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Sabina Loghin Tiu

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Instituto de Arquitectura, Diseño y Artes
Teoría de la Posmodernidad

Warhol: Arte con número de serie.

³Art gives a meaning or a sense of identity to something which is meaningless, which has no identity´

1
Baudrillard

£n la sociedad norteamericana de fines de los años 50, el arte y la moda


intentaban responder a las necesidades creadas por los escombros que dejó la
segunda guerra mundial, y era ya manifiesto el desgaste del arte expresionista,
que los jóvenes artistas acusaban de haber llegado a una falta de sinceridad
emocional.

£l expresionismo poco a poco decae y es reemplazado por la necesidad de una


gratificación inmediata, de un bienestar caracterizado por el consumismo y el
materialismo: los jóvenes preferían ir al cine y beber una coca-cola antes que
hablar acerca de Marx y el capitalismo. Dentro de este contexto, el arte también
experimentó una evolución en la que todas estas transformaciones americanas y
europeas tuvieron gran influencia.

Las obras de Andy Warhol aún hoy en día son motivo de densas discusiones. No
faltan aquellos que se resisten a considerarlo un artista. Mientras que para
muchos es un genio del arte, para muchos otros es sólo un personaje, un
³mercader´ que hacía cuadros, pero no obras de arte.

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Îna de las obras más famosas de Warhol, la Sopa Campbell, es una simple y
plana composición que fue muy influyente en su tiempo, no sólo como obra de arte
sino también como un movimiento social. Cada detalle, fielmente reproducido por
la mano del artista, se vuelve más importante que la obra en sí, y el todo
representa una detallada observación de la vida moderna: festiva, cínica, ordinaria
y, en la hiperrealidad2 de una obra de arte que cuelga de la pared, más real que la
lata de sopa original pudo nunca ser.

Algo destacable de la obra de Warhol es la distinción entre el arte culto y el arte


popular, que de cierto modo brindó una reconciliación a la sociedad, nos dice
Arthur Danto, al tomar productos ordinarios de la vida cotidiana e implementarlos
al arte, produciendo así high art de objetos comunes que todos conocen. £l
mismo Andy Warhol decía respecto a los objetos que utilizaba para crear su obra,
que le provocaba una fascinación ver cómo gente de distintas clases se unía
porque consumía el mismo producto que tenía el mismo precio para todos: una
sopa Campbell es la misma que toma el obrero que el presidente, no es mejor ni
peor, es la misma y tiene el mismo precio3.

Conforme su obra se difundió entre las masas, hubo quienes lo acuñaron incluso
como uno de los grandes genios del arte, y la fiebre warholesca se expandió por
todos lados: miles y miles de copias de la obra original se produjeron en masa y se
vendieron, una crítica al consumismo con una obra que se vuelve propiamente
parte de la cultura consumista americana. De pronto cada casa tenía un cuadro de
sopa Campbell adornando la cocina o la sala de estar.

Warhol hacía del arte algo que podía ser fácilmente reproducido y adquirido por
cualquier persona. £sto puede verse como el inicio del desmantelamiento de
todos los paradigmas establecidos desde la modernidad, pues el original

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c Para Baudrillard, la virtualidad creada por los medios construye una sensación de hiperrealidad en la conciencia. Lo
hiperreal surge de la interacción entre lo real, lo social y lo simbólico, de modo que el simulacro termina remplazando lo real.
£n ³cultura y simulacro´, Baudrillard hace alusión a un texto de Borges ³Del rigor en la ciencia´, en el cual el escritor
argentino habla de un mapa que es exactamente igual a la ciudad, y Baudrillard afirma que vivimos dentro del mapa y no de
la ciudad.c
3
³ïuedes estar mirando la televisión y ver una coca cola, y puedes saber que el presidente bebe coca cola, Liz Taylor bebe
coca cola, y piénsalo, tú también puedes beber coca cola. («) Ninguna cantidad de dinero puede brindarte una mejor coca
cola que la que está bebiendo el mendigo de la esquina´ Hackett, 1975

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desaparece o deja de tener importancia. £l resultado es la copia de la copia,
reproductividad en masa, seriada. Baudrillard escribe: ³Lo real es producido a
partir de células miniaturizadas, de matrices y de memorias, de modelos de
encargo² y a partir de ahí puede ser reproducido un número indefinido de veces.
[«] Ya no es más que algo operativo que ni siquiera es real puesto que nada
imaginario lo envuelve 4.´

La originalidad que fue fundamental en el arte modernista cesa de existir, ya no


importa, ya no tiene valor. Para Walter Benjamin, el arte ya no es único. Ya se
puede reproducir prácticamente todo y con esto se pierde el aura que rodea a la
obra de arte, entendiendo el aura como esa experiencia de distancia entre la obra
y espectador. Las técnicas de reproducción, como la litografía, han permitido que
una obra de arte sea reproducida miles de veces, a comparación del arte que se
produce en la modernidad, que carece de reproducción alguna, siendo cada obra
única e irrepetible.

La Sopa Campbell no es más que otra adopción que Warhol hace del arte para
convertirlo en un producto, lo que contribuye a la pérdida espiritual del mismo. De
entrada tenemos un arte que ha abandonado la tradición antigua y cristiana,
Warhol ya no nos obliga a entrar en una obra mediante el dolor de un Cristo
agonizante, sino nos pone enfrente de una obra provocativa y paradójica, producto
de una fría investigación de la sociedad americana.

³£n la época de la reproducción técnica de la obra de arte lo que se atrofia es el


aura de ésta. £l proceso es sintomático; su significación señala por encima del
ámbito artístico. Conforme a una formulación general: la técnica reproductiva
desvincula lo reproducido del ámbito de la tradición. Al multiplicar las
reproducciones pone su presencia masiva en el lugar de una presencia irrepetible.
Y confiere actualidad a lo reproducido al permitirle salir, desde su situación
respectiva, al encuentro de cada destinatario5´.
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cBaudrillard, 1978, pag. 7c

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Baudrillard, en su libro üultura y Simulacro, habla de Disneylandia con respecto a
la sociedad americana: la América perfecta miniaturizada, el american way of life,
un simulacro de un país decrépito por el capitalismo tardío, no es muy diferente de
la sopa Campbell: ambos retratan el american dream convertido en el insomnio
incontenible de la banalidad y la indiferencia, la diseminación del sujeto y la
neutralización de todos los valores provenientes de un pasado moderno.
Si entonces, los parámetros que hacen de una pieza una obra de arte son
irrumpidos, el resultado es la muerte del arte: surgen los deseos irremediables de
acercar espacial y humanamente el objeto artístico adueñándoselo y sacándolo
de los límites institucionales, sale a las calles y se filtra en las casas de los
espectadores, rompe con las tradiciones del arte moderno y muere como tal. £n
Beyond the Brillo box, Danto asegura que el arte ha cambiado sus propósitos:

³Art did not have to be beautiful, it need to make no effort to furnish the eye with an
array of sensations equivalent to what the real world would furnish it with; need not
have a pictorial subject; need not deploy its forms in pictorial space; need not be
the magical product of the artist¶s touch6´.

De la misma manera en que mueren las concepciones del arte moderno y su


aura, las intenciones del artista cambian. Como fue predicho por Hegel y afirmado
por Nietzche, ³Dios ha muerto´, y con él muere el autor y el creador en general.
£n el texto ³Las palabras y las cosas´, de Foucault, el autor es alejado, incluso
emborronado de la escritura, pues lo importante no son los enunciados sino la
enunciación. Podemos usar esto como una alegoría aplicable también al arte de
Warhol, puesto que en su trabajo está claro que no importa el ³yo´, la subjetividad
de la mano creadora, sino el lenguaje que actúa. No su voz de expresión, sino las
presencias y el gesto que crea su firma.

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c³£l arte ya no tenía que ser bello, no tenía que hacer un esfuerzo por proporcionar a la vista de matices de sensaciones
equivalentes a lo que el mundo real proporcionaría, no necesita de un sujeto pictórico, no necesita implementar sus formas
en el espacio pictórico, no necesita ser el mágico resultado del artista´, Danto, pag. 4c

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³£l nacimiento del lector -y del espectador- se paga con la muerte del Autor
(Creador)´, escribe Barthes en su texto La muerte del autor, refiriéndose al
despojamiento del creador, aunque sea con distintas intensidades, de su obra. £n
el cuadro de la sopa Campbell no vemos rastro alguno del artista: no hay
pinceladas ni rasgos característicos, es simplemente una lata de sopa
perfectamente ilustrada, hasta el más mínimo detalle, y muy realista. £l artista se
desapega de su obra para hacer un análisis crítico de la cultura americana.

De una forma u otra, la sopa Campbell nunca dejará de ser controversial. Warhol
inició lo que sería la muerte del arte como se concebía en la modernidad: original,
culto, áureo, místico, sentimental, lejano de la cotidianeidad, puro, y lo transformó
en objetos técnicamente reproducidos en masa, en donde los espacios de
exhibición van más allá de los museos y en donde el espectador se convierte
propiamente en parte de la obra: la sociedad consumista que observa cuadros
como productos de la vida diaria. Ya no importa si aquel cuadro que oscila en la
pared de la sala es auténtico, sino lo que representa, el valor filosófico que va más
allá de lo estéticamente bello. Y con esto Warhol nos deja una paradoja, ya no
existen los artistas ni las obras de arte, lo único que queda son productores que
simulan hacer arte.
La muerte del arte había iniciado y con ella, la muerte del autor. Warhol se
convierte en un personaje camuflajeado detrás de su propia obra, frío y mecánico
como los productos que ilustra: se convierte en parte de su propia obra, y más que
profanar el arte, that old thing, como diría Barthes, lo renueva, lo refresca, y le da
la oportunidad al artista contemporáneo de abrir todas las puertas que desee.

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BIBLIOGRAFÍA.

1. BAÎDRILLARD, Jean, üultura Y Simulacro, Kairós, Barcelona, 1978.


2. B£NJAMIN, Walter, Discursos Interrumpidos I, Taurus, Buenos Aires, 1989.
3. DANTO, Arthur, Beyond the Brillo Box, Farrar Straus Giroux, 1992.
4. FOÎCAÎLT, Michel, Las palabras y las cosas, Siglo XXI, 1968.
5. GAN£, Mike, Baudrillard Live: Selected Interviews, Routledge, Londres,
1993.
6. HACK£TT, Pat, Mi Filosofía de A a B y de B a A, Tusquets, 1975.

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