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(UAPA)
Recinto Cibao Oriental, Nagua
Asignatura:
Filosofía General
(FGC-104)
Unidad VIII:
Filosofía Cristiana y Medieval
Presentado al Facilitador:
NOVIEMBRE 2019
UNIDAD VIII:
FILOSOFÍA CRISTIANA Y MEDIEVAL
Recuerda que debes hacer uso de una gramática correcta. Coloque hoja de presentación,
una breve introducción y a modo de conclusión una reflexión personal.
El Pensamiento filosófico de San Agustín
Introducción
El cristianismo se plantea como una novedad absoluta en el curso de la historia, a tal
punto que marca el inicio de la verdadera historia y comienza a contar los años
nuevamente. Los pensadores cristianos de los primeros 5 siglos tematizaron la
continuidad y las diferencias entre las filosofías paganas (griegas y romanas) y el
mensaje del Evangelio. Pero, la primera gran síntesis filosófica del encuentro de las
filosofías antiguas y el mensaje cristiano se plasma en el pensamiento de San
Agustín. Su influencia sobre el pensamiento cristiano medieval es indudable por tal
motivo se lo puede considerar el primer filósofo de Occidente. El pensamiento de San
Agustín es bisagra entre un mundo que culminaba (la Antigüedad Clásica) y el mundo
nuevo que nacía (Occidente).
Vida y Obra
Nació en Tagaste al norte de África en el 354 d.C. Su madre fue Santa Mónica que
influyó notablemente en su formación espiritual y en su conversión al cristianismo.
Estudió letras y retórico hasta que leyó un diálogo de Cicerón, el Hortensias, que le
despertó una nueva vocación: el amor a la sabiduría y el tratar de desentrañar la
verdad de todo. Esto lo llevó al contacto con los maniqueos, quienes le prometen la
adquisición de esta sabiduría a través de una explicación racional del mundo y las
respuestas a un problema que siempre le preocupó que fuera el mal. En Roma recibió
la influencia del pensamiento de San Ambrosio. Su adhesión al neoplatonismo y al
escepticismo de la Academia, marcó el segundo período de su vida. De esta forma
abandona el maniqueísmo y concibe al mal como el no – ser. A los 33 años se
produce su conversión al cristianismo, se ordenó sacerdote y fue elegido obispo de
Hipona. Murió en el 395 en esa ciudad en África. Entre sus principales obras
encontramos: Contra los Académicos, Acerca de la vida buena, Acerca del orden y
Sobre la inmortalidad del alma que datan de su época en que era catecúmeno. Entre
su bautismo y el tiempo en que se recibió de sacerdote escribió Acerca de la génesis
contra los Manichaeos, Acerca del libre albedrío, Acerca de la religión verdadera.
Luego de su ordenación se destaca Acerca de la doctrina cristiana, Confesiones,
Acerca de la Trinidad y La Ciudad de Dios.
San Agustín parte de tres certezas que están más allá de toda duda razonable:
existimos, conocemos que existimos y amamos la existencia y el conocimiento. Refuta
el escepticismo de los académicos anticipándose al proceso de superación de la duda
de Descartes y esto sirve de base para la constitución de la ciencia moderna.
La verdad posee dos propiedades (inmutabilidad y eternidad) que son por definición
privativas del ser supremo o sea Dios. Las verdaderas eternas e inmutables no
pueden explicarse desde la razón, lo cual nos obliga a afirmar la existencia de una
Verdad inmutable y eterna que es Dios. Dios que es la Verdad sostiene a las verdades
de la razón. Dios es la razón suficiente de las verdades del conocimiento humano. La
vía agustiniana para probar la existencia de Dios pasa necesariamente por el interior
del hombre, encuentra a Dios en lo más interior, en lo superior. Las verdades no
pueden provenir de lo inferior, sino de lo superior, de esta forma San Agustín retoma y
reinterpreta el pensamiento de Platón.
La idea cristiana del Dios Creador, no un mero artesano – operario como los griegos,
es la del Pleno Ser que dispensa absolutamente el ser sin condicionamientos ni
dependencias. Esta identidad entre Dios y el Ser es lo que autoriza a prescindir de un
sustrato previo para el acto creador. Su omnipotencia es manifestación de la plenitud
ontológica por la que es capaz de crea el ser de la nada.
Nuestro libre albedrío tiene en San Agustín una doble limitación. a) Una limitación
ontológica, dado que el hombre es un ser creado, finito por lo cual si bien participa del
Ser no es el Ser Supremo. b) Una limitación moral que proviene del pecado original, a
partir del cual nuestra naturaleza ha quedado debilitada y por consiguiente nuestra
voluntad, como parte de esa naturaleza, también quedó debilitada en su orientación al
Bien.
El mal como pecado se atribuye a la libertad humana: el hombre es libre y por lo tanto
responsable. El hombre al pecar se rebela de esa tendencia a orientarse al Bien y se
orienta a las pasiones, al mal. Pero el hombre es responsable de esta elección. Al ser
libres aceptamos esa responsabilidad y la imputabilidad de nuestros actos.
El Hombre
San Agustín toma del neoplatonismo la definición de hombre. Para Platón en
Alcibíades se dice que el hombre es un alma que se sirve de un cuerpo. Como simple
cristiano San Agustín tiene buen cuidad de recordad que el hombre es la unidad de
cuerpo y alma, pero cuando filosofa, vuelve a caer en la definición de Platón. El alma
inmortal e inmaterial anima al cuerpo mortal y material. Para San Agustín el hombre es
la unidad del alma con el cuerpo, pero no el alma encadenada al cuerpo como
sostenía Platón. Aquí San Agustín hace una síntesis entre la tradición platónica y la
judeo – cristiana. Como los filósofos griegos San Agustín piensa que la conducta del
hombre persigue la felicidad, pero a diferencia de los griegos sostiene que la felicidad
sólo puede hallarse en Dios. El hombre para San Agustín tiene una vocación
sobrenatural, es un ser para Dios.
El elegir vivir en la ciudad de Dios no implica renunciar a vivir en el mundo, sino que
se participa de la vida temporal en todas sus formas. Pero no ha de tomarse esos
fines temporales como bienes en sí, pues el que ama a Dios, no los considera como
un bien en sí sino que busca trascenderlo hacia un fin superior. Se pertenece o no a
estas ciudades en cuanto se aman las mismas cosas y se está orientado hacia un
mismo fin. Las dos ciudades son supra temporales, tienen un sentido ideal, no poseen
una ubicación precisa ni una determinación concreta en el tiempo. En la historia, el ser
concreto de cada una de estas ciudades está dada por sus ciudadanos, por la
voluntad del hombre, por su disposición interior en el curso de su vida, de pertenecer a
una o a otra.
El pensamiento de Santo Tomás de Aquino
ahí que, a partir del siglo XIII se consideró una autoridad en la filosofía y en la ciencia,
llegó incluso a ostentar el título de Doctor, al igual que San Agustín de Hipona.
sustento filosófico como base a cualquier propuesta religiosa. En este sentido, Santo
interpretación religiosa.
Los planteamientos de Santo Tomás se contraponen a los de San Agustín. Así, ante el
conflicto entre ciencia y religión, para San Agustín la fe adquiría relevancia, mientras
que San Tomás buscaba una respuesta científica que no objetara los postulados
bíblicos.
La vida del Aquinate se destaca por la defensa de los intereses feudales eclesiásticos.
En ese sentido, comparte la opinión de que existen personas superiores, como los
cristianos, y aquellos que, aunque fueron creados libres, por su pecaminosidad deben
ser gobernados en el mundo cristiano por los más virtuosos y profesantes de dicha fe.
En la vida de este filósofo figura su maestro Alberto Magno, quien se preocupó por
enseñarle las nuevas corrientes que habían llegado a Europa. Dichas corrientes
alcanzaron España por medio de los árabes, gracias al Califato de Nueva Granada
que inició su desarrollo en el año 711 d. C.; destacan cuatro períodos importantes
gracias al rescate que hicieron los árabes y a las traducciones realizadas por el
médico y filósofo Averroes, que Tomás de Aquino las asimila e incorpora al
académico. Así pues, fue instructor en la ciudad de París, donde fue colega de San
Su labor intelectual fue basta. Entre sus obras más importantes destacan los
de realizar estos comentarios, inició sus dos obras más importantes, a saber: Summa
durante los siglos XII y XIII. Esta se encontraba enmarcada en el feudalismo, según la
del desarrollo socio-histórico, en el cual toda la vida social e intelectual estaba bajo la
sombra del clero. Por lo anterior, la escolástica religiosa estaba presente en todas las
formas culturales, de manera que, aún en la vida económica, los tratados teológicos
encontraban asidero.
Por lo anterior, para Tomás de Aquino resultaba justo y necesario que la sociedad
feudal tomara como fundamento el derecho divino, de esa manera, justificar que la
propiedad era un régimen necesario y racional. En ese contexto, los esclavos eran
considerados como siervos de la gleba, pero en lo sustancial mantenían su condición
esclavista.
No obstante, con relación al esclavismo antiguo, Aquino afirmaba que el alma del
esclavo era libre y por eso el amo no tenía derecho a darle muerte. Consideraba
indigno el trabajo manual, por estar vinculado al cuerpo humano; por el contrario, el
trabajo intelectual era noble, pues se vinculaba con el alma racional. Esta dicotomía,
físico e intelectual fue un instrumento que sirvió para establecer diferencias entre la
jerarquía feudal, pues la persona con mayor riqueza formaba parte de un eslabón
que debían entregarle al señor feudal parte de sus cosechas. En esta misma forma de
La tenencia de la tierra fue una medida que sirvió para ubicar a las personas en la
escala social. Si bien este período feudal, por su desarrollo, se puede considerar más
último tenía derecho a vender y comprar a sus siervos, ya que ellos, por la estructura
social, estaban ligados a las tierras que se vendían. Lo anterior no deja de ser una
también una propiedad individual del campesinado y del artesano sobre los artefactos
partir del siglo XI, las ciudades de Europa Occidental fueron reviviendo
paulatinamente, porque aunque existían desde los tiempos del Imperio Romano. Estas
técnicas e instrumentos, como los hilares que cambiaron el huso por la rueca y
después por la rueda; el telar vertical por el horizontal movido por un pedal. Estas
máquinas que realizaban uno a dos trabajos al mismo tiempo, lo que condujo a la
capitalista de producción.
reflejado en una civilización más avanzada, que por supuesto, requería de una
había predominado desde el siglo V a. C. hasta el siglo XII. Esto por cuanto la
con cuidado, podía aumentar el descontento entre la Iglesia y los señores feudales.
Ante esta perspectiva, Santo Tomás realizó una obra majestuosa basada en los
conjunción del saber racional con la Teología. Esto con el fin de encontrar una
Sin embargo, este tipo de separación no fue del todo radical, pues tanto en San
explicar los ciclos y epiciclos, que eran una variación de la idea de esferas
concéntricas de Aristóteles.
Tomás de Aquino siguió pensando en una Tierra estática y que lo perfecto era lo
inmóvil, manteniendo a Dios, de alguna manera, como un ser completo que no debía ir
hacia ningún lado para obtener su perfección, pues ya en sí lo era. En ese aspecto, el
rescate de los sentidos realizado ya por Aristóteles, fue la base de Santo Tomás, de
de la metafísica donde este autor innova, pues no solo intenta demostrar que la caída
del Imperio Romano no fue por causa del cristianismo, ya que, según él, el
gran influencia que esta tenía en su época, de ahí su deleite por el estudio de diversas
culturas.
iluminación especial de Dios, Santo Tomás sostiene que este empieza con los
gracias a la doble acción de atraer, por un lado, las cualidades concretas de los seres
o entes materiales a través de los sentidos; y por otro, el intelecto agente, que lo
las revoluciones de las esferas celestes, afirmara que lo dicho por Copérnico en su
libro era solamente una hipótesis. Con dicha afirmación, se evitó el rechazo de la obra
aristotélico.
la interpretación literal de la Biblia. Tampoco para que los teólogos expusieran sus
planteamientos, entre ellos Tomás de Aquino que llegó a ser proclamado por el Papa
planteamientos eran considerados absurdos y falsos, a pesar del aval que les diera
Tierra no era el centro del mundo y que se movía constantemente, fue considera
En ese sentido, hubo que esperarse hasta el siglo XVI para que la Iglesia ampliara su
cambios en su visión de mundo; por lo tanto, lo teológico ahora pasaba por el filtro de
1.-CRISTIANISMO Y FILOSOFÍA
Los cristianos cultos empiezan a utilizar la filosofía griega por diversos motivos:
a) presentar la doctrina cristiana en términos claros y rigurosos para impedir que
surjan interpretaciones desviadas, b) defender dicha doctrina ante los poderes civiles
(apología) y c) combatir a los filósofos que la atacan. Esta asimilación de esquemas y
conceptos de la filosofía griega tendrá como resultado la aparición de un pensamiento
cristiano.
En primer lugar, una nueva concepción de la historia que es vista por los
cristianos de una forma lineal y abierta, frente a la concepción circular o cíclica
defendida por los griegos. La historia humana es también el escenario de Dios; Dios
interviene en ella (providencia divina) dándole sentido. Este Dios cristiano presenta
rasgos totalmente distintos a los de las divinidades griegas: es uno (monoteísmo), y
también es el creador de todo a partir de la nada (creacionismo), además de
omnipotente y padre. Pero, lo que es más absurdo de la imagen cristiana de Dios es
que éste, en un momento y en un lugar determinado, se hace hombre y muere de la
manera más indigna en la cruz.
CONCLUSION
El cristianismo, desde las Sagradas Escrituras, Santos Padres, filósofos y
teólogos, ha contribuido a ser la religión del diálogo permanente de la fe con la razón:
el logos sustituye al mito.