parte apelante, sino que abarca tanto la jntervencién de la asegurada en el procedimiento como demandiante 0 camo demandada” En el mismo sentido la sentencia de la Au- diencia Provincial de Alicante (Seccién 9) de 10 de febrero de 2012 que destaca la amplitud de la cobertura del asegurador en este tipo de segu- ro poniendo el énfasis en la definicién legal posi- tiva de la cobertura del seguro de defensa juridi- a frente a la definicién eventualmente negativa de la cobertura de defensa juridica accesoria al seguro de responsabilidad civil. En conereto, esta Sentencia dice: “El Seguro de Defensa Juriolica 5 un contrato yuxtapuesto af de Responsabili dad Civil, cuya existencia no adiciona la Ley de Contrato de Seguro a aquél y que, por tanto, no se define por una cléusula negativa, como ef de asistencia juricina pravictn nama eléneiia adivin- nal para el contrato de responsabilidad civil (art 74), sino por cléusulas positivas y expresas que contiene su desarrollo en condiciones generales ¥ particulares, con respete a Jos preceplos legates ‘contenidos en la Seccién Novena oe la Ley. Es en efinitiva un seguro distinto dei cle Responsabili- ad Civil. En este sentido se manifiesta reiterada Jurisprudencia menor, entre otras fas sentencias de las Audiencias Provinciales de Sevilla, Secc. 22 de I3 enero 2000; Toledo, Sece. 2° de 18 marzo 1999 y de 10 abril 2000; Salamanca, 31 octubre 2000; Almeria, Sece. 1, de 17 enero 2001 y Astu= rias, Secc. 5¢ de 31 enero 2001" La centencia ale Is Audiencia Pravineial ae Madrid (Seccién 18%), de 1! de junio de 2012" SAP de Alicante (seecién 9*) 67/2012 de 10 febrero, JUR 2012169825, SAP de Madrid (Seccién 18") 333/2012, de 11 junio, AC 201210: RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 que sostiene la procedencia de cubrir los gas- tas de Ia rlafenca joriciina de la comunidad cle propietarios asegurada por estar incluides en la cobertura y haberse devengado -aunque no pagados- en el period del seguro. En concreto, esta Sentencia dice: "En arden a /as anteriores manifestaciones debe estimarse, que efectiva- mente y tal y como alega la parte apelante, [a acci6n ejercitade por la misma tiene su base en accién contractual contra la Aseguradora Zu- rich, habida cuenta el contrato de Seguro, sus crito entre las partes. Sentada la anterior base, debe apreciarse como a tenor del contenido de fa Péliza suscrita los gastos de defensa juridica, que son reciamados por ke actora-recurrente, eslarian cubiertos en la misma, puesto que se estahlere qria Ia asegnradara dehe acimir los gastos de defensa juridica que se ocasionen a Ja comunidad en los pleitos que se dirijan contra ella por su condicién de Comunidad de Propie- tarios de una propiedad horizontal, Asi, sequin fa cldusula 223.2 Defensa sita en la pagina 15 de la Pélize, se especificaba que se cubria “La defensa juridica de fa Comunidad, tanto extra- judiciaimente como ante cualquier Tribunal Civit (0 Penal asi como el pago de las costas, exclu endo lado tipo de multas 0 sanciones. Por ello, fa demandada Zurich, debe abonar los gastos defensa juridica reciamadios, dado que en todo caso, se encuentran cublerios por e/ seguro de defensa juridica especificamente asumido se- gun Ios articulos 76a) @ 76.1) de fa LCS, al ase- gurarse expresamente en [a pdliza los riesgos de fa fanza, defensa juriaica, y reclamacién de dafos, segiin las cléusulas 0 narmas 2.231 2 y 3 de la Péliza. No pudiendo a lo exouesto ser ‘opuesto, que a la fecha de presentacién de la demanda la arinrs hey apalanta, on bitbiara abonado los importes correspondientes por sus honorarios af Letrado y la Procuradora, puesto que el hecho a [a postre generador de la obli= gacién de pago por la demandad, ya se habia producido, al venir dado por la falta de condena en costas a la contraria de la comunidad en gra- Go Ye apelacién. Por lo que fa obligacion de fa Comunidad de abono de los honorarios era ya una cuestién no ciscutible, ni pendiente de de- terminacién posterior, dado, que con arregio 3 fo pactado cn la Péiliza suserita entre las partes, fa actora cifré su reclamacién a los minimos co- egiales def letrado y a las aranceles que fijan los derechos de los procuradores, acomockindase a Ja establecicla a tal efecta en la narma 2.232 de 1a péliza. Del mismo modo, debe acogerse la so- licitud de fa parte recurrente, en relacién a que fa cantidlad reclamada debe ser elevada ala cifia de 7.646,56 euros dada Ia alteracién del tipo de IVA aplicable, puesto que habiendo sido elevado este del 16% al momento de presentacién de la demand he pasado af 18%, constando ademas fal fine aplioarin a ta Farhura quia tras fa precen- tacién de la demanda presents el Letrado a la Comunidad recurrente, y que fue abonada por este" Como ya hemos dicho, la prestacién del asegurador abarca tanto la asistencia juridica judicial como la asistencia extrajudicial, pro- cede recordar que nuestros tribunales tienen establecido que el cardcter extrajudicial de las actuaciones del letrado del asegurado no priva a éste del derecho a la cobertura de los, gastos de defensa juridica. En este sentido po- demos citar la Sentencia de la Audiencia Pro- vincial de Barcelona (Seccién 13"), de 29 de maya de 2019, que dine “Fn este case, en la garantia de Defensa Juridica y Reclamacién, 10 hay una exclusi6n claramente expresada de la reclamacién por lucro cesante, que haya sido especificamente aceptada por ef asegurada, por a que a cobertura de 1a aseguradora, de conformidad con lo previsto en el articulo 76.4) de fa Ley de Contrato de Seguro, alcanza en toda su amplitud los servicios de asistencia ju- ridica extrajudicial, sin limitacién alguna por ra z6n de [a naturaleza del dafio 0 perjuicio en ef focal asegurado. En consecuencia, procede la estimacién de la pretensién de condena de la demandada al pago de fa minuia de honora rios por importe de 130 euros, que no ha sido propuesta ninguna prueba que permita alcan- Zar la conclusion probatoria de que pueda con- siderarse indebida o excesiva, procediendo, cn definitiva, fa estimacién de la demande, y por consiguiente /a estimacién del recurso de ape- Jacién de la parte demandante’ Por ultimo, nuestros tribunales sostienen que el éxito en la defensa juridica del asegurado por el abogada designacio por este, no puede condicionar la cobertura por el asegurador de los gastos en los que ha incurrido. En este senti- do, podemos citar la Sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia (Seccion 114) de 28 de julio de 2011”, que dice: "Y procede desestimar la pe licién de detraccién de las particas que contiene Ja minuta abonada por f2 parte actora relativas 2 actuaciones profesionales que califica la parte demandacia como intitiles 0 superfiuas. Nos ha~ Jlamos en todo caso ante actuaciones realizadas por /a Letrado que asistié a la parte actora en ef procedimienta y cura canveniencia 9 necesidad considera la Sala, al igual que s/hizo el Juzgador SAP de Barcolon 20r2\1055, SAP de Valencia (Seccién TM) 500/201, de 28 julio, JUR 20m\392732 Gecelon 18%) $25/2012, de 29 mayo, AC 61 } de Primera Instancia en ef fundamento segundo de Ia Sentancia reriirrirla, razanamianto Gy qa fa Sala comparte), en ef sentido de que no debe examinarse “el acierto 0 desacierto de todas ¥ cada una de fas actuaciones llevadas 3 cabo por fa etradia, pues, salvo que se apreciase mala fe 0 interés en causar un gasto perjudicial a cargo de fa aseguradore, sus actuaciones estén cubier- tas por su autonomia en el ejercicio”. Es mas, conforme al clausulado de la pdliza (folios 332 4 418), ef asegurador asume [os gastos derivados de la defensa de fos intereses de! asegurado, te- niendo derecho a elegir libremente al abogado que haya de defenderie. no hallndose ef abo- gave en ningdn caso sujelo a las instrucciones ‘del Asegurador, sin que oueda prevalecer fren- tp. a tal dlectaraciéin Ia gia baja, la nities "tran= sacciones 0 recursos’, otorga al asegurador la facultad de deciair sobre la interposicion de re~ cursos, considerando que dicha decisién se re- fega al Asegurador en los suguestos en que ef pronunciamiento a recurrir lo sea en materia de Costas 0 gastos, pero No a otros diversos como Jos intereses devengados a favor de su asegura- do y derivados de una indemnizacion con cargo a otra Aseguradora’ Po ultimo, la sentencia del Tribunal Supre- mo (Sala de lo Civil) de 27 octubre de 2010” hace un estudio sobre los gastos reciamables: “La parte recurrente defiende que /os gastos reclamades en su demanda en concepto de estudio y emisién de informe pericia! médico, defensa jurfoica y representacién cn el pleito, no Son Costas, Como @ Su juicio erréneamente entendieron ambas instancias, sino cantidades a satisfacer por la aseguradora demandada al am- arn dal artinviin 742105, par darca an al rasa, enjuiciado ef conflicto de intereses previsto en dicho precepto, que permitia al actor designar a su propio abogado y procurador -como asi hizo (@ocumento 16)- y repercutir sus honorarios a fa compara A) El articulo 74 LCS reguia el deber de al recci6n juridica 2 cargo def asegurado derivado del propio contrato de seguro de responsabil- dad civil. Es doctrina de esta Sala (STS de 31 de ‘enero de 2008) quo, por no comprender un sc guro de defensa juridica, el cual ha de ser objeto de contratacién independiente (STS 20 de abril de 2000), ef seguro de responsabilidad civil se rigs, en la que respects a la dlofensa dol aseou- rado que incurre en responsabilidad civil irente 2 terceros, como es ef caso. por el régimen ests blecido en el articulo 74 LCS, que atribuye al ase- STS (Gala de lo Civil) 646-2010, de 27 octubre. RU 20107612. zraaAaAnanoad >Zz 62 , wAAANO > Zz & .guradior 1a simole direcci6n juridica del asegura- io Cin. qiie Ia elnetrina mennr ha renominacn an cocasiones como “defensa estricta’) frente a la reclamaci6n del perjudicado, siendo de su cuen ta los gastas de defensa que se ocasionen. Por el contrario y a diferencia del régimen estable- cido en el articulo 74 LCS, ef seguro de defensa juridica en sentido estricto obliga al aseguracon dentro de Jos limites establecidos en ia Ley y en el contrato, a hacerse cargo de Jos gastos en que pueda incurrir ef asegurado como consecuencia de su intervencién en un procedimiento adminis- trativo Judicial 0 Arbitral, y a prestarie los servi- cios de asistencia Juridica Judicial y extrajudicial Gerivados de fa coberture del seguro ~articulo 76 2) LCS-, teniendo derecho dicho asegurado 2 elegir linremente el proerractor y ahagadin que hayan Ge representarle y defenderte en cualquier clase oe procedimiento articulo 76.0) LCS. Del articulo 747 LCS se desprende que es re- gla. general en ef seguro de responsabilidad civil que el esegurador asuma la direcci6n juriolica de Su asegurad frente a las reclamaciones oe! per- judicado, siendo de cuenta de aquel ios gastos de defensa que se ocasionen. Esta regia general 5610 se excepciona de meviar pacto en contraria, &. por aplicacién de fo previsto en el segundo parrafo de! citado precepto, cuando quien reclama esté ase- guradio en fa misina compania, 0 existe algan otro posible conflicto de intereses, situacién en que e/ asegurado puede optar entre ef mantenimiento de ia oireccion juridica del asegurador 0 confiar su propia defensa a otra persona. En este ditime 880, quediaria obligado e! asegurador a abonar Jos gastos de la direccién juridica hasta ef limite pactado en la péliza. A dichos suouestas legates rabria aad cagrin Ia clanirina ole acta Sala san tadda en la sentencia antes citade, el caso en que Ja compaiia incurriese en pasividad que fe fue~ ra imputable, pues si con su dejadez 0 conducta omisiva causara un defo al asegurado, habria de responder frente a éste por incumplimiento, no ya de un derecho que le confiere al asegurad la Ley Y fa propia poliza, sino de un deber respecto de Jos intereses en juego de! mismo, comorendiendo laf responsabilidad la asuncién de los gastos de defensa que haya tenido que procurarse ef asegu- rad por sus propios medios. El articulo 742 LCS regula un aspecto con- creto del contrato de seguro de responsabilidad iui), gle manera que su Smsite subjetive fo in tegran las partes del mismo, con exclusion de terceros, como ef perjudicado por el siniestra por més que por éste se alegue /a existencia de un eventual conflicto de intereses con fa entidad frente a la que se acciona de forma directa, en a medida que dicho contlicte tan solo excepciona RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 Ja regia general del parrafo primero en favor det asagnirarin, parmitiénetole aptar antre el manta nimiento de la direccién juriaica del asegurador ‘© confiar su propia defensa a otra persona, pero no tiene repercusién alguna cuando ef destina- tario de la direccién juridica es un tercero afeno 2 la relaci6n contractual Elarticulo 74 LCS tiene, por tanto, un estric- to ambito de aplicacion: la defensa del asegura- do a cargo de! asegurador, frente a reclamacio- nes de lerceros fundadas en la responsabilidad civil cubierta por ef seguro. Es materia ajena al mismo la defensa juridica del tercero perjudica~ do, ya accione separadarente contra ef asegu- race responsable, directamente contra Is com- paBia, pranjuintamante cantra amhos 8) En atencion a la doctrina expuesta, [a re- solucién recurrida no incurre en ninguna de las infraceiones que se denuncian. No contraviene ef articulo 74.2 LCS, af ser diferente e! supues- 10 de autos y ef supuesto factico contemplado en ef precepto invocado, de cuya concurrencia depende su aplicacion. Tampoco es caniraria al articulo 5.1 LRCSCVM, al tratarse de un precepto ajeno a fa cantroversia. De esta manera, el resarcimiento. sino en todo, al menos en parte de jas gastos reciarmados or el perjudicaco, debe reconducirse al émbito de las costas procesales, como acertadamente se decidié en fa instancia a fa luz oe Ia prevision ‘establecioa cn el articulo 247 LEC (RCL 2000, 24 ¥ RCL 2001, 1892), y su satisfaccién 0 no @ cargo de fa demandada se encuentra ligada a la exis- tencia de un pronunciamiento condenatorio en cla mataria, quia na ha awistidn" 2) Limite por razén del sujeto beneficiario de la defensa juridica En este sentido la sentencia de la Audien- cia Provincial de Alicante (Seccién 9°), de 2 de mayo de 2015, habla sobre el derecho de los ocupantes del vehiculo siniestrado a ser benefi- Ciarios de la defensa juridica: “En consecuencia, silos ocupantes det vehicuio tienen Ia condicion ‘de asegurados a los efectos de! seguro contra tado, se trata de una sole pdliza de seguro de responsabilidad civil derivada de la circulacién de vehiculos, en la que se incluye un seguro de defense juridics, las reseRades cldusulas son ‘como minimo oscuras y contradiciorias, ya que por un lado concede [a facultad de libre eleccion de profesionales al asegurado, mientras que se Je niega aicha facultad a quien también tiene la consideracién de asegurado, y en toda caso de perjudicado cubierto por el seguro contratado, En palabras de fa Sentencia de la AP de Astu- as ca 10 rie marzn de 2006, an iin casa analeon “existe una clara contradiccién y oscuridad entre ambas pues por un lado cubre fos gastos para el ejercicio de las acciones también del conduct tor autorizado y de los ocupantes, entre los que eben incluirse los honorarios de letrados sin t= mitacién 0 exclusién respecto de la libre eleccion de éstos y de otra parte concede Unicamente la libre eleccién de profesiones af asegurado y no a Jas otras personas amparadias en estas garantias, tales como ef conductor autorizado 0 fos ocu= antes. Parece pues que de un lado atribuye la condlcién de asegurado al conductor autorizado haciéndole de la misma condicion que af prope tario tomador y de otro, le excluye’. Si partimos de Ia condicién de asegurado de} conductor autorizado, propietario, tomador ¥ ocupantes, a Jos efectos de este especifico contrato de defensa juridica, [a norma que ex- Cluye a facultad de libre efeccian de este ultimo, es contraria 4 Is LCS, puesto que ef art. 760) atribuye el derecho de libre eleccién en todo aso a! asegurado al decir que “El asegurado tendré derecho a elegir libremente ef Procura- dor y Abogado que hayan de representarle y defenderle en cualquier clase de procedimien- to”. Disponiendo taxativamente el articulo 76.) que “La pofiza ve! contralo ve seguro de defer sa juridica habré de recoger exoresamente fos derechos reconocidis a/ asegurado por los dos articulos anteriores”: (2 Circunstancia que tampoco concurre en este caso, por lo que la restriccién al ocu- ante del yehicule para la libre elecci6n, debio ser eypracamenta dlastarada y firmada par al tomador del seguro, pues aunque a efectos pu- ramente dialécticos partiéramos de que ef acu- pante, no tiene la condicién de asegurado, no puede negarse que e/ derecho a la libre eleccion de abogado y procurador no deja de ser un de- recho que también tiene ef tomador del seguro, Y por el que paga fa corresponaiente prima, a ‘que ef acupante de su vehiculo en su calidad de beneficiario disponga de esa facultad de libre eleccién de profesiones del derecho. Beneficia- rio que por su conaicién de tal quedaria tam bién amparado por el citado precepto al traer causa su derecho de fa contratacién efectuada por el tomador del seguro". En el mismo sentido la sentencia de la Au- diencia Provincial de Asturias (Seccién 7"), de 1 de junio de 2012, que establece la obligaci6n del asegurador de cubrir los gastos de la tramitacion amistosa 0 judicial de siniestros que deban rea- lizar, no s6lo el tomador y, en su caso, sus fami 63 } liares © herederos perjudlicados, sino también el Seandiictor autarizada” y "ns Accinantas trans- portados gratuitamente”: “En consecuencia, en ef presente caso, nos encantramos ante un propio y genuine seguro de defensa juricica regulado en fos arts. 76a) y siguientes de la Ley de Contra- to de Seguro, definide ya por esta sala, tal como acertadamente recoge e/ aoelante en su funda mentacion, y se reitera en la sentencia de 6 de febrero oe 2012 donde se expone: "EI contrato es claro y didfano a la hora de definir ef contenido de a garantia: ef aseguracor cubre los gastos de a tramitacion amistosa 0 jucicial de siniestros que deban realizar, no s6lo el Tomador y, en su caso, Sus familiares 0 herederos perjudicados, sino también ef “conductor autorizado” y ‘los ocu- panies transpariacas gratuitamente” en arcien 2 [a obtenci6n, con cargo a los terceros respon- sales, de las indemnizaciones correspondientes; en esas casos, "el asegurado”, tendré derecho 4 elegir libre mente abogado y procuradar que le defiendan y representen, respectivamente. La dude surgiria entonces a la hora de definir quién tiene la condicién de asegurado, pero se despeja facilmente si tenemos en consideracién ‘que nos encontramos ante un seguro de defensa juridica autonomo, con contenido objetivo y sub- Jetivo propio, en el que no tienen por qué coinci- ir necesariamente fos elementos subjelivas det contrato con jos de! seguro de responsabilictad Civil, de modo que, como dijimos en un supuesto semajante, en Sentencia de 9 de julio de 2010, ‘citado por fa apefante, «cn tanto en cuanto se in cluyen en é! a personas distintas del propietario del vehiculo, como titulares de intereses garanti- zados por la poliza, se estd reconociend a tales Rersnnac la canairién cla "acegriradns”, anata no Io sean en el seguro de responsabilidad civil, pues la aseguradora apelante no acierta a expre- sar qué otra condlcién pudieran tener y no se puede entender que se trate de “beneficiarios", ‘categoria que solo tiene reconocimiento explici- to en ciertos seguros de vida y accicentes (arti- culos 84 y siguientes oe fa Ley de Contrato de Seguro), ni de “perjudicados”, que solo existen en el seguro de responsabilidad civil, por efecto del reconocimiento de la accién directa (articu- fo 76 de fa Ley oe Contrato de Seguro. En este mismo sentido se pronuncian las Sentencias de este Tribunal de 19 de febrero de 2004 y 10 de marzo de 2005, expresando [a primera oe ellas, citadla en Ia cle Ip Seccién 5% de 10 ae abvil de 2006, que «en este tipo de seguros destaca la variediad! de elementos personales segtin sus di- versas modalidades y como éstas identifican de maneras notablemente diversas @ quienes son sus asegurados y asi cabe diferenciar situaciones ‘como en los seguros de defensa juridica genérica zraaAaAnanoad >Zz 64 , wAAANO > Zz & en que, junto al tomador, suele senalarse como aseqnirarin al rrinsaige 9 pareja rie hechn, 3 Inc ascengientes que convivan con aquél o a sus hi- Jos; en Ia defensa profesional se suele considerar asegurados, también, a los asalariados de! toma- dor, en las del hogar 3 quienes conviven habi- tualmente en Ia vivienda, en las de comunidades de propietarios de bienes inmuebles urbanos, la condicién de aseguraco se suele extender a la propia Comunidad, su Presidente, miembros de Ja junta rectora y al administrador y asi podiamos continuar y todo se dice pare ilustrar sobre que, eneste tipo de seguros. como ya se dijo, se iden- tifica de forma muy dlversa quienes son asegu- rados y que no debe de confundirse fa figura det Tomador del seguro con la del asegurado». A ello no obsta que en otros supuestos, como ef contemplado en nuestra Sentencia de 10 de julio de 2009, en el que se trataba de un seguro de respansabilidad civil con cabertura de defensa juridica (no de reciamacién de da fos), dentro de los estrictos limites del articulo 74 de la Ley de Contrato de Seguro, la solucién adoptada haya sido diferente, precisamente en atencién a que en dichos supuestos, dado que Ja defensa juridica es una cobertura més dentro del seguro de responsabilidad civil, ¥ NO una 9a rantia auténoma, no puedan entenderse asegu- rages personas distinias de las que fo son en el seguro de responsabilidad civil En cualquier caso. si la aseguradora hu- bicse querido restringir cl clenco de personas aseguradas en la garantia de defense juridica y reclamacién de darios, en fo que se refiere, en concreto, a fa posibilidad de utilizar abogado y proeviraciow ola libre alerrién, dehis hararin ce forma clara, pues la limitacién de ese derecho a! “asegurado” no excluye, conforme a (0 exoues- to, en este caso a ninguno de los sujetos, distin- los del tomador, a los que alcanza 1a cobertura de defensa juridlca y reclamacion de dafios". Pues bien, siendo esl ash y come quiera que el actor era ocupante def vehiculo asegura- do y siniestrado, y no constande que no se ex- tienda a sujetos distintos de! tomadior del segu- rela cobertura, por las razones antes cxpuestas ya la posibilidad de utilizar abogado y procura= ‘dor, hemos de dar a razn a la parte apelante, y estimar ef recurso interpuesto, revocando, por ‘anole, la sentencia de instancia" 4.4, Legitimacién activa del letrado para recla- mar los honorarios Debemos hacer alusién a un tema que ha sido objeto de conflictos dentro de la jurispru- RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 dencia menor; a legitimacién del abogado para rerlamar dliractamante olal_asaguiradar Ins hn= norarias dimanantes de su intervencién, Para empezar, diremos que la sentencia del Tribunal Supreme de 20 de abril de 2000”, de la que tanto se ha hablado, no estime la casa- cién y por tanto la demand interpuesta por el letrado encargado de la defensa del asegurado, no obstante, para llegar a tal canclusién, entré a juzgar el fondo del asunto, sin cuestionar la legitimacién activa del actuante. A favor del reconocimiento del letrado para reclamar directamente, encontramos la senten cia de la Audiencia Provincial de Caceres de 22 de jetibre ele 20077 an la mica, IA compa fila codemandada alegaba la inexistencia de le- gitimacién del profesional, debido a la falta de vinculacién con ella, por no existir relacién ni contractual ni de ningin otto tipo y por tanto carecer de accidn frente a la misma. Frente 2 esto, le Audiencia concluye que “sila Compania fue flevaba al proceso en virtud de un contrat de seguro que la parte actora entiende que en- tre su cobertura esté aquella actividad que a ella Je ha ocasionado un débito que debe reintegrar, bien el asegurado 0 bien la Compania de Segu- ros de una forma solidaria si se demanda a am- ‘bos, fa parte aclora estd legilimada en lanto en cuanto como el Juez “3 quo” fe resefia existe [2 accién directa del que se siente perjudicado por una actividad que cree cubierta por el contrato de seguro”. En el mismo sentido la sentencia de la Au- diencia Provincial de Caceres de 9 de febrero de ON A? que ransidara quia nn dahiA acstimarce la falta de legitimacién activa del apelante, ya que entiende que el letrado “aceptd el caso en (a confianza de que existia un contrato de defensa Juridica que se iba a hacer cargo de sus hono- rarios profesionales segtin la pdliza concertada. Por tanto el Letrado se encuentra legitimado 1s 437/204 0 de 20 de abl, Rs 200/298" Scores 258/2002 de 22 de octubre, JUR En ef mismo sentido, a SAP Métaga de 27 de junio 1996, SAP Méloga de 23 de abril de 2002 (JUR 2002/23569; esta Ultime dispone nica se c¢ clertamente e! seguro de derensa ju trata entre asequradbr y asegurada no intarv- ‘de naga de sus honorarios. cual de 3) estou favor de tercero se tratara (art. 12572 dol C. civil). sirviendo test afirmacion al juzgador pera reconoeer fa procedencia de la reclamacion realizada por el letrado a la Compatia en ago de sus honcrarios, SAP Cécores 17/2004 (Seccién 2") de 9 de febrero JUR para plantear su reclamacion, en nombre propio gre an fa da ei olianta" Afirmaba el profesor Tiravo SuArez” que la regla del reconocimiento de la legitimacién es légica, dada la inexistencia de pago de los honorarias por parte del cliente, no existiendo normalmente obstéculos por el asegurador a esta préctica, que da mayor transparencia al seguro y permite los pactos de doble cobro, a cargo del asegurado, y a cargo del asegu- rador, que pueden justificarse en funcién del trabajo desarrollado en los litigios de escasa cuantia. Por su parte, el argumento de falta de lei Fimaridn clal prafesinnal para reclamar hanara- rios lo encontramos, entre otras, en la senten- cia de la Audiencia Provincial de La Rioja de 19 de septiembre de 2002” “Indudablemente, no se da /a relacién contractual de arrendamiento de servicios que habria permitico reclamar al Jetrado y a la procuradora actora 4 la compa- fia de Seguros demandante, de modo que por este motivo dificilmente puede prosperar dicha pretensién, ya que los actores no gozan cle legi= limacién precisa pare elfo, pues No son sujetos de /a relacién juridica procesal. En este sentioo tiene que indicarse que. a tenor de [o dispuesto en fos articulos 421 y siguientes de la LECIV Ge- rogada (LEG 1881, 1) (se sigue un procedimiento de menor cuantia), los profesionates no son los beneficiarios de las costas, de modo que su cita en la tasacién es meramente instrumental (SSTS 16-7-1990 (RJ 1990, 5881], 24-3-1992 [RJ 1992, 2279] y 9-7-1992 [RJ 1992, 6268}). Conforme 2 fa sentencia de 31-5-1984 (RJ 1984, 2813), ei latradin na as parte, sion quia ac un pentacinnal cuya actuacién fe viene necesaria para fa ade- cuada satisfaccién de la parte que requiere sus servicios”? El argumento fundamental utilizado tanto par esta como por otras sentencias que se pro- nuncian en andlogo sentido, es la inexistencia de vincula juridico contractual entre el letrado y el asegurador, de forma clara lo recoge le sen- tencia de la Audiencia Provincial de Alicante de Tizabo SuARE, F. J. "La libre eleccién de profesionales et «el seguro de defensa juridica’, XXil Congreso de derecho de la Circvlecion, colebredo en Madrid tos dias 24 y 25 de abril 360/202, 19 de septiembre, AC 2002/2333, SAP Lo Rio En el mismo sentido, SAP Ciudad Real 460/2000 ¢Seceién 1) 19 diciembre, JUR 2001/6507, SAP Murcia 294/204 Goceidn") de 19 octubre, JUR 2005/72846, GAP Alicante 51/2000 (Seceidn 2°) de 4 de febrero, AC 2000/806, entre 65 } 4 de febrero de 2000" cuando dispone: *... es aplicable al prinrinin general rol art 1257 CC. segun el cual los contratos solo producen efecto entre las partes que Jos otorgan y sus herede- ros, de manera que habiendo sido contratados fos servicios profesionales del demandado de manera absolutamente unilateral por ef asegu- rade, sera éste quien deba abonarie el precio de dichos servicios, y quien podrd en su caso dirigirse contra Ja aseguradora para hacer valer Jos pactos concertadas enire ellos que supues- tamente facultan para incluir tales honorarios en fa cobertura del seguro” A continuacién, la misma sentencia, recha- za la legitimacion basdndose en la inexistencia Ale acrian directa an astns siipwiestas” Jas arts 1597 CC, 76 LCS y demas que puedan citarse como ejemplo de a llamada accién directa, re- lacionada objetivamente con un contrato pero concedida a sujetos que no fueron parte en él, fo que vienen a demostrar es precisamente que cuando la Ley quiere olorgar esta accion jo hace mediante un precepto expreso y terminante, que no puede sustituirse por inferencias mas 0 menos seguras 0 interpretaciones derivadas de principios generales de justicia 0 equidad, mien- tras que comparando dichos preceptos con [a regulacién del seguro de defensa juridica en jos aris. 76a) y ss. LCS se hace patente fa inexisten- cia de norma semejante Por tanto. nos encontrarnos ante un tema conflictivo que _ha provocado continua discu sién doctrinal. Es cierto que le Jurisprudencia de nuestras Audiencias Provinciales tiende de forma mayoritaria a negar la legitimacion del latrarin para rariamar an sii nambra Ine hann- rerios que le corresponden frente a la compariia de seguros con base enla existencia de un segu- ro de defensa juridica. Los argumentos tenidos en cuenta pata ello atienden, como ye hemos podido observar, a la relacién contractual que nace con el contrato de seguro y por tanto a las obligaciones asumidas por cada una de las par- tes, concluyendo que la prestacién gor defense juridica nace a favor del asegurado con cargo 2 la aseguraciora, y que por tanto sera aquel el legitimado para rectamar cl cumplimiento de di cha obligacién y en consecuencia la obligacién de pago por los honorarios que se generen en tal concepto a favor de los profesionales que hayan interveniaia, Ademas de lo anterior, se alude por tal sec- tor de la doctrina al fundamento basado en que ® SAP Alicante 91/2000 (Seccién 4%) de 4 de febrero, AC 200/806. zraaAaAnanoad rz 66 , wAAANO > Zz & la accion para reclamar los honorarios de letra- dias, prociiradaras 9 naritns que han intarveni do en la defensa del asegurado no se basa en la parte de la péliza que contiene un seguro de responsabilidad civil, sino en base a la parte de la misma que contiene un seguro de defensa juridica cuyas caracteristicas son distintas, con una regulacion también distinta, ye que en éste las relaciones se producen exclusivamente entre asegurador y asegurado, sin que existan terce- ros perjudicados, por lo que debemes entender que el Unico que puede exigir el cumplimiento del seguro es el asegurado, no siendo de apli- cacién el articulo 76 de la Ley de contrato de Seguro, pues no existe ningun perjudicado que pueda ejercitar accién directa alguna contra el aseguiraciar Fn acta Zz & ro. Este compromiso u obligacién que asume fal aceguradar Hene un cantanica inmediata y unas finalidades uiltimas (art. 198.1 de la Directi- va Solvencia II) - El contenido inmediato se bifurca en una doble posibilidad, alternativa o cumulativa: una prestacién indemnizatoria de caracter pecunia- io (chacerse cargo de los gastos de procedi- miento judicial») y una prestacion de servicios «in natura» Ceproporcionar otros servicios»). ~ Las finalidades Gitimas de aquellas pres- taciones presentan, también, una doble posibi- lidad de configuracién: come una finalidad re- sarcitoria de un dao sustancial sufride por el Patrimania rel asagurada (‘garantizar una ine demnizacién del dafio sufrido por el asegurado, de forma amistosa 0 en un procedimiento civil © penal") 0 como una finalidad preventiva de un dafio procesal de aquel patrimonio ("defender 0 representar al asegurado en un pracedimiento, Civil, penal, administrative o de otra naturaleza, ‘© contra una reclamacién de la que este sea ob- jeto”)» Siguiendo con los aspectos generales, pro- cede recordar, como explica TAPIA HERMIDA, GUE “la regulacién comunitaria -y, por ende, la es- panola- del seguro de defensa jurisica gravita sobre la voluntad de prevenir y solventar los potenciales conflictos entre los intereses del asegurador y del asegurado de defensa juridi- eo como consccuencia de la asuncién, por cl primero, de compromisos derivados de varios ramos del seguro. En cuanto se refiere a los mecanismos de prevencién de aquellos con- flictns cla intarasas, ca ha vanidin eancidaranda, que el mas eficaz consiste en la especializacién de los aseguradores que se dediquen al ramo de defensa juridica de tal manera que las enti- dacies sean monorramo. Esta constatacién ha lievado a la imposicién, en determinados Es- tacos con mercados de seguro especiaimente desarrollados, del principio de especializacion ‘obligatoria. Sin embargo, la imposicién de tal principio en otros Estados miembros de la UE ‘con mercados aseguradores menos desarrolla- dos cn donde no existe tal especializacién tro pezaba con la practica imposibilidad de obli- gar a la escision de las empresas multirramo y la consiguiente multiplicacién de entidades aseguradoras, cantraria a princinias de palitica legislativa de seguros tendentes a la creacién de entidades aseguradoras suficientemen- te dimensionades. Por lo anterior, la Directiva 87/344/CEE Ilegé @ una solucién de compro- miso al admitir el desarrollo de este ramo de seguro a las entidades multirramo, si bien a RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 condicién de que se establezcan medidas pre- Ventivas rle ranflinins ele intoreces Fatas medi- das abarcan dos esferas propias de la actividad de las entidades aseguradoras: la contractual 0 externa de relacién con el asegurado; y la or ganizativa o interna de gestién de este sector de actividad. La distincién sefelada tiene un carécter flexible puesto que, como veremos, las alternativas de gestién de las entidades se reflejaran, inevitablemente, en los contratos de seguro de defensa juridica que celebren’ Para acabar con estos aspectos generales, este autor® se refiere a la acumulabilidad del riesgo de defensa juriaica con otros ramos, pues «la Directiva Solvencia Il culmina el proceso de actimulabilieiadd con la suipresidn expraca de la especializacién al establecer, en su att. 205, que “los Estadlos miembros suprimiran cualquier ois~ posicién que prohiba 4 las empresas de seguros el ejercicia simulténeo en su territorio def segu- ro de defensa juridica y de atros ramos">. Por otro lado, seauin explica este autor, «la incorporacién de los mandatos armonizadares de la Directive Solvencia Il tampoco obligara, seguin explica este autor, a modificar el régimen. del seauro de defensa juridica contenido en la Seccién 8! del Titulo II de la LCS (arts. 67a) a 76.9) porque este regimen ya recoge tales man= datos. En particular. - La exigencia de la contratacién diferencia- da del seguro de defensa juridica contenida cn el art. 199 de la Directiva Solvencia Il ~cuando establece que “la garantia de defensa juridica debera ser objeto de un contrato separado del actahlerin nara Ine ractantas rams a hien de un capitulo aparte de una péliza tinica con indi- cacién del contenido de la garantia de defensa juridica y, si el Estado miembro lo requiere, de la prima correspondiente’- ya consta en el art. 76.0) de la LCS. + La libre eleccién de abogado establecida en el art. 201 de la Directiva Solvencia Il -cuando sefiala que “todo contrate de defensa juridica reconocera de forma explicita que: a) cuando se recurra a un abogade 0 a cualquier otra perso: na que posea las cualificaciones requeridas por la legislacién nacional para defender, represen- tar o servir los intereses del asequrade, en cual- quier pracedimionta judicial o acministrativa, el asegurado tendré la libertad de eleccién de dicho abagado o de dicha persona; b) los ase- gurados tendran libertad de elegir abogado o, si Tata Hesvina, AJ. ob cit Manual de Ponencias del x! Congreso Nacional editado por SEPIN, lo prefieren y en la medida en que lo permita la lagiclanin nacinnal, euialviir otra persana aie posea las cualificaciones necesarias, para servir sus intereses cada vez que surja un conflicto de intereses"*- ya consta incorporada @ nuestro Ordenamiento por el art. 76d) de nuestra LCS vigente, aunque como ya hemos puesto de ma~ nifiesto anteriormente, determinadas cléusules que actualmente fijan limites cuantitativos muy reducidos en algunos sequros de defensa juriai- ca, podrian querer entenderse por algun sector de la doctring contrarias a este art. 201 de la Di- rectiva Solvencia i, por cuanto supuestamente desnaturalizan el contrato de defensa juridica recogido en el mismo. = 1a sumisidn a arhitraje dle las diferencias entre el asegurador y el asegurado aue exige el art. 203 de la Directiva Solvencia Il -cuando dice que “los Estados miembros preverén, con vistas a la solucién de todo litigio que pueda surgir en- tre la empresa de seguros de defensa juridica y el asegurado y sin perjuicio de cualquier de- recho de recurso a una instancia jurisdiccional que eventualmente hubiera previsto el derecho nacional, un procedimiento arbitral u otro pro- cedimiento que ofrezca garanties comparables de objetividad. El contrato de seguro debera prever el derecho del asegurado a recurrir a ta~ les procedimientos"- consta incorporada al art. 76.) de nuestra LCS vigente. = La informacién al asegurado sobre los de- rechos ouc Ie asisten cn los términos estable cidos en el art. 204 de la Directiva Solvencia Il -cuande dispone que “cada vez que surja un conflicto de intereses 0 que exista desacuerdo racpertn a la snluriAn ele vin litigin, al aceguira- dor de la defensa juridica 0, en su caso, la oficina de liquidacién de siniestros, debera informar al asegurado del derecho contemplado en el arti- culo 201, apartado 1 y de la posibilidad de recu- rrir al procedimiento contemplado en el articulo 203’- consta ya en el art. 76,f) de nuestra LCS vigente, aunque como veremos al hablar del ar- bitraje este deber de informacién no se recoge actualmente en muchas pdlizas. Por Ultimo, cl art. 76.g) de nuestra vigente LCS armoniza nuestro Derecho con las exclusio~ nes -obligatorias (referidas a “litigios o riesgos resultantes de la utilizacién de embarcaciones * | apartado 2 de este precepto aclara que "A efectos de la presente soccién se entenderé por sbogado cvalovier persona habilitada pera ejercer sus actividedes profesions: les al amparo de una de les denominaciones previstas en la Dircctive 77/249/CEE del Conscjo, de 22 de morz0 de 1977 dirigide @ foclitar ol ejercicio efectivo de le libre prestacisn, de Servicios por los abogados 69 } maritimas" y a la responsabilidad civil) y fa- cultativa (asistaneia tiristiea) para lnc Ectaras miembro- de aplicacién del régimen del seguro de defensa juridica previstas en el art. 198.2 de la Directiva Solvencia Ib» 5.2 El seguro de defensa juridica ante la refor- ma de la Ley de Contrate de Seguro Al igual que ocurre con Solvencia Il, a con tinuidad del régimen vigente esta garantizada para el profesor Taria Hermioa®, en la futura Ley de Contrato de Seguro, pues “si comparamos los textos preparatorios del nuevo régimen del contrato de seguro de defensa juridica” con el contenido en la LCS vigente®, constatamos, que 0 pradiice una cantiniiidad custaneial, crn ina redistribucién y un mejor orden del contenido de los preceptos’. Esto sucede en los siguientes apartados, como dice este autor: + La nocién del seguro de defensa juridica. «Se mantiene la definicién vigente de! art. 76.2) de la LCS porque tanto el art64 del APLCS® como el art, 592-48 de la PCM dicen que “Por el seguro de defensa juridica, ef asegu- rador se obliga a hacerse cargo de los gastos en que pueda incurrir e/ aseguracio como conse- cuencia ve su intervencion en un procedimiiento administrativo, judicial © arbitral, y 2 prestarle Jas servicios de asistencia juridica judicial y ex- trajudicial derivados de la cobertura del segu- r0"», Luego nada aporta de nueve que arroje luz sobre la validez de los limites por no ser precep- tivo el uso del profesional, por lo que tendremos. que seguir al agur de la jurisprudencia interpre- tativa da acta precept + El 2mbito del seguro de defensa juridica. Tapa Hesiioa, AJ, 0b, cit. Manuel de Congreso Nacional editado por SEPIN, ‘onencias del X' La Seccién 6* (’Saguro de defensa juridica”) del Capitulo Ii del Titulo 1 det Texte conjunto del Ministerio de Justicia (MJ) y del Ministerio de Economia y Hacienda (MEH) de un Antoproyecto de Ley de Contrato de Segure aue data de 8 do abril do 201, y la Soccién 9 "Del Seguro do Defense Jridice") del Capitulo iI ’De los seguros contra derios") de {Titulo K CDe los contratos do sosuros y de madiacién de segutos") de la "Propueste de Cédigo Mercantil elaborade por la Seccién de Derecho Mercantil de la Comisién General de Couifcacién’, que se hizo piblica el 20 de junio de 2018. Asticulo 76, apertados a) 2 9). * APLCS: Anteproyecto de Ley de Contrato de Seguro de S «e abel de 201 POM: Props 'Seccién de Der Codificacion’, que se hizo publica el 20 de junio de 2013, zraaAaAnanoad rz 70 , wAAANO > Zz & «Se reordene el régimen vigente agrupando fan un sala pracenta las evclusinnes cantanidas en los arts. 76.b) y 76.9) de la LCS vigente ya que tanto el art. 65 del APLCS como el art. 592-49 de Ia PCM delimitan el ambito de cobertura del seguro de defensa juridica diciendo: "? Quedan exciuidos de la cobertura del seguro de defensa juridica ef pago de multas y la indemnizacion de cualquier gasto originadlo por sanciones imoues- tas al asegurado por las autoridades administra- tivas 0 judiciales. 2. Los preceptos contenidos en esta Seccion no serén de aplicacion: I% A la defensa juridica realizada por ef asegurador de Ja responsabilidad civil, 28 A la defensa juridica reatizada por el asegurador de a asistencia en viaje. En este caso, la no aplicacién de las nor- mas de esta Secciin quedard sibardinada a que Ja actividad de defensa juridica se ejerza en un Estado distinto del de la residencia habitual del asegurado; @ que dicha actividad se halle con templada en un contrato que tenga par abjeto nica y exclusivamente fa asistencia 3 personas que se encuentren en dificultades con motivo de desplazemientos o de ausencias de su lugar de residencia habitual, ya que en ef contrato se indi- que claramente que no se trata de un seguro de defensa juriaica, sino de una cobertura accesoria @ fa de asistencia en viaje. 3°. A la defensa juri- dica que tenga por objeto litigios 0 riesgos que sufjan 9 lengani relacién con ef uso de buques © embarcaciones maritimas’», Es importante ver ‘que el legislador podia haber aclarado determi- nados extremos del ambito de cobertura de este seguro que actualmente genera controversias con sentencias de audiencias provinciales con- trapuestas, pero ha preferido limitarse a un con- tinuismo que nos aleja de una soluci6n legislativa alas eveliisinnas a limitarinnas eialitativas. = La documentacién del seguro de defensa juridica «Se refunden las exigencias de separacion -absoluta 0 relativa- de este seguro, de reflejo documental de los derechos del asegurado y de informacién al mismo oue imponen los art, 76.c) y 764) de la LCS vigente en un Unico precepto porque tanto el art. 66 del APLCS como él art. 592 50 de la PCM dicen: “tL E/ seguro de defor 8a jurioica deberé ser objeto de un contrato jn- dependiente, 2. EI contrato, no obstante, poard incluirse en capitulo aparte dentro de una pdili- 28 Unica, en cuyn casa habrén oe especificarse el contenido de la defensa juridica garantizada y Ja prima que le corresponde. 3. En todo caso, la péliza del contrato de seguro de defensa juricica habré de recoger expresamente Jos derechos re- conocido al asegurado por ef articulo siguiente 4. En particular, en caso de conflicto de intereses RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 (0 de desavenencia sobre e/ modo de tratar una Cuestién ltiginsa, el aseguirartor rlahars informar inmeciatamente al asegurado de la facultad que fe compete de ejercitar los derechos a que se re= fiere ef articulo siguiente», Se echa en falta que se aprovechara esta reforma para aclarar a quien debe afectar la falta de la especificacion del con- tenido de la defensa juridica garantizada y de la prima que le corresoonde, a la aseguradora que confecciona dicha péliza como contrato de adhesién -responsable por ello de la falta de in- formacién o de cumplimiento de dichas forme- lidacles seatin determinada jurisprudencia- 0 al asegurado que contrata dicho seguro con esas circunstancias de indefinicién de contenido e in- determinacién dela prima -y aue por tanto debe atenarse a las cansecianrias rie clicha indlafini- cién e indeterminacién segin otras sentencias-, pues cualauier reforma legisiativa deberia ser usads, aprovechando la misma, pare plasmar el criterio del legislador que arroje luz sobre cual- quier controversia jurisprudencial. - Los derechos del asegurace en ¢| sequro de defensa juridica. «Se unificen en un solo precepto las refe- rencias a aquellos derechos contenidas en los arts. 76d) y 762) de la LCS vigente porque tanto el art. 67 del APLCS como el art. 592-51 de la PCM dicen: "t E/ asegurado tendré dere- cho a elesir libremente ef Procurador y Aboga- do que hayan de representarle y defenderie en cualquicr clase de procedimiento, EI Abogado y Procurador designadios por el asegurado no es- tardn sujetos, en ningun caso, a las instrucciones del asegurador. 2. El asegurado tenaré derecho 2 camalar a arhitraja ciiaiquiar difaranria aia pueda surgir entre él y ef asegurador sobre ef contrato de seguro. La designacién de arbitros no podra hacerse antes de que surja fa cuestion disputada’». Se mantiene por tanto la apuesta por el arbitraje como solucién de conflictos, que trataremos en el siguiente apartado. Por el contrario si es muy relevante la re- forma propuesta para el articulo 74 de la LCS, tal y como explica en el primera de los articulos doctrinalcs de esta revista Tapia Hermioa”, pucs en el art. 62 del APLCS® de 20M que regularia la cobertura de los “gastos de defensa juridica’, se Tana Hetna, A.J: El seguro de responsabilidad civil en la propuesta de Cédigo Mercanti,n# 49 de la revista de la jacion Espafiola de Abogados Especializados on Res ponsabildad Civil y Seguro, correspondiente al Primer I mestre de 2014, pg. 9y ss. APLCS: Anteproyecto de Ley de Contrato de Sequro de 8 de abril de 200 fija un mecanismo de cobertura indemnizatoria directa da la defonea jiiridiea frante a ta raclae macién del perjudicado mediante la asuncién’ Por el asegurador de aquellos gastos, pues en su apartado | establece: “la cobertura del con- trato comprende también los gastos judiciales| y extrajudiciales que acasione al asegurado su defense ante las reclamaciones de responsabi- lidad civil presentadas por un tercero, siempre que los gastos sean adecuacios conforme a las circunstancias” y el apartado 2 afiadia que “los gastos judiciales de defensa del asegurado se- ran de cuenta del aseurador al margen de la suma asegurada’ Para este autor “ests presuncién legal ten= dria vin eardcter axpresamente dispasitiva lade, que en el apartado 3 se permite el pacto por el que el asegurador asuma la direccién juridica frente a la reclamacién del perjudicado, siempre que aquel pacto respetara los mismos limites de conflicto de intereses que establece el art. 74 de la LCS vigente. Aciemas, el art. 62 del APLCS de 2011 establece dos novedades relevantes que consisten en no computer los gastos judiciales de defensa del asegurado -que serdn de cuen- ta del asegurador- dentro del limite de la suma asegurada; e imponer al asegurador el deber de aportar ~hasta el limite de la suma asegurada- la fianza 0 garantla precisas para evitar la ejecucion de una decision judicial frente al asequradio’ Por su parte, el art, 592-45 de la Propuesta de Codigo Mercantil" de 2013 modifica igual mente el actual régimen del art. 74 de la LCS cuando establece un mecanismo de cobertura indemnizatoria directa de la defensa juridica fronta a la raciamariAn dal perjiidieacia ma- diante la asuncién por el asegurador de aque- llos gastos al decir que “la cobertura del con- trato comprende también los gastos judiciales y extrajudiciales que ocasione al asegurado su defensa ante las reclamaciones de responsabi- lidad civil presentadas por un tercero, siempre que los gastos sean adecuados conforme a las circunstancias’. La PCM recoge, como asimismo pone de monifiesto cate autor’, las dos novedades del art. 62 del APLCS de 2011 antes sefialadas, dis- poniendo que “los gastos judiciales de defensa delante PCM. Dicha propuesta de Cédigo Mercantil fue elaborada por la “Seecidn de Derecho Mercantil de lo eneral de Codificacion’, naciéndose publica el 5 20.de junio de 201 hil en I propuesta de Cédigo Mercentil’,articula publica do nla pg By $5 de esta misma revista 7\ } del asegurado serén de cuenta de/ aseguracior jal margen da Ia suima aceguirarts": y cya al ce= ber del asegurador de aportar -hasta el IImite de la suma asegurada- la fianza o garantia pre~ cisas para evitar la ejecucin de una decision ju= dicial frente al asegurado, afiadiendo su posible liberacién "si reconace frente af asegurado que Ja pretension del tercero esté ajustada 2 dere cho". Por el contrario, a diferencia del APLCS de 20, la PCM no contiene una referencia expre- sa al pacto de asuncidn legal de la defensa del asegurado por el asegurador y a sus eventusles limites en caso de conflicto de intereses. Por tanto, los dos textos -tanto el de 201 come el de 2013- coinciden en modificar la de- fensa juridica dal aseguiradia Frente a la raclama- cién del tercero perjudicado dandole un alcance indemnizatorio, mediante el pago por el asegu- rador de determinados gastos; ya que ambos preceptos refieren la defensa juridica a la asun- cion por el asegurador de “los gastos juciciales y extrajudiciales que ocasione af asegurado su defensa ante las reciamaciones de responsabi- Jidad civil presentadas por un tercero, siempre que los gastos sean adecuados conforme a las circunstancias”; afiadiendo en ambos casos le precision de que "ios gastos judiciales de defen- sa del asegurado seran de cuenta del asegura- dor af margen de fa suma asegurada”. ‘Aun cuando, precisa Tania Herma, en la pro- puesta de reforma del art. 74 LCS "no se estable- co expresamente la libre eleccién de abogado y procurador por el asegurado en términos seme- jantes alo que sucede con el seguro de defen- sa juridica del art. 76.2) de la LCS, cuyas normas ha ca apliran a la dafenea juridina del caguirn le responsabilidad civil, la nueva presuncién legal de cobertura por el asegurador de los gastos de defensa del asegurado frente a la reclamacién del tercero perjudicado, dandole un alcance in- demnizatorio, unido a la necesaria salvaguarda del derecho del asegurado a la dlefensa, deberia conducir a aplicar la libre eleccion de letraco siempre que los gastos sean adecuados confor- me a las circunstancias, similar a Ia libre designa- cidn del articulo 76.4) de la LCS Otra cose es que esto se plasme al final en la futura LCS, pues como decia Axouo Roori- suez", director general de seguros en la etapa an la s0 aprabé la Ley le Cantrata de Sequ- ‘Avcuto Roonioiez, L. “Hacia la reforma de le Ley de contra to.de seguro, tras més de XXV afios de vigencia", r® 21 de a dos en Responsabilided Civil y Seguro, correspondiente Primer Trimestre de 2007, zraaAaAnanoad rz 72 , wAAANO > Zz & ro, “es de esperar que efectivamente se lleve a caho la ravisidn da la | CS, sin raar an tantacios nes de anguilosaria. Huir de ese y dle cualouier ‘otro anquilosamiento, sera siempre una buena ensefianza que aprender y desde luego que difundir entre nuestros Alumnos, partiendo de que el Derecho es el sentido comun institucio- nalizado y, cuando no sucede asi, habremos de preguntarnos la causa”. Siete afios después de dichas palabras, aun no hay reforma de la Ley de Contrato de Seguro, 6. Arbitraje La normativa aplicable es la Ley 60/2008, de 23 de diciembre, de Arbitraje, que vino a sus fituir y deragar la ley 26/IORB, ele 5 de dliciem- bre, de Arbitraje. Asimismo el articulo 76 e) de la LCS establece que “E/ asegurado tendrd de- recho a someter a arbitraje cualquier diferencia que pueda surgir entre é/ y ef asegurador sobre ef contrata de seguro. La designacion de arbitros no podré hacerse antes de que surja la cuestion disputada”. Y por su parte el articulo 76.) obliga a que "La péliza del contrato de seguro de de- fensa juridica habré de recoger expresamente los derechos reconocidos af asegurado por fos dos articulos anteriores. En caso de conflict de in- tereses o de desavenencia sobre el modo de tra- ar una cuestion fitigiosa, &! aseguravor deberd informar inmediatamente al asegurado de Ia fa- cullad que fe compete de efercitar los derechos que se refieren los dos articulos anteriores”. Pues bien, esta obligacion de informacién de derecho raramente se cumple, pues no es habitual encon- trar en las pélizas informacién sobre el referido derecho a someter a arbitraje cualquier diferen- cia que paiada ciirgir antra aly al acaguiraday an relacién al contrato de seguro. Por su parte, el Real Decreto Legislative 6/2004, de 29 de octubre, por el que se aprue- ba el texto refundido de la Ley de ordenacion y supervision de los seguros privados, estable- ce en su articulo 61 los mecanismos de solu- cién de conflictos: “l. Los conflictos que puedan surgir entre tomadores de seguro, asegurados, beneficiarios, terceros perjudicados 0 derecho- habientes de cualesquicra de clles con entida des aseguradoras se resolverén por [os jueces y tribunales competentes. 2. Asimismo, podrén someter voluntariamente sus divergencias a Becisidn arhitra! on los términas ole! artioule 2 de la Ley 26/1984, de 19 de julio, General para Ja Defensa de los Consumidores y Usuarios, y sus normas de desarralio. 3. En cualquier caso, y Salvo aquellos supuestos en que /a legislacion de proteccién de jos consumidores y usuarios Jo impidl, también podran someter a arbitraje RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 Jas cuestiones litigiosas, surgidas 0 que puedan surgi an mataria ae lihre clispasivién canine 2 Gerecho, en fos términos de la Ley 60/2003, de 23 de diciembre de Arbitraje’. La jurisprudencia reciente sefiala que el art.76.e) de la LCS" le atribuye ese derecho sin establecer excepcién general alguna, por lo que toda limitacién, para que sea valida, debe cum lir los requisitos del art. 3 de la LCS. En este sentido se pronuncia la sentencia de la Audien= cia Provincial de Barcelona (Seccién 16%), de 3 febrero de 2012”, que dice: "El tenor literal de este precepto de la Ley establece y define un verdadero derecho subjelivo de naluraleca pri- vada que e/ asegurado ostenta frente a la com- pafia aceguradora Se desprenda alla delisn en el precepto de! vocablo derecho, que por defi- nicion, se tiene siempre frente a alguien, en este caso frente la otra parte contratante es decir la asequradora. Este derecho subjetiva no puede ser desconocide por /a jurisaiccién. La conse~ ‘cuencia 0 ello es que ef asegurado puede com- peler a la aseguradora para someter a arbitraje cualquier vicisitud que pudiera surgir en el con- {rato de seguro celebraco interpartes, como es el caso que nos ocupa, con independencia de cual sea ef fondo del asunto enjuiciar por el ar- bitro, que no pude ser examinado en ia presen- ie, resolucion en fa que (an solo cabe reconocer al recurrente su derecho, 2 esta particular actio mediante fa que se somete a la heterocomposi- ci6n de un tercero imparcial que es él arbitro, En cl caso enjuiciado no cabe apreciar fa existen cia de cosa juzgada, toda vez que la actio hasta este momento ha quedado imprejuzgada y no hha existido ninguna decision sobre el fondo de! eunia, ni an sada jirisclincinnal ni an la eirniine= tancia de haber acudido ef asegurado con ante rioridad al arbitraje, toca vez que dicho arbitraje no Fue aceptado par la aseguradora’. ‘Como ya se ha comentado en el apartado anterior la Directiva 2009/138/CE de! Parlamen- to Europeo y del Consejo, de 25 de noviembre Ver Ounce Pubain, A, "El seguro de defense juridica’, cit. pda. 389 y 55. Ver también comenterio de Tava Heeb, A. Jen Swncnt2 Cases, F (Dir) “Ley de Contrato de Seguro, Comentarios ala Ley 50/1980, de 8 de octubre, y 2 sus mo- dificaciones” ct. pé9. 1922 y ss. Sentencia de la Audiencla Provinelal de Barcalona (See cién 16%), nim, 76/2012 de 5 febrero, ponente Pascual Martin llev6 este asunto Antonio Reventos Riere, obra en ol apart do de erbitraje de la web wawasociacionabogadostes org Junto con el Reglamento Arbitral de la Asociacion Espaniole de Abogados Especializedos en Responsabilided Civil y Se- gro, [a reloeién dc Srbitros homelogodos por nucste Azo Ciecién, tables de honorerios ce los arbitros, cléusule arbitrl recomendada y modelos de demendas erbitrales, ‘de 2009, sobre el seguro de vida, el acceso a la actividad da cagura y cle reacegiinn y sit ejarci cio (Soivencia ID, al referirse a los mecanismos comnunitarios de solucién de los conflictos de in- tereses que efectivamente puedan producirse, establece en su articulo 200 esenciaimente los dos siguientes derechos: a) El reconacimiento al asegurado de le facultad de acudir a una instan- cia arbitral para airimir sus divergencias con el aseguradior. b) La informacién al asegurado de sus derechos especificos, Por su parte el art. 203 de Ia mencionad Directiva Solvencia II estable- ce la sumision a arbitraje de las diferencias entre el asegurador y el asegurado -cuando dice que “los Estados miembros preveran, con vistas a la solucién de todo litigio que pueda surgir entre la emmrasa da cegiirns de dafenca jiiridica y al asegurado y sin perjuicio de cualouier derecho de recurso a una instancia jurisdiccional que eventualmente hubiera previsto el derecho na- cionel, un procedimiento arbitral u otro proce- dimiento que ofrezca garantias comparables de ‘objetividad, El contrato de seguro debera prever el derecho del asegurado a recurrir a tales pro- cedimientos’- y aunque dicha previsién consta incorporada al art. 76.e) de nuestra LCS vigen- te, la mencionada directiva no hace otra cosa ‘ue reafirmar la importancia que da Europa al arbitraje como medio de solucién de confiictos. ‘Completando el art. 204 de dicha Directiva la im- portancia del deber de informacién al aseaurado sobre los derechos que le asisten, disponiendo ‘que “cada vez que surja un conflicto de intereses © que cxista desacuerdo respecto a la solucién de un litigio, el asegurador de la defense juricl a 0, en Su caso, la oficina de liquidacién de si- niestros, deberd informar al asegurado del dere- cha cantamplania an al arti 201, apartacin 1 y de la posibilidad de recurrir al procedimiento contemplado en el articulo 203” -el arbitraje-. Y aunque dicha previsién igualmente consta ya en el art. 76.) de nuestra LCS vigente, lo cierto es ‘que son muchas las pélizas que no refiejan dicha informacién, Por su parte, como igualmente ya se ha co- mentado en el apartado anterior al hablar de la reformas futuras, el Anteproyecto de Ley de Contrato de Seguro de $ de abril de 201, y la “Propuesta de Cédigo Mercantil eleborade por la Seccién de Derecho Mercantil de la Comision’ General de Cooificacién’, que se hizo publica el 20 ale junio de 2012, cmifican an un sala precepts las referencias a aquellos derechos del asegura- do en el seguro de defensa juridica contenidas en los art. 76.d) y 762) de la LCS vigente porque tanto el art. 67 del APLCS como el art. 592-51 de la PCM dicen: "I, El asegurado tendré derecho a elegir libremente el Procurador y Abogado que 73 } hayan de representarle y defenderle en cualquier clase da procedimianta Fl Ahngada y Proce rador designados por el asegurado no estarén sujetos, en ninguin caso, a las instrucciones del asegurador. 2. El asegurado tendré derecho a so- meter a arbitraje cualauier diferencia que pueda surgir entre él y el asegurador sobre el contrato de seguro. La designacién de arbitros no podré hacerse antes cle que suria la cuestién disputa~ da”. Se mantiene por tanto, como no podia ser de otra forma, la apuesta por el arbitraje como solucién de conflictos, tal y como se concibe en Europa, pero en Esparia estamos atin lejos de ver el arbitraje como una solucién, pues el mismo estd atin muy incipiente. Basta ver que la referida y comentada sentencia de le Audiencia Provin- fial de Rarcelona (Sercién 168), de % fehrara ce 2012, que reconoce el derecho a la designacién de arbitro conforme al articulo 76 e) de la LCS”, es una raya en el agua, al igual que lo son los laudos sobre esta materia”, por lo que atin nos queda por hacer una importante labor concien- ciadora de les bondades del sistema arbitral. 7. Conclusiones Paeers. La diferencia entre la defensa jurii- ca de la responsabilidad civil, prevista en el arti- culo 74 de la LCS, y el seguro de defensa juridica, previsto en el articulo 76.2) de la LCS, ragica a juicio de algunos autores en la posicién proce- sal del asegurado, determinando que nos en- contramos ante un supuesta del referido articulo 74 cuando cl asegurado es demandade, y por cl contrario, cuando sea demandente, estaremos en el marco de un seguro de defensa juridica del articulo 76.a). Por el contrario algunas audiencias Rravincialac astahlaran quia la pacician praracal del asegurado no es definitoria del tipo de se- ‘Aunaue na llega @ niombrarlo, toda vez que la reforma de la Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de Arbitrle, operada mediante la Ley 1V20!1, vino @ establecer la competencia para el nombramiento y remocién judital de drbiteos de la Sala de lo Civil y de lo Perel del Tribunal Superior de Justicia de la Comunided Autonoma donde tenga tra je: de no estar éste adn determinado, la a aI domiciia o residencia hebitual de cualaviera de los de- mendados: si ninguno de ellos twviere domicilo 0 resigen- cia habitvel en Espefia, le del domicilio.o residencie habitual el actor y si éste tampoco los tuviere en Espana, fe de su leccién, Desde que se aprobs el Raglamento Arbitral de la Aso: Giacion Espanola de Abogados Especialzados en Re: olebrada en Cadiz el 21 de junio de 2012, y se prot 26 noterielmente dicho roglemento el 12 de julio de 2012, al que se puede acceder a través del apartado de arbitraje de lo wab wawi2sociacionabogedosrcs.org, hen sido sélo Ios solicitudes de nombremiento de 23 per i Secreterta de Adiministracion de Arbitreje (SADAR), corres: pondiondo le mayorie a Barcelona, zraaAaAnanoad >Zz 74 , wAAANO > Zz & ‘guro contratado, ya que el seguro de defensa Juridica pueda clar cohartiira tanta a las rarlama- ciones del asegurado frente a terceros como a la defensa del asegurado frente a reclamaciones: de terceros. La circunstancia de que esta tiltima defensa juridica también puede estar cubierta or un seguro de responsabilidad civil no puede hacernos ignorar que, si el asegurador cubre la defensa del asegurado por un seguro de defensa juridica, el defendido goza de los derechos pro- ios de este tipo de segura, siendo el fundamen tal de estos derecho la libre eleccién de profesio- nales que le representen y defiendan. SecuNos. La_doctrina jurisprudencial esta~ blece la distincién del seguro de defense juri dliea eel art 7B.) ag) de la CS can la coher ture de la defensa frente a la reciamacién del perjudicado prevista en el art. 74 de la LCS, en’ ue el primero deberé ser objeto de un contrato independiente o de inclusién en capitulo aparte dentro de una péliza Unica, en cuyo caso habran de especificerse separadamente el contenido de le defensa juridica garantizade y la prima que le corresponde; mientras que el segundo supuesto, la defensa frente a la reclamacién del perjudicade, es una coberture que necesaria- mente acompana al seguro de responsabilidad civil salvo pacto en contrario, y que Gnicamente ampara la defensa del asegurado frente a la re clamacién de terceros perjudicados. Numerosa jurisprudencia menor hace re- coer sobre el asegurado la falta de cumplimicn to de dichas formalidades necesarias para que nos encontremos ante un verdadero seguro de defense juridica, no obstante hay también di- vereas cantancias quia dicerapan da la anterinr tesis, pues entienden que el contrato de seguro, 5 un contrato de adhesién, por lo que quien debe procurar cumplir las pautas legales de for- ma es la aseguradora que lo redacta, entendien- do que no puede beneficiar a la aseguradora 2! incumplimiento de su obligacién de precisar ‘qué parte de la prima que cobra por diversos conceptos, entre ellos el de defensa juridica, co- rresponde a este contrato especial, es decir, si fen las pdlizas se recoge con caracter genérico lo cobertura de la defensa juriaica, el hecho de que la aseguradora no especifique qué cuantia concreta de la prima se asigna a la misma, no puede perjudicar al asegurado, ya que en este 2856, 29 praduciria uma vulnaracian aa sue clan rechos basicos como consumider. En definitiva, hay sentencias que establecen que la oscuridad, de los contratos no puede favorecer a la parte més fuerte en la contratacién, que es la que re~ dacta los documentos y a la que se adhiere el asegurado. RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 Tercera. La libre designacién de profesio- alas nn rlaheria car iin punta le canfrantacian entre abogados y compafias de seguros, pues & todos perjudican los conflictos que actual- mente surgen, por lo que deberian habilitarse sistemas de mediacién o arbitraje que pudieran ayudar a disminuir 0 agilizar la resolucin de los mismos. El derecho a la lire eleccién de letrado es claro en el caso del articulo 76.a), pero no. asi en los supuestos del art. 74 de la LCS, en. los que sdlo se daria este derecho cuando exis- ta un conflicto de intereses con la aseguradora, siendo el mas habitual que ésta sea también la aseguradora de la parte contraria. Cunara. La reciente jurisprudencia del Tribu- nal Suprema daja clara auie na sam elévictlas lie mitativas de los derechos del asegurado las que determinan qué riesgo se cubre, en qué cuan- tie, durante qué plazo y en qué émbite especial, incluyendo en estas categorias le cobertura de Un riesgo, los limites indemnizatorios y la cuan- tia asegurada o contratada, por lo que el limite cuantitativo que se establece en el seguro de defensa juridica seré en todo caso una cléusu- la delimitadora del riesgo, aunque siempre que responda a un propésito de concretar la natura- leza del riesgo en coherencia con el objeto de! contrato 0 en coherencia con el uso estableci- do, por lo que no puede tratarse de cléusulas que delimiten el riesgo en forma contradictoria con el objeto del contrato 0 con las condicio- nes particulares de la péliza (STS de 19 de ju- lio de 2012). En base a cllo, parte de la doctrino entiende que tanto las cléusulas delimitadoras del riesgo cubierto como las limitativas de los derechos de los asegurados, deben respetar el Principia la eangniencia ean al pennin abjate del seguro, no pudiendo vaciarlo de conteni- do, pues de lo contrario podrian ser declaradas abusivas. Quinta, El Tribunal Supremo ha entendido que no son abusivas las clausulas que atribuyen a la aseguradora la facultad de valorar la viabi- lidad de la pretensién, siempre que dicha facul- tad no se le atribuya de forma indiscriminada © arbitraria y se garantice la cobertura por la aseguradora cuando cl asegurade cjercite por su propia cuenta y riesgo las acciones judicia- les y obtenga una resolucién favorable o una in- demnizacién de cuantia similar a su pretension inicial (STS ale 1 de julia de 2010). Par al cantra- rio entiende como abusivas -por incompatibles con él principio de igualdad entre las partes- las, cldusulas que dejan a la exclusiva voluntad de la aseguradora la decisién de interponer los even- tuales recursos en los correspandientes proce- dimientos y las que liberan a ésta de cumplir Ia prestacién si la parte contraria en el procedi- miento es condenada en costas. Soca. La doctrina jurisprudencial entien- de cubiertas por el seguro de defensa juridica las gestiones extrajudiciales o amistosas, entre Afrac razanes parniia na pierla ennsinterarce la gestién previa a la interposicién de la demanda como algo ajeno y distinto al procedimiento ju- dicial en si, sina como un acto preparatorio del procedimiento judicial, propio de una correcta practica profesional y beneficioso para los ase- gurados, pues les consigue una répida satisfac- cion de sus intereses y les evita las molestias incertidumbre propias de todo procedimiento judicial, y para la propie aseguradora, puesto que los gastos de defensa judicial serén meno- res que si se presenta la demanda Seprima, La legitimacién del abogado para reclamar directamente del asegurador los ho- norarias dimansntes ale su intervencian As ga nerado sentencias en ambos sentidos, no po- niéndose de acuerdo en la consideracion de tercero del letrado y por tanto su asimilacién al periudicado para gozar del ejercicio de la ac- cién directa reconocida en el articulo 76 de la Ley del Contrato de Seguro. Pero hay otras sen- 75 } tencias que se basan en la previsién que hace al articuln 19879 del CArign Ciwil, al raranarer el derecho para reclamar al tercero cuando el contrato contuviere alguna estipulacién a favor del mismo. En este sentido es claro que el se- guro de defensa juridica prevé el derecho del asegurado de elegir a un abogado libremente para su defensa, asi como la obligacién de que la aseguradore sufrague los gastos por hono- Farias del mismo. Esta prevision realmente re- conoce la obligacién por parte de la compafiia de seguros de hacer frente a los honorarios del letrado libremente elegido, por lo que pudiere considerarse coro previsién a favor del mismo, es decir, estaria reconociendo su legitimacion para dirigirse personalmente contra la misma Pn ease cla impaga ‘Ocrava. La Directiva 2009/138/CE del Par- lamento Europeo y del Consejo, de 25 de no- viembre de 2009 (Salvencia II) regula el "segu- ro de defensa juridica’, pero su incorporacién @ nuestro Ordenamiento de los mandatos ar- monizadiores de esta Directiva no comportaré cambias sustanciales porque nuestro régimen legal ya recoge tales mandates, como son la exigencia de la contratacién diferenciada del seguro de defensa juridica contenida en el art. 199 de la Directiva Solvencia Il -aunque no obli- ga a que deba indicarse por separado la prima correspondiente, como si lo hace el art. 76.c) de la LCS-, Asi como la libre eleccion de ebogado establecida en el art. 201 de la Directiva Solven- cia II cuando sefiala que cl asegurado tendré la libertad de eleccién de abogaco -aunque como ya se ha dicho, determinadas cldusulas que ac- tualmente fijan limites cuantitativos muy reduci- Ans en algunas sagurne de clafanca juridica, pam drian querer entenderse por algtin sector de Ia doctrina jurisprudencial contrarias a esta dispo- sicién comunitaria, por cuanto supuestamente desnaturalizarian la libre eleccién de abogado recogida en dicho articulo-. Novena. Tanto el “Anteproyecto de Ley de Contrato de Seguro” de 8 de abril de 2011 como la “Propuesta de Cédigo Mercantil” ela- borada por la Seccién de Derecho Mercantil de la Comisién General de Codificacién’, que sc hizo publica el 20 de junio de 2013, representan una continuidad sustancial del régimen vigen= te para el seguro de defensa juridica del ac- tual art. 78.a) dle la LCS, desapravechanda asts oportunidad para aclarar determinados extre- mos del Ambito de cobertura de este seguro que actualmente genera importantes contro- versias, con sentencias de audiencias provin- ciales contrapuestas. Se echa en falta que el legislador determinara @ quien debe afectar zraaAaAnanoad >Zz 76 , wAAANO > Zz & la falta de la especificacién del contenido de Ia dlefenca juuridina garantizada y de la prima gue le corresponde, a la aseguradora que con fecciona dicha pdliza -responsable por ello de la falta de informacién o de cumplimiento de dichas formalidades segtin determinada juris- prudencia- 0 al asegurado que contrata dicho seguro con esas circunstancias cle indetermi- nacién de la prima -y que por tanto debe ate- nerse a las consecuencias de dicha indefinicion @ indeterminacién tal y como mantienen otras sentencias~ Por el contrario, ambos textos proyecta- dos -tanto el de 2011 como el de 2013- coinci den en modificar la defensa juridica del asegu- raclo frente a Ia reciamarién del tarcere periit- dicado del art. 74 de la LCS, dandole un nuevo alcance indemnizatorio mediante el pago por el aseguracior de determinados gastos; ya que ambos preceptos refieren la defensa juridical a la asuncién por el asegurador de “los gas- tos judiciales y extrajudiciales que ocasione al asegurado su defensa ante las reclamaciones de responsabilidad civil presentadas por un tercero, siempre que los gastos sean adecua- dos conforme a las circunstancias’. Por tanto y aun cuando en la propuesta de reforma del art. 74 de la LCS no se establece expresarmente la lipre eleccion de abogado y procurador por el aseaurado en términos semejantes a lo que sucede con el seguro de defense juridice del art. 76.a) de la LCS, la nueva presuncién legal de cobertura por ci asegurador de los gastos de defense del asegurado frente la reclama- cin del tercero perjudicado, unido a la nece- saria salvaguarda del derecho del asegurado a Ia dafanca, padiria candice a apliear también en este supuesto la libre eleccién de letrado similar a la libre designacién del articulo 76 d) de la LCS. Otra cosa es que esto se plasme al final en la futura LCS, Deca. El art. 203 de la mencionada Di- rectiva Solvencia II establece la sumision a ar- bitraie de las diferencias entre el asegurador y el asegurado -cuando dice que “los Estados miembros preverdn, con vistas a la solucion de todo litigio que pucde surgir entre la empresa de seguros de defensa juridica y él asegurado y sin perjuicio de cualquier derecho de recur- 50 a una instancia jurisdiccional que eventual- mente hubiera prevists al derecha nacional. un procedimiento arbitral u otro procedimiento que ofrezca garantias comparables de objeti- vidad. El contrato de seguro deberd prever el derecho del asegurade a recurrir a tales proce- dimientos’- y aunque dicha previsin consta ya incorporada al art. 76.e) de nuestra LCS vigen- RRevsta o€ REsponsasiuoao Civ ¥ SzauR0 te, Ia mencionada directiva no hace otre cose que reafirmar la importancia qiie da Euirana al arbitraje como medio de solucién de conflictos. Asimismo el “Anteproyecto de Ley de Contra~ to de Seguro” de 8 de abril de 2011 y la “Pro- puesta de Cédigo Mercantil” mantienen que el asegurado tendra derecho a someter a arbitraje cualquier diferencia que puede surgir entre él y el asegurador sobre el contrato de seguro, rea~ firmando por tanto, corno no podia ser de otra forma, la apuesta por el arbitraje como solucién de conflictos, tal y como se concibe en Europa, aunque en Espafia ain nos queda por hacer una importante labor concienciadora de las bonda~ des del sistema arbitral. RIRLIOGRAFIA: Ancuio Rooricue2, L, Hacka la reforme de la Ley de contrato ‘de seguro, tras mas de XXV afios de vigencis", n° 21 de le revista de la Asociacién Espafiola de Abogados Especial zados en Responsabiidad Chul y Seguro, correspondiente al rimor Trimostre do 2007, Barauues Grau, Jy orsoe: "El contrato de seguro juridico en Ia jurispradencia del Tribunel Suprema, Editorial Trent lo Blanch, 1999, Cano sense, P. 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