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Cambista

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No debe confundirse con librecambista.

Cambista judío en Túnez.

Cambista es el que se emplea en el oficio del cambio de moneda, ocupación que se hizo
imprescindible con la aparición de las monedas oficiales o divisas de cada uno de los
países o ciudades, lo que obligaba a los mercaderes a cambiar por la moneda local la
moneda que trajeran con ellos.1 Era necesaria una alta especialización y conocimientos
en numismática, metrología y metales para identificar las monedas y distinguir su ley y
peso.2 Las tablas o "bancos" de los cambistas fueron el origen de la banca en Europa.3
Las sucesivas innovaciones financieras, como la letra de cambio, el papel moneda y las
instituciones aparecidas en la Baja Edad Media y la Edad Moderna (Cambio de Aviñón,4
Taula de canvi, Collegio del Cambio, Amsterdam Wisselbank),5 y la banca moderna y
el tipo de cambio flexible en la Edad Contemporánea, permitieron que para el siglo XX ya
se desarrollara un mercado de divisas, que permite a bancos e intermediarios
financieros (casas de cambio y forex brokers)6 realizar los cambios de moneda de forma
sencilla y transparente, aunque no libre de especulación y otras distorsiones.

Índice

 1Historia
 2Máquina de cambio
 3Véase también
 4Referencias
 5Enlaces externos

Historia[editar]
Expulsión de los mercaderes del Templo.

El cambista y su mujer.

Pont au Change ("Puente del Cambio") sobre el Sena, en el Plano de París de Truschet y Hoyau de
1553. Allí los cambistas tenían sus bancos.

Puestos callejeros de cambio de moneda en Somalia en la actualidad (año 2005).


En Roma el oficio de cambista era desempeñado por los nummulari.7 Según Suetonio, el
emperador Galba mandó cortar las manos a un nummularius deshonesto en la Hispania
Tarraconensis.8 Tras la división del Imperio y la caída del Imperio occidental, el dinamismo
económico del Imperio bizantino9 y la posición estratégica de Constantinopla en las rutas
comerciales continuó exigiendo la existencia de cambistas; cuyos puestos se situaban,
como los de los joyeros, en la Mesé, entre el Foro y el Gran Palacio, encuadrados en
corporaciones derivadas de los collegia romanos y sometidos a la autoridad del prefecto
de la ciudad.10
En el interior del antiguo Templo de Jerusalén no se podían utilizar para pagar las ofrendas
(como animales de sacrificio) más que siclos judíos o tirios, de modo que era obligado
cambiar las monedas griegas o romanas que trajeran los peregrinos.1112 En griego (la
lengua del Nuevo Testamento y la utilizada por todo el Mediterráneo Oriental) las palabras
para designar a los cambistas son kermatistes, trapezites (por la trapeza -mesa o banco-13
en que realizaban su actividad) o kollubistes (por la comisión legal de un kollubos por cada
medio siclo). La presencia de estos cambistas, permitida por las autoridades judías en el
Atrio de los Gentiles,14 ambienta el violento episodio evangélico de la expulsión de los
mercaderes del Templo por Jesucristo.15
La reactivación de la circulación monetaria16 y el comercio a larga distancia entre
las ciudades musulmanas medievales exigía la presencia de sayrafi (cambistas) en el suq
al-saga ("zoco [mercado] de cambios") de cada una de ellas, situado habitualmente en las
proximidades de los jans o qaysariya (zonas destinadas al almacenaje y fiscalización de
las mercancías y su venta en subasta -funduq-).17
En muchas ciudades europeas de la Edad Media se emitía moneda local, habitualmente
con la efigie del gobernante. Cuando los mercaderes acudían a realizar compras y ventas,
especialmente durante las ferias, los cambistas les ofrecían el servicio de cambiarles sus
monedas por las locales o guardárselas en depósito en sus "bancos", efectuando en sus
"cuentas" los ajustes necesarios tras la realización de las transacciones. Así se
aminoraban problemas como el desgaste18 o la falsificación. También ofrecían servicios
más sofisticados, como el mantenimiento del depósito en ausencia del depositante y el giro
bancario. A medida que crecían las operaciones de los cambistas, estos se convertían
en prestamistas, al añadir el tipo de interés a sus tasas de cambio.19 A pesar de los recelos
ideológicos y religiosos al ámbito de lo que se consideraba pecado de usura, la
propia Orden del Temple proporcionaba este servicio a los peregrinos que iban y volvían
de Tierra Santa.2021 Las grandes riquezas acumuladas por los templarios fueron una de las
causas principales de su violento final en beneficio del rey de Francia (1307-1312). Era
habitual la presencia en el oficio de judíos, que a su vez tenían un activo papel en los
préstamos, particularmente con los reyes (con tasas de interés mayores a las permitidas a
los cristianos), y el arrendamiento de rentas o administración de los impuestos, lo que se
relaciona con su expulsión sucesiva de distintos reinos.22
Al igual que los demás oficios (y particularmente los vinculados al trabajo de los metales
preciosos -orífices, plateros, orfebres-), los cambistas de cada una de las ciudades se
agruparon en gremios o guildas, y sus "bancos" u oficinas se disponían en la misma calle o
barrio.23 Los de Florencia, en el Mercado Viejo24 (los Médici se enriquecieron con esta
actividad y terminaron por convertirse en los gobernantes de la ciudad); los de Venecia25
en el puente de Rialto, los de París en el Pont au Change. Otras ciudades con importancia
en el negocio fueron Siena,26 Génova, Medina del Campo (donde destacó Simón Ruiz),27
Lyon,28 las de Champaña,29 las de la Hansa y del Rin (donde surgieron los Fugger,
los Welser, los Adler y los Hochstätter,30 y más adelante, los Rotschild31) y las flamencas,
especialmente Brujas32 (cuya primacía pasó a Amberes y de ésta a Ámsterdam).33
En Roma, la concentración de cambistas florentinos en la zona del Vaticano llevó al
papa Julio II a promover una serie de construcciones en torno a un nuevo eje urbano
(la Via Giulia, con la Casa de Moneda donde posteriormente se creó el Banco di Santo
Spirito).34
La difusión global de la moneda de plata española se manifestó en su aceptación por
los cambistas chinos, que no obstante realizaban sobre sus piezas diversas
comprobaciones, como resellarlas (chops35) o cortarlas (lo que también permitía utilizarlas
para valores fraccionarios).36

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