Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
FECHA: 11/10/2019
COCHABAMBA, 2019
PROTECCION POR DISEÑO
PROTECCION CONTRA LOS SISMOS
Los países andinos están ubicados en una zona geográfica donde ocurren regularidad
sismos de moderada y gran intensidad. Se hace necesario, consiguiente, diseñar las
edificaciones considerando esta solicitación y capacitarlas para responder adecuadamente.
La filosofía del diseño antisísmico está Orientada a proteger a los ocupantes y sus bienes
del colapso de su edificación ante un sismo severo a no sufrir daños de importancia ante
sismos moderados, y a soportar sismos ligeros sin ningún dato. Este objetivo se ve
especialmente Satisfecho con edificaciones de madera por las cualidades particulares que
este material ofrece.
Podemos resumir, que las ventajas de una construcción en madera frente a otra de
hormigón, frente al sismo, son las siguientes:
Algunos materiales y sistemas estructurales son mejores que otros resistir los efectos de un
movimiento sísmico. En este la madera ofrece características excepcionales de buen
comportamiento. Algunas de las más sobresalientes son las siguientes:
Poco peso. — Las fuerzas que se presentan en las estructuras debido a las aceleraciones
del sismo están directamente relacionadas con el peso de la edificacion. A mayor peso,
mayores fuerza de inercia y Viceversa. Las estructuras de madera son en general más
livianas que las construidas Con ladrillo, concreto, lo que resulta en una ventaja para resistir
efectos sísmicos.
La respuesta de estructuras en sismos pasados sugiere que es muy importante fijar todos
los elementos entre sí a través de soleras de amarre, riostras, etc. que incluyan a los
componentes portantes como a los no portantes. Esto es particularmente aplicable en los
sistemas tipo entramado, que están formados por muchas piezas de madera de poca
sección y longitud donde la unidad estructural se basa en el éxito del proceso de fabricación
y de los de unión.
3. CIMENTACION
Si utiliza cimientos corridos combinados con la losa de piso de concreto, estas deben tener
suficientes elementos de anclaje (pletinas, clavos, pernos, etc.) de modo tal que garanticen
la continuidad estructural de la pared que soportan y sobre todo que impidan posibles
desplazamientos laterales y/o verticales de dicha estructura (Fig. 6.35).
Cuando las vigas o viguetas se apoyan sobre pilastras de concreto o cimentación corrida es
recomendable sujetarlas adecuadamente a su cimentación a fin de impedir que las fuerzas
laterales y verticales del sismo las desplacen fuera de su lugar (Fig. 6.36).
Cuando existen dificultades de excavación y Se deban usar pilotes de madera más cortos,
estos deberán estar anclados al suelo de alguna manera. Una forma de hacerlo es vaciando
una base de Concreto alrededor del pilote, al que se han colocado una serie de elementos
de fijación con el fin de aumentar su adherencia al concreto; tales como clavos, tornillos o
tirafondos 6.38). Otra posibilidad es que los pilotes, ya sea de sección redonda o cuadrada,
estén sujetos a una base de concreto a través de anclajes metálicos (Fig. 6.38).
4. PISOS ELEVADOS
La estructura o plataforma que constituye un piso elevado debe estar anclada a la solera de
zócalo que a su vez debe estar fijada a la cimentación. Las soluciones más comunes se
logran con pletinas metálicas unidas con clavos, que se ubican coincidiendo con la ubicación
de los pie-derechos y que se fijan a la solera de zócalo tal como muestra la Fig. 6.39 a y b.
En los casos que se use losas de piso combinadas con cimentación corrida, las pletinas
deben estar embebidas en el concreto y pueden extenderse en altura, hasta que consigan
la suficiente área de contacto con el pie-derecho, garantizando de este modo su
comportamiento como muro de corte.
Otro método eficiente para unir las paredes exteriores a los pisos elevados, consiste en
extender el revestimiento exterior de los pie-derechos al friso y a la solera de zócalo, de
modo tal, que conforme una unidad (Fig. 6.40).
5. MUROS Y TABIQUES
La estructura de una edificación cumple la doble función de resistir las cargas verticales y
los empujes laterales ocasionados por vientos o solicitación sísmicas. Por esta razón el tipo
de ensamblaje del entramado de madera y los métodos de unión, resultan ser factores
significativos para su buen comportamiento.
Los muros deben tener adecuada resistencia para resistir las fuerzas sísmicas y suficiente
rigidez para mantener las deformaciones laterales dentro de rangos aceptables. Las
distintas alternativas de revestimiento y arriostramiento proveen distintos niveles de
capacidad siendo necesario verificar si ésta es adecuada. Los tableros especialmente
rigidizan convenientemente los muros. (Fig. 6.41).
Cada vez que dos o más paneles se encuentran en una esquina, la buena práctica
constructiva recomienda rigidizarlo con riostras diagonales. En zonas de gran sismicidad es
conveniente arriostrar ambos diagonales, por lo general de 25 mm de espesor, deben ser
de una sola pieza y tener una inclinación de 30° a 60°, de ser posible deben encajar en los
pie-derechos y soleras entre 25 y 30 mm.
Cuando el entrepiso o techo no aportan rigidez adecuada a los muros, resulta igualmente
conveniente rigidizar horizontalmente las esquinas en los muros periféricos. Una forma de
hacerlo es utilizando una riostra horizontal encajada 30 mm en la solera de amarre de cada
una de las paredes que forman la esquina, a una distancia que puede variar entre 1.2 y 1.8
m de la misma y unida a la solera con 1 perno o 2 clavos (Fig. 6.42).
En el caso del sistema de poste y viga, es aún más importante que ambos elementos estén
debidamente rigidizados en cada unión. Las columnas deberán tener algún anclaje metálico
fijado a la losa de piso o cimentación, o al entrepiso, estando unidas por lo general mediante
pernos, tal como lo muestra la Fig. 6.43.
Las conexiones entre vigas y columnas deben estar debidamente conectadas, pudiéndose
utilizar cartelas metálicas o de madera para rigidizar las uniones.
Las cartelas metálicas están generalmente unidas mediante pernos, en cambio las de
madera o tablero contrachapado, se unen más fácilmente con clavos. El tamaño y espesor
de las cartelas dependen de los esfuerzos que deban resistir y del espaciamiento de los
elementos de unión.
Un método alternativo consiste en colocar ménsulas de madera sólida que empernan a la
madera y de este modo aumentan el área de apoyo de las vigas y dan continuidad a la unión
(Fig. 6.44).
6. TECHOS
En zonas de altas sismicidad puede ser conveniente reforzar la unión entre el techo y los
pie-derechos de los muros con la finalidad de impedir posibles separaciones originales por
las fuerzas verticales provenientes de las aceleraciones sísmicas de igual dirección. Esto
se logra colocando pletinas metálicas delgadas o zunchos que unan pie-derechos con la
cuerda superior o inferior, después de que ambos elementos estén unidos entre sí y a la
solera superior mediante clavos (Fig. 6.45).
Otra forma más eficiente para reforzar la unión del techo con el muro es a través de anclajes
metálicos que además de absorber la fuerza vertical controlen el desplazamiento lateral.
Estos anclajes pueden recibir uno o dos miembros y en ambos casos garantizar un buen
clavado a la solera de amarre y al canto del pie-derecho. (Fig. 6.46).
Existe otra alternativa de anclaje metálico para la unión de techo y muro que puede ser
usada de dos formas dependiendo de la ubicación del pie-derecho en relación a la vigueta
o el par (Fig. 6.47).
a) Cuando la vigueta (o cuerda inferior) coincide con el pie-derecho, el anclaje deberá
colocarse antes de colocar el par o cuerda superior.
b) Cuando el par (o cuerda superior) coincide con el pie derecho, el anclaje puede ser
colocado después de clavar los elementos de techo a la solera.
Una vez que cada uno de los elementos de techo está adecuadamente unido a las paredes
es necesario arriostrarlo entre sí, para garantizar la estabilidad del conjunto riostras de 25
mm de espesor unidas tanto al canto superior de la cuerda inferior (o viguetas) como al
canto inferior de la cuerda superior (o par) tal como se muestra en la Fig. 6.48.