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PICADURAS, MORDEDURAS Y

CONTACTO CON ANIMALES


TERRESTRES VENENOSOS
María Cristina Martín Sierra
Mutua ASEPEYO, Teruel

Santiago Nogué Xarau


Servicio de Urgencias, Hospital Clínic, Barcelona
ÍNDICE

Capítulo 1. Introducción................................................................. 5

Capítulo 2. Picaduras, mordeduras y contacto con animales terrestres ve-

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nenosos, sin aparente punto de inoculación en la piel (Reacciones urtican-
tes y vesicantes)............................................................................ 9

Capítulo 3. Picaduras, mordeduras y contacto con animales terrestres ve-


nenosos, con una única lesión aislada en la piel................................. 13

Capítulo 4. Picaduras, mordeduras y contacto con animales terrestres ve-


nenosos, con una doble lesión en la piel........................................... 17

Capítulo 5. Mordeduras de serpientes............................................. 21

Capítulo 6. Picaduras, mordeduras y contacto con animales terrestres ve-


nenosos, con lesiones múltiples en la piel......................................... 27

Capítulo 7. Otras picaduras, mordeduras y contacto con animales terrestres


venenosos................................................................................... 33

Capítulo 8. Picaduras, mordeduras y contacto con animales terrestres no


venenosos................................................................................... 35

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INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO 1

ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES


ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES

1.- INTRODUCCION GENERAL

Todos hemos sufrido en múltiples ocasiones la picadura de un artrópodo, siendo


la del mosquito la más frecuente. El incontrolable prurito, el calor del edema, el
quebradizo desplegamiento de las capas de la piel formando el habón y el alivio
del rascado que llega a ocultar el dolor de las erosiones en la piel, son experiencias
personales de casi todo el mundo.
El término de picadura, hace referencia a las lesiones cutáneas producidas por la
introducción de un aparato inoculador, ya sean quelíceros, forcípulos o un aguijón,
o a las lesiones producidas por el contacto mecánico con ciertos animales o sus
secreciones. La mayoría de ellas están ocasionadas por artrópodos e inoculan una
pequeña cantidad de veneno. Algunas de estas especies son capaces, además, de
servir de vectores para la transmisión de enfermedades infecciosas. Por su pareci-
do con estas lesiones, es por lo que se denomina erróneamente picadura de ser-
piente a lo que realmente es una mordedura.
En Estados Unidos cada año mueren, casi el doble de personas por picaduras de
artrópodos que por mordeduras de serpiente.

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2.- LESIONES

Si bien el tratamiento del cuadro clínico secundario a una picadura o mordedura


de un animal venenoso no suele plantear dudas, establecer el origen del mismo
puede ser una tarea difícil y deberemos guiarnos en muchas ocasiones sólo por las
lesiones halladas en la piel del paciente, por lo que hemos clasificado estos enve-
nenamientos en función de la lesión observada.
La gravedad de las manifestaciones dependerá de una serie de factores que se re-
sumen en la tabla 1.

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Tabla 1: Factores de gravedad en los cuadros clínicos por
picadura, mordedura o contacto con un animal venenoso.
EDAD DEL PACIENTE Debido a su menor peso, los niños son inocu-
lados por una cantidad relativamente mayor
de veneno.
ESTADO SALUD PREVIO Los ancianos y los inmunodeprimidos pre-
sentan un mayor riesgo de complicaciones.
SENSIBILIDAD AL VENENO Los sujetos atópicos y los hipersensibles al
veneno, pueden presentar reacciones mucho
más graves.
SENSIBILIDAD AL ANTIDOTO Es posible desarrollar una hipersensibilidad
al antídoto, lo que podría generar dificultades
terapéuticas, en particular en caso de preci-
sarse una segunda administración.
LOCALIZACION LESION Las lesiones en la cara, boca o cuello conlle-
van un mayor riesgo de compromiso de la vía
respiratoria.
MULTIPLICIDAD DE LESIONES Implican una mayor gravedad.
REACCION LOCAL Lesiones necróticas o edemas extensivos que
sobrepasen la raíz de la extremidad afectada,
aumentan la gravedad del envenenamiento.
TRATAMIENTO CORRECTO La rapidez en la instauración del tratamiento
correcto, puede ser crucial para una buena
evolución.
REACCIONES ACOMPAÑANTES Ansiedad, fiebre, náuseas, vómitos y sudora-
ción, aumentan la gravedad.

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3.- TRATAMIENTO GENERAL

El tratamiento general de estas lesiones se basará en medidas sintomáticas, el


empleo de antihistamínicos y, excepcionalmente, corticoides o sueros antiveneno.
En casos extremos de hipersensibilidad severa, se debería estar familiarizado con
el empleo de adrenalina inyectada (viales preparados y protegidos con envases
especiales). Ver tabla 2.
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Tabla 2: Fármacos de uso habitual en el tratamiento de las


reacciones alérgicas.

FARMACO Principio inmediato/dosis ADMINISTRACION

ANTIHISTAMÍNICOS Dexclorfeniramina: 2-6 mg / Tomar por vía oral. Si preci-


6-12h sa duplicar dosis, mejor en
Cetirizina: 10-20 mg / 24h una toma al día.
Ebastina: 10-20 mg / 24h La aplicación tópica de anti-
Loratadina: 10-40 mg / 24h histamínicos puede ser foto-
Desloratadina: 5-10 mg / 24h sensibilizante.
Levocetirizina: 5 mg / 24h
CORTICOIDES Prednisona: 30 mg/24h, Tomarlos en desayuno, y
2-3 días; 15 mg/24h, 2-3 después de un protector
dias; 5 mg/24h, 2-3 días gástrico (tipo omeprazol
Deflazacort: 30 mg en igual 20mg/24h).
pauta.
ADRENALINA Viales de 1mg. Administrar Vía subcutánea o intramus-
0,3mL. Posibilidad de repetir cular.
cada 20 min (máximo 3 ve-
ces).

El tratamiento específico de cada lesión, será explicado en los correspondientes


apartados.
En cuanto a la prevención, la mejor es el uso de repelentes, para lo cual remitimos
al viajero a esta web: http://www.viajartranquilo.com/pages/durante-repelentes.
php. Mosquiteras y ahuyentadores de insectos pueden también ser eficaces.

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ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES
CAPÍTULO 2
PICADURAS, MORDEDURAS Y CONTACTO CON ANIMALES TERRESTRES
VENENOSOS, SIN APARENTE PUNTO DE INOCULACIÓN EN LA PIEL
(REACCIONES URTICANTES Y VESICANTES)

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1.- LEPIDOPTEROS (orugas, mariposas)
Destacamos a la procesionaria del pino (Thaumetopoea
pinivora); estas orugas pueden verse desde finales de
abril a principios de julio, formando largas filas cuando
se desplazan (Figura 1).
Al rozar nuestra piel, provocan un intenso dolor con
sensación de comezón, seguido de eritema y edema,
e incluso reacción habonosa urticariforme. En sujetos
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sensibilizados origina cuadros de conjuntivitis, rinitis y


alergias respiratorias. Fig 1. Orugas.
El tratamiento farmacológico será igual al de otras reac- (Autor: M. Sierra).
ciones alérgicas (antihistamínicos y corticoides en casos
extremos). Señalar que un buen método para quitar los pelos de las orugas es
aplicar una tira de esparadrapo y retirarla posteriormente, lavando de inmediato
toda la ropa.

2.- COLEOPTEROS (escarabajos)


Los escarabajos carecen de aparato inoculador
(Figura 2). Algunos de ellos, como las mariquitas
(Figura 3), pueden exudar un líquido amarillen-
to, acre y maloliente por unos pequeños orificios
situados en sus patas. Otros, al ser aplastados
liberan sus líquidos internos que contienen una
sustancia llamada cantaridina, y que produce
gran irritación de la piel, con formación de vesí-
culas dolorosas y quemantes que pueden persis- Fig 2. Escarabajo.
tir durante semanas, o irritación de mucosas si (Autor: M. Sierra).

entra en contacto con ellas.


El tratamiento se basa en el lavado intenso de la
zona (puede ser útil la limpieza con acetona o alco-
hol), aplicación posterior de una crema con corti-
coides y, si es necesario, controlar el prurito con un
antihistamínico. Si se afectan los ojos, hay que la-
varlos e instilar colirios anestésicos o antibióticos.
Si se han ingerido, carbón ac-
Fig 3. Mariquita.
(Autor: M. Sierra). tivado y aumentar la diuresis.

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3.- MILPIES (cardadores)
Para su defensa emiten ciertos líquidos repelentes
de olor acre, que contienen fenoles, alcaloides, qui-
nonas y terpenos, y que tiene propiedades irritan-
tes (Figura 4).
El tratamiento es similar al de coleópteros.

Fig 4. Milpies.
(Autor: M. Sierra).

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4.- HEMIPTEROS (chinches)
Poseen una trompa puntiaguda con la que aspiran jugos vegetales o animales. La
chinche doméstica o de las camas parasita a humanos. Su picadura es bastante
molesta y pruriginosa, pero no es vector de transmisión de enfermedades. Las
chinches asesinas o reduvios (en nuestra área encontramos el “reduvio enmasca-
rado”), viven en el interior de las casas; mediante una segregación aceitosa que
emiten, mantienen pegado a su cuerpo el polvo lo que le sirve para mimetizar-
se. Otra especie son las “vinchucas”, chinches sudamericanas responsables de la
transmisión de la Enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana.
El tratamiento se hace con lociones tópicas que contengan fenol, mentol o hidro-
cloruro de pramoxamina o con cremas antihistamínicas y/o corticoideas.

5.- ANFIBIOS
Se incluye el el Orden urodelos (salamandras y tritones) y el Orden anuros (ranas
–Figura 5- y sapos).
Las salamandras son ligeramente peligrosas por la toxicidad que presentan las se-
creciones producidas en sus glándulas cutáneas. Algunas especies poseen grandes
glándulas parótidas que producen un veneno que puede resultar especialmente
tóxico al contacto con nuestras mucosas, sobretodo
la oral y conjuntival.
La ranas ibéricas carecen de toxicidad. No ocurre lo
mismo con ciertas especies de ranas tropicales, cu-
yos llamativos colores advierten de la letalidad de
sus secreciones cutáneas (toxicidad neurológica,
bien conocida por ciertas tribus amazónicas que la
emplean como veneno para sus puntas de flecha).
El tratamiento consiste en un lavado intenso de la
Fig 5. Rana común. zona y el tratamiento farmacológico similar al de co-
(Autor: M. Sierra).
leópteros.

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6.- AVES
Los pituí (Pitohui) son aves de los bosques de Papua y Nueva Guinea y poseen
una toxina neurológica (homobatracotoxina) encontrada tanto en órganos internos
como en secreción cutánea y que resulta altamente tóxica.
El tratamiento cutáneo es similar al de coleópteros. En caso de ingesta, el trata-
miento sería urgente y hospitalario puesto que la toxina no parece inactivarse por
vía digestiva.
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ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES
CAPÍTULO 3
PICADURAS, MORDEDURAS Y CONTACTO CON ANIMALES TERRESTRES
VENENOSOS, CON UNA ÚNICA LESIÓN AISLADA EN LA PIEL

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1.- ESCORPIONES
De las 7 especies de alacrán o escorpión que habitan en nuestra península, la única
capaz de ocasionar accidentes es el Buthus occitanus (escorpión campestre ama-
rillo, Figura 1).
El aparato venenoso está formado por dos glándulas venenosas, grandes, lobula-
das y situadas en el telson (sexto segmento del post-abdomen). Cada una de ellas
posee su propio ducto excretor, que se abre al exterior por un orificio cercano al
extremo distal del acúleo (aguijón). El veneno de los escorpiones es uno de los
más potentes de la naturaleza y sus toxinas poseen una acción fundamentalmente
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neurotóxica.
El envenenamiento consiste inicialmente en una ac-
ción local debida a la serotonina y, en segundo lugar,
en un efecto neurotóxico sobre los centros autonómi-
cos hipotalámicos, simpáticos y parasimpáticos.
Las manifestaciones clínicas son locales (dolor muy
intenso, urente, irradiado, mácula eritematosa cen-
trada por el estigma, edema, eritema e hipertermia
local y a veces escara negruzca sobre la lesión) y
generales; estas últimas tardan una hora en desarro-
llarse y suelen iniciarse con inquietud, prurito nasal, Fig. 1.- Buthus occitanus.
Disponible en:
epífora, hipertensión arterial, sialorrea y paresia del http://es.wikipedia.org/wiki/
glosofaríngeo, para posteriormente sumarse en los Scorpiones
casos muy graves alteraciones respiratorias, cardiocirculatorias, neuromusculares,
digestivas y otras). Un factor de gravedad es la fiebre.
Es característico el agravamiento de la situación después de una eventual mejoría,
por lo que se recomienda la observación del paciente hasta 12 horas después de
haber desaparecido los síntomas.
El tratamiento inicial se basa en la limpieza y desinfección de la herida. Muchas
veces es necesaria la inyección de anestésico local alrededor de la picadura ante la
falta de respuesta a analgésicos convencionales. Medidas físicas antiedema (ele-
vación de la extremidad, crioterapia local no directa). Profilaxis antitetánica. Si se
produce liberación de acetilcolina, administrar atropina (¼ – ½ mg en el adulto;
1/8 – ¼ mg en niños). El empleo de antihistamínicos, corticoides o gluconato cál-
cico (10 mL vía endovenosa lenta), vendrá marcado por la clínica del paciente. El
suero antiescorpiónico no se recomienda para la picadura de las especies ibéricas.
Observación del paciente durante las primeras doce horas, con toma frecuente de
constantes vitales. Si se trata de niños, ancianos o inmunodeprimidos, se ingresa-
rán en el hospital.

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2.- GARRAPATAS
Son ectoparásitos que infestan animales y, ocasionalmente, al hombre, sobre todo
ganaderos, pastores y cazadores (Figura 2).
En España la especie más común es el Ixodes ricinus. Se
fijan a la piel mediante su hipostoma, y al mismo tiem-
po que chupa la sangre puede inocular enfermedades (en
nuestro entorno la Fiebre Q por Coxiella burnettii, la Fie-
bre botonosa por Rickettsia conorii y la Enfermedad de
Lyme por Borrelia burgdorferi).
Su lesión consiste en una pápula roja y edematosa en la

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zona de la picadura. Si al extraerla queda el hipostoma
Fig 2. Garrapatas.
(Autor: M. Sierra) dentro de la dermis, se desarrolla un granuloma por cuer-
po extraño.
Para la extracción se la envuelve en vaselina (u otro hidrocarburo) y con cuidado
se tira de ella perpendicularmente con unas pinzas. Muchos autores recomiendan
una profilaxis antibiótica con doxiciclina.
El empleo de repelentes está indicado (permetrinas, dimetilftaleno, indalone, die-
tiltoluamida, metatoluamida o extracto de eucalipto).

3.- ACAROS
El Sarcoptes scabiei variedad hominis es el res-
ponsable de la sarna o escabiosis (Figura 3).
De su infestación al hombre destacaremos el he-
cho de su aparición en pequeñas epidemias en
el entorno familiar próximo, escolar o laboral. La
clínica viene marcada por un intenso prurito noc-
turno y por una lesión dérmica característica, el
“surco acarino” (se encuentran fácilmente entre
los dedos, manos y muñecas, areolas mamarias,
genitales y en los niños en las plantas de pies). En
pacientes inmunodeprimidos se da una variante
conocida como “sarna Noruega”.
Los fármacos empleados para su tratamiento tópi-
co son el lindano, el crotamitón y la permetrina al Fig 3.- Sarcoptes scabiei.
5%. Aplicar el producto por todo el cuerpo, espe- Tomada de: http://es.wikipedia.
org/wiki/Sarcoptes_scabiei
cialmente en áreas genitales, axilares y manos, y
dejarlo actuar 8 horas, eliminándolo después con agua caliente. Lavar toda la ropa
que ha estado en contacto con el paciente con agua muy caliente; todas aquellas
prendas que no puedan lavarse, se mantendrán durante una semana dentro de una
bolsa de plástico cerrada. Evaluar y tratar en caso de duda a todos los convivientes
o contactos del enfermo. Evitar ingerir lindane o permetrina pues son neurotóxicos
(en niños es aconsejable ponerles guantes para que no se chupen los dedos).

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ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES
CAPÍTULO 4
PICADURAS, MORDEDURAS Y CONTACTO CON ANIMALES TERRESTRES
VENENOSOS, CON UNA DOBLE LESIÓN EN LA PIEL

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1.- HORMIGAS (himenópteros)

No hay realmente una inoculación de veneno sino tan sólo de una pequeña canti-
dad de saliva débilmente tóxica.
La especie más común en nuestros bosques
es la hormiga roja, Formica rufa (Figura 1),
que para defenderse no muerde sino que ex-
pele ácido fórmico por el extremo anal de su
abdomen. Esta sustancia sólo ocasiona un li-
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gero escozor al hombre.


El tratamiento local incluye la limpieza y des-
infección cutánea, revisión de la vacunación
Fig 1. Hormiga.
antitetánica y analgesia si existe dolor. (Autor: M. Sierra)

2.- ESCOLOPENDRAS (ciempiés)

Estos artrópodos (miriápodos) poseen unas fuertes mandíbulas llamadas forcípulas


o maxilípedos, en cuyo extremo distal desembocan los conductillos de salida de sus
glándulas venenosas (Figura 2).
Las lesiones presentan dos claras puncio-
nes hemorrágicas rodeadas de un halo rojo,
edema, eritema, prurito y un importante
dolor. Pueden aparecer además linfangitis,
adenitis regionales y en ciertas ocasiones
espasmos musculares.
El tratamiento consiste en la limpieza y
desinfección de la zona, extracción de frag-
mentos residuales de forcípulas, control del
edema y del dolor con medidas tanto físicas
Fig 2. Escolopendra. (elevación de la extremidad, frío seco local
(Autor: M. Sierra).
y reposo) como farmacológicas (infiltración
de anestésico local, antihistamínicos tópicos u orales, corticoides y analgésicos).
El gluconato cálcico suele ser útil para el control de los espasmos musculares. La
aplicación de lociones amoniacales en un primer momento estaría indicada.

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3.- ARAÑAS (arácnidos)
Poseen dos apéndices cefálicos denominados quelíceros, que terminan en un col-
millo que a su vez conecta con una glándula de veneno por un fino conducto.
Su mordedura provoca una doble lesión puntiforme, cuya separación es de menos
de 6 mm (en las especies peninsulares), rodeada de eritema y edema y que con
las horas evoluciona a la necrosis central.
3.1.- LOXOSCELISMO: Loxosceles rufenscens, araña reclusa, parda o violín (Figura
3).
Produce edema local pero sin necrosis o muy leve.
Se dan casos de especies importadas que dan cuadros más graves: picor, dolor,

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escozor, edema, eritema, halo azulado perilesional, pápula o bulla que con el paso
de los días puede evolucionar hacia una úlcera
gangrenosa. La coagulopatía es infrecuente.
El tratamiento se basa en el control del dolor
(frío local, aplicación de cloruro de etilo pulve-
rizado) y de la reacción local con corticoides tó-
picos u orales y antihistamínicos. En casos más
graves puede usarse dapsona (100 mg/día para
adultos mayores de 12 años durante 5-7 días y
en niños menores dosis de
1 mg/Kg). En otros paises Fig 3. Araña violín.
se disponde de una anti- (Autor: M. Sierra).

toxina.
3.2.- LATRODECTISMO: Latrodectus tredecimguttatus, arañas viudas.
Produce síndromes neorotóxicos. La clínica inicial puede ser inaparente, pero a las
pocas horas aparecen calambres, espasmos musculares, facies latrodéctica, cefa-
lea, náuseas, vómitos, salivación, sudoración, priapismo, febrícula, delirio, hiper-
tensión arterial, nefritis, anuria, convulsiones e incluso vientre en tabla.
El tratamiento comporta el uso de medidas antisépticas locales y sintomáticas y
gluconato cálcico iv en caso de espasmos. En otros países se dispone de una anti-
toxina específica.
3.3.- TARANTULISMO: Lycosas o arañas lobo.
Produce síntomas leves entre los que se encuentran, ocasionalmente, edema, eri-
tema, linfangitis, pequeña necrosis, febrícula, náuseas y cefalea.
El tratamiento es sintomático.
3.4.- MIGALES o migalas o arañas pajareras
Son grandes arañas peludas, de moda como mascotas domésticas. No son espe-
cies autóctonas ni tóxicas.
En caso de contacto, desinfección local y medidas sintomáticas.
3.5.- SOLIFUGOS o arañas del sol o Camel spiders
Son arácnidos de mayor tamaño que las arañas habituales, con unos potentes que-
líceros (como pinzas de escorpión). No son especies autóctonas ni tóxicas.
En caso de contacto, desinfección local y medidas sintomáticas.

4.- SERPIENTES
Se tratan en el siguiente apartado.
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ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES
CAPÍTULO 5
MORDEDURAS DE SERPIENTES

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1.- INTRODUCCION

Ningún animal a lo largo de la historia ha sido tan temido, odiado y venerado como
las serpientes, pero al mismo tiempo ninguno ha sido tan desconocido para el hom-
bre.
El gran orden Ophidia se divide en dos subórdenes en los que se integran todas
las especies conocidas de ofidios, unas 2.700, de las que tan sólo el 10% son
venenosas. El primero de ellos, los Escoleofidios o serpientes ciegas, carecen de
interés médico por ser especies no tóxicas que viven entre las raíces de los árbo-
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les tropicales. El segundo, los Alitenofidios o serpientes verdaderas, engloba unas


2.400 especies agrupadas en cuatro superfamilias: Booidea, Colubroidea, Aniloi-
dea y Acrochordidae.
Las principales familias con interés médico por su capacidad venenosa se recogen en la
Tabla 1.

Tabla 1.- Superfamilia Colubroidea (2.000 especies en 5 familias)

Familia Género
Colubridae Natrix, Coronella, Malpolon, Macroprotodon, Elaphe, Coluber,
Dispholidus
Elaphidae Micrurus, Naja, Dendroaspis, Bungarus, Oxyuranus, Notechis,
Acanthophis, Austrelaps
Hydrophiidae Hydrophis, Laticauda, Pelamis.
Viperidae Víboras Causus, Bitis, Cerastes, Vipera, Daboia, Echis, Athe-
ris, Adenorhinos, Pseudocerastes, Eristicophis
Crótalos Agkistrodon, Crotalus, Sistrurus, Bothrops, Deinag-
kistrodon, Lachesis, Trimesurus, Calloselasma
Atractaspidi- Víboras topo o excavadoras.
dae

Fig 1.- Detalle de la cabeza de


un colúbrido (Culebra viperina).
(Autor: M. Sierra).

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2.- LESIONES
La mordedura por serpiente suele dejar dos lesiones puntiformes. Se considera que
la distancia entre ellas es un buen indicador del tamaño de la especie; así, distan-
cias inferiores a los 6 mm serían producidas por ejemplares jóvenes (no por ello
de menor riesgo), mientras que distancias mayores serían lesiones producidas por
ejemplares adultos. Las características de las especies ibéricas que pueden produ-
cir cuadros severos de envenenamiento quedan reflejadas en la Tabla 2.

Tabla 2.- Principales características de las especies tóxicas de ofidios de

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la Península Ibérica.
COLUBRIDOS: cabeza oval, con una pupila redondeada y grandes escamas ce-
fálicas que al igual que las del dorso son lisas (excepto en las culebras de vida
acuática que son carenadas). Dentición aglifa (sin colmillos para inocular veneno)
o dentición opistoglifa (un colmillo al final de cada arcada superoexterna, conec-
tado a una glándula venenosa). Figura 1.
Culebra de cogulla Pupila verticalmente oval. Distribuida por la mitad
(Macroprotodon cucu- meridional de la península, valle del Ebro e Islas Ba-
llatus) leares. Dentición opistoglifa. Veneno neurotóxico.
Culebra bastarda Muy agresiva al sentirse molestada. Puede medir
(Malpolon monspessu- hasta 250 cm. Cabeza estrecha y puntiaguda, con
lanus) grandes escamas supraoculares que dan expresión
de enfado. Dentición opistoglifa. Veneno neurotóxico.
VIPERIDOS: cabeza triangular, con una región nasal más o menos elevada y
cientos de pequeñas escamas cefálicas. Las escamas dorsales son carenadas (con
forma de V invertida), con un dibujo marcado en zig-zag y con una cola corta y
muy diferenciada del cuerpo. Dentición solenoglifa (sistema inoculador más per-
fecto, presenta dos grandes colmillos plegados en el paladar, que al atacar pasan
a ocupar una posición anterior y que conectan directamente con una gran glán-
dula productora de veneno). Veneno hemotóxico.
Víbora de Seoane Al contrario que el resto de víboras, presenta una sola
(Vipera seoanei) fila de escamas entre el ojo y las supralabiales. Dis-
tribución exclusiva por la cornisa Cantábrica y Galicia.
Víbora áspid Hocico ligeramente levantado. Distribución por Piri-
(Vípera aspis) neo, Prepirineo y tercio superior de la península con
la exclusión de las zonas ocupadas por V. de Seoane.
Víbora hocicuda Hocico prominente a modo de cuernecillo. Distribuida
(Vipera latastei) por toda la península, excepto por las áreas ocupadas
por las otras especies de víboras.

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3.- TRATAMIENTO
En cuanto al tratamiento señalar la importancia de los primeros auxilios antes de
llegar al hospital, donde toda mordedura debe ser trasladada en previsión de un
envenenamiento severo.
Los puntos clave son:
1. Evaluar el grado de envenenamiento en los primeros momentos y cada hora
hasta su llegada al hospital, comprobando la progresión de la inflamación, el san-
grado o el dolor.
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2. Intentar identificar la familia de ofidio por el aspecto, actitud, lugar geográfico,


hora del día y marcas de las lesiones, recogiendo estos datos a través del paciente
o de sus acompañantes.
3. Limpieza y desinfección de la herida con agua y jabón, evitando agentes que co-
loreen innecesariamente la zona de la mordedura (povidona yodada o mercromina)
y que puedan impedir el control de la evolución.
4. Elevación y vendaje de la extremidad afecta con un vendaje compresivo (tipo
Crepé) y siguiendo las directrices clásicas de los vendajes. Puede colocarse además
una férula.
5. Crioterapia pero no directa sobre la piel.
6. Revisión de la profilaxis antitetánica e inicio de la misma sí no es correcta.
7. Inicio del tratamiento antibiótico. El de elección es con amoxicilina–clavulánico
oral (eritromicina o clindamicina sí existen alergias).
8. Analgesia en caso necesario. Se evitará la administración de AAS. Proponemos
el empleo de paracetamol o ibuprofeno.
9. Ante una eventual reacción anafiláctica, el modo de actuación sería similar al lle-
vado a cabo ante cualquier otra causa (adrenalina, corticoides y antihistamínicos).
10. En algunas ocasiones será necesaria la administración de sedantes, pues la
ansiedad puede ser considerable.
11. Mantener en dieta absoluta al paciente (salvo la medicación). Puede adminis-
trarse fluidoterapia (suero glucosado o fisiológico) de mantenimiento. La vía de
administración de fluidos deberá estar en una extremidad diferente a aquella que
recibió la mordedura.
El tratamiento hospitalario, en cuanto a especies autóctonas, vendrá marcado por
el grado de envenenamiento alcanzado (Tabla 3), pudiendo llegar a precisar trata-
miento antidótico con suero antiofídico.

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Tabla 3: Grados de envenenamiento por mordedura de serpiente.
Grado de Manifestaciones
envenenamiento
Grado 0 No existe envenenamiento. Ausencia de reacción local o sis-
témica. Tan sólo existe la marca de los colmillos.
Grado 1 Envenenamiento ligero. Encontramos un edema local mode-
rado sin sintomatología sistémica.
Grado 2 Envenenamiento moderado. Existe edema local marcado, se
puede producir equímosis, linfangitis, adenopatías, dolor in-

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tenso y además manifestaciones sistémicas leves (náuseas y
vómitos, mareos, diarreas...).
Grado 3 Envenenamiento severo. Edema regional que puede llegar a
desbordar la extremidad, dolor muy intenso y sintomatolo-
gía sistémica grave (rabdomiolisis, CID, fracaso renal agudo,
insuficiencia respiratoria, shock, hemolisis, transtornos neu-
rológicos).

4.- SERPIENTES EXÓTICAS


Este grupo integra a las serpientes de cascabel, cobras, mambas, boomslang,
serpientes marinas, búngaros y víboras africanas y asiáticas. Son especies muy
venenosas, con aparatos inoculadores altamente especializados (denticiones so-
lenoglifas, como nuestras víboras, y proteroglifas, con dos colmillos de tamaño
medio fijos en posición anterior) y venenos letales, por lo que la sola sospecha de
envenenamiento será indicación de ingreso en Cuidados Intensivos, aunque hay
que recordar que un tercio de las mordeduras pueden ser “secas” es decir sin ino-
culación de veneno.
No se incluyen a boas, pitones ni anacondas (Superfamilia Booidea), puesto que
sus mordeduras no inoculan veneno.

Respecto al tratamiento pre-hospitalario:


1. Primeros auxilios: vendaje compresivo de la zona (con una venda blanda y si-
guiendo las directrices de los vendajes clásicos, conocido como Técnica Australia-
na), inmovilización y traslado urgente al hospital que disponga de UCI, llevando a
cabo en muchos casos medidas de soporte vital avanzado.
2. Vigilar cualquier tipo de sintomatología como alteraciones neurológicas (espe-
cialmente afectación de pares craneales), hemáticas precoces o tardías (tras 48
horas), fallo hepato-renal precoz o tardío, cardiovasculares y efectos citotóxicos
que en algunos casos pueden ser severísimos e imposibles de controlar aún con
amputaciones.
3. Es necesario identificar la especie de ofidio, para la correcta administración del
antídoto.
25
ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES
CAPÍTULO 6
PICADURAS, MORDEDURAS Y CONTACTO CON ANIMALES TERRESTRES
VENENOSOS, CON LESIONES MÚLTIPLES EN LA PIEL

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1.- HIMENÓPTEROS

1.1.- AVISPAS
Poseen un aguijón en el extremo final de su abdomen, que conecta con las glán-
dulas venenosas (Figura 1). Pueden picar varias
veces seguidas, sin perder el aguijón y es de re-
señar que son mucho más agresivas que las abe-
jas y su veneno posee una reactividad alérgica y
anafiláctica mayor que el de las abejas.
ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES

Los avispones son de tamaño mayor, pero más


inofensivos. Fig 1. Avispa.
(Autor: M. Sierra)

1.2.- ABEJAS
Tienen un aguijón arponado (Figura 2). Por tanto, cuando lo
clavan quedan enganchadas a la piel y no pueden soltarse a
menos que se desprendan de parte del intestino final junto
con el aguijón y la glándula del veneno, lo que causará su
muerte.
Fig 2. Abeja.
(Autor: M. Sierra)

Los abejorros son de mayor tamaño, pero menos


agresivos (Figura 3).

Fig 3. Abejorro.
(Autor: M. Sierra)

1.3.- HORMIGAS PICADORAS


Han desarrollado un aparato inoculador, similar al de las avispas, un aguijón y una
glándula venenosa. Es el caso de las “hormigas de fuego” (Solenopsis) y de las
“hormigas bulldog” (Myrmecia gulosa). Su picadura produce una vesícula dolorosa
y pruriginosa que tras unos días se convierte en una escara. En estas especies el
riesgo de reacción anafiláctica es importante.
28
1.4.- TRATAMIENTO DE LA PICADURA DE HIMENÓPTEROS
Inicialmente extracción del aguijón si este está presente, mediante una pinza y sin
exprimirlo para no inocular más veneno. La aplicación de frío local y la elevación
de la extremidad, reducirán el edema. La reacción alérgica se controlará con an-
tihistamínicos y corticoides orales, intravenosos o intramusculares. Atención a la
vía respiratoria, cuyo cuidado no difiere de los compromisos por otras causas. En
caso de reacción anafiláctica se empleará adrenalina subcutánea. En una situación
de ataque por un enjambre, se recomienda sumergirse en agua para evitar las pi-

ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES


caduras.

2.- DIPTEROS

2.1.- MOSCAS
La especie más abundante en nuestro medio, es la mosca común o doméstica.
Hay una gran variedad de moscas hematófagas que viven principalmente en el en-
torno rural (mosca de los establos, mosca borriquera, mosca del carnero), Figura
4. Producen picaduras al hombre con mayor o menor reacción alérgica, pero su
importancia radica en que son agentes transmisores de enfermedades (Tabla 1).

Los tábanos son grandes moscas hematófagas, cuyas hembras pican al ganado, a
los herbívoros salvajes y al hombre. Sus picaduras son muy dolorosas y presentan
una reacción local intensa que en sujetos hipersensibles puede generalizarse con
el desarrollo un nódulo subcutáneo persistente y con equimosis.

Fig 4. Moscas.
(Autor: M. Sierra)

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Tabla 1: Principales géneros de moscas y enfermedades transmitidas
por ellas.
Familias Especies Enfermedades
Tabanidae y Chrysops Tabanus bovinus, Tularemia, Filariasis (Loa-
T.bromius, Haematopota loasis)
pluviales
Muscidae Musca domestica, Sto- Transmisión pasiva de
moxys calcitrans, Glossi- gérmenes, Carbunco, Bo-
na palpalis, G. morsitans, tón de Oriente, Tripanoso-
ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES

G. tachinoides miasis (enf del sueño)


Hippoboscidae Hippobosca equina Carbunco
Calliphoridae, Oestrus bovis Miasis
Sarcophagidae,
Oestridae,Muscidae

2.2.- MOSQUITOS (culícidos)


Al picar introducen su probóscide o trompa y de esta manera entra en contacto su
saliva con nuestros tejidos y desencadena una reacción alérgica. La principal mani-
festación es la aparición de una pápula pruriginosa, con eritema y edema, que evo-
luciona a habón y que desaparece fugazmente, aunque puede volver a aparecer,
incluso días más tarde. En algunas ocasiones puede aparecer una reacción gene-
ralizada hasta con fiebre en sujetos hipersensibilizados. La picadura de mosquitos
entraña el grave riesgo de la transmisión de enfermedades (Tabla 2).

Tabla 2: Principales géneros de mosquitos y enfermedades transmitidas


por ellos
Anopheles Paludismo
Culex, Aedes Filariasis, fiebre amarilla, dengue, encefalitis virales,
tularemia.
Jejenes (Ceratopogon, Filarias y virus.
Culicoides)
Phlebotomus, Lutzom- Leishmaniasis (kala-azar, botón de oriente), Enferme-
ya dad de Carrión (Bartonelosis)
Simulium Oncocercosis (ceguera de los ríos)

2.3.- TRATAMIENTO
El tratamiento es como en cualquier reacción alérgica, pero aquí el uso de repe-
lentes como medida preventiva cobra una gran importancia sobretodo en sujetos
hipersensibles: dietiltoluamida en aerosol, barra o líquido, metatoluamida al 9%
en crema, dimetilftalato al 2% o aceite de citronella, aplicados sobre piel y ropas.
En el caso de los tábanos, como parte del tratamiento, puede ser necesaria la apli-
cación de anestésicos locales.
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3.- ANOPLURA.
La infestación del hombre se produce por Pediculus humanus capitis y corporis y
por Pthirus pubis. La transmisión es por contacto interhumano, asociado en oca-
siones a la falta de higiene y al hacinamiento. Sus picaduras pueden inocular tres
enfermedades graves: Fiebre de las trincheras (Rochalimaea quintana), Tifus en-
démico (Rickettsia prowazekii) y Fiebre recurrente (Borrelia recurrentis).
El diagnóstico es sencillo por simple visión bajo el microscopio de uno de los piojos.
Para su tratamiento puede utilizarse crotamitón 10%, permetrina al 1,5%, lindano,

ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES


lindano más benzoato de bencilo o malatión 0,5%. Cortar el cabello ya que facilita
la acción del fármaco; dejar el fármaco en contacto con el pelo de 15 a 30 minutos
antes de lavarlo. No utilizar champús sino lociones o cremas que tienen un tiempo
de contacto mayor; no usar aerosoles para el tratamiento de los piojos; evitar el
contacto del fármaco con mucosas; repetir la aplicación a los 10 días para destruir
las larvas que hayan pasado a adultos; no es aconsejable la aplicación preventiva
porque desarrolla resistencias.
Siempre se explorará a los convivientes y, en caso necesario, se realizará el mis-
mo tratamiento. En caso de embarazadas y niños es de elección la permetrina en
crema al 1-5%.

4.- SIFONOPTEROS (pulgas)


Son ectoparásitos hematófagos, sin alas. Su aparato bucal está formado por tres
estiletes perforantes. Al picar inyectan saliva con propiedades anticoagulantes y
anestésicas y con capacidad alergénica.
La lesión que aparece es una pápula eritematosa y pruriginosa con una petequia
central (persiste varios días). Es característica la aparición de varias pápulas linea-
les y limitadas por una zona de presión. Pueden desencadenar un cuadro genera-
lizado de urticaria papulosa (prúrigo estrófulo), por una reacción de tipo retardado
(tipo IV).
El cuadro de lesión en el hombre se conoce como pulicosis; otro cuadro que puede
desarrollar es el de la tungiasis. La Tunga penetrans, invade la piel y labra cuevas
dérmicas provocando cuadros abscesificantes. El tratamiento consiste en extraer la
pulga con una aguja y tratar la infección acompañante. Son agentes transmisores
de enfermedades como la peste (Xenopsylla cheopis, pulga de las ratas).
El tratamiento consiste en el cuidado local de las pápulas (limpieza y desinfección,
aplicación de medidas antipruriginosas), antihistamínicos y medidas preventivas
(repelentes, desinsectantes ambientales). Si han actuado como vector de transmi-
sión de enfermedades, se realizará el tratamiento específico del cuadro.

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ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES
CAPÍTULO 7
OTRAS PICADURAS, MORDEDURAS Y LESIONES POR CONTACTO
CON ANIMALES TERRESTRES VENENOSOS

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1.- MAMIFEROS INSECTIVOROS
Ciertas musarañas y los “alquimies” de Cuba y Haití, presentan glándulas saliva-
les ponzoñosas, si bien su efecto tóxico en el hombre es leve y tan sólo precisaría
tratamiento sintomático.

2.- MAMIFEROS MONOTREMAS


Los ornitorrincos (Ornithorhynchus anatinus) son capaces de inocular veneno con
ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES

un espolón que presentan en la parte posterior de las patas traseras.


El veneno causa una fuerte reacción local que se trata sintomáticamente.

3.- LAGARTOS
Las dos únicas especies de lagartos venenosos son el monstruo o lagarto de Gila
(Heloderma suspectum) y el lagarto de cuentas (Heloderma horridum).
Se encuentran en los desiertos de Estados Unidos y Méjico. En nuestra área ni el la-
garto ocelado o ardacho, ni los eslizones o lagartos sin patas, ni la lagartija común,
poseen toxicidad y ni siquiera suelen morder al manipularlos (Figura 1).
En caso de producirse la mordedura, se tratará como una herida sucia (limpieza y
desinfección, profilaxis antitetánica y antibioterapia).

Fig 1. Lagartija común. No és venenosa


(Autor: M. Sierra)

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ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES
CAPÍTULO 8
PICADURAS, MORDEDURAS Y CONTACTO CON ANIMALES
TERRESTRES NO VENENOSOS

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1. INTRODUCCION
Se trata de una serie de animales de
presencia frecuente en nuestro medio,
pero incapaces de inocular veneno al
ser humano. Entre ellos se encuentran
los grillos de matorral o chicharras, los
siricidos o avispas de madera, las libé-
lulas (Figura 1) y las tijeretas (Forcicu-
la auricularis), todas ellas especies no
Fig 1. Libélulas.
ANIMALES VENENOSOS TERRESTRES

tóxicas, que ni pican ni muerden. (Autor: M. Sierra).

2.- SALAMANQUESAS Y LAGARTIJAS


Las salamanquesas, son reptiles de la Familia de
Gecónidos (Figura 2). No son tóxicas ni su morde-
dura ni el contacto. La lagartija, reptil de la Fami-
lia de Lacertidos, tampoco es una especie tóxica.

Fig 2. Salamanquesa.
(Autor: M. Sierra).

3.- SANGUIJUELAS
Las sanguijuelas no son animales venenosos, pero al morder para aspirar sangre
introducen en la herida hirudina (sustancia anticoagulante), que puede facilitar el
sangrado profuso de la herida y la demora en la cicatrización de ésta.
La herida es indolora, pasa inadvertida fácilmente o se detecta sólo por el sangra-
do, en ciertas ocasiones aparece prurito. Para desprenderla de la piel basta con
tirar suavemente de ellas. Si no se desprenden se sueltan aplicándoles un poco de
anestésico local, solución salina concentrada o un cigarro encendido.
El tratamiento de la herida es local. El ftalato de dimetilo se emplea como repelen-
te. Señalaremos que las especies más pequeñas o las crías, pueden ser ingeridas
con el agua o infestar las fosas nasales, boca faringe, esófago, ano, vagina, uretra
o incluso los ojos.

4.- MURCIÉLAGOS
No es frecuente este tipo de lesión en nuestra área. En caso de producirse se trata-
rá la lesión como una herida sucia (limpieza y desinfección, profilaxis antitetánica
y antibioterapia).
Los vampiros son murciélagos de pequeño tamaño, que se encuentran únicamente
en Sudamérica.

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