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GUÍA BÁSICA PARA APROBAR EXÁMEN DE CONTRATACIÓN ROMANA,

POR JUAN RIVERO.

Concepto y evolución histórica del contrato.

El contrato antes de perpetrarse tal como lo vemos hoy, atravesó diversas


modificaciones no solo en su terminología sino en la manera de que llevaban a
cabo. Originalmente el verbo romano ‘‘contractus’’ hizo aparición en la última
etapa republicana, la jurisprudencia para aquel entonces denominó dicho término
para la celebración de un acto, es decir, el contrato.

Sin embargo los juristas no llegaron a definir el contrato, pero a través de


algunos textos partieron que este acto se basaba en un acuerdo de la voluntad de
dos o mas personas, cuyo acuerdo fue reconocido y amparado por el Ius Civile,
dirigido a constituir una relación jurídica obligatoria.

Es por ello que los juristas romanos dictaminaron que para efectuarse un
‘‘contractus’’ (lo contraído que genera obligaciones), debía estar la presente la
‘‘conventio’’ (la voluntad de las partes) y el ‘‘actio’’ (requisito formal o solemne
para refutar el acto).

Antes del contrato existir el contrato, emanaban otras fuentes de obligaciones


como lo era el ‘‘nexum’’ que era un método antecesor del préstamo mediante el
cual los romanos se obligaban recíprocamente a restituir lo recibido.

Otra fuente de obligaciones fue la ‘‘sponsio’’, un contrato verbal que consistía


en aceptar cumplir con las responsabilidades que emanaran del mismo
‘‘Spondes?’’ (¿Prometes?), ‘‘Spondeo’’ (Prometo).

De esta manera comenzaron a establecerse contratos de distintos tipos


generando mejoras en el derecho y creando la oportunidad de realizar actividades
no solo los ciudadanos romano, sino de igual manera los peregrinos.

En virtud de ello se puede expresar que un contrato es un acuerdo privado, oral


o escrito, entre partes que se obligan sobre materia o cosa determinada, y a cuyo
cumplimiento pueden ser exigidas. Es un acuerdo de voluntades que genera
derechos y obligaciones para las partes.

Por ello se señala que habrá contrato cuando varias partes se ponen de
acuerdo sobre una manifestación de voluntad destinada a reglar sus derechos.
Doctrinariamente, ha sido definido como un negocio jurídico bilateral o multilateral,
porque intervienen dos o más personas y que tiene por finalidad crear derechos y
obligaciones.

Elementos del contrato.

El contrato se cataloga como una de las formas de establecer negocios


jurídicos, consta de elementos que lo rigen, cuyos otorgan la susceptibilidad para
que se lleve a cabo tal acto. Los elementos se dividen en esenciales, naturales y
accidentales.

Los elementos esenciales son aquellos sin lo cuales el contrato no se puede


concebir, son de carácter ‘‘conditio sine qua non’’ en cualquier contrato. Estos
son la capacidad, consentimiento, objeto y causa.

o Capacidad: La aptitud de los sujetos para establecer relaciones


contractuales.
o Consentimiento: Es la coincidencia de dos declaraciones de voluntad que
procediendo de dos sujetos capaces, se unen concurriendo a un fin común.
o Objeto: El objeto de todo contrato es producir unas o varias obligaciones
de dar, hacer o no hacer. El objeto deber ser posible, lícito, determinado o
determinable.
o Causa: Es la razón o circunstancia de la cual se origina el contrato.

Los elementos naturales son aquellos que derivan de la esencia y naturaleza


típica de cada contrato y por ende tienden a delimitar su singularidad. No son
requisitos imprescindibles en los contratos y se consideran incluidos cuando no se
declara lo contrario en el contrato.

Los elementos accidentales son aquellos que no afectan la esencia ni


naturaleza del contrato, sino a la manera particular de producir sus efectos. Estos
se establecen por las partes de la obligación acordando un régimen concreto en
cuanto a los efectos de la misma. Entre ellos se encuentran el término, el modo y
la condición.

Clasificación de los contratos.

Los contratos en su afán de crear derechos y obligaciones, se denotan con


diversos criterios que se establecen dependiendo de la naturaleza de la
obligación. Como lo son su contenido, forma, sujetos obligados, origen,
onerosidad, causa y reconocimiento.
Siguiendo lo anteriormente expuesto, los contratos a través de su contenido se
distinguían en ‘‘stricti iuris’’ (estrictos) y ‘‘bonae fidei’’ (buen fe).

Los estrictos, como su nombre lo indica, eran de estricto cumplimiento lo


delimitado por las partes y lo que los jueces establecían taxativamente. Todos los
contratos primitivos de Ius Civile fueron estrictos.

Por otra parte, los contratos de buena fe no poseían un contenido delimitado.


Entonces las partes no solo debían lo que habían prometido sino todo lo exigible
con arreglo de buena fe, teniendo mas libertad para establecer sus negocios.

En relación a su forma, los contratos se determinaban solemnes o no


solemnes, los solemnes requerían una forma determinada para su celebración,
de lo contario no eran válidos. La forma es un requisito ‘‘ad solemnitatem’’. Entre
los contratos solemnes o formales fueron el ‘‘nexum’’, la ‘‘stipulatio’’, los
contratos verbales y literales.

En cambio los no solemnes no requerían una forma determinada en su


celebración como un recado necesario, como es el caso de los contratos reales y
consensuales.

Seguido a esto tomando en cuenta los sujetos o las partes obligadas como
consecuencia del contrato, podríamos distinguirlos como unilaterales (ej. El
Préstamo), bilaterales (ej. La Compraventa) y plurilaterales (ej. Las Sociedades).
Según sean la cantidad de individuos implícitas en el contrato.

De acuerdo a su onerosidad, se hallan los contratos onerosos (donde la


obligación de una parte se corresponde con otra adquirida por la otra parte), ej.
Compraventa, préstamo y demás bilaterales. Igualmente se hallan los gratuitos
(donde la obligación de una de las partes no se justifica jurídicamente en la
obligación de la contraparte), ej. El mandato.

En tanto a causa, es aquella por la que se perfecciona el contrato, se


diferencian en verbales (orales como la stipulatio), reales (por requerir entrega de
la cosa, como en el depósito) y consensuales (en los que incurre intrínsecamente
el consentimiento de las partes, como el mandato).

En cuanto a su reconocimiento, se clasificaron en contratos nominados e


innominados. Los Nominados son aquellos que tienen como características el
objeto mismo y se considera que están reglamentadas en leyes generales además
tiene la característica de lo que son obligaciones de dar y entre ellas están los
verbales, literales, reales y consensuales.
Haciendo contraste, los innominados tienen como características un hacer,
una prestación de servicios y se considera que está reglamentada en leyes
específicas además también se les conoce con el nombre de contratos a típicos
porque carecen de alguna legislación, entre ellas están ‘‘Do ut des’’ (Doy para
que des), ‘‘Do ut facias’’ (Doy para que hagas), ‘‘Facias ut des’’ (Hago para que
des), ‘‘Facias ut facias’’ (Hago para que hagas) y los Verbis (verbales).

Los Contratos Formales.

Son aquellos que precisan el empleo de una forma determinada establecida por
la ley para tener existencia jurídica, en otras palabras, requieren la observancia de
solemnidades concretas, el incumplimiento de ellas afectan la existencia y validez
del contrato.

En los contratos formales se hallan los verbales y los literales. Los verbales
son aquellos que su recado consiste y se fundamenta en una forma de juicio oral
de cada una de las partes para concebirse. Los literales son aquellos donde su
requisito recae en una forma especial escrita que al añadirse con el acuerdo de la
voluntad de las partes origina una obligación.

Los contratos verbales son:

o La stipulatio (interrogación oral entre acreedor y deudor para finiquitar el


contrato).
o La promesa jurada del liberto ‘‘promissio iurata liberti’’ (promesa
sagrada de un esclavo a su patrono para prestar sus servicios).
o La promesa de dote ‘‘dotis dictio’’ (promesa solemne por la mujer de un
parterfamilias para constituir bienes en dote).
o Vadiatura (contrato verbal donde un tercero respondía por las obligaciones
de otro).
o Praediatura (modalidad verbal donde un garante ‘‘praes’’, prometía
garantizar las deudas de una persona en relación al Estado o ciudad).

Los contratos literales son:

o La expensilatio o Nomen Transscripticium (llevanzas de la contabilidad


doméstica por el paterfamilias).
o Chirographa (documento probatorio de las deudas de un deudor).
o Syngrapha (documento doble original erigido por la causa de una
obligación).
Los Contratos Reales.

Los contratos reales eran aquellos contratos no formales que tenían como
finalidad la transmisión de cosas corporales a una persona, obligada a restituirla.
En otras palabras los contratos reales son aquéllos que para su perfección
necesitan dos elementos: la entrega de la cosa (datio rei) y el acuerdo de las
partes (conventio), que versa sobre la finalidad de la entrega y va dirigido,
fundamentalmente, a crear una obligación de restitución a cargo del que la
recibe. Si alguno de estos dos elementos falla, el vínculo obligatorio no surge: si
no había acuerdo no había contrato, y si faltaba entrega el acuerdo era nulo.

En los contratos reales se conocieron cuatro modalidades entre ellas el


Préstamo o Mutuo ‘‘mutuum’’, El Comodato ‘‘commodatum’’, El Depósito
‘‘depositum’’ y La Prenda ‘‘pignus’’.

En virtud de ello, se considera que el préstamo de consumo o mutuo es un


contrato real, unilateral, de derecho estricto y gratuito por el cual una persona
denominada mutuante transmite a un mutuario la propiedad de una cantidad de
dinero determinada u otras cosas fungibles, de manera que esta última se obliga a
restituir en un plazo convenido la misma cantidad, género y calidad.

Características del mutuo.

o Es un contrato real.
o Es unilateral (obliga solo al mutuario).
o Es de derecho estricto.
o Es gratuito (no consta en intereses o precios, sino en la reparación de la
cosa).

Igualmente el comodato es un contrato real, bilateral imperfecto, gratuito y de


buena fe. A través del cual una persona llamada comodante entrega a otra
(comodatario), una cosa no consumible para que la use por cierto tiempo o
destino y la restituya al comodante.

Características del comodato.

o Es un contrato real.
o Es un contrato bilateral imperfecto (solo se obliga al comodatario, quizá
eventualmente surjan obligaciones al comodante).
o Es esencialmente gratuito (no consta de precios, si tuviere precio seria
arrendamiento).
o Es de uso temporal (de lo contrario sería una donación).
o Es de buena fe.

También el depósito se clasifica como un contrato real, bilateral imperfecto,


gratuito y de buena fe por el que una persona determinada llamada depositante,
entrega una cosa mueble a otra (depositario), quién se obliga a custodiarla y
restituirla al primero en el momento que este lo solicite.

Características del depósito.

o Es un contrato real.
o Es un contrato bilateral imperfecto.
o Es gratuito.
o Custodia cosas muebles.
o Recibe la detentación pero no la propiedad.

El último tipo de contrato real, se denomina prenda. Es un contrato real, bilateral


imperfecto, gratuito, de buena fe y accesorio. A través del cual una persona
llamada acreedor pignoraticio (pignoratario) recibe como garantía una cosa
mueble o inmueble de otra persona (pignorante), deudora de la primera o que
actúa en interés deudor suyo, asumiendo el primero la obligación de conservar la
cosa y restituirla, una vez satisfecha la deuda garantizada.

En otras palabras, los romanos la denominaron con el nombre de ‘‘pignus’’ a la


prenda. Era un derecho real sobre cosa ajena en calidad de garantía, es decir,
era una transmisión que se hacía de una cosa mueble al acreedor de una
obligación y dicho acreedor tenía la facultad de conservar la cosa hasta que fuera
satisfecha la obligación.

Es por ello que a la hipoteca los romanos le denominaron ‘‘pignus’’ en el cual


el acreedor tenía derecho de hipotecar bienes inmuebles de su deudor para
garantizar el cumplimiento de una obligación.
Características de la prenda.

o Es un contrato real.
o Es un contrato bilateral imperfecto.
o Es gratuito.
o Es de buena fe.
o Accesorio (conservado hasta satisfacer la obligación).

Los Contratos Consensuales.

Estos contratos se caracterizan porque se concluyen solo con el mero


consentimiento de la partes, privados de cualquier formalidad. Bastaba la
concurrencia del consentimiento como requisito para la perfección del
contrato, por ende podían celebrarse siempre que existiese al respecto la
voluntad de las partes, de manera expresa o tácita, escrita u oral, mediante un
intermediario.

Entre los contratos consensuales se hallan la compraventa ‘‘emptio-


vendio’’, el arrendamiento ‘‘locatio-conductio’’, la sociedad ‘‘societas’’ y el
mandato ‘‘mandatium’’.

En relación a lo anterior, la compraventa es un contrato consensual en virtud del


cual una persona (vendedor ‘‘venditor’’) se obliga a transmitir a otra, el
comprador (emptor), la posesión de una cosa (mercancía ‘‘merx’’) y mantenerlo
en el goce pacífico de la misma, a cambio de una suma de dinero (precio
‘‘pretium’’), que el comprador se obliga a transmitir en propiedad (dinero).

Características de la compraventa.

o Es consensual.
o Es principal (nace de una relación independiente).
o Es bilateral perfecto (ambas partes de obligan cumpliendo recíprocamente).
o Es de buena fe.
o Es de título oneroso (desde un punto de vista económico y social).

El arrendamiento también forma parte de los contratos consensuales, siendo


bilateral perfecto, de buena fe y oneroso, a través de este una de las partes
(arrendador ‘‘locator’’) se obliga a procurar a la otra (arrendatario ‘‘conductor’’)
el uso y disfrute temporal de la cosa, la prestación de ciertos servicios o la
ejecución de una obra a cambio de una remuneración determinada.

Características del arrendamiento.

o Es consensual.
o Es bilateral perfecto.
o Es de buena fe.
o Es oneroso.
o Es temporal.

La sociedad (‘‘societas’’) igualmente forma parte de lo contratos consensuales,


como bilaterales o plurilaterales perfectos, de buena fe y onerosos, por medio del
cual dos o mas personas se obligan recíprocamente a poner bienes, obras o
actividades para la consecución de un fin lícito y de utilidad común.

Características de la sociedad.

o Es consensual.
o Es bilateral o plurilateral.
o Es de buena fe.
o Es oneroso.
o Deber ser lícito.
o Tiene un fin común.

De igual forma, el mandato es un contrato consensual, bilateral imperfecto, de


buena fe y gratuito. A través de esta, una persona, mandatario o procurador
(‘‘mandatarium’’), se obliga a efectuar, tras el encargo encomendado por otra
persona llamada mandante (‘‘mandator’’), una comisión, gestión o realización de
actos civiles en interés del mismo ordenante o de un tercero.

Características del mandato.

o Es consensual.
o Es bilateral imperfecto.
o Es de buena fe.
o Es gratuito.
o Es de utilidad práctica para un tercero.

Los pactos.

Los pactos son aquellas convenciones o acuerdo de voluntades desprovistas de


formas, que prescindía una causa revestida de formalidad sobre la cual apoyarse
como los contratos. Estos no producen obligaciones.

Los cuasi-contratos.

Son fuentes de obligaciones muy parecidas a los contratos, solo que a estos les
falta el consentimiento, es decir, el acuerdo de voluntades. Sin embargo van a
producir efectos jurídicos a pesar de que faltan una de las voluntades o
asentamientos por ejemplo la gestión de negocios que ellos le llamaban
‘‘negotiorum gestorum’’. También el cuasicontrato puede darse en el caso del
mandato cuando el mandante aún no lo ha ratificado y en cualquier tipo de
representación que se dé por solidaridad.

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