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Universidad Autónoma del Estado de México Facultad de Humanidades

Licenciatura en Filosofía
Filosofía política contemporánea Grupo 32 Kevin Rivera Bollas
REPORTE DE LECTURA 2
A penas comienza el texto nos encontramos con una de las citas más icónicas del Manifiesto: “La
historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de
clases”1. Aunque se aclara que se refiere a la historia escrita, en contraposición a los registros de la
prehistoria que parecían señalar la propiedad comunal de la tierra, se anuncia el propósito central
del contenido, a saber, hacer un llamado a la revolución proletaria -por proletario se entiende la
clase de los trabajadores asalariados modernos que, privados de medios de producción propios, se
ven obligados a vender su fuerza de trabajo.
Para este llamado, los autores hacen un breve análisis del origen de la burguesía para explicar
su carácter opresor -se entiende por burguesía a la clase de los capitalistas modernos, aquellos que
poseen los medios de producción social y emplean el trabajo asalariado. Esta clase, en un momento
previo a su asenso como clase dominante, funcionó como motor de cambio al oponerse al sistema
de producción feudal. Sin embargo, no abolió las contradicciones propias de cualquier sistema de
clases, sino que sencillamente cambió las viejas clases sociales, sintetizando los distintos estratos
de anteriores procesos de producción en dos grandes clases.
Además, se afirma el necesario enfrentamiento entre opresores y oprimidos; enfrentamiento que
parece resultar en una transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de la
clase dominante. Es pues, necesaria la completa unión de la clase proletaria para abolir la época
burguesa, época que ha reducido toda forma de relación a simples relaciones de dinero.
Ante la miserable condición en que se encuentran todos los integrantes del proletariado, el Ma-
nifiesto se escribió también como una guía de acción para el cambio material de las formas de
producción, así como las diversas esferas espirituales del ser humano (la política, las relaciones
familiares, la idea de nación, etc.). Proletarios y comunistas no son esencialmente diferentes, pues
el partido comunista es el organizado a favor de los intereses y bienestar del proletariado.
BIBLIOGRAFÍA
Marx, Carlos et Engels, Federico, Manifiesto del partido comunista y otros escritos políticos, México: Gri-
jalbo, 1982.

1
Carlos Marx et Federico Engels, Manifiesto del partido comunista y otros escritos políticos, México: Grijalbo, 1982,
p. 22.

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