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ALTIMETRIA SATELITAL
Elaborado por:
Br. Aguilar Luzmary
C.I. 25191263
Profesor:
Ing. Manaure Barrios
Los altímetros satelitales miden el nivel del mar y otras características de la superficie
oceánica vinculados a procesos y estructuras subyacentes. Por eso los datos son útiles
para comprender cabalmente el océano mundial en toda su profundidad.
El presente trabajo sintetiza los principios de la altimetría radar por satélite y presenta
las aplicaciones más relevantes que dicha tecnología ha aportado al estudio de aguas
superficiales continentales bajo un dominio que se comienza a conocer como hidrología
espacial además de otras aplicaciones.
Este artículo tiene por objetivo principal sintetizar los principios de la altimetría por
satélite y mostrar desde sus inicios a los aportes más recientes en el estudio de las
ciencias de la tierra, mediante la utilización conjunta de datos altimétricos registrados
por las diferentes misiones T/P y Envisat entre otras. Inicialmente se hace una
descripción detallada de las bases de dicha tecnología y la forma como esta ha
encontrado su aplicación en dominio continental señalando de manera específica sus
principales aportes en hidrología.
1. ALTIMETRÍA SATELITAL
La altimetría es una técnica para medir alturas. La altimetría satelital surge con el
propósito de medir el nivel del mar a partir de la combinación de dos técnicas: el radar y
el posicionamiento. La técnica de radar consiste en medir el tiempo que le toma a un
pulso de radar viajar desde la antena de un satélite hasta la superficie y regresar al
satélite y, combinada con la ubicación precisa del satélite en su órbita, permite
determinar la topografía de la superficie de los océanos.
Los primeros satélites altimétricos fueron lanzados por los Estados Unidos; fueron las
misiones Skylab (1973-1979), Geos3 (1975-1978), Seasat (1978, por 105 días) y el
satélite Geosat (1985-1990) que produjo la primera serie de tres años de información
altimétrica para la comunidad científica. En el año 1987, la agencia francesa CNES
(Centre National d‟Estudes Spatiales) responsable del desarrollo espacial europeo y la
NASA (National Aeronautics and Space Administration, USA) aunaron sus esfuerzos
para llevar a cabo un proyecto de observación oceanográfica global. En este proyecto
confluyeron la iniciativa norteamericana de poner en órbita un satélite topográfico, la
misión TOPEX (Topography Experiment) y el desarrollo europeo del altímetro
Poseidón. El resultado fue la misión TOPEX/Poseidón.
El satélite TOPEX/Poseidón fue lanzado el 10 de agosto del año 1992 y estuvo
operativo hasta enero de 2006. Permitió medir la superficie topográfica oceánica con
una precisión de pocos centímetros, determinar patrones de circulación de los océanos y
sus efectos sobre el clima global, estudiar las mareas y ondas oceánicas, además de
aplicaciones geodésicas y geofísicas (Fu & Cazenave, 2001). Si bien se esperaba que los
instrumentos a bordo del satélite TOPEX/Poseidón no excedieran los 8 años de vida
útil, los 13 años continuos de observación superaron las aplicaciones esperadas y
aumentaron el interés en este tipo de datos. Así, la misión tuvo su continuidad en los
satélites Jason. I. Bibbó | GPS y altimetría satelital para estudios ionosféricos 60 Jason-1
fue el segundo proyecto conjunto de las agencias espaciales CNES y NASA. Fue
lanzado el 7 de diciembre del año 2001 con el propósito de ampliar la serie de datos de
su antecesor. En el año 2008 se sumó a la observación de los océanos el satélite Jason-2
y en el año 2016 se incorporó la misión Jason-3. En estas misiones participan la CNES,
la NASA y las agencias Eumentsat (European Organisation for the Exploitation of
Meteorological Satellites) y Noaa (National Oceanic and Atmospheric Administration,
USA Departmet of Commerce). Cada misión cuenta con una nueva generación de
instrumentos que mejora la calidad de los datos y extiende la serie temporal de
mediciones de la topografía de la superficie oceánica.
3. MISIONES SATELITALES.
Jason-2 / OSTM se hace cargo y continúa con las misiones Topex / Poseidon y
Jason-1 en 2008, en el marco de una cooperación entre Cnes, Eumetsat, Nasa y
Noaa. Lleva el mismo tipo de carga útil que sus dos predecesores, para una
misión altimétrica de alta precisión: un altímetro de clase Poseidon, un
radiómetro y tres sistemas de localización. La órbita también es la misma.
Swot (Topografía oceánica de las aguas superficiales) está prevista para 2021 en
un proyecto conjunto que incluye a Nasa, Cnes, la Agencia Espacial Canadiense
y la Agencia Espacial del Reino Unido. El objetivo es unir a las comunidades de
hidrología y oceanografía terrestre en un solo satélite. La tecnología para Swot
debería ser un interferómetro de radar de banda Ka (KaRIN, longitud de onda de
0,86 cm). Durante la misión de 3 años de vida, los objetivos principales son:
Proporcionar alturas de la superficie del mar (SSH) y alturas de agua terrestre en
una franja de 120 km de ancho con un espacio de +/- 10 km en la pista nadir.
Sobre los océanos profundos, proporcione SSH en cada franja con una señal
cada 1 km x 1 km. Sobre tierra, produce una máscara de agua capaz de resolver
ríos de 100 metros de ancho y lagos de 250x250 m de tamaño, humedales o
embalses. Asociada con esta máscara habrá elevaciones del nivel del agua con
una precisión de 10 cm y una precisión de pendiente de 1,7 cm / 1 km (cuando
se promedia sobre el área de agua> 1 km²). Cubra al menos el 90 por ciento del
globo. Las brechas no deben exceder el 10 por ciento de la superficie de la
Tierra.
4. APLICACIONES
Metereologia marina
Los altímetros satelitales son capaces de medir las olas altas, los vientos intensos y la
marejada que caracterizan los ciclones tropicales. Además, los altímetros ayudan a
cuantificar el calor almacenado en las capas superiores del océano, que puede alimentar
e intensificar los ciclones tropicales.
Es consabido que los ciclones tropicales requieren aguas cálidas para formarse. La
temperatura de la superficie del mar (TSM) debe ser superior a 26 °C hasta una
profundidad de aproximadamente 46 metros. Pero como la TSM puede cambiar
abruptamente debido a los procesos de mezcla y nuestras mediciones sólo corresponden
a la capa superficial de 10 metros, la TSM no nos brinda suficiente información sobre el
contenido de calor almacenado en el océano superior para pronosticar la intensidad de
los ciclones tropicales con precisión. Obtenemos datos mucho más confiables con los
altímetros, porque existe una fuerte correlación entre las anomalías del nivel del mar y
la estructura térmica interna del océano.
Por ejemplo, varios estudios han demostrado que la energía de la Corriente del Lazo
(una corriente cálida del Golfo de México) fue un factor clave en la intensificación de
huracán Katrina, que destrozó partes de la costa del golfo de los Estados Unidos en
2005. Cuando el huracán atravesó la península de Florida y pasó a las aguas del Golfo
de México, era un huracán intenso de categoría tres. Pero de repente, tan sólo 24 horas
antes de embestir contra la ciudad de Nueva Orleans, se intensificó aún más, hasta
alcanzar la categoría cinco. Los estudios posteriores revelaron la presencia de una
anomalía del nivel del mar correspondiente a una capa profunda de agua muy cálida en
la zona del golfo sobre la cual pasó Katrina, que aportó energía a la tormenta.
Estudios climaticos:
¿Tendremos algún día la capacidad de hacer predicciones climáticas mensuales o
estacional confiables? Ésta es una de las grandes incógnitas en los estudios de
meteorología y climatología. Aunque es poco probable que lleguemos a predecir el
tiempo de un día en particular con más de dos semanas de anticipación, al mejorar
nuestra comprensión de la influencia que el océano ejerce sobre la atmósfera
deberíamos poder producir mejores pronósticos de las tendencias de la estación que se
aproxima, es decir, si será más seca, más húmeda, más fría o más cálida de la media.
Las estimaciones del estado del océano casi en tiempo real que brindan la altimetría y
otros conjuntos de datos son esenciales para producir pronósticos estacionales
confiables.
El océano cambia anualmente y también a intervalos decenales, debido a fenómenos
cíclicos a largo plazo como El Niño, La Niña, la oscilación decenal del Pacífico (ODP)
y la oscilación del Atlántico Norte (OAN). Las mediciones de altimetría son esenciales
para la detección temprana, el análisis y la observación de estos tipos de anomalías
climáticas tropicales de gran escala. Los datos nos ayudan a predecir cómo y cuándo
ocurrirán y a anticipar y mitigar sus impactos.
Esta representación tridimensional de un evento La Niña fue generada con datos del
satélite de altimetría TOPEX/Poseidon y el satélite NOAA-14/AVHRR en órbita polar.
Las superficies elevadas representan niveles de la superficie del mar superiores a la
media, mientras las superficies deprimidas representan niveles de la superficie del mar
inferiores a la media. El agua cálida es de color naranja y rojo y el agua más fría de lo
normal es azul.
Hidrología:
. La magnitud y forma de las señales de radar empleadas para medir la distancia desde
los satélites altimétricos contiene información sobre las características de la superficie
que las refleja.
Obtenemos los mejores resultados sobre el océano abierto, porque es una superficie
relativamente homogénea, mientras las superficies discontinuas o con fuertes
pendientes, como el hielo marino, las capas de hielo, los ríos y las superficies de tierra
firme, son más difíciles de interpretar.
a. Pese a ello, estamos usando la altimetría satelital para observar el nivel de los lagos y
los ríos en todo el mundo con el fin de administrar mejor los recursos hídricos
regionales, especialmente en zonas remotas, donde es difícil obtener mediciones
directas.
Esta imagen muestra el alarmante ritmo de desaparición del Mar de Aral, en Asia
central. Donde antes había un enorme lago, ahora hay dos. Los datos altimétricos han
demostrado que el nivel del agua ha bajado de dos metros por encima del nivel medio
en 1993 a seis metros por debajo de la media en 2008. Esto se debe a la diversión del
agua de los ríos que alimentan el lago para fines tales como la irrigación.
Más del 60 por ciento del lago ha desaparecido, con graves consecuencias ambientales,
socioeconómicas y de salud, tanto para el suelo como las poblaciones de la zon
1. Geociencias marinas:
El nivel de la superficie del mar refleja fenómenos y sistemas que ocurren a diversas
profundidades del océano, desde la superficie hasta el fondo marino. Por eso los datos
altimétricos son útiles para estudiar el tamaño y la forma de la Tierra, las variaciones en
la gravedad, la topografía del suelo marino y el movimiento de las placas tectónicas.
Por ejemplo, los altímetros satelitales nos han permitido medir la rotación de la placa
antártica y observar que las placas africana y eurasiática se están acercando a razón de
dos centímetros al año.
Este mapa muestra la superficie media del mar producida por fenómenos constantes
(como el campo gravitacional y, en menor medida, las corrientes oceánicas
permanentes) calculada a partir de diez años de datos altimétricos. Las diferencias que
existen debajo de la superficie terrestre, como las variaciones en la densidad y
temperatura del magma, pueden generar variaciones en el nivel del mar de hasta 100
metros entre zonas a miles de kilómetros de distancia.
Incluso sobre una escala de varios kilómetros, las diferencias en la topografía del suelo
oceánico pueden producir variaciones de varios metros en el nivel de la superficie.
5. APLICACIONES EN GEODESIA.
Altimetría satelital hace posible calcular la superficie media del océano; dicha superficie
incluye el geoide, es decir, la forma de la superficie del mar, suponiendo una completa
ausencia de fuerzas perturbadoras (mareas, vientos, corrientes, etc.). El geoide refleja el
campo gravitatorio de la Tierra. Varía en altura hasta en 100 metros sobre distancias de
varios miles de kilómetros debido a la distribución desigual de la masa dentro de la
corteza del planeta, el manto y el núcleo. Otras irregularidades menos pronunciadas
también son visibles en distancias más pequeñas. Estos reflejan principalmente la
topografía del fondo oceánico.
El geoide se define como una superficie equipotencial del campo de gravedad de la
Tierra. En los océanos, el geoide coincide con la superficie media del mar, es decir, con
una superficie oceánica tranquila. Por lo tanto, un bache en el geoide, por ejemplo, un
relieve en el fondo marino corresponde a un exceso de masa, mientras que un nivel
oceánico bajo, que puede asociarse a un déficit de masa, creará una depresión. Mientras
se miden con mucha precisión las ondulaciones oceánicas, los satélites altimétricos
permiten mapear el geoide.
Las colinas y valles en la superficie del océano son causados por variaciones diminutas
en el campo gravitacional de la tierra. Por ejemplo, la atracción gravitatoria adicional de
una montaña masiva en el fondo del océano atrae agua hacia ella, causando un bache
local en la superficie del océano; un volcán submarino de 2 000 m de altura provoca un
bache de unos 2 m de altura, con un radio de unos 20 km. Este bache no se puede ver a
simple vista porque la pendiente de la superficie del océano es muy baja. En la práctica,
los datos altimétricos, recopilados por diferentes satélites durante muchos años, se
combinan para lograr una alta densidad de datos y promediar los factores perturbadores
de la superficie del mar, como las olas, los vientos, las mareas y la variabilidad del
océano
Batimetría.
Las densas mediciones del altímetro satelital se pueden usar en combinación con
mediciones dispersas de la profundidad del fondo marino para construir un mapa de
resolución uniforme de la topografía del fondo marino. Estos mapas no tienen suficiente
precisión y resolución para ser utilizados para evaluar los peligros de navegación, pero
son útiles para aplicaciones tan diversas como la localización de obstrucciones /
constricciones a las principales corrientes oceánicas y montes submarinos poco
profundos donde abundan los peces y la langosta. La batimetría detallada también
revela límites de placas y mesetas oceánicas.
La superficie libre del océano se deforma por decenas de metros en lugares como
resultado de las diferencias de gravedad causadas por el relieve del lecho marino y la
distribución desigual de la masa dentro de la corteza terrestre. Las mediciones de
altimetría, cuyas ondas electromagnéticas no penetran en profundidad, pueden medir la
deformación de la superficie del mar debido a la topografía ondulada del fondo.
Los altímetros de radar a bordo del ERS-1 y de la nave espacial Geosat han estudiado el
campo de gravedad marina en casi todos los océanos del mundo con gran precisión y
una resolución espacial moderada. En marzo de 1995, el ERS-1 completó su mapeo
denso (~ 8 km de distancia entre trayectos en el ecuador) de la topografía de la
superficie del mar entre las latitudes de 81.5 ° Norte y Sur. Estos datos se combinaron y
procesaron para formar un geoide marino global o una red de gravedad [Cazenave et al.,
1996; Sandwell y Smith, 1997]. En la banda de longitud de onda de 15 a 200 km, las
variaciones de la anomalía gravitacional están altamente correlacionadas con la
topografía del fondo marino y, por lo tanto, en principio, pueden utilizarse para
recuperar la topografía.
6. RADAR CROSS SECTION
7. ATENUACION ATMOSFERICA
Estimación de distancia
Los altímetros satelitales miden el nivel del mar y otras características de la superficie
oceánica vinculados a procesos y estructuras subyacentes. Por eso los datos son útiles
para comprender cabalmente el océano mundial en toda su profundidad.
Para determinar la distancia a la superficie terrestre, los satélites altimétricos miden el
tiempo que tarda un pulso de radar en viajar desde el satélite hasta la superficie y
regresar. Toman mediciones muy precisas de la topografía de la superficie del océano
para derivar la velocidad y dirección de las corrientes oceánicas y los remolinos, así
como para observar las mareas y otras estructuras.
La magnitud y forma de los ecos de radar (las formas de onda) contiene información
adicional sobre las características de la superficie. Por ejemplo, podemos utilizar los
ecos de radar reflejados sobre el océano para analizar la altura de las olas, derivar
información sobre el período de las olas y analizar el hielo marino. Sobre tierra firme,
los ecos nos ayudan a caracterizar los tipos de suelos, como los sistemas fluviales
complejos, los lagos, las capas de hielo y los glaciares.
Refraccion atmoferica
La distancia entre el receptor en tierra y el satélite es del orden de 21000 km. Desde el
punto de vista de propagación de la señal GNSS, como se ha comentado, se estructura
en tres capas:
Troposfera. La más próxima a la Tierra, engloba la troposfera, estratosfera y
parte de la mesosfera hasta una altitud del orden del 80 a 100 km.
Ionosfera. La capa comprendida desde una altura aproximada de 80-100 km
hasta los 1000 km. Es un medio dispersivo donde el retraso experimentado por
la señal depende de la frecuencia.
Vacío. A partir de 1000 km. La señal no sufre modificación alguna.
El retardo experimentado por las señales electromagnéticas al cruzar la atmosfera, se
conoce como refracción atmosférica. Y según el principio de Fermat este retraso viene
ligado al índice de refracción. El retraso es el incremento que sufre el tiempo de
propagación de una señal electromagnética entre dos puntos al efectuarse el tránsito por
un medio que no sea el vacío. El código y la portadora están asociados a la misma
velocidad de propagación en la troposfera, por el contrario los códigos y la portadora se
propagan a distinta velocidad en la ionosfera.
Refraccion ionosferica
Corrección ionosférica
Refraccion troposferica
Sobre el mismo lecho atmosférico, la presencia de agua, sea líquida, o gaseosa, provoca
también una disminución de la onda del radar. Los valores más importantes de esta
corrección se encuentran en la zona intertropical, donde la humedad del aire es mucho
más importante.
Este error, puede ser del orden de algunos milímetros en un lecho frío y de 40 cm para
aire caliente y húmedo (Tapley y otros, 1982), es corregido a partir de mediciones
realizadas por los radiómetros a bordo de los altímetros. Sin embargo, esta corrección es
eficaz sobre los océanos. En efecto, sobre las aguas continentales, las mediciones del
radiómetro integran las emisiones térmicas de diferentes superficies sobrevoladas; esto a
causa del diámetro de la tarea en el suelo, normalmente de muchas decenas de
kilómetros. En consecuencia, las correcciones aportadas por el radiómetro no son
utilizables para el cálculo de la corrección de tropósfera húmeda en dominio
continental. Las correcciones por tropósfera húmeda son entonces deducidas de las
salidas de los modelos meteorológicos como el ECMWF o el NCEO (Nacional Center
for Environmental Prediction).
El sistema GPS se apoya en una idea clara, considerar la posición de los satélites como
puntos de coordenadas conocidas y a partir de ellos georeferenciar el receptor sobre un
marco de referencia, esto exige la definición de las órbitas, de un marco de referencia, y
el conocimiento de la posición del satélite (efemérides).
Las coordenadas obtenidas de los satélites GPS a partir de las efemérides transmitidas
son coordenadas cartesianas geocéntricas en el sistema WGS84, coordenadas ECEF.
Determinar las coordenadas del satélite requiere determinar su movimiento, para ello se
estudiara primero el caso ideal de orbitas normales y luego se analizará las
perturbaciones que sufren las orbitas de los satélites GNSS.
La teoría de órbitas de satélites se apoya en la ley de gravitación universal de Newton y
tres leyes que determinó Kepler (1571-1630):
Primera ley de Kepler: Los planetas describen órbitas elípticas, estando el Sol en
uno de sus focos. Su aplicación en GNSS es que determina la forma de la elipse,
y la Tierra ocupa uno de los focos. Vendrá dada por su semieje mayor y la
excentricidad, el GPS prácticamente describe orbitas circulares de muy pequeña
excentricidad.
Segunda ley: Los planetas en su recorrido por la elipse, barren áreas iguales en
tiempos iguales. Esta ley determina el vector posición del satélite. Las orbitas
elípticas se mueven rápido en el perigeo y lento en el apogeo. El Perigeo es el
punto más cercano a la Tierra del satélite, el Apogeo es el punto más alejado del
satélite respecto a la Tierra.
Tercera ley: Los cuadrados de los periodos de revolución son proporcionales a
los cubos de las distancia medias de los planetas al Sol. La velocidad del satélite
disminuye con la altura.
Las leyes de Kepler hay que acompañarlas con la ley de Gravitación, y los efectos que
sufren estas órbitas por perturbaciones gravitacionales, presión, e irregularidades del
campo gravitatorio, y con estas consideraciones, se tendrán las órbitas teóricas, el
almanaque, y las efemérides u órbitas reales.
9. DETERMINACIÓN DE ORBITAS
X, Y, Z
Mecánica celeste No Disponible para los satélites
Xo², Yo², Zo² Artificiales
Direcciones
Métodos de observación satelital Distancias
Diferencias de
Distancias
Para resolver este problema, primero se plantea una órbita preliminar sin tomar en
cuentas las perturbaciones producidas por los cuerpos que influyen sobre ella, es decir,
se supone una lugar geométrico (orbita) perfecto en donde se desplazara el cuerpo (
satélite , cometa , planeta, entre otros).
Para ello se realizan una serie de observaciones del cuerpo en estudio durante
varios días o semanas, con la finalidad de tener una solida base de datos, para así
obtener los 6 parámetros orbitales.
Para obtener los parámetros orbitales se pueden aplicar los métodos desarrollado
por laplace o Gauss.
Tal solución da una representación satisfactoria del movimiento real del cuerpo en
cuestión durante un intervalo lo suficientemente corto de tiempo
para que se pueda despreciar la acción de los otros planetas.
Es fácil ver que tres observaciones verificadas en tres instantes distintos, t1, t2, t3,
son teóricamente suficientes para encontrar los seis elementos de la órbita.
Estas tres observaciones dan seis cantidades independientes, por ejemplo las
coordenadas ecuatoriales geocéntricas del cuerpo Ai, Di (i = 1, 2, 3), que relacionamos
con dichos seis elementos. Sean, en efecto, S el Sol, T el centro de la Tierra y P el
cuerpo celeste (planeta, cometa, etc.) del cual queremos determinar su órbita (Fig. 1.6).
FIG.1.6
viene tabulado en los Anuarios y se obtiene por observación, de tal manera que,
si suponemos, como hemos dicho, que trabajamos en coordenadas ecuatoriales
geocéntricas, es
(1.6)
Fórmula en la que quedan como incógnitas r y .
(2.6)
(3.6)
Con doce incógnitas: tres ri y nueve xi, yi, zi. Pero, estas últimas se expresan por los
elementos de la órbita (seis) y los instantes de la observación (tres cantidades
conocidas), de modo que hay tantas incógnitas independientes como ecuaciones. Para
resolver el problema es necesario, sin embargo, introducir otras relaciones. La forma de
introducirlas da lugar a los distintos métodos de cálculo de órbitas.
Método de Laplace
(4.6)
(5.6)
(6.6)
(7.6)
(8.6)
(9.6)
Los valores que se obtienen son sólo aproximados puesto que hemos truncado la
serie en los términos de segundo grado en t al necesitar sólo derivadas de hasta el
segundo orden. Se podrían obtener valores más aproximados de y tomando más
términos en la serie (8.6) aunque no se necesiten derivadas de orden superior al segundo
en las ecuaciones (7.6). También si se dispone de más observaciones, se pueden añadir
ecuaciones y proceder a resolver el sistema por mínimos cuadrados. Pero, como que
más tarde habremos de corregir de aberración, tomaremos, por comodidad, el sistema
(9.6) de tres ecuaciones con tres incógnitas y lo resolveremos algebraicamente. Por otra
parte, es posible escoger t0 de modo que el error sea mínimo, pero se suele tomar t0 de
forma que sea el tiempo de la segunda observación.
(10.6)
y
(11.6)
(12.6)
Es fácil ver que la ecuación que resulta al eliminar una de las incógnitas en dicho
sistema es algebraica de octavo grado en la otra. Para simplificar su resolución se suele
introducir el ángulo auxiliar f formado por los vectores y (Fig. 1.6) que la
reduce a una de cuarto grado. En efecto, en el triángulo PST de dicha figura
1.6 tenemos:
(13.6)
(14.6)
con
(15.6)
y teniendo en cuenta (13.6), resulta:
y desarrollando y agrupando términos:
(16.6)
(17.6)
(18.6)
que puede proporcionar a lo sumo dos soluciones f, en cuyo caso la discriminación suele
hacerse tomando alguna nueva observación.
Hallados r y las dos primeras de (7.6) nos darán y a partir de los cuales
calcularemos los elementos de la órbita.
Método de Gauss
De la misma forma, la superficie terrestre está súbita a una deformación vertical debido
a los cambios de orientación de los ejes de rotación terrestre en el espacio.
Normalmente, la orientación media del eje coincide con un ajuste con el eje vertical del
elipsoide de referencia. El movimiento del eje de rotación de la tierra se traduce por un
desplazamiento vertical de la superficie terrestre, con respecto al elipsoide de referencia
utilizado, de una amplitud de 2 cm como máximo y repartido sobre varios meses. Este
efecto es también perfectamente modelable.
12. DINÁMICA DE LA ALTURA DE LA SUPERFICIE DEL MAR
La superficie del mar no es plana, tiene diferencias de altura de uno a dos metros, que se
reflejan en la circulación de las corrientes superficiales. Lo anterior está ligado a la
noción de topografía dinámica.
En efecto, el agua que se acumula en el centro de los giros de corrientes produce
elevaciones que pueden sobrepasar el metro. Estos apilamientos afectan las primeras
centenas de metros del agua (1000 m) y reposan sobre las capas de agua más profundas
y frías. Las diferencias de altura de la superficie del mar (topografía dinámica), también
dependen de las variaciones de la densidad del agua, así el agua más cálida y poco
salina es más dilatado y más elevado en superficie. La elevación del agua es más
importante en el Pacífico norte que en el Atlántico norte donde el agua es más salada.
Por otra parte, si el océano fuera homogéneo y se encontrara en reposo, el nivel del mar
estaría sometido a una fuerza de gravedad constante. La superficie donde la fuerza de
gravedad es de intensidad constante se conoce como geoide. Esta superficie es una
esfera, aplanada en los polos. Las anomalías del geoide son abultamientos y depresiones
que constituyen la topografía dinámica. Así, la diferencia entre la superficie oceánica
real y un geoide es la topografía dinámica.
La importancia de lo anterior en la circulación oceánica es evidente, los abultamientos
de agua crean fuerzas horizontales en la dirección de la pendiente del agua que escurre
de los lugares más altos a los más bajos. Sin embargo, como ya se señaló, el efecto de
Coriolis desvía el sentido del flujo a la izquierda en el HS y a la derecha en el HN. El
agua escurre no solo a lo largo de la pendiente de la topografía dinámica, sino que
alrededor de los abultamientos. Por ejemplo como ocurre con la corriente del Golfo en
Atlántico N; con la corriente de Kuro Shio en el Pacífico N.
En un océano cerrado todo transporte de agua hacia el Norte, es compensado por un
transporte hacia el Sur. Si no hay continente, la corriente da una vuelta a la tierra como
ocurre a 50°S con la corriente Antártica circumpolar, con una dirección hacia el Este.
El efecto de Coriolis es muy débil en el Ecuador, por lo tanto los vientos alisios
arrastran el agua en el sentido del viento y tienden a acumularse hacia el oeste. En el
curso del desplazamiento, el agua se calienta y dilata. Aquí el nivel del mar es más alto,
alrededor de 50 cm. Una parte de esta agua alimenta corrientes como Kuroshio y otra
parte se devuelve en el sentido de la pendiente como unas corrientes de retorno hacia el
este o contracorriente.
CONCLUSIONES
http://www.lgfs.luz.edu.ve/lgfs/documents/TdGG_V1N2_AbrJun2011.pdf
file:///C:/Users/PC/Downloads/2009_APAESTEGUI%20James_UNALM_Lima.pdf