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Publicado el 30 de Enero 2019 a las 9:51 AM

Las decisiones que toma la alta gerencia tienen un gran impacto en la estabilidad
de una empresa, por lo que es conveniente que se establezcan dentro de un marco
ético. Esto ayudará a que las decisiones sean justas y enfocadas en beneficiar a
todo el personal.

Los líderes empresariales encaran diversos desafíos a diario y uno de los retos medulares
es la toma de decisiones. Mediante este procedimiento, los directivos escogen la solución
más acertada para asegurar el crecimiento de la compañía, contratar un nuevo personal,
erradicar un conflicto, etc. Por este motivo, la toma de decisiones es un aspecto crucial,
ya que, en ocasiones, puede determinar el futuro de la organización.
En esta toma de decisiones, la ética adquiere gran envergadura, ya que les permite a los
líderes discernir entre las acciones correctas e incorrectas. Con criterios éticos, serán
capaces de tomar decisiones justas, honestas y orientadas al mejoramiento de las
condiciones de la empresa y de quienes son parte de ella. Asimismo, la forma en la que
decidan moldeará la imagen con la que serán observados e imitados por los empleados.
Por lo tanto, este proceso requiere de sumo cuidado y de un análisis y reflexión profundos.
Lamentablemente, la ética no es un elemento fundamental de discusión en las compañías
como sí son las finanzas. Muchas empresas no tratan a profundidad el valor de la ética,
ya que no existe un argumento contundente que explique su impacto en la rentabilidad.
Sin embargo, es muy recurrente que los inversionistas prefieran asociarse con
organizaciones lideradas bajo valores éticos bien definidos, en las que puedan confiar,
sean creíbles y que muestren consideración por su entorno.
Las decisiones no éticas con especial énfasis en buscar un mayor beneficio económico
pueden ocasionar problemas dentro del personal, principalmente si algunos colaboradores
están en desacuerdo con su aplicación. Y si la falta de ética se manifiesta externamente,
las consecuencias pueden ser aún más graves. Los efectos negativos al medio ambiente o
a la comunidad por parte de una compañía son problemas serios y que generan
consecuencias difíciles de reparar, como el desprestigio de la organización.
Para evitar esta clase de problemas, lo conveniente es establecer un marco ético dentro de
la empresa. Este deberá fijar los principios morales bajo los que operarán los integrantes
de la compañía, marcando las pautas sobre las que actuar para solucionar conflictos éticos
que aparezcan durante la gestión.
Las empresas no solo deben ver a la ética como un instrumento valioso para la toma de
decisiones, sino también como un elemento que les permitirá sobrevivir a largo plazo.
Las organizaciones más exitosas y con una mejor imagen en la sociedad son aquellas que
trabajan bajo criterios éticos bien definidos.

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