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Kurt Flasch Nicolas de Cusa XN Traduccién: Constantino Ruiz-Gartido Herder INDICE Prslogo (Cias y abreviaturs Adverencia del traduetor Ineroduccién tn poco de biografia oo. seseeeee 1. Finalidad de esta obra 2. Un pensamiento en evlucin yuna introduccion através del mismo Nicolis de Cusa 3. Turbulencas politicas 7 4. Eleema principal: la coincidencia 5. Laranda y el encendimmiento 6, Juez sobre a radicibn . 7. Saber esoréico Tintin Nisa Caan Traducine Cotnin Ras Cao Primera parte: Die dee ube ambae coma t AS CUATRO PROPOSICIONES PRINCIPALES DE LA FILOSOFTa DE NICOLAS DE CUSA. © 200, Vag CH Bk 0G Mancen 1. Primera prposcin principal: © 2001 Horde Edto SL la razin del mundo er wnidad yeplrina ISB: 8425420602 1. Mis consecuence que Anaxgoras aceon to part de xt el anata eso 2. Verlarazén del mundo mediante ‘isaac Sprig ox prin aps ga ie lo maximum que es 1 minimum 3. Un gjercicio geométrico Tepeent: Reinbo, SL. 4 Laer imagen de adic Depo Legak B= 24644 - 2003, a mit 1. Sunde props rinipl lo que es, es verdad 0 semeja ‘misma Herder UScodtemenarennn vreterncon 2 Sougnas un 3 8 7 7 18 25 32 35 37 39 45 45 32 56 6 69 69 74 5. Metalic politica 4 Mess 5. Intelecto —alma ~ nacuralera ~ cuerpo (material) 6, Deliciensis de los cisions Hlosicos 7. Mirada retrospectiva a ls dos primera proposiciones principales UL, Teneneproposicin principal: el hombre es la medida de todas ls cor 1. Una nueva metafisiea del conocimiento 2 Precisando el revo enfoque 3. El procedimiento de Nicolis de Cus anilisis filosbfico y estudio del texto... IV. Cuarta proposicin principal: el hombre como segundo dios crea el mundo de la cultura y el mundo de lo conceptos | El hombre como segundo dios o 2, Dignidad del hombre o del inelecco? 3. Critica conera Plarén 4 Las matemétieas y el mundo real sAbstraccién y verdad ......- 5. La superacin de la aproximacién infinica 6. El espirita como implicacién y como despliegue Segunda parce: CCOINCIDENCIA Y CONSECUENCIAS Coincidencia . I. Lacoincidencia como lente... 2. Coincidencia de los opuestos 1 de los contraditorios 3. Verel maximum en el minimum. TInmanencia reciproca de los opuestos. Principios de una nueva fisica 4. El suber coincidental acerca dela razén del conocimiento (principium cognoscitioum) 78 80 82 85, 87 93 93 99 102 109 109 10 13 18 122 125 137 37 140 143 153 5. Filosofia de la Trinilad 6, Nuevamente cercaniay Iejanta de Arsdtcles UL, Seryosencia {LEldeseubvimieno del Arist6eles dels aporia 2. Lasolucién dada por Nicolis de Cusa I La cometurcin del mando 1 Dees exrcturacones «. 2. Meas de as formas : 3. Lapras come el nears dl pico 4. Mie evspectva ala ob dg noducin arta por Nl de Cun Sula Deby 5, Sobel casctrtia dl pense We Nicols de Gusa IV. Bfecae La leyenda del olvido 2. Las antiguas ediciones impresas. 3. Nicolis de Cusa fuera de las universidades. Presencia en Talia . 4, Nicolis de Cusa y Giordano Bruno 5, Desde Goethe hasta la actualidad .. Bibliogrsfia . 1. Obras : H, Obras de otros autores « UL, Biografias IV. Eseudios de conjunto V. Tratados . : VI. Recepcisn y eficaca hstérica » VIL. Panoramas bibliogrificos Procedencia de las ilusraciones Tabla cronoléica Indice onomésico .. Indice analtica .. + 246 155 159 163 163, 169 175 175 178 rat 38 196 - 205 205 + 210 cea 218 24 - 237 237 241 242 242 243 + 25 246, 7 249 251 eeeaEeerrrt—‘i‘é#é( ‘medir constatante, El reposo debemos concebirlo como un movimiento minimo; la justicia, como un minimum de injus- ticia, La verdad como un minimum de falsedad. La docttina de la coincidencia no sélo dice algo sobre la unidad desl sgada y sobre la pura verdad: sino que caracteriza el pensa- rmiento humano como un movimiento oscilante entre el ‘maximum y el minimum: ese movimiento engendea la con- ciencia de no ser la contraposicin circunserta exactamente de ssubstanciass, sino de vivir en relaciones mixtas. ue pet- rmanecen determinadas siempre por la simultaneidad movida centre la unidad y la aleridad. EFECTOS 1. La leyenda del olvido Lacucstién de saber qué efectos twieron el pensamien- to y las obras de Nicol de Cusa recibié durant los cien afios paados distin respuesta. Hasta hace pocos decenios era contienedece que Nios de Cusa habia eido ene oli- do, A pear de una exaltada alabanza por pare de Friedrich Schlegel, nuestro pensador haba ecibido poca atencién. Tan sél ls ilkimos decenios de siglo xnchabrfan comen zadoa ser hsticamentejutos con Peo entonces Nicols de Cusa habria sido somerido a menu a una sistemética rncokantiana y sus idea esencialeshabrian quedado desco- nocides. Tn slo lainvestigacin sobre Nicolés de Cus, de inspiracia catslica romana ytealizada durante los decent siguientes 1945, leg6 a conocerleen su verdadea cll. Tal investigacion capt principalmente el cadctr teol6gico del ‘mundo de ideas del cardenal, lo cual condujo también a una in de sus Sermones. 205 No puedo presentar ni demostrar aqui todos los detalles de laeficacia histétiea de Nicolds de Cusa. Me limitaré a trazar algunas lineasesenciales. Aquel que quiera adentrar- seen investigaciones de esta indole ~en este campo no estd todo investigado, ni mucho menos, tendrd a su disposicién las siguientes ayudas: la edicién critica de las Opera omnia (Leipzig-Hamburgo 1932ss) consigna una serie de docu- ‘mentos que atstiguan la influencia posterior que tuvo Nicolés de Cua los prefacios y las notas de los editores contienen algunas ceferencias; las Miteilungen und Forchungibeitrige der Cusanus-Geelochafe(Maguncia 1960s) publcaron resul- cados particulares de las investigaciones sobre la historia de la recepeidns Stephan Meier-Oeser signifioé un avance esen- cial ealainvestigacién, con su obra ticulada: Die Pritent des Vergesenen. Zur Reception der Philosophie des Nicolas Cusanus vom 15. bis zum 18, Jahrbundere (Minster 1989). Sin poder ser completo, este autor demostré que Nicolis de Cusa fue mejor conocido desde el siglo xv hasta el siglo xvmt de lo que ‘muchas veces se habia supuesto hasta entonoss. El que Nicos de Cusa hubiese caido en el olvido, puede considerarse hoy dia como una leyenda refurada. Sin embargo, la imagen de la recepcién hay que diferen- ciarla en sentido regional yen sentido temporal. La recepci6n de Nicolés de Cusa erascurtié por vias excepcionalmente muy diversas, que nacfan en cada caso de intereses y con- diciones distintos. Con ello la imagen resulta confusa. Hubo imagenes especiales de Nicolds de Cusa que se basaban en ‘escritos particulares y que tenfan poco que ver con lo que fueron sus ideas filos6ficas centrales. Aquel que en la €p0- «a confesional queria asociar su polémica anti-papal con un nombre de prestigio, podia inceresarse por el concliarisea Nicolis de Cusa. Es verdad que el conciliarsmo de este pen- sador no carecia de fundamentos filosdficos era la fundar 06 smencacién racional,histérica y juridica de una conviccién de fe: se basaba en una conspicua filosofla del derecho. Peto ‘este concilarismo se habta desarollado ain sin la doctrina de la coincidencia, y permiela, por tanto, una recepcién especial de caricer regional y cambién especfica dela pro- fesién, sobre todo entre los politicos eclesidsticos, los his- toriadores y los juristas que adoptaban una acticud eritica ante Roma, Podia uno recurrira Nicolds de Cura, cuando se trataba de la cuestién de la reforma del calendario. Esta ceestibn fue un problema prictico ardiente hasta muy entra- do el siglo xv1, sobre el cual Nicolds de Cusa habfa adop- tado una postura en su obra De reparatione calendari, sin incroducie en ella sus ideas Flos6ficas. En algunas de sus ‘obras, Nicolis de Cus habla puesto entre paréntess la doc- ina dela coincidencia, Eso se apica especialmente al esri- to en favor de la paz religiosa (De pace fidei, 1453) y a la instruecién para adoprar el procedimienco de mediciones cuanttativas en la medicina y en la investigacién de la nacu- taleza (De statics experiments). Eran escrito exoréricos que tenian actualidad para determinados grupos profesionales yen determinadas situaciones: la Filosofia del Cusano en {general no entraba en su horizonte. Por tanto, hubo recep- ciones paciales de las més diversas cases; pero no hubo una escuela organizada que, con continuidad, hubiera seguido investigando y ensefando las ideas esenciales de Nicolis de Cusa a diferencia de lo que habia sucedido con los grandes maestros de las 6rdenes rligiosas de la Edad Media, con Buenaventura y Duns Escoto y especialmente con Tomés de Aquino, La influencia de Nicolés de Cusa trascurtié de manera diferente segin Fuera el correspondiente plano pro- fesional y regional. Esta influencia se sintié mds encte los ‘excéntricos que entre los poderosos lideres de las diversas escuclas, = Hubo ya en el siglo xv, pero especialmente en el siglo V1, vigorosos movimientos que rendian ala restauracion del aristotelismo escolistico, Exclutan un éxito de Nicos de Cus en las instituciones docentes de la iglesia Los jesuitas ligieron el aristotelismo como su filosofia propia; el romis- ‘mo fue fomentado por el Magisterio Eclesiistico y por los superiores de las érdenes relgiosas, desde comienzos ya del siglo Xv, como remedio contra todos los dafios incelectuales y-como baluarte contra el espiritu critico de fines de la Edad Media. Ea extas circunstancias no podia haber en la €poca confesional ningunos cusaistas, ala manera en que habia cexcotista y tomistas. En la Roma de los Borgia y de los Medici, pero también en la Roma de la Contrarreforma y en la naciente ortodoxia lurerana, dominaban preferencias total- mente dstntas dels de aque pensadorplaconizante. Como reformador dela Iglesia y de la ciencia eclesdsica, Nicos de Cusa no logré éxito alguno. Tuvo influencias, pero fue- 1a de los muros eclesidsticos y académicos. Todo esto no quiere decir que hubiera quedado olvida- do. Habia innumerables monumentesvisibles que le recor- ddaban. Estaba su bello mausoleo en a iglesia de San Petro in Vincoli, que era visitado por todo el que acudta a Roma en peregrinacién. Existia en Kues {0 Cusa] el hospital fundado ppor él. Y alli estaba su biblioteca all a erasladaron después ide su muerte; su valor era bien conocida por erudieos italianos yalemanes. Cuando Pico della Mirandola pudo regresar de ‘su huida de la Inquisicién, porque los Medici habfan interve- rnido en favor suyo, quiso emprender el viaje de Paris a Flo- encia pasando por Kues. Por aquel entonces hacia ya mds de ‘veinteafios que el cardenal habia muerto, Pico debié de tener buenas razones para dar ese rodeo. Yo he podido ver por obras ‘suyas que conocia obras de Nicolés de Cusa. Ast era de sos- pechar, porque era bien sabido que Pico habfa estado en Kues. 208 Habia también monumencos literarios que recordaban 4 Nicolés de Cusa. Probablemente durante el dlkimo dece- tio del siglo Xv, Vespasiano da Bistici ecribié sus biogra- fas de hombres Famosos (Vitae). Vespasiano fue el mis Fumoso libre de la €poca; conocta a pricipes y eruditos de toda ca- se; de muchos de ellos, especialmente de los Medici, podfa parrar cosas conocidas por propia experiencia. Era un hom- bre prictico, no un filésofo ni un tedlogo. Pero recogié la vida de Nicolis de Cusa en sus biografis. Oftecié de él un retrato breve pero caracteristico. Fue pobre, «muy pobrer. ‘Ahora bien lode «pobres es un Zoncepto relativo; un hom= bre pobre no habria podido comprar jamis los libros que Nicolés de Cusa habia adquirido. Vespasiano conocta alos cardenales de esa época; algunos de ellos se habfan hecho duetios de grandes latifundios. Nicolés de Cusa fue ngran- disimo flops eteologon; su obra contenia argumentos muy sucles, y sus libros habfan gozado del mayor prestigio. Por consiguiente, Nicolis de Cusa no dejé de estar considerado, El esbozo biogrdfico de Vespasiano entra en pocos detalles Pero acerca del pensamieneo del cardenal, el librero florentino hhace nota, ay todo, que él habia sido un famos0 platénico, grande platonstas. Esto quiere decir: Nicolés de Cusa fue un buen conocedor dela tradicién platonica. Pero significa también seguramente: no pertenecia ala tendencia aristo- télica, sino ala platénica. «Aristoxéicos»y eplaténicose eran, hacia fines de siglo, los nombres corrientes que designaban a partidos. Si se queria caracterizar brevemente a un pensa- dor, se le integraba en una de esas dos tendencias. Algunos investigadores de Nicolis de Cusa, al utilizar los nombres de tales partidos, nombres de los que Kane dice que no s¢ uti= lizaban nunca sn cierto grado de injustcia, no manifestaron ans fina sensibilidad que la de aquel sagaz comerciante de Florencia. 209 2. Las antiguas ediciones impresas La obra de Nicolis de Cusa no podia caer en el olvido por otra rizén mis: sus escrtos se publicaron ya muy pronto cen lugares donde se imprimian obras de prestigio. Hat ceditores que esperaban que sus obras se vendieran, es decir, «que hubiera interés por elas. Mencionaré tan sélo las bellas y grandes ediciones de las obras realizadas en Estrasburgo ‘en 1488, en Paris en 1514 (edici6n ceimpresa por mt en Frinefort del Meno en 1962) y en Basilea en 1565. Es ci to que, desde la época del Concilio de Trento, e interés por Nicolis de Cusa disminuy6. Habré que investigar todavia qué tiradas tuvieron esas ediciones de las obras completas - quiénes las compraron, Probablemente no las adquirié por laquel entonces ninguna universidad alemana «normale ni las obras fueron lefdas en ellas. Su pablico se hallaba en Jos monasterios deseosos de reforma y entre algunos humanis- tas interesados en la filosofia y en la ciencias naturales. Naru- ralmente, innovadores como Giordano Bruno y Rommaso ‘Campanella recurrieron a esas obras impress, pero las uni- versidades enmarcadas en las grandes escuclas de la época entre 1500 y 1800, apenas fueron influidas por tales edi- cones, ni entre los xtdicos ni entre los protestanes. Primero predomin6 el renovado aristotelismo, luego el cartesianis- imo y después la filosofia de la Ilustraci6n, en parce de sello aleman y en parte de sello francés. Un filésofo e historiador como Antonio Ludovico Muracorio estudiaba todavia en el siglo xvi a Nicolés de Cusa. Se interesaba por su cosmo- logia, cuyo desarrollo copernicano seguia estando prohibi- do todavia en Italia. 210 3. Nicois de Gust fuera de las universidades Preenca en tala Nicolis de Cusa tenia sus admiradores en el mundo de fuera de la universidad. Sin embargo, en lo que respecta 2 €l, la investigacidn ha cambiado la perspeciva durante los pasa- dos decenios. Pierre Duhem, gran historiador francés de las cencias,ereyé ya en 1909 que podiaafirmar que Leonardo da Vinci debiaimpulss esenciales al pensamiento de Nicolés de Cusa (Duhem 1909). Creyé que podia dfinir una excue- la de cusanianos que, durante legunda mitad del siglo Xv, se agrupaba en torn al matematico Pacialiy en torn a Leo- rnardo, Ernst Cassirer identi ya en el afi 1906 a Nicolés de Cusa como el fundador de la moderna teorfa del cono- cimienco; habia seguido sugerencias de Rudolf Eucken y cde Rudolf Falckenberg cf. Falckenberg 1880; Cassirer 1906) Emnst Casier, confirmado en sus ideas por el prestigiosohis- toriador francés de ls ciencis y estimulado por Al para seguir investigando, compuso en 1927 una miscelénea de home- ‘naje para Aby Warburg yen ellaesbozaba una nueva imagen global de a filosofia del Renacimiento. Veta en Nicolés de ‘Cusa al idedlogo de toda la situacién intelectual dela segun- cla mitad desig xs no slo Leonardo, sino también Marsi- lig Ficino y Pico della Mirandola se habrfan inspicado en. Nicolés de Cusa como en el adelantado que abfa prepara- do las ideas del Renacimiento italiano. Ademds, Cassrer con- sideré principalmente a Nicolés de Cusa como el maestro ue, con un mécodo riguroso, ensefié una nueva manera de investiga a naruraera, basindose en las matematicas. Le inceresaba poco la doctrina de la coincidencia, pero desde el afio 1906 se fue ampliando cada vex més el campo de su interés, pasando de la pura teoria dl conocimiento y de la rmetodologfa para la investigacién empiria orientada por las aun rmatemiticas y legando ala idea de que la totalidad del uni verso se reflejaba en los individuos como en la tinicareali- dad. No fue tanto la conciencia de la superioridad de la ciencia alemana, anticipada al siglo XV italiano, sino més bien el respeto hacia los aresultados» de las investigaciones minuciosas de Duher, historiador francés de las ciencias, lo que movié a Cassirer a atribuir a Nicolds de Cusa un papel tan central en la vida intelectual hasta aproximada- mente el afo 1520. Los eruditos italianos reaccionaron primero con brusco asombro, Preguntaban cudles eran las pruebas que demos- traban la presencia de Nicolés de Cusa en la Italia del siglo xy, No encontraban ningunos textos manuscritos (0 pedcti- ‘amente ningunos) en las bibliotecs italiana. Hallaban sélo pruebas dstorsionadas en Ficino y ningunas pruebas en Pico que demoscraran que se conocia a Nicolis de Cusa. Subra- yaron que Leonardo se habfa considerado a si mismo como tun artista que no habia tendo estudios, un nom senca ler tere, y no como discfpulo de un tedlogo alemn medio mis- tico. La reaccin italiana ala idea demasiado global de Casier la expresé Eugenio Garin en su obra de 1960 (el estudio se publi en 1962) en su forma mis docta y clsica. Segin ete autor, entre la filosofia ~mds bien mistica~ de Nicolés de Cusa y el mundo cultural de los platénicos italianos habia una gran distancia. La cradicién manuscria -con excepcién de lo que respecta al De beryllo- no muestra su presencia en Italia. No se podrfa hablar de una linea continua que fue- ra desde Nicolés de Cusa ~ Ficino ~ Pico hasta los placéni- os franceses. Tan sdlo estos iltimos, en un segundo estadio, generaciones despues de la muerte del Cusano, habrian difun- dido de nuevo a este pensador. Los humanista y reforma- ddores del saber franceses del siglo xv1 ~es decir, Bovillus, ‘Champier y Leftvre d'Etaples, organizador de laedicién de 212 las obras de Nicolds de Cusa del afio 1514~ habelan rein. troducido posteriormente a Nicolds de Cusa en Italia. Ellos habefan sido los que familiarizaron a Giordano Bruno con el lulsmo y con ls ideas de Nicolis de Cusa, Por tanto, tan sélo durance la segunda mitad del siglo xvt Nicolés de Cusa habrfa legado a ser de nuevo un pensador familiar para exeéntticos como Bruno. Pico y Ficino habrlan tenido acce- to independiente a ls fuentes griegas del neoplatonismo, Esto explicaba que se hallaran algunos puntos en comin, al examinar retospectivamente las ideas. Pero esto serfa lo contrario de la influencia directa Mfirmada por Duhem y Cassicer, una influencia directa que no se habria demos- ‘ado nunca por pruebas documentales sacadas de los manus- critos, Se abria un abismo de casi un siglo entre el origen de las obras de Nicolés de Cusa y su influencia en Iralia (Garin 1962). Esta clara y magistral exposicién realizada por Eugenio Garin, el mejor conocedor dela filosofia del siglo xv flo- Fentino, determiné durante dos decenios el debate. Quedaban, refutadas las aproximaciones, demasiado generales, entre Nicolis de Cusa y Leonardo y las afiemaciones, demasiado slobales, de Cassirer acerca del pensador de Cusa como el inspirador de Ficino y de Pico. Se habfa evocado de manera convincente el acceso directo de Ficino y de Pico a las fuentes que sivieron de inspiracién a Nicolis de Cusa y a tadicio- rcs que habian llegado a estar mucho més difundidas. Aun hoy en dia nadie puede regresar ya als esis generalizadoras de Duhem y de Cassier. Los florentinos no aguardaron a Nicolés de Cusa para familiarizarse con la tradicién de Proclo y-con Hermes Trismegistos. Ademés, hay que conocer la rapidez de los desarollos intelecruales, sociales y politicos de la Florencia dela segunda mitad de siglo, Mucho de lo que en 1450 era emodernon, s consideraba ya anticuado en 1480 23 yren toro al afo 1500, surgié un nuevo cambio radical en la situacin intelectual, social y politica. Sin embargo, lasituacin de las investigaciones ha cam- biado actualmente de postu en lo que respecta alas reaccio- nes escépticas ante las declaraciones de Cassirer. Durante los aos setentae incluso mds tarde, colaboréestrechamente con Eugenio Garin, en Florencia y en la Scuola Normale Supe- sore de Pisa. Pensé haber descubierto durante e305 ats que, mediante una comparacién minuciosa de los textos, puede probarse que Pico della Mirandola estudié a Nicol de Cusa, Yo sabia que de este modo tenia que ir en contra de la opi- rida de una persona erudia, con quien mantenia una relaciSn cde amistad desde hacia bastante tiempo. Para oftecerle una ‘ocasién de manifescarse, quise enviarle mi breve estudio para que lo leyera, antes de enviarlo ala imprenta. Pero me res pondié sonriendo: «Higalo imprimir usted con toda tran- quilidad. Yo he cambiado entretanto de opinién, basindome ‘en otros argumentos». Mi estudio se publicé luego en la colec- cin Mitteilungen und Forschungsbeitrdgen der Cusanus- _gesellichaft(lasch 1980). Hallé el asentimiento de todos los importantes investigadoresy se encuadra hoy dia en una serie de invesigaciones que prueban que el pensamiento de Nicos, de Cusa escuvo también presente en Italia durante el perio- do de 1460 a 1550. También el escudio sintetizador de Seephan Meier-Oeser (1989) adopta este mismo punto de partia. Pico no s6lo fue inspirado por Nicolés de Cusa para su exaltacién de la dignidad del hombre, en la cual el hombre es apreciado como la imagen det Dios infin. Sino que ademds Pico declaré que queria defender piblicamente la doctrina dela coincidencia. Entee los otros muchos argu- rmentos que condujeron a una redefinicién de la relaciones de Nicolés de Cusa con los pensadoresitalianos, mencio- naré tan slo dos: en primer lugar, Cesare Vasoli, en sus inves- na tigaciones sobre Ficino, descubrié una mayor pr del pensamiento de Ficino con el de Nicolés de Cusa, prin cipalmente en sus excrtosttulados De christiana rligione y De raptu Pauli. Es cierto lo que se objet contra Cassicer: los flocentinos, desde comienzos de siglo, pero especialmente desde que x hallaba presente en Florencia el griego Plethon (cuyas conferencias fueron escuchadas personalmente por Cosimo de’ Medici), euviron acceso directo a las ideas y tex- (0s plaénicos. Pero ambién Nicolis de Cusa mantuvo enton- «ces contactos con Plethon. Es sumamente probable que, en 1438/1439, los dos hicieran eB la misma nave la teavesia ‘maritima (retrasada pore invierno) desde Bizancio a Venecia, para asistir al concilio unionist de Ferrara-Florencia. Nicolés de Cusa no fue, ni mucho menos, el tinico transmisor, ni siquiera el més importante, de la tradicién platénica. Sin tbargo, no sélo en Pico sino también en Ficino aparecen ideas de Nicolis de Cusa ‘Una segunda serie de reflexiones, en las que volvieron a tener parte esencial Eugenio Garin y Cesare Vasoli, se refe- fan a personas que mediaron en los concactos, como Pierleoni da Spoleto. Este médico de familia de Lorenzo de’ Medici y amigo de Ficino, posela manuscritos con textos de Nicolés de Cusa y es evidence que los habla estudiado minuciosa- ‘mente. Con ello renemos un testigo directo de las relaciones de mediacién entre Nicolis de Cusa y la denominada Aca- ddemia Florentina, Se trata tan sdlo de dos argumentos que prueban la presencia de Nicolds de Cusa en la Italia de la segunda mitad de siglo, de esa Italia que se hallaba a la cabe- 2a de la vida intelectual. No fueron Bovillus y la impresion, de las obras de Nicolis de Cusa en Paris los tinicos en dar a conocer en Italia a este pensador durante el perfodo 21514, Hay qu fais actividades dels homeo franceses, Estas aseguraron a Nicolis de Cusa, a partic del as ato 1514 (impresin de las obras en Paris) hasta la muerte de Giordano Bruno en 1600, una presencia limitada. Claro que tal presencia se vio esttingida. La Iglesia de la Con- trarreforma, prescindiendo de algunos iluminados, iba en {general por un camino diferente al del eardenal alemin. Era tun camino que condujo al encarcelamiento de Campanella a hacer morit en la hoguera a Giordano Bruno y ala doble condena de Galileo. La hora de la luz de Italia, de impor- tancia para la historia del mundo, que duré desde apro smadamente el afo 1300 hasta aproximadamente el aio 1633, seextinguié entonces. Orras naciones, os frances, os ncer- landeses y Finalmence los ingless, se convirteron en los por- tadores de la ancorcha de la nueva luz. Por de pronto las conferencias pronunciadas por Plethon en Florencia sobre Platén obligaron a define de manera nueva fas relaciones entee Plan y Aistétles. Para Plethon, como uego para Nicolés de Cusa, Arstételes era indispensable como macstto de légica y de écica, pero era insuficiene en cel campo de la investigacién de la naturaleza y en el de la metafisca. Para Nicolés de Cusa, Arist6teles habta tenido precisamente la imporeancia de haber explicitado clarisi- mamente la perspectiva universal del entendimiento. Con ello, durante ls silos xv yx, el debate en toxno ala heren- cia de Nicolis de Cusa se convirtié también habicualmente ten una investgacin sobre los niveles del conocimiento: per cepeién ~ entendimiento ~ razén. Se discutia el valor de los argumentos geométricos de Nicos de Cusa. Ya sus con- temporineos Paolo del Pozzo Toscanelli y Georg Peuerbach Jos consideraron como especulaciones exageradas mds bien que como matemiéticas, cuyo cardcter profesional se iba cerrando cada vez mis alas aplicaciones de carécter metafS- rico-teoldgico. Humanistas alemanes ~especialmente Johannes Reuchlin y el docto abad Johannes Tritherius, que ineluyé 26 a Nicolds de Cusa en su catilogo de escritoreseclesisticos (1494)- conocian los excritos de Nicolds de Cusa. Bearus Rhenanus ezeribfa a Reuchlin, cuando solicitabaescricos de [Nicolis de Cusa para la proyectada edicién de Pars. Stephan Meier-eser mostrS que en Reuchlin se hallaba presente Nicolde de Cusa, pero que dos motivos se sobreponian en él ala especulaién cusana, en primer lugar la inclinacin a vin- cular a Nicolis de Cusa con todo lo pitagético y con la cdba- tay, en segundo lugar, la identifcacin del nivel supremo del conocimiento cusano con la fe. En estas ciecunstancias lafilosofia de Nicolis de Cusa n6 podia ganar mucho terre- no, a pesar de que Reuchlin no vinculaba todavia, como LLutero, la fe ala letra de la Biblia. Esto habla también en contra de que Nicolés de Cusa y Lutero, como se ha pre- tendido con celo ecuménico (ef. Metake 1961; Weier 1967), se aproximaran entre si. Porque ni Nicolds de Cusa com- para la vinculacin ala palabra dela Biblia~contra esa vin- ulacién, por consideratla destructiva para la Iglesia, habia llegado 4 yaa advertir con ampli previsén durant la guerra con les Husias-, ni Lutero podia compartir el alto aprecio de Dionisio el Areopagica por parte de Nicolés de Cusa. Este ppensador fue til, en la Reforma, como conciliaista y como ant-papista, Peco su gran apreco del intellects y del exesus cen contraste con la fe, ala que él consideraba como nivel ini cial y como imprescindible orientacién bisica de cardcter ‘moral, pero no como el supremo conocimiento, y princi- palmente sus introducciones geométricas le dstanciaban de Lutero, Pero sobre todo: el Dios de Nicolés de Cusa, como lo prueba precisamente la obra De berylo, ea esencialmen- te emostrarse a s{ mismo». Dios habfa creado un mundo. Y la razén de la creacién la vela Nicolés de Cusa en ese que- rer mostrase. El fijar a Nicolés de Cusa en el motivo del «Dios oculto», un aspecto que para él es importante pero que a7 debe encuadrarseen otros y el hacerlo con el fin de eelebrar tun hermanamiento ecuménico, equivale a proceder de espa diss shvoi Ales Noi de Cus abies motivo de la omnipotente voluntad de Dios, como volve- mos a ver precisamente en De berylo, de la tosquedad antro- pomérfica que habfa adquirido en la concepci6n de Lutero, Tenemos en los siglos XVt y Xvit muchos ejemplos de tuna fraccionadora recepcién de Nicolis de Cusa. Se u aban partes aisladas de sus obras o elementos de sus teoras, Haba excépticos que citaban a Nieolis de Cusa mencionando In idea de que nuestro saber es un no-saber. Aquel que, como Lessing, se hallaba inceresado en la tolerancia de las teligo- nes, hacfa resaltar la obra De pace fidei y procuraba que se tradujese. Aquel que querfa proporcionar un terreno bien calculado alas expectaciones apocaliptieas,lefa su escrito sobre el Noviimo Dia. Empiristas resuelcos se basaban en sus Experimentos con la balanza Habta multieud de ecepciones ‘que querfan pasar de largo por la doctrina dela coinciden- «ia y por sus premisas y conclusiones (véase, a propésito, Meier-Oeser 1989; Gawlick 1970). 4. Nicos de Cusa y Giordano Bruno La situacién es diferente en el caso de Giordano Bruno. Bruno habia alabado a Nicolds de Cusa como un espiricu excelente, como un espiritu «divinow: sino se lo hubieran impedido sus vesiduras sacerdorales, haba sido mayor que Picigoras. Muchas cosas habia visto aquel gran hombre, s6lo que no las habia invetigado siempre de manera consecuente. Se habia movido hacia arriba y hacia abajo, como un nadador que en medio de una ola tempestuosa no es capaz de hacer movimientos coherentes y seguros (De U'infinito, dial. 3, 218 cn: Dialoghi | 441), La peosimidad de Bruno a Nicolis de ‘Cusa y el fin violento de aquél por decisién de la Curia, le convirtieron en una figura simbélica. Se le contrapuso al Cusano, lo mismo que se contraponta la Edad Media ala Edad Moderna, Est manera de contraponerle comenzé muy pronto, leg desde el afo 1847 hasta ~porlo menos el ao 1966 (ef Clemens 1849; de manera diferente yen un nivel mucho mis elevado: Blumenberg 1966). Incuso en Hans Blumenberg sigue predominando la contraposicién del pen- sador de Nola al pensador de Cusa. Esta contraposicién necesita dilucidarse detalladamencé el respeto hacia la fina sensibilidad del erudito Blumenberg debe ir acompaiado por el hecho de mostrar que en él siguen influyendo ls ideas ‘esquematizadas sobre la Edad Media y la Edad Moderna, y que este especialsta consideraba unilaeralmente las postri- rmerias dela Edad Media como época de la teologia dela comnipotenca Laacusacién de pancesmo, lanzada a menudo, no mere- ce una cefuracin seria. Ni Bruno ni el pensador de Cusa negaron la diferencia existence entee la raz6n y lo funda tmentado por ella, entre el arquetipo y la imagen. Si a pro- pésito del cardenal se insiste en que supo distingur encre Dios y el mundo, habeé que afadie que su Dios se diferencia por le nocdiferencacén.Y en esto se hallaba también de acuer- do Bruno. También ése concebiaa su Dios como lo vinico bueno. También su Dios era lo uno desligado de todos los ‘opuestos, unum abolutum super omnia, separatum ab omni- bus (Opera 11549). El Dios de Bruno, lo mismo que el del. Cusano, es todo lo que puede ser, es decir laidentidad entre potenciay acto (Dele causa en: Dialoghil 281). Para Bruno, lo mismo que para Nicolis de Cusa a totalidad de la reli- dad, considerada en cuanto asu substancia, e una nica rea- lidad (Le. 1287). Pero se halla estructurada miltiplemente 219 lo mismo que en Nicolis de Cusa— segin el esquema inte- lecto-alma-materia (Lc. 1272-273). Bruno maneja, de mane- ra parecida a como lo hace el Cusano, el par de conceptos tuniversales complicatio-explicatio (L.. 1 282). Bruno crci- caba a Arist6teles por sufllo en lo que respectaaltecer pr cpio, el nexus. En todo ello, Bruno no se hallaba interesado por la teologia dela Trinidad. La critica contra el dualismo de Aristeles era independiente en cuanto a la argumenta- cién; no estaba en funcién de la teologfa de la Trinidad y, cen Bruno, se desligaba también de facto de dicha teologia. Es un error afirmar que en Nicolds de Cusa la coinci- dencia era el privilegio de Dios y que tan sélo en Bruno la coincidencia se hizo extensiva al mundo, quedando as! secu- Iarizado el pensamiento del Cusano. Esto lo prueba espe- cialmente la comparacién entre la obra De beryl e dislogo de Bruno De la causa, principio e uno. Bruno distinguia ence los signos (iegni) de la coincidencia y sus verificaciones argu mencativas (verificazioni). Los signos seran las introducciones geomécricas; la verficacin se efectuara al estudiar la natu- raleza. ¥ para ello Bruno aduce el ejemplo tomado dela obra De beryla, de Nicolés de Cusa: el principio del calor esindi- visible y no lleva ls caracteristicas de lo fundamentado por |. Por eanto, no es ni caliente ni fro y es la razén comin no sélo delo caliente sino también de lo fro. Pero la negativi- dad de la razén llega a verse mejor en el minimum de calor aque en el maximum. Por eso, nos volvemos al minimum de Calor para hacer que en él se haga visible la raz6n que es 2 la ver el maximum (Lc. 1338-339). El teélogo catélico Franz Anton Scharpff quiso salvar a Nicolis de Gusa de los veredictos ecessticos que se lanza ban contra Bruno y pretendié probar, por tanto, que la filo- sofia de Bruno era ela falsificaci6n y la mutilacién» de las ideas de Nicolés de Cusa. Desde entonces se ha repetido a m0 menudo el juicio de que Nicolis de Cusa debe considerar- se como testa, y de que en cambio Bruno debe considerarse ‘como pantefsta. Ninguna de las dos cosas estin en lo cierto ‘Ambas proceden de la comprensin errénea de la diccién ‘neoplaténica; aba sn limits fictcios trazados por las épo- tas, Hay muchas cosas que separan a Bruno de Nicolés de Csi: s este tltimo habia ayudado sélo desde lejos a pre- paar la revolucién copernicana (véase, a propésto, Kibanky 1953), ésta exista ya en tiempos de Bruno él renfa que decerminar su importancia flospica, Radicaliaé las ideas cos- rmoldgicas de Nicolis de Cusa' propésico del movimiento de la tierra y de la ilimitacién del universo; hablaba, igual aque Nicolis de Cusa, delo uno que se manifestaba en nume- rosas formas del mundo; no eludié la idea principal de la coincidencia, que existiia también en el mundo sensible: ‘anco in queste cose inferiori. Conocia y citaba no sélo el libro segundo de De docta ignorantia (cf. Bruno: De la cena delle ceneri dial. 3, en: Dialaghi1 91, 102; De linfinito: Dialoghi 1441-442) sino también especialmente De beryllo. En el dié- logo quinto de De la causa, principio ¢ uno, Bruno presenta Ja doctrina de la coincidencia en la forma en que ésta se encuentra desarrollada en De beryllo, pero todavia no en De docta ignorantia. A é le inceresaba la especulacién del Cusano expuesta en De berllo acerca del minimum como camino hacia el maximum. De berylo era precisamente el tex- to clave para el acceso de Bruno a las doctrinas de Nicolés de Cusa, Stephan Meier-Ocser (1989, 272 y 273), en su estu- dio profundo y convincente, habla de una «recepcién intensivas de la obra sobre el berilo, precisamente de una caceptacién masivae de la misma. Entre los afios 1450 y 1580 la estimacién de Aristételes qued6 realzada nuevamente. Bruno tuvo que rebajar esa ala estima, precisamente por las mezclas que Aristételes habfa 2 hecho entre la iia y la metalsica. Nicolis de Cusa no habla rechazado por completo la idea platnica acerca del alma del mundo. En Bruno esta idea serva para dinamizar el univer- sa infinito, La idea platénica de que el cosmos era un ani- mal césmico diferenciaba nitidamence el pensamiento de Bruno del pensamiento de Galileo y de Descartes. Bruno era tan imprudente como diplomético habfa sido Nicolés de Cusa. Su docteina sobre la pluralidad de mundos, que él no habia inventado, suscité escéndalo. Criticé puntos de la ddoctrina cristiana; a veces lanzé improperios contra la reli- si6n cristiana, y no pudo excusarse con la idea de que siem- pre hablaba simplemente como un filsofo y de que no habla tocado para nada cuestiones eelativas ala fe. Al efectuarse un andlsisderenido, aparecen muchas divergencias entre Nicolis ‘de Cusa y Bruno; en su investigacin, las imagenes existen- tes sobre las respectivas épocas perjudican més que benefi- cian, Pero es comiin no sélo una correccién, de alcance dife- rente en cada caso, de la cosmovisin ptolemaica y una concepcién nueva del universo, sino también principalmente tuna filosofla coincidental de lo uno y de su manifesacién en. ‘el mundo. Bruno, al igual que Nicolés de Cusa, vio en lo tune divino la verdadera realidad super-Gntica, cuyo pensar da el sera las cosas. Los dos consideraron el mundo que se rmanifiesta como la sombra de las ideas. Los dos conocian la diferencia entre Dios yel mundo. Pero también en Nicolés cde Cusa Dios se diferencia por su indiferenciabilidad de todas las cosas del mundo, que son diferenciables. Son dife- rencias més sutiles de las que perce el erudito medio, que ‘ree conocer la diferencia existente entre la Edad Media y la Edad Moderna. Ala uz del pensamiento de la coincidencia, coinciden también la diferencia y a no-diferencia; la dife- rencia maxima esa la ver la minima, Esta idea la tienen en comiin Nicolis de Cusa y Bruno, También la cosmologia de m ambos pensadores puede contemplarse inicamente si es medi- daccon el berilo, porque se basa en que también el univer- 0, como un maximum, tiene que set ala vex un minimums en que su centro y su perferia coinciden. El hecho de que Bruno cecogiera de nuevo la doctrina della coincidencia, desligé a ésta del nombre de Nicolés de Cusay le aseguré nueva difusi6n. Claro que Bruno dejé mis biem en la oscuridad el punto mds duro de la doctrina cu- sana de la coincidencia, la coincidencia de los contradic- tories, pero mis tarde este punto pudo reconstruirse a base de sus obras. A Bruno s¢ le lefa Principalmente fuera del Ambito de la censura catdlica romana, y también cuando Nicolés de Cusallegé a ser menos atractivo a causa de la nueva fsica (Galileo y Descartes), que se las arteglaba sin recurti al alma del mundo, y a causa también de las nuevas cosmologfas. Claro que también algunos defensores de Galileo, como ‘Tommaso Campanella, recurrieron a Nicolds de Cusa para hacer plausible la compatibilidad del Copernicanismo con la fecristiana. De este modo Nicolis de Cusa volvié a entrar en escena en el siglo Xvi. Lo poco que se le habia olvidado, lo muestra tambign el siguiente hecho: Jakob Brucker leinclu- yéen su obra Kurtze Fragen aus der Philorophischen Historie («Breves cuetiones dela historia de la flosofla»), quinta parte (Ulm 1734), Le contaba entre los innovadores en materia de filosofa, eque habjan arremetido contra la incl filosofla celica que con lo abin sberoambién el amino para una saludable reforma de la filosofia» (pp. 1362s). Brucker no entré en detalles sobre la filosofta siecle Cusa, pero ofrecié un magnifico esbozo biogrifico suyo ¢ hizo referencia a unos dicz escrivores en los que uno podia leer més detalles sobre el cardenal (pp. 1389-1390). De esta agrupacin polihistérica era difel hacer que saltase una chis- 23 pa filosética, Pero existla también el otro teasmisor de las ideas floséficas: Bruno, Por Bruno, no por Nicolis de Cusa, conocié Hamann la idea de la coincidencia. La expuso ~mis explicicamente que Bruno- como corresponde a su légica: como coinci dencia incluso de los contradictorios; la ocurrencia de acep- tar la coincidencia de los concrarios, pero de querer evitar por principio la coincidencia de los contradictotios,habria significado para todo pensador profundo una exisién nomi ralista del pensamienco. Asi que Hamann, en una carta a Jacobi del 16 de enero de 1785, escribe que a él le gusta ‘mucho el principio de la coincidencia. No sabe exactamen- te por qué El habia preferido siempre el principio dela raxé suficiente. En una carta a Herder, del 18 de noviembre de 1785, declara que el principio dela coincidencia, de Bruno, ¢s «més valioso que toda la crtica kantiana». Después de haber recomendado de tal manera a Bruno, no se asombra ya del alto aprecio en que Goethe le tenia, ni tampoco se asombra de la burla de Mefiséfeles acerca de una cristian- dad que habia abjurado de la ideas de Bruno: jNacuraleza y esplricu Asi no se habla a los cristiano! Por exo se quema en la hoguera.a ls ateos. 5. Desde Goethe hasta la acrualidad Un leccor que quisiera recorrer un poco el entorno his: ‘rico del pensamiento de Nicolis de Cusa deberia ler, ade- sms del De beryl, por lo menos el Timeo de Placa y el Brano de Schelling, Entre estos escritos hay mundos hist6ricos. Y ‘cuanto més se penetra en ellos, ranto mayor el nimero de diferencias que aparecen. Pero estas diferencias se muestran 24 dentro de una continuidad, que debertamos conocer para no sucumbir a la tentacién de acepra imgenes esquematizadas de épocas. Por ejemplo. el que piense que es espectficamen- te teoldgico el que Nicolis de Cusa defina el pensamiento como bisqueda de la unidad, ese cal podrd enterarse por Plata y Plotino, por Schelling y Hegel, que también ellos entendieron de esta manera el filosofar. El que piense que el hablar del logos como del Hijo ¢s un puro teologiimeno, debers leer en el Bruno de Schelling que la forma de las Formas «5 «el Hijo taladrado en el Absoluto, igual de eterno que él no distinto de su esencia, sino unsola cosa con le (Schelling 1802, 220). Semejance texto muestra: no toda la moderne dad a antiteolégica: no todo lo que suena a wteolSgico» era doctrina de la revelacin (si uno atiende al pasaje en que se expone la argumentacién, y no todo el pensamiento medieval «ra absolutismo teolégico. En el Bruno de Schelling cetor- nan trasmitidasseguramente por Hamann, una serie de ideas que conocemos por Nicolis de Cusa y por Bruno. Jacobi, en la caza de panteistas, en un anexo ala segunda edicin de sus Briefe uber de Lebre des Spinoza («Cartas sobre la doctrina de Spinoza) habia parafaseado excractos tomados de la obra de Bruno De la causa. Schelling los tomé como punto de partida, en una nueva situacin intelectual determinada pot Kane. Pero algunas formulaciones muestran extensas cortes- pondencias con Bruno y con Nicolds de Cusa (en el nivel ex ue des balab en De bl) EL Bran de Scheling ‘compendia asi sus resultados: «Para penetra en los més pro- fandosmiserio dea nace uno noha decanare de investigar los exttemos opuestos y conteadictorios de las cosas: encontrar el punto de unién no es lo mas grande, sino desarolla cambién desde el mismo su opuesto, x0 e¢ mis genuino y mis profundo misterio del acer (Schelling 1802, 221). Ds sto es una sintesis de la doctrina de De beryl. Reorna unaserie de motivosdstintos: lo que vemos, no son mds que conceptos. «Ti no ves jams una cosa que no sean concep- tore (Schelling 1802, 149). Schelling define la clacinexis- tente entre la realidad y el saber de una manera parecida a ‘como lo hace Nicolds de Cusa en De berllo. Ast como el saber no es pura idealidad, as también el ser no es tampo- «co pura realidad: ambos se hallan celativamente en relacién rmutua. Lo primero, que contiene en ssu oposicién, se halla fuera dela oposicin del ser y del saber. El Bruno de Schelling critica la incinacidn del entendimientoa situa lo finico fuera deo infinico, Eso signifcaria oponerlo al y hacer con elo que lo infinico sea finito. En Nicolis de Cusa, al uno divi- ro, por ser infinito, no se le opona nada: eralo primero, que ‘no tenia opuesto el unum cui nihil opponisur (cf. Beierwaltes 1973 y 1980). Schelling: «Por tanto, el que encontrara la expresién para una actividad que fuera tan reposada como més profundo reposo; para un reposo que fuera tan acti- vo como la suprema actividad, se aproximaria en cierto modo ‘en conceptos a la nacuraleza de lo més perfecto (Schelling 1802, 1755). Dios sla unidad de lo opuesto y de la unidad. El cema del quel filosofa trata es la idea de aquello wen lo que todos los opuests no sélo se unen sino que Son una misma cosa, y no slo se suprimen sino que no estin en absoluto separados (Le. 38). Aquel cuyo pensamiento permanece en los opuestos del encendimienc, descaria un Dios fuera de la naturaeza y una natucleza fuera de Dios, unidos ambos por la imagen cerinseca de la causa y del efecto: «Pero dies que la nauraera no ext fuera de Dios sino en Dios. Asi, entendemos por ella sa naturaleza matada precisamente porlaseparacién de Dios, como si éta fuera algo ens, o como sifueraen genera algo diferente desu criatura hecha por ella mismas (Le. 179). 26 Schelling retuvo también otros motivos que aparecen en Nicolés de Cusa, los cuales, desde luego, no son tinicamen- eel Casa io gue son en ener enpaicas Retuvo cspecialmente la superioridad de la raz6n sobre el enten Trent. Ls ceridumbrs de una manera subordinada de conterplar no llegan hasta el concepto de la verdad. Era pro- pia de Nicolés de Cusa, pero tambien universal en sentido ‘neoplaténico, la conviccién de que nuestra meta seria cono- cere tal modo la cosas, segin ésta «se hallan preformadas cen aquel entendimiento arquetipico, del que nosotros no contemplamos en el nuestro sino Pras reproducciones. Hegel recogié luego el pensamiento de Bruno, refirién- dose expresamente a Hamana (sobre lo escritos de Hamann, ‘véase 252). Esto significaba: restitucin de la filosofia de la uunidad y ejecucin de la diferenciacién entre razén y enten- dlimienco, La raz6n hace que el entendimiento entienda que les el que acu las prohibiciones de las proposiciones con- wradiccorias de la realidad: coincidentia consradictoriorwm. Esto, a pesar de todas las diferencias, es parecido a lo que se dice en Nicolés de Cusa, a quien Hegel, segin codas las apatiencias, no conocid, Bruno le habia llevado el mensaje Todavia en vida de Hegel, en 1831, la facultad de teolo- fa catélica de Tubing habfa anunciado un concurso para premiar el mejor estudio sobre la vida y la obra de Nicolis de (Cus. La sugerencia habia partido de Johann Adam Mabler, {que se hallabainteresado en la superacién de una teologia simplemente intelectual. El premio lo gané Franz Anton Scharpf, que entre 1843 y 1871 habia publicado varias obras de Nicolés de Cusa de carder histérico y también una trax duccién, Nicolis de Cusallegé a ser zhistSricon. Heincich iter, disipulo de Schleiermacher, dedicé a Nicolis de Cusa luna extensa seccin en su Geschichte der Philosophie «Historia dela flosofie; 1850, I 141-219). Ahora se investigaron tam =e bién sus actividades en materia de politica civil y de potti- «a ecesifstic: en 1847 se publié la monografia, en dos vo menes, de J. M. Dix, Der deutsche Cardinal Nicolaus von Cus und die Kirche seine Zee (El cardenalalemin Nicolis cde Cusay la Iglesia desu tiempo», Ratisbona 1847). Entre 1830 y 1870 haba rodavlaen Alemania teslogos y filésofos catélicos que consideraban que era posible una reforma de la eologia catdica con ayuda dels ideas de Nicolis de Cus; despues de 1870 se excluyé tl posibilidad. Por aque enton- ces se acrecentaban ls voces que velan en Nicolis de Cusa la deserucciéa de la excolistica, més ain, de toda manera racional de hablaeacerea de Dios (cf Glossner 1891; Jansen 1930 y 1930a; Neuner 1933). Cuando en Alemania, des- ‘pués de la Primera Guerra Mundial los caslicos pretenderon salir del gueto creado por ellos mismos, volvieron a dirgir se al principio, bsjointensas procestas de los neoescolst- 0s) a Nicolis de Cusa. Al final de los aos veint, del inte- ‘és neokantiano por l historia del problema del conocimiento nacié, también por influencia de Aby Warburg un extenso inceéshistético por Nicolis de Cusa. Las consecuenciasfue- ‘on los planes para una edicién de las obras completas, que ppermanece asociada con el nombre de Raymond Klibansky. Esci en curso de publicacién desde el ao 1932 y todavia no seha verminado. Sesintieron nuevos impubios deiner, Karl-Heinz Volk- smann-Schluc parti de que we conocia de algin modo» lo {que fueron la Edad Media yla Edad Moderna (1957, V9), Y que silo quedaba por estudiar la tansicién entre ambas; lla encontré en Nicolas de Cus. Para realizar tal invest- gacién Volkmann-Schluck no se hallaba preparado en modo alguno, ni en lo que respecta la filosofia de la Edad Media ni ala del Renacimiento;efectué una trasicién conocida para él entre dos realidades que le esultaban desconocidas. 228 Los esudios de aficionados a as especulaciones sobre fron teras entre las épocas se convittieron en moda durante los afos cincuenta; en provincasintlectuales alejadas, este inte- rs sigue sintiéndose todavia se estudia el tema de Nicolds de Cusa supuestamentesieuado entre a Edad Media y Ia Edad Moderna, En el caso de Volkrmana-Schluck (1957), exe interés condo nicamente al siguiente resultado: Nicolés dde Cusa era el pensador de lo infinio, en el cual la idea onto- \égica iba superando paulatinamente ala perspectiva 6nti- ca dela filosofia enseRada hasta entonces. Fue uns trasfe- rencia demasiado inmediata d&\acegoriasheideggerianas a tun autor del siglo XV, para poder ser una idea cons (El mismo Heidegger dijo a Jean Beaufret,refiriéndose a Volkmana-Schluck: vf, para mi, heideggeriza demasiados.) Karl Jaspers (1964) no fue mucho més afortunado. Es verdad que liberé a esu» Nicolis de Cusa de los papeles de precursor que se le habfan atribuido. Segin él, el pensador cde Cusa no perteneca ni al catolicismo ni al protestantismo nial idealismo alemdn; era un gran individualista que habla fracasado. Habiafracasado en su Iplesia, lo cual e cierto; pero habia fracasado también en su influencia sobre la his- toria del pensamiento, con lo cual Jaspers apoyaba la leyenda sobre el olvido de Nicolés de Cusa. Habla sido grande como smerafsco, al idea daves para la tascendencia: unidad, con- jerura, libertad. Pero esas claves se hallaban en una relacién. caprichosa, es deci, dsligable, con respecto al lenguaje de 4a teologiacrstana, un lenguaje que Nicolis de Cusa habla- ba también, Este personaje fue, si un gran metafisico, como Plotino y Spinoza, pero no fue un epensador» como Platén, Agustin y Kane, Casi por los mismos afos en que se publicé la obra de Jaspers sobre Nicolis de Cusa, los problemas surgidos con ‘catiéa del Concilio Vaticano II favorecieron un nuevo et no dio de Nicolfs de Cusa. Se estudié principalmente su doc- tvina acerca de la Iglesia y de su aucoridad: volvié a surgi cel tema del conciliarismo; en la cuestién acerca de la tole- canciaeligiosa, Nicolis de Cusa parecfa muy il como pen- sador que se habla adelancado a sus tiempos. Otcos se sir- vieron del esquema de a complicaioe-explicato para intentar una reconeiliacién entre la dogmiticaecstana y Ia idea de 1a evolucién, a menudo en la forma en que la presencé Teilhard de Chardin. Parece que ni Heidegger ni Wieegenstein, ni Adorno ni Hannah Arendt, ni Foucaul ni Lacan hicieron jamds decla- raciones sobre Nicolis de Cusa. Todos los autores mencio- nados escribieron y hablaron sobre Agustin. Adorno dijo varias veces que tenfa intencién de pronunciar una confe- rencia sobre Agustin. Esto muestra una diferencia especifca ena situacin de recepeidn entre los filésofos del siglo 1. Yo no creo que, como sugiere Jaspers, esto sea una cucs- tidn de enivelfilossfico: que, por tanco, Agustin fuera spen- sador de mayor categorize. Entce Agustin y Nicolis de Cusa hay diferencias de cardcter objerivamente histrico, encre ellas también diferencias litrarias. En comparacién con Agustin, Nicolés de Cusa escribe de manera més complica- a; roma inmediatamence como punto de partda problemas ‘speculativos se reiere a una complicada'situacién filos6- fica, Esto se aplica,en todo caso, a De doctaignorantia, una obra de cuya importancia para el pensamiento no se puede ddudar, pero cuya dificultad se opone a una influencia como la que alcanzaron las Conféiones de San Agustin. El que abre al libeo De doceaignorantia, ecibe inmediatamente la impre- sin de que tiene que recurtir a un especialista para asegu- rarse de ir entendiendo lo que va leyendo: mientras que el lector de las Confsionestropieza en seguida con la cuesti6n acerea de cbmo los nos aprenden idiomas. Se precisa una 230. cextensa preparacién de cardeterhistico y erudito para acer- catse a Nicolis de Cusa. Aquel que piense, como Jaspers y Volkmann-Schluck, que puede ahorrarse esta preparacién, cotrerd un grave resgo. Hay estremecedores ejemplos. Conor «0 tan s6lo a dos filésofos que escaparon en cierto modo de este dilema, porque los dos aprendieron con anterioridad a seguit una eayectora histrco-floligia en su abajo, Fueron Hans Blumenberg y Hans-Georg Gadamer. Ambos son bue- nos conocedores de los textos de Nicolds de Cusas ambos se acercaron a él con sus propios intereses previos; ambos fueron capaces de descubrir en cAda caso facets distintas en cl pensamiento de Nicolis de Cusa. En la tercera parte de Wahrheit und Methode («Verdad y méiodos) Gadamerrealiza «el gio ontolégico hacia la her- ‘menéutica,siguiendo el hilo del lenguajes. Investiga con este fin las concepciones dl lenguaje que va encontrando, Encuen- tra en el motivo cristiano de la encarnacién, es dec, en la Encamacign del Verbo, un motivo que va mis alld del placo- ism, En a especulacién acerca dela Trinidad, el pensamien- to medieval tematizé «la unidad del pensar y del habl ‘Verbo divino es un eproceso en el cual la unidad de lo pensa- do alcanza la expresin consumadar. Porque en la especulacién, acerea dela Trinidad ~a diferencia de lo que sucede en la diae \kcticaplaténica~la Palabra «el Vetbo] incluye también el despliegue, es decir, la procedencia a partir de lo uno. Pero «sta concepcién del proceso del lenguaje, especialmente su cardcter como proceso ~prosigue Gadames~ no podia hacer- se plenamente realidad sino después de que Nicolés de Cusa diese un giro positive ala distincién entre el espiritu divino y el espiricu humano: los dos son ereadores, segtin Nicolds de Cusa. La doctrina del desarrollo es de origen platénico- neoplaténico, pero Nicolés de Cusa la modifica en el senti- do de que esta doctrina ensefia aver la implicacién en el BI Yerbum mismo. Con ello se concibe también como desplic- ‘gue del espeiu la formacién humana de conceptos yh expre- sin de los mismos en el lenguaje, de tal manera que el con- cepto ye lenguaje no son un mero apartarse de la unidad del ‘spfricu, El espiricu humano despliega y plega {+ implica] a la vex. Qué significa esto para el lenguaje? Las palabras son al despiegue de espiic, pero conserva una referencia oscu- aaa epalabra naturals que designa las esencas, se refiere a Ia esencia de las cosas y esplandece en todos los vocablos con- vvencionales yen su pluralidad. Esto hace referencia ala teria de los vocablos en De mente 2, dela que se a traado ance riormente con brevedad (capitulo LV 6). Gadamer describe la teoria del conocimiento y la teo- ria del lenguaje de Nicolis de Cusa como un entrecruzarse cde motives platénicos y nominalistas. Seria platénica la refe- rencia retrospectiva de la pluralidad de vocablos y lenguajes a la forma esencial de las cosa: seria de inspiracién nomi- nalista el estudio de la independencia con la que nuestro entendimiento llega a hacer la ordenacién del mundo. Las cosas tienen formas exenciales, pero la ordenacién de as mis- mas no estd previamente dada de manera simple, sino que «x proyectada en aproximacién siempre inexact en nuestra formacién de conceptos y del lenguaje. Pero con ello las des- viaciones, tanto las individuales como las de cardcterlin- ‘giistico-culeural, adquieren un nuevo valor objetivo, Se trata de evariaciones de la visidn de las cosase. Nicolés de Cusa se halla muy lejos del relativism, pero puede concebir la pur ralidad de conceptos y de lenguajes como atefraccién pris- miticas de una sola verdad (ef. Gadamer, Wabrheit und Methode, wercera parte, en: Gesammelte Werke, 1432-444 (Verdad y Método (Salamanca '1988) 461-526}; ademés: IL 298, 384 y 502s (Verdad y Método If (Salamanca 1994), 293s]; véase también Gadamer 1975). 2 El fruo objetivo mas importance que Gadamer cree hallar cen la flosofia de Nicolis de Cusa es la situacién ontolégi- ‘ca fundamental, segin la cual el ser es enguaje, es decir, pre- sentase as mismos (Gesammelte Werk, 490). Esto lo cono- ‘ems, argumenca Gadamer, a partic de la obra ardstica, euyo verdadero ser consiste en presentarse, Pero esta experiencia tended validezen un sentido universal: el lenguaje y el encen- der del lenguaje se muestran como «modelo universal del ser ydel conocimiento en generals (Ic. 1 493). Gadamer se orienta por Nicolés de Cusa, no para regresar a su metafi- sica especulativa, tal como esté dtsarrollada especialmente en De berylo, sino para crear un contrapeso ala orientacién de las cuestiones suscicadas por Herder y Humboldt, que desarrollan modernas teorias del lenguaje, y para mostrar at la lingtisticidad de la experiencia humana del mundo. [Ahi reside principalmente el que no tenga ningtin sentido cl recurtir al umundo en sf frente alas visiones lingiisticas del mundo. Cuando Gadamer dice que el ser es un mos- trarse lingiistico, entonces eso corresponde formalmente ala razén del mundo que se expresa, segiin las ensefianzas, de Nicolés de Cusa. Pero esti claro que eso, en Gadamer, ¢sindicio de la fnitud de las vsiones humanas del mundo, incluida su traducibilidad, y no se concibe como un retor- no del idealismo merafisico. En el lenguaje se nos presenta el mundo mismo. Esta experiencia hermenéutica, Gadamer la ve anticipada for- ‘malmente en la filosofia de Nicolis de Cusa, segin la cual el ‘mundo es el presentarse del concepto absoluto en concepros contractos (es decir: en esencias reales) y en sus signos sen- sibles. Yo no veo en qué se diferencia esta manera de tras- Poner antiguos teoremas aun contexto actual, en qué se dife- rencia de los anacronismos que Gadamer critica en el interés reokantiano por Nicolis de Cusa como un fundamenta- 233 dor dela ciencia moderna, Pues que Nicolis de Cusa no tenia precisamente ss incereses por la teoria de la ciencia,es0 lo sabia ambién Hermann Cohen. “Tampoco stisface plenamente la descripcién que Gada- set hace de la manera de pensar de Nicolis de Cusa. Es verdad que lsubraya con razdn que Nicolis de Cusa concbié ser principalmente como poder, no como pura presencia, El expicitu humano es la eapacidad de ver en todo ente «el mantenerse igual en el ser, lo cual es poders. Esto cortes- ponde a una lectura precisa de De beryl, Pero me parece aque en otros pasajes Gadamer tiene muy poco en cuenta el interés genuinamente filosfico y el caricter de ars generals del pensamiento de Nicolis de Cusa, Gadamer encuentra tuna oposicin entre el incerés por la nacuraleza y el interés teolégico, oposicién que no existe en Nicolis de Cusa, cuan- do Gadamer dice que el pensador de Cusa no reflexioné sobre el conocer por consideracién con la nacuraleza, sino a causa del conocimiento de Dios (Gesammelte Werke, IV 298). Gadamer, que junto a Heidegger es el padre de las especula- ciones De Volkmann-Schluck acerca de las €pocas, ve uni- lateralmence en la coincidencia la exageracin dialética de la teologianegativa. Lo era sambién. Pero no era slo sla coin- cidencia de todos los opuestos en el indiferenciado nico Uno» (Le. IV 300). Sereferia al universo, y se referta al pen- samiento humano como la unidad del reposo y del movi- miento; era también un procedimiento, La cosmologia del libro segundo de De dacta ignorant y luego la de Deconiee surisy principalmente la de De berllo muestran la preten- sign wnivenad que quiere tener la coincidencia, una pretensién que Gadamer, cortigiéndose suavemente asi mismo, tiene en cuenta enlarecensin de Blumenberg publicada en 1968. Enela subraya que la compliatioy la expicario son una epare- ja de conceptos concebida universalmence» (Gesammelie 24 Werke, 'V 59). Por lo dems, la imagen que Gadamer ofte- cede Nicolis de Cusa queda excesivamente determinada por libro primero de De docta ignorantia y por algunos capt- tulos de De mente. Sus esbozos sobre la historia de las inves- tigaciones comienzan habitualmente por Cohen, Natorp y Cassirer. Pero desatienden habitualmente el interés de la cscuela catdlica de Tubinga por Nicolds de Cusa y especial- mente la importante obra de Francesco Fiorentino titulada I risorgimentofetofco nel Quartrocento (Napoles 1885)..No fue el neokancismo el que planteé las primeras preguntas a Nicolés de Cusa, precisamentien el campo de la metafisica, no siloen el dela teoria del conocimiento, sino que lo hicie- ron evidentemente variantes de las sugerencias hegelianas, las cuales se hallaron en el inicio de los modernos estudios sobre Nicolis de Cusa, y que profundizaron también filosé- ficamente. Fiorentino, cuyo libro inacabado es quid la mejor obra filoséfica que se haya escrito jamés sobre Nicolis de Cusa, vio en la filosofiade la encarnaci6n, de Nicolés de Cosa, lo que le diferenciaba. Vio su conexién con Escoto Exigena y con Eckhary, yo que le diferenciaba de los mismos. Finalmente, este autor fue el primero que presenté estu- dios para el desarrollo de la filosofla de Nicolis de Cusa, ‘studios de los que Cassirersupo ya beneficiarse en 1906. No puedo ofrecer aqui una caracterizaci6n ni una valo- sacién dela multitud de incerpretaciones filoséficas que se han hecho de Nicolis de Cusa, Semejante informe biblio- arifico exigicfa una obra dedicada especificamente al tema. Pero no puedo terminar una perspectiva fragmentaria dela eficacia histrica de este autor, sin refeirme a que las cues- tiones de la fisica tebrica, de la ecologia y de la ilosoft dela vida cienen actualmente claras repercusiones sobre el incerés por Nicolés de Cusa. El ensefé a concebir el cosmos como tn cosmos vivo, no como un cosmos mecanicsta. El poseys 235 sun concepto conereto acerea de la totalidad y dela vida, por cl cual pudiera orientarse una nueva reflexién sobre la na- turaleza. Y, por cierto, no en el sentido de que el hombre se contraponga a la naturaleza, sino en el sentido de que la naturaeza 0 el universo es en efhombre. La filosofiade Nicolis dde Cusa acerca de la unidad debe sacarnos de la oposicién moderna» entre el hombre y la naturaleza. No se tata ya de la idea del dominio sobre la nacuraleza, ala que se concebla como sometida al hombre, sino de la del desazello de la ini- <2 realidad como la nacuraleza real en los hombees, en los animales y en las plantas. Este nuevo enfoque se vincula con. el nombre de Klaus Michael Meyer-Abich, cuya obra Prat sische Nasurphilosophie. Erinnerung an einen vergesenen Traum (Filosofia practica de la naturaleza. Recuerdo de un suefio olvidadox; Munich 1997) dedica una extensa seccién a Nicolis de Cusa. Esea obra significa una actualizacién de motivos de Nicolds de Cusa, en materia de flosofia de la naturaleza. Asimismo, tedricos de a biologia trabajan en este campo con la mirada puesta en Nicolis de Cusa, especial- mente el bidlogo filosofizance Alfied Gierer (11991 y 1999) Esto demuestra que algunos escrivos de Nicolés de Cusa, ‘como suele suceder con los clisicos, suscitan nuevas preguntas y nuevas respuestas. BIBLIOGRAFIA 1. Ooms x Ediciones de conjunto [Nicolai de Cuss, Optom eielbergesisad cvticum fdem eta (Lipsig-Hamburgo 1932) (tad abreviadarnence: Nicolai Casee Opera vols. 1-3. publicados bajo la dreccin de Iacobus Faber Seapulersis (Pars 1514; eimpresién diigda por mi: Fréncfore 1962) (Gada abrevadamnente: Schrifen des Nikolaus von Cue in deuacher Oenecung, por encargo de ba Heielberge Akademie der Wiasenachaften edi por E, Hofmann, . Wilprt, K. Bormann (Leipig 1936) ‘Aes Casana. Quellen ut Lebensgeschichee des Nikolaus von Kus, edit. por E. Meuthen y H, Hallauer (Harburgo 1976); vol. 1 en tres ‘couegs, a kia en ds volimenespaciales: de 1401 a marzo de 1452 (Hamburgo 1976-1996), Cutanus-Tet, edt. por la Heidelberger Akademie dee Wistenachaften (Heidelberg 1929s) (ciadosabrevadamente: CT). 1 Semone, 1. Dies saci vom fbre 1439, it por E. Hofmann, R. Kandy sy), asa e aucroritate Academie Lierarum

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