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EL PERSONAJE EN “CARNE DE ATAUD” DE BERNARDO ESQUINCA

Kesia González
Universidad Autónoma De Nuevo León

Propuesta

La principal propuesta de este ensayo es hacer un análisis que tiene como objetivo

establecer una relación e interpretación de dichos personajes dentro de la novela Carne

de ataúd del escritor mexicano Bernardo Esquinca apoyado en apoyada por el libro Las

Voces de La Novela de Oscar Tacca.

Objetivos

1. Introducir el concepto de Personaje del que habla Oscar Tacca.

2. Analizar su figura e importancia dentro de la novela Carne de ataúd.


Bernardo Esquinca es un autor mexicano perteneciente al subgénero del terror y en este

análisis se tendrá como objeto de estudio de la novela Carne de ataúd publicada por la

editorial Almadia, concentrándonos en el personaje dentro de ella.

Carne de ataúd nos cuenta la historia sobre un periodista de nota roja durante el

periodo de la revolución, llamado Eugenio Cassasola que anteriormente había escrito

notas para un asesino serial apodado “El Chalequero”, la obra retrata una especie de

inspiración en Jack “El Destripador”, ya que el personaje de Esquinca seguía casi su

mismo modus operandi, mataba prostitutas con la ligera diferencia que el asesino de

Carne de ataúd las dejaba abandonadas a las orillas de un río.

“Muchos años han transcurrido desde que la calzada que conduce a la Villa de

Guadalupe Hidalgo se hizo célebre, a la vez que temida, por las horrendas hazañas

de aquel criminal a quien se conoció con el apodo del Chalequero” (p. 30).

Centrándonos en la función del personaje dentro de la obra, este, ya cumple con una

determinada imagen y lo hace desde que se establece en el entorno de la historia y se

desarrolla dentro de ella. Hablo del carácter mimético, el de imitar la realidad, según

Aristóteles. En Carne de ataúd esta realidad está sujeta a la violencia, un elemento

presente en la realidad, incluso postrevolucionaria, dentro de la obra se establece de

alguna manera el nacimiento de lo que se denominó, la nota roja.

El personaje es quien nos establecerá cierta dimensión dentro del relato que se está

contando, según Tacca, el personaje es una de las dimensiones fundamentales dentro de

la novela.

En Carne de ataúd el personaje de Eugenio Casasola se nos es introducido desde el

primer capítulo “Eugenio Casasola, reporter de El Imparcial, tenía una teoría de quien

era el responsable: un fantasma de su pasado” (p. 19).


Para Tacca dentro del espectro que es el personaje existen categorías (o enfoques):

el personaje como tema y como técnica. Cada uno cumpliendo una función diferente, el

primero como el eje central del mundo en el cual fue puesto y el personaje como técnica

fungiendo como los binoculares de aquel mundo al que fue asignado.

Dentro de Carne de ataúd vemos al primer personaje, aquel que funciona desde el

punto de vista de lo que se cuenta la historia (2000:132). Es la puerta hacia la mente del

mismo protagonista. Somos capaces de verlo desde su misma perspectiva, como se

desenvuelve la historia desde sus condiciones y términos.

Dentro de la novela existen dos estilos de narración, en tercera persona que abarca

un panorama mas extenso para los personajes y su entorno, “Eugenio maldijo en voz alta

y deseó que aquello no fuera un mal presagio para posada y sus dibujos de pesadilla” (p.

133); y la primera persona, que se centra en el punto de vista de Eugenio, a modo de diario

“Estoy divagando. Me prometí ser concreto en estas páginas. Mi vida le pertenece a la

Bestia y sólo ella sabe cuándo bajará el telón” (p. 32).

Uno de los aspectos más interesantes desde la perspectiva del personaje que narra

en primera persona (Eugenio Casasola), es que queda claro el punto en el cual Tacca

menciona “ el tratamiento que el novelista prefiera reflejar lo que los personajes hacen y

dicen a lo que piensan” (2000: 132) , en el caso de Eugenio no sólo leemos sus fragmentos

de diario sino que también podemos leer lo que piensa, sobre la vida y sobre aquella

criatura que parece estar persiguiéndole, y quizá este punto que se menciona se debe a la

condición mental del mismo personaje. La capacidad de saber de manera tan certera

aquello que pasa por su mente y que se transfiere directamente al lenguaje.

Uno de los puntos que menciona Tacca es que el personaje es siempre introducido

a la historia, reato, novela desde la intervención de un narrador. En el caso de Carne de


ataúd, el personaje (Eugenio Casasola) se nos es introducido por un narrador omnisciente,

y se complementa con los fragmentos narrados desde su punto de vista.

Me gustaría mencionar un término dicho por Tacca, donde se nos habla del

personaje, el término: “independencia”. Tacca apropia estas características a la novela

contemporánea donde el autor parece desprenderse de sus personajes y les da cierta

autonomía, pero no al punto donde ocurriese que se les atañera un discurso falso e

inverosímil a estos mismos personajes.

Sé que el personaje funciona como un reflejo de la misma realidad del autor o

aquella realidad que él quiere retratar y este personaje, que funge como una especie de

lazo entre lo histórico y lo ficticio, se apropia de aquella cierta independencia que Tacca

atribuye a los autores de la novela contemporánea. En el caso de Carne de ataúd, Eugenio

Cassasola nos sumerge a sus pensamientos desde su condición, el antepone los límites del

lector, pone una especie de cerca mientras te adentra más en su pasado y lo que ocurrió

con Murica. Sólo vemos su punto de vista ante aquella perspectiva de la realidad que es

para el personaje de Casasola, “Eugenio supo que amaba a esa mujer, a esa prostituta a la

que acababa de conocer, y que no importaban las diferencias nada podría separarla de su

lado. Nada” (p.27);

“Desde el día 26 del actual, fecha e que el horripilante crimen se perpetro, la

policía no descanso ni un momento en las indagaciones, y el reportagazo de

El Imparcial en que hicimos mención al olvidado Chalequero fue un rayo de

luz que ilumino el sendero que había de conducir al descubrimiento del

culpable” (p. 46).

Dentro de la misma perspectiva de la función de los personajes, Tacca hace mención

de un punto super importante cuando se trata de explicar las funciones de dichos actantes.
Es la importancia de los personajes, no está dentro de una historia por el simple hecho de

estar o para que cumplan una función vacía o de relleno. Dentro del relato los personajes

toman el papel de ser los encargados de transmitir información, de ser aquellos que

funcionen como los ojos del lector dentro de toda historia, más allá de que el tema sea de

interés. Más cuando el mismo personaje cumple el papel de ser, a la vez, el hilo conductor

de dos historias.

Dentro de este papel de narrador, sé tiene que cumplir con otros roles además de

ser la ventana de la historia. Tacca menciona una posibilidad múltiple: aquellos que

cuentan cosas que nos les atañen, introducir personajes que relatan e introducen

personajes que relatan…, y las voces que escuchamos a través de otras (2000: 134).

En Carne de ataúd bien podría funcionar el narrador que introduce un personaje

que relata, en dicho caso, será que en primera instancia se nos introdujera a Eugenio

Casasola. De quien se cuenta su historia desde la tercera persona y a su vez, este, utiliza

la prolepsis para introducirse en la narración mediante fragmentos de diario. El que cuenta

su historia a través de seis cintas y este a su vez introduce a otro personaje -el psiquiatra-

que termina relatando desde primera persona.

La manera en la que Casasola construye su realidad es uno de los puntos que

menciona Tacca (2000: 136), dicha realidad que el mismo personaje crea o se

desenvuelve sólo existe dentro del relato por muy verosímil que el discurso de la mimesis

intente ser y dentro de Carne de ataúd este punto es evidente. Vemos la historia desde el

punto de vista de Casasola, un personaje-narrador que pone las cartas y decide como nos

las mostrara y en qué orden e inclusive Francisco Guerrero que se nos introduce a partir

de su discurso, y de su realidad.
Pero al final esta realidad no es más que una verdad que fue seleccionada por el

narrador, Tacca hace mención de la verdadera intervención del personaje dentro de la

narración, dice que es una mera ilusión (2000: 137) algo que parece no existir desde su

visión, ¿es así?, ¿en verdad dicha realidad fue seleccionada con cuidado por el mismo

narrador?, yo pienso que sí, a pesar de basarse en hechos históricos e incluir personajes

de la historia de México; es una realidad que somos capaces de apreciar gracias al lente

del personaje de Casasola, pero no creo que exista la intervención como un mero

espejismo, existe una intervención del personaje dentro de la narración, en Carne de ataúd

es algo constante ya que es el mismo personaje encuentra los momentos para intervenir

mediante sus confesiones, él es quien elige lo que debemos saber.

“Lamento no haber llorado, Murica. Algo me bloqueó. La culpa o la incredulidad,

supongo. Quizá las dos cosas. Lo cierto es que el nudo que desde entonces siento en

el pecho nunca se expresó en forma de lágrimas” (p.59).

Esa misma realidad que es certera para el personaje tiene que serlo para el lector.

Es una dosis exacta para ambas partes, la de Francisco y la Eugenio.

Finalizando este análisis puedo reiterar la importancia del personaje, una de las

razones por las cuales me gusta determinados libros (más allá de que sean buenos o no)

es por la función de estos mismos actantes dentro de la historia, incluso algunos de estos

superan el tema del que trata la novela, el personaje puede cumplir el papel de ser un

universo único dentro de los muchos que existen en la narrativa.

El personaje es aquello que nos conecta con la historia, para bien o para mal y es

por esta razón que debe dárseles un trato justo en su construcción y en su lugar dentro de

la historia.
Carne de ataúd es una novela, que, a lo largo del análisis, ha establecido y logrado

cumplir con el objetivo de este trabajo, establecer una relación entre narrador-personaje,

como se construyen y como da paso a otras voces dentro de su mismo discurso de acuerdo

con Oscar Tacca.


Referencias

Esquinca, B. (2016). Carne de ataúd. Almadía: México.

Tacca, O. (2000). Las Voces de la Novela. Editorial Gredos, tercera edición: España.

Larrea, M. I. (1998). Los personajes o actantes en el relato. Documentos lingüísticos y

literario,s 21, 25-31. Universidad de Chile.

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