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RELACION RAZON Y FE

Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, le doto de todo lo necesario para vivir y racionó su
conocimiento sobre las cosas y su habitad.

Cuando el hombre peca y Dios le brinda la posibilidad de dominar con su propio esfuerzo su entorno
para ponerlo al servicio de sí mismo, es que el hombre empieza a desarrollar un sin número de
habilidades que con el transcurso tiempo se han venido perfeccionando y de esta manera, el
hombre ha podido estar más cómodo en este mundo.

Este desarrollo y afán de poner los recursos de este mundo al servicio del hombre, ha generado que
este crea no necesitar de Dios, cuestionando la naturaleza de su creación y dándole al desarrollo
científico la Fe y la Razón de su existir.

La Iglesia Católica, dentro de su doctrina social, ha tratado de influir en el pensamiento del hombre,
dictando una serie de lineamientos que buscan acercar al hombre a la comprensión de que es
necesario avanzar hacia una fe razonada que permita a nuestro desarrollo científico entender a Dios
como el fin supremo para alcanzar la verdad de su existencia.

La iglesia Católica, define a la fe y la razón, como los principales fundamentos de para separar la
inteligencia de la fe; en busca del sentido de la verdad y una libertad sincera y autentica que
permitan el conocimiento de Dios.

El desarrollo científico, intenta dar respuestas al hombre y lo ubica como un desarrollador de cosas,
tomando como guía su propia inteligencia y la capacidad de adaptación a situaciones favorables o
adversas que encuentre en su camino.

El desarrollo científico como herramienta e impulso de la riqueza de las naciones, a permitido poner
al hombre bajo un desequilibrio social que permite a los dueños de la tecnología anteponerse a los
dueños de los recursos, y por ende se da la existencia de naciones muy ricas y prosperas y otras muy
pobres y atrasadas… para el desarrollo científico, la fe y la razón, no son más que el futuro y la
inteligencia para seguir buscando su bienestar… hoy de unos sobre otros o a costa de otros.

RESEÑA PELICULA EL NOMBRE DE LA ROSA

El nombre de la rosa (Der Name der Rose, en alemán) es una película de misterio de 1986,
coproducida entre Italia, Francia y Alemania Occidental, dirigida por Jean-Jacques Annaud y basada
en la novela homónima, escrita por Umberto Eco y publicada en 1980.23

Centrándose en el elemento detectivesco y alejándose de los temas políticos y teológicos de la


novela original, la película presenta a Sean Connery en el papel del fraile franciscano Guillermo de
Baskerville y a Christian Slater en el del novicio, también franciscano,n. 1 Adso de Melk (benedictino
en la novela), siendo el primero requerido para resolver el misterio que rodea una serie de
asesinatos en una abadía del norte de Italia durante el Medioevo.
Resumen

Una abadía de la Orden de San Benito del siglo XIV enclavada en el norte de la península itálica ha
sido sacudida por un hecho inexplicable: uno de sus monjes ha muerto de una forma muy
misteriosa. Para investigar tan extraño suceso, deciden confiar en un fraile franciscano, fray
Guillermo de Baskerville (Sean Connery), quien llega a la abadía acompañado de su joven discípulo,
el también franciscano Adso de Melk (Christian Slater), para una reunión entre la delegación del
papa (entonces radicado en Aviñón, Francia) y los llamados «espirituales» de la recién nacida Orden
franciscana, entre quienes se encuentra Ubertino da Casale.

No obstante, y dados los acontecimientos, a su llegada Guillermo es requerido por el abad para que
investigue el extraño suceso. Guillermo de Baskerville, antiguo inquisidor, posee inteligencia y
perspicacia, y es precisamente por pensadores de la época como Roger Bacon y Guillermo de
Ockham, promotores de la ciencia y el razonamiento lógico como un don divino, que Guillermo de
Baskerville va desentrañando los secretos que oculta la abadía.

En la abadía, cuyo nombre se omite a propósito, viven monjes que vienen de lugares remotos y
acuden al santo lugar para poder acceder a libros que solo se encuentran en su biblioteca. Al mismo
tiempo, llegan con algún rollo o libro raro para contribuir al acervo de la abadía. Los monjes
extranjeros reproducen a mano los textos que solicitan y así elaboran cuidadosamente una nueva
copia para poder regresar a su monasterio con el texto requerido.

Son tiempos en los que el emperador del Sacro Imperio ha calificado al papa Juan XXII de herético,
y éste, a su vez, mantiene una guerra en contra de los frailes de la vida pobre, representados por la
Orden de San Francisco, la cual lleva ya algunas décadas de haber sido reconocida, pero que atenta
—según el pontífice de Aviñón— contra los intereses de la Iglesia católica, pues sostiene que los
apóstoles y Cristo jamás poseyeron nada ni en común ni en uso, lo cual es precisamente el asunto a
dirimirse durante el encuentro de la Legación papal y la joven orden franciscana, encabezada por
Miguel de Cesena.

En el fondo, lo que le preocupa a la alta curia no es que se sepa si Jesús fue pobre o no, en todo
caso, la angustia nace de la idea que pueda gestarse entre los fieles sobre si debe ser pobre o no la
Iglesia católica. En caso afirmativo, la influencia y poder que ha ostentado peligrarían. El emperador
Ludovico es quien antagoniza pues con el sucesor de Pedro. Algunos de quienes forman el grupo de
los «espirituales» franciscanos integraron el Capítulo de Perusa y cuentan con el respaldo del
emperador, a quien conviene que se pregone la pobreza como forma de vida y la Regla franciscana.
La reunión de ambas legaciones es pues de suma importancia.
Siendo pues Guillermo de Baskerville un hombre agudo, descubre que todos en la abadía tienen
algo que ocultar: algunos, vicios de la carne, y otros, vicios del espíritu. Es precisamente la sed de
conocimiento (que en el libro de Umberto Eco denomina como «lujuria del intelecto») la que origina
los más trágicos acontecimientos vistos en tan tranquilo y santo lugar, dedicado a la oración.

Por eso se guardaban con tanto celo algunos libros considerados como «prohibidos»: tal es el caso
de la Poética, escrito por Aristóteles, cuya única copia se encuentra resguardada de ojos curiosos en
el «edificio» (la biblioteca), ya que el filósofo sostiene mediante sus ejemplos —todos cómicos—
que es a través de la risa que se puede dar gloria a Dios, mientras que Jorge de Burgos —el monje
benedictino más viejo entre los que habitan este monasterio— sostiene que la risa no es buena para
el hombre: afirma que el libro podría incitar a los hombres a perder el miedo al infierno y por lo
tanto ya no necesitar a Dios.

En la cinta, dirigida por Jean-Jacques Annaud, se observa un ríspido diálogo protagonizado por Jorge
de Burgos y Guillermo de Baskerville, donde precisamente este último ejemplifica cómo algunos
santos apelaban a la risa para burlarse de los infieles, mientras que el anciano y ya ciego monje de
Burgos sostiene que ello no es sino la puerta abierta para el pecado.

La fe

Para mí la fe, es la prueba de las realidades que no se ven. Sin fe la esperanza se vuelve desesperanza,
y termina en desesperación.

La fe es paciencia, la fe es aguardar con amor, es creer, es confiar, porque creyendo esperamos, y


esperando amamos.

escuela

El ser humano, desde tiempos inmemoriales, ha estado muy consciente de su existencia y el entorno
en el que se moviliza. Reflexiona, constantemente, sobre la vida, la muerte y el amor; es casi una
necesidad el pensar sobre cada paso que da. Es esto lo que dio paso a la filosofía, el arte de
cuestionar al hombre y el universo, estudiar la esencia de la vida, analizar las causas y consecuencias
de los eventos naturales. La filosofía se ha practicado desde el auge de la Antigua Grecia, y se
mantiene hasta nuestros días; generalmente, se le considera como un antecedente directo de la
alquimia, la base para el desarrollo de las ciencias exactas actuales, a eso se refiere una escuela para
los escolásticos una forma de interpretar y de aprender todo lo que ocurre a nuestro alrededor.

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