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José Antonio Anzoátegui y Hernández (Barcelona, Estado Anzoátegui, Venezuela, 14 de

noviembre de 1789 - Pamplona, Colombia, 15 de noviembre de 1819) fue uno de los más
importantes oficiales del Ejército neogranadino en la Guerra de Independencia y Jefe de la
Guardia de Honor de Simón Bolívar.

Sus padres fueron José Antonio Anzoátegui y Juana Petronila Hernández. Desde 1810, en su
ciudad natal se mostró decidido partidario de la causa emancipadora, incorporándose a la
causa independentista en octubre de ese año, como militar y miembro de la Sociedad
Patriótica. En 1812 contrajo matrimonio con María Teresa Arquindegui.

Tomó parte en la Campaña de Guayana en 1812, cuyas operaciones dirigía el general Francisco
González Moreno; en junio y julio de ese año, como Comandante Militar de Barcelona, intentó
sin éxito ayudar a las fuerzas de Francisco de Miranda. Al triunfar los realistas, fue enviado
preso a las bóvedas de La Guaira. En 1813 se reincorporó al ejército de Venezuela con el rango
de capitán.

Peleó en numerosas batallas, entre ellas las de Araure en 1813 y la primera de Carabobo en
1814 y luego hizo bajo las órdenes del General Rafael Urdaneta la retirada hacia la Nueva
Granada. Con Bolívar actuó en las operaciones contra Santa Fe de Bogotá y se distinguió en la
toma de esa capital en diciembre de 1814.

En calidad de comandante del batallón "Barlovento" integró la Junta de Guerra, celebrada en


1815 en Turbaco, ante la cual presentó Bolívar la renuncia Haití rumbo a Venezuela, e
igualmente en las operaciones que culminaron con la toma de Angostura, en julio de 1817, de
cuya plaza fue nombrado Gobernador en septiembre del mismo año.

Su grado de general lo recibió el 13 de octubre de 1818, en Angostura. Como vocal integró el


Consejo de Guerra formado para juzgar al general en jefe Manuel Piar, en octubre de 1817. En
calidad de comandante de la guardia de honor tomó parte en las operaciones de Calabozo y
Valles de Aragua, lo que se conoce como Campaña del Centro en 1818. Bajo las órdenes del
general José Antonio Páez combatió en la batalla de Cojedes el 2 de mayo de 1818 contra el
mariscal de campo Miguel de la Torre.

El 23 de noviembre de 1818 llegó a San Fernando de Apure, días antes había recibido el
nombramiento de comandante de la Infantería del ejército de operaciones del occidente, bajo
el mando del general Páez y se desempeñó como segundo comandante del mismo. Con Páez y
Bolívar realizó la campaña de Apure en los primeros meses de 1819; estuvo presente en la
Junta de Guerra convocada por Bolívar en Mantecal, el 23 de mayo de 1819, cuando se decidió
la ejecución de la campaña Libertadora de Nueva Granada, de la cual formó parte como
comandante de la división de retaguardia.

La campaña de Nueva Granada

Estatua de Anzoátegui al norte de Bogotá, la capital de la antigua Nueva Granada.

Anzoátegui fue ascendido a general de división después de la batalla de Boyacá. Terminada


con éxito la campaña de Nueva Granada, Bolívar elaboró un plan de operaciones, el cual
incluía una acción sobre Santa Marta y otra sobre Maracaibo por Chiriguaná y Valledupar; la
segunda parte de este plan la confió a lo que llamó Ejército del Norte, el cual fue puesto bajo
las órdenes del general de División Anzoátegui.

Sin embargo la ejecución de dicha campaña quedó sin efecto a consecuencia que el joven
barcelonés muriera súbitamente el 15 de noviembre de 1819 en la ciudad de Pamplona, de lo
que el doctor Thomas Fooley llamó fiebre mortal. Sus restos se enterraron en la iglesia de
Nuestra Señora de las Nieves, que quedó destruida en 1875 por el terremoto de los Andes.

En honor a Anzoátegui

En 1909 el Estado de Barcelona tomó el nombre de Estado Anzoátegui. El Estadio José Antonio
Anzoátegui también fue bautizado en su honor. Entre las frases célebres de Bolívar
encontramos una dirigida a José Antonio Anzoátegui y Hernández: “Habría preferido yo la
pérdida de dos batallas a la muerte de Anzoátegui. ¡Qué soldado ha perdido el Ejército y qué
hombre ha perdido la República!”.1

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Luis María Frómeta Pereira, (Santo Domingo, República Dominicana, 15 de noviembre de 1915
- Caracas, Venezuela, 5 de mayo de 1988), más conocido como Billo Frómeta, fue un músico,
compositor y director de orquesta dominicano.

Inicios

Junto a su padres y hermanos, vivió en San Francisco de Macorís, República Dominicana donde
inició sus estudios de música, materia de pénsum en la escuela primaria. Aprendió teoría y
solfeo con el profesor Sixto Brea, armonía y composición con el profesor Rafael Pimentel,
además de saxofón y clarinete con el profesor Oguis Negrete.
A los quince años fue fundador y primer director, con el grado de Capitán, de la Banda del
Cuerpo de Bomberos de la capital, circunstancia que le ayudó a ampliar sus conocimientos de
música. Posteriormente, fue miembro fundador de la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo.
En 1933 se traslada a la capital, e imparte clases de guitarra a domicilio, realiza arreglos
musicales para pequeños conjuntos. Así conoce al joven Freddy Coronado quien le
proporcionó trabajo como saxofonista en la orquesta que acompañaba a los artistas que
pasaban por la ciudad. Coronado, estudiante de violín y saxofonista lo animó a formar un
grupo que se llamó Conjunto Tropical y que trabajaba en la emisora de radio HIN.

La reunión de Freddy Coronado, Francisco Damirón, José Ernesto Chapuseaux y Billo Frómeta,
dio como resultado la formación de una orquesta de baile denominada Santo Domingo Jazz
Band, la cual fue dirigida por Damirón al principio y luego por Billo, cuando el primero se mudó
a Puerto Rico. En sus inicios Billo estudió Medicina en la Universidad de Santo Domingo, y, aun
así, disponía tiempo para interpretar y tocar en compañía de otros aspirantes en el arte
musical. Al comenzar su tercer año de estudios, ingresó en el hospital militar, donde estuvo
hasta que fue obligado a usar el uniforme de guardia; a esto se negó, por una probable
aversión al régimen militar de entonces, y por ello fue expulsado de la Academia de Medicina.

Emigración a Venezuela

Llegó a Venezuela el 31 de diciembre de 1937, para tocar en el Roof Garden, local de baile en
Caracas, en el centro de la ciudad. Los hermanos Sabal, empresarios y dueños del local,
decidieron cambiar a último momento el nombre de la orquesta, por el de Billo's Happy Boys
sin notificar a Billo Frómeta. Al saber el representante diplomático de República Dominicana
acreditado en Caracas sobre este cambio de nombre, hubo protestas en República Dominicana
porque no era mencionada la capital de aquel país. Este inconveniente, y el hecho de estar
República Dominicana bajo la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo y la prórroga consecutiva
del contrato, obligaron a los integrantes de la orquesta a permanecer en Caracas, con un
exiguo sueldo. Sin embargo, ello motivó a la agrupación a permanecer en Venezuela,
adquiriendo cada día mayor raigambre en el seno del público.

Etapa de la Billo's Caracas Boys

En 1938, aparece en el incipiente cine sonoro venezolano en la película sonora Taboga, donde
la orquesta interpreta este tema cantado por Ernesto Negrito Chapuseaux. Igualmente, realiza
sus primeras grabaciones a través de un contrato con la discográfica RCA Victor, con
producciones en formato de 78 r.p.m. En esta etapa, entabla amistad con el músico y
compositor mexicano Agustín Lara, quien reside durante un tiempo en Caracas. Como Agustín
Lara estaba contratado por una editora musical que le impedía producir temas que no fuesen
de corte romántico, éste debió recurrir al artilugio de firmar sus temas bailables para Billo's
Happy Boys con diversos seudónimos, práctica que continuaría al regresar a suelo mexicano.
En 1939, Billo Frómeta se vio afectado por el tifus de tal manera que sus médicos consideraron
imposible salvarlo. No obstante, logró recuperarse y continuó su trabajo orquestal. En agosto
de 1940, Billo reagrupa su orquesta y le cambia el nombre a Billo's Caracas Boys, nombre que
aún mantiene y colocado en honor a la ciudad donde residiría hasta el final de sus días.
Muchísimos músicos y cantantes pasaron por esta orquesta, destacando entre ellos el cubano
Manolo Monterrey y los venezolanos Rafa Galindo, Miguel Briceño (cuñado de Galindo) y
Víctor Pérez. Según costumbre de la época, también acompañó a vocalistas solistas, que no
formaban parte de su banda como el tenor Alfredo Sadel, el vocalista y director coral Vinicio
Adames, el cantante español José María Madrid, el tenor Marco Tulio Maristany y la cantante
cubana Candita Vásquez. Mientras grababa para RCA Víctor, Frómeta firmó un pequeño
contrato con la filial argentina del sello discográfico transnacional Odeón para la cual produjo
dos discos de 78 r.p.m., entre octubre y noviembre de 1945. Ninguna de esas grabaciones sería
reeditada posteriormente por Odeón o EMI.

En 1946 adquiere en la estación radial Radio Caracas Radio un espacio de una hora de duración
para producir su propio programa semanal, denominado A gozar muchachos y animado por
Marco Antonio Lacavalerie, conocido por su apodo de Musiú Lacavalerie. La emisora radial
poseía equipos de grabación discográfica para respaldo de algunos de sus programas; Billo
aprovecha tal circunstancia y edita los discos con su apodo Billo. Los discos eran
manufacturados en Estados Unidos y, posteriormente, distribuidos en Venezuela por la
empresa Comercial Serfaty. En 1948, abandona RCA Víctor, y continúa la edición de sus discos
con sello propio.

En 1955, la filial venezolana de General Electric, patrocinador principal del espacio radial de
Billo Frómeta, acuerda con el músico producir uno de los primeros discos de larga duración
grabado en Venezuela, dirigiendo una orquesta conformada con músicos de la Orquesta
Sinfónica de Venezuela, que respaldaban a la pianista y compositora María Luisa Escobar y al
vocalista Marco Tulio Maristany, con la actuación del conjunto de música llanera del
compositor y músico venezolano Vicente Flores. Este disco, titulado Concierto Venezolano, no
fue editado comercialmente pues la empresa lo ofreció como regalo de Navidad a sus
empleados, y fue el primer trabajo de Billo en este formato. Ese año, se convierte en uno de
los fundadores de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela, junto a Luis Alfonzo
Larrain y Manolo Monterrey. En 1956, enfrenta una demanda respecto a su primer
matrimonio contraído con la venezolana Mercedes Olimpia Senior, no disuelto formalmente, y
es condenado a pasar cien días en prisión hasta febrero de 1957. 1

Carrera posterior y desaparición de su orquesta

Al desaparecer su orquesta, en 1956 fue contratado como asesor musical de la desaparecida


empresa discográfica venezolana Industria Nacional del sonido Venevox propiedad del
empresario Carlos Birdermann y hace grabaciones en estudios radiales de Cuba dirigiendo la
orquesta cubana de los Hermanos Castro, presentada en los discos como su propia orquesta y
haciendo producciones para otros artistas. En esa breve época son varias las grabaciones que
se editan en Venezuela tanto para el sello citado, como para otra empresa, también
desaparecida llamada Sonus, en las cuales cantaron el cantante venezolano Víctor Piñero, el
dominicano Alberto Beltrán y los cubanos Pío Leiva y Carlos Díaz, entre otros artistas. También
en esa misma etapa, realiza una de sus escasas producciones en suelo estadounidense: el LP
titulado Tres Viejos Amigos en el cual comparte créditos con el pianista Francisco Simó
Damirón y su primer cantante, Ernesto «Negrito» Chapuseaux, respaldados por una orquesta
formada a tal fin. La grabación se realizó en los estudios de la empresa Beltone Recording
Corporation, el 13 de julio de 1959.

Al salir de la cárcel en 1957 empieza para el músico una serie de tropiezos serios para su
trayectoria, puesto que pierde el apoyo de los patrocinantes de su programa A Gozar,
Muchachos, lo cual marca la disolución de su orquesta y el final de su contrato radial. Es
posible que en esto haya influido la serie de ataques y críticas negativas que comenzó a recibir,
quizá desatados por la envidia ante los éxitos que cosechaba, teniendo que enfrentar
demandas y hasta un veto en 1958 por parte de la Asociación Musical del Distrito Federal y
Estado Miranda, que le prohibió actuar de por vida en Venezuela por haber sido contratado
por funcionarios o simpatizantes del régimen del general Marcos Pérez Jiménez. Durante 1958,
ya sin su banda, traba amistad con el joven empresario y administrador, Renato Capriles, quien
le solicita arreglos y canciones para el primer álbum de su orquesta Los Melódicos. Billo
Frómeta entonces compone tres temas y arregla cerca de veinticuatro para la nueva orquesta.
Desde entonces, Capriles se hace amigo y, en no pocas ocasiones, rival artístico de Frómeta. 2

Reagrupación de la orquesta

En mayo de 1960 regresa Billo a Caracas y le es levantado el veto que sobre él pesaba por
parte de la Asociación Musical, que en su mayoría vio como injusta y personal la medida en
contra del músico. Inmediatamente, comienza a reunificar su orquesta y a buscar nuevos
cantantes en la ciudad de Maracaibo. Allí contrata a José «Cheo» García y Felipe Pirela. Luego
compone nuevos temas y hace varias grabaciones. La empresa Discos Gramcko se interesa en
su trabajo y le contrata. Así sale al mercado disquero su primer LP con su nueva formación
titulado Paula, en honor a la joven presentadora de televisión y modelo italiana Paula Bellini.
Mientras se promociona este trabajo, otra disquera denominada Discomoda le ofrece mejores
condiciones y le hace firmar un nuevo contrato. Billo le ofrece a esta empresa, las canciones
que quedaron fuera de la edición del álbum anterior. Con esta disquera permanece un espacio
de 3 años, para luego iniciar su propia empresa disquera.

Billo como empresario discográfico


En 1963, al renunciar a su contrato discográfico, decide iniciarse como empresario del ramo,
con su sello Fonograma. Durante la etapa con esta disquera, se destacan como vocalistas en la
orquesta, además de los ya mencionados, Guillermo« Memo» Morales, José Luis Rodríguez «El
Puma», Rafael Araque, Humberto Zárraga y Nelson Henríquez. Esta etapa puede considerarse
como una de las más productivas y exitosas de Frómeta y su orquesta, aunque ya no tuviese el
apoyo de algún programa radial en vivo. No solo produce los álbumes de su propia orquesta
sino que ofrece oportunidad de grabar en su sello a artistas nuevos como la soprano Rosalinda
García y el intérprete de rock Trino Mora, además de agrupaciones bailables e instrumentales.
Sin embargo, debido a que uno de sus socios, presuntamente comete una estafa en contra del
músico, Frómeta decide a inicios de 1968 el cierre de operaciones de su empresa. Desde
entonces, el catálogo de Fonograma fue editado parcialmente por diversas empresas, hasta
que Frómeta vendió éste a uno de sus yernos, con lo cual se estableció el Sello Sonograma el
cual posee, en la actualidad, el catálogo de Fonograma, habiendo sido reeditadas en formato
CD algunas grabaciones de gran éxito comercial, entre estas, las que fueron las realizadas por
la propia orquesta. Al cerrar las operaciones de Fonograma, Billo Frómeta logra ser contratado
por la empresa La Discoteca, C.A. No volvió a incursionar como empresario discográfico.

Etapa Final

En una presentación ocurrida en 1987 en Santa Cruz de Tenerife su orquesta fue reconocida
por la editora del Libro Guinness de Récords, por haber presentado el concierto más grande al
aire libre para aquel entonces: a ese mismo concierto en la Plaza de España de Santa Cruz
acudieron 250.000 personas, bailando la misma canción, junto a la cantante Celia Cruz, la cual
fue su única actuación con la orquesta.

El día 28 de abril de 1988 estaba programado que dirigiera la Orquesta Sinfónica de Venezuela
en el complejo cultural Teatro Teresa Carreño, en el marco del homenaje que por sus
cincuenta años de vida artística en Venezuela le brindaría la Gobernación de Caracas, ciudad a
la que tantas composiciones dedicó. Como invitados especiales, se presentarían en el
escenario cantando algunos de sus temas sus mejores amigos y artistas que le acompañaron
durante su trayectoria musical e integrantes actuales y anteriores de su orquesta como Ely
Méndez, Gustavo Farrera, Raúl Mora, Osvaldo Delgado, Ender Carruyo y Renzo Lares, entre
otros.

El día anterior, el 27 de abril, al finalizar un ensayo en el Teatro Teresa Carreño con el tema Un
Cubano en Caracas, los músicos de la orquesta, puestos de pie, le ovacionaron largamente. Al
parecer, la emoción impactó en exceso en el ánimo de Frómeta quien se desplomó al instante,
probablemente víctima de una hemorragia cerebral. Entró en estado de coma y, sin recuperar
la consciencia, falleció el 5 de mayo de 1988. Una versión diferente de ésta, sostiene que,
durante dicho ensayo, las cosas no salían como deseaba Frómeta y la música sonaba mal lo
que le causó disgustos y empezó a sentirse mal, cayendo al piso en medio de violentas
convulsiones. Esto pudo haber sido producto de la agitada labor del músico, la práctica del
tabaquismo desde la adolescencia, mala alimentación y trasnochos durante varios años.

Billo Frometa junto a Oscar D' León y Wilfrido Vargas

El día del sepelio de Frómeta, sus restos fueron velados solemnemente en el Concejo
Municipal de Caracas. A las diez de la mañana fue montado el féretro en un carro de bomberos
para rendirle homenaje y tras él, en una muy lenta procesión de más de 20 kilómetros, miles
de caraqueños lo siguieron hasta el Cementerio del Este para darle un ultimo adiós.

Legado

Busto de Billo Frómeta en el centro de Caracas.

Con la muerte de Billo Frómeta se cerró una página importante en la historia musical
venezolana, por cuanto su orquesta animó el espíritu nacional y le enseñó a querer no solo a la
música nativa, sino también otros ritmos como la cumbia, el bolero y el merengue originario
de su tierra.

Algunos críticos consideran que Frómeta fue músico de nacimiento, intuitivo en el sentido de
que aún descartando sus muchos años de aprendizaje teórico y la constante práctica y ensayo,
llevaba el sentido melódico y rítmico, además era observador de la idiosincrasia popular, la
que siempre supo captar en sus diversas composiciones dedicadas a Venezuela y, sobre todo, a
la ciudad de Caracas, donde residió hasta el final de su vida.

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