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La Plaza de Armas de Los Ángeles o Plaza Libertador Bernardo

O’Higgins tiene, además de la hermosa estatua de bronce del libertador


de Chile, otras cuatro obras de arte que representan las estaciones del
año.
Al igual que en la obra de Antonio Vivaldi, las estatuas de la primavera, el
verano, el otoño y el invierno se funden con la naturaleza hasta pasar
desapercibidas por el ojo del transeúnte.
Cada una de ellas, representada en figuras humanas, observa en silencio
a cada uno de los visitantes, como explicándoles que la vida pasa
tranquila y sin grandes sobresaltos y avisándoles que ellas estarán allí
siempre, no cómo él o ella, que sólo están de paso mientras todo sigue
un ciclo eterno de cuatro partes.
Según señala el sitio www.nuestrobiobío.cl, “las cuatro estatuas fueron
compradas en 1886 por el presbítero Marcos Rebolledo, conocido
también como ‘El cura Rebolledo’, uno de los personajes con mayor
fortuna (riqueza) que ha tenido Los Ángeles”.
Las obras están esculpidas en mármol y su estilo pertenece al trabajo
que realizaban los artistas en el siglo XIX.
En tanto, Rayen Salamanca escribe en su Facebook un completo
resumen de las cuatro estaciones de la plaza, aclarando que “son de
mármol y miden 2.10 metros, incluyendo la base (aunque si se suma el
pedestal, su altura supera los 3.80 metros). Esa elevación les permite ser
observadas desde distintos puntos. Se desconoce quién las esculpió”.
Las cuatro estatuas tienen un origen o nacimiento incierto, y de ahí que
su llegada no sea clara; la disputa entre los historiadores habla de un
trofeo de guerra traído desde Perú, e incluso que existe un reclamo
formal de nuestros vecinos para su devolución, sin embargo, fue un dato
que no pudimos corroborar y que seguiremos investigando.
En el año 2000, la Plaza del Libertador Bernardo O’Higgins fue renovada
y las estatuas dejaron los puntos cardinales alrededor del odeón para
instalarse en cada una de las esquinas.
Durante ese proceso, las cuatro estaciones “fueron sometidas a un
tratamiento especial para recuperar su esplendor y se instalaron sobre un
pedestal para protegerlas de los vándalos”, dice Salamanca.
Primavera: Valdivia con Cuapolicán.

Verano: Caupolicán con Colón.


Otoño: Colón con Lautaro.

Invierno: Valdivia con Lautaro.

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